‘con el ditlogo de Jost Lopez Portillo y Rojas citado por Car
boallo, Hegarios al voxuvencimiento de que Mariano Araei2
ros otorga sn su ficcién un lenguaje ya revolucionario que ze
real, lag mas veves genial, puosto que para hablar de cites
temas, usa e yocabulario que esos mismos temas reauiesen,
individualizando por su habla a los personaies de su ereacion,
De aqui la justifieacton de la ditima afirmacion de Carballo
sobre las caracteristicas de esta "'audaz aventura hisiérica’”,
Ja novela de le Revolucién tan altamente representada en. las
Tetras mexicanas, pues en esta novela se ha cumplido el deseo
‘do mucstros escritores decimondnicos: el de una Literatura ma.
ional y a la vez universal.
Gracias a esta novela podemos —como puntualize
Carballo—- sex contemportneo de nuestras contempordnecs,
revivir y recrear en una experiencia artisticamente valida 12
problematica de una eiapa fundamental de nuestro ser mexi-
Soio me resta felicitar a mi amigo Emmanuel Carballo por
su exeslente intervencién en este eologuio “El nacionalismo
fen ef arte mexicano”.
386
ABRLARDO VILLEGAS
EL SUSTENTO IDEOLOGICO DEL NACIONALISMO
MEXICANO.1. Creemos que cabe hacer una distincién entre nacién y
nacionalismo. La primera podemos consideraria como ung
realidad histOrico social, pero el segunde ¢s un conjunto de
ideas y sentimicntos relativos a esa nacion. Es una forma
de conciencia que finalmente fornia parte de la nacion misma.
Puede antecederla o desarrollarse al parejo de ella, pero no
hay realidad nacional sin conciencia nacional. Una parte del
nacionalismo puede set intelectual pero generalmente esta
formado por un conjunto de creencias y sentimientos que po-
seen algo que podriamos llamar eficiencia historica, es decir,
‘que coadyuvan a los procesos sociales, pero que, a menudo,
HO poseen una gran dosis de verdad. Frecuentetente el na:
clonalismo es verdadero en cuanto expresa la subjetividad de
Jos integrantes de una nacion pero no en cuanto a su poder
significativo, no en cuanto enuncia con verseidad los aconte-
cimientos. 3
Bi nacionalismo mexicano es muy anterior a la Revolucion
Mexicana, se temonta citando menos hasta el siglo XVilt,
cuando Ios criollos comienzan @ concebirse como un grupo
parte distinto de los espaitoles y de los Indios, en cuanto co
mienzan a concebir a la nacién mexicana como una nacién
nueva. Pero Ia Revolucion inaugura un nuevo tipo de na.
cionalismo; en rigor, mis de uno. Hay distintos nacionalis.
mos sustentados por diversos grupos sociales, Hay aacio-
nalismos populares y nacionalismos cultos; nacionalismos
revolucionarios y nacionalismos reaccionarios. Pienso que ¢%-
1 elapa de nuevos desatrollos del nacioualismo se debid a la
participacion en Ja contienda armada de grandes masas de
campesinos ¢ indigenas que, ademas, plantearon la cuestion
basica del movimiento: Ia necesidad de la reforma agraria,
389Este fetiomeno suscito diversos tipos de nacionalismo euyas
principales caracteristicas vamos a describir a continuacion.
2. El primero, el mas importante y el mas extendido de los
nacionalismos es el etmoldgica, Esto cs, Ia identificacion de
Jas esencias nacionales con lo indigena, y lo indigena con fo
popillary io revolucionario, Esto tldimo e8 lo que caracteriza
al niev9 indigenism y lo distingue del indigenismo criolo de
Jos sigios xvut y X1X. Con frecuencia el criollo admira al in-
digena prehispanico y a su civlizacion, pero desprecia al
indio del presente y ain més al negro. El indigeniamo re-
volucionario lo identifica con lo mexicano, lo populee y 10
revolucionatio,
Ello quiere deci que la mayorta de os mexicanos considera
que de las diferentes influencias que han operado en ia fo:~
macion de questra tacionalidad, la més caracterstca, la mis
sntraable, es la influencia indlgens, pero al mismo tlempo la
situacion social del indigena muestra con mayor agudeza ¥
transparencia fos problemas que afligen al campesino, al t-
‘bajador y por eso también se encuentra en el seno We sus co-
lectividades el getmen de varias revoluciones, As Io afirmé
sin vacileclones Lazaro Cardenas en 1940:
«india y el mestizo consituyen un contingente muy importante
en la produecion de la riqueza y al mismo tiempo son factores
dleterminentes en los movirlenios de emaripacion y de lucha
por la libertad y el progzeso dela naclon, Recardemos le aports-
iba desisiva que para el logro de ia independencia de a Colonia
y de auestra simentacibn como Repiblica asi como para el de-
Sarrollo de los pueblos americanos, han dado ilures y genuinos
representantes de las razas aborigenes y mectiags que fumando
Tos mejores atsbutos de ambas razas, en las que resalton fas
‘ualidades indigenas, adquierea ast una pervonalidad tan incon
fundiblecon a cultura continental, que fl los detractores del
lio pueden ye neger.!
