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Capítulo 1
Al llegar los europeos los aborígenes fueron dominados y así, comenzó una nueva era para
América: se formaron nuevas sociedades integradas por europeos y aborígenes (dominados).
El proceso, entonces, fue desencadenado por Europa: era una fuerza que llegaba desde afuera
y operaba según su propia ley.
Capítulo 2
EL CICLO DE LAS FUNDACIONES
Una vez alcanzadas las costas americanas, los españoles primero y los portugueses
después,comenzaron el proceso de ocupación del territorio.
A lo largo del siglo XVI ese proceso se cumple mediante la fundación de ciudades. El marco
institucional es común: se apoya en una legislación homogénea. Esa similitud inicial constituye
un hecho básico para explicar los conflictos entre las condiciones impuestas en un principio y
las necesidades que aparecieron luego en cada lugar y en cada circunstancia.
Los conquistadores descubrieron el mundo tropical, un mundo que poseía otras escalas.
Accidentes geográficos, enormes distancias etc.
Con el transcurrir del tiempo, se dieron cuenta que la verdadera riqueza exigía un trabajo
organizado: la plantación y elaboración de la caña de azúcar, la cría de ganado, la explotación
de las minas. Para volver con riquezas, necesitaban producirlas, no solamente tomar las
riquezas y volver.
Ningún europeo dudó de que era un conquistador y por esa razón la lucha no tenía cuartel. La
toma del territorio fue total, se le dio fundamentación jurídica y teológica e intelectual. Todo
eso hizo que la ciudad fuera el núcleo del proceso.
Capítulo 3
LAS CIUDADES HIDALGAS DE INDIAS
Tras el acto fundacional, las ciudades empezaban a vivir. Había que cumplir una misión, pero
era necesario sobrevivir a las enfermedades, hambre, etc.
El espacio físico comenzó a cubrirse de edificación que le daba a la ciudad cierto aire de
realidad. Las necesidades comenzaron a hallar satisfacción, las agresiones de los indígenas
comenzaron a ser controladas.
La conquista estaba asegurada, pero el peligro de un levantamiento de los indios se mantuvo
latente en muchas ciudades y obligó a sus pobladores a mantenerse en pie de guerra.
El gobierno colonial no podía no ser pesado, a causa de la lejanía de la metrópolis. Los
funcionarios ejercían un extraño poder, porque sus actos estaban vigilados por otros
funcionarios y nadie sabía cuál era el que gozaba del favor de la corona. Personajes de diversa
condición flotaba alrededor de virreyes, capitanes, obispos y corregidores.
En este juego se diferenciaban las grandes capitales- México, Lima- de otras mas pequeñas-
Bogotá, Buenos Aires, y aun se diferenciaban todas ellas, centros de poder, de las ciudades que
no tenían otra preocupación que sus problemas municipales.
Entonces, eran centros de poder y centros de actividad cultural y allí estaban los arzobispos
que se preocupaban por la catequesis y la Inquisición.
Lo que había crecido era la actividad económica. La ciudad emporio fue cada vez más un
emporio.
Por el progresivo desarrollo las ciudades fueron perdiendo su fisonomía primitiva.
-La formación de una sociedad barroca
Fueron nuevas sociedades las que se constituyeron en las ciudades de Indias durante los dos
siglos que siguieron a las fundaciones, distintas de las que poblaban las ciudades
metropolitanas, con rasgos peculiares.
Los señores eran urbanos, cortesanos. Era la ciudad la que garantizaba la compacidad del
grupo, la continuidad de las costumbres. En las ciudades construyeron sus casonas tan ricas
como pudieron.
Fue una sociedad barroca, dividida entre los privilegiados y no privilegiados, sin sectores
medios. En esa sociedad, la hidalguía indiana llegó a constituir una oligarquía poderosa,
aunque no todos eran iguales en todo, ello se dividieron en ricos y pobres. Ricos fueron los que
tenían minas. Los hidalgos sin fortuna fueron escándalo de las ciudades que buscaban imponer
un orden civil. Los que quedaban por debajo de los hidalgos ricos y pobres, reales y virtuales,
era la otra subsociedad. En ella había blancos, europeos, judíos. Empezaron a aparecer en el
comercio los mestizos. Por debajo estaban los negros, indios, mestizos y mulatos del montón.
Luego fue adquiriendo autonomía el sector criollo blanco.
-Los procesos políticos
El poder obraba cada día para fortalecer el orden urbano. Trajeron funcionarios con
experiencia administrativa para montar una pequeña burocracia.
Se daban episodios de lucha por poder, y uno de los más destacados fue el protagonizado por
Cortés y el virrey Mendoza.
Pese a su aspecto provinciano, las ciudades se agitaban por grandes problemas económicos y
políticos.
-Hidalguía y estilo de vida
En Indias, la conquista dibujó un mapa social que prefiguraba lasituación de las clases
privilegiadas. Los colonizadores se encontraron en una situación de privilegio. El mundo
mercantil prosperaba, pero las ciudades hidalgas fingían ignorarlo. El designio de consolidar la
situación de privilegio prevalecía en la mentalidad de los grupos hidalgos. Así quedó
implantada en las ciudades hispánicas una sociedad barroca de Indias, como una imagen
especular de las de España y Portugal.
Las grandes ciudades se diferenciaron de las menores, por ejemplo las grandes capitales como
México, Lima y Bahía, se diferenciaron de Bogotá y Santo Domingo de Buenos Aires, por dar
ejemplos.
Algunas se conservaron hidalgas y otras comenzaron a adquirir un aire mercantil, como por
ejemplo Potosí.
Las ciudades hidalgas fueron las cortes que se constituyeron alrededor del poder. Grupos de
ricos señores se empeñan en hacer alarde de un estilo de vida semejante al de las cortes
peninsulares.
