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AÑO 2015
Bimestre:
Cantidad de horas: 6
Materia: BIBLIOLOGÍA
Profesor: Esteban Beitze
BIBLIOGRAFÍA SUGERIDA
Teología Básica – Charles C. Ryrie (Unilit 1993)
Introducción a la Teología T.I – J.Grau (CLIE 1973)
El mensaje del Antiguo Testamento – Raymond Browin – (Ed.Certeza)
El mensaje del Nuevo Testamento – F.F.Bruce – (Ed.Certeza)
Nuevo Manual Bíblico – Merrill F.Unger – (Ed.Portavoz)
¿Cómo llegó la Biblia hasta nosotros? Copilado por Pedro Puigvert – (Clie 1999)
Introducción a la Biblia – FLET (Unilit 1996)
Evidencia que exige un veredicto – Josh McDowell (Vida 1982)
Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado – Vila-Escuain (Clie 1985)
Estudios de Doctrina Bíblica – Ernesto Trenchard (Portavoz 1976)
El libro siempre nuevo – José Silva Delgado (Vida 1983)
Conociendo a Dios – J.I.Packer
Los dones vigentes – Apuntes de Don Fanning
El Canon de la Sagrada Escritura – Brooke Foss Westcott (Clie 1987)
¿Es la Biblia Palabra de Dios? – W.Graham Scroggie (Clie 1984)
Teología Sistemática – Chafer (Ed.Españolas 1986)
OBJETIVO
El objetivo de este estudio será conocer el origen de las Sagradas Escrituras, la revelación e inspiración y como
se estableció el Canon de las mismas. Se demostrará la autoridad de la Biblia.
TEMARIO
I. INTRODUCCIÓN
1. DEFINICIONES
A. Bibliología
B. Biblia
C. Escritura
D. Testamento
2. IDIOMAS UTILIZADOS EN LA ESCRITURA
3. ÉPOCAS QUE ABARCAN
4. MATERIALES USADOS EN LA ESCRITURA
A. EL papiro
B. Pergamino
C. La vitela
D. Otros
E. Los instrumentos para escribir
5. DIVISIONES
A. División por libros
B. División por capítulos y versículos
6. SINGULARIDAD DE LA BIBLIA
A. La Biblia es única en su continuidad
B. Es única en circulación
C. Única en su traducción
D. Única en su supervivencia
E. Única en sus enseñanzas
F. Única en su influencia sobre la literatura circundante
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G. Única en los cambios logrados en las personas
II. LA REVELACIÓN DE DIOS
1.DEFINICIÓN
A. La revelación general
B. La revelación especial
2. LA REVELACIÓN GENERAL
A. Las vías de la revelación de Dios
B. Objeciones
3. LA REVELACIÓN ESPECIAL
A. Auto-revelación
B. Formas de revelación
C. La revelación es progresiva
D. La revelación está completa
III. LA INSPIRACIÓN
1. TEORÍAS ERRÓNEAS SOBRE LA INSPIRACIÓN
A. Teoría Naturalista
B. Teoría de la Intuición
C. Teoría de la Iluminación o Teoría de la Gracia
D. Teoría Parcial
E. Teoría del Concepto o del Pensamiento
F. Teoría Mecánica o del Dictado
2. EL TESTIMONIO DE LA BIBLIA MISMA SOBRA SU INSPIRACIÓN
A. El testimonio del AT mismo:
B. El testimonio de Cristo sobre el AT
C. Testimonio de los escritores del NT
3. PASAJES SOBRE LA INSPIRACIÓN DE LA BIBLIA
A. 2 Timoteo 3:16
B. 2 Pedro 1:19-21
C. 1 Corintios 2:13
D. Juan 10:34,35
4. DEFINICIÓN DE INSPIRACIÓN
IV. LA ILUMINACIÓN
1. DEFINICIÓN Y GENERALIDADES DE LA ILUMINACIÓN
2. LOS LÍMITES DE LA ILUMINACIÓN
3. LA CONTRAPARTE DE LA ILUMINACIÓN
4. CÓMO RECIBIR LA ILUMINACIÓN
VI. EL CANON
1. DEFINICIÓN
2. NECESIDAD DE UN CANON
3. EL CANON DEL ANTIGUO TESTAMENTO
4. EL CANON DEL NUEVO TESTAMENTO
5. PRUEBAS DE CANONICIDAD
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6. EL SIGNIFICADO DEL CANON PARA LA IGLESIA
7. LOS LIBROS APÓCRIFOS
A. Definición
B. ¿Por qué se consideran apócrifos?
C. ¿Cuáles son los libros apócrifos?
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BIBLIOLOGÍA
I. INTRODUCCIÓN
1. DEFINICIONES
A. Bibliología: doctrina sobre la Biblia. Es una consideración de los hechos esenciales en relación de la Biblia.
B. Biblia: La palabra Biblia procede del griego “biblia” (libros). El singular es “biblíon”; “biblos” es una forma de
“biblíon” y significa simplemente cualquier clase de documento escrito. Originalmente “biblos” significaba un
documento escrito en papiro, una clase de papel fabricado con una planta egipcia. El antiguo puerto fenicio de
Gebal (cerca del moderno Jebeil, unos 40 kilómetros al norte de Beirut) los griegos le cambiaron el nombre por
Biblos porque era una ciudad famosa por la fabricación de papiros para escribir. Además, los habitantes de Biblos
se hallan entre los primeros que iniciaron la evolución de la escritura e inventaran uno de los primeros alfabetos.
Era, por lo tanto, natural que los griegos llamaran al lugar “Biblos” y, siglos más tarde, al inventarse el códice (un
libro con páginas dobladas en forma de acordeón), persistió el término y llegó a significar “libro”. Nuestra palabra
“Biblia” significa simplemente “libros” y con el tiempo llegó a aplicarse a la colección de libros reconocidos como
partes integrantes de las Sagradas Escrituras.
C. Escritura: “Escritura”, “Escrituras” o “Sagradas Escrituras” son términos que los escritores del Nuevo
Testamento (NT) emplean para referirse al Antiguo Testamento (AT) o a cualquier parte del mismo. Por
“escrituras”, querían decir “Escrituras Divinas”. (Estos términos los encontramos en Mt.21;42; Mr.12:10;Lc.4:21;
24:32; Jn.5:39; Hch.18:24;.Stg.2:8; 2Ti.3:15,16; 2P.3:16). En 2 Pedro 3:16 se llama “escrituras” a las epístolas de
Pablo y probablemente a los Evangelios; de modo que tenemos precedentes de peso para emplear tanto el
Antiguo como el Nuevo Testamento en nuestras Escrituras cristianas.
D. Testamento: Comúnmente este término es conocido como la última voluntad de una persona, en la que ésta
dispone de sus bienes para el momento de su muerte. Pero no es este el sentido que tiene en la Biblia, en la cual
significa “pacto” o convenio. Sería más apropiado hablar de Antiguo Pacto y Nuevo Pacto, pero la tradición (a
partir de Tertuliano) desde hace mucho ha establecido el empleo de la palabra “Testamento”.
Hubieron diferentes pactos entre Dios y los hombres, en especial Israel (Gn.6:18; con Abraham, y sobre todo con
Moisés). El AT relata la historia de cómo funcionaron estos pactos a lo largo de la historia. Pero los judíos
preveían y esperaban un Nuevo Pacto y en él ponían su esperanza; Jeremías (Jer.31:31-34) lo predijo, y Jesús lo
instituyó (Mt.26:28; Lc.22:20) al decir: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre” (1Co.11:25). No es
sorprendente que Pablo mencione el Antiguo pacto (2Co.3:14) y el Nuevo (2Co.3:6). Y el autor de la carta de los
Hebreos hace de la distinción entre los Pactos, uno de sus grandes temas (Hb.8:13ss).
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Había rollos que llegaron a medir 38 cm de altura, aunque los de los escribas no solían tener más de 25 cm. En
cuanto a su longitud, hay algunos que llegaron a medir 40 metros de largo.
El fragmento de papiro más antiguo que se conoce data de 2400 a.C.
Desde el comienzo del siglo II d.C., los cristianos dispusieron las hojas de papiro en cuadernos, formándose así
los “Codex” o “Códices” los cuales hacían menos bulto y podían escribirse de ambos lados.
Lo seco del clima, las arenas de Egipto y las cuevas de Qumram, han permitido la preservación de numerosos
papiros. El papiro estaba en pleno uso hasta el tercer siglo d.C. (2 Jn.12).
B. Pergamino era el nombre que se le daba a las pieles curtidas de ovejas, cabras, antílopes y otros animales.
Estas pieles eran desprovistas del pelo y se las rasqueteaba, con el fin de producir un material de escribir
más durable. La palabra “pergamino” proviene de la ciudad de Pérgamo, en Asia Menor, pues la
producción de este material de escritura estuvo asociada durante algún tiempo con este lugar (2 Ti.4:13;
Ap.6:14).
