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Pamplona
Centro de Educación Virtual y a Distancia
La Democratización
en la Escuela
Guillermo León Díaz Carvajal
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
La Democratización de la Escuela 1
Presentación
La educación superior se ha convertido hoy día en prioridad para el gobierno
Nacional y para las universidades públicas, brindando oportunidades de superación
y desarrollo personal y social, sin que la población tenga que abandonar su región
para merecer de este servicio educativo; prueba de ello es el espíritu de las
actuales políticas educativas que se refleja en el proyecto de decreto Estándares
de Calidad en Programas Académicos de Educación Superior a Distancia de la
Presidencia de la República, el cual define: “Que la Educación Superior a Distancia
es aquella que se caracteriza por diseñar ambientes de aprendizaje en los cuales
se hace uso de mediaciones pedagógicas que permiten crear una ruptura espacio
temporal en las relaciones inmediatas entre la institución de Educación Superior y
el estudiante, el profesor y el estudiante, y los estudiantes entre sí”.
Introducción
“La democracia es una herramienta, pero está marcada, no es neutra. Tiene unos
valores, aunque pocos. Entre los valores democráticos no está, por ejemplo, ni la
propiedad privada ni la colectivización de las empresas, junto a otras muchas
ausencias. Los valores de la Democracia son básicamente la libertad y la igualdad.
Se trata de dos creencias morales que imprimen al instrumento democrático,
simple y frágil de por sí, toda su fuerza y grandeza, como una barca que sobrevive
a los temporales o un viejo libro que nos acompaña en todos los viajes. La
democracia es el testimonio de la primacía de la ética sobre la política, y en ésta
de la sabiduría sobre el absurdo o la estupidez. El demócrata no se limita sólo a
votar y a acatar las leyes de la mayoría. Es el que se compromete antes que nada
con unos valores que pueden llevarle, a veces, a criticar el sentido del voto o
denunciar la fuerza injusta de la mayoría. Son los valores de la libertad y la
igualdad”
Norbert Bilbeny
Si bien es cierto que el mundo entró en la era del conocimiento, y que el siglo XXI
enfrenta como propósito el desarrollo social, es necesario crear un nuevo
paradigma educativo que nos enseñe a identificar, analizar y resolver problemas,
dotando a los actores de herramientas conceptuales y prácticas para que
construyan propuestas pedagógicas transformativas y democráticas.
En ese sentido es bien importante construir una cultura del diálogo, una cultura
que habilite a maestros, estudiantes y padres de familia en la construcción de
valores, individual y colectivamente, como una alternativa para la democratización
de la escuela y de la comunidad.
Voy a citar un texto de Heidegger, (citado por Carlos Mario González) que nos
ayuda a ilustrar la necesidad apremiante que existe de reconsiderar nuestro oficio
de maestros:
“En efecto, enseñar es aún más difícil que aprender. Se sabe esto muy bien, más
pocas veces se le tiene en cuenta. ¿Por qué es más difícil enseñar, que aprender?
No porque el maestro deba poseer un mayor caudal de conocimientos y tenerlo
siempre a disposición.
El enseñar es más difícil que aprender, porque enseñar significa dejar aprender.
Más aún, el verdadero maestro no deja aprender nada más que el aprender. Por
eso también su obrar produce a menudo la impresión de que propiamente no se
aprende nada de él, si por aprender se entiende nada más que la obtención de
conocimientos útiles.
El maestro posee respecto de los aprendices como único privilegio, el que tiene
que aprender todavía mucho más que ellos, a saber, el dejar aprender. El maestro
debe ser capaz de ser más dócil que los aprendices y el maestro está mucho
menos seguro de lo que lleva entre manos que los aprendices”.
Sin hacer borrón y cuenta nueva, sin despreciar nuestra tradición, nuestras
concepciones y nuestra práctica pedagógica tradicional, es preciso que hagamos
una desconstrucción de nuestras formas de ser, de conocer y de pensar el mundo;
confrontarlas y someterlas a una buena crítica con el fin de poder construir unos
nuevos paradigmas, de acuerdo con las exigencias del mundo actual, del momento
histórico.
Esta propuesta que hace parte del currículo de Ciencias Sociales es de carácter
reflexiva y tiene como propósito aproximarnos a una pedagogía democrática en el
desarrollo de la práctica pedagógica actual, de tal manera que logremos precisar
hasta donde este acumulado teórico puede ser una fuente para el ejercicio de
construcción de nuevos referentes teóricos en el marco de un interés por
transformar la escuela.
El abordaje de este proceso se hará desde la teoría crítica, haciendo una revisión
teórica de las concepciones y prácticas pedagógicas tradicionales y tratando de
construir nuevos elementos teóricos que nos permitan de una parte, innovar las
prácticas transformadoras a través del reconocimiento del “otro” como un
legítimo, reconocimiento que nos permitirá desde él Sé tú mismo servir como
dinamizador de propuestas de convivencia social y escolar y de otra, construir un
sentido de autonomía y de respeto que conduzcan a la formación de ciudadanía
El documento busca romper con las ataduras teóricas en cuyo contexto existimos,
buscando ubicar la práctica personal y social dentro de un contexto histórico, que
le dé sentido a lo humano para tener en cuenta.
Es importante que al leer todos y cada uno de los unidades tenga en cuenta los
interrogantes que a lo largo de cada uno de ellos se van haciendo. Esto permitirá
tener claridad sobre su contenido, reflexionar sobre el mismo y por supuesto dar
respuesta académicamente a lo exigido por su tutor. Es un documento que a mi
parecer resulta ser muy metódico y de ágil lectura que permite su fácil
comprensión y motiva la puesta en práctica de lo aquí expuesto.
UNIDAD 1
Educación Democrática y Escuela
Descripción Temática
Lo real, eso que se halla fuera de nosotros y que Bourdieu define como ilusión
universalmente compartida, es un referente obligado que de alguna manera
parece acompañar nuestro propio estado de ánimo, o dar razón de él. Sin
embargo una visión deformadora y parcial de lo real, que es lo que habitualmente
domina las formas de pensar en la escuela y en la vida cotidiana,1 determina la
imposibilidad, para una buena mayoría de personas, de tener una visión de
totalidad sobre lo real
1
En la cotidianidad todo está al “alcance de la mano” y los propósitos del individuo son
realizables. Por esta razón es el mundo de la intimidad, de lo familiar y de los actos banales. La
muerte, la enfermedad, el nacimiento, los éxitos y las pérdidas, son los sucesos calculados de la
vida de cada día. En la vida diaria el individuo se crea relaciones sobre la base de su propia
experiencia, de su propia posibilidad y actividad y, por ello, considera esta realidad como su propio
mundo Kosik Karel. Dialéctica de lo Concreto, Pág 93. Grijalbo,1979. Esta experiencia cotidiana,
esta experiencia de vida, ese saber cotidiano, no es el mismo para todos los hombres, en razón a
que cada individuo posee un saber particular, íntimo, pero además participa de una formación
social diferente, de un determinado grupo, o comunidad, o sociedad o región.
Por ello es bien importante que la enseñanza se construya como una actividad
ética. Esto significaría como lo plantea Elliot, que “los objetivos pedagógicos no
pueden definirse operativamente, incluyen concepciones abstractas de los fines
que son cualidades intrínsecas en vez de productos extrínsecos de los procesos en
los que se llevan a cabo. Las concepciones éticas de los objetivos pedagógicos
especifican valores educativos generales que han de realizarse en el proceso de
enseñanza y aprendizaje en vez de resultados obtenidos por el aprendiz5.
2
Tamarit, José. Educar al Soberano. Niño y Dávila editores. Pág. 29. Argentina,1994
3
Giordan André, Gérard de Vecchi. Los orígenes del saber. Díada editora,Sevilla, 2ª edición
1995:16
4
Vasco Carlos Eduardo, S.J. y otros. El saber tiene sentido, Cinep Bogotá, 1999.
