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DARWIN Y LA SELECCIÓN NATURAL}

https://es.khanacademy.org/science/biology/her/evolution-and-natural-
selection/a/darwin-evolution-natural-selection

Darwin, evolución y selección natural

Puntos más importantes:

 Charles Darwin era un naturalista británico que propuso la teoría de la evolución


biológica por selección natural.

 Darwin definió la evolución como "descendencia con modificación", la idea de que


las especies cambian a lo largo del tiempo, dan origen a nuevas especies y
comparten un ancestro común.

 El mecanismo que Darwin propuso para la evolución es la selección natural.


Debido a que los recursos son limitados en la naturaleza, los organismos con rasgos
heredables que favorezcan la supervivencia y la reproducción tenderán a dejar una
mayor descendencia que sus pares, lo que hace que la frecuencia de esas
características aumente a lo largo de varias generaciones.

 La selección natural hace que las poblaciones se adapten o se vuelvan cada vez
más adecuadas a su entorno con el paso del tiempo. La selección natural depende
del medio ambiente y requiere que existan variaciones heredables en un grupo.

¿Qué es la evolución?

La idea básica de la evolución biológica es que las poblaciones y las especies de


organismos cambian con el tiempo. Hoy en día, cuando pensamos en evolución,
tendemos a relacionar esta idea con una persona: el naturalista británico Charles
Darwin.

En la década de 1850, Darwin escribió un libro controversial e influyente llamado El


origen de las especies. En él, propuso que las especies evolucionan (o, como lo dijo
él, tienen "descendencia con modificaciones") y que todos los seres vivos pueden
rastrear su ascendencia a un antepasado común.
Darwin también sugirió un mecanismo para la evolución: la selección natural, en la
que los rasgos heredables que le ayudan a un organismo a sobrevivir y
reproducirse, se vuelven más comunes en una población a lo largo del tiempo.
En este artículo, examinaremos más de cerca las ideas de Darwin. Veremos cómo
surgieron a partir de sus viajes alrededor del mundo en el barco HMS Beagle y
también analizaremos un ejemplo de cómo funciona la evolución mediante
selección natural.
Darwin y el viaje del Beagle
El libro seminal de Darwin, El origen de las especies, expone sus ideas acerca de
la evolución y la selección natural. Estas ideas se basaron en gran medida en las
observaciones directas que Darwin realizó en sus viajes alrededor del mundo. De
1831 a 1836 fue parte de una expedición de investigación realizada a bordo del
barco HMS Beagle, la cual hizo paradas en Sudamérica, Australia y la punta sur de
África. En cada parada, Darwin tuvo la oportunidad de estudiar y catalogar las
plantas y los animales de la localidad.

En el transcurso de sus viajes, Darwin empezó a observar patrones interesantes en


la distribución y las características de los organismos. Podemos ver algunos de los
patrones más importantes que descubrió en la distribución de los organismos
estudiando las observaciones que realizó sobre las islas Galápagos en la costa de
Ecuador.

Crédito de imagen: "Los pinzones de Darwin," de John Gould (dominio público)


Darwin encontró que las islas cercanas en las Galápagos tenían especies similares,
pero no idénticas, de pinzones. Más aún, notó que cada especie de pinzón era
adecuada a su entorno y su función en este. Por ejemplo, las especies que comían
semillas grandes tenían picos grandes y duros, mientras que las que consumían
insectos presentaban picos delgados y puntiagudos. Finalmente, observó que los
pinzones (y otros animales) de las islas Galápagos eran parecidos a las especies
que se encontraban en la parte continental de Ecuador, pero distintas de las del
resto del mundo

Darwin no dedujo todo esto durante su viaje. De hecho, ¡ni siquiera se dio cuenta
de que los pinzones eran especies emparentadas pero diferentes hasta que le
mostró sus especímenes a un ornitólogo (biólogo de aves) experto varios años
después, Sin embargo, elaboró gradualmente una idea que pudiera explicar el
patrón de los pinzones emparentados pero diferentes.
De acuerdo con la idea de Darwin, este patrón tendría sentido si las islas Galápagos
hubieran estado habitadas desde hace mucho tiempo por aves provenientes del
continente vecino. En cada isla, los pinzones se adaptarían gradualmente a las
condiciones locales (a lo largo de varias generaciones y durante largos periodos de
tiempo). Este proceso pudo haber llevado a la formación de una o más especies
distintas en cada isla.