‘Allo indigena se atina el mestizaje pero éste es casi siempre
entendido més como varlante de lo indigena que como Va-
siante de lo espafiol. Asi lo comprende un personaje como,
Diego Rivera que ve en la pintura popular, er ios retablos, en
" Laszo Chrenas, lp, Se Pon Mex Ns 1
390,
Jos murales de las pulquerfas, arte popular, ajeno a los intere-
ses de la burguesia y emparentado con el visio arte prehisps
nico. Ante una explotacion secular '‘siente el pueblo que su
tunica salvacion es el milagro y cl conocimiento sereno de la,
realidad, es decit, 6 retsato fel", Peto no se trata de un
retraio servil o de une copia
porque o gue domina tanto cuando strata de la imagen de una
persona como cuand es el asunto, motivo de plastica, et verda-
Gero retrato de un milgro, et el sperraliem, algo que 2°
podria Damar por algunos sobrenatural sing fuera el fnima de
a pinmura mexieana Ja conclencla profunda de una realidad
suprasensible comin a tod el universo y etonela de la naturale
2a, que hace faliares los hechos milagrosos y vuelve milagro-
£05 los hechos cotiianos haciendo posible fa supervivencia y el
aadvenimiento de ia futura era de justia para este pueblo indio
‘mexicano que todos persguen pore) crimen de haber comunica-
do por medio de su dvillacion con ls Jeyessuperiores que rien
Ins estrella, con le belleza suprema de los colores en fos plumns-
jes y ens pinturas, la potencia de ls formas ea ins roeas de las
montafas.
Estas ideas de Diego Rivera, expresadas en 1925, denotan
también otra caracteristioa del indigenismo: el indigena logra
captar el mensaje de la nacuraleza, en realidad ests apegado &
la tierra, indisolublemente tigado a ella. ¥ en su visida lo real,
y lo milagroso se copfunden para obtener un superrealismo
‘que es més 6 menos lo mismo que lo que después se ha llama-
doo real maravilloso, que es una forma superior del realismo
desde luego, det realismo socialista que nunca suscribio Ri-
‘Claro que estos dos testimonios que acabo de citar corres:
ponden & personalidades sobresalientss, pero la mente popt-
Jar 10s suscribe y concibe ademés lo indigena ligado a lo
{olktico, a los tajer, alos bailes canciones, a las comidas,
aciertas formas mAs 0 menos paganas de la religiosidad, Vas-
cconcelos narra en su libro ! desastre como Obregon se con-
‘movid casi hasta las I8grimas, cuando en una ceremonia, en
una escuela modelo, las alumnas en Tugar de bailar un minuet
vestidas de pompacures y luises como se estlaba en el por
2 legs Riva, Are pec, Easones Cro, Mee, 1978 9.57
391rismo, aparecieron vestidas de tehuanas y ejecutaroa la san-
unga. El mismo Rivera al ejecutar su mural del anfiteatro
Bolivar escogid como modelos a muchackas morenas alin-
ras de Ia Preparatoria,
Is en relacion con este indigenismo que & su vez se define ot
criollismo y el hispanismo, Estos son casi siempre conserva-
dores 0 antirrevolucionarios. Los noveistas colonialistas co-
‘mo Julio Jiménez Rueda, Artemio del Valle Arizpe, Francitco
- Moaterde, confesaban por boca de este fitimo que el setorno
‘a una vision romAntica de la Colonia les servia pars evita le
saturacion de Ia demagosia revolucionaria, El eriolismo de
‘Vasconcelos de los veintes y los teinias esta al servicio de la
Revolucidn, Para él 1o espedificamente mexicano, lo especiti-
camente hispanoamericano, es lo espafiol. Son famosas sus
tesis de La raza césmilca donde sostiene que la posibilidad de
‘que el hispanoamericano cree une raza sintesis con cultura
‘predominantemente espirtual se fundamenta en la capacidad
de mestizaje que heredamos de los espafioles. La raza cbsm
6 es uns taza mestiza pero sblo posible por una potencial
dad espatiolz ¥ una idea parecida sostuvo Antonio Caso en
1922 en un diseurso que sustitb una eontroversia con Francie
