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Comprensión lectora basada en evidencias

Modelo de lectura directo y de la mediación inferencial


Este modelo de comprensión fue propuesto en 2007 por Jennifer G. Cromley y Roger
Azevedo y propone que la comprensión lectora es el resultado de las relaciones entre los
conocimientos del lector sobre el tema del texto, sus estrategias de comprensión, la
habilidad para construir inferencias, la habilidad para leer correctamente las palabras y el
vocabulario. Como se puede ver en la imagen que ilustra el modelo, todas estas variables
influyen (flechas negras) en la comprensión lectora, y algunas influyen en otras variables,
por ejemplo, el nivel de conocimientos afecta al uso que el lector hace de las estrategias
de comprensión, y no al revés. Otras veces se encuentra una simple correlación (líneas
rosas), es decir, el nivel en esas dos variables tiende a ser similar, pero no se puede
afirmar que una sea causa de la otra.
El modelo se llama “directo”, porque todas las variables que lo forman afectan
directamente a la comprensión lectora, y se llama “de la mediación inferencial” porque
buena parte de las variables (conocimientos, estrategias y vocabulario) afectan a la
comprensión lectora de forma indirecta, a través de la construcción de inferencias.
Cromley y Azevedo lo abreviaron con el acrónimo DIME (Direct and Inferential MEdiation),
abreviando el nombre como modelo DIME.
Construcción y validación del modelo
La forma en que se realizó este modelo me parece uno de los trabajos más elegantes que
se hayan hecho sobre comprensión lectora. El modelo DIME y su validación inicial son el
contenido principal de la tesis doctoral de Cromley, dirigida por Azevedo y defendida en
2005. Para construir el modelo revisaron la investigación acerca de la comprensión lectora
seleccionando estudios experimentales que confirmasen cada una de las relaciones que
podrían existir entre las variables del modelo.

Todas las flechas negras del modelo están en él porque se encontró alguna investigación
(a veces varias) que indicaba una relación causa – efecto en la dirección de la flecha. Las
líneas representan investigaciones que encuentran una correlación. El hecho de que dos
variables no estén unidas por una línea o por una flecha indica que no se encontró ningún
estudio que indicase tal relación. Además, se encontraron evidencias contradictorias para
dos de las posibles relaciones: conocimientos – estrategias y lectura de palabras –
vocabulario.
Posteriormente, los autores tomaron datos sobre todas las variables del modelo en 177
alumnos de 3º de ESO, y comprobaron cómo se ajustaban al modelo DIME y a otras
variantes del modelo que incluían cambios en las relaciones sobre las que se habían
encontrado evidencias contradictorias. El modelo que aparece en la imagen de la entrada
era el que mejor se ajustaba a los datos recogidos, explicando un 66% de la varianza de
los resultados de comprensión lectora.
En 2010 Cromley, Snyder-Hogan y Luciw-Dubas publicaron una actualización del modelo
(reading comprehension of scientific text) en el que se revisaban nuevas investigaciones
sobre las relaciones entre sus variables y se tomaron datos de 737 alumnos que
comenzaban a estudiar biología en la universidad. Según estos datos el modelo original
(el de la imagen) ajustaba peor que un modelo alternativo en el que ha había una relación
mutua entre lectura de palabras y vocabulario (en lugar de una relación causa-efecto), y
se introducía una relación causa-efecto entre el vocabulario y las estrategias de lectura.
Utilidad del modelo
Según los resultados obtenidos por Cromley y Azevedo, las variables que más influían en
la comprensión lectora eran el vocabulario y los conocimientos sobre el tema del texto,
seguidos por la construcción de inferencias, la lectura de palabras y las estrategias de
comprensión.
Una de las cuestiones que hacen que este modelo merezca ser conocido (con perdón de
los que solo buscan fichas y actividades de comprensión y estas cosas les parecen
“demasiado teóricas”) es que se puede intervenir sobre todas las variables que lo
componen: existen programas, métodos y actividades para mejorar la lectura de palabras,
el vocabulario, el nivel de conocimientos, las estrategias de comprensión y la construcción
de inferencias. Esto ofrece una base para fundamentar un plan de mejora de la
comprensión bastante más sólida que el insatisfactorio “vamos a hacer esta colección de
ejercicios” o el vago “vamos a trabajar por proyectos”.
Limitaciones del modelo
A la hora de adoptar el modelo DIME como referencia para la evaluación o la intervención
en comprensión lectora hay que tener en cuenta alguna de sus limitaciones principales.
La primera es que no se trata de un modelo evolutivo. No se intenta explicar cómo se
desarrolla la comprensión lectora a lo largo del tiempo sino cómo se explica la
comprensión lectora en un momento concreto. Un modelo evolutivo sería mucho más
complejo. Por ejemplo, tendría que incluir una influencia de la comprensión lectora sobre
los conocimientos del lector (a partir de cierta edad adquiere muchos de sus
conocimientos leyendo).
En el párrafo anterior he comentado que el modelo DIME trata de explicar cómo es la
comprensión lectora en un momento concreto. Otra limitación es que no se trata de
cualquier momento, sino que el modelo se ha construido y validado utilizando los datos de
alumnos a partir del 4º curso de educación primaria, es decir, no sabemos cómo se
comporta este modelo explicando la comprensión lectora de alumnos que están
aprendiendo a leer, en los que la variable “lectura de palabras” es mucho más influyente.
Otra posible limitanción, que no me atrevo a asegurar, es que el papel del vocabulario
puede ser diferente en los lectores de lengua inglesa y en los lectores de lengua
española. La prueba de vocabulario que emplearon Crompley y Azevedo era una prueba
en la que los alumnos leían la palabra objetivo en un texto que no daba pistas acerca de
su sentido, y tenían que elegir entre varias opciones el significado más adecuado. En
español, si el alumno lee correctamente una palabra que conoce, la reconocerá sin
dificultad, pero en inglés es posible leer una palabra (sin cometer graves errores) pero de
una forma diferente a como se conoce en el lenguaje oral y, por tanto, no reconocerla.

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