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Guía para padres ­ Pataleta para hoy, 

escándalo para mañana
¿Qué hacer ante un berrinche infantil? ¿Castigar?
¿Suplicar? ¿Ceder? ¿Ignorar? De tomar la actitud
correcta dependerá que las pataletas se hagan más
frecuentes o más escasas.
Magdalena de 3 años está viendo dibujos animados en su casa. Cuando son las 7 de la tarde,
su mamá le apaga el televisor y le dice que debe ir a bañarse. Magdalena le dice que no
piensa ir a bañarse y vuelve a prender la tele. Su mamá la vuelve a apagar y la manda a
bañarse. La niña rompe en llanto, se tira al suelo gritando que no se bañará y que quiere
seguir viendo sus monos. Comienza la pataleta. Su mamá tiene diferentes alternativas:

a) Para evitarse el escándalo le da en el gusto y la deja ver más rato su programa y bañarse
más tarde. Después comienza nuevamente la pataleta.

b) Ante la negativa de Magdalena, la mamá comienza a ofrecerle todo tipo de sobornos para
que le obedezca. Parte ofreciéndole un chocolate, sigue por un tiempo de juego en su celular.
Como esto no da resultado, la amenaza diciéndole que va a regalar todos sus juguetes si no
se va a bañar de inmediato.

c) La mamá comienza a rogarle a Magdalena: “Por favor mi amorcito vaya a bañarse, no llore
más que la mamá está muy cansada y le da mucha pena que usted no le haga caso. Pare de
llorar y vamos al agua por favor para que te pongas muy bonita”.

d) La mamá engancha con la pataleta de Magdalena en el ánimo negativo y se descontrola.


Se pone a gritar de vuelta: “¡Hasta cuando haces pataletas!¡Eres una mañosa, me tienes
aburrida!”.

En todos estos casos el manejo de la situación garantiza que la pataleta vuelva a


repetirse en el tiempo en ésta u otra situación similar.

Entendiendo el berrinche
Las pataletas son una intensa reacción conductual y emocional en la que el niño se ve
desbordado porque su voluntad se ve frustrada y no puede realizar sus deseos.

Dentro del desarrollo del niño, existe una etapa, entre los 2 y 4 años, donde las pataletas
aparecen en forma reiterada ya que coincide con un momento evolutivo donde el menor
acaba de descubrir su propio “yo” como diferente al de sus padres y reconoce que sus
deseos pueden ser distintos que los de ellos. Quiere que su voluntad se imponga por sobre la
de los padres, como una forma de reafirmarse a sí mismo.

Acción y reacción
La forma en que los padres manejan estas reacciones en un comienzo, son cruciales para
determinar su evolución. Como padres también es importante conocer a nuestros hijos y
tener presente que los diferentes temperamentos que cada uno tiene los hará más o menos
propensos a las pataletas. Hay niños que son más irritables y les cuesta más tolerar la
frustración, mientras que otros tienen más capacidad de autorregulación. Por lo que es
importante que actuemos reconociendo los escenarios.

En el caso anterior, la mamá de Magdalena en cualquiera de las alternativas de acción


propuestas, lo que está haciendo, de uno u otra forma, es reforzar la pataleta:

- Cuando cede ante el deseo de Magdalena, la mamá le está enseñando que las pataletas
son un medio eficiente para lograr lo que quiere, por lo tanto la niña aprenderá y repetirá
en el futuro esta conducta inadecuada para obtener lo que desea.
- En las otras 3 alternativas, aunque no sigue viendo televisión, Magdalena logra algo mucho
más valioso, la atención de su mamá, ya sea rogándole, sobornándola o brindándole
atención negativa, que si bien es un reto, finalmente supone tener a su madre pendiente de
ella. La atención de los padres es el mejor refuerzo para todo niño. Magdalena lee de esto
“con la pataleta no consigo lo que quiero, pero consigo la atención de mi mamá, que bien,
buena estrategia”.

Una mejor manera que la mamá de Magdalena tiene para manejar la situación y evitar que la
pataleta se consolide como la forma de afrontar situaciones en la que la niña ve frustrado su
deseo, es no ceder a su demanda, es decir, no darle permiso para ver más televisión y
dejarla que haga la pataleta, ignorándola, es decir, sin darle ni atención positiva ni
negativa. Los padres pueden preocuparse mucho al sentir que si la ignoran aumentará la
pataleta y se intensificará, sin embargo, hay que tener claro que la pataleta tiene un ciclo
natural, llegando a un punto cúlmine y después comienza a disminuir. Esto siempre ocurre,
puede demorarse un poco más de lo que los padres quisieran, pero cede.

En el caso de Magdalena, más importante que lograr que ella se bañe y se acueste temprano,
es no ceder ante la pataleta, para que ésta no se convierta en un hábito.

Algunas sugerencias:
 Prevenir situaciones de posibles pataletas. Por ejemplo, cuando está viendo
televisión, anticipar al niño diciéndole que le quedan 10 minutos y se apagará la
pantalla. Otra posibilidad es planificar para que el baño coincida con el fin del
programa que está viendo. Otro ejemplo de esto mismo, es que si sabe que cada vez
que lleva a su hijo al supermercado él hace pataleta, es mejor prevenir y no llevarlo.
 Identificar variables que predisponen al niño a la pataleta. Por ejemplo, el sueño,
el hambre, el exceso de televisión, etc., y manejarlos.
 Si el niño ya comenzó la pataleta, ignorarlo. Dejarlo que fluya la energía agresiva sin
retarlo y sin ceder.
 Preocuparse de que la pataleta la haga en un lugar donde no pueda hacerse daño.
Por ejemplo, si está en el baño o donde hay una mesa de vidrio, llevarlo a su pieza a
que termine ahí la pataleta.
 Si la pataleta ocurre en un lugar público o molesta a otras personas, llevárselo.
Por ejemplo, si está en el supermercado, retirarse del lugar con el niño aunque eso
implique dejar de hacer las compras. Si está en una comida familiar, llevarlo a una
pieza aparte.
 Tenga paciencia y cuente hasta 10 respirando profundo cuando se vea inmerso en
esta situación. Las pataletas son solo una etapa. Si se ve muy superado, alejarse.
 Mantener la calma, las emociones se contagian con facilidad. Si el niño ve que los
padres están tranquilos y controlados, es más probable que también se
controle. Aprenderá ese modelo. Por el contrario si le grita, el niño se alterará más y
adquirirá ese modelo de resolución de conflictos.

Las pataletas son comunes en un período de la vida de los niños y no hay que alarmarse. Lo
importante es saber manejar esta situación para que no se instale como un medio efectivo de
obtener lo que se desea. Por eso vale la pena invertir paciencia, tiempo y energía hoy,
manteniéndose firme e ignorando la pataleta para evitar mañana personas escandalosas.
"Más importante que lograr que ella se bañe y se acueste temprano, es no ceder 
ante la pataleta, para que ésta no se convierta en un hábito."

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