co Buines. “Nuestros pucblas americans, dijo Caso, valen
como potencialidad, como esfuerzo humano posite, co-
‘mo energa vital de inmensas perspectives historicas, no como
realidad actual, no como cristalizaccion comempordnea de
prestigios comparables a los curopeos”. Las ideas de Caso le
ieron a Bulnes la oportunidad de expresar no solo su antin
digenismo sino el que era dominante en muchos cireulos so-
Giales ¢ intelectuales del porfirismo. Cas0, dijo, habla de lo
hhispano y de fo indigena, pero es un “ciego partidatio de ls
Revolucion Mexicana’, pues
‘AcAsO Ia Revolucion no ha querido que su genio sex estapica
Imente azteca? ;No ha proclamado le divinidad del indio? ,No
hha quetido fundar el culto al indio? 2No ha tratado de que ec
‘Mexico nadie tenga fe en los incelectoales, ni en la religibn aie
Ja clencia, mis que en el indio?
> cr. etna veges, La fous dee mex, Unvrsd Rao As
pre de Mee, Nene, 13
392
oh
Aflade que por ser la mayor parte de America espafiola
“tierra caliente” se encuentra habliada por ‘'razas de indios
de diferente calidad originaria, bastante degeneradas, perez0-
sas, alcohélicas, crueles, feroces con sts hembras y con deci-
ida inclinacion al robo.#
ero este eriterio estaba ya periclitado, La cultura mexica-
za se identified con lo prehispanico y lo folklorico. Samuel
Ramios me dijo alguna vez que Vasconcelos habia inventado a
los mariachis, es decir, que tos habla secado del anonimato
los habia puesto a tocar en la Alameda. Més adelante el cine
se lanzd por el sendero de Iss peliculas de charros, y actrices
como Dolores del Rio o Rosaura Revueltas 0 pintoras como
Frida Kahlo o Marfa Izquierdo introdujeron’ los_vestidos
folkl6ricos en los salones y Ios levaron incluso a certamenes
Intermacionales. Los hispanistas, por su peste inffuyeron
sobre todo en la arquitectura de edificios pablicos y casas he-
bitasion, torreno en cl que sblo ies compitib Diego Rivera cot
al fantastico anahuacal
43. Bl segundo nacionalismo es un nacionalismo intimista,
{A pesar de que la Revolucion planted los grandes problemas
sociales y culturales de México, hubo quien ge reserve el de-
echo de expresar su version subjetiva de ia patria, de fo na-
sional. En su muy conocido articulo Novedad de fa patria, Ra
mon Lopex Velarde dijo que en e! porfirismo viviamos la
mentira de una nacién pomposa y mukinillonaria, que
hhabian sido necesarios los aos de suftimiento de Ie guerra ci-
vil para que, a pesar de todo, llegairamos 8 concebir una
pattia ‘menos externa, mis modesta y probablemente mAs
preciosa”, A’ pesar de todo, incluso de lo que se estaba vivien-
do en el panorama internacional, Lépez Velarde cree vivir
“un instante subjetivo”. Y por’ eso, “‘correlativamente”’,
‘snuestro concepto de la patria es hoy hacia adentro”, una
patria “‘no histOrica ni politica sino intima’. Empero, ain no
+5 posible definirla. “Poseemos unf patria de natucaieza cu}
iminante y de espiritu intermedio, tripartito, en el cual se en-
jerran todos los sabores.”"*
4 paionio Capo, Obes comprar f Petite, Universe Nacional Aatérema
steps elo, 191 p99 55
tame sper Veale, Poesiscompleas ye Minter arial Poorin, Ms
sie. 196t,9p298
393Una opinion précticamenteidéntica expresb Alfonso Reyes
enel ato de 1932 en una contestacion a ecitcas que le habia
formulado Héctor Pérez. Martinez, quien dijo que se en
contraba desvinculado de México, a propésito de la polemica
centre Contemporineos y Extridentstas. Reyes contest que
respecto alo mexicano no habia que apurarse mucho porque
se trataba de un proceso casi biolbgieo cuya elaboracion
requeria tiempo. Advirtio que no debla confundirse lo na-
cional con lo folidbrico, lo costumbrista oto pintoresceo, que
60 no ¢s todo lo mexico, ti siquiera lo “esencialmente me-
xxieend”.