Pero, si esta idea era correcta, ¿por qué lo era? ¿Qué mecanismo podía explicar de
qué manera cada población de pinzones había adquirido adaptaciones o
características que la hacían más adecuada para vivir en su entorno inmediato?
Durante su viaje, y en los años que le siguieron, Darwin desarrolló y refinó un
conjunto de ideas que podrían explicar los patrones que observó durante su viaje.
En su libro, El origen de las especies, Darwin explicó sus dos ideas fundamentales:
la evolución y la selección natural.

Evolución

Darwin propuso que las especies cambian con el tiempo, que las especies nuevas
provienen de especies preexistentes y que todas las especies comparten un
ancestro común. En este modelo, cada especie tiene su propio conjunto de
diferencias (genéticas) heredables en relación con su ancestro común, las cuales
se han acumulado gradualmente durante periodos de tiempo muy largos. La
repetición de los eventos de ramificación, en los que las nuevas especies se
desprenden de un ancestro común, produce un "árbol" de muchos niveles que une
a todos los seres vivos.
Darwin se refirió a este proceso, en el que los grupos de organismos cambian en
sus características heredables a lo largo de generaciones, como "descendencia con
modificaciones". Hoy en día, lo llamamos evolución. El boceto de Darwin que se
ve arriba ilustra esta idea y muestra cómo una especie puede ramificarse en dos a
lo largo del tiempo, y cómo este proceso puede repetirse muchas veces en el "árbol
genealógico" de un grupo de especies emparentadas.
Selección natural

Es importante destacar que Darwin no solo propuso que los organismos


evolucionaban. Si ese hubiera sido el inicio y el fin de su teoría, ¡no estaría en tantos
libros de texto hoy en día! En cambio, Darwin también propuso un mecanismo para
la evolución: la selección natural. Este mecanismo era elegante y lógico, y
explicaba cómo podían evolucionar las poblaciones (tener descendencia
modificada) de tal manera que se hacían más adecuadas para vivir en sus entornos
con el paso del tiempo.

El concepto de selección natural de Darwin está basado en varias observaciones


fundamentales:

 Los rasgos a menudo son heredables. En los seres vivos, muchas características
son hereditarias o pasan de padres a hijos. (Darwin sabía que esto sucedía, si bien
no sabía que los rasgos se heredaban mediante genes).

 Se produce más descendencia de la que puede sobrevivir. Los organismos son


capaces de generar más descendientes de los que su medio ambiente puede
soportar, por lo que existe una competencia por los recursos limitados en cada
generación.
 La descendencia varía en sus rasgos heredables. La descendencia en cualquier
generación tendrá rasgos ligeramente distintos entre sí (color, tamaño, forma,
etcétera), y muchas de estas características serán heredables.

Basado en estas sencillas observaciones, Darwin concluyó lo siguiente:

 En una población, algunos individuos tendrán rasgos heredables que les ayudarán
a sobrevivir y reproducirse (dadas las condiciones del entorno, como los
depredadores y las fuentes de alimentos existentes). Los individuos con los rasgos
ventajosos dejarán más descendencia en la siguiente generación que sus pares,
dado que sus rasgos los hacen más efectivos para la supervivencia y la
reproducción.
 Debido a que los rasgos ventajosos son heredables y a que los organismos que los
portan dejan más descendientes, los rasgos tenderán a volverse más comunes
(presentarse en una mayor parte de la población) en la siguiente generación.

 En el transcurso de varias generaciones, la población se adaptará a su entorno (ya


que los individuos con rasgos ventajosos en ese ambiente tendrán
consistentemente un mayor éxito reproductivo que sus pares).

El modelo de Darwin de evolución mediante selección natural le permitió explicar


los patrones que vio durante sus viajes. Por ejemplo, si las especies de pinzones de
las Galápagos compartían un ancestro común, tenía lógica que tuvieran mucho
parecido entre ellas (y con los pinzones continentales, con quienes probablemente
compartían un ancestro común). Si los grupos de pinzones habían estado aislados
en islas separadas durante muchas generaciones, cada grupo se habría visto
expuesto a un ambiente diferente en que el que se habrían favorecido distintos
rasgos heredables, como los diferentes tamaños y formas de los picos para
aprovechar distintas fuentes de alimento. Estos factores pudieron conducir a la
formación de especies distintivas de cada isla.