C. La vitela era el nombre que se le daba al cuero de ternero. A menudo la vitela se teñía de color púrpura.
Algunos manuscritos que se conservan en la actualidad son de vitela púrpura. La escritura sobre vitela teñida era
generalmente de color dorado o plateado. Los rollos más antiguos de cuero datan de alrededor del 1500 a.C.
E. Los instrumentos para escribir eran el cincel para la piedra, estilo metálico para las inscripciones en arcilla y la
pluma. Como tinta se usaba un compuesto de carbón, goma y agua.
5. DIVISIONES
A. División por libros
Así como la Biblia está dividida en dos testamentos, así también éstos se subdividen en varias secciones o
grupos de libros. Son estas secciones las que determinan el orden de los libros de la Biblia, el que no siempre ha
sido el mismo a lo largo de los siglos.
Los cinco rollos se leían en las fiestas anuales: Cantares en Pascua; Rut, en Pentecostés; Eclesiastés, en la
fiesta de los Tabernáculos; Ester, en Purim y Lamentaciones, en el aniversario de la destrucción de Jerusalén.
Jesucristo se refiere a la división tripartita en Lucas 24:44. En este lugar, a la tercera la llama Salmos.
b) Sistema griego. Los traductores de la versión de los Setenta no se limitaron a traducir el AT al griego sino que
además, le introdujeron varias modificaciones en su estructura. Entre ellas podemos mencionar las siguientes:
División de Samuel, Reyes y Crónicas.
Separación de los libros combinados en los Doce, y Esdras y Nehemías.
Cambio de nombre de varios libros.
Nueva agrupación de los libros de los Profetas y de los Escritos.
Así el AT quedó dividido en cuatro secciones que son: la Ley, los libros históricos, los libros poéticos y los libros
proféticos. La diferencia fundamental entre el sistema de división hebreo y griego consiste en que, mientras el
primero parece basarse en la categoría de los escritores, el último se basa en el contenido de los libros.
La división del AT según el sistema griego ha sido la base de la estructura moderna de esta parte de la Biblia.
Sólo ha habido variaciones en el orden de los libros; pero las divisiones han permanecido iguales.
En las versiones modernas de la Biblia los libros del Canon hebreo vienen agrupados en cuatro categorías:
La ley : Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
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Los libros históricos: Josué, Jueces, Rut, 1-2 Samuel, 1-2 Reyes, 1-2 Crónicas, Esdras, Nehemías y
Ester.
Los libros líricos y de sabiduría: Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés y Cantar de los Cantares.
Los profetas: Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel, Daniel y los profetas menores.
Desde luego, tratándose de una división artificial, no todos los libros están en el grupo que les corresponde. Por
ejemplo, Génesis es un libro histórico y Lamentaciones, poético. La mitad de Daniel es histórica en su mayoría, y
la otra mitad profética. Algunos libros poéticos son en gran parte proféticos y además contienen historia. Pero en
general, se han agrupado según su contenido.
2) Divisiones del NT. Siguiendo el sistema de la versión de los Setenta, los dirigentes de la iglesia primitiva
dividieron el NT en cuatro secciones que son:
Libros biográficos: Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Libro histórico: Hechos.
Libros didácticos:
- Epístolas de Pablo: Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1 y 2 Tesalonicenses, 1
y 2 Timoteo, Tito y Filemón.
- Epístola a los Hebreos.
- Espístolas universales: Santiago, 1 y 2 Pedro, 1-3 Juan y Judas.
Libro profético: Apocalipsis.
Como se podrá notar, los libros de la Biblia no están arreglados en orden cronológico, pero en algunas secciones
sí se puede ver tal orden.
2) Los primeros indicadores de versículos variaron desde el uso de espacios entre palabras, hasta letras o
números. No se usaron sistemáticamente de manera universal. Las primeras divisiones en versículos
ampliamente aceptadas aparecieron alrededor del 900 d.C. La división en versículos del NT que tenemos en la
actualidad es obra del impresor Roberto Estienne, quien la hizo en 1550 en un viaje de París a Lyon. No siempre
es buena, y acusa las huellas de su origen: ser hecha durante un viaje; pero se introdujo rápidamente y por ello,
por razones prácticas se mantiene.
La Vulgata Latina fue la primera Biblia que incorporó la división tanto en capítulos como en versículos en el AT y
NT.
Evidentemente, las divisiones por capítulos y versículos no son inspiradas, por lo cual puede ser que a veces,
inclusive, divide en donde no debería haber división. Esto es una razón más por la cual siempre es
importante leer un pasaje en su contexto.
6. SINGULARIDAD DE LA BIBLIA
Es el libro completamente diferente a todos los demás.
A. La Biblia es única en su continuidad:
- Escrita en un período aproximado de 1600 años.
- Escrita a lo largo de 60 generaciones.
- Escrita por más de 40 autores de diferentes clases sociales, incluyendo reyes, campesinos, filósofos,
pescadores, poetas, estadistas, eruditos, etc.
- Escrita en diferentes lugares: Moisés en el desierto, Jeremías en la cárcel, Juan en el exilio de Patmos,
etc.
- Escrito en diferentes épocas: David en tiempos de guerra, Salomón en tiempos de paz.
- Escrito en diferentes estados de ánimo: algunos gozosos, otros en la profunda angustia y dolor.
- Escrito en tres idiomas.
- En su material incluye una infinidad de temas controversiales y, a pesar de esto, mantuvieron una unidad
impresionante a lo largo de los siglos desde el Génesis hasta el Apocalipsis.
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B. Es única en circulación:
La Biblia ha sido publicada en más idiomas y leída por más gente que cualquier otro libro. El primer libro formal
que se publicó fue la Vulgata Latina. Fue impresa en la prensa de Gutemberg (1455).
C. Única en su traducción:
La Biblia fue el primer libro que se tradujo: la Septuaginta (traducción griega del AT hebreo) (250 a.C.).
La Biblia ha sido traducida y vuelta a traducir y parafraseada más que cualquier otro libro existente. La Biblia
entera o partes de ella han sido traducidos en más lenguas que cualquier otro libro. La siguiente es una
clasificación de lenguas por continente, y luego en qué punto del proceso de traducción se encuentra la Biblia o
partes de ella para estas lenguas.
1) División de lenguas en el mundo:
África: 2060
Asia: 2200
Oceanía: 1310
América: 1000
Europa: 230
Total: 6800 lenguas (algunos dicen 7106)
2) Punto que se encuentra en cuanto a la traducción:
Traducción entera de la Biblia: 531
Traducción del NT: 1329
Traducción de una o varias partes: 1023
Traducción que se está llevando a cabo: 2195
Pobladores que hablan un segundo idioma en el cual ya hay una traducción hecha: 400
Lenguas que se están extinguiendo: 400
Lenguas que no tienen traducción de alguna parte de la Biblia: más de 2000
De estas últimas las que tienen necesidad urgente: 1000
Necesidad de traducción que se encuentra bajo análisis: 2200
(datos suministrados por Wycliff 2015)
Para resumir, podemos decir que la Biblia, o partes de ella, ya se encuentra traducida en alrededor de 2300
lenguas. Lo interesante es que, con respecto a varias lenguas, son los mismos traductores de la Biblia los que
están inventando el alfabeto y están enseñando a leer.
D. Única en su supervivencia:
1) Fue escrita en materiales muy delicados, teniendo que ser copiada y vuelta a copiar durante centenares de
años a mano, antes de la invención de la imprenta. Sin embargo esto no perjudicó su estilo, su corrección ni su
existencia. La Biblia, comparada con otros escritos antiguos, tiene más evidencia manuscrita que diez piezas
cualesquiera de literatura clásica combinadas.
2) Supervivencia a través de persecución:
Como ningún otro libro, la Biblia ha soportado los ataques mal intencionados de sus enemigos. Muchos han
tratado de quemarla, de prohibirla y de ponerla fuera de la ley desde los emperadores romanos hasta el
comunismo o el Islam. Voltaire, el destacado incrédulo francés que murió 1778, dijo que cien años después de su
época el cristianismo sería borrado de la existencia y pasaría a la historia. ¿Pero qué fue lo que sucedió?
Solamente 50 años después de su muerte, la Sociedad Bíblica de Génova usó la misma prensa y casa de él para
producir montones de Biblias.
3) Supervivencia en medio de la crítica:
Fue el libro más sujeto a crítica, burla y escepticismo a lo largo de los siglos. Una y otra vez se quiso demostrar
por la arqueología que estaba equivocada. Pero otras tantas, se tuvo que reconocer que era la verdad. Cuanto
más criticada, más personas creen en ella y la aman.
