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¡· LAINTER
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HUSSERL
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Julia V. Iriharne

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TI /In lt •oría d e la intersubjetividad,


clllt'lllllentada y sólida presenta-
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El fracaso de esta solución hu- Bosquejo de una teoría


llit·ra pncs to a prueba todo el edi-
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11.111 I'I'Sulla central para ella como
lq {il Í11 1aci6n de la posibilidad de
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( ' 111 11' ( ·11 os.

m : NUESTRO CATÁLOGO

Hugo Mujica
0111GEN Y D ESTINO


Adelina Castex
METAFISICA DEL TIEMPO


/useph Donceel
ANTHOI'OLOC fA FILOSÓFICA

1 1 H< :1< l NI·:S CAHL OS LOHLÉ


1 11 1ll11 dtt ( 't~ lll 'fl :1007 - L900 Buenos Aires
11

Julia Valentina Iribarne

La intersubjetividad
en Husserl

Bosquejo de una teoría

1
1

Ediciones Carlos Lohlé


Buenos Aires - Argentina

ji
Única edición debidamente autorizada por la autora.
Todos los derechos de reproducción y traducción están reservados
para todos los países.
.
Queda hecho el depósito que previene la ley n° 11.723.

© 1987, Carlos Lohlé s.a., Tacuarí 1516, Bs. As.


Primera edición, diciembre de 1987
Tirada: 1.000 ejemplares A GUILLERMO CON GRATITUD
Printed in Argentina 120tJD PORQUE SilY SU VALIOSA AYUDA
Impreso en la Argentina ESTE LIBRO NO SE HUBIERA _TERMINADO
I.S.B.N.: 950-539-046-7

UNIVERSI[W) PEOAGOGIC 11.. NACIONAL


91BLIOTECA

·~GRESO 22 rM~Y~ 2006 - -- -


" )'1.,['
PROVEE00R ~B3~q~L~Yo~r~LQ~~~~-
~--------
Presentación

Una investigación Filosófica sobre un tema concreto


- en este caso, la teoría de la intersubjetividad y, con
más precisión , dentro dd marco del p_ensamiento de
Husserl - sean cuales fueren sus antecedentes históricos
y su interés actual, no es nunca una tarea frívola . Puede
cm prenderse con ánimo deportivo, estimulado por el de-
seo d e saber, ya sea para corroborar algunos atisbos de
solución que se cree poseer, ya sea también empujado
por la conciencia de las dificultades internas de las sol u-
<·iones conocidas. El ánimo deportivo en nada atenúa la
importancia del problema, que cuando es genuinamen-
1e filosófico tiene vigencia permanente, ni exime del ri-
gor del examen, como tampoco anula el compromiso
('()n la solución a que se ha arribado y que termina por
asumirse. El carácter deportivo traduce el desinterés con
que se asume la tarea y se prosigue sin desmayos hasta su
culminación , y que de hecho es otra cara de la libertad
i11hcrente a la actividad filosófica.
Poco importa que la investigación se realice llevado
p11r la mano, nunca del todo segura , de un autor con-
rc·•u poráneo, e imponga la necesidad de realizar un exa-
lllc'll a tento de textos de diferentes épocas, sobre todo en
qu ien tuvo , entre otras virtudes, la de renovarse cons-
l.llllcmente y someter a prueba las conclusiones quepa-
' C'dan mejor aseguradas. Si ése ha sido el ejemplo qe
11usscrl, no es el caso de desoír su consejo y preferir los
atajos de una razón p erezosa , que elude el esfuerzo y se tntersubjetivz'dad, documentada y sólida presentación
conforma con m edias verdades. critica del problema, la autora ha sabido sortear los es-
La investigación requiere, ante todo, sensibilidad collos que podrían desanimar a expositores menos intré-
p ara el probl~ma y conciencia de sus conexiones, ya que pidos. El primero y principal es haber eludido aquella
en ~oda teona. no hay elem entos aislados y el sistema interpretación de la posición del autor que ofrecía más
exhibe necesanamente los vínculos entre las partes. y dificultades para la superación del solipsismo, el escollo
como el problem a surge como laguna o dificultad en un que siempre asedia al que acaba por encerrarse en el re-
contexto metaproblemático, que de paso proyecta su luz cinto de la conciencia y no encuentra en su interior los
s?b re el núcle? opaco que desafía la curiosidad d el inves- caminos que le permiten superar la soledad y recuperar
tigador, reqm_ere t?mbién información amplia, segura, el q¡undo y el prójimo con los que convivía normalmente
neutral , no distorsionada por prejuicios 0 preferencias en la etapa prefilosófica , ajeno todavía a problemas no
personales, y también actualizada, es decir remozada captados en la ingenuidad de la actitud natural. Pero no
co? las últimas adquisiciones del trabajo filo~ófico, sean se trata de haber-esquivado un obstáculo que podía en-
metodos o resultados. torpecer el equilibrio de la teoría , y apartarlo simple-
. La pregunta, que no se formula por primera vez mente en obsequio de la comodidad . Se imponía , por el
h abida cuenta de lo_s antecedentes históricos del p roble- contrario, separarlo en actitud critica y con expreso apo-
~a Y del repertono· de soluciones conocidas, invita yo en textos más recientes del autor, en los cuales se exa-
Siempre a ~emontarse _al p asado . No es forzoso ceder a minan con. implacable rigor las objeciones que se le ha-
esta tenta~Ión ~ue obliga a retro ceder hasta el momento hian formulado y que él mismo había percibido con ple-
en que ~a mqme tu~, que ya aguijoneaba a hombres d e na lucidez. El fracaso de esta solución hubiera puesto a
s:eneracwnes antenores, se conviertiera en asunto temá- prueba todo el edificio de la fenomenología, desde que
tico y se tradujera a términos de problema. El investiga- <'1 tema de la intersubjetividad resulta central para ella
~or, y_no P? rque est~ acuciado por el tiempo porque la romo legitimación de la posibilidad de los otros yo y de
filos?fia es m compatibJe con la prisa, puede limitarse a la comunicación entre ellos.
anahzar los textos m ás recientes, aunque por ser los últi- Con plausible decisión, la autora ha realizado un
mo~ tampoc_o h an de considerarse definitivos. Es el itine- ••olable esfuerzo por mantenerse dentro del espacio
rano ~refendo por la doctora Julia V . Iribarne que no - .1bicrto por Husserl. El itinerario que invita a recorrer es
ha vacilado en detenerse en los textos de Husserl el filó- ,.¡ I'Orrecto: después de interrogarse por la existencia de
. sofo de nuestro siglo que con más ahinco ha ah~ndado 1111 a teoría de la intersubjetividad en los textos del filóso-

en elyrob_lema y cuya solución está lejos de haber p erdi- fo y de la necesidad de responder a la objeción del solip-
~o ~~~enc1a. Ha empleado el análisis y la descripción, nlm no, se detiene en el análisis del contenido de la V M e-
msp1ran~os_e en las cautelas de un método que, a la vez ti ilación Cartesiana. Esto le abre la posibilidad de sorne-
que _esquiva el escollo de los supuestos, permite un acce- ''' ' a examen la fenomenología en sus aspectos estático y
li'' n ~Lico, para rematar en una conclusión que aventa al-
so duecto a 1? ~xperiencia y n o se extravía en el cotejo
HIIIIHIJ a porías y muestra , de paso, la unidad de la teoría
~on otra~ posiCIOnes que, aunque surgidas en la misma
epoca, d1~eren por sus caracteres y la metodología con hwwcrliana de la intersubjetividad de la mano de la fe -
que han sido elaboradas. · ••wncnologta trascendental entendida como monadolo-
11 1>~ .
En el desarrollo de su BosqueJo de una t eoría de la
111
JI
Igualmente plausible es el esfuerzo por no invadir la sus propws. medl"os • el nivel de sus mayores.
. . El centro se
jurisdicción, por lo demás tentadora, de examinar las desplaza aceleradamente hacia la penfena. . .
posiciones afines en la filosofía contemporánea, que aca- Como en otros casos, también en éste, la exposlcló~
so habrían dado un marco de época no indiferente para . . e no renuncia a complementarse con la critl-
o b Jeuva qu ·, 1
más de un historiador del pensamiento de hoy. Esta acti- aparece como el paso previo a la creacwn persona ,
tud , que podría calificarse de ascética , es uno de los mé- c:e de este modo conquista el nivel intelec~ual más alto
ritos del trabajo de Julia V. Iribarne , que con esta deci- desde el cual sea posible incorporar nue~~s ~~eas a.l acer¡
sión ha realizado un trabajo estimable de ajuste intelec- vo de una tradición que, entre otros pnvllegws, uene ~
tual y ha allanado el camino para e~ lector interesado en de renovarse. El adiestramiento alcanzado en la o~gam­
el problema. zación de las ideas ajenas y la sumisión a. métodos nguro-
La exposición conducida por un afán de objetivi- sos que evitan la dispersión, es el precio que ha de ~a­
dad, no deja de adelantarse, cuando la comprensión del ga~se para alcanzar la originalidad ~ersonal. En ca~~~~
pensamiento parece requerirlo, a proponer esquemas in- a ella se encuentra la autora de este hbro que ya ha .
terpretativos destinados a facilitar la intelección de las muestras de haberse aproximado ": esa meta con su m-
ideas. Tampoco renuncia a apelar, aunque lo hace con vcstigación sobre el tema de la libertad en Kant, asunto
sobriedad, a las propuestas de algunos intérpretes, en la de un libro anterior.
medida en que la pequeña disidencia pueda aclarar las
intenciones del autor. Eugenio Pucciarelli
Un esfuerzo de esta índole responde al intento de
repensar un problema difícil y de hacerlo en la situación ·
histórica de nuestro tiempo. Responde también al deseo
de conservar, debidamente asimilada, dentro de la tra-
dición occidental a que pertenece nuestro país, una de
las aportaciones intelectuales más recias para el esclare-
cimiento de la intersubjetividad, en una época en que lo
social - que ha invadido todas las esferas del hombre
desde la intimidad más recatada hasta la acción política
más bulliciosa sin olvidar las restantes actividades cultu-
rales- reclama una fundamentación rigurosa para todo
lo que concierne a la comunicación en el .plano humano.
La cultura nacional se inscribe, no por imitación o
pereza, en los cuadros de Occidente, sino por la concien-
cia de que integra ese orbe, sean cuales fueren las dis-
tancias geográficas, hoy irrelevantes, que nos separan de
la fuente. La distancia entre periferia y centro tiende a
reducirse cada día más, y los pueblos que se sentían pos-
tergados u olvidados se esfuerzan por alcanzar hoy, por
V
IV
"Yo como psique de un cuerpo-
propio soy referido a una cosa
existente, a mi cuerpo propio, con
él 'enlazado' existiendo localizado
en el espacio, miembro del mun-
do, del mun~o objetivo . Pero este ·
mundo objetivo total es 'fenóme -
no' en la subjetividad pura, en la
mía y en la d e los Otros . Todo eso
es dificil y asombroso y sin embar-
go, comprensible."
E . Husserl, Zur Phanomenologz"e
der Intersubjektú;Úat,
Hua XIII, p. 463, nota 2.

"Así conduce la fenomenología a


la . monadología anticipada por
Lez"f)niz en genial aperfu. " .
E. Husserl, Erste Phz"losophz"e JI,
Hua VIII, p. 190.
Prólogo

Hace largos años optamos por investigar el tema de la


i ntcrsubjetividad en Husserl, movidos por la importan-
C'Ía que reviste nuestro ser-con en el horizonte de nuestro
~n-hombrt:' .
Desde la preocupación socrática por buscar al Otro
para explorar con él el camino de la verdad, la filosofía
ha recorrido los siglos aproximándose a él desde diversas
¡wrspectivas . En Sócrates el Otro se consagra como el
.1uténtico recurso, el interlocuto r para el diálogo: afir-
lllación vivida de la presencia del Otro. El ser-con explo-
l.llldo el ser. De ahí en adelante siempre el nosotros de
1111 a u otra manera, contado o descontado por el filo5o -
l,l i. Nota esencial, p unto de partida en el animal políti ·
t" de Aristóteles, el hombre con y entre los hombres.
!'1(tjimo en el pensamiento cristiano, cuya existencia in-
olowutible es y debe ser asumida por el amor que hacia él
lltt4 mueve, forma concreta del amor a Dios. El Otro está
11 111, <.: reado por Dios, como yo.
/\~! desde que el hombre concibe la filosofía como
~''l'"'"mo instrumento d e su toma de posición respecto
dt•l ¡wr y de su ser, la presencia segura del Otro es con di·
• lfon del intercambio, ejercicio de la conciudadanía, ob-
1• 1ivo y límite de nuestra conducta, meditada por la éti-
' '' y l(•g ulada por el derecho. El hombre siempre allí, al
do oiii CC. Y antes, tan a trás como abarque la mirada, el
Un~- y el <?t:o siempre juntos, aunque sólo sea para la · d111 inaci<»ón, sueño o engaño de algún genio mal~gn~.
~ccwn cotidiana. Juntos para el amor y para el odio, 1•:1 "yo pienso" es seguro ptro temible. El propio es·
siempre_ con el_O~ro ahí. Durante diez y seis siglos de , "h ridor del aislamiento recurre a Dios para traspasar
pensamtento cnstiano, el Otro ahí para mi salvación o 11111 muroes, volver a tender los puentes.
p~rdición eterna, ocasión de mi medida ante los ojos de 1ks d e •el soh~Ismo. - ·
pienso ··
m11rrevoca ble verdad pero .
D:os. El Otro ahí, sólido, seguro, siendo, pensando con- · - ~
, . 11 1 igor oie consecuencia no puedo transmt
'tiria en pan-
migo . Conmigo en la comida , conmigo en el trabajo , en d .11l ontollógica: yo soy substancia cierta, eJ.Otro es_la ~a ­
la alegría y en el miedo , en la paz y en la guerra . El Otro HIIl·dad dle una creencia, un hábito mental no r~v~sa 0 •
y sus largos siglos de presencia en el pensamiento de Oc- 1wrtcnecc::e al ámbitQ . fangoso d e 1as pracuc - · as cotidianas . . •
cidente. no a la zc:ma cristalina del saber. Y allí se refug¡a la exis·
Sin embargo un día ocurre que alguien se queda solo. 11·11-Óa de:::l Otro, protegida durante momentos _:nás 0 m~­
Radicalmente solo. Alguien, llevado por la exigen ca de IHIS cent~narios en la fe de las creaturas del Senor ~en da
su responsabilidad filosófica en la búsqueda de la ver- 11tilidad ~e la afirmación de su existencia para la vtda e
dad , suspende la certidumbre de la exi.stencia del Otro. t·:ula día . . d 1"
Y la del mundo .. O la del mundo y con ella la del Otro. Y Con el paso del tiempo el temible aislarruento e yo
se queda solo. Solo con la certidumbre de su pensamien- 1H.cnso , , muestra por 1o menos ser 1·cecundo y •desde un
to duplicante, solo. Firme en la apodíctica afirmación 1 incón d.e Konisberg Occidente recibe para SI~mpre e
1
de su existencia pensante, pero separado por sólidos mu- .
dl'spheg\.le de una razón que se conoce a partir de
.. sus
ros, erigidos de un solo golpe por la consecuencia de su obras. El Otro queda en consecuencia declar~do fen~­
convicción evidente. Roca segura la de la inmediatez del mcno" o bien infiltrado en la praxis, no c11estwnado • vt·
pensamiento respecto de sí mismo, pero aislada, separa- g-ente en su valor d e existencia,. · 'fitea do por el factum
· JUStl .
d~ ~e todo lo que no sea lo que ella misma es en clara y 11c la ley moral , que sena Imposi
, . 'ble SI e · 1 Uno estuvtera
h b'l'
dtstmta soledad. Esta situación , en verdad gnoseológica, solo. La etica , . es 1a ruma . d e to do so 1'tpstsw · ....... a • la re a, .1 I·
ha sido llamada por la filosofía "solipsismo". . tacwn. , d e un esencta . 1 ser-con. N o se h a visto una etlca
El solipsismo se erigió para siempre en la amenaza de que comience por convencernos de que no estamos so1os,
todo sano afán de conocimiento, en cuanto es éste tarea si es posible que nos advierta que el Otro es nuestro
intrínsecamente social, para el vivir y el comportarse, problema. ,
que se propone y propone a los demás un ámbito ilumi- Y e1 pensar en O cc1'd ente s1gue · su curso y la razonen· .
nado para compartirlo, completarlo o abolirlo. Pero . · · 0 y aphcarse a
cuentra b1-1eno partir del ser comumtan . ,
¿qué ocurre si en nuestro camino de insobornable exi- descubnr las formas en que ta1 ser e ¡0 meJor
. d' , de si, ,
gencia de verdad p erdemos al Otro? Quedamos hablan- . . d' 'd d 0 · y asi la razon
l)uesto que retvm ICa 1a 1 ea e progres d
do solos. Nuestra convicción puede ser la más formi- aplicada marcha en reconfortante d 1 OoO'O • que, va e1 . ál
1
dable , pero necesitamos al Otro para entregársela, para consenso a la confrontacwn, . , mtentras
· e1 Vno esta con e
que la avale o la refute, que el Otro quiebre el silencio . . .
Otro y nadie se abisma en exigencias · · de fundamenta· f
En el solipsismo están rotos los puentes, quemadas las ·
ctón d e1 conoCimiento,
· · puesto que cada dia sus rutos .
naves. No podemos preguntar siquiera por la soledad son buenos y ahentan . y concretan espera nzas . para e1dvt-
análoga del Otro, porque el Otro se ha convertido en . y el convivir
vtr . . de los hom b r es. N o esta, el siglo. para u-

lQ 11
das respecto de que su saber sea .
que sus obras son fecundas s ~~erto, ~~la medida en 11 1111 11 11 jl'tO concreto. Pero un sujeto universal concre-
sado . Parece no imp t y u a an .positivo recompen- 1'"' dt• ll'l'crirse sólo a una concreta multiplicidad de
ciencia se propongan or ar q~e las diversas áreas de la q 111~ 1k tal modo aún después de haber hecho mani-
respectivament f fl, ltl 1.d como Husserl lo hizo, la subjetividad trascen-
to y en esa medida seco t d' e como undamen -
. • n ra Igan que el . . ltllf ttl t'tJmo un ejemplo del eidos ego, es necesario
se re1ativice , que se practique
. •
el red . conocimiento
.
que la invitación "h . 1 uccwmsmo. Parece ""' 11 ,, 1 • por medio del análisis constitucional que: 1)
. ac1a as cosas m· "
toda Inquietud ah Ismas preserva de ' 11 111 1111 jt·to debe ser autoconstituido , porque de otro
, uyenta para s'
d umbre. Otra vez la pra . 1 1 Iempre 1a mcerti- .
111111 111 110 tendría significado en un contexto fenomeno-
• x1s sa va as e
a 1 Otro. Sm embar o este . osas y con las cosas 1111(11o: ~ ) cada sujeto debe ser constituido como tal en
nado a no perdura~. mmbo gnoseológico está desti- !lu lo 1i l1'o sujeto, porque de otro modo resultaría un uní-
EI statu quo va a ser ueb d \ 1 1Hll n•onadológico, en el cual la comunicación univer-
vivido en Europa a P . q. . ra 0 • El fermento filosófico - d m•da imposible; 3) la constitución del Otro debe
rmCipws de s · 1 d
meno humano en la p t d Ig o, pro u ce un fenó- '' ""'.'l ponder a la autoconstitución del Otro , ya que de
,
1osofo lanzado a la b , e son a e Edrn d H
d un usserl . El fi _ tt l 'P 111Qd0 no tendría validez; 4) cada sujeto debe consti-
dical, confía en la eloucsque _a dde la fundament.ación ra- 111 11 un mundo de objetividad que es de algún modo
d ucir. uencia el "y · ,
pruebas categóricas del . o P_Ien_so para pro - id n tico al mundo constituido por los otros sujetos, de
como últimas en 1 d as ~~stancias mtervinientes 1111 a manera no habría ámbito común para la comuni-
J x,Uiere alcanzar la el 'd . ,uccion del conoctmiento
n, . ' a pro · · . ' '" iún; 5) el mundo que cada uno constituye debe ser un
l
VI'd ad constitutiva deucil acwn . trascendenta 1 d e la a e ti- '""udo que comprenda a cada uno mismo y a los Otros,
d e toda objetividad y a conCiencia
t . en tanto da cuenta 111 110 la unidad del mundo sería destruida . Por último es
da esta última en cu~~:r esi~no convicto, ve amenaza- llt'l'<'sario tener en cuenta que todas esas afirmaciones no
al solus i"'se de~velado d o es Intrínsecamente imposible IC' tldrian ningún fundamento real si no pudieran ser
• • 1" ar cuenta de 1 b · · ·
Jetivo es universal ob' t' . a o JetlVIdad. Ob- pmbadas desde el punto de vista de mi ego trascenden-
De 1 r ' Je 1VO es Intersubjetiva l.tl. El análisis husserliana de la intersubjetividad es efec-
a Iteratura concerniente al te d .
pamos sigue siendo el texto de Q m~ e que ~os ocu- tivamente la búsqueda de justificación adecuada para
describe con mayor . 'ó uentm Lauer el que ¡·ada una de estas exigencias. L a conciencia de la grave-
prectst n la dra - · . .
que se coloca el pensam. d mattca Situactón en dad del tema lo convierte, desde el primer momento en-
del solipsismo pesa sobr;e~to pe Husserl, si la amenaza que la pregunta se le impone, en el peregrino de una
que el problema de la inte;s~b .ar~e. de la afirmación de t"xplicitación huidiza que venga a convalidar la constitu-
tratamos de explicar la ob. . ~~ti~tda~ surge en cuanto ción intersubjetiva. El Husserl cartesian9 busca , con to-
da del mundo en la ·Prs Je~tvt a umversalmente váli- ma de conciencia creciente, eludir la prisión del "yo
gica de la constituci'ofn- Npecu~a de la teoría fenomenoló- pienso" sin dejar sus fronteras y cuando lo abandona co-
. ecesuamos u · .
pero de acuerdo a los re . . n SUJeto umversal, mo punto de partida , persiste de todos modos en el con-
gía trascendental este S~J~~ru~~~e~tos de la fenomenolo- Lexto trascendental. Toda validez debe proceder de la
' . ' e o umversal " debe ser tam- dinámica inmanente al sujeto , pero toda subjetividad
Quentm Lauer R L
H • "enomenolog . i G . constituida debe , para ser tal, estar avalada por el Otro,
arpers & Row, Publishers, 1958, p~·~ ~:l9.eneszs and Prospect, New York,
ser con -validada. El planteo es claro, la solución difícil.
12
13
. ¿Qué c~mino queda al pensamiento que enfrenta al
dilema? ~~ ~1 único ámbito de fundamentación radical li. trcs. Se trata de los Tomos XIII, XIV y XV de la Hus-
del conocimiento es el de la conciencia trascendental al- H(•rliana, que llevan por título Para la fenomeno~ogía de
canza~a en las sucesivas reducciones, el yo puro, cir- la zntersubjetiuidad. La relación que .el estudiOSO es-
cunscnpto cada vez en un nivel de mayor abstracción 1:t b lece con estos textos está marcada por su carácter de
debe se_r en é~ mismo donde la presencia del Otro se im: 111odo tal que, Iso Kern, editor de los mismos, se preocu-
ponga mdubita~le. El estilo analítico del pensamiento pa desde las primeras páginas de su Introducción por
de ~usser~ l_o aleJa por principio de todo punto de partí. ponerlo de manifiesto . Abarcan un período que se _ex-
da SI.stematJco,. don~e cada pieza considerada venga a licnde desde 1905 hasta 1935. Reconoce que la publica-
encaJar, por ~u destmo de acomodación al todo. Muy ción de estos textos póstumos (Nachlass) plantea proble-
por el ~ontrano los temas se desarticulan en sus manos y mas que no se habían presentado para la de los prece-
abren mcóg~itas nuevas, que tarde o temprano habrán dentes en la misma edición. Ellos conciernen al carácter
de ser despeJadas. En e~t~ sentido tampoco la pregunta de los manuscritos . Si bien hay entre ellos algunos que
por el Otr~ ~parece ongmalmente ubicada en función son redacción para cursos dictados, en su mayor parte se
~e los _requisitos que debe satisfacer para adecuarse a la t rata de lo que Husserl no escribió para el público sino
mtención gnoseológica de un conocimiento radicalmen- para sí mismo, como una "meditación monológica" . Los
te _fu_ndado. Muy por el contrario surge en forma de llamados "manuscritos de investigación", que componen
muluples preguntas que revelan el azoramiento filosófi- la mayor parte de Jos escritos póstumos, procede~ del
co a~te la esencial dificultad de convertir en experiencia
1
,. propia lo que es originariamente extraño.
hecho de que Husserl anotaba sus reflexiones por medio
de escritura taquigráfica. Es el propio curso de su pensa-
Las fac~tas del problema asoman fugazmente a la es- miento lo que de este modo se concreta, su trabajo en so-
c_ena o se mstalan en ella, se precipitan vinculadas enrre ledad que muestra los problemas zn statu nascendi. Son
si o una de ellas persiste exigiendo desde el comienzo lar- textos irregulares en cuanto a su extensión: a veces se
gos aná_I~sis. A veces un elemento o un aspecto surgido trata de mer.as notas, otras la elucidación de un tema se
en funciOn de un planteo general aparece iluminado con extiende largamente. La mayor parte de las veces corres-
nueva luz ~n función de la pregunta por el Otro. Nada ponden a una jornada de trabajo, que se expresa a lo
e~ preiT,leditado, nada viene a llenar un lugar que le ·ha largo de entre tres y doce p"áginas estenografiadas. En
sido asignado de antemano. El pensador se somete al general concierne cada una a temas más o menos
probl~ma, desarrolla y vuelve a desarrollar dificultades e estrechamente emparentados y representan una "fase d e
mc~:t.Idumbres. La ~efl,exión, sorprendente capacidad pensamiento" organizada a partir de la misma pregunta
del filósofo que medita ', deshace piadosamente la tra- repetida o de preguntas semejantes, que agrupa_n esas
ma en una .tarea ciclópea. Estratos constitutivos apare- jornadas de trabajo. Y puesto que Husserl buscó mcan-
cen a sus OJOS, sufren desconexión metódica y cuando sablemente p lanteatse y elucidar con claridad sus plan-
p_arece ll~gar a la temida fortaleza del yo en pureza ori- teas, las repeticiones campean en estos manuscritos. A
gmal, ai!J es recuperada la presencia del Otro. veces ellas proceden de su necesidad de repensar_ ~n t~­
Impon~ aquí dejar constancia de que el material que ma, otras de enriquecerlo, otras de asegurar la ongmah-
hemos temdo entre las manos tiene características pecu- dad y la autentici'dad de su pensamiento. Tomada la re-
petición en los diversos períodos de su investigación, ella
14
15
1110
Bosquejo d e una t eoría de la zrttersubjetividad en E.
procede de la voluntad del filósofo de reconsiderar los
mismos problemas para enfocarlos desde perspectivas 1/usserl. .d .,
Un trabajo como el que presentam?s a cons1 .eracwn
diferentes, en otras conexiones, de modo tal que las re-
1·s resultado del juego combin ado de cm:unst~nClas Yv~­
peticiones toman el carácter de "variaciones".
luntades. Por ellas quiero hacer explícito m1 agradec.l -
Dice l. Kern: "Lo que Husserl escribió en este modo m iento, en primer lugar a mi maestro , el. Dr. Eugem~
de meditación, fue menos lo que él sabía que lo que ig- Pucciarelli , quien desde mis años de estud1ante enc~:no
noraba. No escribió para anotar para sí apuntes e ideas ante mí la seriedad de la búsqueda Y me des-cubno la
sino que buscó captar intelecciones pensando - inagotable profun didad del pensamiento de Husserl.
escribiendo. "2 Husserl ensaya alternativas de pensa - También fueron para mí del más alto valor la~ ?oras
miento posibles y por momentos logra menos resultados de discusión del tema , a que generosamente se av1meron
que caminos, en cuanto recorre también los equivoca- el Profesor Ludwig Landgrebe (Bergisch G~~dbach,
dos. 11 / 12/ 84), el Profesor Stephan ~trasser (NIJmegen,
El genio del filósofo se expresa en esta forma particu- 30 / 9/ 84), así como nuestro compatnota, el Profesor An-
lar de vivir la libertad: no sujetarse a ninguna expectati- tonio Aguirre (Marburg , 8/ 12/ ~~). . .
va sistemática, ella hace posible la auténtica entrega al El Profesor Alwin Diemer fac1htó (d1c1embre de 1~80
problema y el dejarse llevar por el itinerario que éste y abril d e 1981) mi acce.so al form~.dable aparato de m ~
marque . En este sentido sus m editaciones parten de una formática de la Universidad de Dussel~forf, d~ ello re
pregunta y pueden remontarse a los supuestos de la mis- sultó una experiencia y un material de mapreCJable va-
ma, a problemas más fundamentales, de modo tal que
ella carece de un cerramiento temático estricto. Sobre- lorDel interés y la dedicación con que el Dr.- Roberto
vienen desvíos, ~isgresiones, confrontaciones y paralelos W alton leyó este trabajo procedieron observac.1?nes Y.s~­
y en el Husserl tardio, cada vez más, el esfuerzo para gerencias de gran importancia para su redaccwn deftm-
lograr puntos de vista abarcadores de problemas diver-
\ sos.
tiva. · T '
Por fin no quiero pasar por alto la ayu~a que stgm lCO
El editor elige como hilo conductor de la publicación , para mí , la tarea de quienes me precedieron e.ntre no-
el criterio cronológico, é,!lte respeta el paso fáctico de un sotros en la versión al castellano del pensamiento de
pensamiento que se busca . No obstante el ordenamiento Husserl: el propio Dr. Walton, la Profesora Elsa Taber-
de los Anexos se hace con criterio temático. nig y el Dr. Mario Presas . . .
A todos ellos expreso mi más profundo agradeclmten-
Nuestra reflexión sobre éstos y los demás textos hus-
serlianos concernientes al tema, nos condujo a la pre· to.
gunta por la eventual presencia en ellos de una teoría de
la intersubjetividad, si no sistemática sí animada por JULIA VALENTINA lRIBARNE
una unidad que resista objeciones y críticas. Es nuestra
toma de posición en este sentido lo que presentamos co-

2 Hua XIII , Introducción, p. XIX .


17
16
l.· Introqucción

l. a) ¿Hay en Husserl algo tal corno una "teoría


de la intersubjetividad?