Una vida noble fue la preocupación de las altas clases hidalgas. La prodigalidad no era sino un
signo de ese deseo de ostentación y lujo. La riqueza fue siempre el factor decisivo y la actividad
económica era el eje de la vida urbana, y el mercado era el núcleo fundamental: en el circulaba
la riqueza.
Eran también funcionarios de categoría atados a sus responsabilidades, o eran hombres de
armas.
Frente a esta clase social, estaban los demás sectores en una clara inferioridad. (Indios, negros,
mestizos). Bajos niveles de vida se observaban en los barrios de castas.
También estaban las ciudades mercantiles, que eran preferentemente mineras, Un ejemplo de
ello es la zona de Minas Gerais en el Brasil.
Coexistieron entonces, ciudades hidalgas y ciudades mercantiles, aunque la hidalguía fue una
obsesión durante los dos primeros siglos que siguieron a las fundaciones.
-De la traza desnuda a la ciudad edificada
Acto simbólico, la fundación no instauró la ciudad física. Lentamente se iban levantando
construcciones civiles y religiosas en los solares que la traza marcaba.
De la plaza Mayor salían las calles principales y se afincaron los más pudientes, más lejos los de
menos recursos, con frecuencia alrededor de las iglesias. También surgieron los poblados y
otros grupos marginales.
Abundó la piedra, además de México, en otras ciudades como Cuzco y Quito. Con adobe,
ladrillo y madera se construyeron buenas moradas en otras ciudades.
Todas las preocupaciones arquitectónicas se concentraron en los edificios religiosos. La ciudad
antes desnuda, se pobló de iglesias, conventos y colegios.
Una tenaz competencia se desató entre las diversas órdenes: franciscanos, dominicos,
carmelitas entre otros obtuvieron solares para realizar sus construcciones.
Las construcciones religiosas imprimieron su sello a la ciudad hidalga.
-De la mentalidad conquistadora a la mentalidad hidalga
Los sometidos aceptaban las creencias que le eran impuestas pero crearon una extraña
simbiosis entre lo propio y lo adquirido, aunque el rasgo predominante era la desperanza.
Dueños de susdestinos eran los conquistadores: querían poseer la tierra, los bienes, y la mano
de obra sometida.
El principio de la sociedad dual (conquistado y conquistador) fue uno de los rasgos de la visión
conquistadora de la sociedad.
Cuando el conquistador se trasmutó en colonizador, el rasgo más vigoroso de la nueva
mentalidad fue la ideología del ascenso social. El derecho de ser respetado como un hidalgo
correspondía al derecho de mandar, de poseer privilegios.
Eran las manifestaciones concretas del proceso de señorialización que se operó entre los
colonizadores.
La aceptación del orden fue el reconocimiento del rigurosos sistema que elaboraron Manuel I,
Juan III y don Sebastian en Portugal, los Reyes Católicos y los primeros Austria en España. Era
un sistema político absolutista, centralizado, en el que el vasallo se sentía orgulloso de su
incondicional obediencia.
En Indias se había constituido una sociedad barroca que no era análoga a la europea, sino
simplemente una sociedad homóloga. La hidalguía era la expresión de una imagen que hundía
sus raíces en la estructura feudal, exagerando ciertos rasgos.
Resumen.
En La conquista de América. La cuestión del Otro T. Todorov nos cuenta desde una visión
moralista mas que histórica como fue el contacto entre dos mundos, o como fue el contacto
con el otro, centrándose en México, durante el siglo XVI. Sus conclusiones son extraídas desde
la lectura de los cronistas españoles de la época (Motolinea, Sahagún, Duran, Las Casas, etc.),
en relación a unos personajes concretos. La argumentación de Todorov gira en torno a cada
personaje, mas que a unas lineas convergentes o de símiles comportamientos entre estos
protagonistas. Mas que trazar un linea argumentativa de su libro podemos ver en cada
personaje como fue su actitud y ver en los acontecimientos respuestas distintas en el trato con
el “otro”. Todo comienza con el descubrimiento de América.
Colon hermenauta.
El primero, Cristobal Colón. Al margen de las motivaciones de Colón sobre la idea de encontrar
oriente por una nueva ruta, nos interesa aquí comprender el razonamiento de Colón. La
estructura mental de Colon se divide en tres niveles: una dimensión natural, una dimensión
divina y una dimensión humana. De aquel esquema entendemos tres móviles para su acción:
el humano: la conquista; el divino: la victoria universal del cristianismo y, el natural: la
observación y disfrute de la naturaleza. Este trípode de finalidades
comparten una característica en común que se encuentra, antes incluso, que las motivaciones
que le hacen emprender la búsqueda del Nuevo Mundo: pretende buscar la verdad, busca
confirmaciones de una verdad conocida de antemano. Como señala Todorov: “Colón no
descubre América, mas bien la encuentra donde siempre supo que estaba”.
Este esquema se relaciona en el contacto entre Colón y los indios y la lectura que hace él de los
signos humanos encontrados. Para Colón – en su entendimiento- el nivel de los indios no
supera el nivel material, al contrario del mundo del que el procede. Tampoco reconoce la
lengua de los indígenas, y si la reconoce no la logra admitir como tal, o que trata de una lengua
diferente. Colon concibe 2 tipos de lenguas, las latinas y las extranjeras. “Colon no tiene éxito
en la comunicación humano, porque no le interesa”.
En relación con el trato con los indios, Colón es extensamente asimilacionista pretenden que
sean como él y los españoles. No se descubren en él rasgos – a priori- esclavistas, aunque se
deduce la afirmación de inferioridad de los indios. Aunque reconoce que son portadores de
cualidades cristianas pues “aman los unos a los otros”. También los clasifica (es naturalista en
un nivel de su pensamiento) en indios inocentes, potencialmente cristianos, pacíficos y
belicosos. “Colón ha descubierto a América, pero no a los americanos”, concluye T. Todorov.
