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Asignatura:

Resolución de Conflictos

Título del trabajo


Actividad 6
Obediencia Ciega A La Autoridad

Presenta

Lileth Andrea Salas


ID. 417259

Docente

Cesar Mauricio Calderón Ceballos

Administración de Empresas Octavo Semestre -grupo II


San Juan de pasto, Marzo 02 de 2018
INTRODUCCION

El presente artículo cuenta con una definición de conflicto ya que se desprende en


los ejemplos citados por el autor y van encaminados en todo aquel elemento
influenciado por el poder proveniente de circunstancias sociales que llevan a la
confrontación entre el bien y el mal, el conflicto es el resultado del choque entre el
maligno y lo heroico y esto no es más que una serie de impulsos que lleva a una
persona a hacer el mal; o actuar en favor de personas o ideales sin esperar
retribución alguna.

(Zimbardo, 2007) Plantea que existen fuerzas sistémicas externas capaces de


fomentar y alimentar la maldad, y procedimientos eficaces para inducir la
imaginación hostil al punto de lograr que cualquier ser humano renuncie a su
bondad y actúe de manera irreflexiva. A esto puede llegar movido por una ideología,
en cumplimiento de órdenes atroces, (La violaciones de Ruanda la matanza de
tutsis por los hutus, o los actos en la prisión de Abu Ghraib) siguiendo tendencias
que etiquetan a otros como enemigos o frente a otras condiciones colectivas que
desconectan la moralidad y los sentimientos (hinchas extremos, linchamientos,
fanatismo).
OBEDIENCIA CIEGA A LA AUTORIDAD

¿Qué puede impulsar a una persona íntegra a llevar a cabo los más horribles actos
de crueldad?

En primer lugar el poder social: el "poder de las situaciones sociales" es el que lleva
a la "gente corriente" por el camino del mal. Las fuerzas situacionales tienen más
poder del que pensamos para conformar nuestra conducta en muchos contextos.

La psicología social, según la perspectiva del investigador, ofrece pruebas


fehacientes de que el poder de la situación puede más que el de la persona en
algunos contextos.

Pero estudiar estas conductas censurables exige una comprensión de las fuerzas,
las virtudes y las vulnerabilidades, que aportan estas personas o grupos a una
situación dada. Luego debemos reconocer plenamente el conjunto de fuerzas
situacionales que actúan en ese contexto conductual.

(Zimbardo, 2007) Enfatiza que a pesar de ello, la conducta puede ser moldeada y
encaminada hacia el bien o hacia el mal, por ese impacto de las características de
una situación y también por la dinámica del grupo social en el que los seres
humanos vivimos y convivimos. Como ejemplo se hace alusión a los hechos
suscitados en la cárcel de Abu Ghraib, en que soldados estadounidenses
cometieron abusos sobre prisioneros iraquíes.

En segundo lugar el lado oscuro: los niños no nacen malos, sino con plantillas
mentales para hacer cosas tanto buenas como malas, dependiendo de la influencia
del entorno, de los contextos de comportamiento en los que viven, juegan y trabajan.

¿Cómo y por qué personas buenas y comunes se convierten en seres malos y


perversos?

Los estudios realizados por el Dr. Zimbardo llegan al punto de asociar


esencialmente esta transformación a la fuerza de una situación determinada.
Reconozco el poder de las fuerzas situacionales para influir en la mayoría de
nosotros hasta el punto de hacer que actuemos mal en muchos contextos, pero
también deja claro que no somos esclavos de su poder. Si entendemos cómo actúan
estas fuerzas podremos oponerles resistencia e impedir que nos hagan caer en
tentaciones no deseadas. Este conocimiento nos puede liberar del influjo poderoso
de la conformidad, la sumisión, la persuasión y otras formas de influencia y coacción
social.

Lo contrario ocurre con la fuerza disposicional que tiene que ver más con nosotros
mismos no con nuestro entorno, la actitud con la que enfrentamos cada situación.

En el poder sistémico la maldad consiste en obrar deliberadamente de una forma


que dañe, maltrate, humille, deshumanice o destruya a personas inocentes, o en
hacer uso de la propia autoridad y de este poder para alentar o permitir que otros
obren así en nuestro nombre”, define Zimbardo. Abusar de la autoridad es otra
forma de ejercer la maldad.