La realidad de lo nacional esi en una intimidad psicolbyic,
involuntera ¢indefinible por lo pronto porque esthen vias de
slasiflecibn, No hay que incerrumpir esta quimica sereta. Ca-
ma y tenipo son menester, Es algo que estamos fabicando entre
todas. Nunca puede uno sospechar donde late el pulso me~
eano.”™
Este nacionalisme subjetivo ¢ intimiste fue muy caracters-
tico de inteloctuaes y artistas, pero hay dos versiones del mis-
mo, El de L6pec Velarde y el'de Alfonso Reyes ¢3 optimis-
‘ta, Lo mexicano creceria en muestro interior y nos otorgania,
luna personalidad inconfundible, quizé el fundamento de una
‘nueva cultura, El de Samuel Ramos y el de Rodolfo Usigli es
pesimista, En 1934 Ramos publica E! perf del hombre y (0
cultura en México que es el resultado de un buceo en nuestra
intimidad, Solo que un buceo con armas psicoanalticas
Nuestra quimica seereta habia elaborado un monstruo, un
‘complejo de inferioridad, resultado de un proceso defectuoso
‘de comparaciones. Al mediruos con escalas de valotes prover
nigntes de procesos historicos como el europeo que no son st
milares a! nuestro, imputamos « nuestra realidad una inep-
tud para reproduc lo que aquéllos han logrado. Pero el
complejo resulta de acultarnos toda esta mecinica, de insist
cn Ia imitacion de lo que esth fuera de nuestras posibilidades
historicas y de buscar mecanismos compensatorios. Lo rks
baillante del libro de Ramos es su anilsis det peladito, en
« aim asses, Texts. Une yell yon ney Sey a,
esa HR, pp 71
394
|
tos resortes psicologicos nacionales estin mas a la luz. El pe-
Jadito es mas transparente que el burgués: compensa su inst-
ficiencia declaréndose muy macho, es decir, poseedor de los
mejores atributos de vrilidade identifica el machismo eon io
mexicano.
Se trata de una mecdnica de aitoocultamiento: el mexicano
‘no se quiere ver eomo es porque tem las comparaciones, As,
su verdadere natursleza se va convirtiendo en th ehigma, en
‘una charada, Octavio Paz diria mas adelante que es un verda-
dero laberinto de soledad. En 1938 Rodotfo Usigl eseriio EY
_gestculador, pieza teatral ala que le agregd un significative
epilogo, Usigli, citando expresamente a Ramos, considera
due los mexicarick son incepaces de “ objetivarse con sinceri-
dad”; que sobre su verdadera condiciOn han ecbado cepas y
capas de embustes hasta crear wna historia como verdadera
Tabrice de mentiras, hasta abolir Ia verdad,
La verdad de México es una larga obra dementias moxici
tas, En sus faces de eclipse va acumulando poder hasta que
explote un dia. Entonoes sobrevienen los erimenes pasionals,
Jos infaniciios, los uxarieidios, el astsinato politico 0, modes.
tamente, una revoluciin,
En politica tos goblernos, desde la tpoce colonial, han
montado esa fabrica de mentiras. El porfirismo se disfcazd de
tiraniailustrada europea, la Revolucion pretende disfrazarse
de régimen demoerdt
no hubiera existido aunea seria necesario inventael, por sk
valor de transite, Pero en principio es lo mismo que toda idea
politica: una aspiracion hacia fa verdad. Por lo tanto una ment
Faindividual que pretende voiversecolectiva para hacerse vera
era, Una voluntad de crear algo que no existe,
A la esperanza, {a mentira colectiva de todos los tiempos, en la
Revolucion se suma la mentira individual del politico que pre
tende imponerse por la via dela demagogi, "La demagogia
no ¢s otra cosa que la hipocresa mexicana sstematizada en
politica.”