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El historiador Philip Schaff describe la singularidad de ella y al Salvador que ella presenta: “Este Jesús de
Nazaret, sin dinero ni armas, conquistó más millones que Alejandro, César, Mahoma y Napoleón. Sin ciencia y
sin erudición, derramó más luz sobre las cosas divinas y humanas que todos los filósofos y eruditos combinados.
Sin la elocuencia de las escuelas, habló tales palabras de vida como nunca antes o después fueron dichas, y
produjo efectos que yacen más allá del alcance del orador o poeta. Sin escribir ni una sola línea, puso en
movimiento más plumas, y proporcionó temas para más sermones, oraciones, discusiones, volúmenes de
erudición, obras de arte, y cánticos de alabanza que el ejército completo de grandes hombres de los tiempos
antiguos y modernos”.
Conclusión: Lo anterior no es una prueba de que la Biblia sea cierta, pero es una prueba de la singularidad.
Frente a esta aplastante evidencia, si se fuera inteligente, se leería el libro que ha atraído la atención de millones
de personas más que ningún otro en el mundo entero.
Históricamente, las dos vías por las cuales Dios ha iniciado la revelación de Sí mismo se han denominado
revelación general y revelación especial.
1. DEFINICIÓN
A. La revelación general comprende todo lo que Dios ha revelado en el mundo que nos rodea, aun al hombre.
También se la llama Teología Natural. La revelación general provee evidencias de la existencia de Dios.
B. La revelación especial incluye los varios medios que Él usó para comunicar Su mensaje en lo que fue
codificado en la Biblia. Algunas veces la revelación especial es llamada teología revelada. Esta revelación da por
sentada la existencia de Dios.
2. LA REVELACIÓN GENERAL
La Revelación general justamente es eso: general. Es general en su alcance (todas las personas y en todos los
tiempos), geografía (abarca la tierra entera), metodología (emplea medios universales: el sol que sale para todos
o la conciencia humana y también el juicio para aquel que la rechaza).
Teniendo la revelación general el incrédulo no tiene excusa. Si la rechaza cae bajo el justo juicio divino (Ro.1:18-
20).
Para el creyente, esta revelación le da base para evangelizar a aquellos que no conocen las Escrituras
(Hch.14:15-17; 17:23-31). Por otro lado confirma su fe, sabiendo que ésta no está basada en fábulas sino en la
realidad. Por lo tanto su fe no es vana.
B. Objeciones:
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Es evidente que la revelación general no es suficiente. En esta clase de revelación no hay mensaje de salvación,
ni invitación a la comunión personal con Dios. A lo sumo se llega a admitir la existencia de Dios y, acaso, ciertas
señales de Su providencia, pero seguimos ignorando quién es y lo que es para nosotros. Nuestro razonamiento
finito no alcanza para comprender y explicar lo infinito. A causa de su condición caída el hombre no acierta a
obtener un conocimiento correcto de Dios, antes al contrario, pervierte siempre cualquier atisbo de la Divinidad
(Ro.1:21-25). El pecado pervierte el entendimiento y convierte en ineficaz el testimonio de la revelación general.
De ahí que surgen tantas religiones diferentes que aplican la revelación divina bajo un razonamiento oscurecido
por el pecado. Esto es nuestra culpa y, además, trae como consecuencia el juicio de Dios. Entonces el testimonio
de la revelación general se convierte, en el fondo, en un testimonio que nos acusa.
Pero esto no nos debe desesperar porque sabemos que para los que realmente buscan a Dios, Él no está lejos
(Hch.17:24-27). Por ejemplo, el etíope ya buscaba a Dios, por lo cual Dios le envió un Felipe (Hch.8:26-40).
Esto nos debe motivar a alcanzar a aquellos que todavía no escucharon hablar de Dios y también a involucrarnos
en las misiones de alguna forma.
El otro gran peligro surge cuando la revelación especial es dejada de lado para hacerle lugar a la revelación
general pervertida por el pecado. De ahí llegamos al sincretismo de la Teología Liberal del campo protestante,
asociada a un creciente universalismo católico. Uno de los mayores exponentes de esta corriente es Raymond
Paniker, quien ya en mayo de 1967 escribía: “En última instancia, toda religión está misteriosamente dirigida a
Cristo y éste, sorprendentemente, actúa en cada una de ellas. Todo hombre que vive su religión, aún sin saberlo,
está unido a Cristo”. Siguiendo el curso de esta corriente, lamentablemente se llega a una religión general.
3. LA REVELACIÓN ESPECIAL
La revelación especial fue dada a algunas personas en momentos especiales
Dios no sólo se revela por medio de la naturaleza sino que se ha revelado también, de una manera especial, en
ciertos hechos de la historia, culminando en la obra y persona de Jesucristo. Precisamente, uno de los títulos
más expresivos que se dan a Cristo es “el Verbo”, la Palabra. En efecto, Cristo es la Palabra encarnada. Y de la
misma manera que la palabra es el medio por el cual expresamos nuestros pensamientos, Cristo es el medio por
el cual Dios nos ha revelado sus pensamientos divinos (Jn.1:18).
Hay una revelación especial de Dios por medio de intervenciones y mensajes directos al hombre. Pero ¿cómo
podemos conocer esta revelación? Si Dios habló en el pasado de diferentes maneras y en varias ocasiones,
¿cómo la podemos conocer hoy? Sobre todas las cosas, ¿qué conocimiento puedo tener de la Palabra
encarnada, de Jesucristo, si no hubiera quedado registrada de algún modo que la hiciera permanente?
La respuesta evidentemente es la Biblia. Allí tenemos registradas las intervenciones especiales y las revelaciones
de Dios. Por ende, la revelación final que tenemos de todo lo necesario de parte de Dios la encontramos en la
Biblia.
El efecto de la revelación especial es como un lente que nos permite leer de nuevo y correctamente en el libro de
la naturaleza, además de abrir nuestros ojos a la gran salvación que Dios ha obrado en Cristo. Éste es el centro y
la meta de toda revelación.
A. Auto-revelación: Tenemos que resaltar que todo lo que sabemos de Dios nos es dado por Dios mismo. Si no
fuera por el hecho que Él quiere que le conozcamos, esto sería completamente imposible por nuestra parte
(Hb.1:1-3). J.I.Packer, en su libro “Conociendo a Dios” dice: “...el conocer a Dios es cuestión de gracia. Es una
relación en la que la iniciativa parte invariablemente de Dios – como debe serlo, por cuanto Dios está tan
completamente por encima de nosotros y por cuanto nosotros hemos perdido completamente derecho a su favor
por haber pecado. No es que nosotros nos hagamos amigos de Dios; Dios se hace amigo de nosotros, haciendo
que nosotros lo conozcamos a Él mediante el amor que Él nos manifiesta” (Gá.4:9).
B. Formas de revelación:
La suerte: Pr.16:33; Hch.1:21-26.
El Urim y Tumim: Ex.28:30; Nm.27:21; Dt.33:8; 1S.28:6.
Sueños: Gn.20:3,6; 31:11-13,40,41; Joel 2:28.
Visiones: Is.1:1; 6:1; Ez.1:3.
Teofanías: Gn.16:7-14; Ex.3:2; 2S.24:16; Zac.1:12.
Ángeles: Dn.9:20,21; Lc.2:10,11; Ap.1:1.
Profetas: 2S.23:2; Zac.1:1; Ef.3:5.
Eventos: Miq.6:5; Ez.25;7; Jn.1:14.
Jesucristo: Jn.1:14; 14:9.
La Biblia: 2Ti.3:15-17; 2P.1:19-21.
C. La revelación es progresiva: Es evidente que la Revelación que tenemos en las Escrituras fue entregada por
Dios en forma progresiva, es decir, se dio en etapas, en incrementos variables, a diferentes personas, en
diferentes momentos. Lo que ahora tenemos en la Escritura completa es el resultado de un proceso que culminó
en la persona de Jesucristo. Reconocer la naturaleza progresiva de la voluntad de Dios en las Escrituras no
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niega la unidad de las mismas, ya que tienen un sólo autor, Dios mismo, si bien eligió expresarse a través de
personalidades de los varios escritores humanos. Lo agregado en cada etapa no contradice lo revelado
anteriormente, sino que lo expande y profundiza.
D. La revelación está completa: Es evidente que surja la pregunta de si todavía hay revelación de Dios en la
actualidad fuera de la Biblia.
Tenemos que tener en cuenta que el AT, en general, estaba preparando el camino hacia el Salvador. En el NT se
nos relata Su vida, ministerio y muerte y con esto la culminación de las escrituras del AT. La revelación de Dios
llegó a su máxima expresión en la persona y obra de Cristo (Ef.1:8-10; Jn.1:18; Col.1:15; 2:9; Jn.19:30). La
revelación de Dios llegó a su culminación y fin en la persona y obra de Cristo: “en estos postreros días nos ha
hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo... el cual siendo el resplandor de su gloria, y la imagen
misma de su sustancia...” (Hb.1:1,2) . En Juan 17:4 Jesús mismo dice: “...he acabado la obra que me diste...”. El
contexto de este versículo deja muy claro que esa obra era la de revelar el conocimiento de Dios (Ver
especialmente Jn.17:3,6,7).
