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introducirlo en la sangre y expulsar del cuerpo el dióxido de carbono (CO2) ―que es un desecho de
la sangre y subproducto del anabolismo celular―.1
En humanos y otros mamíferos, el sistema respiratorio consiste en vías respiratorias, pulmones y músculos
respiratorios que median en el movimiento del aire tanto dentro como fuera del cuerpo humano.
A QUE AYUDA:
El intercambio de gases es el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono, del ser vivo con el medio. Dentro
del sistema de los pulmones, las moléculas de oxígeno y dióxido de carbono se intercambian pasivamente,
por difusión, entre el entorno gaseoso y la sangre. Así, el sistema respiratorio facilita la oxigenación con la
remoción contaminante del dióxido de carbono y otros gases que son desechos del metabolismo y de la
circulación.
El sistema respiratorio también ayuda a mantener el balance entre ácidos y bases en el cuerpo a través de la
eficiente eliminación de dióxido de carbono de la sangre.
La importancia de los pulmones. Los pulmonesson los responsables del intercambio de gases. Extraen
dióxido de carbono y agua de la sangre y los expulsan al exterior, al tiempo que toman oxígeno del aire y lo
introducen en el torrente sanguíeno, que lo transporta a todos los rincones del organismo.
Los riñones son órganos en forma de frijol; cada uno más o menos del tamaño de un puño. Se localizan cerca
de la parte media de la espalda, justo debajo de la caja torácica (las costillas), uno a cada lado de la columna
vertebral. Los riñones son avanzadas máquinas de reprocesamiento. Cada día, los riñones de una persona
procesan aproximadamente 190 litros de sangre para eliminar alrededor de 2 litros de productos de
desecho y agua en exceso. Los desechos y el agua en exceso se convierten en orina que fluye hacia la vejiga
a través de unos conductos llamados uréteres. La vejiga almacena orina hasta que la libera al orinar.
Los riñones son imprescindibles para la supervivencia. Llevan a cabo varias funciones todas ellas de gran
importancia. Sus principales funciones son filtrar los productos de desecho de nuestra sangre y mantener en
equilibrio los niveles de sales (electrolitos) y agua de nuestro cuerpo.