La victoria en la conquista de los españoles sobre los aztecas se entiende por una serie de
Los aztecas -más bien sus jefes- articulaban sus acciones mediante la interpretación de
mensajes y la adivinación, a lo que se añade el presagio. Moctezuma recurría a un adivino
profesional antes de acometer una empresa importante. En la concepción azteca, el mundo se
plantea de entrada como algo sobredeterminado. La palabra clave en el idioma azteca es
“orden”. Orden y predestinación engloban también a la muerte: los futuros sacrificados
aceptan su muerte no con alegría pero tampoco con desesperación. Es una sociedad
sobreestructurada, donde un individuo no puede ser igual a otro. Su funcion en la sociedad se
le revela y debe cumplirse en funcion de la armonía universal.
Respecto al tiempo, entre los aztecas se impone una sumisión del presente frente al pasado.
Una de las catorce leyes de Moctezuma consagra la preeminencia de lo antiguo frente a lo
moderno y de lo viejo frente a lo joven. A esta concepción (graficamente como una rueda),
llega otra concepción del tiempo con los españoles (graficamente como una flecha).
La relación entre verdad y mentira es otro asunto. Se trata aquí de la incapacidad de los
aztecas para ocultar y revelar la verdad. Para los aztecas los signos son consecuencia
automáticas y necesarias del mundo que designan, en vez de ser una herramienta para
manipular al otro.
nativa Malinche (Malitzin). Nunca deja de recompensar a los que le traen información; de
aquella forma se entera de los grandes desacuerdos entre los indios y les ofrece su ayuda. “La
conquista de información lleva a la conquista del reino”.
Respecto a las religiones y sus concepciones eran diferentes: para los españoles Dios es
universalista e igualitario, no es un nombre propio, sino un nombre común; no designa a un
dios como Tzezclatipoca, que sin embargo ya es una abstracción, sino a Dios. Para los aztecas
sus manifestaciones y las relaciones con el mundo natural están personificado dios en sus
diferentes funciones: es uno y múltiple a la vez. Cortes lo entiende así, no deja paso a un
hibridismo religioso.
En relación con la producción de discursos y los símbolos, Cortés tiene preocupación constante
de la interpretación que darán los otros a sus gestos. Cortes castiga los saqueos de su propio
ejercito y la razón es controlar la información que reciben los indios de ellos. Cortés recoge la
idea de Maquiavelo, escritor que coloca la reputación y la apariencia en la cumbre de los
nuevos valores.
La mejor prueba que tenemos de la capacidad de Cortés para entender y hablar el lenguaje del
otro es su participación en la elaboración del mito del retorno de Quetzatcoatl, quien a su vez
es un personaje histórico (un jefe de estado) y legendario (una divinidad). En un momento se
va pero promete o amenaza volver un día para recobrar sus bienes. Según los relatos
indígenas, recogidos por Sahagún y Duran, Moctezuma cree que Cortés es Quetzatcoatl, y de
ahí su falta de resistencia. Pero hay un hiato en el que Quetzatcoatl tiene un papel secundario
y donde su retorno es incierto; y el nuevo en el que Quetzatcoatl domina y asegura con certeza
que va a regresar. Seguramente hay una fuerza que debe haber intervenido para asegurar esta
transformación del mito: Cortés.
Para Colón los indios eran objetos, para Cortes no, pero no eran comparables con un “yo” que
les concibe. Los indios ocupan una posición intermedia en el pensamiento de Cortés: como
sujetos productores de objetos. En algunos casos los autores españoles hablan bien de los
indios, pero nunca a los indios. ¿Y si en algunos casos los admiraban por qué los aniquilaron?
Sobre la destrucción de los indios en el siglo XVI, Bernal Díaz y Las Casas no dicen que los
muertos fueron “cien mil” o un “millón”, respectivamente. México por entonces tenía 25
millones y para 1600 quedaba un millón de habitantes. Sin embargo los españoles no
procedieron a un exterminio directo de esos millones de indios y no podían hacerlo. Las causas
son: por homicidio directo, es un porcentaje bajo con responsabilidad directa; como
consecuencia de los malos tratos, un porcentaje mas elevado, pero con una responsabilidad
relativa; finalmente, por choque microbiano, que es la causa de mayor muerte entre la
población.
Los conquistadores- colonizadores no tenían tiempo que perder, querían enriquecerse lo antes
posible.
Motolínea señala que los tributos eran tan grandes que algunos pueblos “casi del todo se
despoblaron y otros se iban despoblando”. Las Casas argumenta que las nuevas condiciones de
vida provocaron una disminución de la población, producto de la dureza del trabajo, por falta
de apetencia sexual, y la falta de nutrientes de la leche materna. Respecto a las enfermedades,
Juan Bautista Pomar habla de una reducción de 10:1 y se debe según él a que la dureza de los
trabajos dejaban a los indios invulnerables frente a las enfermedades. La explicación de
Teodorov radica en que se adopta esa actitud por el deseo de hacerse rico, lo que implica que
se descuide el bienestar o incluso la vida del otro.
Sepúlveda con el abad dominico Bartolomé de las Casas. El primero defiende las tesis contra la
desigualdad, siguiendo principalmente las ideas de Aristóteles en Democrates Alter, donde el
estado natural de la sociedad humana es la jerarquía y que las guerra pueden emprenderse
por parte de una nación civilizada contra gente nada civilizada. Las Casas defiende por su parte
que “leyes y reglas generales, Así como los derechos de los hombres don comunes a todas las
naciones cristianas y gentiles”
El primer gran tratado que Las Casas dedica a la causa de los indios lleva por titulo “Del único
modo de atraer a los pueblos a la verdadera religión. Las Casas rechaza la violencia, al mismo
tiempo para él, solo hay una verdadera religión: la suya. Las Casas plantea que la sumisión y la
colonizacion se deben mantener pero deben ser llevadas de otra manera: no solo ganaran con
ello los indios al no ser torturados y exterminados, sino también el rey de España. De alguna
forma reconoce las ventajas materiales de la colonización. “las Casas ama a los indios pero no
los conoce”, concluye Todorov.