· La teoría hu sserliana de la intersubje tividad no n os


fue legada como un todo orgánico . Aún cabría pregun-
tarse si es posible encontrar en Husserl una teoría de la
intersubjetividad, si ha de entenderse por "teoría" unto·
do cerrado, compuesto con exclusividad por elementos
unívocamente definidos, sólidamente trabados los .unos
con los otros, en la impenetrable perfección de una
estructura incompatible con la modificación de la defi -
nición de algún elemento, por cuanto ella acarrearía la
desorganización del todo.
La teoría husserliana de la intersubjetividad no nos
fue legada como un todo sistemático, ella se compone de
conceptos largamen te reelaborados , a menudo d esde
perspectivas diferentes . Su terminología no está siempre
estrictamente aplicada y quien se aproxima a ella siente
la n ecesidad de encontra r los criterios predominantes en
el pensamiento del filósofo, para no incurrir en interpre·
taciones parciales. La multitud de problemas, de cami -
nos de búsqueda , de ámbitos d e planteas, los divesos ni -
veles de análisis, no incluyen , sin embargo, áreas contra-
dictorias ni difícilmente articulables.
Hacer esta última afirmación es ya tomar posición res-
pecto de nuestro objetivo : intentamos mostrar que hay

19
:n l-lusserl lo que puede denominarse una teoría de la nuestra vista, estos se presentan como una maraña de
Intersubjetividad. Acorde con la concepción husserliana hebras a desentrañar, junto a la convicción de que por
de 1? tarea filosófica y con su propio objeto, se trata de muchos de ellos puede empezarse la tarea. Conscientes
un Sistema peculiar, infinitamente abierto hacia atrás en de esta circunstancia , enfocamos una afirmación pun!
un pasado irrecuperable e infinitamente abierto hacia tual de la obra del filósofo , para comenzar a ordenar los
adelante en un futuro imprevisible. Por eso nos hallamos hilos que , aunque sea provisoriamente, configuren la
ante la riesgosa pretensión de articular segmentos, cuyo trama.
encadenamiento no es, en todo caso obvio ni manifiesto Podemos indicar como aquello que orientó funda-
a una primera aproximación. No encontramos un Hus- mentalmente nuestra búsqueda , una propuesta que nos
se~l socavado por fracturas irreductibles sino un pensa- f'ue hecha por el Profesor Landgrebe y con la que de al-
m¡ento que se cuestiona y hace de ese cuestionamiento guna manera cerraba, abriéndonos un camino , el diálo -
un l'l'lodo de ser filosófico, que descubre y se mueve entre go que habíamos tenido acerca del tema de la intersub-
par~dojas , no como ante el punto de llegada del escépti - jetividad: "Husserl ha dicho: Llevo a los Otros en mí;
co stno como frente a problemas para quien acepta y elucidar cómo justifica tal afirmación sería dar respues-
vuelve a aceptar ser "el filósofo que comienza". l a a la .problemática que hemos estado considerando.
Encontramos presente en él, como un descubrimiento Efectivamente encontramos en Husserl , por lo menos en
ga~a~o para siempre, como el suelo firme donde hacer dos textos , la misma expresión reiterada. El primero de
def~nnivamente pie filosófico , el ámbito trascendental ellos, citado por l. Kern en su Introducción , en el con-
e~r.'~uecido cada vez por nuevos descubrimientos, con~ texto de la temporalidad intersubjetiva dice: Llevo a lo-
drclon de posibilidad y fuente de sentido del mundo. Es dos los Otros en mí, y en su Conversación Nocturna: [El
esa t¡·ascendentalidad cada vez "profundizada" alcan- ego orz'gz'narz'oJ lleva en sí los propios egos, que en refe-
zada <f:esde nuevas perspectivas, la que, desde 'nuestro rmcia recíproca son alten·. Tal objetivo ha orientado
punto de vista, unifica los diversos caminos emprendidos nuestra investigación y creemos haberlo logrado en la
por el filósofo. No hay fracturas en la trayectoria de su 111edida en que en el curso de nuestra exposición se escla-
pensamiento . Las características del mismo hacen que n·zca cómo, en todo estrato a que se apliqlle la reduc·
nuestra presentación implique necesariam ente una to- l'ión , se hará presente el ego portante del Otro , los Otros
ma de posición respecto de la posible articulación de las y ambos y todos ellos , en relación de reciprocidad .
partes, rmp· 1'1que nuestra propia lectura. Definirse en es- La fidelidad del filósofo al problema lo conduce a la
t~ sentido configura para nosotros la dificultad y el inte- C'Xtensión del campo de aplicación de la fenomenología
res de la investigación. genética, que llega a vincularse a la historicidad de la
ronciencia y a la temporalidad intersubjetiva.
l . b) Lineamientos fundamentales de nuestro Nuestra investigación, siguiendo la indicación inicial
p lanteo de las Meditaciones Cartesz'anas, se detiene en primer lu-
gar en un corte estático, y ofrece un primer sentido de lo
En¡ a Circunstancia
· . de trabaJO
. en que buena parte de que denomina reducción a la esfera de la propiedad. En
. elem entos. que con f tguran
los ' el tema y el problema de la r·slc caso encontramos entre las vivencias de mi ego tras-
mters U b'Jettvi
· ' d ad en Husserl parecen encontrarse ante t l'ndental mis vivencias del Otro. En segundo lugar,

20 21
1 , ) Presentación de las dos grandes áreras del
aproximando la lupa de la reducción fenomenológica y
del análisis genético, encontramos en éste el presente vi- p l olll l t'O
viente, cuyo fluir hemos detenido en la operación ante-
rior, hallamos la historia de la conciencia en el ámbito 1• 11 h VMC Husserl busca las condiciones de posibili-
pre-reflexivo y la serie de remisiones que pondrán ante d 11d d e<la constitución del Otro. No se trata de justificar
la mirada fenomenológica el factum absoluto: la histori- ~¡ 1 t· xistencia del Otro sino el sentido de "Otro ", de "los
cidad del ego y su temporalidad intersubjtiva. 1 11 1 os existentes". Yo pongo al Otro, ¿cuáles son l_a~ fu~-
Aún queda por circunscribir un territorio del proble- 1¡
11111
-s trascendentales que hacen posible tal posición.
ma de la intersubjetividad que concierne a dar razón de 1-:11 la posición del Otro mundano h~ce ~~nomenolo?ía
~mes~ra experiencia del Otro mundano. Tema que H''n(·t ic a para dar cuenta de la consutucwn del s~~udo
Imphca un segundo sentido de la reducción a ]a· esfera 1
¡,. ser del Otro por la efectuación de las operaciO~_es
de la propiedad, y el desarrollo de los momentos de la ¡ 1 , 11;ccndentales. Cuando intenta la fundamentacwn
experiencia impática, cuyos hitos fundamentales se ofre- 1
,.¡ kxivo-fiTosófica del Otro trascendental (para hacerlo
cen en la V. M. C. Por otra parte este estrato abre a su y.1 d ebe haberlo constituído como tal) hace ~en?menolo­
vez la elucidación de otros estratos más altos de constitu- Kia estática, está resolviendo un~ ~:egunta tecmc_a -~el fi-
ción, en que la intersubjetividad se manifiesta, los de la lt1sofo por la estructura de repetiCion como cond1c10n de
uJsibilidad del reconocimiento recíproco de la recípr~ca

¡
socialidad y la cultura. 1
Si separamos, en función de la estructura de nuestro presencia del ego y el Otro trascend~ntal en el ca~po m-
planteo, los dos momentos relativos a nuestro "llevar in- t1·ucional de mi conciencia. Se ub1ca en el ámb1to del
tencional", el que concierne a la VMC y el pertinente al 1
-g-o primordial, donde se hallan todas las vivencias po-
último Husserl, los grandes tramos de nuestro itinerario ~tihles, entre ellas las del Otro , y esto en un punto de vista
serán los siguientes: diferente de aquel que considera el proceso desencade-

! l . Fenomenología estática:
Fundamentación reflexivo-filosófica del Otro tras -
cendental.
nado por la aparición del cuerpo de~ otr?. Pero ~n am-
bos casos tiene frente a sí una expenenCia reflexiva por
parte de un ego que se identifica a sí mismo como _tal.
¡.~.,to configura una de las dos áreas que .van a ser arucu-
2. Fenomenología genética: ladas en su planteo.
a) Elucidación de la experiencia del Otro munda- La otra se presenta cuando desde el punto de vista de
no la constitución del O tro mundano, el Otro debe apare ~
b) La intersubjetividad como fenómeno social y r C:rseme y para que esto ocurra debo ya ~ont~r con m1
cultural 1·uerpo viviente en un mundo , tener expenenc1a acumu-
e) Fenomenología de los estratos pre-reflexivos de lada de ojos que ven , miembros que se mueven y respon-
la intencionalidad portante del Otro. de n a movimientos externos, etc . De modo que esta
3. Conclusión: nuestra investigación procura mostrar constitución mundana del O tro alude a un "más atrás" .
que hay en Husserl una teoría de la intersubjetividad, lo Otra vez, tal como en la alusión a la intencionalidad
que equivale a afirmar que en él la fenomenología tras- portante de Otro , se abre un camino hacia un est:ato
cendental conduce coherentemente a una monadología. " anterior" . ¿Dónde está su fundamento pre-reflex1vo ,
23
22
trascendental , en la medida en que es constituyente? Es· por razones de m era forma , sino porque su contenido re·
ta pregunta nos orienta hacia el mundo de la vida, don· Hui taba insuficiente . ·
de Husserl descubre la protointencionalidad impulsiva. Aferrarse a la VMC como la quintaesencia de la
El texto de la VMC no excluye, antes bien deja 1·xplicitación de la intersubjetividad en. H~sserl es ~r
abierta la investigación de este ámbito, propio de lo pre- t ontra la propia actitud del filósofo . Restn~g¡rla a lo~ h-
reflexivo , que es en cierto modo aludido en diversos mo· 111·amientos del "último Husserl" es concebu, exclusiva-
mentos del texto . Consecuentemente deja abierta lapo· 1uente , un Husserl h eideggeriano. An~e esta alternativa ,
sibilidad de que la adecuada aplicación d e la epoché fe - d intento de articular ambas perspectivas se nos aparece
nomenológica com ience a hacer manifiesto ese ámbito. romv la única tarea que hace justicia a su búsqueda.
La constitución del Otro h echa posible por las diver·
sas operaciones que se subsumen en la denominación 1. d) La conciliación de ambas áreas como supera-
"impatía", encuentra, m ediante el "retro-preguntar",
ción de una supuesta brecha.
su última condición de posibilidad. Aparece así un pun·
to de partida, que explicita en el ego trascendental el Aceptar como dificultad la conciliación de lo p~o­
facturo de su ser histórico, implicante del Todo de las
mónadas.
puesto por la VMC y el "último Husserl:' pax:te ?e atir·
mar en este último la presen cia de un gtro difícilmente
En el sentido de la problem ática del Otro aparece un concordable. Desde nuestro punto de vista la VMC alu-
doble valor. En primer lugar se trata de justificar su d e suficientemente a las instancias por las que seguirá
1 constitución . No basta para el caso la explicitación
cumplida respecto d e la constitución de la cosa. La esen -
cia del ego y del alter ego eliminan la posibilidad de una
inte r esá ndos e e l pensamiento del filósofo, que
configuran por si mismas un estrato diferent.e. . .
Una primera dificultad procedería de I~enttft_c~r la
única modalidad de funcionamiento constitutivo . Al f/MC exclusivamente con una fenomenologta estatica y
profundizar la fenomenología de los diversos estratos en 1·sto en el sentido de que ubicarse en el eidos ego y su
que se configura la constitución se hace manifiesto u n d arse en si mismo se inscribe precisamente en esa línea
último nivel fundante en que el ego y los Otros aparecen de investigación . En este sentido habría una contraposi·
no como m eramente constituídos sino como condición ción a la que se aboca el análisis del ámbito expuesto en
de posibilida d de la constitución . La fenomenología des· 1wgundo lugar , donde manifiestamente se trata de feno ·
cubre en su camino, la historia como experiencia a dis- rncnología genética. .
posición en el ego, que la ha incorporado por ser "ego La expresa declaración d e Husserl en el texto citado,
intersubjetiva", historia presente en el ego antes de que e te llevar a cabo su planteo exclusivamente desde un
se identifique como tal y de que elucide refl exivamente punto de vista estático, se ve superada de hecho. La ten·
su facultad constitutiva . e lt-ncia. general histórica de la fenomenología .es fundar Y
Un dato de carácter histórico viene a sumarse a 1 ompletar el planteo estático con el genético. Por el
nuestra pretensión unificadora de ambos momentos de lwcho de que Husserl descubre temprana~ent_e el lugar
la teoría: Husserl nunca estuvo satisfecho con la redac· 111- la temporalización en el ser d~ l_a concien~I~ ·. de ahí
ción de la VMC, no le pareció nunca aceptable para ser 1·n adelante la génesis será la condición de pos~bihda?_de
presentada al público alemán . Y esto, presumimos, no 1udo ser y sentido. De ahí que la fenomenologta geneuca

24 25

BihlintP.c.a
ca se alude en el texto. Lo que se ha vuelto consciente
se haga presente en la VMC aún cuando sólo fuera por para nosotros como resultado de una historia tiene por
el hecho de que todo completamiento de un sentido está su parte una prehistoria, si bien, para el ~lósofo, no es la
referido a una instauración originaria y que ésta misma VMC la ocasión de elucidarla .
tiene su historia. Si en ningún momentg fuera cuestión Será el "último Husserl" quien tome momentos que la
de la percepción det cuerpo del Otro y su simultánea u·adición filosófica pasa por alto como constituyentes de
apercepción, en lo que está implícito la historia de una la cosa. Es por medio del "yo pued_o " q~e precede al_ám-
conciencia que ha llegado a capacitarse para ello, en un hito reflexivo como se abre una htstona o una prehtsto -
corte estático, y restringiéndonos a uno de los dos senti- 1ia del sentido del mundo. La vida emergente en la con-
dos del ámbito primordial, alcanzaríamos una de las r·icncia humana es historia sedimentada que, precisa-
explicitaciones de la experiencia impática . Pero Husserl lnente porque puede ser retomada por la reflexión y la
sigue adelante, propone otra forma de la primordiali- i1naginación, pasa a ser h istoria del hombre ~ue _es lo
d ad, de la que está excluida la experiencia del Otro has- 111ismo que decir de todos los ~ombres . Y e~ histona en
ta el momento en que el cuerpo del otro se presenta y el un sentido que ya en la duractón de cada vtda ~u~ana
filósofo nos hace asistir a la génesis del sentido del Otro 1w ofrece con car ácter dinámico y, desde la postbthdad
mundano . Estas afirmaciones exigen una consideración de reorientar su curso , aparece como responsabilidad.
más detenida . Por el momento sólo nos apoyamos en Es esa historia asumida como larga m emoria de la es-
ellas para señalar que, en la VMC, Husserl opera tanto pecie y del mundo, como tiempo de Otros que_c~da uno
con la fenomenología estática como con la genética . Si de los demás reedita, la que ofrece el estrato ulumo co -
más adelante en· el tiempo, la propia fenomenología g e- 111 0 principio, hecho manifiesto por l a reducción_ tra~-
nética alcanza estratos, que en el texto aludido no ha- 1 c·ndental, como intersubjetividad trascendental htstón-
bían llegado a la correspondiente explicitación, ellos no <a.
están excluidos de la misma sino porque en ella se enfoca Eo;tos temas configuran el área pre-reflexiva que d eno-
fundamentalmente el ámbito reflexivo, el de la posibili- lninamos "segunda", en la que se continúa, ~omo por su
dad de la constitución del sentido del Otro existente. El wndiente natural la aplicación de la redu cctón fenome-
1
tema del "presente viviente" por ejemplo , es uno de los 11C)Iógica y la investigación de los estratos que dan cuenta
que, en la VMC, se hace explícita referenciay es funda- di' nuestro ser con el Otro antes de reconocernos com o
m entalmente en él donde se explicará la intersubjetivi- c·¡~ o . Es por las razones que hemos es?oz~do que part_i-
dad como un hecho último , originariamente funcionan - lllns de la convicción del carácter umtano de la teona
te en e l ego. ltu sscrliana d e la intersubjetividad.
Del mismo m odo la fenomenología genética se hace
presente en la VMC cada vez que se alude a las sedim~n­
taciones que hacen posible las operaciones de identifica-
'.. La fenomenología como filosofía trascendental
ción. En toda constitución estoy retrotrayéndome a la Intentamos ahora encuadrar la teoría de la intersub-
historia de la conciencia , hasta llegar a aquel momento 1'1 ividad de Husserl, respecto del sentido general de su
en que era sólo un "puedo", puedo moverme, sin un yo pc' llsamiento. Dado que es un tema recurrente en su me-
ni un mundo explícito pero con un mundo vivido como d 11 ación durante más de treinta años, a lo largo del ca -
correlato de su movimiento . También a esta problemáti-
27
26
mino se enriquece el carácter del planteo. Asi desde la ¿Cómo podemos caracterizar entonces, si lo hay, el
pregunta por la constitución del Otro, qu~ tan ~lara­ c 1iLcrio que preside la trayectoria intelectual d el filóso ·
mente se integra a su línea general de cuest~onamtento , lo ? Respondemos repitiendo lo afirmado tan tas ve!=es: la
hasta la consideración de temas como los tmpulsos , el uuya es una filosofía trascendental. Esto supone respon-
amor, ~1 sexo, las instituciones, por no citar -~~s que ckr a otra p regunta : ¿Qué entendemos, en Husserl, por
unos pocos de los que, a una consideración p:eetpitada, filosofía trascendental? 3
podrían hacer suponer que e~con.tramo~ al ft~ósofo lan- J Iusserl no tiene duda en cu anto al sentido de su ta-
zado hacia la biología o a las Ciencias soctales sm más •. ol- ' <'a : es él quien encamina hacia su completamiento el
vidado de sus propósitos originarios. En esa m edida ¡¡ran descubrimiento de la modernidad: explicitando el
hallaría mos un Husserl instalado ingenuamente en las .1ntbito de la subjetividad trascendental dará razón de la
ciencias, a la búsqueda de cuyo fundamento había par- lnt•nte del sentido, del sentido del ser . Es necesario reco-
tido. llnrcr que, si bien el señalamiento de la apodicticidad
Otra lectura posible del último Husserl hace del suyo de·! yo pienso fue obra cartesiana, el desarrollo de la filo-
un pensamiento cuyas fronteras. se superponen con las llnl'ia trascendental es, desde Kant en adelante, obra fe -
heideggerianas. Llevaría muy leJOS hacer una ~ompara­ r 11nda de la filosofía a lemana. Sin embargo no es posible
ción detenida al respecto, en un examen seno corre~­ .11 i rmar sin más, que Husserl se inserta en la estricta con-
pondiente. Consecuentemente po: el mo~ento n? abn- IÍ nu ación de esta tradición.
mos juicio respecto d e la eventual mfluencia del discípu- El idealismo trascendental que Kant propone es su
lo sobre el maestro 1 , como tampoco en cuanto .a SI el 1c·spuesta a la búsqueda de las condiciones de posibili-
1 pensamiento del propio Heidegger es la secuencia nor-
2
mal de la fenomenología husserliana • Sabemos por el
d11d del conocimiento fundado en conceptos a priori. Es-
' '' posición implica una crítica del empirismo cuya sali-
testimonio d el propio filósofo en los años veinte, que la da <'Scéptica q uiere subsanar. El principio que justifica
lectura de Ser y tiempo lo defrauda totalmente en cu.an- p.1ra Kant todas las representaciones a priori es la certi -
1' to a las esperanzas que abrigaba acerca de .un posible d¡ullbre apodíctica del cogz'to -sum cartesiano, ~~sujeto

trabajo en colaboración con el ex -alumno dilecto. Sólo 11 ,INccndental de la apercepción, punto más alto de toda
l~
nos apoyamos en esta reacción para señalar qu~, en t~~o l11 C'rflica, donde se funda la legitimidad de toda sínte -
caso , Husserl no se sintió comprendido por la mtencwn HI•I 1.a filosofía kantiana, como toda filosofía, ech a pro-
ontológica h eideggeriana, que la búsqueda del ser. tal 111 11clas raíces en su tiempo, en el que quiere ser un bas-
com o se plantea en esa obra, le resulta ajen.a. ~n cuant.o 11 611 contra los devaneos metafísico-especulativos. Esta
a la alusión a las ciencias, tampoco se deshzó .madvert~­ lf' IN<·ncia a la historia es ya para nosotros una indica-
damente hacia el ámbito de aquellas, cuya_actitud tr~d~­ 11() 11 de la distancia que debe separar ambas concep-
cional había calificado como natural, respecto de ~a um- t 11ni<'S de la trascendentalidad.
ca posición adecuada, la alcanzada por la reducción fe- 1-:u una primera aproximación es posible encontrar un
nomenológica . 1h11 .dC'lo entre el planteo de ambos filósofos, pero no se

1 l .lllclgrcbe, /si Husserls Phiinomfflologie eine Transzenden talphilo-


1 Presas, M. Acerca del programa de lafenomenologW..
2 Aguirre, A . Die Phiinomenologie Husserls · · f•l"'''

28 29
ocultan a una consideración cuidadosa las áreas de disi-
dencia4. Lo que en primer lugar se hace manifiesto es un il ilic rcn, I?o siendo ajena a ello la admiración que ambos
isomorfismo de las instancias configuradoras del fenó- ltl6sofos sre~ten por Hume, pero que actúa en cada uno
meno, y la ausencia de una toma de posición realista, '"' .. m~d.o dife~ente .. ~~ la distancia qu~ separa una de
que podría hacer pensar en Kant como en un fenomenó- 1 ' ' ' .t ' esrde la I~postbihdad husserliana de fijar definiti-

logo avant-la-lettre, en cuanto para él la realidad es una v. ¡n~ cnte el s~ntido de los conceptos, circunstancia que
de las categorías del entendimiento, o bien la X inefable lo . ltbra a la Incomprensión y los malos entendidos. Del
que desencadena el proceso de conocimiento. Más aún, rnJsrno modo se comprende su rechazo del procedimien-
si tenemos a la vista el panorama total de la problemáti- to d~ la deducción kantiana de las categorías. Husserl
ca kantiana, vale decir, incluyendo las indicaciones y los • orrcJbe la razón como "abierta" El papel .
·11· 1 · . · . · que juega en
bosquejos de soluciones ofrecidos en el Opus Postumum, ' " a .mtencronahdad la exime del enfrentamiento
el sujeto trascendental, liberado de toda limitación por "'"'tdo . mterno -mundo externo . L a smtes1s
- . como ope-
parte de la sensibilidad, de su carácter pasivo receptivo, ' ,)( ' IÓn de la intencionalidad no es en primer lugar resul -
visto como un funcionamiento incondicionado configu- t.r do de la espontaneidad de la razón sino que remite a
racj.or del mundo teórico y en paralelo con la persona ' "' momento prepredicativo en que previamente se
1 t1111 p le una síntesis pasiva.
moral, configuradora del mundo práctico 5 , encontra-
mos en Kant el germen del idealismo que se despliega en No se I?~s oculta que afirmarlo sin más es saltear eta-
el pensamiento de Fichte y de Hegel. Consecuentemente 1'·'S.' exphcrt~rlas nos ll~varía demasiado lejos, de ·modo

1 podemos afirmar que se hallan en Kant las dos vertientes


trascendentales identificables parcialmente en la obra
de Husserl: por una parte la vertiente crítica, como limi -
ljll( nos sentrmos autonzados a sintetizar lo dicho agre-
H·111UO que para Husserl la certidumbre del yo pienso
rrrduye al mundo .
tación de la aplicación de los conceptos a priori a los ob- Una vertiente particular de lo trascendental en Kant
jetos de la experiencia posible y por otra la vertiente ide- ltlrs 1~eva~ía a con.si~erar el papel que en él juega el sen ti-
alista, tal como la conocemos en Fichte o en Hegel. · :~~de lo mtersubJetivo . El sujeto trascendental kantiano
Esta misma concepción de la intuición con carácter '. • ~ta de se~ un suj.eto singular, en el sentido en que el
activo por parte del último Kant, hace menor la distan- , Ho huss~rhano es Irrepetible y. único, el ego del filósofo
cia o m enos contrapuesta la concepción husserliana de IJlW comienza. La universalidad del sujeto trascendental
la intuición como donante, que hace posible la evidencia " Ir raza a t?dos los sujetos singulares y desde esta óptica
del tenerse a sí misma de la conciencia. 6 P•"l.ri~ cahficarse ese ámbito trascendental como -
lllllr)Cttvo o b' . . . . supra
Pero el p aralelo termina cuando nos orientamos hacia .. .. ,; .ten ~omo Immsubjettva repetición de una
el trasfondo en que las filosofías consideradas se desen- llrr.tge~ en I~fimtos espejos, en cada uno de lo.s cuales
vuelven , cuando buscamos en cada una de ellas su con- '"' n:0 eJa la miSma función raciocinante, la razón mis-
cepción de la razón. La razón kantiana y la husserliana '''·'· .rg ual a ~í misma e infinitamente reiterada en cada
''''P''JO: La dimensión de los sujetos plurales aparece en
!so Kern , Huss erl und Kant .
4
Lachieze-Rcy, L 'idéalisme kantien, Iribarne, J .V.: La libertad en Kant.
5
,'\~ li t: de hech.o, en la Crítica de la Razón Práctica, por
6 Cf. Landgrcbe , Ist Husserls Phiinomen ologie eine Transzendentalphi·
ll.tllto, esencialmente el planteo ético no 'b
dr ·sde el solipsismo, pe;o sólo es para Kant se conc~óe
losophie.1, p. 322. n. . una cuesti n
1 1111 rctiva en cuanto deviene un obstáculo para que se

30
31
11' 11 con su punto de vista y en esa medida, la han descali:: . _
cumpla espontáneamente el reino de los fines. Señalar l~taclo.
en este lugar el sentido en que lo intersubjetiva se inscri- Nuestro tema se ubica ab initz'o en las antípodas de tal
be en el ámbito trascendental en Husserl supondría 1tl i1m ación pero ello no nos autoriza a ignorar la cues-
cumplido el desarrollo que nos proponemos hacer en es- 1tfon , antes bien nos obliga a circunscribir el problema
te trabajo. Es en cambio el momento de responder a la 1 lr·l solipsismo y dar una respuesta a la pregunta por la
cuestión que suscitó estas consideraciones: ¿porqué es rtn putabilidad o no de ese carácter al punto de partida
posible afirmar que la fenomenología de Husserl es una lt~tsscrliano. Por otra parte es precisamente por el lugar
filosofía trascendental? Esto es así en la medida en que se Ntlll<·mático que ocupa la teoría de la intersubjetividad
presenta como tarea de la reflexión trascendental la b~­ • •11 la fenomenología, por donde se convierte en "ilusión"

queda de las condiciones bajo las cuales lo dado en la m- lt objeción del solipsismo.
tuición recibe forma conceptual. Incluyendo el hecho de Desde un punto de vista general éste reviste dos moda-
que en este caso la secuencia propia de la problemática lldades: puede ser metafísico o gnoseológico. El primero
descubre ámbitos pre-reflexivos como constituyentes, es ,ti i rmaría un zpse individual dentro de cuyos limites
posible afirmar que el pensami~nto ~usserliano se en- qu<"daría encerrado y cae dentro de lo que Husserl mis-
cuadra legítimamente en esa calificaCión. IIHJ califica como "idealismo del realista", cuyo punto de
p.trtida metafísico lo excluye de toda referencia a una
3. ¿Es necesario responder a la objeción del posible posición husserliana. El solipsismo gnoseológico
{ solipsismo? 1'11 un momento metódico por el cual se pretende alcan-
t ur un suelo firme para las verdades que ulteriormente
La cuestión del solipsismo, en especial en su carácter 1w desvelen. De todos modos una vez alcanzado obliga al

de objeción a la fenomenología husserliana, parece im- ,.~d arecimiento del paso que evite, precisamente, la pri-
ponerse desde el primer momento como un escollo que ¡¡j(,n del solus zpse. Fue en ta l alternativa que Descartes
¡ ·: 1 n :urrió a Dios.
'
L1 ha de ser salvado, para que asome la posibilidad de lle-
1'1 gar a discutir el tema que nos ocupa . Sin embargo tam- Podría imputarse al filósofo tal solipsismo si la feno-
l¡¡
bién puede explicarse como una lectura parcial del pen- •••<·nología sólo consistiera en la descripción de mi mun-
samiento del filósofo, insostenible si se lo considera en su do primordial. La imposibilidad de separar del ego el
Inundo y la necesidad en primera instancia del supuesto
totalidad.
Se trata de la afirmación categórica que actuaría co- 111' la intersubjetividad para que el mismo tenga sentido

mo una sentencia a muerte epistemológica- <k tal, no deja dudas respecto del carácter circunstan-
trascendental: Si Husserl parte de la egología, el yo se t ia l de la abstracción solipsística. Si en el camino de las

convierte en una prisión o mejor aún en un espejo, don- lllthsiguientes reducciones no se le hubiera d esvelado la
de sólo se r~fleja a sí mismo, Por ese camino no podrá ja- presencia irrecusable del Otro en el ego, el mismo Hus-
más dar razón de nada, ni siquiera de sí mismo, en N<'l'l hubiera considerado fracasada su filosofía, porque
cuanto es esencialmente imposible para un yo aislado <' 11 ese caso ni siquiera el mismo ego hubiera llegado a
1 oncebir el conocimiento de sí mismo. Husserl abarcan-
7
concebir la objetividad. Respetables filósofos han in-
terpretado de este modo la fenomenología y consecuen- do en este sentido, en todo momento, el conjunto de su
7 Entre otros A. Schütz , J. P. Sartre y P. Ricoeur.
33
32
filosofia, no deja lugar a dudas al respecto: ~o debemos 1'1. LA V MEDIT ACION
como filósofos principiantes dejarnos atemonzar por un
solipsismo aparente, la reducción al ~go trascendental CARTESIANA
conducirá quizá, con toda consecuencia y ~onform~ ~ s~
propio sentido a una fenomen~logía d~ la l~tersubjetl.Vl­
dad trascendental. Se hará evtdente el mvel filosófico
inferior" del solipsismo trascendental y su propósito
exclusivamente metodológico. 8 En otra oportunidad
previene a "los infantes en filosofía", que e~frent~n el
hecho· de que el "yo soy" es el fundamento mtenc10nal
originaJ de cualquier mundo válido para mí, . que tal
Consideraciones preliminares
hecho podría resultar para ellos :·el. áng.~lo oscuro en
que merodee ..-. el fantasma del sohps1smo ·: ~usserl de-
nuncia como ilusión la afirmación del sohpstsmo tras- En el §48 Huss~rl señala que no todos mis modos pro-
cendental y anuncia su disolución. ante la exp_osición pios de conciencia son modos de mi conciencia de mi
concreta, que no es interpretación smo mostracwn, y 1~ ¡nismo. Lo que se confirma en cuanto el ser real se cons-
comprensión del sentido del mundo , ese mundo que esta lituye originariamente mediante experiencias concor-
ahí para mí y para nosotros con el sentido de "mismo da ntes, si tal concordancia se da es porque confluyen
mundo". Declara haber resuelto este problema ya en sus mis sistemas con los sistemas de los Otros.
Lecciones de Gotinga del semestre de invierno El problema se presenta como el de comprender como
1910 / 11 10 , en las que logra abarcar la intersubjetividad d ego tiene en sí ese nuevo tipo de intenciónalidades que
lrascienden completamente su propio ser 1 y a conti-
en el ámbito trascendental.
En vista de lo considerado hasta aquí concluímos que nuación plantea una dificultad que hace deslizar la
la fenomenología no implica solipsismo • Se t~ata de
11 cuestión hacia otro nivel, en cuanto señala que es
una conclusión provisoria, que sólo se verá confirmada problemático el mentar al Otro , pues la afirmación de
por el sentido mismo de nues.tra investigac~ón, vale deci: los modos de conciencia ajenos dependen de la posibili-
si encontramos en Hu sserl s1 no una teona acabada, s1 dad d e su descubrimiento , de experiencias que cumplan
una teoría coherente de la intersubjetividad , si llegamos o anulen lo mentado . Desde nuestro punto de vista lo
a mostrar que se trata de u no de los e~fuenos m_ru: serios que de esta m anera se plantea es el problema de la veri-
h echos en este sentido por el pensa1mento filosoflco. fi cación del Otro trascendental constituido y no el de la
vigencia en mí del otro trascendental constituyente o
hien de la posibilidad tr ascendental de la experiencia
d~l Otro en el campo d e mi ego trascendental lo que
s MC, p. 69 . .. < tllcho de otro modo podría denominarse p unto de parti-
9 Form ale und transzendentale L ogik, p. 209/ 10. Tamb1cn p. 2"8 .
10 Op. cit , p . 214 y 2 15. . .. d a de la inclusión de la intersubjetividad en el ámbito
11 Ver en este mismo sentido A . Aguirre, f)¡.e Phanom enologl<- .flusse·rls .. .
trascendental.
p . 44 y sig . y Hutcheson , P ., Husse,.!'s Problem of IntersubJeCt!Vlly. p. 144 y
sig. 1 MC, p . 135.

35
Aludimos con esto a un problema que oscurece en ge-
neral la comprensión de la VMC, en ella se deslizan uno 111. FENOMENOLOGIA
hacia el otro los dos niveles. Por una parte se trata de la
presencia en mí del Otro trascendental constituyente,
ESTATICA
cuya justificación resulta insuficiente en este texto y de-
be completarse con el procedimiento de la "doble reduc-
ción", que había sido desarrollado por Husserl por pri-
mera vez en sus Lecciones de 1910/ 11 y ampliado en las
de 1923/ 24; por otra parte se trata de la constitución del
Otro mundano2 • Por esta misma razón parecería que
Husserl, _a pesar de su propósito de mantenerse dentro
de los lineamientos de la fenomenología estática, vacila
y cae en la fenomenología genética. Esta dificultad se su-
pera si comprendemos que para responder al primer 1. ~aracterizaci_ón de la_fenomenología estática y la
planteo basta al filósofo el análisis estático. En cambio
fenomenologta genética
para explicitar la experiencia del Otro mundano debe
recurrir en última instancia a una forma de la aso- l 1usserl señala en un texto de 1921 1 d. . que
1 ' . , a 1stanc1a
ciación, a la que oportunamente3 ha reconocido carác- lil' par~ al ezdos ego de la mónada individual concreta y
1 ter genético. También hace referencia a la génesis de la
conciencia en cuanto debe operar esa remisión para
::Nla dlstan~ia equivale a la de uno u otro punto de vista.
l .a reducción eidético-fenomenológica me instala en 1~
ha~c de una mónada posible en general, pero no directa-
apoyar o desmentir lo mentado con experiencias del
Otro iguales o semejantes, vale decir, en la medida en ','I<.' I:te ~e una J?ensada ~ndividualmente idéntica y con la
,.... que el ser real, en este caso el ser del Otro, se constituye ~ ~~g~ncta ~e. ~ucunscnbir la indentidad individual se-
1 • o!
~
11'~~
- originariamente m ediante la concordancia, "debe haber }{ Un sus posibilidades y necesidades. Pero yo puedo l
l<·ar esta nueva tarea , aprovechando naturalmente fa~~­
-
en mi propio ego otras experiencias que formen sistemas
~~
de concordancia" y a ellas debe remitirse. nrla ~e las esencias de los actos, de las configuraciones
El esclarecimiento de esta doble óptica, que no se al- 1 onstltuyentes de sí
., . ., 1 so fio reconoce la
' etc" 5 · El filó
canza en la VMC, es puntualizada con precisión por Iso 1<s t n~cwn del enfoque estático para la secuencia del

Kern 4 y calificada por él como "tensión interna y ambi - e ucstlonar. En este sentido dice· "
• • • • • .. • .d escn'b'1r 1os tipos
.
1
1 < plemficaclón posibles y los sistemas de plenificación
güedad" presente en ese texto. Es con intención de escla-
recer este doble propósito husserliana que hacemos de postbles de to~os los aspectos, completos o ue se
ellos, respectivamente, el primero y segundo tema de 1 omple~en ~ontmuamente según estructuras noéiicas y
nuestra investigación. lloem.átlcas [no es sin embargo] "una pregunta por una
f:(·uests esclarecedora". 6
. , ~1 ámbito de p~oblemas de la fenomenología estática
2 MC, p . 136.
3 M C, p. 113 y en Hua XI, p. 283.
~ .~ el de los contemdos esenciales posibles, como ya deve-
1 Hua XV, Introducción , p . XVIII y sig.
r. Hua XI V, p. 37.
" SP, p . 339 y sig.

