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¿QUÉ ES EL TAE?
Las causas del TAE aún no están claras. Por el momento, sabemos que la
consecuencia de sentirse triste y desanimado es por las pocas horas de luz de las que
nos proviene el cambio estacional. Si es el caso contrario, en verano, pues el aumento
de las mismas nos provoca también un cambio en nuestras emociones que no sabemos
por qué sucede.
Si nos centramos en nuestro cerebro, los expertos creen que la melatonina y la
serotonina (dos hormonas que ayudan a regular el ciclo del sueño, la energía y el estado
de ánimo) pueden ser las responsables de que nos sintamos más decaídos que de
costumbre.
Las personas que padecen TAE de repente presentan un estado de ánimo alicaído,
sienten que no valen nada. En definitiva, tienen sentimientos de desesperanza. Se
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molestan más a menudo con cualquier cosa, por muy tonta que sea. Todo esto es
consecuencia de su estado emocional que se encuentra más irritable y sensible.
2. Incapacidad de disfrute:
¿Nos hemos sentido a veces cansados sin motivo alguno? ¿Por qué tendemos a dormir
demasiado aún sin estar cansados? ¿Qué nos ocurre? Estas son las preguntas que
suelen hacerse las personas con TAE. La casi ausencia de energía, que nos aborda de
repente, nos provoca una sin razón a la que no logramos encontrarle causa ni solución.
4. Cambios alimenticios:
Entre los cambios alimenticios causados por este tipo de trastorno entran tanto la falta
de apetito como la necesidad de comer más. Esto último puede ser potenciado por la
ansiedad ocasionada por los cambios de sueño, la falta de energía, la pasividad de la
que nos vemos colmados de repente, etc.
Este trastorno puede provocar una disminución del rendimiento escolar y laboral. ¿Por
qué sucede esto? Por la falta de motivación. Como ya mencionamos anteriormente, la
falta de energía tiene mucho que ver. Nos costará más levantarnos, todo requerirá un
esfuerzo del que nos sentimos faltos de ganas. A todo esto se le suma esa falta de
concentración que hará que estemos pensando en otras cosas o quizás en nada.
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Las personas que padecen este trastorno pueden pasar menos tiempo fuera de
casa. Tienden a encerrarse, a ver menos a sus amigos y familia. Es como si se
encerrasen en sí mismos. No tienen ganas de salir, de despejarse, de pasarlo bien, de
hacer algo, sentirse activos. Esto les produce frustración porque en casa tampoco
hacen nada, por lo tanto, ven su vida como un sin sentido.
TIPOS DE PADECIMIENTOS
Estos síntomas deben ser más o menos constantes durante un periodo de tiempo de
al menos dos semanas para poder diagnosticar un Episodio depresivo mayor.
2. TRASTORNO DISTÍMICO:
Trastorno afectivo menos grave que el anterior pero es precisamente esta diferencia
de intensidad en sus síntomas lo que hace que en muchas ocasiones la distimia se
confunda con un problema de carácter o “mal humor”.
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Se caracteriza por los mismos síntomas que el Episodio depresivo mayor pero estos
síntomas son menos intensos y deben de estar presentes al menos durante dos
años para poder se diagnosticado.
Cuando se aprecia en una persona que “no es como antes”, “está siempre irritado”,
“se levanta con el pie izquierdo”, “se ha vuelto muy callado”, “está amargado” y esto
ocurre desde hace tiempo (al menos dos años) puede padecer una distimia. Sobre
todo son las personas que le rodean los que se dan mas cuenta de que “algo raro
pasa” ya que las personas distímicas se muestran irritables con facilidad, se vuelven
puntillosas y critican por pequeñeces.
Se caracteriza por cambios cíclicos en el estado del ánimo que van desde la depresión
a la manía. En fase depresiva el paciente se encuentra con los mismo síntomas que
en el Episodio depresivo mayor, sin embargo la fase maniaca es todo lo contrario a la
fase depresiva y se caracteriza por:
investiga individualmente cómo vive, interpreta y siente ese paciente concreto lo que
le ocurre y que le hace producir esos síntomas comunes, es decir, investiga y trata lo
que hay detrás de los síntomas de esa persona en concreto.
¿CÓMO SOLUCIONARLO?
Aunque existen varias formas de encontrarle solución a este trastorno, puede que a las
personas que lo padecen algunas les ayuden, pero otras no. Para empezar hay que
transmitirle a nuestro médico estos síntomas para ver en qué nos puede ayudar o
derivarnos a un especialista. El médico también nos podrá solventar todas aquellas
dudas que podamos tener.
Seguramente nos recomiende aprovechar las horas de luz para hacer ejercicio,
forzarnos a tener una vida social activa, alimentarnos bien, establecer una rutina de
sueño, etc. Estas y otras cosas son las que podemos hacer para llevar lo mejor que
podamos este tipo de trastorno.