Por ende, razona Todorov que la ideología colonialista no es la misma que la ideología
esclavista. La eficacia del colonialismo es superior a la del esclavismo; eso es por lo menos lo
que podemos comprobar hoy. Si el colonialismo se opone en parte al esclavismo, se opone al
mismo tiempo a otra forma,
Las relaciones con el otro se dan en 3 ejes: primero, en un juicio de valor; segundo, la acción
de alejamiento o acercamiento en relación con el otro, y tercero, conozco o ignora la identidad
del otro. En este sentido Las Casas descubre una forma superior al igualitarismo que es el
perspectivismo, donde cada quien se pone en relación con sus propios valores, en vez de
confrontarse con un ideal único. También podemos observar identificaciones parciales como
las de los monjes franciscanos, quienes sin renunciar a su religión y profesión del evangelio,
adoptan el modo de vida de los indios.
Una forma de hibridismo cultural es el ejemplo de un dominico español que se cría desde muy
joven en México.
Diego Duran, es según Todorov, el que mejor comprenderá la cultura india que nadie iguala en
el siglo XVI. Su modo de vida no son etapas alternas entre España y México, pues su
conocimiento de la cultura india es mas intimo y es también una posición mas dramática. En
síntesis Duran encadena dos proposiciones ejemplos de su pensamiento: 1) para imponer el
cristianismo hay que extirpar toda huella de religión pagana y 2) para lograr eliminar el
paganismo, primero hay que conocerlo bien. En el fondo Duran intenta que los indios inserten
dentro de su religión pagana elementos del cristianismo. Durán toma partido en un conflicto
que enfrenta dos políticas respecto a los indios: la de los franciscanos y la de los dominicos.
Unos son rigoristas: la fe no se escatima, la conversión debe ser total. Los otros (dominicos)
son mas bien realistas: no se entregan efectivamente a las supervivencias de las idolatrías y
encuentran acomodo en el presente, aun imperfecto. Esta ultima política es la que triunfa y
resultará eficaz, por lo que en el cristianismo mexicano todavía se ven huellas del sincretismo
John Elliot
Hay muchos caminos por los cuales una sociedad agresiva puede expandir los límites de su
influencia, y existen precedentes detodos ellos en la España medieval. La
reconquista
—el gran movimiento hacia el sur de los reinos cristianos de la península Ibérica para
recuperar la región ocupada por los moros— ilustró parte de las múltiples posibilidades de las
que se podrían extraer estos precedentes. Fue un proceso de asentamiento y colonización
controlados, basado en el establecimiento de ciudades, a las cuales se concedían jurisdicciones
territoriales extensivas bajo privilegio real. Conquistar, por lo tanto, puede significar colonizar,
pero también puede significar invadir, saquear y avanzar. Conquistar en el primer sentido da
primicia a la ocupación y explotación de latiera. En el segundo sentido, se concibe como poder
y riqueza en una forma mucho menos estática, en términos de posesión de objetos portables,
como el oro, los botines y el ganado, y de señoríos sobre vasallos más que de propiedad de la
tierra.
Como los límites de la expansión interna fueron alcanzados, las fuerzas dinámicas de la
sociedad ibérica medieval comenzaron a buscar lasnuevas fronteras a través de los mares, los
catalanes y aragoneses principalmente hacia Sicilia, Cerdeña, norte de África y el este
delMediterráneo; los castellanos, al igual que los portugueses, hacia África y las islas del
Atlántico. Este movimiento expansionista
de los pueblos ibéricos en el siglo XV, fue un doble reflejo de las específicas aspiraciones
ibéricas ylas más generales aspiraciones europeas a finales de la Edad Media. En el siglo XV,
Europa era una sociedad que todavía sufría las desarticulaciones sociales y económicas
causadas por los estragos de la peste negra.
Durante todo el siglo XV, los genoveses se establecieron en creciente número en Lisboa y
Sevilla, donde vislumbraban nuevas posibilidades para la empresa y el capital en una época en
la que esas actividades estaban siendo estrechadas en Levante por elavance de los turcos. En
el oeste esperaban desarrollar fuentes alternativas de abastecimientos para valiosos artículos
de consumo — mercaderías, sedas y sobre todo azúcar— que se les estaban volviendo menos
accesibles en el este. No es sorprendente, pues,encontrar capital y conocimiento genoveses
jugando un importante, y a veces decisivo, papel en empresas ibéricas de ultramar en elsiglo
XV. Pero los genoveses no eran más que un elemento, aunque muy significativo, en la empresa
ibérica de ultramar a finales dela Edad Media. Portugal, en especial, tenía una importante
comunidad mercantil autóctona, que ayudó a subir al trono a la casa deAvis en la revolución de
1383-1385.
La disciplina, tal como era, procedía, por un lado, de la capacidad del jefe para imponerse a
sus hombres, y por otro, del sentidocolectivo del compromiso ante una empresa común.
Más allá de la unidad individual y colectiva había otros dos participantes quecolocaron un
sello indeleble en toda la empresa: la iglesia y la corona. La Iglesia proveía la sanción moral que
elevaba unaexpedición de pillaje a la categoría de cruzada, mientras el estado consentía los
requerimientos para legitimar la adquisición deseñoríos y tierras. Era el rey, como supremo
señor natural, quien disponía el repartimiento o distribución de las tierras conquistadaso por
conquistar, y el que autorizaba los asentamientos coloniales en los territorios conquistados.
Cuando los botines de guerra setenían que dividir, un «quinto real» siempre tenía que
apartarse. Aunque los adelantados, o gobernadores militares de las regionesfronterizas,
poseían un alto grado de autonomía, eran gobernantes para el rey.