» Redofo Us I eter, Oranasci Ebr Nor, Mts, 173
395ee ae ee ee
cotidiana la hipocresta, el machismo, son sintoma y oculta-
iento ds un complejo de inferioridad; en cultura, como lo
dria Paz, lo mexicano no es mis que una serie de méscaras
ajenas que ocultan nuestra autenticidad. En un sondeo inte-
rior el mexicano no puede hallarse a { mistno y no sabe cual
el resultado de su quimica secreta.
4. Hay también un nacionalismo politico. De manera
mplita 0 explicts todos los regimenes dela Revolucion han
sostenido lo qué una ver declarb Cirdenas en relacion a la
lucha de clases: \que el gobierno es el arbitro y el regulador
de la vida social” y que “blo el Estado tiene un interes gene-
ral y por eso slo € tiene una vision de conjunto”” Es deci,
que la Revolucion mexicana no he tratado de beneficiar solo
‘sna clase social sino a toda la nacion aunque supuestamente
haya puesto el énfasis en el campesinaco y Ios trabajadores.
La estructura de su partido (PNR, PRM, PRD), sobre todo a
partir de Ia reorganizacion cardenista, refleja esta opinion,
No ¢s el partido de una clase sino de todos fos soctores de la
Nacibn, Tiene wn sector obrere, un sector cazpesino y un
sector popular que es una misceldnea donde cabe desde el
{nfimo oficinista hasta el magnate ensiqueddo en el gobierno.
Y¥ en la época de Cérdenas tenia inchsive wn sector militar,
por obvias razones. ¥ ¢3 que el partido no se concibe como
partido, como parte 0 fraccién, sino casi come el todo ia-
sional. La aspizacion de sus jerarcas consste en que alguna
‘vez se le afilien todos los mexicanos, Su escudo es jp bandera
mexicana mientras que a los otros que si son partidos, frec-
siones muy minoritarias como se reitera, les deja Ia hoz.y el
martillo, el gallo, la estrella, el tractor o el color aul de la vir
‘gen Maria. Por eo, cuando se form una coalicion de parti-
dos de izquierda, ef ingeniero Heberto Castillo queria que no
se usara la hoz y el martillo sino algo mis nacionalista, coro
un nopal o cualquier otta cosa, que suscitara la idea de na-
cionalidad.
Otro aspecto interésante de! nactonatismo oficiales el cult-
‘vo minuciogo de-lo qué desde la Epoca de Justo Sietra se
"Ta atin, Heol y ren poli de dar Cink Sigh xx, Min,
1912...
396
en Ce
maron un santoral cvico que tenfa por objeto desplazar al re-
ligioso, No ocurrié as, tas figuras de los heroes se veneraron
al lado de la de los santos con el resultado de que se aumento
1 mimero de dias feriados vacaciones. Le Revolucion pro-
porciond una nuleva cosecha de héroes vigorizando el santo-
ral, Pero puede decirse que el mundo oficial tiene una vision
hhegeliana de estos personajes historicos (quiza sin saberlo); la
historia los describe como enemigos todos entre si, como
babia ocurrido antes en Ia Independencia: Zapata contra Ma-
dero, Villa y Zapata contra Carranza, Carranza contra Obre-
sgn, Calles contra el obregonismo, Cirdenss contra Calle.
Pero la ideologia nacionalista sostione que através de estas
diferencias personales se consiguié la unidad nacional, enton-
ces 2 les tributa homenajes en sus correspondientes efeméri-
des y alos principales se les he reinhumado en el monument
al Revohicién, aunque de ellos se podtia decir lo que
‘Alamdin de las religuias de los héroes de la insurgencia que
también inhumaron juntes: que si cses venizas pucieran
hablar y moverse se insultarian y se separarian, La ideologie
oficial hace tabla rasa de esas diferencias y los conclbe coad-
yuvando a todos para lograr la unidad nacional, aunque esos
ho fueran sus propésitos expresos.