36
37
nidos de una vez para siempre. Se trata de lo aludido :~. "Tensión y ambigüedad" en la VMC
con la denominación "objeto" o "sentido". Muestra la
serie gradual de objetos intencionales, que aparecen co- l: Kern en su Introducción al tercer tomo de la Hus-
mo sentido objetivo en apercepciones fundadas de más "': '.' llana dedicado al tema de la intersubjetividad hace,
alto grado y en funciones de dación de sentido, y en el 'c .~pecto de la VMC, observaciones de gran valor ara
funcionamiento implícito. En otras palabras, la fenome- e".m prender el sentido de la misma , las que a su vez p er-
nología estática utiliza el objeto como hilo conductor pa- ll lllen dar :e.s puesta a muchas de las críticas a que dfcho
ra mostrar sus modos de darse y la correlatividad de lc·xto ?_a Sido so.m:tido. Nosotros las retomaremos con
constituyente y constituido. Vale decir que, en el análisis llll cncwn de d elimitar con precisión 'los diversos sectores
IJII C configuran la problemática.
estático, los contenidos esenciales se consideran como ya
devenz'dos; Husserl señala que la apercepción, en la si- llusserl, después de haber planteado lo que, d e acuer-
tuación concreta, no puede ser comprendida sin la géne- do. a ~u linea de pensamiento , es la seudo objeción del
sis, y comprendida en el sentido de una unidad conexa ••ollpsismo, circunscribe el problema de la constitución
de formas actuantes, tal como la conclusión de la aper- cl c·l Otro en mi conciencia como un problema trascen-
cepción activa procede de premisas y tal como las viven- clc·ntal, ya que "cualquier sentido que cualquier ser
cías proceden de vivencias fundantes. 7 l '~• cda tene~ para mí, según su 'qué' y su 'es y es en la re-
Husserl denomina "reconstrucción" al análisis genéti- ''. '~dad e~e~tiv~· es se?tido en mi vida intencional y a par-
co; se trata de la reconstrucción de estratos estructura- '~~ d~ mi VIda mtenc10nal , a partir de cuyas síntesis cons-
les, puestos de manifiesto por el análisis estático. Ya en 111 utivas y en los sistemas de verificación concordante, se
un texto de 1916 había circunscripto este problema: "La 1~1(' aclaran y se me descubren" 11 • A continuación se ex-
génesis fenomenológica. Orden de fundación de los gra- lltnde en un. desarrollo que tiene como punto de partida
dos constitutivos. Independización unilateral: los grados el l'go .reducido a su esfera primordial , pero lo hace al-
más bajos serían conscientemente posibles, aún si falta- l!.' rn at~va.men te desde dos puntos de vista , orientados ha-
ran los superiores. Abstracción.'' 8 En este sentido está ~'.'a Objetivos diferentes, que están presentes en .la VMC
claro que el análisis estático funciona como hilo conduc- :n.n el acompa_ñamiento de la identificación correspon-
tor para la fenomenología genética. El filósofo se apoya c~ lcn.te, que evite el deslizamiento de uno a otro y la sub-
en esta relación cuando, en un texto de 1927, quiere dis- :nguiente confusión. Si no se reconoce este problema es
tinguir la génesis fenomenológica de la génesis ¡usto pre~ntarse , a partir de una primera lectura de es-
empírica. 9 La investigación de estructuras de la fenome- '.'' texto, s_1 !fusserl se atiene verdaderamente en él al en-
nología estática precede a la genética:" ... cada forma de foque. es~atico que proclama, o también si la esfera pri -
las apercepciones es una forma esencial y tiene su géne- mordial mcluye o no mis vivencias d el extraño o bien si
sis según leyes esenciales, y con esto se incluye en la idea MI' ha alcanzado allí definitivamente la justificación d el
de tales apercepciones, que deban ser sometidas a un Otro. trascendental o en cambio estamos frente al
análisis genético .. " 10 dC'sphegue de la experiencia constitutiva del sentido "el
<>tro mundano".
' SP, p. 340 y 341.
8 Hua. Xlll. p. 354.
9 Hua XIV, p. 481. 11
MC, §43, p. 123.
lO ·SP, p. 339 y también SFT, p. 187.

38 39'
La publicación de los manuscritos sobre el tema de la del extraño en las dadidades de la P.rimordialidad afir-
intersubjetividad ha puesto a nuestro a~cance un texto ma naturalmente para la primera un entretejimiento in-
de gran importancia: la primera redacción d~ la VMC, t~n~io~al indicado en sus horizontes propios ... " 17 La
escrita hacia fin de marzo y principios de abnl de 192~. distmció? ent~e ambas esferas obliga en este caso a supo-
Este texto exhibe la ambigüedad del concepto de pn- ner las vwenctas del extraño, metódicamente excluidas
mordialidad y el doble objetivo del filósofo. ~e la_esfera prirnordia~; ellas forman parte de la expe-
En esta primera redacción se reitera, por una par:e, la nencia de la qlle se qutere dar razón. Es en este sentido
afirmación de que la experienc_ia del.Otr~, como v;ven- que es válido afirmar que aquí "lo motivante es lo propio
da, forma parte de la esfera pnmordial. Lo espe~Ifica­ y lo motivado lo extraño .. , y [que) sería un contrasenti-
mente propio del ego ... abarca co~o a :odas [~a~ I_nten- do co~tar como fu~da~ento de motivadón o como pri-
cionalidades J así también la intencwnahdad dmgtda al mor~mal, las expe~Ien~tas del extraño del ego (como vi-
venctas), cuya mottvación debe hacerse comprensible, " 18
ext ran- 0 ... " 12 y más adelante: "Soy para mi apodictica-
.
mente cierto y soy en esta vida fl~yent~, con todas su~ VI·
vencías, entre ellas también las vivencias correspondien· En este sentido los textos nos informan que ahora la
tes a la experiencia del extraño." Y luego otr~ v~z:
13
operación abstractiva nos conduce a mi ego en su pure-
"Natu ralmente también se halla en este ego para si mi~­ za. Esto debe explicitarse para hacer visible porqué aquí
mo propio (en mi "mónada" conc~eta) el ~otal de las VI· el concepto de "lo mio propio" tiene una extensión di-
·. vencías de la percepción del extrano , crecidas dentr~ de versa a la de la primera perspectiva planteada. En este
/ las motivaciones de mi vida y así el total de las expen en-
cías referidas al mundo en sentido completo y
caso "el grado primero más primitivo de la experiencia
del extraño sería el yo mismo puro primordinal, lo que
• " 14 y agrega todavía en relación a la tarea que en él es impatizado en la forma de sentido 'el Otro'", 19
propi0 . . . , d . ._
estas consideraciones le Imponen: ¿Como ha e exp1ICI ¿Qué es lo que integra esta esfera de propiedad en el
tarse esta intencionalidad de grado más alto dentro del segundo sentido que indicamos? "Las trascendencias
ego primordial, vale decir dentro de la esfera absoluta- primordinales del cuerpo propio y la naturaleza consti.
mente circunscripta de mi propiedad, en la que se pre- Luida como formando parte de lo mío propio, referida a
sentan también mis vivencias impáticas?" ~
1
é_l, como por otra parte también lo psíquico propio per-
Frente a estas afirmaciones otros textos parecen unente al cuerpo propio." 20
hallarse en flagrante contradicción: "S~, y_en pnmer lu- A continuación se expresa el paso que nos ubica en el
gar, se considera y articula el ego restrmgtdo en_ su p~o­ camino de la explicitación de la constitución del Otro
piedad y en su contenido -no só~o en cuanto~ vivencias con el sentido de realidad que se verifica en el mundo:
sino también en cuanto a las umdades de_ vahdez-:- en- " .. .ahora se presenta21 el cuerpo propio extraño dentro
tonces... " 16 . Hay un cambio de perspecuva mamfiesto
. . de ese mundo circundante así articulado de mi ego puro
cuando el filósofo dice: "La fundación de la expenencta
17 Hua XV , p. 13.
12 Hua XV , p. 6/7. 18 Hua XV, l. Kern, P. XIX.
IS Hua XV, p. 8. 19 Hua XV , p. 13.
14 Hua XV , p. 11. 20 Hua XV, p . 14.
15 Hua XV, p. 12.
~1 El subrayado es nuestro.
16 Hua XV, p. 7.

41
40
(el que constituido. como propio es concretamente inse-
parable de él) como fundamento de motivación de la ex- ('ntonces como aludiendo en cada caso a operaciones
periencia del extraño, el cuerpo que será ·aprehendido que deben diferenciarse de manera adecuada: en el pri-
como cuerpo p~opio extraño." 19 A partir de este mo- m? r cas~ de ella resulta la circunscripción de una esfera
mento nos hallamos situados ante una consideración di- pnmordtal que incluye mis vivencias del Otro de la se-
námica expresada por ese "presentarse ahora", más vin- l{unda operación abstractiva resulta la exclusión de mi
culado al análisis genético que al estático. A una esfera :i~bito de propiedad de toda mención al Otro, sea él
de lo propio de la que la experiencia del extraño se halla mismo o sus producciones culturales.
excluida se presenta, "auftritt" , el cuerpo extraño. . La distinción e~tre ambas operaciones se desprende
El cambio de perspectiva lo lleva a poder describir la en c~da caso del diverso resultado de la operación abs-
esfera de propiedad resultante de la nueva abstracción u·activa o sea de la descripción de la correspondiente es-
en los siguientes términos: "Ahora, en el paso a los siste- fe ra primordial.
mas constitutivos de la actualidad y la potencialidad, Señalamos con I. Kern, como primer ámbito de
hay que sustrae~ 1 aquellos en los cuales, de acuerdo a ¡~roblemas , en la VMC , el planteado desde la idea carte-
nüestra. abs~racción, la conciencia extraña no juega nin- sta~a ~e la fundamentación apodíctico-filosófica del co-
,, gún papel constitutivo" . Como resultado de este proce - nocimie.nto y la pregunta por ]a distinción ftlosófica
dimiento queda circunscripta "la mera naturaleza" sin entre mi mónada y la mónada extraña. La esfera funda-
el sentido de "para cualquiera ahi" y liberada de los pre- mental que resulta en este caso de la abstracción primor-
dicados espirituales y culturales. "Entre los puros objetos dial e.s primera en el orden de fundamentación de la
naturales encuentro en singular señalamiento mz' cuerpo •:cfleXIón ~losófica. En f~nción de esta búsqueda se re -
propio ... 22 . En el mismo sentido dice más adelante: corta, aphcada la reducCión al ámbito correspondiente
"Por razones de precisión de ahora en adelante habla- lo que de~ominamos esfe~a ~e "lo mío¡·propio", en e] pri:
mos del ego prz'mordz'al, de sus experiencias primordi- rner senudo. Con esta d1stmción se entiende también
'··-' '\ nales y particularidades en general entre ellas sus tras- porqué los textos de la redacción "defmitiva", funda-
·q;,
~
1\ ~1! cendencz'as prz'mordz'nales - Jrente22 a lo que en verdad mentalme~t §44 a §49 inclusive , que desarrollan este
\' 1 pertenece también al ámbito trascendental del ego, lo punto de vista, son precedidos por la alusión a la dadi-
que a él, en un sentido secundario, como constituido en dad ~ntico ~noemática del Otro, como hilo conductor del
2
él, se le vuelve propio en cuanto a viv~naias, a poten- · ~~esuonar , la q.ue desd.e otra problemática y en fun-
cialidades, a síntesis, a trascendencias - precisamente c~on de desvelamientos d1fer~ntes impondrá una reduc-
en el sentido en que devienen .conscientes para mí y ex- ción a la esfer~_de lo ~io propio, en un segundo sentido.
perimentables los egos extraños y las particularidades La preo~upac1?n del filósofo se desliza de uno a otro . La
extrañas· de toda clase." 23 d?b.le or.IentaCión de la problemática la expresa Husserl
La mención de la abstracción primordinal como re- distl~gui~ndo e] momento en que está en cuestión la
ducción al ámbito de "lo mio propio" debe entenderse constituCión y consecuentemente el sentido trascenden-
lal de los sujetos extraños y no todavía la pregunta por
22 Hua XV , p. 8~ los Otros como existentes mundanos25 . Sin embargo está
25 Hua XV, p. 12. 24 MC, §44, p . 124 .
25 M C, §44, p . 124.
42
43
claro que al lector no ha bastado a lo largo de los años _,.,. es fundante, que funciona como soporte de motiva-
con esta precisión, puesto que hasta que Iso Kern pun- ' 1i'l n para la impatia" .
tualiza la "tensión interna y la ambigüedad" de la VMC,
la literatura filosófica no separa con claridad ambos '1. Planteo reflexivo-filosófico respecto del sentido
planteos. trascendental de los sujetos extraños
En síntesis, se ha hecho manifiesto que el imperio de
la idea cartesiana de la fundamentación apodíctica del 1 lecha esta fundamental distinción podemos aludir
conocimiento preside el primer punto de vista; se trata M11sdntamente a los rasgos con que en la VMC desarrolla
de un método trascendental reductivo para determinar l11 fundamentación reflexivo-filosófica del Otro trascen·
mi propia mónada y a partir de ella exhibir la determi · tkntal, para concluir completándola con lo que para el
nación del ego trascendental y su relación con el Otro lilósofo había resultado en su momento un verdadero
trascendental. El segundo punto de vista está inspirado dt·scubrimiento, la "doble reducción" que le permitía
por la búsqueda de la motivación de la experiencia del r·x tcnder el ámbito trascendental a la intersubjetividad.
extraño; no se trata de la motivación "filosófica" sino de El ámbito en que veremos desplazarse en este caso la
las "líneas de motivación de la impatia natural". c·xégesis husserliana dará paralelamente respuesta a otro
l En octubre y noviembre de 1929, pocos meses después gran interrogante que se plantea al lector de la VMC , y
1', ' de la redacción definitiva de la VMC, Husserl mismo vió I'Sto fundado en el contenido de la misma . ¿Se trata, tal
con claridad la diferencia entre ambas operaciones 26 • En e omo plantea el autor, de un análisis estático, o bien se

1 esta ocasión adjudica al primer punto de vista la deno-


minación ~·reducción primordinal" y "mundo primordi-
introducen aspectos propios de la fenomenología genéti-
ca? Veremos nosotros que en tanto nos atengamos a la
nal" y para el segundo "reducción solipsistica" y "mundo óptica del primer planteo, al de la determinación de la
solipsístico". relación filosófica de la mónada propia y la extraña, no
Años más tarde, en un texto de enero de 1934, vuélve 110s a lejaremos del análisis estático. Como es presumible
sobre este problema aludiendo a él como "doble signifi- que, si bien de hecho a Husserl le preocupó simultáne-
cación de la primordialidad" 27 • En el primer caso "ad- amente el segundo orden de cuestiones, la intención ge-
quiere la significación de la mónada protomodal, en la neral, la que preside la VMC, concierne al primero, está
cual está co-incluida la impatia protomodal, como tam- <'11 relación con esto su intención explícita de no hacer,
bién [lo está] en la autoenajenación, vale decir, en las en esa circunstancia, fenomenología genética .
mónadas extrañas". El segundo caso se explicita al con- En la reducción practicada desde el primer punto de
siderar el tema que se plantea a una teoría de la impa- vista, va a quedar circunscripta una estructura esencial
tia: " ... se trata de la aclaración de validez resuelta en la de la constitución universal "hacia la que el ego vive
validez de ser de los Otros. Según eso debe hacerse vi- (dahinlebt) como constituyente de un mundo
sible la separación del campo primordial, el prescindir objetivo" 28 • ¿Qué es lo excluido a partir de la aplicación
de las impatías, el método, que la esfera de conciencia de esta abstracción metódica? Se trata de ver de qué mo-
así reducida ("primordial"), respectivamente esfera de do el Otro entra como ca-determinante del sentido del
26 Hua XV , Anexo I , Reducción primordinal y solipsística, p . 50 y sig.
27 Hua XVI, Texto N° 36, p. 634 y sig. 2s MC, § 44, p. 125.

44 45
ltc•rizonte del propio ser esencial, del propio presente vi-
mundo y excluirlo: de tal modo se suprime el s~ntido vk llte. Aparece también el objeto intencional como
hombre y animal como seres vivientes, los predtcados 11 ascendencia in~anente y el mundo primordial. Con
culturales, toda espiritualidad ajena, como lo que hace los medios de este ser propio el ego trascendental consti-
posible el sentido específico de lo extraño aquí cue~­ luyc "el mundo objetivo, como universo de un ser para
tionado. L<l que ,queda circunscripto como mío Rrop10 1 extraño, y en primer lugar extraño en el modo del al-
abarca toda intencionalidad, por lo tanto tambtén la 1!'1' ego". Husserl justifica este sentido de mundo objetivo
extrafia. Excluye en cambio su producto sintético: la re- c• 1t el ámbito de lo mío propio en cuanto a él no sólo per-
alidad efectiva del extraño para mi. Queda en conexión 1l'necen las actualidades y potencialidades de mi
un estrato unitario del fenómeno mundo, como una ex- c·orriente vivencia!, "sino también los sistemas constituti -
periencia continua y concordante. A~arece un sub- vos y las unidades constituidas", no sólo los datos sen -
estrato que es el de mi naturaleza própta , do~de .hallo 1•ihles como temporalidades inmanentes sino los objetos
mi cuerpo-propio, único en el que tengo expenenctas de 1 rascendentes de la sensibilidad exterior, una naturaleza
campos de sensaciones. La supresión del extraño, sinó· y una corporalidad orgánica que se constituye como uni-
nimo de la reducción aplicada, deja intacta la vida psí- dad objetiva espacial. Consecuente con este descubri-
quica de mi yo, incluida mi vida experimentante del lltiento puede afirmar que ~'a esta esfera pertenece el
,. mundo y mi experiencia del extraño real y posible. "Es 111undo entero que antes redujimos... y que este

pues inherente a mi ser psíquic<l en los sistem~s constitu- mundo ... ha de contarse legítimamente en el contenido
tivos: los sistemas de mi propiedad y los ststemas del ('Oncreto, positivamente definido del ego, como a lgo que
extraño. Yo, el yo humano (el yo psicofísico) reducido, 1e es prop1o.• 30
.
soy entonces constituido como miembro d~l mundo, .con La justificación de la equivalente originalidad de pre-
una multiplicidad fuera de mí , pero yo m1smo en m1 al- sencia del Otro en la esfera primordinal se extiende a la
ma constituyo todo eso y lo llevo intencionalmente en t·lucidación de algunos de los temas considerados en este
mí'"' 29 . Husserl denomina a estos "sistemas constitutivos lcxto pero tratados en otros con mayor detenimiento.
del extraño" intencionalidad "preeminente", atributo Ellos son,el de "alter ego" y la imagen del espejo como fi-
con el que quiere destacar esa presencia sorprendente: g-ura explicativa de su relación con el ego, el del "mundo
la aparición de lo verdaderamente trascendente en mt como índice" y el de la citada extensión del campo tras-
inmanencia, ese nuevo sentido de ser que va más allá de cendental por medio de la "doble reducción".
mi intencionalidad misma. Y emplea aquí un concepto
recurrente en la trayectoria de su pensamiento para des- 3. a) El alter ego
velar este fenómeno trascendental de la presencia del
Otro en mí : el Otro "que se refleja" en mi propio yo. H~­ Responder a la pregunta por la constitución del alter
cer explícito el sentido de este reflejarse es el objetivo de ego es responder cómo el ego trascendental puede ir más
este enfoque en que el filósofo se compromete. allá de sí mismo en su esfera primordial y constituir el
Los elementos positivos que se destacan en el ámbito ego trascendenta l del Otro. Desde este punto de vista no
de lo mío propio son , en primer lugar, la experiencia de se tiene en cuenta el campo de la percepción , las sensa-
mi mismo, la autopercepción y la autoexplicación del so MC, §17, p. 134.
29 MC, § 44, p. 129.
47
46
dones y sensibilidad vinculadas a ella, no tematizándo·
las por el momento. tcncionales, nos hallamos ante una clase especial , que
Esta teoría husserliana de la constitución trascenden· intenciona al alter en mi. Husserl se aproxima a esta
tal del Otro ha inspirado críticas en filósofos de la talla c.:xplicitación diciendo que el alter ego se refleja en mi y
de Merleau Ponty, quien dice al respecto: "Para Hus· sin embargo este reflejarse no debe entenderse en senti·
serl... se sabe que hay un problema del Otro y el alter do corriente, d e la misma manera que es mi analogon
ego es una paradoja . Si el Otro es verdaderamente para· pero tampoco lo es en sentido habitual. Para compren·
sí, más allá de su ser para mí, y si nosotros somos el uno clerlo no podemos recurrir a lo constituido noemático . El al-
para el otro, hace falta que él tenga y que yo tenga un ter ego aparece precisamente con este carácter, remitiendo
exterior y que haya , además de la perspectiva del para a mi mismo. En este sentido M. Frings hace una observación
si... mi visión del Otro y la del Otro sobre mí. 31 Atenién· que enriquece la comprensión de este punto: este estado de
donas al planteo que hemos propuesto se comprende la cosas trascendental se vincula al problema de la identidad y
crítica de Merleau Ponty como reclamando , frente al la diferencia. La cuestión que se plantea es saber si la identi.
primer planteo trascendental de la VMC , el segundo, al d ad tiene sentido a partir d e la diferencia, o sea que "la
que hemos denominado "constitución del Otro munda · diferencia sería el sine qua non para que una entidad tu·
no" . De tal modo la objeción quedaría resuelta en cuan · viera identidad" , o bien si se trata del caso inverso y la
to a la carencia señalada. Aquí intentaremos explicitar identidad es condición sin e qua non para que se presen-
la posibilidad del alter ego trascendental , de modo de te la diferencia . Si bien Husserl denomina "preeminen-
suprimir su ca rácter de paradoja. 32 Tai calificación no te" a la intencionalidad del alter ego no establece su
nos sorprende: el propio Husserl elige con frecuencia prioridad . El ego de todas las constituciones en sí inten-
destacar este aspecto de los problemas y resolverlo en sus ciona al alter, en ejercicio de sus infinitas posibiliza ·
verdaderas dimensiones . Se trata en este caso de esclare - ciones intencionales . A la luz del conjunto de la concep·
cer el sentido del concepto "alt er ego ". ción husserliana de la intersubjetividad parece adecuado
Husserl señala que después de la exclusión d e toda al· afi rmar que "la .intencionalidad -alter del ego trascen ·
teridad espiritual que hace posible el sentido de "lo dental es simultánea respecto del flujo trascendental. " 33
extraño", así como del "mundo para cualquiera" llega· En este sentido la "prioridad" en lugar de apuntar a una
mos a un resultado "importante" : la esfera de lo mio sucesión temporal hace referencia a una "tensión"
propio exhibe todavía todas las modalidades de inten- dentro del ego trascendental , una intencionalidad hipo·
cionalidad que le pertenecen, entre ellas esa intenciona. lar sin la que el ego no sería tal.
lidad que "va más allá" de la esfera de lo mío propio, pe·
ro sin la realidad efectiva del Otro para mí.
No estamos todavía ubicados ante la presentación cor· 3. b) El mundo como "índice"
poral del Otro, el alter ego no es todavía el otro hombre. Si
el ego trascendental tiene infinitas posibilizaciones in- Después de la abstracción metódica de toda espiri ·
Merle au Ponty. Phénomenologie de ia Perception, Prólogo, p . IV.
51
tualidad extraña de modo que lo concerniente al entor·
Adem ás de las precisas indicaciones de Iso Kern citadas m ás a rriba ver
52 no mundano pierda su carácter de ser tal "para cual·
Frings , M. , Husserl and Scheler: two tiews on intersubjectivity.
55 Frings, m ., Op cit. 145.
48
49
111ente enlazan un sujeto con otro) forman una unidad
quiera" 35 , su sentido objetivo, que caracteriza todo ob- 1111iversal de síntesis por la que se produce el universo ob-
jeto del mun<io fenomenal, podría pensarse que con esto jl-livo, el mundo en cuanto d ado y así .como se da con
hemos perdido al mundo. Sin embargo persiste un estra- , oncreta vitalidad (dándose previamente a toda
to suyo. Puedo tener este estrato antes de haber tenid.o l.a praxis)." 39
experiencia real efectiva de los Otros y del mundo obJeti- En su cuidadoso examen del problema del yo E . Mar-
vo "como sentido de experiencia" que de ellos depende. hach cita un manuscrito40 que sintetiza este punto de vis-
En él aparece una "naturaleza" propia (que no es. la de 1a, en él Husserl ve la unidad que circula vinculando un
la ciencia), una "mera naturaleza" que ha perdido el yo absoluto con otro "en una necesidad perteneciente ...
sentido de "para cualquiera", entre sus cuerpos ~n­ ,, la esencia de cada yo absoluto: poner lógicamente un
cuentro, señalado, mi cuerpo propio , único al que adju- 111undo·... como un mundo, que es común a todos lps in-
dico campos de sensación y único que "gobierno", cu.yas di viduos psíquicos ; en esto reside que todos los yo abso-
kinestesias "transcurren en mi yo hago y subyacen a mi yo llllos se encuentran en tal relación que tienen el mismo
puedo". Sin embargo, observa Husserl, las "cosas'> el vinculo y que cada uno de ellos no puede poner otro
"yo psicofísico" en este fenómeno del mundo reducido, 111undo, sino un mundo común para todos".
son exteriores los unos respecto de los otros, la forma
espacio-temporal reducida a mi propiedad pasa a for- :1. e) La "doble reducción"
mar parte de este mundo. Así llegamos a una sorpren-
dente cadena de evidencias: la supresión d e lo extraño El último tema que nos proponíamos traer a conside-
no ha afectado mis vivencias del mundo , me pertenece
1 la constitución total del mundo y dentro d e él la distin-
ción entre mis sistemas constitutivos y los del extraño. 36
ración, respecto de la posible mostración del Otro tras -
c·c·ndental en mi ego, es el que concierne a la denomina-
da por Husserl "doble reducción". Se trata de la respues-
Vale decir que en este ámbito trascendental no es sepa- 1a dada por el filósofo , al cuestionar la experiencia que
1 rable del ego, el otro trascendental ni el mundo resul- hace posible la d onación intencional de ese sentido de
'i
tante del interjuego de los m últiples sistemas constituti-
¡\'~j vos. Husserl lo expresa taxativamente diciendo que "El
sc:r propio que no es el mío. Con este valor se le aparece
~
·'
! la fenomenología de las presentificaciones, ellas se pre-
1
hecho de la experiencia del extraño (no-yo) se presenta se nta n como condición de posibilidad de la experiencia
como experiencia de un mundo objetivo ... " 37 del alter ego . Este planteo es válido en el marco del aná-
Varios textos de Crisis 38 elucidan este aspecto del lisis estático, p ero como cuestión de derecho está tam-
mundo como índice o como hilo conductor y hacen más bi én en el trasfondo del análisis genético.
explícita su relación con los sistemas que producen su En primer lugar es necesario señalar que en el mo-
constitución. "Todos los grados y todos los estratos, (en lncnto en que Husserl extiende, según su propia declara-
los que están entretejidas las síntesis que intencional- c·ión , el campo trascendental a la intersubjetividad, ha
aba ndonado el rigor del punto de partida estrictamente
55MC, p. 127. t'a rtesiano . Si el mismo exige una dadidad absoluta, la
36Idem.
37 MC, p. 136. g9 Crisis, Op. ct. p. 170·171.
38 Crisis, § 49 y 50. Cf. también Marbach, E. , El problema del yo .. , P· ·10 Ms. B I 4 en E. Marbach , El problema del yo en Husserl, p. 80.
281/2.
51
50
que se da en el presente puntual de la percepción del ego gicamente donantes, pero no más donantes con indubi·
por sí mismo, el filósofo debe confesarse que no tiene labilidad absoluta.
frente a sí una tal dadidad sino que el horizonte del pre· Con esto se ha modificado el concep~o de visión feno-
sente se extiende más allá de lo perceptible adecuada· menológica. Hasta este momento aludía a la visión abso·
mente. Tempranamenté1 reconoce, en una nota escrita !uta del darse en sí mismo. Ahora no sólo se trata de la
al margen de un texto (en el que califica la dadi dad co· fenomenología de las presentaciones sino también de las
mo punto de partida indubitable, en el contexto del presentificaciones.
problema de la constitución), que si él, tal como lo hace, El análisis trascendental constitutivo de las objetivida-
pone como existentes cogitationes presentes y pasadas no des señala, como fundamento de tales objetividades, a la
sabe aún con qué derecho sale del ser inmanente, dado conciencia propia junto a la extraña dada en la expe-
absolutamente en la "percepción interna" adecuada y riencia impática. Esta experiencia impática es una mo-
esto se le presenta como una "omisión". dalidad de las presentificaciones y es con el método de la
En las Lecciones de 1910/ 11, Problemasfundamenta· "doble reducción" como tal fundamento se hará mani-
les de la fenomenología, subsana esa omisión, al lograr fiesto. La doble reducción puede aplicarse a todos los
el despliegue de lo intencionalmente implicado, actos presentificantes y revela en ellos el fenómeno de la
ampliando el ámbito de lo reducido hasta la inclusión de doble conciencia: en un caso la conciencia actual y la
la intersubje tividad. 12 El núcleo de este problema, que conciencia pasada en otro, vale decir en la impatia, re-
ya es planteado en la Preparaáón del Curso 1910/11 43 , vela la conciencia propia y la extraña. Es en rigor en el
se encuentra en la explicitación de lo implicado en las texto de Filosofía primera JI, donde Husserl desarrolla
presentificaciones, en un desa rrollo que pone en parale· la teoría de la doble reducción44 • Allí toma especialmen-
lo impatía y recuerdo. te en consideración el recuerdo, que se le aparece como
En estas Lecciones llama la atención respecto de que trascendental de doble manera. Por una parte el "yo re-
nuestro tema no es sólo la conciencia propia captada di- cuerdo" se presenta como "mi vivendar actual", por
rectamente en la reflexión perc eptiva y el recuerdo de la otra, en éste último se presentifica, por ejemplo, mi pa-
anterior conciencia propia sino también la conciencia seo de ayer, tengo doblemente mi vivencia presente del
recordada misma. Conciencia presente y conciencia pa- "yo me acuerdo" dado ahora y allí incluido el recuerdo
sada sostenidas desde el presente actual. Algo semejante de mi vida trascendental pasada. Todo recuerdo permi -
ocurre con la impatía, que presenta un flujo de concien- te una doble reducción y el desvelamiento de una doble
cia extraña del estilo de mi propio flujo, pero tal que no conciencia. Si recorro la secuencia de los recuerdos veo
es mi flujo. Consecuentemente el.campo fenomenológi- fenomenológicamente "que mi vida trascendental alcan-
co desborda la propia conciencia actual hacia la con. za retrospectivamente continuamente un pasado inter-
ciencia extraña, en Cltanto reconoce junto a los actos minable".
presentantes, las presen<.ir:caciones, como fenomenoló- Con las diferencias pertinentes, algo semejante ocurre
con el futuro; la espera no es un ver efectivo ni es posible
41 En Ms. B Il l, p. 3/a, d " septiembre de 1908, citado por E. Marbach, plantear un analogon del esquema del recuerdo, como si
Op. cit., p. 81.
44 Ver. FPr. JI, p. 82 y sig . , 132 y 157 y sig. También l. Kern, H usserl y
42 Hua XIII, p. 183 y siguientes.
43 Op. cit. p. 77 y siguientes. Kant, p . 207 y sig.