5
Elliot, John. La investigación en Educación, Morata, Madrid 1990
capaz de evitar que “el hombre cese de ser humano y se transforme en una
máquina sin sentimientos y sin ideas”6
Humanizar al hombre significa tener una actitud propositiva hacia la vida, pero
además, un conocimiento de la vida, lo cual evitaría la cosificación del hombre.
Proceso de Información
1.1 PENSAMIENTO Y EDUCACIÓN
6
Erich Fromm. La Revolución de la Esperanza. Fondo de Cultura, Bogotá,1995
7
.Carr, Wilfred y Stephen Kemmis. Teoría Crítica de la Enseñanza. Pág. 143 Martínez Roca,
España.
“Tan dañino como no saber lo que se sabe, es ignorar lo que se ignora. Saber lo
que sabemos nos hace fuertes, capaces de relacionar. Saber lo que ignoramos
nos hace humildes, capaces de relativizar..”10
8
. Dewey, Jhon. Como Pensamos. Ediciones Paidós, Buenos Aires, 1960
9
El pensamiento reflexivo tiene un propósito que trasciende la mera diversión que procura la
cadena de agradables invenciones e imágenes mentales. Dewey, Jhon, Como Pensamos. Pág.23
10
. Wilches Gustavo. La Letra con Risa Entra. Citado por Marta Moreno, Somos Sujetos de
Conocimiento. Pág 87.Cinep, Bogotá, 1998
11
El diálogo, en Paulo Freire, no es solamente un encuentro de dos sujetos que buscan el
significado de las cosas - el saber - sino más bien un encuentro que se realiza en la praxis (acción
más reflexión), en el enrolamiento, en el compromiso con la transformación social. Dialogar no es
intercambiar ideas. El diálogo que no lleva a la acción transformadora es puro verbalismo. Moaceir
Gadotti. Pedagogía de la Praxis.1996:13 . El diálogo no es simplemente hablar de alguien, sino
hablarle como si fuese un ser pensante y sintiente igual que yo, no un robot obediente a mi voz.
12
La práxis humana se manifiesta en dos direcciones: de una parte, es un escenario donde se
opera la metamorfosis de lo objetivo en subjetivo y de lo subjetivo en objetivo; es el centro activo
donde se efectúan los intentos humanos y donde se descubren las leyes de la naturaleza; de otra,
la praxis humana funde la causalidad con la finalidad. Y si partimos de la praxis humana como de
la realidad social fundamental, descubrimos de nuevo que también en la conciencia humana se
forman dos funciones esenciales: La conciencia humana al mismo tiempo registra y proyecta,
verifica y plantea; o sea, es a la vez reflejo y proyecto. Kosik karel, Op,cit. 143.
Para el caso de la educación, referida ésta como una ciencia crítica, su propósito
es el de transformar la educación; objetivos como el de explicar (característico del
planteamiento positivista de la investigación educacional) o el de entender
(característico del planteamiento interpretativo) son meros momentos del proceso
de transformación, antes que finalidades en sí mismas. El conocimiento como una
información puesta a nuestro alcance para ser transmitida; se trata de ver el
conocimiento como un poder comprensivo y explicativo de la realidad que nos
permite orientar a nuestros estudiantes para que alcancen su propia comprensión,
de manera que, en el momento que sea menester, puedan actuar productivamente
sobre ella. Si la mirada educativa va encaminada hacia el cambio, los problemas
de la educación no se pueden limitar a la consecución de unos fines propuestos y
conocidos, sino que estriban en actuar educativamente en situaciones sociales que
suponen valores en conflicto e interacciones complejas entre personas distintas
que obran en función de intereses diferentes y de entendimientos diversos de la
situación común y que obedecen a diferentes valoraciones acerca de como
deberán conducirse tales interacciones.
Por ello, la educación escolarizada, debe partir de lo que se ha pensado para llegar
a descubrir los pensamientos que todavía no han sido pensados; el discurso debe
tener como base lo que se ha dicho para llegar a construir lo que todavía no se ha
dicho, inaugurando una nueva forma de pensar, de actuar y de sentir la realidad,
en la que la acción se constituya en la creación de posibles.
Hoy existen escuelas que tienen algunos elementos de un aparataje nuevo pero
que funcionan como la misma vieja escuela. En respuesta a la Ley General de
Educación, tienen Proyecto Educativo Institucional, Gobierno escolar, Consejo
Directivo y Participación hechos en unos moldes de democracias que ya no sirven
para la escuela que necesita ser construida. Es por ello que muchas de nuestras
escuelas se fundamentan teóricamente en la autonomía y practican el despotismo.
Entonces preguntarse por las relaciones entre jóvenes y adultos es una cosa nueva
en ese sentido.
Una escuela concebida así, cambia su estilo de manejo del orden interno y del
conflicto y adquiere condiciones especiales para interactuar con la comunidad, con
su entorno, (comunidad educativa) asumiendo compromisos responsables con ella
y generando procesos de construcción social y de convivencia.
de los demás como sujetos y de las mayorías para que puedan vivir como
sujetos.14
Quiero para terminar, presentar las relaciones de alteridad que Gadamer nos da a
conocer y que nos plantean las diversas relaciones que en la escuela y en la
cotidianidad se presentan como acciones pedagógicas.
14
Touraine, Alain. ¿Qué es la Democracia? España, 1994, citado por Marco Fidel Vargas, en: Una
Forma de Aprender a Desaprender Participativamente: Borrador Cinep.1998
15
Maturana Humberto. La Realidad: Objetiva o Construida. Antropos, México 1995. Tomado de
Marco Fidel Vargas. Una Forma de Aprender a Desaprender Participativamente. Borrador,
Cinep:1998
El “otro” como Apertura: hay que dejarse hablar por el “otro” comprender al
“otro” no significa en modo alguno abarcarlo, someterse a él, o hacer lo que te
pide. ¿Qué significa, entonces, abrirse al “otro”?
“La apertura hacia el otro implica, pues, el reconocimiento de que debo estar
dispuesto a dejar valer en mí algo contra mí, aunque no haya ningún otro que lo
vaya hacer valer contra mí”. Gadamer, citado por Joan-Carles Melich. Del extraño
al Cómplice.
16
Melich, Joan-Carles. Del Extraño al Cómplice: la Educación en la Vida Cotidiana,
Anthropos,1997 :98
UNIDAD 2
Construcción de Comunidad Educativa
Descripción Temática
Proceso de Información
2.1 EL POR QUÉ DE LA COMUNIDAD EDUCATIVA
Esta será, a mi modo de ver, una primera tarea de la escuela: lograr revolucionar
el proceso socio cultural, desde la formación comunitaria a través de la unidad
Peter Druker, dice que la sociedad del conocimiento requiere que todos sus
miembros aprendan cómo aprender. ¿Cómo entonces, garantizar que los niños
escolares adopten métodos eficaces para acceder adecuadamente al conocimiento
requerido?.
Sin embargo, es bueno tener en cuenta que aunque las dificultades sean tantas, a
veces la ignorancia tan grande y la pobreza tan extrema, no se puede argüir la
falta de conciencia de sus propios y verdaderos problemas.
17
Drucker Peter. La Sociedad Postcapitalistas. Norma ,Bogotá 1994
Por ello es preciso que la escuela provoque el diálogo entre los enseñantes, los
estudiantes, los padres de familia, de tal manera que, unos y otros, aprendan a
argumentar y a contrargumentar mediante el análisis del discurso del otro, para
aprender a percibir al otro, lo cual es condición de una vida en común.