Pero, ¿qué de lo escrito por los apóstoles? Ya en Juan 14:16,26; 15:26,27, más temprano en esa misma noche,
Jesús había comisionado a Sus discípulos a escribir lo que Él había manifestado. El Espíritu Santo fue prometido
para hacerles recordar lo que Él había mostrado y enseñado, y garantizar la veracidad de lo documentado por
ellos. Este proceso fue completado durante sus vidas, y el Canon del NT fue el producto final. Pablo afirma haber
recibido su revelación directamente de Cristo (Gá.1:1; Ro.16:25,26; Ef.3:1-11). Esta autoridad fue reconocida por
los otros apóstoles (Gá.1:15-24; 2P.3:15,16).
Conclusión: Pretender recibir revelación adicional desmerece la revelación completa y perfecta en Cristo Jesús.
Es hablar sin la autoridad de Cristo, lo que Dios no dejará sin castigo (ver Jer.23).
III. LA INSPIRACIÓN
1. TEORÍAS ERRÓNEAS SOBRE LA INSPIRACIÓN
A. Teoría Naturalista
La Biblia es un producto humano, vacío de elementos sobrenaturales y por lo tanto, dado a error. Esta teoría es
desarrollada por racionalistas, infieles y ateos.
Objeción: ésta no es una teoría sobre la inspiración, sino más bien una negación de la misma.
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B. Teoría de la Intuición
La inspiración es un desarrollo más elevado de esa visión interna natural de la verdad que todos los hombres
poseen en alguna medida. Este punto de vista clasificaría a las Escrituras junto con otros grandes trabajos de
autores tales como Shakespeare, Tennyson, etc, colocándola en la misma categoría.
Objeción: lo que declara ser inspiración en realidad no lo es pues, si así fuera, entonces lo que un hombre podría
estar inspirado a decir, otro podría estar inspirado a calificarlo de falso. El Veda, el Corán y la Biblia no pueden
ser todos verdad porque esto presupone una contradicción que anula la validez de la inspiración.
D. Teoría Parcial
Sugiere que sólo ciertas partes de la Biblia fueron inspiradas. La opinión corriente es que sus verdades
espirituales son dadas por Dios, pero que los detalles históricos, geográficos, cronológicos y científicos no lo son.
Incluidos en este punto de vista están aquellos que enfatizan que la Biblia “contiene” la Palabra de Dios en
contraste con “ser” la Palabra de Dios. También están incluidos aquellos que confieren a las palabras de Cristo
una autoridad por encima del resto de las Escrituras.
Objeción: si solamente partes de la Biblia son inspiradas, ¿quién puede determinar cuáles son esas partes?
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1) Uso general de las Escrituras:
Increpando a Satanás (Mt.4:4,7,10).
Increpando a los líderes (Mr.12:24).
Enseñanzas generales (Mr.11:17).
Enseñanzas concernientes a Sí mismo (Jn.5:39).
2) Su confianza en las Escrituras: (Lc.24:25; Jn10:35; 5:39; Mt.19:4).
3) Testimonio específico de Cristo respecto de los milagros en el AT
Jonás (Mt.12:40).
Conversión de Nínive (Mt.12:41).
Creación del hombre (Mt.19:3-6).
Elías y la sequía (Lc.4:25).
B. 2 Pedro 1:19-21
1) La comparación: en los versículos anteriores (16-18) se presentan los mismos apóstoles como testigos
presenciales de la verdad de Cristo.
En los versículos 19 al 21 se indica que “la palabra profética” es todavía “más segura”, porque recoge el
testimonio no sólo de una generación sino de muchos siglos. Demuestra la superioridad del texto escrito sobre la
propia experiencia personal y, sobre todo, porque es “palabra profética”, es decir, se trata de la palabra de
hombres inspirados por Dios.
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2) La “profecía” o la “palabra profética” no debe ser necesariamente limitada a las porciones proféticas. En la
división judía de las Escrituras (Ley, Profetas y Salmos) como hemos visto, no sólo entra lo que nosotros
entendemos por profetas (Josué, Jueces, Samuel, Reyes, etc.).
Pero si vamos a la definición de profeta veremos algo más. El profeta en el concepto bíblico no es, primeramente,
el que predice el futuro sino el que transmite el mensaje de parte de Dios. En esta definición entrarían todas las
Escrituras.
3) El origen de la profecía:
a) Negativamente hablando “ninguna profecía de la Escritura... fue traída por voluntad humana”. No vino por
propia iniciativa del hombre.
b) Positivamente, “...sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”. Este
“inspirar” en realidad debería decir “llevados”, “movidos” o “impulsados”. La ilustración es el barco a vela llevado
por el viento de popa, como lo fue el barco de Pablo antes de naufragar en las costas de Malta. Los hombres
seguían activos pero no podían hacer nada para cambiar el rumbo o destino del barco.
O sea, los escritores de la Biblia escribieron de parte de Dios, fueron tomados por el Espíritu Santo de manera
total y absoluta, y conducidos a la meta elegida por Dios.
Esto también tiene un segundo e importantísimo significado: a pesar de ser hombres pecadores y con falencias,
esta palabra es completamente segura, inerrante (sin error), porque es dada por inspiración divina. Por lo tanto,
Dios nos dio una Biblia completamente veraz en su texto original.
C. 1 Corintios 2:13
En este pasaje Pablo señala que la revelación de Dios llegó a nosotros en palabras. Esto contrarresta la
suposición de algunos que la inspiración solamente tiene que ver con los pensamientos que Dios quería que
supiéramos, y no con las palabras que expresaron estos pensamientos.
Esto nos lleva otra vez a la inerrancia de las Escrituras. Las palabras mismas son inspiradas. A esto se le llama la
inspiración verbal (Otros pasajes en donde se puede comprobar esto son: Mt.5:18; 22:31,32; Jn.8:58; 1Co.2:13;
Gá.3:16; 1Ts.2:13; He.12.27).
D. Juan 10:34,35
“la Escritura no puede ser quebrantada”. Nótese el contexto del versículo: Cristo se está defendiendo del cargo
de blasfemia. En defensa acude a la cláusula del Salmo 82:6.
Aunque Cristo cita de los Salmos, lo llama “vuestra ley”. Lo hace en el sentido de que todo el AT tiene autoridad
legal valedera.
El término “quebrantada” es el mismo que se usa con respecto a los 10 mandamientos (Mt.5:19) y la ley en
general (Jn.7:23) que no puede ser anulada. Debe ser aceptada tal cual está.
Es interesante notar que Cristo se refiere solamente a una cláusula del AT. Concluimos que la autoridad de las
Escrituras comprende hasta las mismas formas de expresión de sus cláusulas más casuales.
4. DEFINICIÓN DE INSPIRACIÓN
Después de ver lo anterior llegamos a la siguiente conclusión acerca de lo que es e incluye la inspiración de las
Escrituras:
“Dios supervisó a los autores humanos de la Biblia, para que ellos compusieran y grabaran sin error Su mensaje
a la humanidad en las palabras de los escritos originales” C.C.Ryrie
Para pensar
De una forma prodigiosa Dios hizo posible que Su Palabra llegara a nuestras manos. Dudar de la
inspiración sería dudar de la omnipotencia de Dios. Más bien, ¡alabémosle!
Si toda la Escritura es inspirada por Dios ¿qué estás haciendo para absorber más de ella?
Dado que toda la Palabra es “útil”, ¿hay partes que pasas por alto en tu estudio personal?
13
IV. LA ILUMINACIÓN
Como hemos visto, tenemos en nuestras manos el texto bíblico revelado e inspirado. Pero para que realmente
impacte en nuestra vida y no sea simplemente un libro de literatura, necesita de otra intervención divina. Dios no
habría dedicado tanta atención en hacernos llegar Su Palabra, sin proveernos también el medio por el cual
podamos comprender las profundidades de ella. Para ello nos ha dado la iluminación.
El apóstol Pablo escribe al respecto (1Co 2:9 – 3:3): “Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído
oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. 10 Pero Dios
nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 11 Porque
¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie
conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino
el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, 13 lo cual también hablamos,
no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual
a lo espiritual. 14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son
locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. 15 En cambio el espiritual juzga
todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. 16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le
instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo. 3:1 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a
espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no
erais capaces, ni sois capaces todavía,
3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y
andáis como hombres?”
14
se sobreponen a la Palabra. Esto se ve en algunas escuelas rabínicas, la iglesia católica, pero también se da en
el ámbito evangélico.
2) Otra limitación es el misticismo que tiende a poner su supuesta “luz interior” en lugar de la iluminación, por lo
que se empiezan a independizar de las Escrituras, colocando revelaciones propias por encima de la bíblica.
