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PRIMERA PARTE

Componer es como cocinar

● Debes poseer las cualidades necesarias

Para ser un compositor simplemente se requiere tener la disposición de adquirir las


cualidades necesarias para serlo. He aquí algunas:
- Visión - Pasión - Conocimiento
- Sabiduría - Análisis - Intuición
- Discernimiento - Musicalidad - Creatividad
- Sensibilidad - Curiosidad - Paciencia
- Valentía - Disciplina

● Debes poseer los implementos necesarios

Como buenos chefs de canciones, debemos tener a nuestra disposición todos los
recursos necesarios para desenvolvernos en el arte. ¡Qué sería de un chef sin sus
ingredientes, sin una batería de cocina y la estufa! Lo mismo podríamos decir del
compositor: ¡Qué haría sin papel y lápiz! ¡Qué sin un espacio donde crear, un
instrumento musical o una grabadora para almacenar ideas! Así como un cocinero
tiene sus implementos listos y a su alcance, un buen compositor se rodea de las
siguientes herramientas a la hora de componer:

- Agenda
El compositor necesita designar un tiempo del día para dedicarse a escribir

- Papel y lápiz
Es muy importante llevar a diario una libre para almacenar ideas creativas para
títulos y letras de canciones

- Diccionarios
De la lengua, de sinónimos y antónimos, y de rimas. Son útiles para el
perfeccionamiento de letras
- Sistema de almacenaje
Una grabadora portátil es útil para almacenar figuras melódicas y armónicas

- Un instrumento musical
Si sabe tocar entonces es importante que lo tenga; si no, tendrás que hacer planes
para aliarte con un músico que te ayuda a colaborar en completar la parte armónica

● Debes tener un objetivo en mente

El chef Thomas Keller, uno de los mejores chef de E.U.A. y dueño de restaurantes,
en un momento de una entrevista menciona algo que vincula la labor del cocinero y
del compositor. Dijo: “Cualquiera puede cocinar, sólo hay que tener el deseo y la
decisión de crear algo que te enorgullezca ofrecer…” Luego añade: “Mi mentor me
hizo comprender que existía un vínculo emocional, que realmente cocinaba para
alguien y que lo que hacía era capaz de provocar placer. Esa revelación me llevó a
replantear mi actitud hacia lo que hacía y por qué lo hacía”.

Me resulta interesante pensar en las palabras del chef Keller porque cuando un
cocinero tiene una filosofía de trabajo así su labor adquiere una dimensión más
trascendente. Ya no lo hace porque es su empleo ni porque “¡Ni modo, esto es lo que
estudié!”; sino porque quiere transmitir algo con su comida. Llámese: placer,
emoción o bienestar. Y si te fijas bien, quien escribe canciones tiene una misión
similar, la de transmitir y comunicar algo. Un mensaje, una emoción, ¡bienestar!

Debes tener un objetivo en mente cuando te propongas escribir. Esto no es


cuestión de crear por el simple hecho de hacerlo. Tú debes saber por qué y para
qué vas a crear. Debes tener un propósito. Un propósito similar al que tiene un
cocinero cuando sirve su plato a un comensal. Él lo hace porque quiere que su
comida guste, llene y satisfaga. Y tú, como compositor, deberías hacer lo mismo.
Debes escribir con la firme intención de que tus canciones gusten a las personas,
llenen sus corazones y satisfagan alguna necesidad espiritual. Trabajas para eso, no
para ti mismo, es para alguien más. No para hacerte famoso ni ganar dinero, sino
para contribuir a la vida de las personas.

SEGUNDA PARTE

● Debes invertir tiempo

El nivel de destreza que quieras adquirir va a ser directamente proporcional al


tiempo que tendrás que invertir. Aunque es cierto que “cualquiera puede
componer” aprender requiere tiempo.

Para comenzar debes estar dispuesto a leer. Necesitas libros para crecer en este
arte. No sólo sobre composición, sino también sobre poesía, libros de temas
cristianos, revistas y, sobre todo: la Biblia. Cuando hablo de leer la Biblia no me
refiero a leerla superficialmente de vez en cuando o solo con la intención de usar
algún texto para componer, sino a tener el hábito diario de leerla, meditarla,
memorizarla y principalmente: obedecerla. La Biblia es el principal libro del
compositor.

Además de leer, capacítate. Según tu nivel de compromiso sería bueno que te


inscribieras en algún curso de composición de una escuela de música o por lo menos
en algún taller o clínica que aborde el tema.

También debes dedicar tiempo a escuchar mucha música. ¿Quieres aprender a


componer como los grandes compositores que admiras? Estudia sus vidas y sus
canciones. En ellas hay claves importantes que te pueden dar pistas sobre cómo
escribir buenas canciones.

Por otro lado, no sería mala idea estudiar ocasionalmente a los grandes
compositores que hay en el mundo. Con esto no estoy otorgando una licencia para
comprar música secular a diestra y a siniestra. No, simplemente creo que es bueno
escuchar música con sabiduría y criterio. Desde mi punto de vista lo que nuestro
hermano Carlos Rey hace en cada programa de analizar cada una de las canciones y
obtener algún valor moral es un modelo que bien podríamos imitar cuando se nos
presente la oportunidad de escuchar música de compositores que no son cristianos.