52
fuera posible un "otra vez verse de antemano". Pero c•11 11 erpo propio y "motiva una función presentificante, la
lo pre·esperado también podríamos aplicar la doble 11' loclicación de una psique semejante... La peculiar
ducción y encontraríamos un trascendental "doble" ; p111 , ~ 1 ructura intencional de esta clase de percepción , que
una parte la espera como vivencia trascendental y pcu •h·be una parte importante de su efectuación a una pre-
otra, incluido en ella, el contenido esperado; cada ptc· 1, 11tifíc~ción, exige un yo , y sin embargo no a mi m ismo
sente lleva consigo continuamente un horizonte , la <:X , 1110 o sujeto implícito, ella crea en mí la conciencia: otro
pectativa de un futuro, y análogamente al hor~zonte ~n t •l está frente a mí , y sin eso las expresiones 'otro yo' o
finito del pasado trascendental, aparece un honzonte 111 prójimo' serían palabras sin sentido. " 47 Para exhibir es·
finito abierto de futuro trascendental 45 • Se hace maní 111 segunda conciencia implicada en la primera hace fal -
fiesta la distancia respec to de una dadidad absoluta , 1,1. repetir la reducción . La primera desvela el yo a ctuan-
tanto en las dimensiones del recuerdo como en las de la ll' ; practicada en él una segunda reducción aparece la
espera , siendo ambas modalidades de pr~sen~ifi.ca · l'l{unda conciencia , que esta vez no es, como en el caso
ciones. Rasgos análogos ha de ofrecer la expenenc1a 1m · dc·l recuerdo , diversa por su modalidad temporal pero
pática una vez aplicada la doble reducción. Por una td f·ntica ¡:on la mía . En el caso de la experiencia impáti-
parte se presenta la impatía en si misma, da~a e? p er · 1 , 1 ambas aparecen como coexistentes con la siguiente
cepción fenomenológica: yo tengo esta expenenc1a que ,, rticularidad: "yo puedo experimentar a Otro como
1 1
denomino impatía, por otra es experiencia de una (otra) 11quel que, él mismo experimenta a su vez a Otro en este
48
conciencia impatizada. · 111 odo del 'otro alter', . .. " además , - y esto form·a par-
Dicho de otro modo: ·la fenomenología de las presenti- 11. de lo que hace a Husserl calificar la impatía como un
ficaciones exhibe "actos ... que en forma de implicación llt'to "notable" - yo mismo soy ca -experimentado como
intencional , a su vez entrañan en sí actos" 46 • El yo que c·Hc segundo [yo] y esta experiencia impatizante mediata
• La ~oble
49
recuerda no' está, él mismo, en el contenido intencional 1 oincide con mi experiencia de mí mismo "
del acto y sin embargo forma parte de él como el yo ac · 1 t'duccíón ha desvelado el recíproco existir el uno para el
tuante en el pasado recordado. No es la misma la con- 11 L ro y legitimado la experiencia impática por su car ácter
ciencia que recuerda que la conc.iencia recordada. Lo de presentificación.
que se intenta destacar en el primer caso es el fenómeno Son estos despliegues de implicaciones los que permi-
de la duplicidad de las conciencias, la evocada y la evo - ten a Husserl incluir la intersubjetividad en el ámbito
cante implicada en la primera, hecho presente en esa crascendental.
presentificación que es el recuerdo. En la explicitación A esta altura del desarrollo se presenta un problema
de la impatía, cuya estructura es también la d e una pre- que interesa señalar. Decimos que esta doble reducción,
sentificación, tengo la existencia "viviente del alter ego . ausente de la VMC, hace posible alcanzar al Otro como
CÚando percibo el cu erpo propio extraño, por apare - O tro trascendental. En la primera redacción de ese texto
amiento con el mío propio, resulta para mí una "indica · Husserl afirma: "Al mismo tiempo es evidente que en es-
ción originaria" del entretejimiento de mi psique con mi La explicitación que yo llevo a cabo como ego tr ascen-

45 FPr JI, p. 85·86. ·17 F.Pr II , p . 135.


46 Op . cit . p. 134. Sin la denominación "doble red ucción " hallamos en ·18 O p. cit., p . 136.
Crisis, p . 189 , la descripción de una experiencia análoga . •19 Op. cit. , p· 137.

54 55
la "inducción " es característica universal de la experien-
dental en la reducción trascendental, alcanzo necesa- cia. Si mi presentificación, como ejecución actual, es re-
50
riamente al Otro como Otro trascendental" • l. Kern ducida, eo zpso queda también reducido todo lo que ella
señala que en ese contexto se alude al análisis consti_tuti- implica: presentaciones (percepciones) y presentifica-
vo de la experiencia natural del Otro y no es a traves de ciones (impatía). Así se alcanza el derecho a reducir, va-
ella como va a alcanzar eo zpso al Otro como Otro tras- le decir a convertir en fenómeno, también las vivencias
cendental. Para tal logro hubiera hecho falta precisa- del Otro.
mente ese método de la doble reducción que ya habla Consecuentemente, en última instancia , la respuesta
aplicado en las Lecdones de 1910/ 11 y en FPr 1/. Desd_e a la pregunta por el quid jun's de la doble reducción en
el punto de vista de Husserl está claro que este pr?cedi- el caso de la impatía, o sea a "cómo Husserl soluciona la
miento manifiesta al Otro trascendental en el ámbito del fenomenalización del alt er ego, ... es la implicación in-
ego, con prescindencia de _todo ~~lo condu~tor ~ntico­ tencional, vale decir, la inte ncionali dad de
noemático, por la sola constderacwn de las viVencias. Es horizonte ... " s t.
e1 momento de preguntarnos si en la culminación de l_a Resumiendo lo hasta aquí expuesto respecto a la fun-
experiencia mundana del Otro , éste no vuelve a mani- dación reflexivo-filosófica del Otro trascendental pode-
festarse como Otro trascendentaL Dejamos formulada la mos decir que, circunscripto el ego a su esfera de pro-
pregunta que en la secuencia de nuestra investigación piedad incluyente d e sus viven cias del Otro, queda en él
hallará respuesta. incluido el mundo primordial y a continuación el "mis-
Todavia podemos preguntarnos si esta doble reduc- mo mundo para todos", con sentido de "ser para cual-
ción es un paso m etódico de características novedosas quiera" de esos alter ego, que , como reflejándose, en-
incluido en esa oportunidad por HusserL No hay nada contraba en el ego. La condición d e posibilidad de estas
de eso. La doble reducción es sólo reducción aplicada vivencias impáticas es la efectuación presentificante,
dos veces, porque "la reducción es una, universal, totali- implícita en la conciencia reducida , hecha explicita por
zante ... o bien es doble, triple , cuádruple, según las es- la doble reducción. Para desplegar este tema como in-
feras que se consideren. L.~ do?le ~~du:ción ~s po~i.?~~· tendón general de la VMC Husserl quiere atenerse al
es efectuable gracias a la ImphcaciOn mtencio~al .. análisis estático.
A tal implicación intencional hacen referencia vanos
textos husserlianos, en Crisis, por ejemplo se alude al
"entretejimiento de valideces" 52 • Hay en particular en
FPr IJ un texto 53 , muy preciso que resulta clave para este
problema, donde explicitamen~e ex:con~ra~os la _doble
reducción reducida a su vez a tmphcactón mtencwnaL
Aparece allí el concepto de "inducción de la vida psí-
quica extraña", particularmente importante por cuanto

50 Hua XV. p. 16. T ambién en MC., p. 175.


51 Aguirre A. Carta a la autora fechada en Marburgo, 20/ 8/84.
52 Crisis, p. 15315 y2H. También en FPr JI, p. 153.
53 FPr JJ, Anexo XX, p. 434

57
56
IV. FENOMENOLOGIA de un sentido instal1rado alguna vez como . . /
GENETICA Estas operaciones que en la constitución pnmera vez,
ofrecen dificultad no son e de las cosas no
• xactamente del . .
que las que tienen lugar cuando el sentid nllsmo tipo
ofrece es el del alter ego. o que se nos

A. MOTIVACION DE LA EXPERIEN
DEL OTRO MUNDANO CIA

l . Segundo sentido de lo primordial

Encabezamos este capítulo con el título "Fenomenolo-


Para alcanzar el fundamento de mot· .,
gía genética" según nuestro propósito de encuadrar, en aprehensión analogizante que en prime 1Ivacwn de la
primer lugar, la problemática de la in~ersubjetividad de
<>!_sentido "otro cuerpo propio"' e l filóso~o ugar presenta
acuerdo al doble p unto de vista que en la VMC se nos ha Clan metódica de cuanto con cierne .
hecho manifiesto. a1 0 trohace abstrac-
_
pero no nos advierte explícitamente que e ' a1 e~trano,
Cuando el propósito de Husserl es dar razón de las
te a lo afirmado en la primer modalidadontrana~en­
operaciones que producen la dadidad óntico ·natural del aquí el ego no conserva tod . . t abstractiva,
Otro, opera con el análisis genético, tal como lo d ice as sus vrvenc1as . .
del Otro deben abandonar! · as vivencias
1
expl~citamente • El ego del filósofo que medita se man- . o para que tell
comienzo "observable" de e . . . ga 1ugar un
tiene en el ejercicio de este análisis genético, tal como en . xpenencia Imp- ·
cucunscripta una esfera primordial , en el seatica . Qued.a
el del estático, en el ámbito de su vida intencional, don- do en que este ámbito de 1 , . gundo sent1·
.1 de se da todo sentido de ser, a partir de sus síntesis cons- o mw prop1o a
VMC. Como punto de partid d . ·
d parece en la
¡~t,_ .
~\: ::
titutivas, en sistemas de verificación concordante. Tema . .
m1s vivencias del Otro porqu
a eJan e a
. . parecer a11í
., ., central de su desarrollo es el de la apercepción, que es ., e vamos a asist1r a .
'\ Cion. como cue rpo, vamos a mcorporar
. su Itl . su apan.,
-
"analogía" y debe comprenderse genéticamente. senstble, que en el primer senti'do d 1 r amfestacwn
Todo obj eto de nuestro mundo cotidiano, cuyo senti- h a b ,Ia sido
. e aes1e.ta ·
explícitamente descartada. Nos i pnmor Ia1
d'
do y horizonte llegamos a captar, es producto de una
esta esfera. primordinal como ámbito ercetl.st~lamos en
un escenano en el que se presenta un ~uer ptivo, ~omo
apercepción que remite intencionalmente a una ins-
tauración originaria. en la que se constituyó por primera al m ío . Po semeJante
vez un objeto d e sentido semejante. Aún las cosas desco-
nocidas de nuestro mundo, nos son conocidas según su
tipo, vale decir que toda experiencia cotidiana entraña 2. La constitución del Otro mundano
una transposición analogizante, aplicada al nuevo caso,
1 MC, p. 138, 14 y 141 ,28. El encuadre genético también aparece con toda
claridad en el ejemplo del niño y la tijera, op. cit. p. 141.
Se trata de examinar una experiencia m u .
1Iusserllo reconoce hasta Y particu lar.
rozar con su cuest 1·00 ar 1os l'I-
58
[lf)
t•n mi primordialidad da el paso hacia el estrato de la
mites de la obsesión. El sometimiento al problema de la
posibilidad de llegar a tener la experiencia de aquello apercepción objetivante donde habrá de constituirse el
que me es esencialmente ajeno , "la verdadera trascen - sentido "hombre" psicofísico como objeto del mundo.
dencia", tal como puede constatarse en los textos que se I•:Ste estrato se va instalando por atisbos en su exposición.
extienden a lo largo de treinta años, es un ejemplo de Com enzó abiertamente en el §43 con la referencia a la
autoexigencia filosófica, como no conocemos otro en la dadidad óntico-noemática del Otro tomada como hilo
conductor , el cual es abandonado tan pronto como se
historia. El Otro es Otro por la incuestionable razón de
que tiene vivencias que no son las mías. Si tuviera en mi hace abstracción en procura de la esfera de lo mío pro-
pio en el p rimer sentido. En el §48 vuelve a asomar bre-
conciencia sus vivencias, éstas serían mías y no suyas y él
seria yo. ¿Cómo puedo poner al Otro, afirmar el fenómeno vemente cuando se alude al prQblemático mentar al
"Otro", si lo único que tengo ante mí es su cuerpo que perci- extraño en cuanto esta experiencia dep end e de d esvela-
bo, parecería, de un modo semejante a aquel en que percibo mientos, de confirmaciones o desengaños que remiten a
el árbol o la casa. Sin embargo un abismo cualitativo separa la misma experiencia o a experiencias semejantes en la
ésta de aquella percepción. Yo no debiera poder decir más génesis de la conciencia, para alcanzar por fin su de-
que: - Veo un cuerpo que se parece al que el espejo ante mí sarrollo desde el §50 en a,delante. .
refleja como mío-. Sin embargo voy más allá y afirmo que Para el filósofo nada expresa mejor el carácter polifa -
ese cuerpo no es sola o propiamente tal, sino que es un cuer-
f' po orgánico, un "cuerpo propio ", gobernado por una
cético y la dificultad de la tarea fenomenológica que el
contenido óntico-noemático de la experiencia del Otro:
( psique , tal como tengo la experiencia de gobernar en el
mío , que tampoco resulta ser meramente un cuerpo
lo exp erim entado como un ser real, mundano pero no
como una simple cosa natural, si bien en un sentido
reflejado en el espejo sino un cuerpo p recisam ente también lo es, vale decir que lo experimento como un
"mío". La experiencia de que proviene esta da di dad objeto psicofísico en el mundo. Pero esto no es todo:
óntico-natural del Otro es la impatía. Esta es para Hus- lambién lo experimento como experimentando a su vez
j serl un enigma recurrente, frente al que no pierde ni la rse mundo y a mi mismo dentro de él, o sea lo experi-

~
t.1 paciencia ni el ánimo . Experiencia es, para él , concien - mento como sujeto para ese mundo.
' "•'
1 ,, cia original, de ahí que no se le oculten las dificultades
de explicitación de la aprehensión , en mi conciencia , de Husserl declara el paso hacia el Otro "primer dificul-
esa otra conciencia que sólo se da originalmente al Otro . tad" con que se en cuentra en los pasos hacia la constitu -
ción de un m undo objetivo . En este segundo pla nteo el
La experiencia comienza cuando percibo que un cuerpo mundo objetivo no es una unidad incuestionable sino
como el mío aparece frente a mí. que p or el contrario su validez es problem ática y queda
Husserl está empeñado en esta ocasión en el análisis en suspenso hasta que se convalide la teoría de la inter-
constitutivo de la experiencia del Otro mundano . ¿Có- subjetividad , la cual ha de dar razón de que el Otro y yo
mo se establece el "para-mí-ahí" del Otro? ¿Cómo se mo- como seres psicofisicos nos hallemos en el mundo, de
tiva la experiencia impática ? que seamos "hombre" el uno para el Otro y de que su ex-
Es en la secuencia del §49 de la VMC , donde después periencia de mí recoja m i saberme constitutivo del mun-
de elucidar los alcances del mundo objetivo constituido do tal com o lo hago en mi propia experiencia de él.

60 61
..
La explicación de la constitución del Otro mundano el del Otro - pasa a ser una trascendencia inmanente
recorre un itinerario que incluye: 1'11 mi primordialidad. En esta esfera sólo mi cuerpo es
a) La aparición de un cuerpo semejante al mío para mí constituido originariamente como cuerpo pro-
b) Mi experiencia de mi cuerpo propio pio . Si ese cuerpo que aparece es aprehendido por mí
e) El apareamiento ('omo otro cuerpo propio sólo puede serlo por una
d) Mi experiencia "como si", autoenajenación . "transposición a perceptiva de mi cuerpo propio". Esta
e) La apercepción analogizante , estructura de repeti- lllOstración no se produce como una percepción pro-
ción. pi amente dicha, ya que ella no puede ser directa ni pri-
f) Posibilidad de verificación mordial mostración de caracteres del cuerpo propio, co.
mo sucede en el caso del mío: "sólo una semejanza vin-
Nos proponemos, en primer lugar, hacer una conside- culante de aquel cuerpo allá con mi cuerpo, dentro de
ración suscinta de estos temas, que Husserl expone en la mi esfera primordial, puede ofrecer el fundamento de
VMC y a continuación referirnos a las objecion~s que el motivación para la aprehensión analogizante del prime-
planteo suscita en K. Held y la respuesta a las mxsmas de ro como otro cuerpo propio" 2 • Debe tratarse de una
A. Aguirre. apercepción, pero una apercepción de un tipo diferente
d Tengo al Otro "en car~e y _hueso" fr~nte a.mí. ~ara de la que tiene lugar en la aprehensión de las cosas. De-
• 1
que sea posible la mediatx.zactó~ de su mtencxonahdad be cumplirse la remisión a una instauración originaria,
t:
1
debe haber en mi esfera pnmordxal algo que haga repre- una referencia a un tipo ya conocido, en una efec-
sentable un "ahí-con", que haga al Otro co-presente: tuación con caracteres peculiares.
debe tratarse de algún tipo de apresentación. Ya cono- Esto peculiar concierne a que, en este ¡;:aso, "el origi-
cemos la a presentación c~mo una operaci~n c~yo fun- nal de la instauración originaria es siempre presente y vi-
cionamiento se hace mamfiesto en la constxtucwn de la viente, por lo tanto la instauración originaria misma si.
cosa: se me "apresenta" la cara lateral del cubo que aca- g·ue estando siempre en marcha, actuando y viviendo" 3.
bo de ver, en tanto lo miro de frente. En este caso Con esta peculiaridad se vincula el hecho de que ego y
siempre puedo verificar el lado apresentado y conver- .alter ego se den necesariamente en un apareamz'ento ori-
tirlo en presente. Esto es imposible cuando se trata de ginario .
apresentar la vida intencio~~l e~:raña. Deb~ tratarse de Con el término "apareamiento" se designa el fenóme-
un tipo especial de presenttftcacxon, entret~]Id~ con una no de presentarse configurado como par (o bien corno
presentación, con un verdadero. da~se en si mxsmo. grupo). Lo esencial en él es ser "una forma originaria de
La motivación de la expenencxa del Otro h a de aquella síntesis pasiva, que frente a la síntesis pasiva de
hallarse en mi esfera primordial , tal como encontramos la z'dentificadón, designamos como asociación" 4 • En
indicado en el sentido mismo de la palabra "alter: alter cu anto a sus rasgos generales el apareamiento funciona
lo es del ego, el que yo soy, en mi singularid~d com~ ~egún los d e la asociación, en lo particular se da un evo-
hombre primordial, como yo personal. que gobxer1_1a mx carse ~iviente recíproco y una coincidencia recíproca ·y,
cuerpo propio y produce efectos en mx entorno pnmor-
~ MC, p. 140.
dial, sujeto de una vida intencional referida al mundo. 3 MC, p. 141/2.
Al parecer en mi naturaleza primordial un cuerpo 4 MC, p. 142.

62 6S
como consecuencia de esto , tiene lugar una "transferen ·
cía de sentido en los elementos apareados" y también "la 111odificación :malogizante lo presenta con su mundo
apercepción de uno de ellos de acuerdo con el sentido l'rimordial corno ego concreto , o bien, como dice Hus-
del otro", sin embargo nada de lo transferido puede ser ~nl "en mi m'ónada se constituye apresentativamente
originalmente actualizado en el ámbito de mi pro· nLra mónada ".
piedad. Es interesante señalar que en este §52 el filósofo trae a
El análisis debe continuar; lo visto hasta aquí no basta 1 olación "una comparación instructiva ". Roza con ello
para justificar la adjudicación al cuerpo-allá de "un d tema por el que se ha dicho que, en la VMC , está
contenido existente de determinaciones psíquicas" que , IC'Lrasado respecto de sí mismo, en cuanto al nivel alcan-
en si mismas, no pueden mostrarse jamás en mi esfera t. tdo en otros textos suyos sobre la problemática de la in-
primordial. Por una parte se trata de establecer lamo· lersubjetividad5. Efectivamente no hace en este punto el
dalidad de verificación adecuada de lo dado en la apre- dc•sarrollo concerniente a la "doble reducción", tal como
sentación e inaccesible originaliter. Como en todos los podría esperarse, por cuanto describe los mismos fenó -
casos se trata de referencia a ulteriores experiencias que tncnos: "el pasado recordado trasciende mi presente vi -
confirmen o desengañen, a nuevas apresentaciones "que viente como su modificación, de un modo semejante el
transcurran de un modo sintético y concordante", que a ~r'l' extraño a presentado trasciende mi propio ser. . . pri-
su vez tiene validez de ser por el nexo de motivación con tnordinal". Tanto en el recuerdo como en la impatía la
las presentaciones de mi esfera primordial. utodificación es un correlato de la intencionalidad que
¿Qué es lo que anuncia al cuerpo propio extraño co· la constituye. En ambos casos se dan presentificaciones.
mo tal? Tan sólo su comportamiento cambiante y con- Mientras se trate de presentificaciones en la esfera de mi
l:ordante, con un lado físico que apresenta lo psíquico. l'ro piedad (es el caso del recuerdo), éstas se centran en el
Si ese comportamiento no se presenta en una experien · tnismo yo; cuando se trata de apresentaciones en mi es-
cía original plenificante, no hay concordancia y des · l(·ra de propiedad, donde se constituye un ego extraño,
\ cubrimos estar en presencia de un seudo cuerpo propio. \O n presentificaciones de un nuevo tipo , cuyo correlato

~~
La verificación se cumple en tanto el primer conteni- c·s "un modifi'catum de una nueva clase", otro yo.
do de terminado está formado por la comprensión del Todavía es posible elucidar más aún, siguiendo a Hus-
cuerpo propio del Otro y de su conducta específica: el w rl, los nexos noemáticos que hagan evidente la posibili-
funcionamiento de sus manos que tocan o empujan o de rlad de una constitución trascendental del mundo obje-
sus pies que andan. El ego es determinado como gober· livo, de modo que ésta a su vez permita una visualiza-
n ando ese funcionar. La verificación tiene lugar l'i6n cabal del idealismo trascendental fenomenológico y
mientras "el estilo formal de los procesos sensibles que llc·gar con esto a uno de los puntos polémicos de la teoría
m e son manifiestos primordialmente" corresponda al ti- rll' la irnpatía: la experiencia "como sz'yo estuviera allá".
po formal que me es familiar en mi cuerpo propio. El modo de darse de mi cuerpo propio es el "aquí".
El extraño es aquel cuya esfera primordial apresenta· l·:~te aquí es una posición ineludible y centralizante, que
da no es plenificable, un analogon de mi esfera de pro· .td scribe necesariamente al Otro en el "allá". Por mis ki-
piedad en cuanto, según su sentido, se presenta como rrcstesias la orientación de mi aquí puede modificarse sin
"modificación intencional de mi mundo primordial": la
~ H ua X V, Iso Kcrn Introducción , p. XX/ XXI.
6.4
65
En re~umen, lo que aparece en mi mundo primordial
dejar de ser centro de orientación aquí. La naturaleza es psíqmco pero no mio. Esto quiere decir que se me pre
espacial única se constituye con una referencia inten- :~~d gobernand_~ su cuerpo propio como centro de s~
cional a mi cuerpo propio como perceptivo. Mi pósibili- _o y como vlendome a mi mismo en ese mundo con
dad de cambiar todo allá en un aquí, "mediante la libre los mismos
· caracteres con que yo lo veo a e'l . Lo veo co-
modificación de mis kinestesias", hace a la posibilidad mo SUjeto para ese mundo respecto del que a su vez m
de que mi cuerpo propio sea aprehensible como cual- dreconoce
. como suJ'eto · y o me aparezco como centro aquíe
quier otro cuerpo fisico que se mueve en el espacio. La . e mi mu_ndo y no en un allá. El aparecer como allá es
inversión del planteo nos da la certidumbre de que a to- mcompatlble con mi ser centro aquí siem re
da cosa pertenecen constitutivamente los sistemas de pres~nten simultáneamente . La experiencia pde : : s~
aparición de mi aquí circunstancial, tanto como los sis- coexistente es .folec~~ariamente
apresentante como res!l-
temas emergentes de cada allá, que pueda ser converti- ta~o de la asoclacwn y lo es "en el modo allá del e o co-
do eri nuevo aquí por mi cambio de posición. Estas con- existente
ego L · (como
ahora . . sz' yo estuviera allál"
'/ , comog otro
sideraciones se vinculan a mi experiencia del extraño. . ~coexistencia m compatible del ego primo d' 1
el aqm y en e1 a11'a, p1er. d e tal incompatibilidad rcuando
1a en
Yo no apercibo al Otro como duplicación de mi mis- e1 allá es el del otro ego apresentado ·desde mi aquí.
mo sino "con modos espaciales de aparición iguales 6a los
que yo tendría si fuera hasta allá y estuviera allá" • El 3. Comunización de las mónadas
cuerpo fisico, que luego se:á del Otro, se me presenta en
el modo del allá y es apercibido como cuerpo propio del En la comunización ~e las mónadas distinguimos ra-
alter ego, con su indicación aquí en su propia esfera mo · das. Ella. se da entre ml ego monádico • que go b'1erna g en
nádica y la intencionalidad constitutiva que produce sus :1
y ~on ml cuerpo propio y ego monádico del Otro. La
modos de darse. ·Se me aparece en el modo del allá y no pnmera forma de comumdad intersubjetiva es la de la
se aparea por asociación directa con el modo de apari · •.laturaleza c~ns_ti~uida a una con el yo psicofísico. Allí
ción aquí de mi cuerpo propio: "evoca reproductiva ~~rg_e la sub~etlvldad extraña apresentativamente con
mente una aparición similar, perteneciente al sistema ;~~t~o y vahdez de subjet~vidad esencialmente propia
constitutivo de mi cuerpo propio como cuerpo físico. 011 ~ tro .. !oda a presentación presupone un núcleo de
el espacio. Me recuerda mi aspecto corporal, como st' ytJ pt esentac10n, en el caso de la experiencia del Ot
estuviera allá'".1 • Aunque no se trata de un recuerdo in 1 ra ta de 'f' ro se
. un~ p:esentl lcaci6n enlazada asociativamente
tuitivo , se da en este caso un apareamiento con mi cuc1 e on una_autentl~a percepción que está unida con ella en
po como unidad sintética del modo de aparición evocu1 l.t· pecuhar
, 1 función de la co-percepcio'n · Es un f und'use
do y de todos los que le son familiares . De este modo 1 1 ' • •~re Sl ta q~ se hallan "en la comunidad funcional de
cuerpo externo allá alcanza analógicamente el sentidn nna ~.e~cepCión, que al mismo tiempo presenta a re-
de cuerpo propio a partir del mio y consecuentemente rl lll'llta , y ~especto del objeto produce la concie~ci~ de
sentido cuerpo propio de otro mundo primordial 111 1 ser el mismo ahí. Este tipo de percepción es trascen-
siempre por analogía con lo que se presenta en el mto •lt-nte, en cuanto pone más que la mismidad-ahí, como
H MC, p . 150.
6 MC, p. 146.
'MC, p. 147.
67
66
ocurre en el caso de la percepción de una casa. En el ca-
Husse~l pone mucho cuidado en destacar que el senti-
so de la percepción del Otro se trata de una percepción
do p~opw de la apresentación impide la identificación
presentante-apresentante, el excedente no percibido co-
~e mi naturaleza primordial con la presentificada. En
existe en la percepción y sólo se apresenta a través de lo
mnu_~~rables textos busca explicitar con la más alta
presentado en una comunidad de función. De esto surge
preclSlon los temas que estamos considerando. Entre
que lo presentado y lo apresentado deben pertenecer a
ellos uno ~el año 19_27, que lleva por título «Percepción
la unidad del mismo objeto. Subrayamos este último
del extran_o. aprop:,a da e znapropzada» cuyo análisis
concepto para destacar que por el momento el análisis
concluye diciendo: 'Hay entonces dos percepciones dife-
circunscribe el ser del Otro en el mundo y no su ser suje- rentes del Otro: 1) la percepción inapropiada, que
to para el mundo. Ha aparecido un ser psicofísico como
comprende en el vacío, la apresentación vacía del Otro
yo. e~ evocación vacía de la constitución pertinente, me-
También importa poner de relieve que todo este de- dian~e la que se da el nuevo cuerpo realmente según per-
sarrollo lleva a Husserl a destacar que el cuerpo del Otro cepci?n Y no como cuerpo propio, 2) la percepdón real
no se mantiene aislado, con función de señal para su efect~~a del Otro como Otro, vale decir la apresentación
A ·~ análogo. Tampoco se mantiene separado de mi cuerpo plenificada se plenifica mediante el nexo de motivación
r~ propio : en mi esfera primordial aparece un cuerpo natu- realme~te viviente constitutivo." 10 En el segundo caso
f( ral que apresenta al Otro yo mediante apareamiento con ha _te_mdo ~ugar y se ha plenificado la presentificación
mi cuerpo propio y con el yo que lo gobierna. Lo apre- antlcipatona.
sentado es el gobernar del Otro en ese cuerpo allá y, me- Son estas ex~licitaciones las que, para Husserl, legiti-
diatamente, su gobernar en la naturaleza que se le apa- n:~n la afirmac1ó~ de 1~ "percepción del Otro" y en rela -
rece perceptivamente , su naturaleza primordial; ésta es CIOn c?n. ella la afirmación de la percepción de un mun-
la misma que mi naturaleza primordial pero difiere en el do objetivo, 9ue es lo mismo que decir: "Percibo que el
modo de aparecer "como si yo estuviera allá, en lugar Otro ve lo mismo que yo" o "Veo el mundo constituido
del cuerpo propio extraño" 9 • ~or mí como con_stituido por el Otro ". Esta experiencia
Esto nos lleva al modo d e darse, de constituirse, en tiene luga: en U:I esf~ra primor~ial, en la que se apre-
ambos casos la propia naturaleza primordial con la ori- senta una mtencwnahdad que trasciende la mía propia.
ginalidad de lo en cada caso propio: unidad de los múl- Destacamos el énfasis puesto por Husserl en cuanto a
tiples modos propios de darse, idéntica en los cambios de que lo que veo no es un m ero analogon, sino que capto
orientación del propio cuerpo, siempre como punto cero con efectiva originali~ad el cuerpo del otro apresentante
de orientación, siempre cuerpo-aquL En la explicitación del otro_ c_u_erpo propiO _Y su realidad psicofísica.
cada uno tiene acceso original a la esfera de lo propio. ~¡ ~n~ISIS d~l contemdo de la experiencia "naturaleza
En la apresentación del Otro los sistemas de efectuación de ?bJetiva-_ pe~mlte consecuentemente afirmar que "el ob-
las síntesis son los mismos, pero el "allá" marca la dife- J_eto e~ SI pnmero es el cuerpo físico-orgánico del extra-
rencia de las percepciones efectivas y los objetos percibi- no, as1 como el hombre extraño es, constitutivamente el
dos, ellos son los mismos pero percibidos "desde allá". hombre en sí primero" 11 , afirmación grávida de con~e-
Io 1-lua XIII , Anexo LVI, p . 479.
9 MC, p. 152. 11 MC, p. 153. .

68
69
cuencias p ara el planteo de la percepción de si misrrio síón de una toma de posición fundada en una informa.
como hombre. ción_ más completa . Es digno d e consideración, en este
A partir de lo visto hasta aquí se hace comprensible el .sent_ld~, _el artículo de K. H eld: El problema de la inter-
camino de la comunización en los diversos estratos: con su bjetzvz~a~ y la idea de una filosofía t-rascendental Je-
las mundanidades de grado superior ocurre como con nomenologzca, ya que allí no sólo se examinan y critican
todo objeto natural, vale decir recibe un estrato apresen- los p:sos ~on que Husserl explicita la experiencia del
tativo , que procede de sus modos de darse para el Otro y extrano, smo q 'l;le se p ropone una corrección al planteo
se une en identidad sintética con el dado en mi primor- del problema. Nos o~_uparemos aquí del primer aspecto.
dial originariedad. Junto ~~~ un proliJo examen de la esfera primordial ,
El final del §55, donde Husserl sigue paso a paso la su ~xpostcwn retoma l?s momentos en que se articula,
constitución de la naturaleza intersubjetiva como prime- segun Husserl, la expen en cia del O tro, reconociendo co-
ra form a de objetividad, identifica la instauración pri- mo p_iedra ~~. to9ue ~e la teoría la fórmula "como si yo
migenia de la coexistencia de mi yo con el extraño, la co- estuviera alh . Smte ttza esos momentos en los siguientes
existencia de nuestras vidas intencionales, con la ins-
tauración• primigenia de una forma temporal común.
cuatro pasos:
.
Esta constatación es de gran importancia por cuanto pa- l . Captación del cuerpo allá, semejante al mío , p or
ra Husserl a partir de ella toda temporalidad primordial apareamiento.
adquiere "la mera significación de ser un modo original 2. Apreh~nsión, como unidad, de mi cuerpo y mi
particular de aparición de la temporalidad objetiva" 12 • cuerpo prop1o .
Llegamos de este modo a rozar un tema que en el último " 3. Transposición de esta unidad al cu erpo "allá" .
Husserl y en la teoría de la intersubjetividad habrá de te- Con esto alcanza pura primordialmente una 'con ciencia
ner la mayor importancia. Este entretejimiento de inten- "como si yo estuviera allá".
cionalidades , temporalidad intersubjetiva, "comunidad '!';
"La_ concien~ia apresentativa 'como si yo estuviera
temporal de las mónadas es indisoluble porque está a_ll~ ~ottva , m ed1ante una determinada regla de su ve-
esencialmente ligada a la constitución de un mundo y de nflcactón la apercepción d e un cuerpo orgánico extr a-
un tiempo del mundo". ño, es decir d e un Otro actuante en aquel allá como ab -
soluto aquí." 1s
4. El sentido de la experiencia "como si"
Para que la apercepción del co-sujeto se logre; debe
Muchas han sido las críticas sufridas por la con cep- mostrarse, en primer lugar, que la conciencia "com o si
ción de la intersubjetividad d e Husserl , la mayor parte y~ e~tuviera allá" lleva a superar el ám bito de la primor-
de las mismas se d irigen a la VMC o bien a lo expuesto dtahdad y en segundo lugar, que una cierta m odalidad
por Husserl al respecto en Ideas II, fundamentalmente y d e su verificabilidad debe motivar ese ir más allá.
en su mayor parte con desconocimiento del contenido de Desde su punto de vista la labilidad d e la estructura
los manuscritos , inéditos hasta ese m omento. En los últi- husserliana reside precisamente en la fórmula "como si
mos años, a partir de 1973, en cambio, h a h a bido oca- yo estuviera allá" : se trata de una "fórmula contamina-
12 MC, p. 156. 13 K. Held, Op. cit, p. 34.