18
Jacques Delors. La Educación encierra un Tesoro. Santillana,unesco,1996
19
Idem
20
Touraine Alain. ¿Podremos Vivir Juntos? Iguales y Diferentes. Maestros Gestores de Nuevos
Caminos. Cuaderno No 16, Medellín, 2000
El problema se presenta cuando el mito ocupa el lugar del concepto y guía nuestra
reflexión e incluso nuestra observación que queda encerrada dentro de la magia,
del “silencio” el “orden” y la “disciplina” de la clase. Aislamos así, el contexto,
todo lo que ocurre por fuera del aula, la realidad escolar y comunitaria, la historia
local y regional, del conocimiento que se imparte en el interior del aula.
Thomas Huxley, biólogo británico decía: “Tal vez el aspecto más valioso de la
educación sea el poder que nos confiere para forzarnos a hacer lo que debemos
hacer cuando hay que hacerlo, gústenos o no”21.
Coacción no significa por supuesto, aquella cosa dramática de la “letra con sangre
entra”, ni pegarle latigazos al niño para que aprenda. Pero es evidente que al niño
de alguna forma se le obliga a entrar a un salón de clase y quedarse un rato
sentado”22
21
Literario Dominical, el Colombiano. Medellín, marzo 5, 2000
22
Literario Dominical, el Colombiano. 14 noviembre, 1999
¿Cómo podemos afirmar, de acuerdo con la ley 115, que de verdad el centro de la
enseñanza es el estudiante si quien elabora el currículo es el maestro y para el
maestro?
23
Touraine, Alain. Op,cit.
“Para que ello sea posible hay que pensar que las escuelas son realidades
concretas y plurales. No es la escuela en abstracto la que debe formar
ciudadanos, sino la escuela concreta y singular que vive problemas específicos de
falta de ciudadanía. Esa escuela necesita, por una parte, más autonomía para
organizar sus proyectos educativos y dar cuenta de ellos. Por otra parte, necesita
más vinculación al territorio y coordinación con las instancias territoriales
municipios, movimientos cívicos, asociaciones más cercanas, tanto para resolver
problemas como la dualización del sistema educativo y la guetización que hace
imposible la aceptación de alumnos distintos, como para llevar a cabo una tarea
educativa verdaderamente comunitaria”.24
24
Camps Victoria. La Identidad Ciudadana. Literario Dominical, el Colombiano. Medellín 16 enero,
2000.
25
Touraine Alaine. Op.cit.
Al llegar al colegio los supervisores preguntaban por qué tantos maestros para tan
pocos estudiantes?. Un maestro joven y apuesto se levanta y dice: son tantas las
familias de la región y tantos los niños en edad escolar que probablemente el
colegio tenga que albergar más de los que normalmente asisten, sólo que no
tienen qué comer, menos con qué matricular a sus hijos en la escuela. La
propuesta es inscribirlos gratuitamente.
Voy a permitirme citar de Manfred Max-Neff un par de párrafos que aunque largos,
nos permiten ilustrar de manera formidable lo que quiero significar con el ejemplo
anterior:
“Me parece indiscutible que los seres humanos se desarrollan de acuerdo a las
relaciones que mantienen con su entorno. Toda su integridad, su equilibrio interno
y externo, así como su alienación, dependen del grado en que se sientan
integrados con su medio ambiente. Esto depende a su vez, de la dimensión,
homogeneidad o heterogeneidad del mismo. Todo tipo de entorno económico,
espacial, político cultural y natural, puede tener tanto una dimensión óptima como
una dimensión crítica.
26
Max-Neef, Manfred. La economía descalza. Nordan comunidad, Colombia, 1984
Mas aún, en cierto sentido todo el mundo puede tener un saber de lo educativo
porque, en cierto sentido, todo el mundo es educador, y, ese saber de lo
educativo, cultivado, contrastado con los saberes de otros, sistematizado, revisado
permanente y críticamente puede llegar a ser un conocimiento de lo educativo,
independientemente de que su poseedor sea un educador profesional o no”.27
Es un juego dialéctico en el cual los acuerdos y/o los consensos aparecen como
una posibilidad para elaborar: currículo, convivencia escolar, e incluso construir
desde la escuela políticas educativas, lo que equivale a construir desde la
participación una educación con sentido social capaz de transformarse y
transformar su entorno.
UNIDAD 3
De la Escuela Tradicional a la Escuela
Progresista
Descripción Temática
Proceso de Información
3.1 HACIA LA CONSTRUCCIÓN DEMOCRÁTICA DE LA EDUCACIÓN
Volfang Ratke a los príncipes alemanes reunidos en la dieta imperial y, también, con
la Ratio atque institutio studirum o, simplemente, ratio studiorum de los jesuitas.
Estos tres tratados constituyen los pilares para la construcción de la pedagogía como
una disciplina rigurosa que se ocupa de los problemas concretos y técnicos de la
enseñanza. Su preocupación por la universalidad de la enseñanza, la graduación de
la enseñanza según la edad de los educandos, la enseñanza de la lengua materna, la
formación del carácter y el método que permite "vencer el fraccionamiento de la
instrucción, primer paso para instaurar la unidad de las conciencias y de los
pueblos."28 Se constituyen en el legado que va a marcar todo el desarrollo de la
Educación hasta el siglo XIX.
Gilbert, en relación con la pedagogía tradicional, destaca tres aspectos, como los más
característicos que se pueden reconocer en el desarrollo de la historia de la
pedagogía y que sirven para comprender las ideas actuales. Esos tres aspectos son:
• La organización de la institución escolar;
• El contenido (lo que hoy llamamos programas); y,
• Los procedimientos de enseñanza en sus características generales, o sea, los
diferentes modos de enseñar.
Sobre como pudo ocurrir este hecho, tan importante como ignorado de la historia de
la educación, abunda en ejemplos el precitado autor: el "bahito" entre los borrorós
del Brasil, la China antigua durante el emperador Wu, los japoneses a partir del siglo
VIII, los hindúes, los caldeos, los hebreos, los egipcios y los griegos, de cuyo caso
nos son familiares la educación militar de los espartanos y las ideas que sobre la
educación abundan en sus mas eximios pensadores que conocemos como Pitágoras,
Isocrates, Sócrates, Platón, Aristóteles, Plutarco. Es precisamente de los atenienses
que se deriva la palabra pedagogo con la cual se denominaba al esclavo que
conducía al niño a la plaza pública que constituía la escuela.
Siempre se instaló en una plaza pública y su objeto primero fueron los asuntos que
se suponía que todos los ciudadanos debían saber para tomar parte en las decisiones
sobre lo público, es decir, lo concerniente a la ciudad, su organización, su seguridad y
su gobierno.
Fue con el desarrollo del cristianismo que se dio una orientación confesional a la
escuela, aunque en principio, los padres de la iglesia no dudaron de la utilidad de la
educación y abrieron escuelas en donde, además del pensamiento religioso, se daba
también una enseñanza profana.
Pero, como dice Gilbert, "la verdad es que toda civilización avanzada en el camino
de un cierto humanismo de tipo racial experimenta la necesidad de abrir escuelas.
La Escuela es en cierto modo una secreción de la complejidad de los problemas que
se plantean al espíritu del hombre y, durante todo el tiempo que la sociedad
permanece en estado de subdesarrollo tecnológico, la refutación de la escuela no
puede ser sino una quimera peligrosa o la manifestación de un espíritu obtuso y
retrogrado, enemigo del saber. Hay que llegar hasta le época moderna para que la
idea aparezca, sino del todo razonable, al menos digna de examen."30
claro también que ninguna institución escolar es neutra, todas están orientadas por
una antropología más o menos explícita.
Gilbert destaca dos elementos que siempre han aparecido como componentes de los
programas escolares: la lectura y la religión. Podríamos agregar otro elemento, a
veces invisible, pero siempre dominante del currículo oculto: el poder.
