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Ingenieril[editar]

Los ingenieros, típicamente los ingenieros geotécnicos, clasifican a los


suelos de acuerdo a sus propiedades ingenieriles, en relación a su uso en
fundaciones o en materiales de construcción de edificios. Los sistemas
modernos de clasificación de ingeniería se diseñan para permitir una fácil
transición de las observaciones a campo a las predicciones básicas de
propiedades y de conductas de ingeniería de suelos. Algunos de los
primeros sistemas clasificatorios ingenieriles de suelo eran adaptaciones
de los propios sistemas de clasificación de la ciencia del suelo.
Los sistemas de clasificación más comunes de ingeniería para suelos
en Estados Unidos es el Sistema de Clasificación de Suelo
unificado, USCS por su acrónimo en inglés. El USCS tiene tres grupos de
clasificación mayores:

1. Suelos de grano grueso (por ejemplo, arenas y gravas): se distingue


principalmente porque los granos son observables a simple vista.
2. Suelos de grano fino (por ejemplo, limos y arcillas): son buenos y
algunos no almacenan agua, retienen agua mejor que los granos
superiores.
3. suelos altamente orgánicos (referidos como «turba»). El USCS
además subdivide a esas tres mayores clases de suelos para
clarificación.
Geológica[editar]
El primer criterio fue establecido por Friedrich Fallou (1794-1877)
en Pedologie oder allgemeine und besondera Bodenkunde en el cual se
manifiesta crítico frente a la mera consideración de las propiedades
químicas y propone considerar al suelo como un ente natural.
Fallou incluye en su estudio la mayoría de los caracteres concernientes al
suelo: historia, geografía, necesidad de estudio conjunto de los
constituyentes, estructura y funcionamiento. En 1862 acuña el término
«pedologie» para los estudios científicos de suelos, simultáneo a otros
tales como «agricultural geology» o «agrogeology». Afirma que la
pedología es, necesariamente, una ciencia interdisciplinar, pues en aquel
momento el suelo se observaba solo como un «fenómeno geológico»,
independiente de otros. Por todo ello, otros autores del ámbito
americano, le consideran el fundador de la pedología.1
Evaluar y predecir el comportamiento de los suelos de acuerdo con las
solicitaciones a las que estén sometidos:

Del estudio de las propiedades se puede inferir distintos grados de


idoneidad del suelo para cada fin propuesto. Estos grados se reflejan en
unos mapas de capacidades o aptitudes de uso, sobre los cuales se hacen
las correspondientes recomendaciones de uso para la planificación
racional del suelo y del territorio.

Las dos ideas básicas de la Evaluación de Suelos son:

1. No todos los suelos son iguales. La Evaluación de Suelos está basada


sobre la idea de que la respuesta del suelo a un determinado uso es
función de sus propiedades, y por tanto conociendo estas se puede
predecir su comportamiento. Desde un estudio de las propiedades se
puede establecer distintos grados de idoneidad de un suelo para un
determinado uso (y por tanto clasificarlo).

2. El uso degrada al suelo. El objetivo final de la Evaluación de Suelos es


establecer el grado de idoneidad de un suelo para un uso, pero no
exclusivamente desde el punto de vista de los rendimientos actuales sino
teniendo en cuenta la degradación soportada por el suelo. Esta
degradación representaría una pérdida de productividad futura. Por tanto
se ha de perseguir el máximo rendimiento actual sin comprometer el
futuro, en definitiva: máximos beneficios con mínimo deterioro.

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