Ejemplo: cómo puede actuar la selección natural

Para hacer más concreta la idea de la selección natural, veamos un ejemplo


hipotético simplificado. En este ejemplo, un grupo de ratones con una variación
heredable en el color del pelo (negro contra café claro) se acaba de mudar a un
área nueva donde las rocas son negras. En este ambiente hay halcones a los que
les gusta comer ratones y, contra el fondo de rocas negras, verán con más facilidad
a los cafés claro que a los negros.

Debido a que los halcones verán y atraparán a los ratones cafés claro con más
facilidad, una parte relativamente grande de estos será devorada, en comparación
con una fracción mucho más pequeña de ratones negros. Si nos fijamos en la
proporción de ratones negros contra cafés claro en el grupo sobreviviente (que no
fue devorado), será mayor que en la población inicial.

El color del pelo es un carácter heredable (que puede pasar de padres a hijos), por
lo que una mayor proporción de ratones negros en el grupo sobreviviente significa
que habrá más ratones negros en la siguiente generación. Después de varias
generaciones de selección, la población estará compuesta casi en su totalidad por
ratones negros. Este cambio en las características heredables de una población es
un ejemplo de evolución.

Puntos clave sobre la selección natural

Cuando comencé a aprender acerca de la selección natural, tenía algunas dudas


(¡y equivocaciones!) sobre cómo funciona. Aquí tenemos algunas explicaciones
sobre puntos potencialmente confusos que pueden ayudarte a tener una mejor idea
de cómo, cuándo y por qué se lleva a cabo la selección natural.

La selección natural depende del ambiente


La selección natural no favorece rasgos que sean intrínsecamente superiores de
alguna manera, sino los que sean beneficiosos (esto es, que le ayuden a un
organismo a sobrevivir y reproducirse de forma más efectiva que sus pares) en un
ambiente específico. Los rasgos que son útiles en un entorno pueden incluso ser
perjudiciales en otro.

La selección natural actúa sobre la variación heredable existente

La selección natural necesita tener algún material inicial y este es la variación


heredable. Para que la selección natural actúe sobre una característica, ya debe
haber variedad (diferencias entre los individuos) en ese rasgo. Adicionalmente, las
diferencias deben ser heredables, tienen que estar determinadas por los genes del
organismo.

La variación heredable proviene de mutaciones al azar

La fuente original de las nuevas variantes de genes que producen rasgos


heredables nuevos, como los colores del pelaje, es la mutación aleatoria (cambios
en la secuencia del ADN). Las mutaciones aleatorias que pasan a la descendencia
por lo general se producen en la línea germinal, o los óvulos y espermatozoides de
los organismos. La reproducción sexual "mezcla y combina" las variantes génicas
para producir más variedad.

La selección natural y la evolución de las especies

Demos un paso atrás y consideremos cómo encaja la selección natural en la visión


de Darwin sobre la evolución, en la que todos los seres vivos comparten un ancestro
común y descienden de él en un enorme árbol ramificado. ¿Qué sucede en cada
uno de esos puntos de ramificación?
En el ejemplo de los pinzones de Darwin, vimos que los grupos en una sola
población pueden aislarse unos de otros por barreras geográficas, como un océano
que rodea a unas islas o algún otro mecanismo. Una vez aislados, los grupos ya no
pueden aparearse entre ellos y están expuestos a entornos distintos. En cada
ambiente, la selección natural probablemente favorecerá diferentes rasgos (y otras
fuerzas evolutivas, como la deriva génica, también pueden operar separadamente
sobre los grupos). Las diferencias en los rasgos heredables se acumulan en los
grupos a lo largo de muchas generaciones, al grado de ser considerados como
especies separadas.