Quizás de esa tradición tan arraigada, proceda la idea de una formación humanística
que se concibe separada de las cosas que podrían reconocerse como más del orden
práctico de la vida. Las clases de humanidades y de retórica tuvieron, hasta muy
recientemente, una preeminencia en la calificación de la educación sobre la
reconocida como enseñanza técnica que no suponía tal grado de refinamiento
intelectual. Refinamiento más afín, por supuesto, a los intereses de extensión de las
iglesias y a la consecuente afirmación de jerarquías intelectuales que van a servir
para justificar mejor las iniquidades de la sociedad.
Es preciso destacar que el esfuerzo por darle un carácter popular a la Escuela, tuvo
también, entre los religiosos algunos abanderados. Tal es el caso de Comenio en el
siglo XVII y de Juan Bautista de la Salle comenzando el siglo XVIII.
quienes como Víctor Manuel Gómez han terciado en el debate del movimiento
pedagógico con propuestas sobre educación y trabajo que reivindican el carácter
humano de la técnica sin pretender poner la Escuela al servicio discrecional de una
racionalidad económica deshumanizante.
Gilbert nos muestra como "la manera de educar y de transmitir los conocimientos ha
evolucionado de la enseñanza individual a la enseñanza colectiva, pasando por una
forma intermedia conocida como enseñanza mutua, cuyo examen no puede
evitarse"32
Tanto la educación individual como la colectiva han mostrado sus ventajas y sus
desventajas. Aristóteles consideraba que la primera, distinguía lo que convenía
más a cada uno en razón de un fin general porque implicaba una relación personal
entre el maestro y el alumno. La segunda clase de educación exigía la
organización de los alumnos en clases homogéneas, según edades. Eso
significaba la reducción del educando a un "hipotético escolar medio" y, por
tanto, la despersonalización de la relación.
En los últimos tiempos, por aquello de querer hacer educación barata, se han
utilizado distintas fórmulas para suplir la carencia de maestros. Unas, implicaron
habilitar como tales a personas que apenas si sabían leer o escribir, incluso, se ha
pretendido esta como una forma de pagar el servicio militar y, recurrentemente, se
habla de la formación de multiplicadores. Puede ser que fórmulas tan precarias con
la cual muchas veces se pretende reemplazar al educador, tengan algún antecedente
en esa fórmula de la enseñanza mutua.
alumnos según sus buenas y malas acciones."35 Eregido en dios, el maestro se atreve
a determinarle al otro, su Construir Seres Humanos, significa construir sujetos
capaces de pensar en sí mismos, capaces de asumir responsabilidades y de actuar
de manera autónoma, es decir capaces de tomar decisiones. Un ser autónomo
será un ser comprometido, personal e institucionalmente, con su comunidad y con
su país, es decir será un ciudadano constructor de unidad política, y de una
dinámica social y cultural diferente.
"Alumno", el curso de su vida, él deber ser. Él presume que sabe cual ha de ser el
norte de la existencia humana aunque, para sí mismo, tenga muchísima más
incertidumbre que certeza y absolutamente menos definido su futuro. Pero, el no
alcanza a reconocer que tal vez, mucho menos él mismo que sus propios pupilos,
tiene en sus manos la rienda de su propia existencia.
Gilbert, que no habla de escuela nueva, sino, de las escuelas nuevas, destaca como
todas coinciden en el culto al niño y en su denuncia de los vicios de la educación
tradicional que resultan ya ampliamente del domino público: "pasividad,
intelectualismo conducente paradójicamente al odio hacia los libros,
magistrocentrismo, superficialidad, enciclopedismo de fachada, incluso verbalismo,
etc."36
todo lo que implique ignominia para el ser humano, podrá explicarse como la
expresión necesaria del uso que de la libertad sabe hacer cada cual.
La idea del formar como ordenar, filar, poner en su sitio, etc. ha penetrado tan
profundamente la personalidad el maestro, como al esclavo de la antigüedad lo
penetró el sentimiento de que su vida realmente la debía a su amo. Y, por ello en
parte, las dificultades que hoy se enfrentan para avanzar en procesos de
transformación de la institución escolar que demandan del educador él asumirse
como un ser libre, dueño y responsable, ante la sociedad, de su desempeño
profesional.
37 Palacios, Jesús. “La Educación en el Siglo XX(1): La tradición renovadora. 2da. edic. Coop.
Laboratorio educ. Caracas, 1992. pags: 14 a 20.
Es frente a esa cultura escolar, que constituye la escuela tradicional, que se resiste a
desaparecer no obstante su incapacidad para responder a las exigencias del
desarrollo de la sociedad, que van apareciendo diversas corrientes educativas que
tratan, cada una a su manera, de poner a prueba en la Escuela las nuevas ideas que,
sobre el conocimiento y sobre el ser humano como sujeto que conoce y que requiere
adaptarse a la vida con otros seres humanos, se producen desde las ciencias
humanas. Y, esto ha ocurrido, por desgracia, a pesar y aún en contra de los mismos
educadores.
Gilbert, habla en plural de las escuelas nuevas, para destacar que el movimiento
contra la pedagogía tradicional no se desarrolla de manera uniforme, sino, que se
perfilan en él, diversas miradas y propuestas sobre lo educativo, en las cuales se
puede reconocer, sin duda la impronta del desarrollo de las ciencias humanas. Ese
movimiento, cuyo origen puede situarse hacia finales del siglo XIX, es decir,
coincidiendo con la instauración de la escuela pública obligatoria y gratuita sobre la
cual se pretenderá la edificación de la República, es fruto de todo un debate que se
remonta, incluso al renacimiento, en torno al problema antropológico.
Los desarrollos de la Sicología tendrán mucho que ver con todo este replanteamiento
de la educación, así como otrora ocurrió con la religión y con las ciencias naturales.
Se trata de estudiar al niño para saber como se debe actuar sobre él, pero, ante
todo, para saber como es él en tanto que ser individual. Esa incidencia de la
Sicología conducirá a que la idea de Ferrier sobre la escuela activa, como una escuela
que no podría reconocerse simplemente "porque en ella se cumpla trabajo manual,
ni porque en ella se muestren objetos, ni tampoco porque se interrogue mucho a los
alumnos o se emplee para instruirlos medios audiovisuales refinados. Será una
"escuela activa" únicamente en la medida en que utilice con fines educativos el haz
de energía que emana el niño."38
Esa nueva consideración del niño como sujeto actor en el sentido que hoy expresa
Touraine39 implica, necesariamente, una mutación del maestro. De instructor,
docente o preceptor pasará a ser considerado como orientador, entrenador o
acompañante. Pero, esta, como todas las mutaciones no se dan de un golpe y sin
dejar huella. Existen, entre las diferentes propuestas que sobre escuela nueva, se
pueden reconocer, muchas diferencias que radican en la "directividad" que se
reconoce a la acción del maestro; mayor en el caso de la escuela montessoriana y
mínima en el caso de la escuela francesa, por ejemplo. Pero, en todo caso, es lo
común al movimiento considerar al niño. No como un recipiente a llenar, sino, como
una fuerza, un potencial con el cual se debe contar.
Hoy esa mutación del papel del maestro ha tenido otros desarrollos interesantes,
debido a un mayor desarrollo también de la Sicología. Se ha puesto, mucho mayor
énfasis en el problema del aprendizaje que en el de la enseñanza y ello modifica, sin
duda, el estatuto de formación del maestro. Dewey señaló ese nuevo derrotero en
su obra "Cómo pensamos" y, posteriores desarrollos de la Sicología cognitiva, de
Piaget, Luria y Vigotsky a Ausubel, dieron cabida a otro orden de problemas que
reclamaría la atención de los educadores sobre los aspectos de carácter
epistemológico y psicológico que se implican en el proceso de conocimiento del ser
humano.
