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Atrofia cerebral.

Los primeros estudios post mortem ya indicaban una disminución de la masa


encefálica. Tradicionalmente se observa una serie de lesiones que aparecen de modo independiente a la
existencia de déficit nutricionales y otras complicaciones médicas, por lo que parecen ser
características del abuso de alcohol: pérdida difusa de tejido cerebral, ensanchamiento de los surcos y
cisuras y agrandamiento de los ventrículos laterales y el tercer ventrículo10-12. La atrofia del lóbulo
frontal evaluada mediante tomografía axial computarizada (TAC) o resonancia magnética (RM) es un
hallazgo clásico cuando se estudia el cerebro de alcohólicos crónicos12.

Sin embargo, curiosamente el grado de atrofia cerebral no parece correlacionar con los déficit
encontrados en las exploraciones neuropsicológicas, pudiéndose encontrar sujetos que presentan
alteraciones estructurales sin aparente afectación cognitiva

Las evaluaciones morfométricas han hallado alteraciones en el número, tamaño y complejidad sináptica
en los encéfalos de los alcohólicos crónicos. Ello se relaciona con el debate sobre si existe o no pérdida
de cuerpos neuronales en los alcohólicos. Disminución del volumen de sustancia gris

Los hallazgos eletrofisiológicos también apuntan a la existencia de anomalías en la actividad eléctrica


del córtex cerebral de los alcohólicos, encontrándose alteraciones en cuanto a amplitud y latencia de
diversos potenciales evocados

La memoria es uno de los procesos alterados de manera más habitual en alcohólicos, en especial la
memoria a corto plazo. La amnesia transitoria suele ligarse al consumo de alcohol en forma de
blackout, o laguna alcohólica, que constituye un episodio de amnesia anterógrada cuya existencia es
uno de los aspectos explorados en la clínica cuando se realiza el diagnóstico de dependencia o abuso de
alcohol.

Las alteraciones en funciones ejecutivas y las alteraciones conductuales ligadas al alcoholismo crónico
sugieren una afectación frontal, los déficit visuoespaciales y constructivos han dado pie a algunos
autores a considerar que en la afectación cerebral en alcohólicos se produce la denominada
«sensibilidad diferencial del hemisferio derecho», en especial, dada la escasa afectación de las
capacidades verbales en las que el hemisferio izquierdo se halla más especializado

Alteraciones del SNC, consistentes en retraso mental, generalmente moderado (CI variable entre 50-
80), niveles bajos de atención, labilidad emocional y trastornos del comportamiento, irritabilidad,
hiperactividad y alteraciones del desarrollo motor como hipotonía y déficit de la coordinación. A nivel
estructural se han señalado reducciones en el tamaño de determinadas áreas de los ganglios basales,
cerebelo, hipocampo y cuerpo calloso. Es interesante señalar que también se ha observado un
desplazamiento espacial en la posición de este último74, que correlaciona con el rendimiento en
pruebas de aprendizaje verbal. El importante papel que juega el cuerpo calloso en la comunicación
entre ambos hemisferios cerebrales se ve también lógicamente comprometido75.

En el caso de la
adicción a la heroína y opiáceos, los efectos residuales
de su consumo parecen afectar los procesos ejecutivos
de flexibilidad, planificación e inhibición, impulsividad y
toma de decisiones. Además, se observa con frecuencia
alteraciones en velocidad de procesamiento, atención,
procesos visoespaciales y memoria operativa. En función
del tiempo de abstinencia, algunos de estos deterioros
de la atención y flexibilidad parecen reversibles.
El cannabis ha sido asociado ampliamente y consistente-
mente con alteraciones temporales en velocidad de proce-
samiento, atención, memoria, control ejecutivo y toma de
decisiones durante las horas y días posteriores al consu-
mo.

Las alteraciones neuropsicológicas vinculadas al uso de


alcohol han sido investigadas en las últimas décadas, en-
contrando que el consumo abusivo de esta sustancia está
asociado a un amplio rango de alteraciones estables en la
velocidad de procesamiento de información, habilidades
psicomotoras, organización visoperceptiva, memoria y
control ejecutivo.
Por lo que se refiere a la adicción a la cocaína, la mayo-
ría de estudios apuntan hacia la presencia de alteraciones
en funciones como atención, memoria, habilidades psico-
motoras y funciones ejecutivas (inhibición de respuesta,
flexibilidad y toma de decisiones)

se observan regiones glutamatérgicas que son importantes para


la recompensa (área prefrontal medial, CPFm), corteza
orbitofrontal (COF), corteza
cingulada anterior (CCA), tálamo, hipocampo y amígdala, los
cuales mandan proyec
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ciones excitatorias hacia el N Acc. Las sustancias psicoactivas
alteran este circuito de
recompensa de forma compleja, y esto conduce a la adicción.

Por otra parte, evidencias recientes han mostrado que


adolescentes con trastor
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nos por uso de alcohol tienen una reducción en el volumen
izquierdo y derecho
del hipocampo, que se correlaciona con la edad de inicio y la
duración del trastor
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no, lo que sugiere una asociación directa entre el desarrollo de
trastornos por el
uso de alcohol y reducción del volumen hipocampal
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