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SANTO ROSARIO

DE LA VIRGEN MARÍA

Para recitar el Rosario con verdadero provecho se debe estar en estado de


gracia o, por lo menos, tener la firme resolución de renunciar al pecado
mortal.

RITOS INICIALES

FÓRMULA INTRODUCTORIA

El que dirige dice el siguiente versículo mientras se sostiene en la mano


el crucifijo del rosario y se traza el signo de la cruz sobre los labios con el
pulgar derecho:
℣ Señor, ☩ abre mis labios.
℟ Y mi boca proclamará tu alabanza.

Se persignan mientras el que dirige agrega:


℣ Dios mío, ☩ ven en mi auxilio.
℟ Señor, date prisa en socorrerme.

Continúan todos juntos:


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo:
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. (Aleluya.)
Durante la Cuaresma:
( Te alabamos, Cristo, Rey de eterna gloria.)

PRECES POR LOS PASTORES

Quien dirige el Rosario introduce las preces:


Oremos por el Sumo Pontífice,
por nuestro Obispo,
y por el Moderador General.

Reza luego la primera parte de la Oración del Señor, en la primera cuenta


grande:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre; |
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
La asamblea agrega:
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden; |
no nos dejes caer en la tentación;
y líbranos del mal.

Tres veces se repite la salutación angélica, contándolas con las tres cuentas
pequeñas siguientes:
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo; |
bendita tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Se concluye con la doxología, antes de la próxima cuenta grande:


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por
los siglos de los siglos. Amén.

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MISTERIOS DE GOZO

EL ANUNCIO DE LOS MISTERIOS


Estos misterios se rezan los lunes y sábados, y durante la Octava de la
Navidad.

El que dirige introduce los misterios del día del siguiente modo:
Hoy contemplamos los misterios gozosos.

Anuncia el primer misterio:


Primer misterio:
el Arcángel Gabriel anuncia a María
que será la Madre de Dios.
Pedimos creer y obedecer a la Palabra de Dios.
Se reza un Padrenuestro en la próxima cuenta grande, y diez Avema-
rías en las diez cuentas pequeñas siguientes, mientras se reflexiona en el
misterio que se está contemplando. Antes de la próxima cuenta grande se
reza el Gloria y, si se lo desea, la Oración de Fátima.
Cada una de las siguientes decenas es recitada de la misma manera:
anunciando el correspondiente misterio, recitando un Padrenuestro, diez
Avemarías y un Gloria, con la Oración de Fátima, mientras se medita en
el misterio.

Segundo misterio:
María visita a su prima Isabel,
la madre de Juan el Bautista.
Pedimos amar y servir al prójimo.

Tercer misterio:
Jesús nace en Belén, la ciudad del rey David.
Pedimos la virtud de la pobreza.

Cuarto misterio:
José y María presentan al Niño
en el Templo de Jerusalén.
Pedimos respetar la Ley de Dios.

Quinto misterio:
José y María hallan al Niño en el Templo,
junto a los maestros de la Ley.
Pedimos buscar siempre a Dios.

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ORACIONES

– Padre nuestro, que estás en el cielo,


santificado sea tu Nombre; |
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden; |
no nos dejes caer en la tentación;
y líbranos del mal.

– Dios te salve, María;


llena eres de gracia;
el Señor es contigo; |
bendita tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

– Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.Amén.

– ¡Oh Jesús mío!,


perdona nuestras culpas,
líbranos del fuego del infierno,
lleva al Cielo a todas las almas, |
y socorre especialmente
a las más necesitadas de tu misericordia.

Para concluir el rezo de la Corona, ver Oraciones de Conclusión.

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MISTERIOS DE LUZ

EL ANUNCIO DE LOS MISTERIOS


Rezo opcional los jueves, por autoridad del Papa Juan Pablo II.

El que dirige introduce los misterios del día:


Hoy contemplamos los misterios de luz.