Tengamos muy presente, que si Jesús en su estadía necesitaba, buscaba y era diligente en la cercanía a la
Palabra, ¡cuánto más nosotros!
3) Tiene que haber fe. Sólo las ovejas oyen la voz del Pastor (Jn.10:3,4). En el tiempo de Jesús de los religiosos
incrédulos fue dicho “que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan…” (Mc.4:12). Les explicaba
a sus discípulos, pero oscurecía el entendimiento de los que lo habían desechado. De ahí resulta, que a uno el
mensaje lo impacta y otro lo deja impávido.
El creyente, en líneas generales, es iluminado por el Espíritu a lo largo de toda su vida, pero también depende
mucho cuánto de la iluminación percibida ha puesto en práctica para seguir recibiendo. Aún a los discípulos
camino a Emaús Jesús les tuvo que reconvenir: (Lc 24:25) “¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo
lo que los profetas han dicho! 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su
gloria?” Al no profundizar en las Escrituras, no se cree, lo cual limita para recibir iluminación. Por esta razón, en
varios lugares se nos exhorta: “El que tenga oídos para oír oiga” (Lc.14:35; Ap.2 y 3).
4) Pero la gran limitación de la iluminación es la carnalidad y pecado. Es evidente que algunos reciben más que
otros de las profundidades de Dios. Esto se debe en gran parte, a que el ministerio del Espíritu Santo puede ser
limitado u obstruido por el pecado o la falta de espiritualidad en la vida del creyente. El creyente espiritual
“discierne todas las cosas”. En cambio el carnal tiene necesidad que se empiece con las cuestiones básicas en
vez de recibir el alimento sólido (1Co.2:15; 3:1-3). Por esta razón nuestras iglesias muchas veces son jardines de
infantes con peleas de niños a los cuales siempre de nuevo hay que darles la mamadera en vez que empiecen a
comer por sí mismos y alimentarse con las riquezas de las profundidades bíblicas.
3. LA CONTRAPARTE DE LA ILUMINACIÓN
En lugar de iluminación también existe la ceguera que proviene del endurecimiento del corazón. Llega un punto
que aun recibiendo la Palabra no son capaces de captarla. Esto sucedió en el tiempo de Faraón que endureció
su corazón y llegó el punto que la nube iluminaba a Israel, pero oscurecía todo para los egipcios. Más tarde, el
pueblo de Israel en el AT muchas veces endureció su corazón y ya no podía captar las verdades de Dios
(Is.29:10-13). En el tiempo de Jesús (Jn.9:39) sucedió lo mismo; y aún hoy en nuestro tiempo, es visto en el
inconverso (2Co.4:3,4; 2Ts.2:10-12). Esto es demasiado serio. Jesús dijo: (Jn.12:48) “El que me rechaza, y no
recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.”
REFLEXIÓN
Algo extraordinario ha sucedido. Dios se complació en entregarnos Su propia Palabra en forma escrita. La
tenemos en nuestras manos. El Espíritu Santo nos ilumina para que comprendamos las maravillosas verdades,
conozcamos cada vez más a Dios y seamos transformados cada vez más a la imagen de Cristo. Más allá de toda
terapia, filosofía, religión, cultura o educación, la Biblia es la única que trae verdadera luz espiritual al alma
humana. Ahora la pregunta es: ¿qué hago yo con ella? ¿La leo? ¿La estudio? ¿La medito? ¿La aplico a mi vida,
o sea la obedezco? ¿La comparto?
Que nuestra actitud frente a la Palabra sea la del salmista: “Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas
cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra”.
Que nuestro anhelo sea: (Sal 119:48) “Alzaré asimismo mis manos a tus mandamientos que amé, y meditaré en
tus estatutos”.
¿Quiénes de los que estamos aquí, está dispuesto a hacer lo que hizo Esdras en un contexto de apostasía y
apatía espiritual similar a nuestros tiempos? “Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de
Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos. ” (Esd.7:10). Entonces
experimentaremos lo que dice Salomón: (Pr.4:18) “Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que
va en aumento hasta que el día es perfecto”. ¡Qué esto sea realidad en nuestra vida!
15
1. SU IMPORTANCIA
La Biblia es constantemente cuestionada. Esto no es para sorprenderse. Desde el principio el Tentador ha dicho:
”¿Conque Dios ha dicho?”. Hoy en día hay cuatro áreas principales donde se suele cuestionar lo que dice la
Biblia:
La veracidad científica de la creación y del diluvio.
La historicidad de los eventos de la vida de Israel antes de 1000 a.C. (el reinado de David).
La historia de Jonás y el pez.
Los milagros de Cristo y de los apóstoles.
Frente a los ataques a la Biblia, es necesario afirmar y clarificar la doctrina de la inspiración porque afecta todo lo
demás que uno cree. Si la Biblia no es de confianza en lo que relata de la historia, ¿cómo confiar acerca de lo
que dice de Dios y de la salvación? Si no es correcto referente a la ciencia, ¿cómo puede ser confiable referente
a lo moral?
Por ejemplo, si no se acepta que Génesis 1 al 6 relata hechos históricos, entonces la caída de Adán no explica la
presencia del pecado en la raza humana, tampoco la necesidad de la salvación y por ende, la innecesidad de la
venida de Cristo. Entonces, se puede llegar a la conclusión de que el hombre es básicamente bueno y no
necesita ser salvo. La muerte de Cristo es, por lo tanto, solamente un ejemplo de altruismo y auto-negación.
Negar la veracidad de las Escrituras finalmente lo lleva a uno al agnosticismo y a la inmoralidad.
“El asunto es claro: ¿es verdad la Biblia y sin error dondequiera que habla, inclusive cuando toca la historia y el
cosmos, o es, en algún sentido, sólo revelacional cuando toca temas religiosos? Esa es la cuestión”.
2. SU ALCANCE
La inerrancia trata de los manuscritos originales. McDowell y Stewart dicen:
“Es de monumental importancia para identificar el grado de inspiración incluir todos los libros de las Escrituras,
todas las partes de los libros, y todas sus palabras tal como fueron dadas en el original. No se incluyen las copias
de manuscritos, ni las traducciones que son reproducciones.
Ningún manuscrito ni traducción alguna son inspirados; sólo lo es el original. Sin embargo, para fines prácticos, sí
son inspirados puesto que, con el gran número de manuscritos disponibles para escrutinio hoy en día, la ciencia
de la crítica textual puede darnos un texto suficientemente representativo del original. Por lo tanto, podemos estar
seguros de que al leer la Biblia recibimos la Palabra de Dios”.
3. SU BASE BÍBLICA
A. La naturaleza del profeta como vocero de Dios
Los profetas fueron fieles a las palabras de Dios (Ex.4:30; Nm.22:18; Dt.4:2; Jer.26:2).
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G. La analogía de Cristo y las Escrituras
Los dos tienen aspectos humanos y divinos.
En los dos, el aspecto humano es sin defecto (He.4:15; Jn.17:17).
B. Augustín de Hipona (IV d.C.): “He aprendido a considerar que sólo las Escrituras son inerrantes”.
En una carta a Jerónimo escribe: “He aprendido a dar (a las Escrituras) tal honor y respeto como para creer
firmemente que ni uno de sus autores haya errado en escribir cualquier cosa... (Entonces) si encuentro algo en
estos libros que parece contrario a la verdad, decido que: o el texto está corrupto, o el traductor no siguió lo que
fue realmente dicho, o que no lo alcancé a entender”.
C. Martín Lutero sobre el AT: “Ruego y advierto a cada cristiano piadoso no tropezar con la simplicidad del
lenguaje y de las historias que encuentra allí. No debe dudar que, cuan simples que parecen, son las mismas
palabras, obras, juicios y hechos de la alta majestad, poder y sabiduría de Dios”.
D. Juan Calvino: “Este es el principio que distingue nuestra religión de todas las otras: que sabemos que Dios
nos ha hablado. Y estamos completamente convencidos de que los profetas no hablaron por iniciativa propia,
sino que siendo órganos del Espíritu Santo, solamente hablaron lo que habían sido comisionados del cielo a
comunicar. Quienquiera que desee aprovechar las Escrituras, primeramente debe dejar esto por sentado: que la
Ley y los Profetas no son una doctrina entregada según la voluntad y placer de los hombres, sino dictados por el
Espíritu Santo... Debemos a la Escritura la misma reverencia que a Dios; porque ha procedido de Él solamente, y
no tiene nada perteneciente al hombre mezclado con ella”.
7. CONCLUSIÓN
El debate sobre inerrancia es de fundamental importancia. Por más de cien años la Biblia ha sido atacada
directamente por el erudismo liberal y fue respondida. Últimamente, ha sido también atacada indirectamente por
sus supuestos amigos, quienes confiesan que es la Palabra de Dios, pero con errores. Se debe reconocer esto
por lo que es: la incredulidad. Es una sutil amenaza que socava el cimiento de la fe cristiana.