Esta ideologia tambien ¢s antihispanists, aunque algunos
Jefes de Estado alagdeen de ascenciencia espaiola. Bs piblico
¥ notorio que no hay monumentas a don Hernan Cortés se-
Imejantes a ie estatua'de Pizarro que estaba antes en la plaza
central de Lim, y también que Diego Rivera pint6 en el Pala-
cio Nacional un reirato del conquistador sorprendentemente
parecido a las descripciones de Quasimodo, el célebre joroba-
do de-Nuestra Sefiora de Paris, de Victor Hugo, Pero en este
antihispanismo oficial cabe hacer un matiz, Desde Cardenas
el goblerno apoya lo que podiis-corresponder a una Espatia
nueva, republicana y, después, democriticaeilustrada, aun-
que sea monsrquica. La Espafia de Ia Conquista es la de la
cexplotacién, Ia iniquided y la violencia; la Espatia aueva es su
contrapattida, casi ¢s, como lo dijo alguna vez. Jost Gaos,
‘una Espatia hispanoamericena.
Solo cabe afiadir que estas notas caractersticas del naciona-
lismo oficial son ampliamente populares, porque en realidad
397estan destinadas a funcionar como elementos.de cobesion na-
lonal, ¥ por eso no estan ciigias a elites,
5, La cuarta forma de ideologia nacionalista es filosofica.
‘Corresponde a lo que se ha dado en lamar filosofia de lo me-
Xicano, Tuvo su eclosién en la década de los cincucnta y, por
tanto corresponde a la época en que los regimenes de la Revo-
jucién se desarrollaron con mayor estabilidad y en que los
modelos europeos habjan eaido en desprestigio por la crisis
de Ta postguerra y le guerza fia, Los fildsofos de lo mexicn-
no, José Gaos, Leopoldo Zea y, en menor medida, el grupo
Hiperibn, en la biisqueda de un ser de! mexicano, de lo ameri-
‘cano o de un sentido de la historia mexicana o americana, lle-
‘gan a una conclusion paraddjica que cada nota que se predica
como catacteristica del mexicano, lo ¢s también dei hombre,
En la bisqueda de la mexicanidad se arriba ala condicion hu-
mana, Octavio Paz también lo dice: cuando caigan todas las
miasearas con Ins que se oculta el mexicano aparecer& por fin
¢] hombre, Conclusion aparentemente obvia, pero que no lo
es tanto cuando, como dice Zea, aparece que este hombre
no es el hombre en general sino en una situacion historica
‘conereta, que ¢s una situacibn de coloniaje; de dependencia.
‘Las mascaras que ocultan Ja condicién humana del mexicano
som Jas que le iniplantst as toétropolis, de primitivo, de infe-
tior, de subdesarrollado, de hombre de segunda categoria en
suma y que el mexicano acepta porque también es un depen-
lente mental
Un nacionalismo coherente tiene como mision fundamen-
tal hacer ef andlisis de Jas situaciones concretas, develar su
verdadero significado, previsar como ha vivido el mexicano
su condicion humana ¢ insertarlo en el panorama general,.de
Ja historia y Ia cultura general humanas, para que aporte sus
‘experiencia y cobre una vision mas auttntica del mundo. Se
trata de una concepcibn del saber propio, como un saber de
fiberacion que al integrar formas de conciencia auténticas
ol wiped smses0
ia existence del individ es uaa afirmacion perpen dela vida
Renan, a igual que Villegas, considers Jos sentimientos
como un ingrediente importante del nacional, Mas el pr.
mero n0 desprende, y tal vez no podia haceco, una conse-
‘uencia que advertimos en la ponent que comentamos, Las
tres defiticiones positivas que hemos mencionado, exbozan
tana caracterstca que seré desarrollada con amplitud en las
péginas finales del trabajo y que, asimismo, se insinaa desde
a ttul: ef nacionalismo es una idologss.
‘A pesar dela poliseraia del trmino cabe seal, de modo
may genet y sucinto, que la ideologa es un conjunto de
ideas, valores, sentimientos, mitos, Smbotos, etctera, que
forja ua grupo socal y que tend & promover la accion. Ast
la deotogia es algo mas que un cuerpo de doctrina, pues vine
cula Ia accion con un repertorio de creencias fundamentales.