Con base en varias pruebas, los científicos creen que este tipo de proceso se ha
repetido muchísimas veces a lo largo de la historia de la tierra. La evolución por
selección natural y otros mecanismos es la base de la increíble diversidad de formas
de vida actuales; y la acción de la selección natural puede explicar la adaptación
que existe entre los organismos modernos y su medio ambiente.

https://jmhernandez.wordpress.com/2009/02/04/darwin-y-el-concepto-de-azar/

Darwin y el concepto de azar

La publicación de “El Origen de las Especies” supuso una nueva forma de entender la evolución

biológica. A pesar de que existe un mito muy común que atribuye a Darwin la idea de evolución,

ésta ya se encontraba bastante asentada en muchos naturalistas de la época, entre los que sin

duda destacó Jean-Baptiste de Lamarck (1744-1829), que desarrolló todo un sistema explicativo

para el proceso evolutivo, el de la herencia de los caracteres adquiridos. Prueba de esta

aceptación de la evolución -aunque únicamente fuera a nivel científco- es que otro naturalista,

Alfred Russel Wallace (1823-1913), desarrolló prácticamente la misma teoría sobre selección

natural de forma independiente y simultánea. Este tipo de coincidencias es frecuente cuando el

estado del conocimiento sobre un tema está lo suficientemente maduro.

Lo que supuso una verdadera revolución, y constituyó uno de los aspectos peor entendidos y

más criticados de la nueva teoría, fue la substitución de cualquier tipo de predeterminación y

finalidad en la variación de los organismos por el concepto de variación al azar. Sin embargo, al
igual que con otros aspectos de su teoría, Darwin fue muy cauto a la hora de exponerlo,

temeroso como era de enfrentarse demasiado a la opinión generalizada de la época.

A pesar de que hoy día se simplifica diciendo que Darwin estableció que las “mutaciones se

producen al azar”, en su obra original no encontramos literalmente la palabra “azar” y mucho

menos referencia alguna a “mutación”, concepto desconocido para la época. El naturalista

hablaba simplemente de variación o modificación, indicando que ésta se producía en todas las

direcciones, pudiendo ser tanto beneficiosa para el individuo como perjudicial o inocua. Es la

selección natural, operando en cada ambiente particular, la que filtra aquellas “alteraciones”

beneficiosas, mientras deshecha las perjudiciales y no surte ningún efecto con las inocuas.

Variabilidad por alteraciones al azar

Ya hemos comentado que Darwin era muy temeroso hacia las posibles críticas a su teoría, lo

cual le llevó no solamente a retrasar muchos años la publicación de su obra principal, sino a

explicar repetida y muy prudentemente cada uno de los nuevos conceptos. De hecho, “El Origen

de las Especies” debería haber sido muchísmo más extenso, únicamente el apremio que supuso

la comunicación de Wallace por la que le hacía partícipe de sus conclusiones similares espoléo a

Darwin a publicar una versión resumida de la obra.

Los orígenes de la variación observada no fueron una excepción a esa prudencia, llegando

incluso a presentar ciertas incoherencias a lo largo de su exposición. Esto le llevó a no descartar

prácticamente ningún medio de variación, desde la acción directa del ambiente, hasta la

herencia de los caracteres adquiridos. Así, en una de las primeras referencias a las causas de

variación, escribe:

Los naturalistas contínuamente aluden a a condiciones exteriores, tales como clima, alimento,

etc., como la sola causa posible de variación. En un sentido limitado, como veremos después,

puede esto ser verdad; pero es absurdo atribuir a causas puramente externas la estructura, por

ejemplo del pájaro carpintero, con sus patas, cola, pico y lengua tan admirablemente adaptados

para capturar insectos bajo las cortezas de los árboles

“El Origen de las Especies”, pag. 43

Más adelante, contempla aún más posibilidades para la producción de variación en los

organismos, resultando un resumen algo confuso y que repite en varias ocasiones a lo largo de

los primeros capítulos:


La variabilidad está regida por muchas leyes desconocidas, de las cuales la del crecimiento

correlativo es probablemente la más importante. Algo -cuánto, no lo sabemos- puede atribuirse

a la acción determinada de las condiciones de vida. Algún efecto -quizá grande- puede atribuirse

al creciente uso o desuso de los diversos órganos. El resultado final se hace así infinitamente

complejo. En muchos casos, el cruzamiento de especies primitivamente distintas parece haber

representado un papel importante en el origen de nuestras razas.