Se anuncia el primer misterio:


Primer misterio:
Jesús comienza su misión evangélica
aceptando el Bautismo en el río Jordán.
Pedimos morir al hombre viejo
para vivir según Dios.
Se reza un Padrenuestro en la próxima cuenta grande, y diez Avema-
rías en las diez cuentas pequeñas siguientes, mientras se reflexiona en el
misterio que se está contemplando. Antes de la próxima cuenta grande se
reza el Gloria y, si se lo desea, la Oración de Fátima.
Cada una de las siguientes decenas es recitada de la misma manera:
anunciando el correspondiente misterio, recitando un Padrenuestro, diez
Avemarías y un Gloria, con la Oración de Fátima, mientras se medita en
el misterio.

Segundo misterio:
Jesús convierte el agua en vino a pedido de María
durante unas bodas en Caná de Galilea.
Pedimos orar con confianza y perseverancia.

Tercer misterio:
Jesús predica la Buena Nueva
y el perdón de los pecados.
Pedimos aceptar la vocación a la santidad.

Cuarto misterio:
Jesús se transfigura en el monte Tabor.
Pedimos el don de la contemplación.

Quinto misterio:
Jesús establece el sacramento de la Eucaristía
y ordena a los primeros ministros sagrados.
Pedimos vivir de la Eucaristía.

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ORACIONES

– Padre nuestro, que estás en el cielo,


santificado sea tu Nombre; |
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden; |
no nos dejes caer en la tentación;
y líbranos del mal.

– Dios te salve, María;


llena eres de gracia;
el Señor es contigo; |
bendita tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

– Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.Amén.

– ¡Oh Jesús mío!,


perdona nuestras culpas,
líbranos del fuego del infierno,
lleva al Cielo a todas las almas, |
y socorre especialmente
a las más necesitadas de tu misericordia.

Para concluir el rezo de la Corona, ver Oraciones de Conclusión.

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MISTERIOS DE DOLOR

EL ANUNCIO DE LOS MISTERIOS


Estos misterios se rezan los martes y viernes, y durante la Semana Santa.

El que dirige introduce los misterios del día:


Hoy contemplamos los misterios dolorosos.

Se anuncia el primer misterio:


Primer misterio:
Jesús se entrega voluntariamente a su Pasión
en el jardín de los Olivos.
Pedimos obedecer en la fe.
Se reza un Padrenuestro en la próxima cuenta grande, y diez Avema-
rías en las diez cuentas pequeñas siguientes, mientras se reflexiona en el
misterio que se está contemplando. Antes de la próxima cuenta grande se
reza el Gloria y, si se lo desea, la Oración de Fátima.
Cada una de las siguientes decenas es recitada de la misma manera:
anunciando el correspondiente misterio, recitando un Padrenuestro, diez
Avemarías y un Gloria, con la Oración de Fátima, mientras se medita en
el misterio.

Segundo misterio:
Jesús es azotado por los soldados romanos.
Pedimos mortificar las pasiones desordenadas.

Tercer misterio:
Cristo Rey es coronado de espinas.
Pedimos mortificar nuestro orgullo.

Cuarto misterio:
Jesús sale de Jerusalén cargando con la cruz.
Pedimos perseverar en las tribulaciones.

Quinto misterio:
Jesús muere crucificado.
Pedimos contribuir a la salvación de los hombres.

7|
ORACIONES

– Padre nuestro, que estás en el cielo,


santificado sea tu Nombre; |
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden; |
no nos dejes caer en la tentación;
y líbranos del mal.

– Dios te salve, María;


llena eres de gracia;
el Señor es contigo; |
bendita tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

– Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.Amén.

El Viernes Santo, en lugar del Gloria, se puede recitar lo siguiente:


℣ Cristo se hizo por nosotros obediente
hasta la muerte.
℟ Y muerte de cruz.

El Sábado Santo, en lugar del Gloria, se puede recitar lo siguiente:


℣ Cristo se hizo por nosotros obediente
hasta la muerte, y muerte de cruz.
℟ Por eso Dios lo exaltó y le dio el Nombre

que está por sobre todo nombre.

– ¡Oh Jesús mío! …


Para concluir el rezo de la Corona, ver Oraciones de Conclusión.

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MISTERIOS DE GLORIA

EL ANUNCIO DE LOS MISTERIOS


Estos misterios se rezan los domingos y miércoles, y durante la Octava de
la Pascua.

El que dirige introduce los misterios del día:


Hoy contemplamos los misterios gloriosos.

Se anuncia el primer misterio:


Primer misterio:
Jesús resucita y se manifiesta a los discípulos.
Pedimos creer en las promesas de Dios.
Se reza un Padrenuestro en la próxima cuenta grande, y diez Avema-
rías en las diez cuentas pequeñas siguientes, mientras se reflexiona en el
misterio que se está contemplando. Antes de la próxima cuenta grande se
reza el Gloria y, si se lo desea, la Oración de Fátima.
Cada una de las siguientes decenas es recitada de la misma manera:
anunciando el correspondiente misterio, recitando un Padrenuestro, diez
Avemarías y un Gloria, con la Oración de Fátima, mientras se medita en
el misterio.

Segundo misterio:
Jesús asciende a la gloria del Padre
como Sumo Sacerdote de la Nueva Alianza.
Pedimos anhelar la Venida de Cristo.

Tercer misterio:
La mañana de Pentecostés
el Espíritu Santo desciende sobre la Iglesia.
Pedimos los dones y frutos del Espíritu Santo.

Cuarto misterio:
La Virgen María es asunta al cielo
en cuerpo y alma.
Pedimos una santa muerte.

Quinto misterio:
María, Corredentora con Cristo,
es coronada como Reina en los cielos.
Pedimos la verdadera devoción a María.

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ORACIONES

– Padre nuestro, que estás en el cielo,


santificado sea tu Nombre; |
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden; |
no nos dejes caer en la tentación;
y líbranos del mal.

– Dios te salve, María;


llena eres de gracia;
el Señor es contigo; |
bendita tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

– Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.Amén.

– ¡Oh Jesús mío!,


perdona nuestras culpas,
líbranos del fuego del infierno,
lleva al Cielo a todas las almas, |
y socorre especialmente
a las más necesitadas de tu misericordia.

Para concluir el rezo de la Corona, ver Oraciones de Conclusión.

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ORACIONES DE CONCLUSIÓN
Se suele terminar el rezo de una Corona del siguiente modo:
– Dios te salve, *
Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve. |
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas. |
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos;
y después de este destierro
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre. |
¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!

℣ Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.


℟ Para que seamos dignos de alcanzar

las promesas de Cristo.

Oremos.

Oh Dios, cuyo Unigénito Hijo,


con su vida, muerte y resurrección,
nos alcanzó el premio de la vida eterna:
concédenos, a los que recordamos
estos misterios del Santo Rosario,
imitar lo que contienen
y alcanzar lo que prometen.

Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor.

Amén.

LETANÍAS DE LA VIRGEN MARÍA,


O «LAURETANAS»
℣ Señor, ten piedad.
℟ Señor, ten piedad.

11 |
℣ Cristo, ten piedad.
℟ Cristo, ten piedad.

℣ Señor, ten piedad.


℟ Señor, ten piedad.

℣ Cristo, óyenos.
℟ Cristo, óyenos.

℣ Cristo, escúchanos.
℟ Cristo, escúchanos.

℣ Dios, Padre celestial,


℟ ten piedad de nosotros.

℣ Dios, Hijo, Redentor del mundo,


℟ ten piedad de nosotros.

℣ Dios, Espíritu Santo,


℟ ten piedad de nosotros.

℣ Santísima Trinidad, un solo Dios,


℟ ten piedad de nosotros.

℣ Santa María,
℟ ruega por nosotros.

Santa Madre de Dios,


Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
| 12
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.

℣ Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


℟ perdónanos, Señor.

℣ Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


℟ escúchanos, Señor.
13 |
℣ Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
℟ ten misericordia de nosotros.

℣ Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.


℟ Para que seamos dignos de las promesas de
Cristo.

Oremos.

Te rogamos nos concedas,


Señor Dios nuestro,
gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión
de la bienaventurada siempre Virgen María,
vernos libres de las tristezas de la vida presente
y disfrutar de las alegrías eternas.

Por Cristo nuestro Señor.


℟ Amén.

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