71
da" que muestra el efecto conjunto de dos modos de pre- donar presente en un aquí absoluto, pero se trata de
sentificación. Por una parte el "como" concierne a una una presentificación cuasi-posicional que es irreal , si
conciencia productora de ficciones, fantasía, irrealidad, bien tiene la ventaja de introducir la primera ruptura en
en tanto que el "si" implica realidad porque se vincula al la primordialidad, la primera descentralización, pero en
tiempo, sea pasado o futuro. En el primer caso se trata la forma de un mero "como si". No conduce al Otro co-
de una conciencia cuasi-posicional , en el segundo de fundonante . No puede hacerlo porque no hay posi-
una conciencia posicional. cionalidad y porque una transformación fantaseada de
¿Cómo opero con esa movilidad que hace posible la mi funcionar orgánico en un "allá" no puede conducir a
experiencia indicada? Por una parte puedo imaginar la distinción entre mi funcionar y el funcionar que no es
que un cuerpo-allá es un cuerpo propio, acompañado mio.
de la convicción de que no es verdad. Se trata de una La distinción posicional entre el aquí y" el allá se vin-
representación ficticia, hago una cuasi-transferencia al cula a un segundo tipo de presentificacíón primordial:
allá, pero en rigor permanezco en mi aquí, al que su- la que se relaciona con mi darme aquí o allá por las ki-
puestamente he transferido allá, ese allá presente es mi nestesias de mi andar. En este caso el allá se vincula a mi
aquí. A esta experiencia le corresponde la fórmula "co- pasado o a mí futuro y es imposible como simultáneo.
mo si yo estuviera allá". En síntesis: si el aquí y el allá son ca-presentes, no he
Mi conciencia tiene además otra posibilidad de pre- trascendido mi primordíalidad y mi conciencia es cuasi
sentificarse en un ser allá ella misma, vinculada a su re- posicional, irreal. Si el aquí y el allá proceden de una
cordar haber estado o a su proponerse estar y esto con- conciencia posicional, son presentificacíones de mí con-
cierne a una presencia real, con la restricción de no po- ciencia actual, excluyen la simultaneidad y tampoco
der ser simultánea con mi actual aquí. Esto se formula trascienden la primordialidad. Por eso Husserl para ve-
diciendo "si yo estuviera allá". El verbo, a pesar de guar- rificar la apercepción analogizante debe echar mano del
dar la misma expresión, alude en el primer caso a un efecto conjunto de las presentificaciones posicionales y
irreal, en el segundo a un potencial. Por eso es necesario cuasi posicionales . De este modo logra la simultaneidad
destacar que se trata de una formulación gramatical- del abs~luto aquí y el absoluto allá que es para si aquí,
mente contaminada, que encubre dos proposiciones di- proporciOnada por la conciencia cuasi posicional y logra
ferentes, que corresponde a una distinción de dos tipos "la conciencia apresentativa de la diferencia posicional
de conciencia: la conciencia posicional y la cuasi- de los dos aquí mediante la diferenciación de ambos
posicional. allá" 14 • Si ambas conciencias pudieran actuar conjunta-
En la conciencia posicional lo dado en la presentifica- mente, Husserl lograría su propósito: la conciencia de
ción puede, a su vez, llegar a ser presentificado, en un segundo aquí absoluto, contemporáneo de mi aquí
cuanto llegue a tener actualidad en un presente. absoluto y presente en un allá que percibo d esde aquí.
En la conciencia cuasi-posicional lo dado es precisa- Para que se alcanzara la complementación debiera
mente una presentificación , que en la actualidad no es darse la coincidencia de las dos formas de presentifíca-
posicional. cíón, con las posibilidades de verificación apresentativas
De hecho tenemos la posibilidad primordial de repre- citadas. Esta coincidencia no es imposible: en determi-
sentarnos junto a mi funcionar presente un segundo fun- 14 Op. cit. p . 38.

72 73
nadas posibilidades de verificación pueden coincidir mis el "como si" en la experiencia del Otro, no debe enten-
expectativas de fantasía con la conducta real del cuerpo derse como mera fantasía.
allá . El "como si" de la presentificación toma permanente-
Para Held , Husserl se apoyó abiertamente en esta mente el carácter de presentificación posicional. Es co-
coincidencia, y sin embargo la conclusión no es admi- mo si yo estuviera allá con un cuerpo propio modificado,
sible. Mis expectativas de fantasía se confirman sobre la pero este "como si" no tiene el sentido de una mera fan-
base de la posición de mi percepción del cuerpo allá, pe- tasía ni es arbitrario sino exigido por la exterioridad ex-
ro aún después de la confirmación la representación si- perimentada del cuerpo-allá. Husserl describe la consta-
gue siendo ficticia . "Puede ocurrir cien veces que el ár- - tación posicional perceptiva del bosquejo fantaseado di -
bol allá al que, fantaseando , me he transferido, muestre ciendo que pone , "con certidumbre, con horizontes
una conducta, a mi percepción posicional de él, que
constantemente nuevos, que se plenifican, y que condu-
confirma las posibilidades de comportamiento produci-
cen siempre en la mediación del 'como si' a un nuevo
das a partir de la ficción 'como si yo estuviera allá', sin
embargo la transferencia de mi ser orgánico al allá, con- 'como si' plenificante" 17 • A continuación trae la secuen-
serva a pesar de todo el carácter del 'corno si' "
15 cia de ese texto que precisamente hace referencia al paso
Como conclusión Held afirma que la conciencia de a la posicionalidad de la conciencia de coincidencia. Allí
coincidencia con la que Husserl ha operado lleva a una Husserl afirma que puede ser una ficción intuitiva, una
cuasi duplicación de mí yo y no a una conciencia posi- . representación arbitraria la del yo-como-si en lugar de
cional de un ca-sujeto ca-actuante en :rt1.i primordiali- mi efectivo cuerpo propio aquí tuviera otro allá y tam-
dad. bién tuviera un allá correspondiente a mi presente vi-
Hasta aquí la crítica de Held. viente. "Pero si esta representación se motiva mediante
un cuerpo existente ahora allá, análogo a mi cuerpo or-
5. Examen de Aguirre a la crítica de I-Ield gánico y con esto ella abre un horizonte de
anticipación .. . , entonces esta modificación presentifi-
Held se apoya para confirmar su pu:oto de vista en cante de mi yo es una certidumbre de experiencia ... " 18.
textos de los escritos husserlianos sobre intersubjetivi- Es la presencia del cuerpo del Otro que me es dado con
dad . Aguirre 16 retoma esos textos para analizar la crítica dadidad original, funciona para mí como una m odifica-
de Held puesto que coincide con él en que alli se expone ción de mi recuerdo de mi mismo como presente concre-
más exhaustivamente el rol decisivo de la conciencia to. Este "como si" de la modificación se presenta por el
"como si" en la constitución d el Otro . Los textos citados índice del otro cuerpo y me vinculo con él. Esto no es
por Aguirre, que parcialmente incluyen la continuación una fanta'Sía que la realidad de la vivencia pueda supri-
de los citados por Held, lo llevan a la conclusión inversa: mir . "Con cad a cambio, movimiento del cuerpo allá se
Husserl insiste en que la presentificación co -actuante en indica un como -si- yo- estuviera- allá ... Como modifica-
17 Hua , XIV, p. 500 y sig.
15 Op. cit. p. 4 1. 18 Op. cit. p . 501.
16
A. Aguirre, Die Phiinomen.ologie Husserls ... ; p. 1 5 y sig.

74 75

,j
ción del recuerdo es un modo d e validez. El yo indicado, que Husserl tiene una con cepción clara d e lo que signifi-
presentificado, yo-como-si y existente, es otro yo ... " 19 ca la fantasía como modificación de neutralidad , cuyo
La apreciación de estos textos, y de muchos otros en el sentido racional no cabe plantear. En el caso de que nos
mismo sentido, autoriza a Aguirre a coincidir con Held ocupamos por el contrario subyace la "justificación de la
en cuanto a que para Husserl la presentificación del "co- razón " puesto que se trata de una representación cuya
mo si" se plenifica m ediante la "percepción de la corpo- determinación es exigida p or la exterioridad del cuerpo-
reidad y con esto se alcanza "la justificación allá, "evocada vívidamente" por el cuerpo existente "en
trascendental -fenom enológica de la posición del Otro efectiva realidad perceptiva" , "motivada mediante un
efectivo ". No coincide en cambio con la apreciación de cuerpo existente ahora allá" 2 1 • Esta aparición percepti-
va real excluye la arbitrariedad y la libertad propias de
Held respecto de que Husserl opere con. una combina-
la fantasía. "Estoy sometido a la dadidad y las represen-
ción de conciencias posicional y cuasi posicional , en
taciones evocadas en mí deben corresponderle, o ser
cuanto el filósofo no quiere que la presentificación en el abandonadas o corregidas" 22 • Del mismo modo se corri-
"com o si " sea entendida como mera fantasía. Si así lo gen o confirman mis anticipaciones -como-si respecto de
fuera, puesto que no h ay puente posible entre realidad y ese cuerpo propio: veo un cu erpo propio que se mueve
fantasía, el cuerpo allá concebido como si fuera un se- hacia un ch arco de agua - el ejemplo es de Husserl --
gundo cuerpo propio, en realidad n o lo sería y esta con- allí se "dirigen" sus ojos, es como si yo m e moviera hacia
vicción acompañaría tal conciencia cuasi posicional. Sin el charco de agua y dirigiera a él mi mirada , como si lo
embargo la interpretación del cuerpo allá no se acompa- viera y naturalmente desviara mi camino para evitarlo,
ña de tal convicción sino de la contraria: el cuerpo allá esto est á previsto en el "como si". A continuación el
es un cuerpo propio, de ahí la importancia que reviste cuerpo p ropio allá se comporta como estaba previsto,
para el propio Husserl la correcta comprensión del senti- consecuentemente se completa la experiencia de acuer-
do a lo anticipado. La plenificación de lo previsto con-
do de la experiencia "como si". Por eso en sus reiteradas
vierte en posición la interpre tación presentificante 25 •
referencias a este tema insiste en destacar que no se trata
Aguirre observa que podría suponerse que , dado que las
del tipo d e presentificación que exprese una mera fic- expectativas son m eros predelineamientos dentro del
ción arbitraria, a pesar de la intervención en esa expe - "como si", su plenificación sólo comporta r á una confir-
riencia de la conciencia-fantasía . "Una peculiar si- mación con el mero carácter de "como si". Por el contra-
tuación motivacional me impide introducir arbitra- rio la plen ificación puede operar la transformación por-
riamente una intimidad fantaseada en el comporta- que el h orizonte anticipado de las expectativas está refe-
miento de aquel cuerpo-allá" 20 • rido al predelineamiento d e una aparición, que no es
Para esclarecer la correcta comprensión de esta una fan tasía desvinculada de la r ealidad. Para concluir
su an álisis el autor nos recuerda que cada vez que Hus-
compleja experiencia Aguirre muestra en primer lugar
serl en este contexto afirma que ningún puente une la
19 Op. cit. p . 642 . También citado por K. Held , Op . cit. , p. 40/ 41 , nota
48 . 21 Op. cit. , p . 199/ 501.
20 22 Aguirre , op. cit. , p. 156.
Hua XIV, p. 4 99.
25 Hua XIV, p . 543 y sig uientes.

76 77
!1

fantasía con la realidad ~s para seguir preguntándose si tificadas en el más-mentar. Es importante para el sen ti-
en lugar de una fantasía no se trata de una modificación do de la investigación señalar que Husserl "separa de la
hecha a la manera de la fantasía y de la posición de una m era fantasía" la presentificación a~ticipante, se _tr~te
posibilidad de ser24 y agrega que Husserl siempre respon- de la ca-presente estable en el ámbito de lo percibido
de afirmativamente a esta pregunta. El carácter de re- próximo o de lo que predelineamos vagamente e~ .el c?n-
alidad, que en esta experiencia se confirma, es el de una fín del horizonte externo. Confirma esta exphcitación
presentificación, ya que a la vida consciente extraña ac- husserliana con textos tomados de Fz'losofía Primera y de
cedemos por apresentaciones y nunca por presenta- Ideas I 27 • Todos ellos confirman que la explidtación de
ciones. A partir de mi experiencia originaria de ese cuer- estas experiencias nunca revelará que esas posibilidades
po allá, que se comporta como un yo, tengo "la concreta sean meras fantasías sino que son llevadas por una con-
apercepción del hombre, no sólo como cuerpo, sino co- ciencia posicional. Es importante confrontar la repre-
mo la percepci6n de este hombre" 25 y concluye Aguirre, sentación vacía como mera fantasía, puesto que aquí
"percepción de un 'ahí-con', 'ca-presentación' ". "vacío" tiene un sentido diferente del aludido en el caso
Para explicitar aun más el tipo de fantasía "atada", del "horizonte vacío"; en el primer caso se trata de una
"sometida" que interviene siempre en la percepción nos expectación vacía, inmotivada y se la llama también in-
ofrece un estudio comparado de la experiencia del Otro motivante. "Lo real posible es lo experimentable , pero
y la de la cosa 26 • Allí hace explícito que tal como ocurre lo experimentable está siempre vinculado a una motiva-
con la presentificación en la apercepción del Otro, la ción" 28 . Aguirre destaca que se trata de un resultado
cual no tiene validez como mera fantasía, ocurre con la importante de la Consideracz'ón fundamental de Ideas
explicitación de la experiencia de la cosa. Así como en el !, donde se nos dice que al afirmar lo experimentable no
primer caso el cuerpo, él mismo presente en mí primor- se hace referencia a una vacía posibilidad lógica sino a
dialidad, es el factor desencadenante de presentifica- una motivada en el conjunto de la experiencia, así como
ciones que se vuelven conscientes como anticipaciones también que "la motivación es en cierta medida el limite

~1
de lo que presumiblemente se presentará; en el segundo de la capacidad de imaginar". Llega con esto a un con·
caso tiene lugar un desarrollo semejante. Tal por cepto esclarecedor para este probl~~a: el_ de "fantasía
ejemplo, la percepción de esta habitación en que me en- restringida" ("gebundene Phantas1e ): SI fantaseo la
\
cuentro: la.verdadera habitación se incluye en el ámbito mesa que ahora tengo presente, no soy libre sino que mi
de lo posible, vale decir lo experimentado. Esto quiere captar y mi tener esa mesa como directamente encontra-
decir que la parte efectivamente experimentada incluye da, restringe mi libertad de ima?i.narla .. La fantasía_ no
otras: los costados de la casa, las casas que la rodean, las es tampoco libre en el caso antiCipatono de un objeto
calles, aún el paisaje lejano están vagamente·preindica- que todavía no h~ sido dado, tiene límites prescriptos
dos como "un horizonte vacío abierto de la infinitud del por los demás objetos dados . . .
ser posihle" . En este horizonte consiste el más del "más- Aguirre vincula esta fantasía restnngrda con la que ya
m entar" (Mehrmeinung), en las potencialidades presen- encontramos en la experiencia del Otro, en cuanto es
24 Hua XV, p. 251, nota l. 27 p . 148, 149, 405 y 452.
FPr 1/,
25 O p. cit., p. 356. 28 A. Aguirre, Óp. cit. , p. 159, cita en este sentido Ideas / , p. 11 2,
26 A. Aguirre, Op . cit. p. 158 y sig. 123/ 25.

78 79
taba" . En el seRUndo texto citado Husserl llega al funda-
una estructura común con la experiencia de las cosas. u 4 ' •

mento de la "evocación de la representaCión como s1 yo


La "fantasía restringida" en la exp eriencia del Otro son estuviera allá' ". Tal fundamento es la posibilidad real
las p resentificaciones "como si" y también pueden en· de la conciencia kinestésica "como si yo estuviera en
tenderse "como si" las presentificaciones de la anticipa - a quel lugar" , como si, tal coro? puedo ha~e~l.o, yo fuera
ción de la cosa, "como si yo ahora las estuviera viendo ", a aquel lugar. Tengo conciencia de la pos1b1hdad ~e esa
si bien Husserl no lo dice explicitamente. modificación en mí 51 • Pero d e ella obtengo aun mas da-
El siguiente punto que le interesa destacar , en r ela- tos, dentro del estilo de lo organismico, puedo· pensar
ción con el tema anterior , la comunidad d e dos modos modificado como quiera mi cuerpo propio , su entorno,
de experiencia, la de la posibilidad real y vacía . Si lapo- en particular como se vería desde allá. Estas son mis "po-
sibilidad vacía fuera fantasía, también lo sería en la ex- sibilidades efectÚXLS, las que puedo pensar en ge~eral en
periencia del Otro. el m arco de mi yo puedo" . En tercer lugar se refiere bre-
Aguirre nos recuerda que en un texto de los años 1914 vemente a las MC para mostrar que la exégesis llevada a
o 191529 Husserl vincula ambos sentidos d e posibilidad cabo h asta aquí concierne a lo que en ellas se alude con
en la experiencia del Otro: "La posibilidad del sujeto la expresión "como si yo estuviera allá".. .
fantaseado como sujeto puramente fantaseado es una La consideración de estos textos permite conclmr que
posibilidad vacía. No es una posibilidad rea l m otiva da "la adjudicación de un cuerpo propio tien e lugar dentr~
mediante la dadidad". En la continuación del texto del marco de la conciencia real posible de m1s
cuando se alude a perceptibilidad , vale decir a "experi- cambios" 32 . Husserl no admite la participación d e la
mentabilidad", (de la que sab emos que es una posibili- fantasía en toda fórmula de constitución del ser real. El
dad motivada en la conexión de la experiencia), la que "como" de la fórmula, m erced a su arraigamiento en lo
se adjudica al yo fantaseado cuando concibo su r ealidad real como posibilidad real motivada , tiene ca_ráct~r ~os~­
efectiva como mostrable. cional. Ni siquiera el "si" anuncia una conc1enc1a flct1·
El autor cita tres textos 50 para hacer aun más clara la cía cuando la concordancia de sus posibilidades de veri-
expresión del pensamiento de Huserl acerca de la fun- ficación conducen a un irreal, en el sentido en que yo digo
ción de la posibilidad real en la experiencia del Otro. En que "me hubiera comportado de tal modo" si "m e hu-
el primero de esos textos afirma que es posible cambiar biera movido hacia allá". En estos casos n o se trata de la
fantaseando el color o el movimiento de una cosa en irrealidad de una ficción sino del no presente de la eje-
cuanto estos son esenciales , forman parte d e las posibili- cu ción , en el caso ella podría o hubiera podido efe~tiv~ ­
dades reales incluidas en su sentido. ¿Cómo alcanzamos zarse. Concierne a la irrealidad de lo "meramente mdl-
una real posibilidad en la experiencia d el Otro? Ella cado", "m eram ente experimentable", lo "m eramente
procede del h echo de que yo puedo ir donde el Otro es- posible". .
tá, si él, si su cuerpo propio abandona el lugar . De modo En conclusión Aguirre se pronunc1a contra el punto
que "puedo transferirme al lugar de cada uno, p ensar de vista de Held , quien distingue en la fórmula "como si
que sigue moviéndose y moverme hacia allá, donde él es- estuviera allí" dos tipos d e p resentificación, posicional y
29Hua X III, p. 312 y también p. 296/ 299.
50Hua XV, Texto N° 15, p. 245 y sig. , en particular Nota l. p. 251 , Hua 32 Aguirre, Op. cit. , p . 161.
XIV, Texto N° 30, p. 498 y sig. y por fin un texto de MC, p . 152.
81
80
cuasi posicional. Acepta la diferencia señalada por Held. B. LAS LECCIONES DE 1926/27
entre la conciencia-como-si como modificación fantase-
ada y la conciencia -como-si- como modificación kinesté-
sica. Pero en la experiencia del Otro .ambas conciernen a
una conciencia posicional. Según las propias afirma-
ciones de Held, <J.l suprimirse el carácter cuasi posicional
por él atribuido a la conciencia-como-si, queda de-
mostrado el paso efectivo a la posición del Otro.

l. Detenido análisis del "apareamiento"

Los textos vinculados a la segunda parte de la Lección


Introducción a la fenomenología, del semestre de invier-
no 1926 / 27, resultan significativos para la elucidación
del fenómeno del "apareamiento".
Estas Leccz'ones 1 revisten importancia, entre otras ra ·
zones, porque introducen a la fenomenología sin apo-
yarse en la idea de un conocimiento apodíctico y de la
reducción al ego cogito apodíctico. Su punto de partida
es la idea de una ciencia universal, habida cuenta de
que sus conceptos fundamentales carecen de una justifi-

~1
\
cación radical. Esto lleva a Husserl a reflexionar acerca
del mundo de la experiencia pura, al que en Crisis deno-
mina "mundo de la vida", que precede a toda ciencia, y
a analizar sus estructuras (ontología). Contrapone a la
ciencia de la naturaleza la idea de una psicología pura,
que se apoya en la experiencia de sí mismo y la experien-
cia del extraño.
Hay una línea de continuidad temática entre las Lec-
ciones de 1910/ 11, que parten del concepto natural de
mundo y extienden la reducción fenomenológica a la in -
tersubjetividad y estas Lecciones de 1926/ 27, que a su
vez, en este sentido, resultan antecedentes de Crisis.
1 Ver l. Kern , Hua XIV, p. XXVII y siguiente.

82 83
Los textos no articulados que conciernen a la segunda ción directa" . Se trata de un a presentación mediata que
parte de las L eccion es 2 estudian el problema de la expe- se funda en la asociación aparente. En segundo lugar y
riencia psicofisica . A este respecto y respecto de la "ex- con igual importancia se trata de la respuesta al proble-
periencia original" introduce la reducción trascendental ma de cómo se mediatiza constitutivamente la semejan-
fenomenológica, para continu ar con el análisis de la ex- za, fundamental para la asociación, entre el cuerpo pro-
periencia del extraño que nos interesa en p articular. pio y el cuerpo externo, teniendo en cuenta que sus po-
Husserl vuelve a señalar en estos textos la idea de que ]a sibles modos de aparición son intrínsecamente diferen-
apercepción de sí mismo como "unidad psicofísica obje- tes. La salida se encuentra en el análisis de la constitu-
tiva hombre" no es una apercepción original puesto que ción del espacio, o sea en la remisión constitutiva de to-
se basa en la impatía. do movimiento y alejamiento corporal externo , a un
Después de someter la experiencia original a reduc- "m(_)vimiento kinestésico" propio.
ción y estudiar en ella lo psicofísico, su cuestionar se El problema del apareamiento; como asociación de
orienta a responder la siguiente pregunta: ¿Cómo es la semejanza entre dos objetos corporales, en el marco de
motivación que, dentro de la experiencia original, pro - un presente actual de percepción, encuentra su funda-
mueve presentificaciones en la función de la constitu- ment? teórico en el a~ális~s general del mismo6 que lo
ción de nuevos objetos presentes, cuya determinación descnbe como la expenenc1a en que los objetos se vincu -
esencia] es no ser originalmente perceptibles? Se trata de lan dando lugar a una formación de sentido conjunta ,
la determinación del Otro , del alter. "3 que se cumple simultáneamente en ambos objetos, "fun -
l. Kern señala que, desde los textos de 1914 o 1915, dante y fundado son uno y otro inseparables", "la sínte-
son éstos los análisis que más profundizan en el proble- sis es a una con la existencia de ambos" 7 • Se trata de dos
ma de la "percepción del hombre" y que en ellos Husserl datos, intuitivamente dados en unidad en la conciencia
ha llegado "a una cierta solución". A ellos alu de el filó- en pura pasividad, con independencia del "giro-hacia':

~1 sofo en Lógz'ca formal y trascendental 4 cuando m en- yoico. Es peculiar en este enlace de semejanza el carácter
ciona las "difíciles investigaciones particulares" poste- de reciprocidad que lo singulariza, se trata de una evo -
riores a los logros de las Lecciones de 1910/ 11, que ha- cación viviente recíproca, de una unidad fenomenal en
bían de reso lver el problema de la intersubjetividad y del recíproca evocación. Este rasgo lo distingue de la identi-
\
solipsismo trascendental. "En ellas la teoría husserliana ficación reproductiva. El apareamiento no resulta de la
de la impatía . .. encuentra por primera vez una forma en rememoraci~n reproductiva sino que tiene lugar en el
sí cerrada, de hecho completamente elaborada." 5 plano retenc10nal del presente viviente: " ... se dan diver-
Los logros fundamentales de Husserl conciernen, en sos grados de la 'fusión' asimilante, que sin embargo es
primer lugar , a la explicitación de que la actualización un tensar-se de la presentificación retencional según lo
de la experiencia del extraño no tiene lugar por un nuevo, en la medida en que sin embargo lo viejo conoci-
"agregado aperceptivo", vale decir por una "apresenta- do vuelve a encontrarse en lo nuevo 'sólo asemejado' y le
presta en participación el carácter de lo conocido." s
2 O p. cit. , p. 393 y siguientes. 6 Op. cit., 530 y siguientes.
5 Op. cit., p. 474. 7 Ms. A. VII 13, p. 23,. citado por l. Yamaguchi, Passive Synthesis u 11 d
4 LFT, p. 215, nota. In termbjektivitá"t bei E. Husserl, p. 59.
5 I. Kern, Hua XV, p. XXXIV. 8 Hua X IV, p. 532.

84 85
Husserl aplica este fundamento general al caso d el cuer- minacion es internas constituyentes (figura, color , etc.),
po extraño experimentado junto con mi c uerpo propio, "cada d eterminación es unidad de la multiplicidad de
experimentados con una orientación tan diferente que escorzos" ; por eso el término utilizado para expresar la
excluye para cada uno la orientación del o tro, e inme- presentación de un cuerpo visual es "perspectiva". Lo
diatamer.te enfoca el problema de cómo es posible me - presentado se da en sí mismo en una proximidad ópti-
diatizar esta semejanza que vincula conservando esa di- ma . L a percepción de la cosa mediante perspectivas
ferenciación esencial. Es a la búsqueda de esta condi- tiene dos componentes intencionales, en el sentido de
ción de posibilidad a lo que está dedicado el extenso dos presentaciones prevalecientes: cada escorzo tiéne su
análisis con que concluyen estos textos de 1927. El mis- horizonte intencional en la cosa visual a que pertenece,
mo concierne a la referencia constitutiva de todo movi- la indica y junto con esto indica la orientación del cuer-
miento corporal externo al m ovimiento kinestésico pro -· po visu_?l en relación al cero d e la posición d el cuerpo
pio. Husserl llega a estudiar la experiencia de los m o vi- propio. El cuerpo visual, mediante aproximaciones su-
mientas y de la igualdad y la semejanza d e m odos de m o- cesivas, se acerca desde un "óptimo relativo" a un "ópti-
vimientos .partiendo del estudio de la experiencia de la mo único". En este proceso se funda una tipicidad , una
iguald ad y semejanza de los cuerpos según su contenido normalidad y una anormalidad de cada cuerpo.
phantasmal. El análisis del campo táctil lo describe con caracteres
El desarrollo comienza centrándose en el tema de la propios. Carece de perspectivas, la tipicidad de la cosa
constitución del espacio en la esfera de la experiencia es la tocada con las m a nos y las kinestesias de a proxima-
original. Presupuesto para el mismo es la libre disposi - ción o alejamiento pertinente a las manos establecen las
ción de un sistema kinestésico . Se analiza el campo vi - primeras diferenciaciones entre "cerca" y "lejos" . En es-
sual y el campo táctil. Por una parte tal kinestesia cons- te caso la constitución de un cuerpo normal se vincula a
tituye phantasmas, cosas sensibles, por otra constituye el uno de regular tamaño , que no cambia si no cambia la
a utomovimiento del cuerpo propio y el movimiento de posición del cuerpo propio y que se mueve si debo cam-
otros cuerpos, vale decir que "constituye el lugar y el biar, reproduciendo las kinestesias que me permiten al-
cambio de lugar como determinación general de los canzarlo. El ordenamiento kinestésico y el phantasma,
phantasmas". producen como determinación esencial d e cada cuerpo
En lo que concierne al cam po visual, el "cuerpo" que el lugar que le pertenece en el "espacio" y "el 'espacio'
aparece como el mismo, en la constitución del phantas- como sistema continuo de objetos posibles, en el que a
ma visual, recibe como nueva determinación la de su lu - cada 'punto' t áctil-diferen ciable del phantasma pertene-
gar espacial, d e su orientación relativa respecto del cuer- ce un lugar diferente y el lugar total del cuerpo, por así
po propio , originariamente orientado kinestésicam ente decir, es la imagen d e un lugar típica, el sistema de lu-
de tal o cu al modo. Se modifica según su presentación gar que se constituye mediante los lugares singulares." 9
cerca-lejos y recibe una "significación" de cosa orientada Todo punto palpable del phantasma táctil tiene respec -
de una cierta manera en relación a un movimiento in di - to de cualquier otro su distancia fija relativa. Mediante
cado kinestésicamente mediante la situación fáctica ki- la kinestesia d e distancia cada uno de estos lugares se re-
nestésica, y pasa a ser cosa lej an a o cosa próxima . Cada viste de una nueva indicación , con lo cual alcanza no só-
"cosa" o "phantasma" visual se escorza según sus deter- 9 Hua XIV, p . 537.

86 87
lo el lugar que le corresponde en el phantasma sino su rimentar su propia existencia espacial; según su forma
lugar en el espacio al que pertenece el phantasma . En él espacial y sus determinaciones "pertenece al espacio
se separa el esp acio que coincid~ ~on "la for~a del cuer- próximo, al fenómeno originario del espacio y a su ser
po", mediante cambios de postctón deter~mnad~s me- originario que tien e la forma del verdadero ser". Por eso
diante kinestesias cambiantes , o sea a partir del sistem a su forma es determinada como la verdadera forma que
de lugar fijo del espacio se separa un sist~ma particular. permanece constante como modo d e aparición conjunto
Los cambios kinestésicos posibles determman nuevos lu- en el cambio de las kinestesias y como parte del verdade-
gares en los cuales, si se mantuviera la posici~n ,_ el cuer- ro espac10.
po táctil podría aparecer en reposo, como tactrl. De la ¿Cómo tiene lugar la constitución del movimiento co-
combinación a p artir d e cada posición alc;anzable, de la mo conservación de la identidad cósica cuando, en la
locomoción en el lugar y la locomoción hacia la distan- restitución de las antiguas kinestesias, no resulta plenifi-
cia, "resulta el sistema de posiciones locomotrices que, cado el mismo campo espacial original?
incluidas en la intenciona lidad , p roducen el espacio tác- Mi cuerpo propio es el "objeto originariamente mo-
til homogéneo del reposo y el movimiento de los cuerpos . vible". Toda cosa es en si en la medida en que movién -
El espacio total es dado como espacio de los cuerpos da- dose la pongo a mi alcance, d e modo_que ti~ne un~ "~i~­
f
1
dos" . 10
En el campo visual, donde se dan los modos de ~p~ri ­
tancia" que determino media nte la kinestesia, su sigmfl-
cación es relativa, tien e una referencia a mi cuerpo pro-
ción d e las p erspectivas, si bien éstas alcanzan su sigmfi- pio como cuerpo cero, entendi~o esto con_ una doble di -
cado mediante la locom oción, no actualizan el lugar en rección: dista de mi cuerpo y mi cuerpo dtsta de la cosa.
el espacio q u e ella delínea, cosa que efectivamente tiene El espacio tiene el carácter de un sistema de posi~iones.
lugar en la aparición táctil. . . Las cosas reciben la determinación de su separación re-
¡
Lo "espacial originario" es la presencia espacial, el cíproca porque puedo moverme al lugar de las un~s y de
•' modo de aparición del espacio es espacio orientad~ , esto las otras, esa separación es la de mi cuerpo prop10 res-
explica la relatividad con que los lugares del espaCl? son pecto de cada una. En este contexto aparecen ciertas co-
d eterminables en la experiencia. El mundo esp aCial es sas que por si mismas cambian de lugar respecto ~e mi,
d ado en la form a d e la presencia mundana orientada su m ovimiento no está condicionado a las kinestesias de
\. alrededor de m i cuerpo propio. Lo que no llega a la pre- mi cuerpo propio . "Con la experiencia del moviT?i~nto y
sencia efectiva es "horizonte abierto indeterminado" . El de la igualdad y semejanza de modos de movim~entos
espacio orientado de la presencia espacial es el núcleo a tiene lugar algo diferente de lo que su ced e con la Ig~al­
partir del que se constituye el espacio homogéneo. En dad y la semej anza de los cuerpos según su contemdo
cada presencia en el espacio "objetivo" está mi c~erpo phantasmal. " 11 En principio aquí también d eb~
propio "ahi-con ", sit>mpre como centro _actuahzado cumplirse la relativización de la posición respecto de mi
correspondiente a la actualización del _espacto y ~1- ~un­ cuerpo propio, de su posición y movimiento kine~tésico.
do . Como objeto cero , mi cuerpo prop10 es con~I~lOn de Sin embargo en lo visto hasta aquí lo que se c_onst~tuy~ es
posibilidad de los otros obj~tos . Su actuar p~rctpiente es "el sí mismo, el óptimo que se presenta en tmphcactón
pertinente no sólo al expenmentar natural smo al expe- intencional mediante las perspectivas de separación".
lo Op. cit., p. 538. 11 Hua XV, p. 512.