Cuando hablo de invertir tiempo también me refiero a tener paciencia. Es un


proceso, que si bien es una aventura, es largo. Y a veces implica algunas semanas
antes de dar con la primera canción inédita.

● Debes encontrar tu propio camino

Todo chef puede testificar de lo siguiente: Los grandes platos de comida se


crearon en base a la creatividad y la espontaneidad. No necesariamente siguiendo
una receta. Sí, seguir las fórmulas que otros han dejado escritas es bueno, así
comenzaron todos; sin embargo, va a llegar un momento en su vida que va a tener
que dejar de lado las recetas y encontrar su propio camino para escribir canciones.

Claro, hay principios universales que se pueden usar para componer, pero debes
adquirir tu propia identidad si es que esperas presentar una propuesta musical
diferente a la que otros ya han presentado. En este sentido, te recomiendo que no
imites. Es bueno estudiar a otros compositores, pero por favor no te conviertas en
ellos. Desarrolla tu propia filosofía de composición bíblica y encuentre tu propia
forma de inspirarte y escribir. Sea lo que hagas realízalo porque
verdaderamente lo disfrutas y va con tu propio llamado e identidad musical.

Por último, cuando escribas canciones intente que tus letras aborden temas que
para ti son relevantes y no porque son los tópicos de siempre y que sabes que la
gente consume. Vamos, no seas un “eco”, se una “voz”. Compón sobre temas que
otros aún no han realizado. Ahora, si por alguna razón llegaras a escribir sobre
temas que otros ya trataron está bien, pero hazlo desde una nueva perspectiva,
fresca y diferente. Por favor: ¡escribe tus propias recetas! No las copies.

Una buena canción es como una buena comida… ¡Requiere ingredientes frescos!
Una buena canción es como una buena comida… ¡Debe elaborarse bien!
Una buena canción es como una buena comida… ¡Requiere esfuerzo!
Una buena canción es como una buena comida… ¡Todos la quieren sentir!
Una buena canción es como una buena comida… ¡Deleita el paladar!
Una buena canción es como una buena comida… ¡Causa placer!
Una buena canción es como una buena comida… ¡Nutre el alma!
Una buena canción es como una buena comida… ¡Se quiere volver a repetir!
Una buena canción es como una buena comida… Se desea que otros la prueben.
Una buena canción es como una buena comida… ¡Todos la quieren llevar a casa!

TERCERA PARTE

¿Me ayudarías a escribir una receta?

¿Qué ingredientes considera que debe incluir una canción para que realmente
guste? ¿Qué elementos se deben combinar para cocinar una gran canción y
posteriormente servirla y la degusten las personas?

Las reglas son muy simples:

#1 Escribe un ingrediente que consideres que debe llevar una buena canción
Por favor, sólo anota uno, todos aportarán su ingrediente, por lo tanto, permita que
entre todos elaboren la receta

#2 Explica brevemente por qué crees que debe tomarse en cuenta a la hora de
cocinar una canción

Como soy yo quien está invitando a todo mundo a escribir la receta, permíteme
aportar el primer ingrediente y por qué creo necesario incluirlo.

* Un título ingenioso
No existen canciones sin título como recetas sin nombre. A mi modo de ver, en la
medida de lo posible, el título debe ser singular, creativo y original.

EL INGREDIENTE H.A.
El ingrediente sin el cual no puede existir una canción

Tú puedes tener un título ingenioso, una gran idea sobre la cual podrías versar tu
letra, un sabor a melodía y hasta algunos acordes y figuras rítmicas para
condimentar tu canción, pero si el ingrediente H.A. no está presente de nada sirve
todo lo demás.

Podríamos decir que el ingrediente H.A. ese el equivalente al ingrediente secreto


del que tantos chef y restaurantes se jactan tener.
El ingrediente H.A. es: ¡Hazlo ahora! Tú puedes tener un gran potencial como
compositor, los utensilios más sofisticados para componer y además, saber todo
cuanto se debe saber sobre el arte de escribir canciones, pero si no te decides a
componer ahora de nada sirve todo lo demás.

El ingrediente H.A. tiene que ver con el carácter. Y con carácter me refiero a esa
capacidad que todos debemos desarrollar de hacer las cosas en el tiempo a pesar
de que la emoción ya no esté presente. Tener carácter es proponerse algo y
terminarlo a pesar de que la emoción haya desaparecido. Añada el ingrediente H.A.
a sus metas, sueños y propósitos y verá que con la gracia de Dios todo cuanto se
proponga se hará realidad.

¿Realmente quieres escribir canciones? ¡Hazlo entonces! El único impedimento


entre tu deseo de componer y tener una canción en tus manos eres tú mismo. Si no
has compuesto una canción es porque no has querido, no porque haya algún
obstáculo que te impida hacerlo. ¡Nosotros somos el principal obstáculo a vencer!

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