Juan Wesley dijo: “Si hay algunos errores en la Biblia, pueden haber miles. Si hay una sola mentira en ese libro,
no vino del Dios de la Verdad”:
Podemos concluir con las palabras de J.I.Packer: “Sólo la verdad puede tener autoridad; sólo una Biblia inerrante
puede ser utilizada... en la manera en que Dios quiere que sea usada”.
“...Su texto es palabra por palabra dada por Dios; su mensaje es una unidad orgánica, la Palabra infalible de un
Dios infalible, una red de verdades reveladas centradas en Cristo”.
“La única actitud correcta para nosotros es confesar que nuestras obras son viles y nuestra sabiduría necedad, y
que recibamos con gratitud la justicia perfecta y las Escrituras perfectas de Dios que en Su misericordia nos da.
Cualquier otra cosa es una orgullosa afrenta a la gracia divina. Y la Teología evangélica es obligada a oponerse a
la actitud que subestima el regalo de Escritura y presume corregir la inerrante Palabra de Dios”.
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VI. EL CANON
Al declarar que cierta colección de libros - que surgieron de las experiencias de Israel primeramente y luego de la
de la Iglesia del primer siglo - constituyen “la Palabra de Dios escrita”, hemos de esperar que alguien diga:
¿cómo pueden saber esto? ¿Quién hizo la elección de los libros considerados inspirados y por qué tiene validez?
¿No valen lo mismo los escritos sagrados de la India, Persia, del Corán, etc.? Por lo tanto es importante estudiar
de cómo se llegó a lo que es nuestra Biblia en la actualidad.
1. DEFINICIÓN
El término griego “canon” proviene de una raíz que significa “caña”. Designa una vara para construir algo recto y
derecho, como las reglas de los carpinteros o albañiles. También la regla de las proporciones de la figura humana
y de las construcciones arquitectónicas se incluye en el concepto de “Canon”. En una aceptación pasiva el
“Canon” designa aquello que ha sido aceptado como regla de fe y práctica. En el caso concreto del NT, el Canon
designa el catálogo de los libros sagrados admitidos por la iglesia cristiana. La palabra “Canon” aparece en la
Biblia en Gálatas 6:16, Filipenses 3:16, donde significa que “la nueva creación” es el Canon para el nuevo pueblo
de Dios, “la regla”, la norma del cristiano (2Co.10:13-16).
Orígenes (siglo III d.C) utilizó el vocablo para indicar una “regla de fe”, o sea la norma por la cual hemos de medir
y evaluar. De allí llegó a tener el significado de “lista” o “índice”. Es a partir del Sínodo de Laodicea, del año 363
d.C., que el término “Canon” se aplica definitivamente a la normativa de las Escrituras.
Así, cuando hablamos del “Canon de las Escrituras” nos referimos a la lista de los libros reconocidos
como inspirados por Dios y usados por la Iglesia de Jesucristo. En oposición al Canon de la Escritura se
encuentran los llamados “apócrifos”.
2. NECESIDAD DE UN CANON
Entre las causas que hicieron necesaria la formación de un Canon de las Escrituras consideramos aquí 5:
A. El mandamiento divino de conservar los escritos sagrados. Dios mismo mandó conservarlos, mandamiento
que obedecieron los sacerdotes, Josué y Samuel, así como los profetas y los escribas (Dt.10:4,5; 17:18; 31:26;
Is.30:8; Josué 24:26; 1S.10:25; Ro.3:2).
Un imperativo similar deben de haber sentido los primeros cristianos al conservar los escritos apostólicos (Pedro
conocía las epístolas de Pablo: 2P.3:16).
B. Las guerras y persecuciones originaron la destrucción de gran cantidad del patrimonio literario de los judíos y
cristianos. Estos tenían que saber cuáles de todos ellos eran inspirados y velar para que no se perdiera ninguna
parte de ellos. En cuanto a los judíos, muchos estuvieron dispuestos inclusive a morir bajo las persecuciones de
Antíoco Epífanes con tal de no quebrantar uno solo de los requisitos de la ley mosaica. ¿Cuánto no estarían
dispuestos a sacrificar con tal de guardar su Tesoro, la Palabra de Dios?
En el año 303 d.C. Diocleciano mandó confiscar los libros sagrados de los cristianos. Hubo muchos mártires.
¿Quién iba a morir por lo que era un simple libro religioso? Otra vez había necesidad de saber cuáles escritos
eran canónicos.
C. La proliferación de los libros apócrifos en el período intertestamentario y hasta en los mismos días de los
apóstoles. Los cristianos se veían en la necesidad de distinguir cuidadosamente entre los libros canónicos y los
que no lo eran. Había necesidad de contar con el verdadero Canon del NT para contrarrestar el efecto pernicioso
de las enseñanzas de Marción, hereje que por el año 140 había formado su propio Canon consistente sólo en un
evangelio incompleto de Lucas y 10 epístolas de Pablo.
D. También era necesario tener el Canon NT para saber qué libros constituían la norma de fe y conducta, porque
algunas iglesias usaban libros apócrifos en la lectura bíblica y en la enseñanza.
E. Por la gran expansión del cristianismo a diferentes países había necesidad de traducción de la Escritura a los
diferentes idiomas de los pueblos evangelizados. Para hacerlo tenían necesidad del Canon.
18
Con toda probabilidad, fueron Judas Macabeo y sus allegados quienes dieron estructura a los libros proféticos y
a los “Ketubim”, al dividir en dos grupos los diferentes documentos canónicos que coexistían con los mosaicos.
Eso habría tenido lugar alrededor de los años 164 a.C. Muy importante sobre el particular es el testimonio de
2ªMacabeos: 14,15: “...Reunió Judas todos los libros dispersos a causa de la guerra que hemos padecido, y
ahora los tenemos a mano. Si los necesitáis, enviadnos alguien que os los lleve”.
Después de la destrucción de Jerusalén en 70 d.C. y con esto la dispersión, los judíos se vieron forzados a
buscar algo que mantuviera su unidad e identidad como nación. Ya que no podían reunirse para celebrar el culto
en el Templo de Jerusalén, seguían reuniéndose en sus sinagogas para la lectura de las Escrituras y la oración.
Sin embargo, por la cantidad de libros religiosos, tuvieron que analizar cuáles eran Escritura y cuáles no.
En el año 90 d.C. un grupo de destacados rabinos se reunieron en Jamnia, en la costa de Fenicia, para tratar el
tema del Canon ya existente. El lugar de los libros de Ester, Eclesiastés y Cantar de los cantares fue discutido,
pero fueron al final aceptados como Escritura. Pero en la práctica, el Canon del AT ya estaba determinado antes
de la venida de Cristo.
Como ya vimos, lo realmente relevante es el testimonio de Jesucristo. Aunque Cristo no estuviera de acuerdo con
las tradiciones orales de los fariseos (Mt.15; Mr.7), su actitud era bien distinta hacia el Canon del AT. Dijo: “Estas
son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está
escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas, y en los salmos” (Lc.24:44). Es interesante observar que se
refiere a las tres divisiones de las Escrituras hebreas.
Con excepción de Rut, Cantar de Cantares y Ester, el NT ratifica claramente la canonicidad de la Biblia hebraica.
Los cristianos de Berea fueron alabados por su interés en comprobar a través de las Escrituras del AT las nuevas
enseñanzas que traían los apóstoles (Hch.17:11). Esto evidentemente señala la aceptación plena del AT como
Canon por la Iglesia primitiva.
Los Padres de la Iglesia aceptaron (exceptuando a Agustín, quien incluyó los libros apócrifos) los mismos 39
libros que fueron reconocidos por los judíos como Escritura.
La Iglesia protestante sigue las pisadas de la Iglesia de los primeros siglos, y de los reformadores del siglo XVI,
aceptando el Canon judío como inspirado.
El factor principal para determinar la canonicidad de los libros del NT fue la inspiración de Dios, y su prueba
principal era su calidad de apostólico. Por esto, no se quiere decir que necesariamente los escritores tenían que
ser apóstoles, sino que tenían autoridad apostólica o la aprobación de un apóstol. (Como hemos visto más arriba)
Cristo había prometido que el Espíritu Santo iba a guiarles a toda verdad (Jn.16:13), indicando la inspiración de
sus escritos. Se afirma también que la Iglesia está edificada “sobre el fundamento de los apóstoles y profetas”
(Ef.2:20). En Hechos 2:42 leemos que uno de los elementos que unían a la recién nacida Iglesia era “la doctrina
de los apóstoles” .
La lista más antigua de la cual tenemos conocimiento de nuestros 27 libros del NT, tal cual hoy la conocemos,
data del 367 d.C. formulada por Atanacio de Alejandría en su epístola de Pascua de Resurrección.