88 89
perspectivas diferentes porque yo me muevo y traslado
Cuando se trata del cuerpo propio no es el caso de un · mi punto cero de orientación. La posición de los cuerpos
cuerpo en relación de separación de un tercero. En este en el espacio y su distinción de mi se funda en el espacio
caso se constituye, mediante mi kinestesia de distancia la originario experimentado en mi movimiento efectivo ha-
determinación del sentido del movimiento como una cia la posición "de" un cuerpo. Este desplazamiento y el
".captación homogénea" con mis propios movimientos y subsiguiente hacia la posición de un segundo cuerpo ge-
t~po y magn~t~d de movimientos, aquellos que yo haría neran la comprensión del espacio homogéneo y de la po-
SI me transfinera al lugar del cuerpo que ahora se me
sición relativa de los cuerpos en el mismo y del espacio
aparece como moviéndose a partir de si mismo. Con esto propio de cada cuerpo, coincidente con la forma que re-
llegamos al "fenómeno del par". "Mi cuerpo es un cuer- sulta de la síntesis de sus p erspectivas.
P.o c.omo otro. Si ~oyahora al mismo tiempo a aquel mo- Quiere decir esto que en todos los casos la experiencia
vimie~to, el sentido de un movimiento propio posible
de la identidad de un cuerpo diferente del mío se funda
del mismo modo, así la relación conmigo evocada me- en la experiencia, mediante las propias kinestesias, del
diall;te la. semejanza, la coincidencia que reside en su espacio originario. En el caso de la identificación del
sentido, sm más dará ocasión de vivificar esta significa- Otro como alter ego, como extraño, también funciana
ción." 12
{'
1
·

Podemos retomar lo dicho hasta aquí en los siguientes


la experiencia de mi desplazamiento hacia allá; esta ne-
cesidad actual del movimiento que suprima la distancia,
t~rminos: si las kinestesias constituyen el espacio origina-
funda la alteridad , asumida y sintetizada con las seme-
no y los cuerpos en el espacio, como diversos del que se janzas entre .mi cuerpo y .el otro por la experiencia apa-
halla en el punto cero de orientación, en cuanto están reante. Ella mcorpora la mformación de su movimiento,
cerca o lejos pero no en el mismo punto cero de orienta- como movimiento que evoca mis kinestesias y produce el '
ción, .cuando aparece un cuerpo, por ser igual al mio se apareamiento con el sentido "alter ego" que afirma la si-
¡/ ' constituy.e como par , como par y no como idéntico por- multánea identidad y alteridad respecto de mí.
que median entre ambos mis kinestesias de distancia. Se Es posible establecer una gradación en la experiencia
presenta además moviéndose por sí mismo y evoca las ki- que conduce a la constitución del sentido "hombre psi-
!\, nestesias que yo tendría si estuviera allá. Concomitante -
mentes: constituyen como par no sólo como cuerpos ex-
cofísico". Hay un apareamiento de sentido de los cuer-
pos y de los cuerpos propios como momentos preceden-
tern?s smo como cuerpos propios en apareamiento a per- tes a la constitución del otro como gobernando su cuer-
ceptivo de nuestro ser cuerpos propios diferentes. P.o propio. En general en la explicitación de la experien-
. L_o que funda e~ apercibir a lgo semejante a mí, pero Cia apareante aparece el rasgo de la evocación recípro-
mtnnsecamente diferente, es una forma d e identificar ca que es esencial para la equiprimordialidad de los ele-
las alteridades en general en el espacio, como aquello mentos del par . Cuando llegamos al citado estrato cons-
que palpo en el espacio próximo pero no ert "mi" lugar o titutivo tal evocación recíproca aparece con rasgos en los
que veo por perspectivas, moviéndose y present ándose que import a detenerse: se trata de elucidar los rasgos de
por perspectivas diferentes y afirmando desde mi sumo- la "estructura de repetición" 13
vimiento, en cuanto es acompañado por la modificación
de mis kinestesias, o permaneciendo fijo y ofreciendo
12 Op. cit., p. 545.
91
90
r

l. La experiencia de la constitución recíproca como Otro me apercibo a mí mismo como el que los
Otros aperciben con ese carácter de objetividad: mi na -
Un tema de particular importancia en la fenomenolo- turaleza original alcanza la significación de naturaleza
gía de la impatía es el de la constitución recíproca. Ella objetiva. 15 Para los Otros mi vida es una unidad vincula-
concreta el argumento más claro contra la objeción al da a un cuerpo externo, experimento el mundo como al -
supuesto solipsismo husserliana. En las Medz"taciones go subjetivo y sin embargo se trata de lo mismo que ellos
Cartesianas, encontramos una elocuente referencia: experimentan , este saber de los Otros del que yo sé, es el
" ... Si, entendiéndolo desde dentro, me sumerjo, más "desvío" mediante el que me experimento como
profundamente en el horizonte de lo suyo propio, pronto hombre. "El Otro es el primer hombre, no yo". 16 Esta
caeré en la cuenta de que, así como se encuentra su experiencia hace posible la identificación como mundo
cuerpo propio en el mío, del mismo modo mi cuerpo en sí, del mundo constituido para cada uno como "mío".
propio se encuentra en su campo de percepción y que él En la experiencia impática, en la medida en que "co·
en general me experimenta sin más como Otro para él, tal asumo" las experiencias del Otro, capto lo que ellas han
como yo lo experimento como mi Otro". 14 Tal síntesis ha constituido para sí, como "el polo idéntico", de mis pro-
sido hecha posible por la extensa elaboración de este te - pias experiencias para mí. Además respecto de los Otros
ma llevada a cabo en los textos de 1927. supuestos, tengo la certidumbre de que debieran experi-
Ellos revelan en su desarrollo los múltiples aspectos mentar lo mismo. 17 El sentido de los objetos sólo se al-
que esta experiencia incluye y subrayan que la relación canza en relación a la experiencia de la comunidad que
de este recíproco saberse Otro para el Otro funda la con· no es otra que ese común saber uno del Otro.
cepción del mundo objetivo. Se trata de un rasgo que Al estudiar pormenorizadamente el apareamiento en
aparece en un nivel avanzado de constitución, el del la experiencia del Otro 18 elucida Husserl la estructura de
hombre psicofisico. Sin embargo si hacemos un corte en repetición aplicada a las apariciones sensibles. En el
el proceso de la impatia, en el momento correspondiente campo de percepción presentificado del Otro aparece
al apareamiento de mi cuerpo con el del Otro aparece mi cuerpo propio con las mismas características que su
también la reciprocidad, a la que Husserl, por descubrir presentificación tiene en mí, vale decir que coincide con
en ella su carácter pasivo , califica como imperfecta. Esto lo que yo experimento como el punto cero de orienta-
no anula su calidad de fundante en la explicitación de la ción de mi cuerpo propio . Esta afirmación encuentra su
imp atia. fundamento en la solución, "la mejor solución" al decir
Cuando el apareamiento de los cuerpos propios es de Iso Kern, propuesta por Husserl para la experiencia
asumido en la experiencia "otro hombre" surge la certi- impática. Se trata de un rasgo esencial de la asociación
dumbre de que es tal precisamente porque afirmarlo es en su carác ter de síntesis pasiva: la evocación recíproca.
captar la estructura de repetición que es su subjetividad En la copresencia de un original evocante y un original
constituyente de la mía. El Otro se m e aparece gober- evocado se cumple la asociación. Ella implica a su vez el
nando su cuerpo y produciendo movimientos que, para "recuerdo" del evocante que se presenta en el evocado.
mí y para todos, tienen significado de movimientos obje - 15 Hua XIV, p. 4 10 y siguien:es.
tivos . Como consecuencia de esta aprehensión del Otro 16 Op. cit. p. 4 18.
17 Op. cit. p. 419/ 20.
14 M C, p. 158 y también p. 142 y sig. 18 Op. cit. p. 523 y siguientes.

92 93
r

"Solo porque el recuerdo es eso, es semejante al original


y se presenta la coincidencia nuevamente en la compa- C. LA INTERSUBJETIVIDAD
ración como una clase de congruencia, sólo que ahora la COMO COMUNICACION
asociación también evoca inversamente y con necesidad,
y también a la inversa, en el evocante originario se ase- SOCIAL
m eja su contraparte . Así sucede con toda semejanza de
dadidades ca-presentes". 19 En el caso de lps cuerpos pro-
pios la asociación se d a como apareamiento: "Un par se
d~staca unitariamente y tien ~ su propia unidad precisa-
m ente como par. Es un modo subjetivo, una · unidad
enlazante 'subjetiva', de las cosas como percibidas, como
'apariciones': la una señala hacia la otra . .. la toma de
conocimiento tiene el carácter de una repetición ... uní -
dad fenomenal en reciproca evocación ... " 20 En los manuscritos d~ 1921/ 22, que llevan como título
El espírz't'IJ, comunitan·o I y JI, Husserl hace fenomenolo-
gía de ·un alto estrato de constitución intersubjetiva:
se trata del ámbito del espíritu comunitario, del fenóme -
no social. El punto de ~tida es el "acto social", como
"diferentes posihlzdááes de vinculación d e las mónadas
a través del enlace de sus yo-sujetos". Con detenimiento
y precisión estudia también el tema de las unidades so-
ciales d e orden superior, a las que ya había dirigido su
atención en Ideas 11. Esta escueta presentación resulta
una caracterización poco elocuente para textos quepo -
nen a nuestro alcance el altísimo grado de sutileza, el fi -
nísimo espíritu con que el filósofo se interna en la feno -
menología de los sentimientos y la comunicación . 1

l . El acto social y la comunicación yo-tú

El primer tema abordado por Husserl es el de la ca-


racterización del acto social. En primer lugar lo circuns-
cribe n egativamente: no es un acto social el que se orga-
niza a partir d e una constitución impulsiva del mundo
coronada por la libre deliberación, aquel que resulta de
la "razón " y los "obj etos de razón ", "objetos técnicos" y
19 Op. cit. p . 529/ 30.
20 Op. cit. p . 530 / 31.
1 Hua XIV, p. 165 y sig uientes .

94 95
provoca el inte;rés ajeno, se capta mi propósito de "indi-
"métodos pensados" par;;:3 alcanzar fines prácticos como cación" h acia la meta.
el logro del placer o el ale jamiento del peligro. Tampoco En el mismo sentido resultan comunicativas en la si-
el amor materno o el amor a los padres es ejemplo de ac- tuación de contacto , las expresiones como refl~jos natu -
to social. No me alegro cvn ellos por algo que nos regoci- rales orgánicos frente a acontecimientos externos cuya
ja , sino que me alegro porque ellos están ale~es o me presencia no había sido captada por el Otro. '
apena su tristeza . lnter~i.ene en esto ur:'" aler-arse por su Hay aún otro tipo de comunicación, que se aplica a ,
existencia, por comparu=-:- con ellos la vida. El amor de- aquella de que somos destinatarios quienes reflexiona~
termina el interés por la existencia ajena, el odio un in- mas sobre la propia obra del filósofo: se trata de la co -
terés por el daño ajeno, su aniquilamiento. Estos no son municación al ausente , respectivamente por parte del
actos sociales ni actos .de amor propiamente social. " 2 ausente , al Otro en la distancia temporaL El yo y el t ú
Tampoco se configura.. un acto social cuando hago al- ~o están en_ con.tacto, los separa la distancia temporal,
go cori intención de que el Otro se comporte de determi ! el .~tro est.~ ubicado en un futu~o tardío", p~ro "manos
nada manera en funcióo. de lo hecho por mí, pero no lo espintuales se alcanzan por encima d e esa distancia. El
hago de tal modo que to:JUe necesariamente en cuenta lo que recibe el mensaje reconoce al emisor como no pre-
que hago. Sólo sobrevieoe el acto social cuando mi acto sente, como habiendo vivido en el pasado. Tal comuni~
está presidido por la voh.1ntad de co~unicación. cac~ón se da no sólo en el caso de la obra del pensamien-
A través de los ejemplos que el filosofo propone está to smo en la trascendencia d e la creación estética, en to-
claro que , para él en este momento , la forma del discur- do aquello persistente que el hombre haya concebido
so oral es sólo una entre l as demás formas de comunica- para el Otro_
ción igualmente importantes. J':1i expr~sión para atraer En p áginas de profunda penetración describe Husserl
el interés del Otro puede revestir en pnmer lugar forma la común voluntad práctica. No es una mera comunica-
gestual o bien hacer intervenir ese medio privilegiado c!ón sino u na comunicación que es medio para la ej ecu -
- del que Sartre hará u:n tema de predilección - la mi- Ción de la acción subsiguiente por parte del Otro. Es el ca-
rada. Quiero atraer su atención , dar comienzo a la co - so. de la relación del "señor y el servidor" . Comunico mi
municación: lo miro. Ci ertamente Husserl reconoció el voluntad y el Otro para evitar circunstancias dolorosas
valor del discurso en la configuración del mundo, pero a.ctuará co~o yo deseo . Así mi voluntad puede conver-
la precisión de su señala~iento invita a concebir ~a posi- tirse en motivo de su querer permanente. Se ha creado
bilidad d e un mundo aruculado por una comumcación una relación personal p ersistente por m edio de un hábi -
exclusivamente gestual y visual, que no hubiera sido in- to universalizado: yo ordeno como señor, él obedece co-
terferida por la indiscutible riqueza de la palabra. En mo servidor, tiene conciencia de h aberse sometido-, de
todo caso no atraigo la atención necesariamente por la estar sometido y tiene conciencia de la obligatoriedad de
pal abra, ni es la palabra el único medio de comunica- su quehacer . El ruego también es una comunicación
ción. Si mis actos de despertar su atención son ade- o~erante, que pued e tener carácter pasajero . La comu-
cu ados, el otro debe interpretarlos precisamente como mdad. d~ voluntad también puede ser recíproca: mi
m is medios para alentar su consideración resp ecto de cumphm1en to d e tu deseo está condicionado a que tú
cierto objeto a la disposición del yo -tú. Mi señalamiento cumplas el mío .
2 Op· cit., p . 166.
97
96
2. La r elaciQn yo-tú como motivante del logro d~ sabe también que yo tengo esta intención y asume esta vo·
la conciencia personal !untad como determinante de la volunad en su volun-
tad." 4
Me finjo solipsístico: abstraigo en el estrato en 9~e Ill.e Husserl estudia las modalidades de esta comunidad de
en cuentro reducido, la presencia de los Otros . DI_nJO Itti vida y aspiración y hace fenomenología del amor, el
mirad a a esa conciencia solitaria que se sabe SUJeto es. amor ético y la comunidad de gozo y de cuidados 5 en
table de un aspirar múltiple. Ella no logra mostrarse por breves páginas que llegarán a ser referencia ineludible
sí misma a si misma como persona: sólo deviene conciel). para toda literatura socio-filosófica. .
cia p ersonal de sí misma en la relación yo-tú, "e? la co. El amor es descripto como un activo complacerse en la
munidad de aspiración y de voluntad hecha posible Por individualidad p ersonal del amado, que aspira a una ac-
la comunicación". 3 Se trata de explicitar el fen?meno <ie tualización cada vez mayor de esta alegría y del común
' esta relación social originaria yo-tú, en la relación de r~.
aspirar, "en que es acogida su vida en mi vi?a, s~ aspira~
cíproca'motivación. En los actos sociales se pre.senta una en mi aspirar , en la medida en qu~ mi aspirar'. ~I
unidad abarcadora de ambos sujetos del aspirar o d~¡ querer se realiza en el suyo y en su mismo actuar .-e ah -
querer específico en que se da un vinculo reclp~oco ~n la zante , como el suyo en el mío".
conciencia actual. Ambos miembros de la reci~roCidau La aspiración es una form~ de la inte~c~onalid_ad y
determinan la acción y la padecen. Puede deCirSe que obra suya estas unidades del eXIstente adqumdas y hbre-
están en comunidad las personas que se hallan en la uni. mente disponibles: "Si llego a vivir en comunidad de as-
dad d e una con exión de acción espiritual. piración con Otro, entonces yo_ vivo como y~ en _él y él en
En la comunidad no sólo cada uno se tensa en el aspi. mí". Se ha generado ·un ámbito de entranamiento r~­
rar sino que sabe objetivamente de sí mismo co~~ el 9ue cíproco d el yo y el tú. Esto no i~plica q~e tod_a comum-
se esfuerza. Este darse objetivo no es un dato teonco sm() dad sea comunidad recíproca m toda reciprocidad lo sea
que pertenece a la praxis. Quiero inducir en el .otro la de comunidad amorosa.
respuesta a mi ruego , esto me convierte a mí rmsmo el'l Husserl distingue el amor personal del amor ético, es-
tema práctico según el "tener en cuenta" y el "prever"; te' último aparece como una forma superior del amor. A
la d istancia que separa mi aspiración en el hueco ~e}
\.. comportamie nto todavía no sucitado del Otro ~e remit~
partir de la "creencia" de que en cada alma humana hay
un germen, un llamado hacia el yo "verdader~" de l_a
a mí mismo como sujeto objetivo de esta pra"Is ~n que persona, surge en cada una, como una tarea Intermi -
estoy comprometido. El sujete d e esta carenc1a ~Ue nable, el esfuerzo h acia su concreción. Esto produce for -
quiero plenificar a partir de la acción que intento susc1t~r mas comunitarias. éticas con características diversas se -
en el Otro. "En cada acción debo tener práctica t~mátt . gún el caso: ambos participantes pueden o. no ser ética -
camente a la vista el 'camino', la meta intermedia Y la mente m aduros, también puede ocurrir que sólo uno de
m eta final " . E~ la acción recíproca de los sujetos que in. ellos lo sea. Este planteo se reitera resp ecto de 1~ mul -
terviene en el logro de la conciencia personal "yo no sól() tiplicidad de personas. El sí mismo "(erdadero se vm~~la
sé que él va a actuar de tal y cual manera, que él ~e deja. en Husserl con el "buen " actuar. Como amante etico
rá motivar por mí y no sólo que yo quiero eso ... smo qu~
4 Op . cit. p . 185.
s Op. cit. p. 170 / 71. 5 Op . cit. p. 172 y siguientes.

98 99
"amo y vivo voluntariamente en el alma germinal, en el Otro, asumo una función, el Otro me determina a que
sujeto germinal, creciente, deviniente ético del Otro ... yo mismo m e determine a asumir tal y cual ,cosa".9 Si
que combate, lucha, se desarrolla éticamente libre ... La bien la familia no tiene por y para sí ninguna función, se
comunidad ética es amistad ética, comportamiento ético ordena respecto de la meta de la comunidad social. La
entre Cristo y Cristo." 6 censura es la reacción a la perturbación del acuerdo de
El amor al prójimo como disposición no es una rela- voluntades.
ción comunitaria en la medida en que no se hace efecti- El carácter personal es rasgo de un cierto tipo de co-
vo. El amor de Cristo se vincula a la aspiración a acceder munidades. Al contrario de la comunidad de idioma
a una comunidad amorosa cada vez mayor y en esa me· que no tiene ese carácter, hay unión personal entre el
dida actualiza la relación. Puesto que conocemos el es- poeta y su público, el actor y el suyo, el hombre de cien-
fuerzo del filósofo por separar todo afán confesional de cia y sus pares . El investigador se vuelve espiritualmente
su reflexión filosófica, estas referencias erísticas deben hacia su ca-investigador. En todos estos casos se hace
entenderse como cifra de una dimensión universalizante manifiesta una unión personal, de la que está ausente
superior del amor. por su parte la formación de una asociación, de una per-
También la fenomenología del gozo sexuaF recoge sonalidad de orden superior.
con minuciosa precisión los rasgos de la comunidad en la En este contexto y a partir de la expe;iencia impática
reciprocidad de la emoción. Por fin nos deslumbra con aparece la de la simpatia. Cuando simpatizo estoy en
la elección de un ejemplo de actualización comunitaria, coincidencia concordante con el Otro, a ambos se nos da
que amplia hasta lo inesperado la resonancia de esta di- un mundo circundante común, dotado de los mismos
mensión. Se trata de la comida en común: "la alegría caracteres espirituales, en el que co-ponemos, ca-
por la propia comida, pero también la regocijante reso- juzgamos, ca-valoramos y co-deseamos. Se trata en esta
nancia de la a legría de la comida del Otro" . No pode- ocasión, de distinguir una experiencia de otra; es muy
mos. evitar señalar la fineza de esta descripción en el filó- poco frecuente en Husserl la introducción del concepto
sofo que , cuando busca clarificar el sentido de la volun- de simpatía. Opera en general a partir de la explicita-
tad de comunicación, propone el del hallazgo de una ción de la experiencia impática a pesar de que su elucida-
manzana sobre su sombrero, dejada oportunamente por ción es, para él, siempre perfectible. En la impatía y en la
su mujer como mensaje, que él por su parte recibe, de , medida en que el mundo común es la base, el del Otro es
no olvidar de comer antes de salir. 8 uno de los.lugares posibles para mí: se trata de cómo juzga-
La familia es el tema a analizar como comunidad ría yo si me transfiriera allá, cosa que efectivamente puedo
temporaria, un hábito de vivir juntos y sostenerse re- hacer. En la simpatía el Otro lamenta lo que' le sucede, yo
cíprocamente, en relaciones recíprocas de actuar con- no sólo lamento como lamentaría si estuviera en esa posi-
junto, con relaciones múltiples. Esto suscita el estudio de ción, sino que lamento ahora yo mismo, me da pena que
las funciones de los miembros de la comunidad familiar, al Otro le suceda tal y cual cosa. El Otro y su comporta-
que incorporan un sentimiento de "deber" respecto de miento activo es tema de mi valorar y de mi amar, vale
~us funciones , que es a su vez explicitado. "Si me uno al decir que es el d e la simpatia el dominio propio del amor
6 Op. cit. p. 174175.
y el odio.
' O p. cit. p. 176177. 9 Op. cit. p. 180.
8 Op. cit. p . 166.

lOO 101
sición propias y un querer y un valorar que son míos . Es-
3. Unidades personales de orden superior 10 to implica la estabilidad relátiva de mi yo, que cumple
actos que encarnan sus convicciones. Reconozco que me
El tema cuya consideración se propone a conti- pertenecen mis acciones pasadas, _efectivizadas a partir
nuación , es el de los actos comunitarios, que se presen- de mi horizonte de posibilidades prácticas. Mi mundo
tan tramados en un vasto campo de referencia . Ellos son intuible, constituido pasivamente, como mi naturaleza-
representaciones, convicciones, valoraciones, decisiones (
mundo circundante, subyace a mi mundo práctico de
respecto de lo que debe ser en la práctica, etc . Aquí se acción, donde la presencia del Otro hace posible para
presenta en primer lugar el reconocimiento paradoja! de mí, mi concienc,ia de mi propia dimensión personal.
que sé mía mi toma de posición pero puedo reconocerla En la comunidad comunicativa, en la medida en que
como emanada a partir de la experiencia de Otros. Mi se da una comunicación comprensible, cada uno se sabe
propia experiencia por su parte puede ser fuente de la frente a muchos sujetos con un mundo circundante en '
de ellos . Tales convicciones persisten y nos sabemos en común, es el nosotros en que cada uno se sabe Otro para
concordancia. "Hay una convicción comunitaria, una el Otro, que es tal para él, que es para sí sí mismo . En es-
decisión comunitaria y una acción comunitaria", ellas se ta situación se orienta cada uno según la experiencia en
acompañan de conciencia de participación. Asumo las común, no cada uno según la suya. Se ha desarrollado
acciones de los Otros como punto de partida que consi- una sensibilidad común: no sólo veo con mis sentidos si-
dero propio , a ellos les ocurre otro tanto y no pienso ne- no con los de los Otros. Tenemos un mundo en común
cesariamente que lo que tomo como punto de partida constituido por esa sensibilidad comunitaria. Esto es re -
fue en su momento punto de llegada. sultado de las acciones comunicativas.
¿Cómo constituimos, en esta acc i-ón comunitaria, uni- La reflexión sobre las acciones comunicativas distin-
dades personales de orden superior? En la presencia de gue entre ellas las unilaterales y las recíprocas. El primer
la intencionalidad vivenciada como propia y la de la caso se refiere a la unidad del espíritu histórico: "Mi vida
conciencia extraña, se funda en la impatía una conexión y la de Platón son una. Yo continúo su trabajo .. . su es-
personal. A partir de ella vivencia mi esfuerzo y mi vo- .
fuerzo , su querer, su conf armar prosiguen en e1 m i o. .. 12
luntad y los suyos y también la unidad de una acción o En este mismo sentido se explicita la ciencia como. uni-
eventualmente su infinita prolongación temporal : "la dad de orden superior: un trabajar conjunto en coexis-
unidad de un Estado, de una religión, de un idioma, de tencia e intercambio, muchas personas, con variadas ca-
una literatura, de un arte" 11 o formas sociales limitadas pacidades son abarcadas por una personalidad comuni-
en que se unifican propósitos y acciones en relación a un taria portadora de una capacidad. No menos vale la
objetivo común. Para explicitar lo que constituye las descripción para el arte popular.
unidades personales de orden superior se impone trazar Estamos ante esta peculiaridad de las conciencias·
el contorno de la dimensión de la persona. que, a diferencia de la cosa, pueden referirse a algo en
Sólo puedo ser persona si tengo apercepciones persis- común. Una conciencia puede coincidir con otra,
tentes y un mundo que me es ajeno, si tengo además comprenderla , constituir en ella lo mismo que la otra
convicciones adquiridas poniendo en juego tomas de po- constituye , esto hace posible que ambas estén simultáne-
1o Op. cit. p . 192 y siguientes. 12 Op. cit . p. 198.
11 Op . cit. p . 194.
103
102
amente en lo mismo. Tal cosa es posibilitada por la pre- hombres". Cada ego no sólo tiene conciencia de si sino
sentificación, ante la que Husserl vuelve a detenerse: de los Otros con quienes se vincula en una conexión
"esa modalidad asombrosa, en que precisamente la con- consciente universal. Se trata de una comunidad de vi-
ciencia se refleja en la conciencia y encuentra en si mis- da, orientada a partir de cada ego, para quien un hori-
ma conscientemente ese reflejar y 'coincide' ella misma zonte indeterminado presenta una pluralidad de otros,
con la imagen reflejada y con esto tiene lo idéntico obje- con mayor o menor precisión según penetre o no efecti-
tivo". Por este camino la conciencia personal se unifica vamente en ellos. Comunidad de vida que cada uno si-
con las otras conciencias y sobreviene la unidad de lo gue construyendo en un intercambio que prc,>gresa, in-.
sobrepersonal. Hay implicito en esto una referencia tem- corporando imperfectamente una tradición 15 • Otra vez
poral. Cada acto viviente evoca actos actualmente vi- el tema de la tradición nos devuelve a la zona difusa de
vientes o que fueron tales. El pasado actúa siempre horizonte interpersonal. No sólo recojo mi tradición, fa-
sobre el presente. "La temporalidad del obrar efectivo miliar, social, histórica , sino que me prolongo en cada
(en el futuro) es un hecho esencial , el obrar personal se uno de aquellos con quienes interactúo , con su horizonte
relaciona a la personalidad en su continuidad de dura- tradicional, que a su vez se multiplica en otros horizon-
ción originariamente propia del existente, etc., presupo- tes, tantos como sean sus experiencias intersubjetivas, de
ne sin embargo la continuidad del tiempo , de los tiem- todo tipo , sostenidas, convivientes.
pos inmanentes y de la extensión del mundo". Es esta Estas "unidades de duración multicéfalas" , unidad de
una afirmación grávida de consecuencias para la subsi- duración de personas entrelazadas comunitariamente,
guiente explicitación del espíritu comunitario. tiene de sí un saber duradero , el saber de sí misma de la
La unidad de cada presente personal se extiende en comunidad. Su correlato es una vida persistente sobre-
cada presente vivido, así también a la vida comunitaria personal, a través de la que pasa el recuerdo comunita-
concierne un tiempo vivido y un tiempo histórico. Hay rio: "la tradición histórica". "El tiempo visto desde
analogía entre el tiempo personal y el comunitario, hay dentro es la forma de la génesis intencional. Es entonces
magnitudes de edad, hay envejecimiento y lo que enve- la idea de esta génesis como génesis comunitaria, génesis
jece no es la vida sino el viviente. de las producciones comunitarias, génesis pasiva de for-
El tiempo se orienta desde el ahora siempre nuevo del mas comunitarias, trabajos comunitarios, etc., que se
sujeto personal aislado, que tiene ante si su vida como constituyen en la comunidad como comunidad, en su vi-
forma temporal fluyente. El pasado es realidad termina- d a comunitaria, en sus actos y afectos comunitarios." 14
da y el presente realidad en el modo del existente origi- En este texto es necesario destacar la consideración me-
nario. El futuro es realidad esperada a hacer efectiva en tódica incorporada: la fenomenología de lo social ha
el presente. Este tiempo de la vida se hace difuso a medi- descubierto la génesis pasiva como fuente de las formas
da que retrocedemos· hacia el pasado, cada vez más leja- comunitarias.
no. Es la narración de Otros, no la propia intuición lo Hu~serl ve con mucha claridad en algunos casos, lo
que da sentido al concepto de nuestro nacimiento. Otro que constituye la vida comunitaria, la de la pareja por
tanto es aplicable al tiempo histórico de la vida de la co-
13 Op. cic. p. 222 y siguientes. También éste es el caso de textos breves y
munidad.
La subjetividad comunitaria - dice Husserl -:- "es una j paradig máticos. que con la fenomenologfa de la "encarnación" de la tradi·
ción, suprimen en ella todo carácter abstracto..
subjetividad con múltiples cabezas, la de "nosotros los . 14 Op. cit. p. 221.

104 105
ejemplo, en cambio no encuentra con facilidad lo que
unifique comunitariamente la comunidad europea con D. HACIA EL FACTUM
la patagónica. El hecho de compartir un destino , creen-
cias, concreta una convivencia y una comprensión en la
ABSOLUTO
unidad de una vida comunitaria que dura. Asi conside-
rada la cuestión parece conducir inexorablemente al
aislamiento comunitario. Sin embargo están d adas las
condiciones para que suceda lo contrario. Porque cada
pueblo puede representarse a sí mismo , puede también
representarse a los otros en la forma del alter y construir
de este modo comunidades de orden superior que los
abarquen. 15
A p artir de lo visto hasta aquí el fenómeno social ha l. Fenomenología estática y genética
dejado d e ser una entelequia para encarnarse en todas
,.. las moda lidades y los estratos de manifestación de las
personas. Aparece así la unidad orgánica de una huma- A esta al_tura de nuestro análisis es oportuno hacer re-
nidad donde nacen hombres nuevos y otros mueren . No ferencia al entrelazamiento temático y metódico que
hay acción personal aislada, en la medida en que en la exhibe la unidad del pensamiento de Husserl. Esta afir-
impatía es el uno pa ra el Otro en un horizonte de vida mación concierne a la consideración del punto de vista
¡' común. En este contexto de acción social efectiva se
1
estático y el genético, no como opuestos ni independien-
1 concreta la vida humana en forma de cultura y su histo- tes sino como complementarios.1
.1
•1 ria es histo ria de la humanidad . Las características de la fenomenología estática y la
;ti
fenomenología genética a que aludimos más arriba per-
miten comprender su relación como reciprocamente
complementaria. Apoyamos nuestra afirmación con lo
expresado por I. Yamaguchi a este respecto: "La feno-
menología estática muestra la unidad estructural de las
constituciones y el resultado de este análisis se considera
reconstructivamente, en la pregunta por el desarrollo,
por el devenir, entonces por este medio se hace visible a
menudo, un estrato de motivación oculto , todavía no
aclarado, y este nuevo ámbito es introducido (ein-
gebracht) otra vez en el análisis estático y así siguiendo.
Desde la visión de este ahondamiento zigzagueante se
puede abarcar con una mirada unificante todo el despli-
15 Es A. Diemer q uien ha llevado adelante su meditación a partir de esta
1 Véase l. Yamaguchi , Op. cit , p . 11 y siguientes.
vertiente "cosmopolita" del pensamiento de H~sserl.
2 Yamaguchi , Op . cit. p. 14.

