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DESCRIPCIÓN DE ANÁLISIS DE UN TEXTO BÍBLICO

1. UBICACIÓN DEL TEXTO

1.1.Delimitación de la perícopa

De qué se trata Justificar los límites del texto que vamos a estudiar: dónde
empieza y dónde termina.

Para qué sirve Nos permite distinguir la unidad de pensamiento que el autor y
el texto quieren comunicarnos. Una unidad de texto con
sentido completo propio se denomina “perícopa”.

Cómo proceder Indicar primero dónde comienza el texto (poner la referencia)


argumentando el por qué precisamente ahí. Hacer lo mismo
con la frase final del texto. Se aconseja
(1) seguir una argumentación comparativa entre los textos
anteriores y posteriores de la perícopa y, para ello,
(2) tener en cuenta “criterios formales” (es decir, visibles en el
texto; no sirve decir “aquí hay esta idea”): cambio de tema o
acciones, cambio de lugar, de personajes, de género literario,
fórmulas, vocabulario característico, etc.

1.2.Adopción del texto que va a ser estudiado

De qué se trata Adoptar el texto castellano con el cual se va a trabajar.

Para qué sirve Dar cuenta de una traducción que mejor represente el original
y que permita captar los matices del original.

Cómo proceder (1) Si Usted ya maneja las lenguas bíblicas, haga su propia
traducción. Si no, adopte la del INTERLINEAL o la de la “Biblia
de América”.
(2) Compare la traducción con otras traducciones disponibles.
Para ello haga columnas que le permitan visualizar las
semejanzas y diferencias entre las versiones. Observe
finalmente las diferencias y tome nota de ellas. Donde haya
notables diferencias, preguntarse el porqué de ellas.
(3) Es probable que algunas diferencias no tengan que ver con
la traducción sino con el mismo texto original, esto es lo que
llamamos “problemas relacionados con la transmisión del
texto” y la solución la da la crítica textual. Si hay algún
problema, adopte la forma que considere más cercana al
original dando un buen argumento.

1.3.Búsqueda de textos paralelos y afines


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De qué se trata Detectar si existen “duplicados” de la misma perícopa dentro


del mismo libro, o textos “paralelos” en otros libros, o pasajes
“afines” en toda la Biblia. No necesariamente los hay.

Para qué sirve Para descubrir la originalidad del texto que estamos
trabajando. Los duplicados y paralelos tendrán siempre
semejanzas y diferencias con el texto estudiado. Las
semejanzas nos ayudarán a ver la matriz común de
pensamiento (lo cual refuerza la exégesis del texto en estudio)
y las diferencias permiten ver cómo el redactor le impregnó a
su perícopa características literarias y teológicas propias. Los
textos afines, es decir, los pasajes donde se encuentran
algunas de las palabras, frases o temas de la perícopa,
ayudarán más adelante a “iluminar” la perícopa estudiada
desde la riqueza de los conceptos bíblicos. Es muy útil para el
estudio intertextual de la Biblia.

Cómo proceder Determine los textos duplicados, paralelos y afines a la


perícopa que va a estudiar observando inicialmente en una
Biblia de estudio las anotaciones marginales o las notas de pie
de página. Puede ayudarse también de una concordancia.

2. CONTEXTUALIZACIÓN DEL TEXTO

Qué: Localizar exactamente el texto dentro de su contexto literario, desde


el nivel más próximo hasta el más amplio.
Para qué: Nos asegura que la interpretación del texto se hará tomando en
cuenta dentro de qué otros textos está. Una misma frase puede
encontrarse en un libro sapiencial y en un libro profético, igualmente
sucede en los evangelios. Pues bien, de acuerdo con el contexto en
el que se encuentra cada frase tendrá su valor. Por eso la
observación del contexto es la primera regla de interpretación.
Cómo: (1) Señale el contexto próximo
-Anterior (coloque la cita completa de la perícopa anterior y
diga de qué trata)
-Posterior (repita el procedimiento con la perícopa siguiente)
(2) Señale el contexto remoto
- Indique la sección del libro a la que pertenece
- Indique el libro y su corpus dentro del testamento respectivo

3. ESTUDIO INTERNO DE LAS CARACTERÍSTICAS DEL TEXTO

Una vez que hemos localizado con exactitud el texto, nos metemos de lleno a
verlo por dentro.
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3.1. Tipo de literatura