“El Origen de las Especies”, pag. 86

Sin embargo, el conjunto de la obra se articula sobre el filtro que supone la selección natural

sobre una variación sin determinar y producida de forma azarosa, aunque Darwin siempre

prefiere utilizar un subterfugio más diplomático, que es recurrir a la idea de que las causas de la

variación son tantas, tan complejas y tan desconocidas, que pueden considerarse como

casuales:

Hasta aquí he hablado algunas veces como si las variaciones, tan comunes en los seres

orgánicos en domesticidad, y en menor grado en los que se hallan en estado natural, fuesen

debidas a la casualidad. Esto, por supuesto, es una expresión completamente incorrecta, pero

sirve para confesar francamente nuestra ignorancia de las causas de cada variación particular.

“El Origen de las Especies”, pag. 199

Para que la teoría de la selección natural tenga sentido, Darwin necesita una variacion que

aporte todo tipo de alteraciones en cualquier dirección posible y tanto útiles, como dañinas o

inocuas. Ante otro panorama forjado mediante variación determinada, tendencias intrínsecas a

la complejidad, herencia de caracteres adquiridos, etc., la selección natural no podría

representar ninguna fuerza evolutiva. Consciente de ello, aborda implícitamente el concepto de

variación al azar mediante dos ideas fundamentales: en primer lugar, la de que al producirse

muchas variaciones, sería impensable que ninguna de ellas fuera beneficiosa (lo que presupone

una variación multidireccional) y en segundo, el que a mayor tamaño de población y mayor

extensión de tiempo, mayor probabilidad de aparición de alteraciones ventajosas (obviamente,

esto únicamente tiene sentido si esa variación es contingente, dado que entonces la probabilidad

de aparición de una alteración en determinada dirección es directamente proporcional al número

de individuos, tanto de forma simultánea como a lo largo del tiempo).


Un gran número de individuos, por aumentar las probabilidades de la aparición de variedades

ventajosas en un período dado, compensará una variabilidad menor en cada individuo, y, es, a

mí parecer, un elemento importantísimo de éxito.

“El Origen de las Especies”, pag. 159

El transcurso del tiempo es sólo importante -y su importancia en este concepto es grande- en

cuanto que da mayores probabilidades de que aparezcan variaciones ventajosas y de que sean

seleccionadas, acumuladas y fijadas.

“El Origen de las Especies”, pag. 163

Si bajo condiciones variables de vida los seres orgánicos presentan diferencias individuales en

casi todas las partes de su estructura- y esto es indiscutible- […] sería un hecho el más

extraordinario que no se hubiesen presentado nunca variaciones útiles a la prosperidad de cada

ser, del mismo modo que se han presentado tantas variaciones útiles al hombre.

“El Origen de las Especies”, pag. 193

En puntos más específicos, y contrastando con las extensas disquisiciones teóricas sobre

generalidades de la variación, Darwin introduce, desde el Capitulo I y de forma mucho más

directa el concepto de azar, aunque siempre con cierto -podríamos llamar- temor, brevedad e

incluso, con matizaciones posteriores para restar importancia al mismo:

[La habilidad de los horticultores] Ha consistido en cultivar siempre la variedad más

renombrada, sembrando sus semillas, y cuando por casualidad apareció una variedad

ligeramente mejor, en seleccionar ésta, y así progresivamente.

“El Origen de las Especies”, pag. 79

Simplemente, la suerte, como podemos llamarla, pudo hacer que una variedad difiriese en algún

carácter de sus progenitores y que la descendencia de esta variedad difiera de ésta

precisamente en el mismo carácter, aunque en grado mayor; pero esto solo no explicaría nunca

una diferencia tan habitual y grande como la que existe entre las especies del mismo género.

“El Origen de las Especies”, pag. 169

En algunos casos, como después veremos, formas de organización inferior parece que se han

conservado hasta hoy día por haber vivido en estaciones reducidas o peculiares, donde han
estado sujetas a competencia menos severa y donde su escaso número ha retardado la

casualidad de que hayan surgido variaciones favorables.

“El Origen de las Especies”, pag. 189

La acción directa del cambio de condiciones conduce a resultados definidos e indefinidos. En este

último caso, el organismo parece hacerse plástico, y tenemos una gran variabilidad fluctuante.