Otro dato interesante es la inmensa cantidad de citas del NT por los escritores cristianos. Dean Burgon, en su
gran índice de citas patrísticas, descubrió 22.534 citas del NT sólo en los escritos de Justino Mártir, Ireneo,
Clemente de Alejandría y Orígenes. El profesor Johnstone ha mostrado en sus “Principios de evidencia en la
investigación crítica”, que hacia el principio del tercer siglo, en nuestra era, había unos 2 millones de cristianos en
el mundo y que la creencia de autores como Ireneo, o Clemente o Terturliano, de que el NT era de autoridad
divina era aceptada por todo el mundo cristiano de aquel tiempo.
El sínodo de Hipona (393 d.C.) reconoció los 27 libros que hoy tenemos en nuestro NT. Esto luego fue
promulgado en el Concilio de Cartago (397 d.C.). Desde esta época no ha habido seria oposición al Canon
neotestamentario.
5. PRUEBAS DE CANONICIDAD
Habían diferentes pruebas que se hacían para aceptar un escrito en el Canon de la Biblia. Se formulaban las
siguientes preguntas:
A. ¿Es autoritativo? ¿Proviene de la mano de Dios?
B. ¿Es profético o apostólico? ¿Fue escrito por un hombre de Dios?
C. ¿Es auténtico? Los padres de la Iglesia trabajaron sobre el modus operandi de que “si estás en duda,
deséchalo”. Tenía que concordar con el resto de la Biblia (Hch.17:11, Gá.1:9).
D. ¿Es dinámico? ¿Tiene el poder de Dios que transforma vidas? ¿Es una realidad prometida por Dios?
(Is.55:10,11; Hb.4:12)
E. ¿Fue recibido, reunido, leído y usado? ¿Fue aceptado por el pueblo de Dios? No era necesario que lo
aceptaran los incrédulos o herejes porque, de todas formas, no lo podían comprender (1Co.2:14). Todo lo que es
instituido por Dios, Dios tiene el cuidado de revelárselo a los suyos. Este papel le cupo al Espíritu Santo.
19
6. EL SIGNIFICADO DEL CANON PARA LA IGLESIA
La relación entre la Iglesia –el pueblo de Dios– y la Escritura –Palabra de Dios– es la siguiente, según
comprobamos el alcance del Canon para todas las generaciones hasta que vuelva Cristo:
A. La Iglesia confesó, pero no otorgó la canonicidad de los libros inspirados.
B. La Iglesia informó al mundo, y sigue informándole, tocante al fundamento sobre el cual se apoya. Pero ella no
formó dicho fundamento.
C. La Iglesia fue la editora, pero no la autora del Canon. Puso en circulación los escritos que había recibido
primero.
D. El Canon fue reconocido, no formado
E. El Canon debe controlar la Iglesia, no la Iglesia el Canon.
F. El Canon es una norma cerrada: ha sido dado una vez por todas en el cumplimiento de los tiempos. No habrá
otra revelación hasta la segunda venida de Cristo.
G. La autoridad precede a la canonicidad. Los escritos bíblicos están en el Canon porque son inspirados. No
tienen autoridad por encontrarse en el Canon, sino por tener autoridad se encuentran en él.
H. La Iglesia es el fruto del Canon. El Canon es la autoridad divina y constituye la regla infalible, suprema y
definitiva por la que debe regirse el cristiano y la Iglesia, en todo lo que atañe a su fe y a su conducta.
20
Abgaro, de Pablo a los Laodicenses, de Pablo a Séneca, de Pedro a Santiago, y La Epístola perdida de Pablo a
los Corintios.
Para meditar:
Gracias al Canon tenemos hoy una revelación de Dios completa y suficiente. Es completa porque no le
falta ningún libro, y suficiente porque no necesita de ningún otro. Todo lo necesario para la Salvación de
nuestras almas lo encontramos en la Palabra de Dios.
Si Dios se encargó de revelar Su voluntad a diferentes personas, también se encargaría de que cualquier
persona, aún muchos años después, supiera cuál era Su Palabra.
Si Dios se dio tanto trabajo para que Su Palabra llegara a nuestros días y a nuestras manos de forma
íntegra y segura, ¿qué valor le doy a esta Palabra?
En cuanto a la transmisión del A.T. a nuestro tiempo, los especialistas están asombrados acerca de la prodigiosa
exactitud de las copias a lo largo de miles de años. Tomando el tema de los reyes de Israel como ejemplo, el
especialista Robert Dick Wilson afirma: “Hay alrededor de cuarenta de estos reyes que vivieron desde el 2.000
a.C hasta el 400 a.C. Cada uno aparece en orden cronológico… con referencia a los reyes del mismo país y con
respecto a otros reyes de otros países… posiblemente no podría caber en la imaginación una evidencia más
fuerte de la precisión substancial del A.T. que esta colección de reyes”. Matemáticamente, es de una posibilidad
en 750.000.000.000.000.000.000.000 que esta precisión fuese una mera circunstancia. Añade también: “La
prueba de que las copias de los documentos originales han sido transmitidas con substancial corrección durante
más de 2.000 años no puede ser negada.”
2. LA CONFIRMACIÓN ARQUEOLÓGICA
El muy reconocido arqueólogo judío Nelson Glueck escribió: “Puede declararse categóricamente que ningún
descubrimiento arqueológico ha contradicho alguna referencia bíblica”. Declara que el registro histórico de la
Biblia es de una “casi increíble precisión” por ser respaldado por los hallazgos arqueológicos.
La crítica bíblica siempre ha cuestionado la veracidad de los hechos históricos y lugares de los cuales habla la
Biblia. Una y otra vez arqueólogos ateos se han propuesto demostrar que los detalles históricos o geográficos de
los relatos bíblicos eran incorrectos. Pero otras tantas veces tuvieron que reconocer el error de sus suposiciones
y la veracidad de los detalles históricos de la Biblia. Cada vez más, la Biblia es tomada en serio como fuente
histórica.
Merrill Unger llega a la conclusión de que “la arqueología del A.T. ha redescubierto naciones enteras, ha
resucitado pueblos importantes, y de la manera más asombrosa ha llenado las lagunas históricas, haciendo
inmensurables añadiduras al conocimiento de los contextos bíblicos.”
21
- Existe evidencia sobrada acerca de la existencia de los reinos de Asiria, Egipto, Edom, Moab, Amón,
Babilonia, Medo-Persa, Griego, Romano, etc.
- Infinidad de detalles, nombres, lugares, situaciones, oficios e inclusive construcciones que aparecen en
los relatos del N.T., han sido comprobados como veraces. Por ejemplo en Romanos 16:23, Pablo hace
mención del tesorero de la ciudad llamado Erasto. Se ha encontrado un embaldosado en la ciudad de
Corinto con la inscripción que Erasto había donado estas lozas. Casi todas las ciudades que aparecen en
el libro de Hechos se han encontrado. Inclusive el Enlosado donde fue juzgado Jesús, por muchos años
una incógnita, ha sido hallado.
Habría una cantidad impresionante de ejemplos más. La realidad es que la Biblia está históricamente probada.
B. La Septuaginta: La primera y más antigua traducción de todo el AT apareció en círculos judíos de Alejandría
(Egipto) entre los años 260 al 150 a.C. Fue vertida al griego por muy diversos traductores y se conocen bajo el
nombre de Septuaginta o versión de los Setenta (LXX). Dicho nombre se debe a una leyenda según la cual 72
traductores (6 por cada tribu de Israel) hubieron llevado a cabo este trabajo. El valor de la Septuaginta radica en
el hecho de que sería ampliamente usada por la iglesia primitiva. De cada 7 citas del AT que encontramos en el
Nuevo, seis son tomadas literalmente de la versión de los LXX. Lucas y el escritor de Hebreos fueron los que
más la utilizaron. Sirvió de base para la predicación apostólica, a la extensión del Evangelio. Asimismo su texto
fue utilizado para las demás versiones antiguas del Viejo Testamento: Vulgata, Vetus latina, Peshita, copta,
etíope, armenio, gótico, árabe, georgiano, eslavónico, etc.
Los títulos que hoy le damos a los libros del AT proceden en parte de la LXX (parcialmente de la Vulgata, que es
la traducción latina de la LXX).
Con el tiempo los cristianos la adoptaron, llegando a colocarla junto al NT griego para así constituir la Biblia
griega completa.
22
C. La Vulgata: En el siglo II d.C., cuando el latín sustituyó al griego como lengua internacional, comenzaron a
aparecer traducciones latinas. Con el pasar de un siglo o dos, y conforme se extendió el empleo del latín, las
versiones latinas crecieron en cantidad pero llegaron a ser tan variadas y difíciles que Dámaso, obispo de Roma,
encargó a un gran erudito de los siglos IV y V la producción de un texto latino estable. Éste fue traducido del
hebreo, del latín antiguo y del griego. Es muy significativo que haya usado el texto hebreo, lo que no era
costumbre. Este hombre se llamó Jerónimo. Su versión se llamó la Vulgata. Su nombre significa: “común” (de
vulgar) e incluye tanto el AT como el Nuevo. Sigue siendo la Biblia oficial de la Iglesia Católica Romana, aunque
no se le otorgó reconocimiento oficial hasta el Concilio de Trento en 1546.