El 3 de agosto de 1492, cuando Colón zarpódel puerto andaluz de Palos, estaba previsto que, si
alcanzaba las «Indias» establecería un centro de distribución comercial al estilo portugués,
basado en pequeñas guarniciones, en beneficio de la corona de Castilla. Pero las noticias que
trajo cuando volvió aEspaña en marzo de 1493, indicaron, al menos a la corona, la
conveniencia de ciertas modificaciones en el esquema inicial. LosReyes Católicos se dirigieron
al papado, siguiendo el precedente sentado por los portugueses. De un complaciente papa
español,Alejandro VI, obtuvieron lo que querían: derechos similares en «todas y cada una de
las tierras firmes e islas lejanas ydesconocidas... descubiertas y que se descubran en adelante»
en el área fuera de la línea nacional de demarcación que se acordaríaformalmente entre las
coronas de Portugal y España en el Tratado de Tordesillas, en 1494.
La autorización papal concedía untítulo extra de seguridad a las peticiones castellanas contra
cualquier intento de recusación por parte de los portugueses, y elevó laempresa de las Indias
al grado de empresa santa ligando los derechos exclusivos de Castilla a una obligación
igualmente exclusiva para que se ganaran a los paganos para la fe. Esta empresa misionera,
solemnemente confiada a la corona de Castilla se dotó así deuna justificación moral para la
conquista y colonización, que a la vez reforzaban y superaban las concesiones en una forma u
otraobtenidas del primer descubrimiento. La expedición de 1493 también fue diferente en
otros puntos importantes respecto a suantecesora. No había ningún sacerdote en el primer
viaje, pero esta vez se dedicó un interés especial a la conversión de los isleños, yun grupo de
frailes especialmente seleccionados por Fernando e Isabel y dirigidos por un benedictino
catalán, Bernardo Boil,tuvieron la responsabilidad de realizar una empresa misionera a
expensas de la corona.Ya en 1493, elementos nuevos se iban a introducir en el juego para
modificar o transformar la empresa inicial como Colón laconcibió. El comercio y la exploración
siguieron siendo unos componentes poderosos de la empresa; y el establecimiento de un
poblamiento permanente en las Antillas estaba muy en la línea con el modo empleado por los
portugueses y genoveses en susactividades de Ultramar, pero las tradiciones nacidas en la
reconquista de la vieja Castilla también tenderían a confirmarse,impulsadas en parte por el
hecho de que el nuevo mundo descubierto en las Antillas aparecía densamente ocupado por
una población no cristiana, y la cual poseía objetos de oro. Entre la variedad de opciones
existentes, Castilla escogió la que implicaba laconquista en gran escala dentro de la tradición
medieval peninsular: la afirmación de la soberanía, el establecimiento de la fe,inmigración y
asentamiento, y una dominación extensiva de las tierras y las personas.
Por lo tanto, la corona, aprobó en 1503 un sistema de mano deobra forzosa, por el cual se
autorizó al gobernador a repartir mano de obra india en las minas o en los campos, debiendo
pagar lossalarios aquellos que recibieron el repartimiento.
El repartimiento o distribución de los indios fue un acto de favor por parte de lacorona y, por
lo tanto, implicaba ciertas obligaciones que tenían que cumplir los concesionarios. Los indios
tenían que ser cuidadose instruidos en la fe, lo que significaba que, en efecto, estaban
temporalmente «depositados» o confiados a españoles individuales.El establecimiento formal
de trabajo forzoso entré la población indígena sólo precipitó un proceso que ya estaba
resultandocatastrófico, su total extinción. A los 20 años de la llegada de Colón, la población de
la que había sido una isla densamente poblada,desapareció por la guerra, las enfermedades,
los malos tratos y el trauma producido por los esfuerzos que hicieron los invasores por
adaptarla a unas formas de vida y comportamientos totalmente distintos a su experiencia
anterior.
Aceptando de mala gana que la economía de la isla era insuficiente para la supervivencia sin
lamano de obra forzada, los Jerónimos llegaron a la conclusión de que la única solución era
importarla de fuera, en forma de esclavosnegros.
Por lo tanto, no es sorprendente que la mano de obra de esclavos negros les pareciera a los
españoles que ofrecía unarespuesta natural a los problemas de La Española. Un nuevo y
lucrativo tipo de comercio transatlántico se empezó a crear, cuando elViejo Mundo de África
vino a compensar la balanza demográfica del Nuevo Mundo de América. La catástrofe
demográfica
quehabían sufrido los habitantes indígenas de La Española tuvo otro efecto más inmediato y
potente. El exceso de colonos españoles enla isla, obligando a importar mano de obra para
asegurar su propia supervivencia, también forzó por razones parecidas, a exportarla.
La urgencia por la exploración fue, en cualquier caso, instintiva para la mayoría de aquellos
hombres, ya que la necesidad einclinación trabajan mano a mano.
A la vez que crecía el radio del espacio explotado en torno a Santo Domingo, aumentaban las
presiones para conquistar y emigrar.