De esta suerte, es preciso destacar en le ideoiog el aspecto
persuasvo 9 su ulidad social. Comport ls ideas-fuerza, 0
Como as lama Viegas, idens con “ficinciahistbrea”.
} nacionalismo es una forma deideologia, en tanto que las
{deas,sentimientos y creenelas que Jo consttuyen tienden &
suscitar una determinada respuesta colectiva, Mas es ideclo-
‘Sco en una segunda acepoibh: en tanto que fas concienca
Frecuentemente el nacionalsmo, seal of auto, ‘es verds-
Gero en cuanto expresa la subjetivided de los integrantes do
luna nzcon, peo no en cuanto a su poder signifeativo, no en
‘cuanto enuela con veracidad Ios acontecimientos”, Le ver
“dad, en ocasiones, se sacifica a fn de lograr un determinado
proposte, Por ejemplo el ensanchamiento des fronters de
fh Alemania nazi intent justfear en nombre dele supe-
Feria de su raza
El nacionalismo, pues, es una Sdeologla: pero también se
habla de una deolegia moral opoltia, de una deologi bur-
2 a Has Keb einaomo, ide» Nori, Does Aes
pan hes len Sel hoor somenpaaree No. 1389.3
402
amiento, promover st unidad,
Los Tactores en que se pretende fundar la cohesion social
son diversos la raza, el lenguaje, el tersitorio, las tradciones,
stcttera, Aunque no hay un consenso al respecto, parece ait
tnirse que la unidad que persigue el nacotalismo supone ve
rios elementos indisolublemente estructurades, entre otros,
un Estado, un tetitotio mas 0 menos defitido, vinculos entre
sus habitantes y tal vez como decia Renan, “el deseo dara:
mente expresado de continuar la vida en éomin”,
Este predmbulo de definiclones considero que es indispen-
sable para acercanos al problema central dela ponencia que
somentamos. Es preiso recoger de él la nocion de ideologia,
ya que habré de servitaos de hilo conductor para adentrarnos
‘a es4 modalidad que es el nacionalismo mexicano que se ha
forjado en nuestro pais y, en especial, a partir de lz Revoli-
idn de 1910
‘Si en terminos generales es dificil definir el nacionatismo,
‘ues no hay un comin acuerdo en cuanto alos factores deter
ainantes que han de darse para configurario, el problema re-
sulta partcularinent= compleo evando se trata de uno o de
varios nacionalismios que surgen en un pais cuyo origen es un
hecho brutal degonquista, que signifiob Ia destruecién de una
se las do races étncas que componen fundamentaimente la
naci6n mexieane. En efecto, se intent creaia, en buena me-
dice eliminando, o a! menos marginando, al indigena junto
con sus costurnbres, su religion, en sume, si concepeién del
‘undo.
Mas jseré acaso fil que apargzra un sentimiento de uni-
dad, de parentesco 0 semejenca, Ye comunidad de mietas, no
igemos ya de lengua raza sobre una base no solo divers,
sino radicalmente contradictoria? Mucho tendtian que olvi-
dar fs indios para sentirse prbximos a los berederos de sus
conquistadores, y mucho también tendrian que hacer Estos
para ser asumidos por aquélios como préjimes. Pero ni unos
11 otros han coaseguido del todo, por una parte, borrar uo
403recuerdo lacerante ¢ ignorar an presente de exclusion y, por
‘otra, convencer a los indigenas de que ellos también son parte
esencial de Jo que hoy llamamos Mexico,
El nacionalismo que se genera sobre estas bases no puede
set menos que precario, en tanto que se ha gestado en dos
matrices opuestas, ,Como unir lo distmil, aquello que es ori-
«ginal, radicalmente contradictorio? El proceso ha sido largo y
azaroso y los resultados muestran, en buena medida, mas que
Ta unidad orgénica y la conciliacion de lo diverso, su destruc.
ion.
La pugna de los opuestos o los intentos de su real supera-
cidn definen Ia historia de nuestro pais; se inician en el instan-
teen que el espafol pled suelo mexicano y se continiian hasta
nmuestt0s dias. Las modalidades que ha adoptado este proceso
de sintesis, de unidad, son diversas y se hallan presidiées por
distintas ideologlas. Abelardo Villegas se refiere a cuatro que
‘corresponden al siglo xx mexicano, o més precisamente, alas
‘que se configuran a ralz del movitnlento armado de 1910.