Algunos ejemplos dan cuenta de que los educadores siguen "enseñando", aunque
sepan que para muchos de los educandos lo que se enseña no tiene sentido; el
autoritarismo no desaparece, sino que se ejerce ahora más veladamente; y, las
autoridades educativas solamente están interesadas en que la Escuela permanezca
abierta, a cualquier precio y de cualquier manera.
En los espacios que se han habilitado para el análisis de esta situación, hemos
propuesto indagar si el supuesto de que entre educadores, educandos, padres y
madres de familia existen unos propósitos y expectativas comunes es tan válido o si
es menester instaurar un proceso de negociación cultural de carácter permanente
que, reconociendo los poderes e intereses existentes en cada contexto institucional,
apunte a hacer de la Escuela un espacio donde se tiende un puente entre lo universal
y lo local, en la medida en que se atienda, por una parte, a los problemas que se
originan en la vida misma de las comunidades y, por otra, a la necesidad de
contextualizar y recrear dichos problemas en ámbitos más universales y conocer
40 Lemke, Donald A. Pasos hacia un Currículo Flexible. Doc. Santiago de Chile, 1978
41 Gilbert, Roger. Op. C. Pág. 93.
sobre otras situaciones y/o aspectos de la vida humana y de la realidad que ayudan a
ganar en la capacidad resolutiva de los propios problemas.
Atado a lo anterior está la idea de un ser humano diverso que, no necesita pensar y
hacer lo mismo para ser reconocido, sino que afirma, en la infinitud de posibilidades
del hacer que determinan sus intereses y su desarrollo particular según las
condiciones de su vida, su carácter de persona, como ser individual, único e
irrepetible, digno de una vida propia.
Palacios42 ordena las críticas que suscita esa crisis de la Escuela, conformando
básicamente 3 grupos de autores con base en tres criterios:
• la filosofía que las inspira
• Su punto de partida y
• Su objetivo.
La etapa posterior a la primera guerra que quizás, afectada por la culpa que en toda
la especie debe generar ese tipo de experiencias criminales, se distingue por
propuestas tendientes a generar los lazos de solidaridad que serían necesarios para
evitarlas hacia el futuro. Tal es el caso del movimiento de cooperación educativa que
promovieron Freinet y sus seguidores o el ambiente de camaradería que se proponía
en las escuelas de Hamburgo, o la idea de los planes experimentales que apoyaban
Reddie, Hahn.43
Este grupo se identifica más con la corriente crítica marxista. Recoge los aportes de
Marx, Engels, Makarenko, Blonskij, Gramsci, Bourdieu, Passeron, Baudelot, Establet,
Althusser.
En los últimos años, la corriente crítica se ha enriquecido también con otros aportes
de quienes han desarrollado la teoría de la resistencia como Henry Giroux, Michel
Appel y Peter Mclaren que relativizan la idea de la eficacia de la Escuela como
aparato de control ideológico planteada por Althusser.
Es necesario destacar que no todos los análisis que se hacen sobre la educación
tradicional concluyen que esta sea una clase de educación que haya que cambiar en
"Para superar lo que existe, hay que comprenderlo; para poder obrar mejor, hay que
tener en cuenta las justificaciones de lo que se ha llevado a cabo hasta el presente, y
no dejarse persuadir de que todos estos años se han perdido en una rutina
desprovista de sentido. El coraje necesario para actuar con audacia no puede
coexistir con el sentimiento de ser impotente y de haberse equivocado en una
práctica totalmente ilegítima." (Pág.8.)
Parece ser que Snyders propone una mirada más cauta, menos triunfalista, de los
desarrollos del Movimiento de Renovación Pedagógica, se pregunta hasta donde los
resultados alcanzados por este movimiento "son transponibles al conjunto de los
enseñantes" y si lo que corresponde no sería, más que descartar de plano todo lo
que caracteriza a la Escuela Tradicional, buscar una síntesis de lo tradicional y lo
nuevo.
En apoyo de esa idea Snyders cita a Debesse quien señala que no obstante el
carácter transmisionista de la enseñanza tradicional que coloca el protagonismo del
proceso en el maestro magistrocentrismo, la intervención del alumno no se reduce a
un registro pasivo de lo que se le enseña.46
Tampoco podría reducirse el papel del maestro a un dejar hacer por no intervenir en
el curso de los desarrollos espontáneos de la naturaleza infantil. Tan nocivo puede
ser un directivismo extremo como una permisividad absoluta. Incluso, podría
admitirse que la no directividad puede resultar aún más dañina si se tiene en cuenta
que el niño es esencialmente un ser heterónomo que está en proceso de
"Solamente existe un método para pensar bien, que consiste en continuar algún
pensamiento antiguo ya probado. Solamente existe un método para inventar que es
imitar".
Chateau también considera que el niño es capaz de llegar a ser original por el
contacto con las grandes obras que logran sacarle de la trivialidad y la dispersión.
Además, Snyders considera que el contacto con los modelos produce alegría, la
alegría del comprender y el emocionarse que es el punto clave de toda la
educación tradicional. Lo que hace soportable todos sus rigores.
Pero, para que el alumno pueda sacar provecho de los modelos es necesaria la
intervención del maestro, que oficia como mediador, que hace que el mundo pueda
ser asimilado por el niño, que lo enriquezca, que no se deje apabullar por los hechos
que desfilan atropellándose o que no se pierda en su complejidad ni se ahogue en los
detalles. El maestro debe guiar al niño por el camino del mundo aproximándolo
gradual y selectivamente para que pueda enfrentar con confianza los riesgos que lo
acechan: la intemperancia, el arrebato, el ser presa de sus deseos, sus temores.
Es decir, en la relación del niño con el mundo, la presencia del maestro resulta
necesaria para que el niño pueda conocer cosas que no son tan evidentes en la
inmediatez de la experiencia directa. En tal sentido se reclama la función directiva
48
Piaget, Jean. “El criterio moral en el niño” Edic. Martinez Roca, Barcelona, 1987.
49 Snyders, Georges. Op. Cit. Pág. 27.
Pero, cómo, sin la disciplina, hacemos que el niño pueda aprender a vivir la
experiencia de un "poder moral" que lo induce al control de sus deseos en función
de un principio de realidad sin el cual su paso por el mundo sería no sólo azaroso
sino riesgoso para los otros?
Otra consideración sobre la cual se expresa Snyders es aquella que aparece como un
principio de la Escuela Nueva y que postula que se debe educar de cara a la vida y
no al margen de ella. Snyders cree que para que el niño se libere de los impulsos y
acceda a los modelos es necesario que "la escuela constituya un dominio particular,
donde los acontecimientos no se desarrollan como "en la vida" para que el alumno
pueda hacer ejercicios de aprendizaje sin las angustias y riesgos que implicarían esos
mismos ejercicios en la realidad.
Esta presentación de dos visiones opuestas sobre la Escuela Tradicional. Una que la
descalifica prácticamente sin dejar de ella nada que valga y, otra, que se propone
destacar el sentido de lo que en ella se hace con arreglo a una finalidad. Puede
servir a los educadores para sopesar y establecer su propia posición teniendo en
cuenta, por supuesto, los desarrollos actuales de las ciencias humanas.
Para concluir este rápido recorrido por los avatares de la pedagogía como una
disciplina en construcción tan cruzada por los problemas del poder y,
particularmente, tan cercada por los intereses ideológicos de cada época, quiero
señalar dos condiciones que, a mi juicio, constituyen imperativos del necesario
proceso de transformación de la institución escolar. Estos son:
• La necesidad de hacer de la investigación el soporte de la práctica pedagógica.
• La exigencia de generar un proceso de transformaciones culturales en todas las
esferas de la vida social.
UNIDAD 4
Pedagogía del Conflicto
Descripción Temática
¿Qué podría acontecer con un poder que no se utilizara para dominar, sino para
cooperar?