Desde 1508, los inquietos colonos de Santo Domingo se fueron acercando rápidamente
hacialas islas cercanas. La colonización de Puerto Rico empezó en 1508, y la de Jamaica en
1509. Dos años más tarde, Diego Velázquezcomo diputado de Diego Colón, emprendió la
conquista de lo que iba a ser un gran premio, la isla de Femandina, o Cuba, que seconvertiría
en una base para los viajes de exploración y conquista del continente americano, y su puerto
de La Habana, que se volvióa emplazar en un lugar protegido, en la costa norte en 1519,
reemplazaría a Santo Domingo como puerta hacia las Indias. En 1513,Vasco Núñez de Balboa,
acortando el camino a través del istmo, divisó el Océano Pacífico desde Darién. Tres meses
antes dedivisar este panorama, se habían dado las órdenes oportunas en España para el envío
de una expedición desde la península bajo elmando de Pedrarias Dávila, para realizar la
conquista de estas regiones del continente. Bajo la dirección de Pedrarias, sedesplegaron
expediciones para hacer descubrimientos a través de América Central; la mayoría lo hicieron
por la costa del Pacífico,en donde Pedrarias fundó la ciudad de Panamá en 1519. En este
mismo año, Cortés desembarcó en México, y Magallanes zarpó enel viaje de circunnavegación
que proporcionaría a España demasiado tarde, su ruta marítima occidental hacia el este.Con
cada nueva incursión de los intrusos españoles, el radio de destrucción se amplió. Una tras
otra, las áreas de penetraciónespañola perdían sus poblaciones aborígenes ante la constante y
progresiva marcha de rompimiento, desmoralización yenfermedades, de modo que los
invasores hacían esfuerzos frenéticos para repoblar la menguada mano de obra nativa,
organizandoexpediciones para capturar esclavos en las regiones cercanas. Pero en todos los
lugares la esperanza de reproducir la población india perdida demostró ser ilusoria. Los
esclavos importados sucumbieron tan rápidamente como la población local a la que
habíanvenido a reemplazar, y la devastación de una región no iba acompañada, como los
españoles habían confiado, de la restauración deotra. El «período de las islas» del
descubrimiento, conquista y colonización que comprendió los años 1492 a 1519, culminó, por
lotanto, en un período de acelerada e intensa actividad, estimulada en seguida por el fracaso
inicial de Santo Domingo para mantener sus inquietos inmigrantes y por las perspectivas
rápidamente propagadas de saqueos, comercio y beneficio cuando empezaron adescubrirse
las tierras del continente.
Podría decirse que la América española continental se conquistó entre 1519 y 1540, en el
sentido de que esos 21 años vieron elestablecimiento de la presencia española a través de
zonas extensas del continente, y una afirmación de la soberanía española, másefectiva en unas
regiones que en otras. Dos grandes arcos de conquista, moviéndose hacia fuera de las Antillas,
complementaron lasubyugación del continente americano. Uno, organizado desde Cuba entre
1516 y 1518 recorrió México entre 1519 y 1522,destruyendo la confederación azteca, y
después se irradió hacia el norte y el sur desde la meseta central mexicana. El otro arco de
laconquista, comenzando en Panamá, se movió brevemente hacia el norte en 1523-1524,
hasta llegar a Nicaragua, y entonces, despuésde una pequeña pausa, tomó la ruta del Pacífico
hacia el sur para llevar a cabo la conquista del imperio Inca en 1531-1533.Aunque las regiones
marginales, ya fuera en el norte de México o en la parte meridional de América del Sur,
resultaban refractariasa la acción colonizadora, las poblaciones indígenas de las regiones más
pobladas y colonizadas se sometieron al dominio español enuna sola generación. ¿Cómo se
puede explicar la extraordinaria rapidez de este proceso de conquista? Está dentro de la
mismanaturaleza de la conquista que las voces de los vencedores tengan mayor repercusión
que las de los vencidos.
Esto es especialmente cierto en las Américas, donde un mundo conquistado muy pronto iba a
ser un mundo destruido. Dada la variedad de pueblos, larelativa escasez de recursos y la
naturaleza de las circunstancias en las que se produjeron, sería demasiado decir que los
testimoniosque sobrevivieron nos dan una visión «india» de la conquista. Sin embargo, nos
proporcionan una serie de recuerdos patéticos,filtrados a través de la lente de los derrotados,
o del efecto producido en ciertas regiones por la rápida irrupción de forasterosintrusos cuya
apariencia y comportamiento estaban muy alejados de lo habitual. El choque de la sorpresa
que causó la aparición delos españoles y sus caballos dieron a los invasores una importante
ventaja inicial. Pero los relatos cargados de presagios de losvencidos producidos bajo el
impacto abrumador de la derrota no proporcionan una base adecuada para comprender el
triunfoespañol. Por su naturaleza, estas narraciones se mueven inexorablemente hacia la
catástrofe, que desde el principio se simboliza por misteriosos presagios, como el inexplicable
incendio de los templos o la aparición de un pájaro extraño con un espejo en la cabeza.El
problema más inmediato para los españoles fue cómo conquistar y después mantener las
zonas de mayor interés para ellos, conlas grandes poblaciones sedentarias en Mesoamérica y
los Andes, donde las posibilidades de riquezas minerales y una mano de obradisciplinada
justificaban el esfuerzo de la conquista. Pero la misma extensión y el carácter de estas
poblaciones de Mesoamérica ylos Andes resultaba finalmente ser más bien una ventaja que
una desventaja para los españoles. En los imperios azteca e inca, unamultiplicidad de tribus
competidoras brotaron bajo una forma de control central que era más o menos protestado.
Esto permitió a losespañoles enfrentar un grupo tribal contra otro y volver a los pueblos contra
sus odiados jefes. También significó que, una vez queel poder central quedó derrotado, los
españoles sucesivamente se convirtieron en los jefes de poblaciones ya acostumbradas
aalgunos grados de subordinación. Sin embargo, los pueblos de la periferia de estos
«imperios», y los que se hallaban dispersos por las áridas tierras poco pobladas del norte de
México o las regiones selváticas de la América del Sur meridional, resultaron ser
incomparablemente más difíciles de dominar, en especial cuando habían tomado la medida de
la forma de combate de los españolesy habían aprendido a usar armas de fuego y caballos. Los
invasores también sacaron un provecho inconmensurable al pertenecer auna sociedad con una
superioridad tecnológica decisiva. Pero el impacto de esta superioridad técnica no estaba tan
bien definido niera tan incondicional, como puede parecer a primera vista. En parte, se debía a
que los invasores estaban pobremente equipados encomparación con el modelo europeo del
siglo XVI. El carácter de las sociedades a las que se enfrentaron y su propia
superioridadtecnológica originaron brillantes oportunidades para los invasores europeos. Pero
estas oportunidades todavía tenían queaprovecharse y, en este aspecto, se puso a prueba la
capacidad de organización e improvisación de los europeos del siglo XVI.Regiones diferentes
presentaban problemas diferentes y exigían respuestas diferentes, y cada expedición o intento
de colonización poseía sus propias peculiaridades. Pero mientras que, especialmente durante
los primeros años, no había un procedimiento único para la conquista y colonización, ciertos
modelos tendían a establecerse, simplemente porque las expediciones militares
necesitabanorganización y abastecimientos, y las expediciones comerciales pronto se dieron
cuenta que no podían prescindir del apoyo militar.La conquista de América fue, de hecho,
posible gracias a una red de créditos, que circulaban por intermedio de agentes locales
yempresarios respaldados por funcionarios reales y ricos encomenderos de las Antillas, y aún
más lejos, al otro lado del Atlántico, por Sevilla y las grandes casas bancarias de Génova y
Austria. Pero los hombres que formaban las bandas de guerreros no estabancompletamente
indefensos.