La aparicion de la ideologie nacionalista para Villegas “se
remonta euando menos hastael siglo xvii cuando los criolios
comienzan @ concebirse como un grupo distinto de los espa-
fholes y de los indios, en cuanto comienzan a concebir a la na-
ion mexicana como wna naci6n nueva”.
En tanto que los origenss del nacionalismo mexicano 10
constituyen el meollo de In ponencia, s6lo me referire muy
brevemente al asunto, pues creo que otra ocasion seri mas
propicia para discutirlo con detalle. ;
Los eriollos, como reconoce Villegas, reclaman el reconoci-
iento de su diferencia frente a espafioles e indios, estos ilti-
mos también nacidos en et Nuevo Mundo. Luego no hay
en ellos un propéxito realmente unificador que comprenda a
Indios y mestizos, asi como a las inumerables castas que habi-
‘aban ia Nueva Espafi. Los crioilos enarbolaron una bandera
sectaria: la de sus propios intereses; exigieron no la unitica-
ion, sino la concesion de los privilegios que In metropoli les
negaba, Mas que conciencia unificadora puede advertirse en
cllos una conciencia diversifieadora, ;
or otra parte, si asumimos con Hans Kohn que, en rigor,
€{ nacionalismo se vincula a la existencia de un Estado na
2 Has Kohn, The Ide f Nalonalom, New Yor, Colles Books, 167
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cional, entonces consideramos que los criolios expresan mas
bien una forma de patriotismo, de lealted a! suelo en que ne-
cieron y ya no a la tetra de sus mayores, Por tanto, habra
que esperar a que se cree el Estado nacional (proceso en que
trabajaron significativamente {os crialos ilustrados), para
poder hablar no de Ie lealtad a una estipe o a un trocs de
fierra, sino de un verdadero nacionalismo,
Pero independientemente de este tema de los origenes del
aaclonalismo mexicano y refiriéndonos ya a sus expresiones
ands proximas cabe preguntarnos, inacionalismo mexieatio 0
nacjonalismos? Abelardo Villegas se pronuncia, con Tt2on, 4
favor del segundo elemento de la alternativa. Ciertamnente el
Estado nacional elaboraré su propia ideologa nacional, ¢
incluso habra que disinguir diferentes corrientes en su inte-
rior, pues el Estado no es un bloque monolitico, sin fisuras ni
liferencias, Asimismo, ese Estado podrh hacer girar el na-
clonalisme que propugna en tomo a uno o varios factores,
atendiendo a las necesklades e intereses del momento.
El nacionalismo o nacionalismos que promueve el Estado
consttuirdn le ideologsa dominante respecto a los propositos
¥ destinos nacionales. Mas no por ello tenemos dereciio a ig-
horar otras modalidades del nactonalismo construides por
srupos sociales que no se identifican con el hegemonico.
Abelardo Villegas istingue dos expresiones del nacional
‘mo que se vinculan esirechamente al Estado mexicano: el et
nol6gico via Lézaro Cardenas, y el politic en sentido propio
De seuerdo con ef nacionalismo etnolbgico de Cardenas,
en el indio y en el mestizo hallan fundamento las posibilida.
des de riqueza, progreso y libertad de la nacion,
| nacionalismo etrologico de Vasconcelos también lo po-
demos relacionar con el Estado, en este caso con el gobierno
de Alvaro Obregon, No esl indio el que define a México yen
general a Latinoamérica, sino la meztla de elementos caciales
‘nique predomina el espaol, La unidad de todas las naciones
beroamericanas, inchuido México, queda garantizada ‘por
tuna comunidad de lengua, de religion, de tradicion y, espe-
cialmente, de sangre de ralz peninsular.
Si bien'es cierto que el nacionalismo etnologico fue am-
plinmente utilizado por los sucesives gobieenos postrevolu-
cionariog, ello no significa que no se haya dado en grupos
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Rafael Ramos Pedrueza - Sugerencias Revolucionarias para La Enseñanza de La Historia en Álvaro Maturte Pensamiento Historiográfico Mexicano Del Siglo XX PDF