¿Cómo ha sido el ejercicio del poder en la acción educativa y como debería ser?
Proceso de Información
4.1 CONDUCTAS GENERADORES DE CONFLICTO
4.1.1 Obligatoriedad
Es decir, parece que la mayoría de las personas piensa que hay un orden, un
modo de ser de las cosas, que no puede ni debe ser modificado, y en
consecuencia debe ser impuesto y si es necesario, a punta de garrote.
Con la palabra castigo debe comprenderse todo lo que es capaz de hacer sentir a
los niños la falta que han cometido, todo lo que es capaz de humillarlos, de
causarles confusión. Cierta frialdad, cierta indiferencia, una pregunta, una
humillación, una destitución de puesto.
Y cuando se piensa así, la tendencia es a subir la voz, lo que equivale a una forma
de agresión; o a ridiculizar al otro, que también es otra forma de agresión; o, a
cortar la comunicación, que es la agresión del conocimiento.
4.1.2 Miedo
Es que el “miedo puede tener muchas razones, unas visibles, otras invisibles”.
Por ejemplo nos da miedo de alguien cuando presumimos que puede disputarnos
el afecto del “otro”55, presuponemos que ese “otro” puede tomarlo en mejor
consideración; nos da miedo del “otro” cuando nos parece que posee mayores y
mejores conocimientos, tiene mas claridad de las cosas y del mundo, de la vida,
del cotidiano; en fin, sentimos miedo cuando sentimos o sabemos que el otro
quiere lo mismo que nosotros y que, de pronto, se lo puede quedar. Todos estos
miedos nos crean celos, envidia, frustración. Son sentimientos de inseguridad
frente al “otro”, por eso sentimos temor y como le tememos le atacamos o lo
evadimos que es igual a desconocerlo, lo que equivale a otra forma de agresión.
54
Daniel Innerarity.Tiempos Extraños. Tomado de Cuadernos Hispanoamericanos, número 579,
septiembre de 1998.
55
Escobar Cano Luis Fernando. Carta Pedagógica No 7.
56
Idem.
4.1.3 Firmeza
El maestro debe estar en contacto continuo con el conocimiento, debe ser alguien
capaz de aprender; el maestro debe estar en contacto con los sectores populares,
con la comunidad; ser capaz de captar los imaginarios colectivos y sobre ellos
hacer construcciones sociales y culturales: Por ello, bien sabemos que un maestro
capaz de identificar su realidad y la realidad de los demás no puede desconocer la
capacidad de pensar, de actuar y de sentir, de los “otros”.
57
Araújo Leonor. Estar Presente. Borrador. S/f
58
Ibidem
Para aprenderlo debemos recuperar algo que Heidegger enseñaba con el ejemplo
del guante. Él decía que había dos formas de usar un guante: metiendo la mano
e instrumentalizándolo, o cogiendo el guante y volteándolo, para preguntar: ¿qué
hay detrás de la mano?, ¿Qué pasa cuando un martillo no sirve para pegar
puntillas, sino que se convierte en un carrito de un niño?, ¿ Qué pasa cuando yo
soy capaz de salirme de la estructura y empiezo a jugar con las partes?. Pues
sucede que nos estamos permitiendo jugar con muchas cosas, con la propia
identidad, con el poder, con la verdad y con el orden, asumiendo un riesgo al
hacerlo”.59
Y es que el problema del conocimiento puede llegar a ser tan agudo como el de la
energía: no por su escasez, sino por su superabundancia y su rápida renovación.
Por eso se hace necesaria toda una reflexión alrededor del conocimiento, de la
escuela, y de quienes tenemos la misión de proponer formas o maneras de
construir y/o de formar en las Instituciones llamadas Educativas. Es esta, otra de
las grandes tensiones. Veamos:
59
Buenaventura Nicolás- Restrepo Luis Carlos. Escuela Siglo XXI, Magisterio, 1998
60
Me permito hacer claridad sobre este concepto que me parece tiende a confundirse con lo
cognoscitivo y a veces con lo intelectivo. Lo cognoscitivo es aquello que hace referencia a la
disposición que tiene el individuo hacia el aprendizaje. En otras palabras es la actitud que tiene la
persona para aprender: sus expectativas, su capacidad de asombro, su interés, su motivación, su
participación. Bien diferente al cognitivo que se refiere al contenido disciplinar, es decir a todo
aquello que yo debo aprender de mi disciplina o mi área de estudio nociones, conceptos. Lo
intelectivo hace referencia a la estructura mental básica que el individuo debe desarrollar para
poder apropiarse del conocimiento. Es decir son las aptitudes que el individuo tiene o desarrolla y
Y es que para nosotros los maestros el “cumplimiento del deber”, nos ha llevado a
pensar que en él nada tiene que ver el amor, ni la simpatía o ninguna tierna pasión
humana. La persona dócil al deber, solo disfruta del deber. Por ello nos
convertimos en personas mecánicamente conducidas, incapaces de poder
funcionar o de actuar como personas libres.
Asistía a una de sus conferencias una señora mayor que se sentaba siempre en
primera fila y que regularmente asistía a todas sus conferencias “Y alguien le dijo
que esa señora era una asistenta, una persona modesta que trabajaba limpiando
pisos y que siempre que se enteraba de que había una conferencia de Emerson,
pues hacía todo lo posible por ir y a veces ahorraba dinero para coger el tren,
viajar hasta la ciudad donde estuviera Emerson y escuchar su conferencia.
Pues como usted viene siempre a mis conferencias..” “sí, es que a mí me gusta
porque nos habla usted como si todos fuéramos inteligentes”.
Y concluye Savater: “Yo creo que la señora entendía bastante bien el sentido de lo
que debe ser la filosofía. Yo creo que hay que tratar a todo el mundo como si
todo el mundo de hecho fuera inteligente “62
Tiene cabida aquí un problema o más que problema una tensión que se origina en
el mismo planteo: cuando se pretende ser sencillos en la construcción de los
conocimientos, cuando se trata de ser menos oscuros, más descomplicados,
menos complejos en el tratamiento del conocimiento, buscando la posibilidad de
que todos comprendan lo que queremos decir, se corre el riesgo de ser señalados
por personas de “mentes de cerebración no del todo acabada”,63 como triviales.
Es decir, son personas que con facilidad confunden lo sencillo con lo trivial.
La labor del intelectual y muy especialmente la del maestro debe ser la de un gran
facilitador, alguien que sea capaz de vincularse a las producciones colectivas
simbólicas, alguien que genere el diálogo público en donde se pueda ayudar a
entender las distintas racionalidades que están en juego en los distintos espacios
simbólicos y en temporalidades diferentes. Y es que “el acto educativo produce
una recontextualización desde cada actor participante y por tanto debe ser
planteado como un proceso y un propósito lo suficientemente flexible” como dice
Francisco Cajiao.
63
ibidem
64
KosiK Karel. Dialéctica de lo concreto,Grijalbo,1979
UNIDAD 5
La Educación y el Ejercicio del Poder
Descripción Temática
Proceso de Información
Las experiencias educativas recientes (al menos en nuestro país, Colombia a partir
de la reforma de 1994), han puesto de manifiesto la gran dificultad de
implementar “nuevos paradigmas” que generen una relación integral entre
Escuela y Comunidad, Escuela y Calle, Escuela y Espacio Público, Escuela y
Cotidianidad, dado que los maestros difícilmente pueden prescindir del “poder” y
de la “autoridad” que les otorga la condición de maestros y de la iniciativa para
establecer el “orden” y la “disciplina” no solo en la institución sino en el aula de
clase.
Construir esta nueva cultura escolar exige de parte del maestro un cambio
actitudinal, un cambio de mentalidad que permita acercarse al estudiante y a la
comunidad educativa de una manera diferente.
