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(CASO DE ESTUDIO)
1. DATOS GENERALES:
Edad y sexo:
Fecha de nacimiento:
Escolaridad
Numero de entrevistas
2. MOTIVO DE CONSULTA
El motivo de consulta es la razón por la que el paciente busca ayuda. Por lo general, es el primer
enunciado completo, o los primeros dos, de la respuesta a la pregunta inicial: “Platíqueme del
problema que lo trajo aquí”.
El motivo de consulta es importante por dos razones: 1. Porque suele ser el problema predominante
en la mente del paciente; sugiere el área que se debe explorar primero.
2. En contraste, a veces el motivo de consulta es una negación llana de que exista algún problema.
Cuando esto sucede, advierte acerca de la autoobservación, inteligencia o cooperación del paciente.
Las primeras palabras del paciente no siempre expresan la verdadera razón para buscar ayuda.
Algunos no la reconocen y otros pueden sentirse avergonzados o temerosos de lo que les puedan
decir.
Algunas veces se puede determinar la motivación subyacente del paciente sólo cuando pensamos
que la evaluación inicial ha concluido. Sin importar qué clase de queja inicial se presenta, se debe
anotar con las palabras exactas del paciente, para después contrastarla con lo que crees que lo ha
impulsado a buscar ayuda.
3. OBJETIVOS DE EVALUACIÓN
(Teniendo en cuenta el motivo de consulta, qué les interesaría a Uds. como psicólogos evaluar del
Caso y de cada contexto en el que el cliente se desenvuelve (Social, familiar y Educativo). Recuerden
que los objetivos siempre deben iniciar por verbos y deben estar encaminados a la búsqueda de
variables que permitan mejorar la compresión y la transformación de la problemática en general.
No son objetivos de intervención solo de evaluación.
4. TECNICAS DE EVALUACION: Mencionar posibles técnicas de acuerdo a Modelo de
Evaluación escogido.
Acalculia. Se refiere a diversos trastornos que afectan la capacidad del paciente de llevar a
cabo cálculos. El problema puede ser secundario a una pérdida de comprensión de símbolos
escritos (es decir, alexia para numerales), o a dificultades en el uso de la información
espacial necesaria para alinear correctamente las columnas en problemas aritméticos
escritos. La acalculia también puede ser causada por una incapacidad para recordar o utilizar
datos aritméticos o por una pérdida primaria de conocimiento aritmético conceptual. La
acalculia puede ocurrir con una lesión del hemisferio cerebral izquierdo que produzca
afasia, pero es más probable que esté asociada con lesiones de la región temporal o parietal
posterior.
Agnosia. Se refiere a una serie de trastornos que no pueden ser explicados por pérdida
sensorial primaria y que involucran la pérdida de reconocimiento de información aprendida
previamente. La agnosia puede ocurrir en cualquier modalidad sensorial (p. ej., visual o
auditiva), y puede involucrar tipos específicos de material (p. ej., prosopagnosia para
rostros). La agnosia rara vez ocurre de manera aislada con respecto de otras limitaciones en
la cognición, pero esto puede ser así con la presencia de lesiones altamente específicas. La
agnosia es provocada por lo general por una lesión en el área sensorial primaria de la
modalidad afectada, y en más probable que ocurra con lesiones bilaterales, más que con
unilaterales.
Alexia. Es un trastorno de lectura adquirido que puede ocurrir de manera aislada, pero que
se observa más comúnmente acompañada de síntomas de afasia. Existen varios subtipos
distintos de alexia, incluyendo la alexia pura, en la que los pacientes pueden leer letras
individuales, pero no palabras, y la alexia profunda, en la que los pacientes comenten
numerosos errores sintácticos y semánticos. La alexia pura es muy probablemente el
resultado de una lesión en el área occipital-temporal del hemisferio izquierdo, mientras que
la alexia profunda es muy probablemente consecuencia de una lesión que afecte al área de
Broca del hemisferio izquierdo (véase Afasia). El término dislexia se usa típicamente para
designar a los trastornos de desarrollo referentes a la lectura.
Amnesia. Este clásico trastorno de memoria adquirido se caracteriza por una incapacidad
de retener información nueva. Los pacientes con amnesia siguen estando alertas y pueden
ser capaces de recordar información aprendida antes de la aparición del trastorno. La
amnesia anterógrada se refiere a la incapacidad de aprender o recordar información que
haya sido presentada desde que ocurrió la lesión, y la amnesia retrógrada se refiere a la
incapacidad de recordar información sabida desde antes de que se diera la lesión. Algunos
pacientes tienen dificultades de atención o de recuperación que pueden afectar de manera
importante el desempeño de la memoria. A estos trastornos se les considera como
modalidades distintas de amnesia verdadera. Muchos pacientes con amnesia pueden
mostrar una capacidad notable para aprender habilidades motrices practicadas, y pueden
dar evidencias de aprendizaje perceptual. Una lesión que afecte al hipocampo o a las
estructuras de los lóbulos temporales mediales adyacentes se considera crucial para la
presentación de este trastorno, a pesar de que lesiones por ejemplo en tálamo anterior,
fórnix, cuerpos mamilares y amígdalas también pueden ser importantes.
Otras afasias se caracterizan por habla escasa y laboriosa que enfatiza los nombres,
pronombres y algunos verbos comunes, pero careciendo de estructura de oración. Estos
pacientes también pueden cometer errores parafásicos, típicamente de la variedad
fonémica, y violentar de manera flagrante las convenciones de orden de las palabras y de
estructura de las oraciones (p. ej., “Allá ir”, en vez de “Yo fui allá”). Los pacientes con afasias
no fluyentes parecen tener típicamente una mucho mejor comprensión de lenguaje
auditivo y escrito que los pacientes con afasias fluyentes, sin embargo pueden interpretar
de manera errónea frases más largas o complejas.
Muchas afasias afectan todos los sistemas de respuesta relacionados con el lenguaje,
incluyendo capacidades para repetir, leer y escribir. En algunos casos, estos sistemas de
respuesta pueden estar discapacitados o conservados selectivamente, dependiendo de la
localización específica de la lesión causativa. Algunos de los síndromes de afasia clásicos
incluyen la afasia de Broca (no fluyente; repetición, lectura y escritura pobres, pero
comprensión relativamente conservada), y la afasia de Wernicke (fluyente; habla vacía con
grados variables de errores parafásicos y comprensión, repetición, lectura y escritura
pobres). Algunos pacientes con afasias se ubican dentro de estas categorías, pero muestran
capacidad de repetición relativamente conservada. De estos pacientes lo clásico es decir
que tienen afasias transcorticales, y éstas pueden ser fluyentes o no fluyentes. Algunos
pacientes con afasia pueden repetir de manera más pobre de lo que podría sospecharse a
partir de su habla espontánea. A estos pacientes lo clásico es clasificarlos como que tienen
afasia de conducción. La mayoría de las veces, la afasia es un trastorno del hemisferio
cerebral izquierdo (en la mayor parte de adultos con predominio de mano derecha, y en un
número importante de éstos con predominio de mano izquierda). Los pacientes con afasia
no fluyente tienden a padecer lesiones que afectan el lóbulo frontal y a veces el lóbulo
parietal anterior, mientras que los pacientes con afasia fluyente tienden a padecer lesiones
que afectan a los lóbulos temporal y parietal inferior. Variaciones ligeras en cuanto a la
localización de la lesión pueden significar diferencias amplias en la presentación clínica de
la afasia.
Referencias: