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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN

FACULTAD DE FILOSOFÍA, HUMANIDADES Y ARTES


DEPARTAMENTO DE LENGUA Y LITERATURA INGLESA

Asignatura: Gramática del Español


Prof. titular: Dra. Rosa María Sanou
Prof. adjunta: Claudia Castañeda

DOCUMENTO de INFORMACIÓN Nº 5
NOCIONES MORFOLÓGICAS
MORFEMAS y ALOMORFOS
En el plano de la expresión, podemos segmentar las palabras en fonemas, que son unidades mínimas las
cuales implican cambio de significado, sin tener significado propio en sí mismas. Ej.:
/’boda/ /’boka/ /’bořa/
El fonema es una unidad abstracta, que se realiza a través de los alófonos. Estos son las diferentes
articulaciones del mismo fonema, las cuales no conllevan ningún cambio semántico. Ej.:
[‘bořa] (vibrante múltiple) [‘bo a] (fricativa) [‘bo a] (asibilada)

En el plano del contenido, las palabras pueden segmentarse en unidades menores. Por ejemplo, la palabra
árboles está formada por los signos lingüísticos: árbol + es; ambos tienen su propia significación: “árbol” y
“plural”, respectivamente. Cada uno de esos segmentos es un morfema.

Kovacci lo define como: “La unidad mínima de significado”, es decir, la unidad mínima en el plano del
contenido. Ya en 1914, Bloomfield lo definió diciendo: “Una forma lingüística que no tiene ninguna
semejanza fonético-semántica con ninguna otra forma es una forma simple o morfema”.
Rodríguez Adrados sostiene que hay que abandonar la definición de morfema como unidad mínima de
sentido y concentrarse en su función distintiva. Para este autor, el morfema es: “Fonema o grupo de
fonemas que comporta un valor distintivo mínimo y diferencia unidades superiores”. Entre los casos que él
presenta de morfemas que no contienen un significado particular, figuran:
1. Morfemas que tienen un valor puramente distintivo. Ej.:
re-, de-, in-, pro-, en: re-ducir, de-ducir, in-ducir, pro-ducir, etc.
2. Morfemas que distinguen clases de palabras y cuyo contenido es gramatical, pero difícil de definir.
Ej.: -mente, en: bella-mente -os (o), en: espant-os (o)
William Bull distingue, entre los morfemas, aquellos que él llama fósiles, teniendo en cuenta la vigencia o
vitalidad de su carga semántica. En este grupo incluye raíces y afijos antiguos, que constituyen restos de
sistemas perimidos. Estos fósiles sólo pueden ser señalados por especialistas, ya que prácticamente
perdieron su significado original y se fusionaron con otros morfemas. Un ejemplo es la raíz “fa” del latín,
que significa “hablar”. De ahí provienen: fama (el hablar mucho sobre algo), infamia (algo tan terrible que
no se puede hablar sobre ello), infante (niños que, por respeto, no hablan a sus mayores) e infantería
(tropa originalmente formada por siervos, que luchaban a pie y, también por respeto, no se dirigían a sus
amos).

Así como los fonemas se realizan a través de alófonos, los morfemas se manifiestan a través de los
alomorfos. Kovacci los define como: “Las cadenas fonémicas que representan o manifiestan a un morfema”.
Si comparamos, por ejemplo: león-a, gall-ina, poet-isa, cond-esa, observamos que el morfema de “género
femenino” adoptó diversas realizaciones, es decir que presenta distintos alomorfos: /-a/, /-ina/, /-isa/ y
/-esa/. Igualmente, en las palabras: apt (o) e in-ept (o) se observa que el morfema /apt-/ tienen dos
alomorfos: /-apt/ y /-ept/. Otro ejemplo sería el de los alomorfos del morfema “poder”: /pued-/, /pod-/,
/pud-/ y /pos-/, en: pued-e-s, pod-e-r, pud-i-mos, pos-ible.

Cuando un morfema no está representado por configuraciones fonemáticas distintas, Hockett dice que ese
morfema ofrece una alternancia invariable, es decir que un solo alomorfo lo manifiesta en todos los
contextos. Este sería el caso de los morfemas “sal”: /sal/, “mar”: /mar/, “pan”: /pan/.

Hay casos en que una misma cadena fonémica representa más de un morfema simultáneamente: se la
denomina morfo amalgama o portemanteau. Aquí, se usa el término morfo en el sentido de una cadena
fonémica que no se refiere en particular a ningún morfema determinado, sino tomado simplemente como
una configuración fonémica.
Por ejemplo, por comparación con el resto del sistema pronominal español, sabemos que la cadena
fonémica /yo/ señala varios morfemas a la vez: representa el morfema de 1ª persona, número singular y
caso nominativo; mientras que /me/ y /mí/ señalan los mismos morfemas de primera persona y número
singular, pero se diferencian por el caso: objetivo y terminal, respectivamente.
Otro ejemplo de morfo amalgama: cant – ába – mos, en que /aba/ representa simultáneamente al tiempo
verbal pretérito imperfecto, modo indicativo y aspecto imperfectivo; por su parte, /mos/ representa 1ª
persona y número plural.

Si bien definimos el alomorfo en general como una cadena fonémica, hay un tipo especial de alomorfos que
no responde a esa descripción. Se trata del alomorfo cero, que carece de conformación fonémica, o sea
que no consta de una cadena de fonemas.
Por ejemplo, comparando estas palabras: estrella – estrellas, mar – mares, tesis – (las) tesis Ø y tórax –
(los) tórax, se hace evidente que el plural de tesis y tórax solamente se desprende del contexto (el artículo
plural que las modifica), ya que no está marcado en la palabra misma por medio de fonemas. Es decir que,
en español, el morfema “plural” tiene tres alomorfos: /-s/, /-es/ y /Ø/. Para poder afirmar que un morfema
tiene un alomorfo cero, es indispensable que ese morfema tenga, al menos un alomorfo de realización
fonémica, o sea un alomorfo conformado por fonemas.
CLASIFICACIÓN DE MORFEMAS
Según diferentes criterios, los morfemas se clasifican de diversas maneras. Se presentan a continuación dos
clasificaciones de los morfemas.
A) Según su capacidad de constituir palabra
En la cadena hablada, un morfema puede ser libre o ligado.
1. Libre: aquel morfema que puede constituir una palabra por sí mismo. Ej.: ayer, para, pez, sol.
2. Ligado: aquel que aparece unido a otro morfema, es decir que no forma palabra por sí mismo.
Ej.: viaj + a + n port + al en + terr + ar des + nud + o
Entonces, teniendo en cuenta este criterio, los morfemas españoles se dividen en:
 sólo libres: y, desde, hasta, pero, hoy, según
 sólo ligados: pint + ura lind + o + s cas + ill + ero pre + dec + ir
 variables: pueden ser libres o ligados, según el caso. Ej.:
entre – entre + ten + er a – a + céfal + (o)
en – en + laz + ando sin – sin + sab + or

B) Según su distribución en la palabra


Se distinguen las siguientes clases de morfemas, atendiendo a su distribución (aquí se emplea el término
distribución en el sentido de combinación de elementos en el enunciado):
1. Bases: los morfemas que ocupan un lugar central en la palabra y conllevan la mayor carga semántica. Ej.:
arbol + eda arbol + ito árbol + es
b afijo b afijo b afijo

2. Afijos: son morfemas marginales respecto de los anteriores. Según su posición, se clasifican en:
2.1. Prefijos: son los afijos que preceden a la base. En español, todos los prefijos son derivativos (ya que
crean nuevas palabras). Ej.:
In + form + ar sub + mar + in (o) bi + pol + ar des + pint + ando

2.2. Sufijos: son aquellos afijos que se ubican después de la base. Según su capacidad de formar o no
nuevas palabras, se clasifican en:
2.2.1. Flexionales o flexivos: no crean nuevos términos; son los sufijos que señalan los accidentes
gramaticales de una palabra, es decir, las variaciones que sufre un mismo vocablo. Estos marcan las 7
categorías flexionales del español: género, número, persona, tiempo, modo, aspecto y caso. Ej.:
buen + o com + e + s tigr + esa + s dej + aría + n
b sf b sf sf b sf sf b sf sf
gº masc T: pres P: 2ª gº fem nº pl T: cond P: 3ª
M: ind Nº sing M: ind Nº pl
A: imperf A: imperf

2.2.2. Derivativos: estos sufijos crean nuevos vocablos. Las palabras derivadas que contienen a estos sufijos
están semánticamente relacionadas con el término del cuaL derivan. Sin embargo, pueden o no pertenecer
a la misma clase de palabras (del vocablo primitivo). Ej.:
azul > azul + ad (o) / azul + in (o) espes + (o) > espes + ura / espes + ar
(adjet.) b sd sf b sd sf b sf b sd b sd
(adjet.) (adjet.) (adjet.) (sustant..) (verboide)
Se distinguen dos clases de sufijos derivativos:
2.2.2.1. Restrictivos: generan un término que siempre pertenece a la misma clase de palabra del vocablo
primitivo. Es el caso de los sufijos: diminutivos, aumentativos y despectivos. Ej.:
cerca > cerqu + ita man + o > man + aza flac + (o) > flac + uch + (o)
(adv.) b sd.restr. b sd.rest. b sd restr b sf b sd.restr. sf
(adv.) (sust) (sust.) (adjet) (adjet.)

2.2.2.2. Regentes o categorizadores: determinan la clase de palabra (sustantivo, adjetivo, adverbio, verbo
o verboide) a la que pertenece el término derivado, el cual puede o no pertenecer a la misma clase del
vocablo del cual proviene.
rama > ram + aje Córdoba > cordob + és + Ø beso + o > bes + ando
(sust.) b sd reg (sust.) b sd reg sf b sd b sd reg
(sust.) (adj.) (sust) (verboide)

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