65
Denise Najmanovich. Nuevos Paradigmas en el Campo de la Subjetividad. 1996. Documentos
de Seminario, programa de Doctorado en Ciencias Humanas. Dra. Reina Valbuena.
Todo acontecimiento, todo suceso supuestamente tiene una causa. Los hechos
que no tengan o tengan a medias sus respectivas causas como la realidad nos
aterran. Siempre existe un antes y un después, un pasado, un conocimiento, una
verdad, una explicación, que antecede a lo actual, a lo presente. Es a esto a lo
que generalmente le hemos llamado historia, aunque la historia también construye
lo real, construye lo imaginario, construye lo simbólico.
66
Fernando González Santos. La Pedagogía: Influjo de Deseo y Poder. En La Postmodernidad:
implicaciones para la educación. 1997. Pág. 77
como: “No logró ayudarme a descubrir el campo de opciones que estaban abiertas
ante mí”; o Cuando entré en el sistema educativo, tenía curiosidad, imaginación y
creatividad. Gracias a él he dejado todo eso atrás”67.
Resulta importante hacer esta crítica por cuanto en ella radica en gran parte una
buena cantidad de dificultades para recomponer los fragmentos del conocimiento
científico y las conexiones que este tiene, en su proceso de construcción, con lo
real y con la experiencia individual y colectiva. La pluralidad, apertura, curiosidad,
investigación, reflexión crítica, discusión y la creatividad colectivas son elementos
que dentro del paradigma positivista nunca fueron tenidos en cuenta, en el
proceso de construcción del conocimiento, mientras que el paradigma emergente,
en su afán de superar o incluso abandonar la idea de la racionalidad absolutista,
nos condujo a cuestionar las certezas irreflexivas, el dogmatismo, la pasividad, el
conformismo y nos indujo hacia la reflexión sobre las incertidumbres, la confusión,
el caos, etc.
67
Mattew Lipman. La Filosofía en el Aula. 199
68
Michel Foucault. Microfísica del Poder. 1992
69
M.Stirner. El Único y su Propiedad. Citado por Fernando Gil en Sociología del Profesorado.1996:
65
70
Federico Nietzsche. La Genealogía de la Moral. Citado por Fernando Gil. Op.cit. Pág. 65
En esta primera relación lo que queda establecido es el dominio del mayor sobre el
menor, quien siempre tendrá que hacer lo que el primero quiere que él haga. Es
una relación vertical en donde simplemente se dan órdenes, por lo tanto se
obedece, no se dialoga, se hace lo que el padre o la madre o incluso el hermano
mayor quiere que se haga, no se le brinda la oportunidad para tomar sus propias
decisiones, en consecuencia no se le permite autoafirmarse.
Esta situación se siente agravada en los últimos tiempos cuando asistimos a una
ruptura en la vida familiar de las relaciones sociales padre/madre/hijos en la cual
se anunciaba y se aceptaba ese modelo de autoridad política.
Lo anterior genera una especial dificultad para estructurar su auto imagen, hay un
empobrecimiento de la autoestima, dificultades en el autocontrol y una baja
capacidad de autocrítica. Esto lleva al joven a convertirse en un actor histórico-
social completamente diferente, cuya respuesta es la negación a cualquier forma
de autoridad tradicional y por ello se hace tan difícil el tránsito hacia una autoridad
democrática, compartida, horizontalizada y comprometida.
De esa manera la escuela cumple con lo que debería ser su principal objetivo:
procurarse la formación de un sujeto dueño de su acción. ¿Y qué es lo que
determina a un sujeto dueño de su acción? Su deseo de libertad, es decir el
principio de individualidad, su pertenencia a una cultura, o sea el principio de
particularismo y su apelación a la razón o sea el principio de universalización. De
72
Diego Pérez y Marco Raúl Mejía. De calles, Parches, Galladas y Escuelas. 1996
estos principios surge el principio ético del hombre: el respeto al otro73, a sus
derechos, a su diferencia. Es decir un sujeto capaz de convivir con su comunidad,
de tener una visión compartida y distinta del mundo, de su vida, de su ciudad, del
poder, del saber, de la escolaridad y de los sujetos con los cuales convive.
Esta es una de tantas maneras de empezar a superar la rigidez que crea la escuela
y por lo tanto la desvalorización y el desmejoramiento de su imagen que de ella
hacen quienes allí asisten.
“No solo por intereses se matan los hombres entre sí. También por dogmatismo.
Nada hay tan peligroso como la certeza de tener razón. Nada resulta tan
destructivo como la obsesión de una verdad tenida por absoluta. Todos los
crímenes de la historia son consecuencia de algún fanatismo. Todas las matanzas
se han llevado a cabo en nombre de la virtud, de la religión verdadera, del
nacionalismo legítimo, de la política idónea, de la ideología justa; en pocas
palabras en nombre del combate contra la verdad del otro, del combate contra
Satán. Esa frialdad y esa objetividad que se reprochan tan frecuentemente a los
científicos resultan más útiles que el acaloramiento y la subjetividad cuando se
tratan algunos humanos. Pues no son las ideas de la ciencia las que encienden las
pasiones. Son las pasiones las que se sirven de la ciencia para defender su causa.
La ciencia no lleva al racismo y al odio. Es el odio el que recurre a la ciencia para
73
El otro es alguien que me da, que me recibe, que me abandona, que me llama, que me
amenaza. El hombre es esencialmente un ser relacional, se constituye como ser en su relación con
el “otro”. Tomado de Federico Carrasquilla. El papel del proyecto ético en las relaciones entre
socialización y violencia. Borrador, 1996
74
Luis Carlos Restrepo. La Trampa de la Razón,1995
75
Alejandro Sanz de Santamaría. Los problemas humanos invisibles que la lectura puede revelar,
en Revista Innovar, no 5, Universidad Nacional de Colombia.1995: 103
UNIDAD 6
Retos de la Educación al Final de Siglo XXI
Descripción Temática
Es esa además, la razón por la cual la educación debe ser considerada como un
bien público, lo que significa, por ejemplo, que el estado garantice el libre acceso
de todos los individuos a ella, máxime, cuando es por su intermedio que se
posibilita la nivelación social necesaria para que todos puedan ser realmente
76
Ver Marx Carlos, Crítica al Programa de Gotha.
partícipes de las decisiones que les conciernen como parte de un todo social que
comúnmente llamamos Nación.
personas que por declaración expresa o de hecho se han colocado al margen del
conflicto.
Proceso de Información
6.1 EL CÁLCULO: LO QUE CARACTERIZA LAS RELACIONES HUMANAS
HOY
Pero, ese cálculo, no es la condición exclusiva del político, ni del empresario, ni del
sindicalista, ni del comandante. Ese cálculo mezquino y miope, que se ha
convertido en determinante de la des-vida social que parece caracterizar el mundo
de hoy, es la condición mas generalizada del ser humano contemporáneo, su
modo de ser más reconocido que se convierte, por lo común, en un modo de ser
que se asume como natural; y, por lo tanto, quienes en su obrar se aparten de la
norma de conducta, así instaurada por la costumbre, corren riesgo de ser vistos
como bichos raros, cuasi-tontos porque no saben avivarse y sacar ventaja de la
ocasión, o, sujetos poco confiables, pues, no se sabe ”que es lo que se traen
entre manos”.
Pero, ¿compete a la Educación este tipo de reflexiones, que más parecen del orden
de lo político?
Por supuesto que sí. Aunque lo que normalmente se piensa es que a la educación
corresponde, ante todo, permitir el acceso de las nuevas generaciones al
conocimiento que constituye patrimonio de la humanidad y que posibilita el
desarrollo de las fuerzas productivas sociales. Y, en verdad existen instituciones
educativas que concentran todos sus esfuerzos en buscar que sus estudiantes
Pero, del mismo modo que es necesario valorar la importancia del conocimiento
como factor de desarrollo material, tenemos que preguntarnos, ¿qué pasa con él,
cuando descubrimos que ese tal desarrollo material, como expresión del equívoco
anhelo de dominio del ser humano sobre la naturaleza, ha dado lugar a un
proceso, que parece irreversible, de deterioro de la naturaleza misma y, por ello, a
una creciente amenaza de la vida de todos los seres del planeta?