E. Versiones coptas (siglos III y IV d.C.). El copto era el idioma de los primitivos cristianos egipcios. Tenía
caracteres similares al griego. Los cristianos produjeron la Biblia en diversos dialectos coptos.
F. Otras versiones antiguas: Gótica (antiguo germano del siglo IV); Armenia (IV), Georgiana (antiguos pueblos
de Georgia, cerca de los mares Negro y Caspio, alrededor del siglo V); Etíope (IV o V); Nubia (entre Egipto y
Etiopía de fecha desconocida); Sogdiana (Asia Central y de fecha desconocida); Eslavo antiguo (cerca del siglo
IX); y Árabe antiguo (del siglo XIII en adelante).
3. LA BIBLIA EN CASTELLANO
Mucho antes de la invención de la imprenta, España poseía las Sagradas Escrituras, primero en latín y luego en
español. Pero el problema era que al ser copias a mano eran muy caras, y sólo algunos privilegiados la podían
tener. Aparte de esto el analfabetismo era tan grande que muy pocos sabían leer. Pero lo que más impidió la
extensión de la Biblia en español fueron las constantes prohibiciones y persecuciones por tener una Biblia en
lengua común. Las reiteradas prohibiciones hacen entender que ya desde el siglo XIII se conocía en Cataluña la
Biblia en lengua vulgar. Por entonces ya los valdenses y albiguenses habían ganado adeptos en España.
A. Biblias Alfonsinas (XIII): El más antiguo ejemplar de la Biblia en español se conserva en el museo de El
Escorial. Es la llamada Biblia Prealfonsina, una de las obras de Alfonso X (1221-1284). Obra del mismo Rey
Sabio es la Biblia Alfonsina, parte de la Grande y General Estoria. Alfonso X, en colaboración con sabios
moros y judíos, escribió obras en las cuales la lengua castellana fue depurando su estilo y alcanzando inusitado
esplendor. De este modo, la Biblia influyó en la evolución de nuestro idioma en aquellos días.
B. Traducciones de judíos conversos: Los siglos XIV y XV vieron un gran auge en cuanto a producciones
bíblicas. R.Salomón, judío convertido al catolicismo, produjo una traducción paralela: una columna de la Vulgata
junto a otra de la traducción española, hecha directamente del hebreo.
El rabí Mosé Arrangel invirtió 9 años para hacer un lujoso códice de vitela bellamente ilustrado y caligrafiado. Lo
terminó en 1430 y se llamó la Biblia de la casa de Alba.
Una traducción que se ha perdido en las persecuciones del “Santo Oficio” fue la del judío Martín de Lucena.
En 1498 los Reyes Católicos decretaron la expulsión de los judíos. Éstos se llevaron a España en su corazón, y
aún conservan amorosamente su idioma. En el exilio continuaron produciendo traducciones españolas del AT,
publicadas principalmente en Amsterdam (Holanda) y en Ginebra (Suiza).
Luego en España siguieron tres siglos de represión antibíblica con lo cual se limitó mucho la elaboración de
nuevas versiones aunque se siguieron haciendo algunas.
Fuera de España, bajo mayor libertad, varios judíos siguieron con su labor de traducción. Dos de ellos Jom Tob
Athías (conocido como Duarte Pinel) y Jerónimo Vargas, bajo el patrocinio del Duque Hércules II de Ferrara
producen en 1533 la Biblia de Ferrara (AT).
C. Las Biblias protestantes en Español: La Reforma encontró bien abonado el terreno español, según hemos
visto por la gran difusión de las Sagradas Escrituras debida en gran parte al pueblo judío.
En el siglo XVI Juan de Valdés tradujo los Salmos, Romanos y Corintios.
Bajo la influencia de Meláncton, y naturalmente en el extranjero, Francisco de Enzimas en 1543 tradujo el NT.
Dedica su traducción al emperador Carlos V con la cita de Josué 1:8, buen consejo para todo gobernante.
Entre 1556 y 1557 Juan Pérez de Pineda publicó en Ginebra su bella traducción del NT y los Salmos. Juan
Pérez de Pineda dedicó toda su vida a esparcir la Palabra de Dios, y para contribuir en la empresa aun después
de morir, dedicó por testamento todos sus bienes a la impresión de una Biblia completa en español.
Casiodoro de Reina, perseguido por la inquisición huyó a Basilea donde se imprime su obra “La Biblia del Oso”
en 1569. Se trata de la primera traducción castellana completa de la Biblia, hecha sobre los textos originales, y
constituye un notable documento de nuestra lengua. Se llama “del Oso” porque en su portada se encuentra la
figura de un oso empinado, que chupa un panal de miel silvestre. Debajo está impreso, en letras hebreas y
castellanas este pasaje de Isaías 40: “La Palabra del Dios nuestro permanece para siempre”.
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A pesar de la rigurosísima censura de libros, se sabe que varios centenares de estas Biblias penetraron en la
Península entre 1570 y 1630.
Cuidadosamente revisada por Cipriano de Valera, en 1602 apareció en Amsterdam, la 2ª edición de la Biblia del
Oso, bajo el título de: “La Biblia”. Contiene el AT y el NT revisados y conferidos con los textos hebreos y griegos
y con diversas translaciones.
En su exhortación al cristiano lector, dice Cipriano de Valera: ”Nuestro buen Dios y Padre, que tanto desea y
procura nuestra salvación, y que ninguno de nosotros se pierda por ignorancia, sino que todos vengamos al
conocimiento de la verdad, y que así seamos salvos, nos manda muy expresamente, y no en un lugar, sino en
muchos, que leamos la sagrada Escritura, que la meditemos, escudriñemos y rumiemos...”.
Hoy en día, la “Reina-Valera” sigue siendo la versión bíblica de mayor circulación en todo el mundo hispano.
Al finalizar la Edad Media, la lectura de la Palabra de Dios en lengua común fue prohibida. Ahí se entró en los
oscuros siglos de persecución de la Palabra (XVI – XVIII). Se registraron numerosas quemas públicas de Biblias,
como las de Valencia (1488), de Sevilla (1490), y de Salamanca (1492). Se prohibió la lectura de la Palabra a no
ser en griego, hebreo, latín o caldeo. Este veto fue renovado y confirmado por el concilio de Trento. Esta noche
bíblica duraría 223 años. En julio de 1757 esta prohibición fue levantada, con tal que las versiones leídas fueran
autorizadas por la “Silla Apostólica”. Pero todavía demoró un cuarto de siglo hasta que esta ley fue válida en
Castilla y Aragón.
Esto produjo una verdadera avalancha de nuevas traducciones, de manera que entre 1784 y el principio de la
guerra de la Independencia surgieron 26 versiones nuevas.
De ahí en más surgieron infinidad de versiones protestantes, y desde 1922 se editaron 52 versiones católicas
entre las cuales se destacan la “Biblia Nácar-Colunga” (1944), “Bover-Cantera”, “Ediciones Paulinas” (1964),
“Biblia de Jerusalén” (1967), entre otras.
Las persecuciones a las versiones evangélicas seguían después de la guerra civil. En 1940 fueron confiscados y
destruidos los 110.000 ejemplares existentes en la Sociedad Bíblica Madrileña. Operación que se repitió en 1956
con 35.000 ejemplares del NT y Salmos, aparte de constantes incautaciones y censura.
“La hierba se seca, y la flor se cae; mas la Palabra del Señor permanece para siempre”
1P.1:24,25
Si la Biblia es lo que dice ser, entonces hemos de leerla, meditarla y apropiarnos de su contenido.
“Nunca se apartará de tu
boca este libro de la ley, sino “¡Cuán bienaventurados son
que de día y de noche los de camino perfecto, los
meditarás en él, para que que andan en la ley del
guardes y hagas conforme a Señor!
todo lo que en él está ¡Cuán bienaventurados son
escrito; porque entonces los que guardan sus
harás prosperar tu camino, y testimonios, los que de todo
todo te saldrá bien” corazón le buscan!”
Josué 1:8 Sl.119:2 (B.A.)
Bibliografía
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El Canon de la Sagrada Escritura – Brooke Foss Westcott (Clie 1987)
¿Es la Biblia Palabra de Dios? – W.Graham Scroggie (Clie 1984)
Teología Sistemática – Chafer (Ed.Españolas 1986)
Inspiration und Autorität der Bibel (Inspiración y autoridad de la Biblia) – René Pache (Brokhaus – 1968)
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