La consolidación de la conquista
Mientras que los españoles tuvieron un éxito considerable, al menos en la integración nominal
en las nuevas sociedades colonialesde los indios que vivían dentro de los límites de los
imperios de la preconquista, se enfrentaron con problemas menos manejables enotras partes
de América. Allí, a menudo tenían que tratar con tribus y pueblos cuya manera de vivir parecía
primitiva encomparación con las normas europeas. El éxito o el fracaso de los españoles en
pacificar estas regiones fronterizas dependería de lascostumbres y modelos culturales de las
variadas tribus con las que tuvieron contacto y de la manera que los mismos
españolesenfocaron su tarea. El misionero, a menudo, tenía éxito allí donde fallaba el soldado.
La conquista de América, por lo tanto, resultóser un proceso sumamente complejo en el que
los soldados no siempre eran los que dominaban. Estaba acompañada por unmovimiento que
apuntaba hacia la conquista espiritual , por medio de la evangelización de los indios. A esto
siguió una masiva emigración desde España que culminó en laconquista demográfica de las
Indias.
Se crearon nuevas ciudades, algunas veces, comola propia Ciudad de México, en el sitio de las
ciudades o aldeas indígenas, y otras veces en zonas donde no hubiera grandesconcentraciones
de indios. Basadas en el modelo de las ciudades españolas, con su plaza central —la iglesia
principal en una parte yel ayuntamiento en la otra— y trazadas, siempre que fuera posible,
según un plano de parrilla con intersección de calles como sehizo en la construcción de Santo
Domingo, la ciudad del Nuevo Mundo proporcionaba al expatriado un marco familiar para su
vidadiaria en un entorno extraño. La encomienda iba a tomar su lugar al lado- de la ciudad
como base de la colonización española en México, y después, a su debido tiempo, en Perú. La
encomienda no era un estado y no comportaba título alguno sobre la tierra niderecho de
jurisdicción. Por lo tanto, no podía llegar a convertirse en un feudo en embrión. A pesar de sus
esfuerzos, los encomenderos no lograrían transformarse en una nobleza hereditaria de tipo
europeo. Al mismo tiempo que la corona estaba luchando contra el principio hereditario de la
transmisión de encomiendas, trabajaba para reducir el grado de control que losencomenderos
ejercían sobre sus indios. Aquí, el paso más decisivo se dirigió a abolir en 1549 el deber que
tenían los indios deefectuar el servicio personal obligatorio. En adelante, los indios sólo
estarían sujetos al pago de tributos, cuya proporción se estableció en una cantidad menor que
la que antes habían tenido que pagar a sus señores.A mediados del siglo XVI, el movimiento
para la conquista espiritual de América había empezado a decaer, como resultado de las
profundas divisiones sobre la estrategia a seguir y el desaliento ante los fracasos. La
evangelización de América fue dirigida en sus primeras etapas por miembros de las órdenes
regulares, distintos del clero secular. Las primeras etapas de la misión americana conel
bautismo masivo de cientos de miles de indios, parecía prometer el triunfo de este
movimiento de retorno al primitivo cristianismo que tan repetidamente había sido frustrado
en Europa. Muy pronto, sin embargo, las dudas que algunos misioneroshabían mantenido
siempre, empezaron a salir a la superficie. Pero aunque el número de conversiones fue
espectacular, su calidaddejaba mucho que desear. Había indicaciones alarmantes de que los
indios que habían adoptado la nueva fe con aparente entusiasmo, aún veneraban a sus viejos
ídolos en secreto. Los misioneros también lucharon contra muros de resistencia en aquellos
puntos en los que sus intentos por inculcar las enseñanzas morales del cristianismo chocaban
con modelos de comportamientolargamente establecidos. Para algunos misioneros,
especialmente los de la primera generación, estos contratiempos servían comoincentivo para
indagar con mayor profundidad en las costumbres y creencias de sus encomendados. Cuando
el primer movimientohabía sido para borrar todos los vestigios de una civilización pagana,
luego empezó un intento de examinarla, registrarla einvestigarla. A mediados del siglo XVI,
había probablemente en América alrededor de 100.000 blancos. Las noticias de las
oportunidades queofrecía el Nuevo Mundo para conseguir una vida mejor animaron a un
creciente número de españoles a embarcarse desde Sevilla para América, con o sin licencia
oficial para emigrar. En los primeros años, como era de esperarse, la presencia masculina en
elmovimiento migratorio era abrumadora. Pero, para promover la colonización, la corona
insistió en que todos los conquistadores yencomenderos tendrían que estar casados, y esto
produjo un número creciente de mujeres emigrantes.