Espero, con ese par de preguntas, que aceptemos que el problema de la educación
no puede reducirse, de ninguna manera, al problema del conocimiento, que es lo
que aparece evidente cuando el padre o la madre de familia dice que manda sus
hijos(as) a la escuela para que “aprenda”, o, cuando los retira de una institución
donde según él, “los muchachos no aprenden nada porque los maestros se la
pasan peleando” y no puede ocultar su expectativa por el puntaje que su hijo(a)
pueda obtener en las pruebas del ICFES.
Claro que es muy importante que los jóvenes aprendan; pero, ante todo, que
aprenda a ser que es mucho más importante que a prender a hacer o aprender
conocimientos que son lo que suele pretenderse como la razón de ser de la
educación. Aprender si, fundamentarse conceptual y metodológicamente para
ingresar al campo de la ciencia, por supuesto; pero también, y fundamentalmente,
ganar en la capacidad de vivir como seres sociales, de construir sociedad.
que implica la negación del otro como supuesto de la propia afirmación es, en
últimas un suicidio de la especie.
Maturana, destaca en este sentido la diferencia que tenemos con los seres vivos
no humanos. Él dice: Si dos animales se encuentran frente a un alimento y uno lo
come y el otro no, eso no es competencia. No lo es porque no es central para lo
que le pasa al que no come que el otro no coma. En cambio, en el ámbito
humano, la competencia se constituye culturalmente cuando el que el otro no
obtenga lo que uno obtiene se hace fundamental como modo de relación. La
victoria es un fenómeno cultural que se constituye en la derrota del otro. La
competencia se gana cuando el otro fracasa frente a uno, y se constituye cuando
el que eso es culturalmente deseable.78
Con lo anterior lo que quiero señalar es que la competencia que, más que la
escasez de recursos es lo que hace de nuestra especie miserable, es un problema
cultural y no biológico, y, siendo un problema cultural, de la misma manera que la
educación ha contribuido a fomentarla haciéndola aparecer como natural, puede
ayudar a transformarla.
Savater llama a esto egoísmo bien entendido o amor propio “Ese quererse a sí
misma de la voluntad, querer conservarse y perseverar, querer potenciarse, querer
experimentar la gama de las posibilidades en busca de las más altas, querer
transmitirse y perpetuarse”. Afán este bien distinto del que impulsa la autonomía
exagerada que reclama el halago y las alabanzas y que el mismo autor distingue
como egolatría.80
78
Maturana, R. Humberto. Emociones y Lenguaje en Educación Política Hachete/Ced, Santiago
1990
79
Freud, Sigmund. Op Cit.
80
Savater, Fernando. Etica como Amor Propio. Grijalbo, México, 1991.
Se trata de reconocer que sin ser la educación responsable exclusiva y, tal vez, ni
siquiera principal, de la situación de inconvivencia que enfrentamos hoy en nuestra
sociedad y que se acentúa en vez de atenuarse, algo tiene que ver en ello, como
creadora o recreadora de cultura que es.
De esta definición que nos ofrece Maturana quiero aprovecharme para destacar
cuatro ideas que me parecen claves:
• Que el educar se constituye en el convivir, lo cual, quiere decir que es una
acción socializadora y que, como tal significa una búsqueda de congruencia, es
decir, de correspondencia de los convivientes.
• Que el educar es una acción permanente y recíproca.
• Que el educar no ocurre sólo en la escuela, sino, en todos los espacios donde
se convive.
• Que en su vivir es que los seres humanos confirman lo que fue su educación.
81
Maturana, R, Humberto. Op,cit
Tal disección del planteamiento de Maturana nos aboca a pensar, en primer lugar,
en la Escuela como un espacio de socialización y lo que ello significa en las
actuales condiciones de nuestra sociedad y, para ello, propongo considerar la
Escuela como un campo de relaciones sociales al cual concurren educadores y
educandos. Los primeros con conocimiento ganado, principalmente, en el ámbito
de la academia; los otros, principalmente, con su experiencia en el mundo vital; y,
todos con el bagaje cultural que contextualiza sus saberes.
82
Majía Marco Raúl. La Reconstrucción como Ayuda para una Nueva Cultura Escolar o Cómo no
Hacer el Proyecto Educativo Institucional como Tarea. 1995
83
Mclaren Peter. La Vida en las Escuelas.
Este tipo de redefiniciones resulta necesario para hacer del PEI el instrumento de
un verdadero proceso de transformación de la Escuela. La demanda urgente es
que la escuela contribuya a crear y desarrollar condiciones de convivencia que
dignifiquen la existencia humana mediante la superación de las injusticias que hoy
caracterizan la vida social. Ello solo es posible si gestamos procesos educativos
que contribuyan a la formación de seres autónomos, capaces de pensar y decidir
por sí mismos85.
Lo anterior no niega, de ningún modo, los cambios a que está sujeta la educación
en virtud de los cambios que se producen en la vida material y espiritual de la
sociedad, ni la conflictividad que le es inherente. Es precisamente en virtud de
esos cambios y de esa conflictividad que en el desarrollo de la acción educativa
aparecen con fuerza evidencias del uso del conocimiento como factor de poder que
se utiliza para someter y/o controlar. Esto podrá ser más claro en la institución
escolar pero, no exclusivo de ella. Ocurre en todo tipo de relación educativa.
Por otra parte, reconocer que la educación es permanente y recíproca, nos permite
entender que los propósitos de nuestra acción, por muy bien que esta se realice,
no dependen solamente de nosotros, ni como individualidades, ni como institución,
sino también, de la comunidad de intereses que podamos establecer con los
padres y las madres de nuestros educandos y del esfuerzo que hagamos por
contribuir a la construcción de un clima social que afinque tales esfuerzos.
86
R.S. Peters. En “Must en educator have en Aim?. (Debe plantearse metas un educador?...dice
que el “debate sobre las metas de la educación se basa, en su mayor parte en una incomprensión
del concepto de “educación”. La educación no es un concepto que enmarque ningún proceso
concreto. Más bien sugiere criterios a los que este proceso debe ceñirse. Uno de estos criterios es
que algo de los valores debe pasar a este proceso sin embargo, ello no debe significar que la
educación por si deba conllevar a producir dichos valores. Ello sería lo mismo que decir que la
reforma debe conducir a un hombre mejor. Lo importante es que hacer un hombre mejor no es
una meta extrínseca a la reforma, es un criterio que debe satisfacer todo lo que quiera ser llamado
reforma.
87
R.S. Peters. Edicaction as initiation. Citado por Wilfred carr en “Calidad de la enseñanza e
investigación –acción.. Diada editorial,1993
88
Ver De Tezzanos, Aracelly. Nota para una Reflexión Crítica sobre la Pedagogía. En el Sujeto
como Objeto de las Ciencias Sociales..
89
Díaz Mario y otros. Pedagogía, Discurso y Poder.
de nuestros educandos, pero, aún cuando nos lo lleguen a exigir es, a mi juicio, un
error alentar cualquier posible desejercicio del pensamiento reflexivo o no instarlos
a un dominio, cada vez más amplio, del lenguaje y de las diversas formas de
comunicación.
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
Abello T. Ignacio y Otros. Cultura: Teorías y Gestión. Ediciones Unariño, Nariño,
1998.
Gómez Buendía Hernando. Educación. La Agenda del Siglo XXI. Tecer Mundo
editores, Bogotá, 1998