106 107
gue de la investigación de la síntesis pasiva después de terior a las identificaciones . Esta base se ha de asociar
los años veinte." 5 con la noción de un 'protohorizonte' cuyo análisis con-
La introducción del método genético y su empleo duce -en un nuevo grado de profundización del pre-
complementario con el estático enriquece la problemáti- sente viviente - a la resolución del fluir primigenio su-
ca de la teoría de la intersubjetividad, y concomitante- puesto por el yo de los ac~~s en una ca~a radi_calm_ente
mente , la de la filosofía trascendental. pre-egológica que se mamftesta en una mtencwnahdad
En última instancia descubre que es necesario asumir instintiva." 5
la dimensión histórica de la vida, manteniéndose
siempre en el plano de una filosofía de la vida trascen- 2. La protointencionalidad impulsiva
dental.
¿Cómo llegamos a constituir lo que describimos estáti- El camino retrospectivo hacia "el trascendental últi -
camente? Esta pregunta es la pregunta retrospectiva. En mo" pone ante la mirada fenomenológica el yo primige-
el intento de dar respuesta en cada nivel , el planteo nio, con caracteres que deben comprenderse desde "el
ahonda y hace manifiestos los diversos estratos. Pero no mas profundo" estrato enfocado. El yo primigenio es
se trata de una apertura insondable a la manera de un
( regreso infinito. Estamos ubicados en .e~ plano ~e la fe -
nomenología trascendental, el anáhs1s genético en-
trascend~ntal en un sentido que no es el atribuido a los
"Clctos yoicos constituyentes del mundo sino que lo pre-
cede y hasta podemos afirmar que es su condición de po-
cuentra el "limite filosófico" más allá del cual la aplica- sibilidad. "Este ego es únz'co en el sentz'do absoluto de
ción de la reducción deja de tener sentido. Asistimos a
¡
,1
"nuestro nacimiento trascendental".
La pregunta por la génesis de la primordialidad.' d~ l.o
que no admite ninguna diversifi'cadón que tenga senti-
do, expresado con una mayor precisión, la excluye como
carente de sentz'do". Comprender el significado de esta
$.1 propio de la mónada, o sea, la pregunta por su mdivi- proposición es instalarse en ese nivel último donde sólo
duación, apunta hacia la génesis de las capacidades dis- "equívocamente" se puede hablar de ego, puesto que to-
posicionales que resultan de las operaciones yoicas, al yo
davía no ha tenido lugar la diferenciación explícita yo-
como sustrato de habitualidades. El yo es algo más que Otro. Dar cuenta del sentido en que este "ego" es único
el polo fijo en el fluir de las vivencias. La pregu~ta es explicitar ta mbién lo que Husserl afirma cuando di-
retrospectiva nos conduce a "la autotemporalizac1ón
ce: "Llevo a todos los Otros en mi como apresentados en
trascendental del ego en el pre -presente permanente y
sí mismos y a apresentarse y como llevándome en si,
primigenio" 4, alcanza un "fluir sin yo", manifiesto en
<ellos> a mi del mismo modo". 6 Un ser único que no
una protointencionalidad impulsiva. " ... Y la conciencia
excluye el ser único de los otros yo, es la total implica -
de objetos que así se constituye tiene que implicar una
ción recíproca en el punto de partida . Esto nos leva a ro-

¡
conciencia de horizonte en razón de que cualquier obje- zar un tema de gran importancia, que aquí no hacemos
to que se esboza supone un trasfondo indiferenciado an- más que indicar: la convergencia vivida supone un co-

1 Hua X V, Véase en R. Walton, Génesis y antzpací6n en el horizonte tem ·


poral, una elucidación profunda y concisa de lo implicado en el "absoluto y pri· 5 R. Walton , idem, p. 48.
migcnio pre·scr", p. 44 y siguientes. 6 Ms C 3, p. 44a·45b, citado por l. Kem , Hua XV, p. XLIX.

108 109

j
presente_ ~vido 7 • Husserl reconoce que la novedad del egología trascendental y hace referencia a "las con di.
descubr~m~ento del ~o?l~ sentido de "presente", presen- ciones de posi'oilidad para el desarrollo más alto de una
te constitUido y subjetividad constituyente como vitali- historia personal" 12 está preguntando por la legalidad
dad in~ersubjetiva "protofontanal", no ha alcanzado to- propia del desarrollo de las mónadas y apuntando a una
da~ia la terminología adecuada correspondiente. 8 "An- suerte de impatía funcionante, pasiva, anónimamente,
tes del mundo se encuentra la constitución del mun- a la que hemos aludido desde el punto de vista de la
~o, se encuentra una autotemporalización en el pre- temporalidad intersubjetiva. La pregunta se formula
ttempo y se encuentra la temporalización intersubjetiva con precisión en 1924: "¿Cómo deben concebirse los ins-
en el pre-tiempo intersubjetiva." 9 tintos originarios en su interioridad y propiedad fenome-
El tiempo comunitario se basa en el aspecto "natural" nológica?" 13 En el texto citado de 1927, toma posición
de la subjetividad: compartimos el mundo con aquellos respecto de esta problemática diciendo que la pasividad,
con quienes vivimos conjuntamente en el presente de lo la vida-impulsiva instintiva , puede establecer el nexo in-
que nos es sensiblemente presente. ''El tiempo en común tersubjetiva. Allí se analiza la comunidad sexual, como
no es en primer lugar producto de operaciones objeti- la vida instintiva sexual, la cual descubre su esencial in-
vantes de apercepción sino que [está} ya predeUneado en tersubjetividad en su satisfacción . La mira trascendental
el subsuelo pasz'vo de la subjetivz'dad. Sólo hay para no- de Husserl no cambia: "también esta pasividad pertene-
sotros tiempo comunitario porque compartimos con los ce al marco de la subjetividad pura y como tal ha de in-
Otros este subsuelo pasivo, porque no es sólo propio de vestigarse en la reducción fenomenológica. " 14
cada individuo sino que pasa a través de todos . Es el Para no tergiversar la comprensión de este "nuevo"
1 tiempo del mundo de la vida en común y por eso tiempo ámbito señalado por Husserl es necesario separar toda
l
;1
intersubjetiva ..." 10 En el presente viviente se enlaza el interpretación "natural" , de este sentido trascendental
"ser-con de los Otros" en una "comunidad arcóntica" 11 • de lo instintivo: "Naturalmente este concepto psicológi-
~1
Este es sin duda el fundamento de la "armonía prees- co de instinto (el protoimpulso y los nuevos impulsos sur-
tab~ecida " que se enuncia en la monadologia hus- gidos en un grado más alto), que debe ser innato en una
serhana, que a su vez se explicita en el desvelamiento de psique única y en el enlace psíquico· - es una configura-
la protointencionalidad impulsiva . ción constituida y pertenece al mundo constituido.
Frente a esto la investigación trascendental conduce a
2. a) El carácter trascendental de la problemas de una génesis trascendental, a la que perte-
intencionalidad impulsiva necen los instintos trascendentales, como concepto fun-
damental de la teleología trascendental".
Cuando Husserl en un texto de 1922, reflexiona acer- En el mismo sentido se expresa Husserl , poniendo de
ca de la monadología absoluta como ampliación de la relieve el momento trascendental en oportunidad de ha-
7
Ver en K. Held . Lebendige Gegenwart y Die PhiinomP1UJlogie der Zeit 1UJ.ch
cer alusión a la relación madre-niño, desarrollada como
Husserl, el estado actual de la discusión acerca del tiempo en Husserl. una descripción "biofisica" con carácter genético: la
8 Ms C 3, citado por l. Kern , f-Iua XV, p. L . madre fue niña, comprende el ser niño desde su propio
9 Hua X V, p. 597.
10 Landgrebe, Meditation über H usserls Wort "Die Geschichte ist dasgro- 12Hua X IV , p. 272.
{3e Factum des absoluten Seins'; p. 51, en Faktizitiit und Jndiuiduation. 13Hua XIV, p . 333.
11 Hua XV , p. 670. 14 Hua XIV, p. 405.

llO 1ll
pasado, etc. Así planteado no estamos todavía en el con -
texto trascendental; el giro hacia ese ámbito se anuncia por eso ajena al sentido, por el contrario, tal vez sea líci-
con claridad: "Pero si me digo ahora ... que también mi to decir que mi nacimiento trascendental concierne a la
ser humano allí inch;üdo, con todos los estadios del de- protohistoria del sentido, en el sin -yo anterior a toda di-
sarrollo infantil es u11a constitución mía a perceptiva ... feren ciación. ¿Cómo se describen estos acontecimientos?
eso me obliga a la actitud y el m étodo trascendental" . 15 El análisis genético conduce a Husserl a la intenciona-
La experiencia madre-niño es una experiencia real lidad impulsiva entendida como protoasociación . El
biofísica pero debe ser trasladada al plano trascendental análisis constitucional de la primera muestra su entrete -
constitutivo. jimiento funcional con ésta última y se hace m anifiesta
. una estructura estratificada de ambas funciones. La in-
2. b) La "primera ímpatía" tencionalid ad impulsiva es caracterizada por Husserl co -
mo "principio d e la 'asociación' d e las afecciones" o
A partir del momento en que se señala el nexo inter- "protoa~ec~i~n ". T al afección del impulso no tiene des-
subjetiva impulsivo, el concepto de impatía designa la de el pnncrpw un objetivo, una dirección determinada ,
experiencia en un estrato más "profundo" 16 que el tal vez pudiera hablarse de objetivo oculto , apenas sos-
l" explicitado en la V M editación Cartesz'ana, por ejemplo. p~chado , del estadio originario del impulso innato. El
En este sentido afirma Husserl: "En la esfera primordial mrsmo alcanza poco a poco su capacidad sintética o sea
tenemos impatía, pero puesta fuera del funcion amiento su efectiva p lenificación y a ella llega mediante los com-
y aun anónima" . 17 ¿Cómo describirla ? ¿Cómo compren- P.~nentes ~e la p~otoestructura de los campos de percep-
der el impulso que hace solidarios a los egos "úrocos"? c_w~.' las kin~stesras y la sensación conjunta de tener sen-
l) "Mz' nacz'mz'ento trascendental - dice el filósofo - Los srbrhdad. Drce Husserl: "El sistema de la intencionali-
(;
instintos innatos, los instintos que van desper tando en el dad impulsiva es un sistema d e impulsos asociativam ente
1
,1 fluir de la temporalización pasiva , la sin-yo, «la tempo- entretej.i~os, un sistema de asociaciones impulsivas, que
ralización >> que constituye la base primitiva. Ellos llegan se ~odrfrcan mediante asociaciones para la capacidad
a ser d escriptos según la serie 'd espués de despierto', esto configurada, la formada no mecánicamente sino en la
quiere decir, de las unidades que se constituyen en la ba- legalidad de la pasividad impulsiva ( ... ) del yo estable-
se originaria parten afecciones hacia el yo polo." 18 Con mente afectado y que cede a las afecciones, formado ne-
estas palabras estamos instalados en el núcleo de la cesaria~ente en tales formas: sup uesto que haya un or-
problem ática. Ocurre que en la historia de la conciencia denamre.nto re?'ular de formacion es de sensacion es y de
sin -yo h ay acontecimien tos que apuntan a un rnomento: ~ursas kmestésrcos, ... " 19 Tal kinestesia tiene un papel
nazco a lo trascendental y esto de la manera más prima- Importante en la form ación de un sistema habituaFO de
ría, ajena a lo reflexivo, a lo discursivo, sin embargo no asociaciones impulsivas : "El proceso constitutivo de la
génesis res~lt~ a p artir ~e una impulsividad originaria,
15 Hua XV , T exto N ° 33, p. 583. en los movrmrentos subJetivos kinestésicos transcurridos
16 Para caracterizar este áfnbito de lo impulsivo trascendental tomarnos en el acompañamiento fáctico d e formaciones de sen sa-
en conside ración text•.ls de los manuscritos inéd itos transcriptos por Yama·
guchi en su prolija investigación (Op. cit.). 19
20
Ms. A V II 13, p . 24a • (1921) • idem • p • 59 •
17 Ms. C 16 iv, p. 28 (1932) citado por Yamaguchi , Op. cit .. p . 103. Es ~e~esario distinguir de este sistema habitual "innato " la habituali·
I S Ms. E III 9, p. 4a, (193S). idem, p. 57. El subrayado es nuestro. ~ad adqwnda que forma parte de la concreción del ego en un estrato supe·
nor. Ver R. Walton, Op. cit. , p . 50 y siguientes.

ll 2
ll 3
ciones; por lo tanto a partir de una intencionalidad de Otro y hacia su impulso correlativo", se da un alcanzarse
movimiento originariamente sin objetivo; ésta es y un satisfacerse recíproco de la intencionalidad impulsi-
orientada hacia un óptimo y este óptimo mediante un va.24 Ya podemos afirmar que de este modo vemos
curso de semejanzas de intencionalidad continuamente quebrantarse el aislamiento monádico y que es por este
intencionante , de una intencionalidad determinada por camino como se instala la convicción de que la palabra
la meta. " 21 clave para la fenomenología no es "inmanencia" sino
El texto arriba citado de 193322 , instalado en el con- ''trascendencia".
texto del "continuo fluir primigenio" afirma: "La pri- También el análisis trascendental de la relación
mordialidad es un sistema impulsivo". Explicita la fun- madre-niño hace manifiesta una percepción apareante
dación de la intersubjetividad a partir de la relación de asociativa del cuerpo propio del Otro con el mio, en que
la intencionalidad impulsiva y las diversas formas de sin- tiene lugar "la relación de reciprocidad originaria", en
tesis pasiva, hace manifiesto "el uno con Otro" y "el un.o el estrato más originario, con el funcionamiento anóni-
en el Otro" de todas las mónadas, en un desarrollo uni- mo del cuerpo propio en la más temprana infancia. 25
versal en forma de mundos monádicos relativos. Este de- Al desarrollo filogenético corresponde una proto-
sarrollo monádico fluyente, orientado por una teleología estructura que se presenta en toda mónada germinal,
universal , en infinito ascenso alcanzaría la autoconcien- que nace. Como parte de lo heredado se da el "horizonte
cia universal. vacío" y el "horizonte temporal" y también la conciencia
La intencionalidad impulsiva universal necesariamen- temporal originaria, ámbito de la más originaria aso-
te supuesta form aría "unitariamente todo presente pri- ciación y constitución. Es su dote en el oscuro punto de
l migenio como temporalización continua" y proseguiría partida protoyoico.
~1 "concretamente de presente en presente de modo que El nexo originario instintivo madre-hijo no debe en-
J todo contenido <sería> contenido de satisfacción impulsi- tenderse como si la forma tuviera un comienzo. La
)
va, intencionado antes de la meta". 23 madre tiene su niño y lo comprende desde su haber sido
Esta actualización se hace manifiesta en el apetito se- niña en el pasado, pero el momento preciso del surgi-
xual, su satisfacción no se comprende en la sumatoria de miento de esta comprensión se le oculta. Cada uno de
dos satisfacciones aisladas en cada primordialidad nosotros puede preguntarse cómo llegó a ser maduro en
comprometida. Ella ha de entenderse como "una uni- el mundo maduro: recuerdo el tiempo de la infancia pe-
dad de ambas primordialidades que se establece median- ro también me apercibo con un horizonte de pasado no
te el en el Otro de las satisfacciones". Interesa a Husserl recordable , en un estadio de desarrollo de la protoinfan-
señalar que en el impulso sexual de cada uno hay una cia. En el camino del trascendental último no puedo
meta atractiva, que es, precisamente, Otro para él. "En hablar de modalidades temporales ni de presente flu -
el impulso mismo está la relación hacia el Otro como yente viviente. Se trata del estrato del pro toser y la pro-
toactividad. Este protoser cuyo nexo materno intenta-
mos explicitar es descripto por Husserl en los siguientes
21 Ms. A VII 13. 23a, citado por Yamaguchi , p. 59.
22Hua XV, Texto N° 34, p. 593 y siguientes. Este texto ha merecido un a nálisis
términos: "El método de superación de la ingenuidad: la
detenido por parte de S. Strasser, Grundged.anken der Sozialontolgie E. Husserls,
de Yamaguchi, OP. Cit. , P. 111 y siguientes y de R. Walton, Op. cit. 24 Hua XV, p . 593/ 4.
2B Hua XV, p. 595, Texto N° 34,
25 Hua XV, p . 604 y sig uientes y p. 580 y siguientes.

114 115
última reducción que dirige la mirada que ve , sobre la libido . En el mismo sentido nos parece lícito "interpre-
vida absoluta primigenia, sobre el yo-soy primigenio , tar" trascendentalmente las investigaciones de Spitz29
sobre el fluir , sobre el fluir protopasivo , sobre el yo- acerca del carácter de interrelación persistente con la
hago , yo -identifico, etc_, pero como refluyendo en el madre, durante el primer año de vida del niño .
fluir.. . Pero constantemente tengo ante mis ojos el pre- Antes de "despertar" era un proyecto, pero el niño,
ser absoluto, primigenio del fluir, en el que yo soy, capaz tiene padres que forman parte de una comunidad vi-
haciendo. " 26 viente en la temporalidad histórica . "Los vivientes des-
"La primera impatía" tiene lugar en la trayectoria del piertan a los no vivientes" . 30 En esta afirmación, "no vi-
que fue un "protoniño", que en el seno materno tuvo ki- vientes" debe entenderse como sinónimo de "no estar
nestesias y moviéndose tuvo "cosas". El niño "recién na- despierto", no haber sido todavía "sujeto" del propio n~­
cido" tiene experiencia adquirida, es experimentante en cimiento trascendental. Estos temas nos llevan a consi-
grado más alto. Se da en él la configuración del cuerpo derar a continuación la relación de la intersubjetividad y
propio primordial, frente a lo que Husserl se pregunta si la historia.
la madre aparece como unidad corporal primordial.
Más tarde seguramente ella aparece como unidad visual 3. El factum absoluto
y táctil. "Tan pronto como se presenta el olor del pecho
materno y la sensación de roce de los labios, despierta la Todo lo que hasta aquí hemos considerado nos permi -
dirección instintiva a beber y entra en juego la kinestesia te afirmar que hemos llegado a un estrato último fun -
originaria adecuada. " 27 "En la 'visión' normal el niño dante de la teoría husserliana de la intersubjetividad, en
reclama la madre , en el satisfacerse las necesidades ori- la medida en que el mismo puede ser descripto con ca-
ginarias del niño [éste] grita involuntariamente, fre- rácter de absoluto. Hemos llegado al ámbito del protoyo
cuentemente eso "surte efecto" .... Esta primera madre, y hemos descubierto allí el acontecer de una historia en
vuelta a reconocer como idéntica y como premisa para la que sólo a partir de un determinado "momento" el yo
la satisfacción del deseo; cuando ella llega y está ahí se distingue del Otro, el protoyo se hace a si mismo "tras-
tiene lugar la satisfacción ... ' 28 De este modo se mani- cendentalmente declinable" en tanto "constituye a par-
fiest a en el mundo primordial el nexo intersubjetiva, co - tir de sí y dentro d e sí la intersubjetividad trascendental,
mo una comunicación impulsiva y recíproca, una impa - a la que luego se asigna como mero miembro predomi-
tia pasiva entre cuerpos propios anónimos funcionantes. nante, es decir, como yo de los Otros trascendentales"31
Entre madre y niño se da una satisfacción recíproca de Vale decir que h emos presenciado el desvelamiento de
un impulso recíproco. En este sentido y manteniendo la una h istoria y hecho manifiesto porqué el yo de la reduc-
descripción en los límites de lo trascendental n os parece ción sólo por un equívoco esencial puede denominarse
posible abarcar esta relación afectiva primaria en la de- yo. "Cuando hablo de mi mismo como de un yo, hablo
nominación "impulso sexual", analógicamente a como de mí como soy para los Otros y no como soy para mí
Freud incluyó todo impub::.o afectivo bajo el concepto de mismo , esta relación conmigo mismo es en su origina-
26 H ua XV. p. 585. riedad inexpresable . En eso tiene su último fundamento
27 Ms. C 16 IV, hoja 11 , ( 1932). Transcripto por Yamaguch i, Op. cit., p. 29 Spitz, R ., Vom Siiugling zum ktein Kind.
117. SO Hua X V , p. 604.
28 Hua XV , p. 605 . 31 Crisis, p. 188/ 9. El subrayado es nuestro.

116 117
la proposición 'indivz'duum est ineffabile'. No es mera-
mente un problema de lógica del idioma" . 32 Tal como prosecución de una inspiración unitaria en la teoría hus-
queda descubierto por el análisis genético de la sintesis serliana de la intersubjetividad.
pasi.va hay historia porque hay sedimentación singular y En la búsqueda d e la explicitación del presente flu-
conju~ta , porque hay "historicidad interior de cada per- yente viviente Husserl utiliza el análisis fenomenológico
sona smgular e historicidad interior de las personas en genético, la "investigación originaria" . Cuando lo aplica
comunidad las unas con las otras" 33 • el análisis del ego trascendental, apodictica certidumbre
Cada "monada", funüamento de si misma, es por eso de si mismo, es remitido al yo fáctico existente: "El eidos
absoluta e irrepetible, nace a su historia trascendental. yo trascendental no es pensable sin el yo trascendental
E!la tiene com~ condición st'ne qua non un cuerpo pro - como fáctico" 38 , el yo del "ser capaz de". Se alcanza por
piO, pero. también este cuerpo propio es "sujeto" de una este camino la estructura apodictica d e la realidad efec-
~reht~tona trascendental. Cuando llega como yo a dis- tiva trascendental como un "hecho absoluto" 39, un
t~ngmr.se del tú ya asume su historia y también la histo- 'Jactum absoluto" 40 • El planteo se ha invertido respecto
na sedtmentada de los Otros y es un nuevo comienzo en de lo alcanzado por el filósofo en el tiempo de Ideas I,
cuanto toma posición respecto de esa historia sedimenta. según el que el Jactum singular es casual respecto de su
da en forma de tradición o de cultura." ... Cada mónada esencia; ahora las n ecesidades esenciales aparecen como
despliega su propia historia, sin duda en la conexión co - modos de poder entenderse a sí mismo 41 • Esta alusión a
~unitaria, en la que ellas, en recíproco-actuar (hinein- lo absoluto, al hecho absoluto, no marca el ingreso a
wtrken), asumen experiencias sedimentadas de los una metafísica especulativa - interpretación que se
Otros. Por eso es esta historia el ·ámbito de la absoluta excluye en el contexto husserliana - sino el d escubri-
facticidad y el Jactum del ser absoluto". 34 miento de un límite, de una "frontera filosófica", haber
Estas mismas consideraciones nos permiten atisbar la llevado hasta el extremo el análisis reflexivo hasta alcan-
respuesta a la supuesta contradicción relativa a dos afir- zar la conciencia como vida trascendental en el hecho
maciones de Husserl que en un principio parecen exclu- último, irreductible. Practicada entonces la reflexión
yentes. La primera designa al yo mismo presente vivien- egológica como retropreguntar genético alcanza en las
te ~omo Jactum absoluto 35• La segunda dice que la his- fuentes de las funciones constituyentes d e la subjetivi-
tona es el gran factum del ser absoluto!l6 • Se trata de un dad, el origen de todas nuestras representaciones
problema señalado y estudiado por Landgrebe 37 , de mo- nuestra capacidad kinestésica, nuestro "ser capaces de y
do tal que nos ofrece el camino más adecuado para la nuestro "poder" al que ya alude en Ideas JI 42 •
Este estrato, el más "profundo" de la reflexión alcanza
el cuerpo-propio y su motricidad como un poder dispo-
32 Landgrebe, Meditation über Husserls Wort ''Die Geschichte ist das gro · ner de este cuerpo propio en movimientos que hubieron
{3e Factum des absoluten Seins", p. 42, 1974 en Faklizüiit und Indirlduation de ser aprendidos y ejercitados y que son los que nos h a-
33 Crisis, Anexo 111 , p. 381, nota l.
34 Landgrebe, Meditation ... p. 47. cen posible el acceso al mundo circundante.
35 Hua XV, p. 386, P. 403. 38 1-Jua X V, p. 385.
36 F. Pr. Il, Anexo XXXII, p. 4907 y sig. 39 ldcm, p. 403.
3 7 La ndgrebe . Die Phiinomenologie als transzendental Tlteorie der 40 Ms. K III , 12, p . 34 y sig. , citado por Landgrebe, Die Phiinomenologie
Gesclticht ~, y también Meditation ü ber Husserls Wo rt "Die Gescltichte ist das als lranszendental Theorie der Geschichte, p. 23.
4 1 Hua XV, p. 386.
gro(3e Factum des absoluten Seins", 1974 en Faklizüiit und lndividuation.
42 Hua IV, p . 261.

ll8
ll9
El cuerpo propio se me apar~ce com o el mío propio, mo es que el Otro llega a esta historicidad interna o bien
una "naturaleza que no h a de ser identificada como cómo "está-con" siempre ahí? ¿Cómo se p resenta en 'el
"nat~raleza objetiva" en cuanto esta última presupone a estrato último, en la propia historicidad interna, la
la pnmera . Este "poder moverse " como función kinesté- "ventana" de la mónada?
sica, trascendental, está en la base de la constitución del La teoría trascendental genética d e la intersubjetivi -
ti~mpo; a través suyo el cuerpo propio se constituye a si dad muestra que la "p ropia temporalidad y su historici-
mismo y como esfer a originaria es condición trascenden - dad interna está a priori en una relación respecto del
tal de posibilidad de todo grado superior de conciencia . Otro tal que se puede hab lar, y con derecho, de un tiem -
Cuerpo que se individualiza cuando alguien lo reconoce po en común de una protointersubjetividad, q ue es
como propio, es en este sentido que se entiende la afir - igualmente originaria con el 'protoyo' en cada caso aisla-
mación de Husserl respecto de que "lo mío precede al do , de modo que uno no puede ser sin el otro" 44 •
descubrimiento del yo". La dirección indicada por Husserl para proseguir la
Es entonc~s. en la experiencia de este "poder" en que búsqueda coincide con lo que hemos explicitado como
se hace mamflesto cada "ahí" mío o de cualquier Otro intencion alidad impulsiva. Esta intencionalidad es d
como certidumbre d el presente de función viviente, "p rotoaspirar" en la mónada, en la forma del apetito se-
donde alcanzamos el Jactum absoluto. xual y de la relación madre-niño , en el que se explicita
"Ya ~hi:' es la modalidad de la presencia del yo ac- la historia como movimiento viviente del "con -el-Otro" y
tuan.te último , que subyace al yo omnitemporal de las el "en -el -Otro".
funciOnes constitutivas "superiores". Es una dadidad Lo visto hasta aquí nos permite afirmar que en este
1 último estrato la "ventana" de la mónada se identifica
1 con que el yo choca , precisamente como "ya ahí", de-
con el protoimpulso, siempre referido al O tro, en el que
'
~
J
mostrativa con certidumbre apodíctica de ese presente
de función viviente, "detrás" del que no hay más allá, y tiene su réplica y su satisfacción. Esto nos permite
es en ese sentido Jactum absoluto. Es como fundamento concluir con L andgrebe 45 : "la posibilidad de la analogía
último que tiene carácter de límite con que ch oca la de ca-presente y presente-para-sí-mism o se funda en esta
reflexión. unión en la duplicidad" . Aquí se h alla la certidumbre
./ ' De este modo el yo se experimenta a sí mismo en su respecto del ah í del Otro . En la ejecución de la aspiración
"poder", como poder devenido, aprendido y ejercitado , h acia el Otro , que encuentra en él su réplica , se da el ex-
como historia de su experiencia en la que ese "poder" se p erimen tar originariamente pasivo de esta unidad que
h a formado. Aun cu ando apareciera primero como his- es a la vez sep arabilidad absoluta. Esta experiencia es
toria de la vida, el "poder" ya habría tenido lugar desde "experiencia absoluta" 46
su actuación an ónima. Lo alcanzamos a través de la pre - La exposición de esta temática permite comprend er
gunta por el porqué, como pregunta originaria por la que las afirmaciones respecto del carácter absoluto del
historia 43 , pero se trata en este caso de la historicidad in- protofactum, del yo mismo, Jactum presente viviente y
terna, anterior a todo recordar y fundam ento suyo. En
este "ahí" aparece la historicidad d e la vida de cad a uno 14Landgrebe, Die Phanomenologie .. . , p. 40.
irreemplazable, insuprimible , separada del Otro . ¿Có: 45Landgrcbe, Op . cit. , p. 42 .
46 Landgrebe, Der phii.nomenologische Begriff der Erfahrung, en Falttizitat
43 H ua XV , p. 420. und Jndivid1wtion, p. 70.

120 121
del mismo carácter adjudicado a la historia se vinculan
en una recíproca referencia puesta de manifiesto por la V. CONCLUSION
fenomenología genética en el contexto de la monadolo-
gía.

Hemos recorrido hasta aquí los caminos que hoy nos


permiten expresar"nuestro punto de vista respecto de la
'• teoría de la intersubjetividad en la fenomenología tras-
cendental de Husserl.
No nos es desconocido que se trata de uno de los te-
mas husserlianos que más criticas ha suscitado. De ser
válidas muchas de ellas precipitarían en la inva lidez la
1 fenomenología 1 • Una de las más severas acusaciones cree
1
1 descubrir en ella un solipsismo esterilizante. Sin duda el
1
~ mayor interés de la literatura crítica se vincula a la
publicación de los Tomos XIII, XIV y XV de la Hus-
serliana, puesto que sólo teniendo a la vista ese material
se tiene la certeza de no pasar por alto plantees o solu-
J ,, ciones alcanzados por el filósofo. En este sentido es de in -
terés una observación que nos fue hecha por el Profesor
Landgrebe 2 • Nos informó que se halla en preparación la
edición del conjunto de cartas intercambiadas por
Schütz y Gurvitch , desde el año 1939 hasta 1959, en que
Schütz muere. Además del interés general de la proble-
mática tratada, en consonancia con la índole de los
autores, allí se afirma que el eje de la fenomenología pa -
sa por la intersubjetividad. Se examinan consecuente -
mente los plantees de Husserl y se los somete a severas
l Ver Aguirrc , Die Phiinomtnologie Husserls . . . , cuyo tema es precisamen-
te el examen de 1as criticas dirigidas a la fenomenolog la en el presente.
2 Conversación con la autora el 11112/ 84.

122
123
críticas. Hoy, dice Landgrebe, con la lectura de los ma - el genético, para que el logos fenomenológico cubra el
nuscritos nos damos cuenta dé algo que Schütz y Gur- silencio impuesto por la reducción. Nos instalamos en
vitch no ~udieron saber y es que Husserl tran~itó los ~~s­ este punto de partida que aligera la preocupación por el
mos caminos que _ellos y se plapteó las m1smas obJe- éxito de nuestra empresa, confrontada con el texto de
ciones. Q. Lauer que elegimos para destacar el lugar de la te-
El bosquejo de la teoría podria introducirse con un oría de la intersubjetividad respecto de la posibilidad del
planteo preliminar: ¿Cuál es el verdadero problema pa- conocimiento objetivo. Si la justificación de la intersub-
ra Husserl el problema fundamental de la fenomenolo- jetividad no es posible, ésta nos arrastra en su caída ha-
gía: la pregunta por el Otr.o ~la pregunta por el ~.undo? cia un total escepticismo. Decimos entonces: difícil tarea
Es factible reconocer la pnondad d e la problematlca del la de la justificación trascendental de la intersubjetívi-
mundo, la pregunta "por el sentido del en ~í del m~n~o." dad, pero no más difícil que la del mundo . Y respecto
y pasar por alto en primer lugar la de 1~ ~~~ersubJetlvi­ del problema de la fenomenología del mundo, sí el filó-
dad. Esta posición se sostiene en la conviccwn de q';le l.a sofo no dijo la última palabra, dejó abierto un vasto ca-
estru ctura y la problemática del alter ego es por pnncJ - mino para ser transitado por nosotros.
pio como la del ego mismo. En el eidos ego se r~coge al Nuestra segunda afirmación concierne a la lectura
yo y al n'osotros. Y en la mism.~ linea de pensamiento es posible de una teoría de la intersubjetividad. Esto invo-
necesario reconocer que tamb1en el alter ego enfrenta el lucra tres ámbitos:
problema fundamental del mundo. Tanto para el ego
como para el alter ego la posíb.ilid~d.de otros yo y ~e.l~ 1) explícítación de los momentos que integran la teo-
comunicación con ellos es más mtehgible que la postbilt- ría , 2) exhibición de su configuración monadológica! 3)
dad de relacionarse a un ser que es, por principio .. de mostración de su carácter unitario.
naturaleza diversa a la del yo. 3 Es este un punto de vtsta Sí nos viéramos precisados a expresar sintéticamente
investido de la fuerza del "sentido común" de la más ele- el contenido de esta teoría de Husserl, diríamos que se
mental lógica filosófica, si es per.mitido u~ar tal expre- trata de una monadología que se hace explícita en todos
sión en el contexto fenomenológiCo. El ezdos ego es tal
los estratos puestos de relieve por la reducción fenome-
porque es esencia universal y como tal vale universa.l- nológica. Si debiéramos precisar el rasgo que funda tal
..,; " ' mente para todo ego. esto es para el "alter". Así debió
monadología, diríamos que se trata de una relación de
pensar E. Fink cuando caracterizó al problema del mun- reciprocidad entre las mónadas, que por su parte se ha-
do como "el problema fundamental de la fenomenolo- ce manifiesta en todos los estratos correspondientes. Sí
, u 4
gta . finalmente debiéramos expresar el fundamento de
No parece necesario aclara~ que i?"stal~rse en esta nuestra calificación como "unitaria ", diríamos que la
convicción como punto de partida, no tmphc~ un regre- persistencia del análisis en el campo trascendental y la
so a la ingenuidad de la actitud natural. S~ .1mpo?~ re - aplicación complementaria del enfoque estático y del
correr el camino del desvelamiento del anáhs1s estatico Y
genético, hacen posible la exposición de todos los estra-
3Es esta la toma de posición de Schuhmann , _ _ tos del planteo , sin que se quiebre la unidad del mismo.
Fundamentalbetrachtung.. ., en la que nos hace reparar AgUlrrc_ Op. Cit., p . Intentamos a continuación dar razón de estas afirma-
6 cwnes.
' 4 E. Fink, Die phii.nomenslogische Philosophie Edmund Husserls in der
gegenwiirtigen Kritih, en Stuél'ien zur Phiinomenologz-e, p. 119.