Y por último el "círculo mágico": incluso en ambientes que carecen de hostilidad, los
niños buenos pueden empezar a hacer cosas malas por la presión de su grupo de
amigos que establece unas normas para ser aceptados en el llamado "círculo
mágico".

Los conflictos son algo habitual en las relaciones interpersonales, pues cada
persona tiene su idea y visión del mundo. Esto puede causar diferencias que van
más allá de las simples discrepancias.

Los autores tanto del texto guía “Las emociones en la negociación” como en “El
efecto Lucifer” nos dejan claro que las emociones son intensas y que siempre están
presentes y es difícil manejarlas, aquí ellos nos dicen que los seres humanos
tenemos diferentes tipos de sentimientos cuando nos relacionamos los unos con los
otros, de esta manera las emociones pueden ser un activo importante para
conseguir unos objetivos. También se trata de encontrar méritos en lo que los otros
piensan, sienten o hacen y manifestarlo una expresión sincera de aprecio puede ser
la mejor manera de que una persona satisfaga muchas de las expectativas básicas
de la otra.
Entonces la base está, según el profesor de psicología social Philip Zimbardo, en
afirmarse en los valores y en ser coherente con la ética. La capacidad de negarse
a una orden inmoral, aunque el entorno aliente y favorezca lo contrario, debe
imponerse. Retomar la unicidad como seres humanos es la vía más rápida para
convertirse en “héroes”, siempre actuar de la mejor manera sin hacer daño a los
demás, debemos pensar en cómo nuestras decisiones afectan al otro.
CONCLUCIONES

- La maldad consiste en obrar deliberadamente de una forma que dañe,


maltrate, humille, deshumanice o destruya a personas inocentes, o en hacer
uso de la propia autoridad y del poder sistémico para alentar o permitir que
otros obren así en nuestro nombre
- El efecto Lucifer solo puede ser contrarrestado con determinación. Una
educación de valentía, que afiance el poder de la individualidad, con
capacidad reflexiva para sobreponerse a la imposición de lo colectivo cuando
de actos violentos y malvados se trata y de proporcionar el coraje para
contrarrestar la marginación que produce el hacerlo.
- Las personas, siendo esencialmente sociales, crean redes y jerarquías al
interactuar, que pueden diluir el pensamiento individual, donde el ‘nosotros
contra ellos’ se aprecia como normal.
ANEXO

Al elaborar este artículo me puedo dar cuenta como las personas pueden influir para
bien o para mal ante los demás, y aquí podemos destacar lo que dicen los autores
de estos textos frente a las posibilidades que tenemos para enfrentarnos a los
demás:

- La primera es ser pasivos y no hacer nada, esta situación es muy


aprovechada por las personas que tienen un carácter más fuerte y obligan a
este tipo de personas a actuar a su voluntad.
- La segunda es ser malvado, pero en esta sociedad el ser malvado es
sinónimo de abusivo entonces serán personas no deseadas en una
comunidad y estas son las que siembran terror y hacen la vida insoportable.
- La tercera es ser un héroe, y estas personas son las que más abundan pero
no son tan reconocidas, por que actúan de tal manera que solo buscan
generar bienestar sin obtener retribuciones de nadie.

También creo que lo más importante es el entorno en el que se vive el que hace
que las personas se vuelvan malvadas, ya que en las lecturas se expresa que en
un entorno rico solo se obtiene éxito y felicidad en cambio en un entorno pobre solo
se genera maldad, causada por la falta de educación y recursos para salir a delante.

Estas lecturas hacen que sus lectores se realicen una autoevaluación de como
estamos actuando frente a los demás y de qué manera nuestra actitud influye ante
una persona, una comunidad o una sociedad en general.
BIBLIOGRAFIA

- Zimbardo. P. (2008). El Efecto Lucifer. Barcelona, España: Paidos Ibérica.


Recuperado
de https://books.google.com.co/books?id=MSSftawDH3YC&printsec=frontc
over&hl=es#v=onepage&q&f=false
- Fisher, R. & Shapiro, D. (2007). Las Emociones en la Negociación. Bogotá
D.C., Colombia: Grupo Editorial Norma. Recuperado
de https://books.google.com.co/books?id=qANKvsYOnS0C&printsec=frontc
over&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false
- [Contravía TV]. (2010, septiembre 16). Trujillo: una tragedia que no cesa
(Masacre de Trujillo) Parte 1. [Archivo de vídeo]. Recuperado
de https://youtu.be/Wj4d0r-TkVo

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