Qué: Determinar el tipo de literatura que es el texto, a saber, si se trata de


un texto en prosa o es poético. Los textos en prosa pueden ser
narrativos, esto es, descriptivos.
Para qué: Para saber evaluar los recursos que puede utilizar un autor para
expresarse y entonces sopesar el valor literario de las palabras o
conjunto de palabras que se emplean. Esto nos permitirá también
discernir con mayor acierto el o los métodos más adecuados para el
análisis de la perícopa.
Por ejemplo: No es lo mismo la expresión “Tú despliegas con tu
mano el firmamento”, que es un verso de un Salmo, que la expresión
“David tomó en su mano la lanza”, que es un trozo narrativo del
primer libro de Samuel. En el primer caso la palabra “mano” no se
refiere a una extremidad humana sino al poder de Dios, en cambio –
en el segundo caso- sí se refiere exactamente a una parte del
cuerpo.
Cómo: (1) Fijarse en la forma como el editor del libro presenta el texto.
(2) Fijarse en el uso de los verbos y en el lenguaje en general. Si se
trata de una serie de acciones realizadas por personas, tengo un
texto narrativo. Si tengo acumulación de atributos sobre sujetos o
cosas, tendré descripciones. Si el texto inicia afirmando que alguien
dijo, tengo un discurso, etc.
(3) Hay que tener presente que muchos textos combinan narraciones
con discursos. En los casos en que haya combinaciones es
necesario ver el tipo de literatura que prevalece.

3.2. Estructura o partes del texto

Qué: Distinguir las partes o la estructura del acto de comunicación que


representa el texto. No hay que olvidar que todo acto de
comunicación es fruto del pensamiento humano y todo pensamiento
humano, por complejo o simple que parezca, tiene una estructura.
Para qué: Cuando uno conoce la anatomía del cuerpo puede entenderlo mejor.
Uno puede saber qué función específica cumple cada parte, dónde
se encuentra lo más importante y dónde está lo accesorio. De la
misma forma, proponernos la estructura de un texto nos permite
conocer el punto medular del mensaje que se transmite, qué cosas
son periféricas o carecen de importancia para el texto. Además, en
las articulaciones de las partes se comprende mejor el texto en
cuando fluido narrativo o argumentativo cuyas partes cumplen
función comunicativa que tiene efecto en una función última, que es
la razón de ser de la perícopa.
Cómo: Como presupuesto fundamental, hay que tener en cuenta el tipo de
literatura que tenemos. Además, como ejercicio previo, acostúmbrese
a segmentar el texto según las oraciones (criterio: un verbo por
línea).
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Cuando la perícopa tiene la forma de un discurso, dé los siguientes


pasos:
(1) Note: (a) Quién habla, (b) Cuándo habla, (c) Dónde habla, (d) A
quién le habla.
(2) Note: Cómo habla. Para ello haga una primera subdivisión de la
perícopa según el criterio formal:
- Aserciones: afirmativas o negativas.
- Mandatos (en imperativos)
- Interrogantes
- Condicionales
- Consecutivos
(3) Note: Qué habla. Para ello ayúdese del criterio temático, esto es,
separar las partes del texto de acuerdo con el contenido
expresado por las palabras que se utilizan.
(4) Examinando la respuesta a las preguntas anteriores y observando
atentamente la forma como se articulan las partes del discurso
responda: Qué pretende.

Cuando se trate de un texto narrativo, después de segmentar la


perícopa, distinga inicialmente las “voces” que suenan en ella: (a) la
voz del narrador (colóquele una “N” en la margen) y (b) las voces de
los actores (colóquele la inicial del personaje al lado de su discurso y,
si le parece, bien encuadre la parte discursiva, de manera que pueda
observar mejor lo que es estrictamente narrativo).
Una perícopa narrativa podemos dividirla mejor siguiendo alguno
estos tres criterios:
(1) Las acciones (=atención con los verbos!) y los sujetos que
actúan. Para ello observe: (a) Qué se hace, (b) Quién lo hace, (c)
A quién afecta la acción, (d) Qué consecuencias tiene.
(2) La evolución de la línea temporal. Para ello note la sucesión de
los tiempos según las cadenas verbales y determine qué etapas
tiene el texto en el desarrollo de la acción.
(3) El desarrollo dramático. Para ello note: (a) planteamiento del
problema, (b) nudo, (c) acción decisiva, (d) desenlace.

Cualquiera que sea el procedimiento, el exegeta debe hacer siempre estas tres
operaciones básicas.
- Segmentar el texto
- Organizarlo por sub-unidades
- Hacer notar la forma como se articulan las partes del texto

3.3. Vocabulario del texto

- Vocabulario relacionado con el contexto (motivos contextuales)


- Vocabulario portador de connotaciones teológicas
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3.4. Cuando se trata de textos narrativos: programa narrativo

3.5. Cuando se trata de textos discursivo:


- tema principal y temas secundarios
- Figuras literarias

3.6. Finalidad o función del texto con respecto a sí mismo y con respecto al
contexto

3.7. Textos paralelos o afines

4. PROFUNDIZACIÓN DE LOS TEMAS TEOLÓGICOS PLANTEADOS POR EL


TEXTO

5. ACTUALIZACIÓN DEL TEXTO

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