124 125
1) Momentos que configuran la teoría husserliana 2 · Cuando con el análisis genético se .
del Otro mundano , se explicitan los di; mere dar razón
de la intersubjetividad en que se organiza la expe nenCia
· . •mpau~
. , . ~rsos momentos .
La teoría de la intersubjetividad se configura por za con la aparición en mi .a, que comien-
estratos articulados entre si, por su común pertenencia po semeJ'ante al mío El ~ampo percept ivo de un cuer·
. . pnmer momento d .
al campo trascendental. Ellos se despliegan en dos áreas Cla corresponde a l apareamiento , a la co~ e 1a ex~;nen-
caracterizables como ref1exiva y pre-reflexiva. mo par de dos cuerpos propios. En la exp ~gur~cwn co-
El ámbito trascendental fenomenológicamente desve- ante se manifiesta una reCiproca
- evoca~. ,
enenc1a ap are-
lado como reflexivo incluye diversos estratos, jerárquica- que distingue esta modalidad de "p .. R-.. 10n, que es lo
mente ordenados según grado de constitución. el segundo momento la .óar · \..n ella se funda
J , apercepc1 n an~ 1 .
l. Cuando en análisis estático se aplica al eidos ego, la a que, en la medida en que el comportan _ogizante, por
experiencia impática se expone a la mirada fenomenoló- exhibido por su cu erpo propio , a parece e~ .-·~·uento del Otro
.
gica, como formando parte de las vivencias, reales o po- mío, e cuerpo -allá se me desvela como e m o ana1_og~ a1
1
sibles. A partir de mi ser propio concreto se efectúa una con un yo gobernante. Mi cuer o se me 'uerpo-ps~qmco
organización jerárquica de sentido sobre mi mundo pri- diblemente "aqui' ' ' pero puedo rpepresen t ,aparece" melu- ll ,,
mordial, que aparece como un determinado mundo ob- todavía en un segundo "allá", con el c\~rme 1~ a. a y
jetivo que es uno y el mismo para cualquiera, yo correlativo de mi punto cero de 0 . t . ,_.Istanciamiento
. . nen ao~ d d'
incluido. Allí aparece como primer no-yo el otro yo. Es tmt~s posiciones , equivalentes a movimie n , e estas IS·
propio de la constituciórl de la esencia de estos Otros pu - zam1ento de m i propio cuerpo pro io . \!tos d_e despla-
ros, vale decir que no tienen todavía un sentido munda- apre hendo al Otro allá y el mund o espac1"'-l
p . De este. modo ,1
1 1
1 no, no .permanecer aislados sino configurar una comuni- tal como me aparecer¡'a a mi, mismo . 'c1 re at1vo a e ,
11..· •
1 desplaz<tdo hacia alla' y desd e a 11 a, m e '<d' SI me
1 d ad monádica orientada hacia un mismo mundo . Una . . hubiera.
~ intersubjetividad constituida en la infinita idealidad, en mundo, "como si estuviera allá" aprehen., mgiera a mi
la que se exhibe la armooías de las mónadas. Hasta aquí mo el que me ve en mi antiguo "aquí" co do al Otro co·
en términos de la VMC. Esta experiencia puede de d erec h o m u tl ~o 1
\-,. r otro para
. f él..
Desde este mismo puoto de vista podemos ampliar el tamente y concebirnos de tal modo un unf' Icarse m :n~ ­
•' examen de la impatía tal como hace Husserl en otros co.' una comunidad mona' d'xca, compues~~verso monadx-
textos . Ella se muestra como una forma de presentifica- onentados h acia uno y el mismo mundo, a p or yo-po 1os
ción que, sometida a uoa doble redu cción, exhibe una
Alcanzamos todavía un estrato superiC\. .
conciencia presentifica:Ilte actual y una conciencia pre- cio'n ·· aque1 en que se logra nuestro recí'V r de consutu ·
sentificada contemporáOeamente. En la impatía mi con- miento como yo-h ombre, con creto , con m!" 'hroco .desvela-
.
ciencia actual lo es de ull otro yo , que es t al para mi por- des en relación com u n •ca
' t'xva con 1os ot 1s h abltuahda -
que a su vez me tiene a rní por alter y porque cada uno .
ciales. ros suj etos so-
de nosotros intenciona lln "mundo", como mundo para
cualquiera, que proclal1la a ambos (todos) como su con- . El último estrato desvelado conciern e .
dición de posibilidad. yo encuentro al Otro constituido na del ego reflexi'·o·
v •
la 1n
· t encwna
. l'd d :'\ la protohxsto-
1 a 1:U. .
como un ego, orientado h acia un mundo en el que yo p_roto niño y en el lactante y el comienzo 1'\1 pulsiva .e~ el
eIón d e mi· nac1m1ento
· · trascendental. \le la exphe1ta ·
mismo aparezco constitllido como alter para él.

126
127
2. La fenomenología trascendental es pora el concepto de monadología, sino muchas de las
una monadología ideas axiales en su predecesor.
Sin embargo se trata de dos posiciones diferentes. La
Recogemos la indicación de Strasser6 en cuanto a la monadología de Leibniz es una metafísica de la substan-
importancia que hay que dar a las palabras con que cia y es un punto de partida no cuestionado. En Husserl
Husserl cierra sus Lecciones de 1924: "Asi conduce la fe - tal cosa es , por principio , imposible. Para él la monado-
nomenologia a la monadología, anticipada por Lez"bniz logía sólo puede presentarse como resultado de un análi-
en genial aperfu" 7 y la acentuación puesta por él en el si ex-plicativo, metodológicamente conducido. Si ella
significado de los términos "conduce" y "anticipada", tiene carácter último y fundante, esto debe aparecer en
para comprender el sentido en el que avanza el pensa- el curso de la explicitación y nunca como un supuesto no
miento del filósofo. examinado. También debe separar necesariamente am·
Strasser señala en particular que Husserl entiende su bas concepciones, el papel que juega en Leibniz la afir-
ontologia social como una monadologia. Nosotros, por mación del Dios Creador. Husserl quiere separar toda
nuestra parte, extendemos el alcance de esa afil'lllación convicción confesional de su filosofía. Si la idea de Dios o
1 y decimos que todos los niveles en que se desvela la inter- de la divinidad se presenta en ella, lo hace con funda·
" subjetividad descubren correlativamente una monadolo- mentos peculiares - que no investigamos en esta oportu-
gía. "Mi ego, dado a mí apodicticamente, el único a ser nidad - pero que de ninguna manera se vinculan a la
puesto por mi como existente , en absoluta apodictici- idea de Dios-punto de partida.
dad, a priori sólo puede ser un ego experimentante del La afinidad con el pensamiento de Leibniz se mani-
mundo, mientras es en comunidad con sus otros seme- fiesta en la coincidencia en ciertas afirmaciones funda-
jantes, miembro de una comunidad monádica dada, mentales9 : l) La simplicidad e indivisibilidad como ras -
1
1 orientada a partir de él." 8 Esto aparece involucrado en gos propios de la mónada, 2) La individualidad de la
J lo que Husserl presenta como los resultados metafísicos mónada en el sentido de irrepetibilidad; la individuali -
de la explicitación de la experiencia del Otro, en la, me- dad sobreviene a la mónada desde dentro. No hay deter-
dida en que se denominen "metafisicos" "los conoci- minación exterior, 3) La vida inmanente de la mónada
mientos últimos del ser", y no como una "aventura me- no despierta ni es conducida por causas exteriores, 4)
tafísica", sino como un desvelamiento trascendental, Las mónadas son independientes entre sí: "las mónadas
·metodológicamente conducido . no tienen ventanas", 5) Ellas se refieren a uno y el mismo
El hecho de que el principio de individuación de la universo , 6) La expresión de "armonía preestablecida"
conciencia única preocupara tempranamente al fisólofo alude a la legalidad racional universal a que las móna-
junto a la constatación de la multiplicidad de concien- das obedecen.
cias, debió conducir su interés por la respuesta que Aun la idea husserliana del paralelismo psicofísico
Leibniz diera oportunamente al problema. Tan afín se puede entenderse como eco del afirmado· por Leibniz.
siente al descubrimiento leibniciano que no sólo incor- Las divergencias aparecen cuando tenemos en cuen-
ta el trasfondo fenomenológico. Así por ejemplo la ar-
6 Strasser, S. Crundgedanken der Sozialontologi~ E. Hu.sserls, p. 4.
7 FPr. II, p. 190. 'Aper~u" en francés en el original. 9 Strasser, Op. cit. , p. 3 a~. estudia comparativamente ambas monadolo·
s MC, p. 166. gias.
10 Hua XIV, p . 270171.

128
129
tnonía preestablecida con carácter de acuerdo universal
tlO encuentra su raiz última en el "divino Relojero" ni en una vez aplicada la reducción fenomenológica a mi cre-
vn acuerdo formal. El acuerdo es en primer lugar de ti- encia en el cuerpo propio extraño, cuya apercepción
J?O constitutivo, el que confluye en la,posició~ de un mi~­ motiva la creencia en _la subjetividad ajena y la del
rno mundo para todas las mónadas. La reahdad efecti- "hombre extraño", tengo una conexión que debe explici-
va absoluta no es la de una multitud de mónadas simple- tarse . Ella se me da en mi experiencia originaria de refe-
mente acordadas entre sí (como relojes hechos por un re- rencia a mí mismo. En esta percepción interna, en que
lojero y a los que ha puesto en marcha), sino una cone- me son dadas todas mis vivencias, ensu entro mis impa-
~ión única, un todo de mónadas, cada una de las cuales tias. De modo que tengo mi mónad'a originariamente
ele manera originaria (perceptiva) sólo vive su propia vi- dada y otras, caracterizadas por mis mismas notas esen-
cla, sin embargo cada una <<está» en relación causal pasi- ciales, que sólo aparecen originariamente para sí mis -
va y activa actuante (aktiv tatiger) con todas las ot_ras, mas y me son dadas presentificadas. "En la autoaper-
\)na unidad de recíprocos actuar -en y padecer, median· cepción a desvelar, están incluidas apercepciones extra-
te lo que está ahí como en sí primero un producto co- ñas a desvelar. Los desvelamientos como tales pertene -

.•' f11Ún, como naturaleza. " 10 En tanto la armonía leibni-


ciana procede del Creador, en Husserl ella reside en to-
cen a mí mismo , a mi mónada, pertenecen al horizonte
aperceptivo de la autoapercepción . Empero el desvela·
miento de la autoapercepción y cada autoapercepción
das y cada una de las mónadas habitadas por un teto~,
que reviste diversa forma según el estrato al que se aph - misma, ca-pertenecen al horizonte de toda otra autoaper-
que la mirada fenomenológica. cepción y con esto pertenecen a mi mónada misma, a mi
mismo." 11 Luego, la comunidad de mónadas consiste
Según lo afirmado hasta aquí la configuración mona- en que asi como cada mónada tiene un cierto modo de
dológica debe hacerse presente en los diversos estratos comunidad consigo misma, tiene su ser en su ser para si
estudiados. Interesa mostrar cómo en ellos la afirmación misma, "se halla también en comunidad con toda otra
respecto de que las mónadas no tienen ventanas se mónada, en la medida en que no sólo es para sí, sino que
complementa con su contraria: "Las mónadas tienen toda otra mónada es para ella y es para ella como una
ventanas". Ella debe hacerse manifiesta en todos los mónada, para la que ella misma y toda otra mónada es
niveles de justificación de la intersubjetividad . Propone- para sí." 12
JYlOS considerarla en tres momentos:
Cada mónada es para sí misma trascendente, porque
a) La monadología idealista tiene una percepción de sí misma con un horizonte acce-
b) La monadología social sible en forma de actualización. Es "imperfectamente
e) La monadología pre-reflexiva actualizada" y sin embargo actualizada como una uni-
dad en la ·pluralidad de actuaciones fluyentes. De ellas
a) La monadología idealista procede su cualidad de trascendente , la imperfección
procede de las limitaciones de su recordarse y su evocar-
Es Iso Kem quien propone la denominación de "mo- se en la espera. Señalamos aquí que se ha introducido
nadología idealista" para la desarrollada por Husserl y un sentido de trascendencia inmanente que no concier-
e,cpuesta en varias oportunidades, en particular en un ne a la cosa ni al Otro como "verdadera trascendencia".
texto escrito alrededor del año 1925. En él se afirma que 11 Hua XIV, p. 358.
12 Op. cit. , p. 359.
130
131
Antes de concluir ~ste texto el filósofo trae a colación
'
1
1

Entendemos que con estzindicación, en este contexto, dos temas de gran importancia. En primer lugar nos re-
Husserl apunta a mostrar¡ue no nos es tan ajeno el Otro' cuerda que la presentificación es motivada por la indica-
por su carácter de trasceldencia, en la medida en que ción de lo propio-corporal, consecuentemente no se tra-
ésta se descubre como pn~ia del ego mismo. ta de una mera fantasía. El Otro se actualiza sólo "en" la
Sirven estas consideraó.nes como prodromo para al- presentificación y tiene lugar la creencia en lo dado pre-
canzar el momento fundate, con dos temas de impor- sentificado, hay aqui un "indicado original", lo que
tancia: "Esta relación furlarnental en el ser recíproca- quiere decir no indicado arbitrariamente, "sino indica-
mente una para la otra, ~evidente como relación del do con una indicación originaliter motivada" 14 • En se-
coexistir en un tiempo in.ersubjetivo . Este aquí no es gundo lugar elucida el sentido en que ha hecho referen-
tiempo objetivo, sino innmente intersubjetiva del co- cia a la causalidad entre las mónadas . Se mantiene cier-
existir según modos tempcales subjetivos ... Esta relación tamente la afirmación de que "de afuera", d e otras mó-
fundamental es el fundamnto para las demás relaciones nadas nada puede penetrar" 14 . No se trata, dice Hus-
.intersubjetivas, para una <lusalidad intersubjetiva y pu- serl, de "tirar algo dentro de una olla". La influencia de
ramente espiritual, para l1sugestión, para la imitación la otra mónada, a través de las ideas que me comunica,
•' pasiva. " 12 De este modo lega Husserl al tema de las por ejemplo, sólo·me motivan a través de mi propia ex-
causalidades reciprocas ttivas, "las ventanas de la periencia , se inserta en mis conexiones subjetivas y a
causalidad monádica espeifica" y al mismo tiempo in- partir de allí se produce la determinación. El Otro.tiene
manente del coexistir mondico. influencia sobre mi en la medida en que su creencia, su
A continuación es necesrio justificar la evidencia de orden, su deseo pasa a ser mi haber vivencial. Si en mis
1 la posición del Otro, apliondo en primer lugar la "re- conexiones carezco de los motivos que induzcan este ha-
a ducción egológica". La expcitación subsiguiente se em- ber vivencia! , el Otro no puede obrar eficazmente sobre
1
J parenta con la que en otra~casión denomina "doble re- mi. Lo que ocurre en mi ocurre a partir de mi propio
ducción", vale decir que se funda en el valor de la expe- ser, '~el ser a partz'r de la autoexperz'encia orz'gz'nal, cons-

!v• 1
riencia presentificante commodo de darse la experien-
cia del Otro. El Otro no h de darse en mi originaliter,
sino en una apercepción dtpresentificación. " ... Lo que
tituido como si mismo, como yo." 15 Por lo tanto no hay
paradoja: cada mónada está cerrada en si según sus vi-
vencias'y al mismo tiempo se sabe en relación causal con
llega a la actualización ~ lo presentificado como tal, las otras mónadas.
confirmándose y llenándos: de contenido, en adecuado
curso concordante de preSf1ltificación" 15 , sólo asi se al- b) La monadología social
canza el sujeto extraño segln su presente o según su pa-
sado, presentificado. "El ft~.ómeno originario es aqui la Tempranamente 16 encontramos las primeras referen-
presentificación en generalr el doble estrato intencional . cias de Husserl a este tema. Se ubica en esa época en una
que le es esencialmente pro!io en la intencionalidad con actitud que denomina egológica o personalista, que
la capacidad de modaliz!lÍón de la creencia actual y
< del > existente, mientras hintencionalidad en la presen- 14 O p . cit. , p. 365.
tificación , la presentificada permanece idéntica". 15 Op. cit. p. 365.
16 Alrededor de 1910. Hua X III , p. 90 y sig uientes.
13 O p. cit.. p. 362.
133
132
considera el mundo espiritual como correlato de la con-
ciencia y en el que "mi" mundo vuelve a resultar vivido personal y comunitario: "Para cada uno hay un
"nuestro" mundo . Por el camino de la psicología llega a horizonte lejano, la pluralidad de Otros abierta, inde-
la consideración del mundo como involucrando la rela- terminada, además de aquellos que realmente abarco
comprensivamente y su conciencia, la conciencia del
ción de todos los hechos, " ... que yo, el yo que describe ,
encuentro intuitivamente y que tengo junto con el Otro indeterminada, todavía no abarcada, más allá de
hombre descripto, etc. como nuestro mundo circundan- lo que yo realmente comprensivamente sé de ello, esto
vinculándose de nuevo con la conciencia de Otros, etc.,
te común y que todos nosotros encontramos co~o in-
tuible e intuible en lo·sucesivo." 17 Las relaciones se es- horizontes puros en los que más o menos se puede pe-
tablecen entre los sujetos espirituales por medio de actos netrar. Comunidad de una vida orientada a partir de
comunicativos, en ellos "cada 'espíritu' se sabe miembro cada ego y con horizonte indeterminado dándose intuiti-
de un mundo espiritual y al mismo tiempo se sabe como vamente y vida que cada uno debe seguir 'construyendo'
(penetración en el intercambio que progresa, por medio
sujeto de un mundo de cosas que está frente a él." " 17
del aprovechamiento de la tradición, etc. pero imperfec -
Interesa destacar que en este contexto se excluye el
tamente)." 20
concepto de causalidad y se lo reemplaza por el de "mo-
Estas consideraciones, en síntesis, nos permiten afir-
tivación" . No me dejo determinar por el Otro, un "yo
pienso" es motivado por otro "yo pienso" , en última ins- mar que también en el estrato superior de constitución
de lo social , se hace presente la comunidad monádica,
tancia por lo representado por mí de tal y cual manera.
fundada en una acción y reconocimiento recíproco entre
Aquí la descripción concreta histórica de la comunidad
los sujetos del mundo cultural y se hace visible la resolu -
de los hombres se ha de lograr a través de la "compren-
ción de la supuesta paradoja entre el yo-social , determi-
sión" de las motivaciones internas de la conciencia de los
hombres individuales 18. nante de sus actos y su ser alcanzado por los Otros en ac-
tos sociales, comunicativos.
En el texto Espírz"tu comunitario (de los años 1921 y
1922) las ventanas de las mónadas se abren en los actos
comunicativos arriba descriptos: los actos comunitarios e) La monadologia pre-reflexiva
ji
cubren una vasta gama de representaciones, convic-
1 ciones , valoraciones, decisiones respecto de lo que debe Husserl no dejó una exposición orgánica de este nivel
ser en la práctica. Aquí vuelve a presentarse la doble monadológico último fundante. Dejó en cambio algunos
afirmación: mi decisión, mi pensamiento es mío y sin desarrollos parciales donde -siguiendo a Landgre-
embargo reconozco que emana de mi experiencia de b e 2 1 - pod emos encontrar 1as m
. d'tcacwnes
. que nos con-
·otros. También puede suceder que el Otro me reconoz- ducen hacia el último estrato como factum absoluto.
ca como fuente de sus convicciones y representaciones. La vinculación de los tres temas: factum absoluto,
En el Anexo XXVII (del año 1922)19 se expresa la tra- historia .Y monadología se halla en un texto 22 que preci-
bazón comunitaria en términos de la relación del tiempo samente lleva por título Monadología y dice : "Por lo
tanto sólo los egos en su referencia recíprocá comunica-
17 Op . cit . p . 91/92.
18 Op . cit. p . 94/ 95.
19 Op. cit. p . 217 y siguientes.
20 Landgrebc, Medüalion ... y Die Phiinomenologie als .. .
22 F. Pr. IJ, Anexo XXXII , p. 497.

134
135
tiva son absolutomente existentes". "Cada ego tiene su contrario, su consecuente ejecución, conforme a su pro-
historia... Y todaa comunidad comunicativa de yo abso- pio sentido, conduzca a tma fenomenología de la inter-
lutos. . . tiene su f'tistoria "pasz'va" y "activa" y es solo ~n subjetividad trascendental y en virtud de ésta, se
esta historia. La historia es el gr.an Jactum del ser abso- despliegue una ftlosofia trascendental en general." 23
luto ; y las últimas preguntas, las últimas metafisicas y las
últimas teleológicas son a una con las preguntas por el 3. Carácter unitario de la teoría husserliana
sentido absoluto de la historia". de la intersubjetividad
Más arriba he-mos desarrollado lo implícito en esta
afirmación. En e:5ta ocasión sólo queremos señalar que, La búsqueda de la mostración del carácter unitario
de este modo el estrato monadológico último fundan te, el como rasgo válido en general en el pen~amiento d~
que aparece com.o un facturo, más allá del cual la apli- Husserl , ha estado presente en nuestra investigación co-
cación de la reducción fenoJll.enológica deja de tener mo telos, como "idea-fuerza". Esto fue resultado del as-
sentido, es el de La sedimentación de experiencia anóni- pecto "práctico" de nuestro trabajo, que incluyó discutir
mamente producida. Ella exhibe su carácter histórico y la problemática de la intersubjetividad con los Profeso-
ofrece como límite ideal "mi nacimiento trascendental". res Landgrebe , Strasser y Aguirre. Estos filósofos, cuyas
También en este estrato se hace visible el vinculo re- posturas no son en todos los casos convergentes, coinci-
cíproco intermonádico, las "ventanas" de las mónadas dieron en la negación de una fractura en la evolución
como su "protoaspirar". En el impulso sexual y en la re- del pensamieJ}.to de Husserl. Respecto de nuestra pre-
lación madre-niño hemos descripto la protointencionali- gunta por el giro que supone el "último Husserl" el Prof.
dad ·instintiva de la comunización. Strasser subrayó que nunca se abandonaba el campo
1 Si la estructura de "esta unión en la duplicidad", que trascendental, que primero se había recorrido como
'
¡
J
"funda la analogia de copresente y presente para sí mis-
mo" , es la historia, la temporalidad intersubjetiva vuelve
"ego" y más tarde como "vida" . El Prof. Aguirre invirtió
el sentido de la pregunta diciendo que, en ese caso, lo
a asomar como marco de referencia. que habría que demostrar es en qué textos el filósofo se-
El resultado de nuestra investigación, sintetizado en ñala la brecha. "Husserl nunca abandona el marco de la
11
nuestra afirmación: "la fenomenología trascendental es filosofía trascendental". El Profesor Landgrebe llegó a se-
una monadología" es la respuesta a la objeción al su- ñalar el camino de la búsqueda en una afirmación que
puesto solipsisrno fenomenológico. Ella permite el filósofo reitera: "Llevo a los Otros en mí", se trataría
comprender porqué el filósofo reiteradamente proclama pues de elucidar en todos los estratos d esvela dos las pe-
que su solipsismo es una argucia metódica: se trata de culiaridades implícitas en ese "llevar". En este sentido
''un nivel filosófico inferior'', que como tal ha de ser deli- hemos queri~o orientar nuestra investigación.
mitado con un propósito metodológico y anticipa lo que Una primera objeción desde el punto de vista metódi-
nuestra investigación cree haber justificado: "Nosotros co destacaría fractura entre el análisis estático y el gené-
en cuanto filósofos principiantes no debemos dejamos tico. Nuestra investigación nos condujo a presentarlos
atemorizar por semejantes reparos. Quizá la reducción como complementarios.
25 MC, p. 69.
al ego trascendental sólo implique en apariencia una 24 Kcrn, l. , The ihree ways to the transcendental phenomenologt'cal re·
ciencia persistentemente solipsista, mientras que, por el duction, en Husserl, Expositions and Appraisals y Landgrebe, Husserls Ab·
sthied von Cartcsianismus, en W ege der Phanomenologie.

136 137
En términos generales el tema de la unidad en la te- fluir sin yo" 28 , "como condición de un or:den egológico,
oría de la intersubjetividad se subsume en la pregunta el fluir remite a un 'trasfondo pre-egológico' configura-
acerca de si en la concepción trascendental de Husserl do por el sistema primordial de los impulsos." 29
hay una fractura. En primer lugar es necesario afirmar En el mismo sentido interpretamos la indicación hacia
que no encontramos en la obra d e Husserl la explícita "el desvelamiento de una génesis temporal en curso" ~o
declaración de un cambio en la toma de posición que lo como aquello de que no se trata cuando se lleva a cabo el
enfrente con su objetivo original. Con el paso del tiempo análisis estático. "Aquí no se trata" dice Husserl, luego
se va enriqueciendo y perfilando "<;lesde dentro" el modo este análisis de la. génesis temporal es compatible co!l su
como se pone al alcance el objedvo de la exposición de la pensamiento en la circunstancia de la VMC, sólo que no
fenomenología trascendental y no ve incompatibilidades es ese el momento en que va a desarrollarlo.
entre uno y otro, sino más bien las ventajas de uno sobre La concreción de la unidad de la intersubjetividad,
otro. concebida como monadología, reside en el vinculo re-
En Di~ Phiinomenologie ... Aguirre dedica un análisis cíproco intermonádico, que se reitera con caracteres
detenido a mostrar como tempranamente, en Ideas 1, § propios en todos los estratos.
40 y 52 25 Husserl' ya concibe la supresión del contraste En conclusión la unidad propia de la teoría hus-
entre dos sentidos de "concreto", el que concierne al serliana de la intersubjetividad se funda en la común
mundo de las cosas tal como se da en la vida cotidiana y pertenencia de todos los· estratos explicitados, al ámbito
el mundo creado a partir del método físico-geométrico: trascendental . Visto desde otro ángulo este ámbito apa-
"La concreción del mundo precz'entífico se extiende aho- rece, tal como señalamos, como temporalidad intersub-
ra a la concrecz'ón unz'versal". En el mismo texto afirma jetiva, sobre cuyo trasfondo me encuentro· y nos en·
que la vida originaria es siempre trascendental , aunque contramos llevándonos en nosotros mismos los unos a los
antes de la reflexión no pueda señalársela, aun cuando otros: "Llevo a los Otros en mi". La fenomenología de
permanezca como tal inaccesible 26 • Consecuentemente, los estratos superiores no hace sino mostrar en otro nivel
cuando se trata de la explicitación intersubjetividad, el lo descubierto en el nivel fundante. El desvelamiento de
nivel preyoico mantiene su pertenencia al carácter tras- este último viene a completar la VMC, que considerada
cendental unificante . · aislada, ha sido calificada como "insuficiente". Se ha al-
El siguiente argumento concierne a las indicaciones canzado "la protounión en la duplicidad <en que> se
que hay en la propia VMC respecto de la posibilidad de funda la posibilidad de la analogía de copresente y
ahondar el análisis en estratos más profundos, que autopresente".
muestran que el filósofo tiene en cierta medida ante si Desde nuestro punto de vista el gran giro de Husserl
las sucesivas áreas de despliegue del problema. Cuando no se halla en el desvelamiento del mundo de la vida ,
en ella se menciona el "presente viviente'.' 27 se indica un que es la secuencia normal de la aplicación de la investi -
,, gación fenomenológica genética, sino en el giro hacia la
ámbito· de explicitación que funciona como nexo entre
la estructura yoica y "la capa inferior que la funda del intersubjetividad, la incorporación de la intersubjetivi -
dad en el ámbito trascendental. No fue un problema fá-
28 H ua X V , p . 598.
25 Ag uirrc , Die Phiinomenologie ... , p . 94 y siguientes. 29 Wahon. R .. O p . cit. , p . 52.
26 Aguirre , O p . cic. ,_p . 8 y 9.
30 M C, p. 136.
27 MC, p. 141 / 42.

138 139
cil para el propio Husserl, sin embargo, a partir de lo ' '
pue~to h~sta . aquí, podemos afirmar que nos legó cw"' '
11 J) liografía
~eo;Ia umtana, una base sólida de justificación a ))111111
e a cual podemos seguir reflexionando.
l 'c•xtos de E. Husserl

ltu ..r olluua · Publicación de la obra completa de E. Husserl, de acuerdo a los


'' '~ 111 14 1oitos existentes en el Archivo-Husserl , Lovaina , dirigida hasta su
iiiiii i i i" I''H' H. L. van Brcda. La Haya, M. Nijhoff, a partir de 1950.
1" '"" 1: Cartesianische Meditationen und Pariser Vortrage, a cargo de S.
' ' "'"'', 1 9~0 (MC). 2da edición a cargo de R. Boehm .
1""1" 11 : Die Idee der Phiinomenologie. Fünf Vorlesungen. A cargo de W.
"" "'"'· 1!)50.
1"1"" 111 : Ideen zu einer reinen Phiinomenologie und phanomenologischen
1'/o/"'"flitic. Libro primero. Allgemeine Einführung z'n die rez'ne Phanc>me·
""'"11"'· A cargo de W. Biemel, 1950. (Ideas!).
1' """ 11 111: Ideen ... Texto de la Ira . · 3ra. edición, nuev~- publicación a
•'"11" de K. Schuhmann, 1976.
1" '"" 111 / 2: Ideen ... Textos agregados (1912-1929), nueva edición a cargo
ol1 1( Schuhmann, 1976.
1 """' IV: Ideen zu einer rez'nen Phanomenologie und phiinomenologischen
1'/c t/,w jJhie. Libro segundo. Phanomenologische Untersuchungen zur Kons-
111 11111111 . A cargo de M. Biemel, 1952. (Ideas JI).
1'"'"' V: Ideen zu einer reinen Phanomenologie und phanomenologischen
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148. 149
INDICE Pág.
1 ,, ) El alter ego
1 h) El mundo corno "índice"
1 , ) La "doble reducción"

1V. FENOMENOLOGIA GENETICA 57

t\ . MOTIVACION DE LA
EXPERIENCIA DEL OTRO MUNDANO
l . Segundo sentido de "lo primordial"
:~. La constitución del Otro mundano
'1. Comunicación de las mónadas
I. INTRODUCCION •1. El sentido de la experiencia "como si"
l!J
l.a) ¿Hay ~n Husserl algo tal como una teoría
de la Intersubjetividad? .
'•. Examen de Aguirre a la crítica de Held

l. b) Lineamientos fundam~ntales de nuestro B. LAS LECCIONES 1926/ 27 83


planteo. l . Detenido análisis del "apareamiento "
I.c) Presentación de las dos grandes áreas del :l. La experiencia de la constitución recíproca
planteo .
l.d) Ll co?_ciliación de ·a.mbas áre~s como su- C. LA INTERSUBJETIVIDAD COMO
1 peracwn de una supuesta br~cha. COMUNICACION SOCIAL 95
1. El acto social y la comunicación yo-tú
1 f 2. La fenomenología como filosofia trascen -
dental.
:l . La relación yo-tú como motivante del logro
de la conciencia personal.
3. ¿E: n~cesario responder a la objeción de1 :; . Unidades personales de orden superior
/ sohps1smo?
D. HACIA EL FACTUM ABSOLUTO 107
II. LA':' MEJ?ITACION CARTESIANA 1. Fenomenología estática y genética
Consideraciones preliminares 35
2 . La protointencionalidad impulsiva
2. a) El carácter trascendental de la inten-
III. FENOMENOLOGIA ESTATICA cionalidad impulsiva
l. <?aracterízación de la fenomenología está- 37 2.b) La "primera impatía"
~.Ica y _I_a fenomenología genética. 3. El factum absoluto.
2. Tenswn y ambigüedad" en la V MC
3. Pia~te<_> reflexivo-filosófico respecto del V. CONCLUSION 123
~entldo trascendental de los sujetos extra- 1. Momentos que configuran la teoría hus-
nos.
serliana de la intersubjetividad

L
2. La fenomenología trascendental es una Pág.
monadología
2.a)La mo~adología idealista
2.b) La monadología social
2.c) La monadología pre·reflexiva
3. Carácter unitario de la teoría husserliana
de la intersubjetividad.

BIBLIOGRAFIA
141

. · · en el mes
Se terminó de rmpnmlr /m renta de
BJ
de diciembre de 19 Aen Gaf¡cla 1860
/os Bu:~~~o:YJ.~~s .' A~gentína

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