“El Origen de las Especies”, pag. 200

…todas las variaciones espontáneas en la dirección debida se conservarán de este modo, como

se conservarán los individuos que hereden en mayor grado los efectos del uso creciente y

ventajoso de alguna parte. Cuanto haya que atribuir en cada caso particular a los efectos del uso

y cuanto a la selección natural, parece imposible decidirlo.

[…]

Esto puede atribuirse, en parte, al principio de la correlación de crecimiento, y, en parte, a la

llamada variación espontánea.

“El Origen de las Especies”, pag. 318

Respecto a los numerosos insectos que imitan a diversos objetos, no hay nada de improbable en

la creencia de que una semejanza accidental con algún objeto común fue, en cada caso, la base

para la labor de la selección natural, perfeccionada después por la conservación accidental de

ligeras variaciones que hiciesen la semejanza mucho mayor; y esto habrá proseguido mientras

el insecto continuase variando y mientras una semejanza, cada vez más perfecta, le permitiese

escapar de enemigos dotados de vista penetrante.

“El Origen de las Especies”, pag. 322-323

Pero, como las especies son más variables cuando están domesticadas o cultivadas que en sus

condiciones naturales, no es probable que tales variaciones grandes y bruscas hayan ocurrido

con frecuencia en la Naturaleza, como se sabe que surgen accidentalmente en domesticidad.

“El Origen de las Especies”, pag. 336

La variación al azar produce variedades no azarosas

Desde la aparición de “El Origen de las Especies”, se ha malinterpretado frecuentemente esta

variabilidad al azar. La falta de comprensión del mecanismo completo propuesto por Darwin
hace que desde el mismo día de su publicación se haya empleado, como crítica al darwinismo,

que la casualidad no puede producir formas tan complejas como un ojo o un colibrí.

Pero Darwin no afirmó tal cosa en ningún momento, es más, puntualizó lo contrario en

numerosas ocasiones. El azar (o la “casualidad” como decía el naturalista) no produce

variedades ni especies, sino simples alteraciones, generalmente pequeñas y sin dirección ni

sentido alguno. Es la selección natural, trabajando sobre este abanico de variaciones, la que a

modo de tamiz filtra las que representan una ventaja para el individuo. Es decir, el azar

únicamente provee la materia prima, en bruto y sin ninguna utilidad predeterminada. Si, y solo

si, alguna de estas alteraciones resulta beneficiosa, será entonces fijada por la selección natural.

Por lo tanto, el proceso por el que evoluciona una nueva forma no sería un conjunto aleatorio de

tiradas al azar, sino una larga selección de los resultados más convenientes.

el ganado vacuno short-horn y el de Hereford, los caballos de carrera y de tiro, las diferentes

razas de palomas, etc., no pudo efectuarse en modo alguno por la simple acumulación casual de

variaciones semejantes durante muchas generaciones sucesivas […] Las primeras diferencias

serían pequeñísimas; pero en el transcurso del tiempo, por la selección continuada de caballos

más veloces en un caso, y más fuertes en otro, las diferencias se harían mayores y se

distinguirían como formando dos sub-razas. Por último, después de siglos, estas dos sub-razas

llegarían a convertirse en dos razas distintas y bien establecidas.

“El Origen de las Especies”, pag. 169-170

En esto consiste una de las grandes innovaciones de la teoría de Charles Darwin: aún sin saber

cómo podían generarse, y menos aún cómo podían heredarse, intuyó genialmente que la

variación se debía producir de alguna forma -o combinación de formas- que, dada su

complejidad, resultaran multidireccionales, impredecibles e indeterminables o, lo que es lo

mismo, azarosas. De esta forma, a pesar de las contínuas matizaciones y los frecuentes rodeos,

destruía definitivamente las ideas de predeterminismo en la naturaleza y la tanto tiempo

aceptada tendencia ascendente hacia la pefección, encarnada en su máxima expresión por el ser

humano.

Referencias

Todas las citas de “El Origen de las Especies” corresponden a la edición de 1982 de Editorial

Bruguera, de la traducción realizada por Ediciones Grujalbo en 1957.

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