La presencia de esta población desamparada sólo pudo añadirse a las fuerzas que ya
conducían a la desintegración de la llamada«república de los indios». La proximidad de las
ciudades fundadas por los conquistadores; la mano de obra que pedían losencomenderos y el
tributo que exigía la corona; la usurpación por parte de los españoles de las tierras indias; la
infiltración de los blancos y los mestizos; todos estos elementos ayudaron a destruir la
comunidad india y lo que quedaba de su organización socialanterior a la conquista. Al mismo
tiempo que estaba sometida a las poderosas presiones desde fuera, la «república de los
indios»también estaba sucumbiendo ante una catástrofe demográfica. La epidemia de viruela
durante el curso de la conquista fue tan sólo la primera de una sucesión de epidemias
europeas que devastaron la población indígena del continente americano en las
décadassiguientes. Al mismo tiempo que estaba sometida a las poderosas presiones desde
fuera, la «república de los indios» también estabasucumbiendo ante una catástrofe
demográfica. La epidemia de viruela durante el curso de la conquista fue tan sólo la primera de
unasucesión de epidemias europeas que devastaron la población indígena del continente
americano en las décadas siguientes.La clase de sociedad que los conquistadores y emigrantes
decidieron crear instintivamente, era la que más se parecía a la que habíandejado en Europa.
Por consiguiente, el destino de los pueblos sometidos estaba ya preordenado. Serían
transformados, tanto comofuera posible, en campesinos y vasallos de tipo español. Era
inevitable que las crecientes muestras de energía por parte del estadotuvieran también su
impacto en las posesiones castellanas de ultramar. Las aspiraciones de intervención del estado
se habían hecho presentes allí desde el comienzo, como atestiguaban las capitulaciones entre
la corona y los aspirantes a conquistadores.
En NuevaEspaña desde la década de 1530, en Perú desde la de 1550, la hora del conquistador
había pasado. Una nueva conquista, de tipoadministrativo, estaba tomando posiciones,
dirigida por las audiencias y los virreyes. Poco a poco, bajo el mandato de los primerosvirreyes,
el aparato gubernativo de la autoridad real logró imponerse sobre las nuevas sociedades que
los conquistadores, los frailesy los colonos estaban construyendo. Las Indias ya empezaban a
ocupar su lugar dentro de la amplia estructura institucional de launiversal monarquía
española.
John V. Murra
El Mundo Andino
John Murra nos habla en su texto El Mundo Andino, que las civilizaciones andinas tuvieron una
distinta forma de adquisición de ingresos a comparación de las sociedades mesoamericanas.
En los Andes se estructuro un modelo de “Archipiélago vertical” que ayudo a reforzar el
control de los nichos ecológicos alejados, la densa población y mejoro la producción al igual
que la economía. Once años después se ejerció un amplio intercambio de trabajo y de un
comercio vertical, en el cual uno de sus productos más representativos fue la concha
espondilos; molusco labrado y utilizado para intercambio de productos, las ceremonias,
funerales e indispensable para llamar a las lluvias.
eran controlados por una etnia para aprovechar los recursos distantes. Cabe resaltar que estas
sociedades también utilizaron el trueque como mecanismo de reciprocidad y no de comercio.
Se buscaron nuevas formas para restablecer y fortalecer la producción en estas civilizaciones,
como la distribución de pisos ecológicos dispersos por medio de un parentesco, algunos
grupos étnicos ejercían diferentes actividades labores entre labradores, tejedores y metalurgos
a cambio recibían parejas, templos o mínimas partes del poder.
La complementariedad ecológica fue un logro humano notable que las civilizaciones andinas
forjaron para lograr alta productividad y así atender a vastas poblaciones de un ambiente
múltiple. La complementariedad nos ayuda a comprender la posición única del logro andino en
el repertorio de historias humanas;
y es posible que hasta indique posibilidades futuras.
El inca proporciono fibra para el tejido, ya que tenía gran valor en Europa como en el mundo
andino. Los tejidos, metales y otros productos se intercambiaban con conchas spondylus, estas
eran indispensables para hacer llover, se las utilizaban en ceremonias y funerales, además que
al ser labrada se convertía en artesanía. Las conchas fueron objetos de gran valor, de
propiedad colectiva, debían ser intercambiados simultáneamente de forma recíproca y hasta
Se heredaban
Francisco Falcón, afirma que el único tributo era en trabajo que se utilizaba para el cultivo, la
construcción de caminos, los tejidos, el transporte o la minería. Además los kipus dan certeza
de este conocimiento, indicando:
…debían a su corona, energía, parte de la cual era entregada en la capital, el Cuzco y Pampa.
De las veinticinco cuerdas del kipus enumeraban la cantidad de gente que debía servicios en
construcción, agricultura, transporte, confección de tejidos y otros. Solo dos cuerdas
mencionaban bienes que se entregaban en especies.
En los estudios de Ramiro Condarco Morales en El Escenario andino y el hombre (Oruro 1967;
La Paz 1970-1971) nos dice que la complementariedad se obtenía por medio de la actividad
humana
física en las zonas de preferencia costeras y las montañosas, en donde se instalaron “Zonas
Transversales de complementación” que al principio fueron lejanas luego se extendieron
longitudinalmente.
Olaf Holm (1953) indica que la concha spondylus fue un objeto de gran demanda en el
comercio, más apreciada que el oro o una piedra preciosa. Además que fuentes como Troll
(1931) y Dolmatoff (1961) formulan que existieron otras formas de intercambio como el tráfico
marino y los mindala. Evidencias históricas y arqueológicas de la pesca y la forma de labrar en
las costas de Manabí las explican Jorge Marcos y Presley Norton (1986). Y finalmente existen
evidencias arqueológicas de su uso temprano y muy difundido en la sierra, llegando hasta Chile
y Argentina de los estudios de Burger (1984)
Las características y las variantes regionales, los límites y las limitaciones del modelo de
archipiélago vertical están aún en debate. Sugiero que los Andes hubo un intercambio
marítimo, de larga distancia, de objetos preciosos como conchas spondylus o mullu, tejidos
elegantes, metales preciosos; cuyo contexto todavía no captamos cabalmente pero cuyo
significado todavía queda por aclaramos, sin hablar de “comercio”, “tributo” o “mercados” que
no existieron en los Andes.