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ISAAC NEWTON

(Woolsthorpe, Lincolnshire, 1642 - Londres, 1727) Científico inglés. Fundador de


la física clásica, que mantendría plena vigencia hasta los tiempos de Einstein, la
obra de Newton representa la culminación de la revolución científica iniciada un
siglo antes por Copérnico. En sus Principios matemáticos de la filosofía
natural (1687) estableció las tres leyes fundamentales del movimiento y dedujo de
ellas la cuarta ley o ley de gravitación universal, que explicaba con total exactitud
las órbitas de los planetas, logrando así la unificación de la mecánica terrestre y
celeste.

Hijo póstumo y prematuro, su madre preparó para él un destino de granjero; pero


finalmente se convenció del talento del muchacho y le envió a la Universidad de
Cambridge, en donde hubo de trabajar para pagarse los estudios. Allí Newton no
destacó especialmente, pero asimiló los conocimientos y principios científicos y
filosóficos de mediados del siglo XVII, con las innovaciones introducidas
por Galileo Galilei, Johannes Kepler, Francis Bacon, René Descartes y otros.

Tras su graduación en 1665, Isaac Newton se orientó hacia la investigación en


física y matemáticas, con tal acierto que a los 29 años ya había formulado teorías
que señalarían el camino de la ciencia moderna hasta el siglo XX; por entonces
había ya obtenido una cátedra en su universidad (1669). Protagonista fundamental
de la «Revolución científica» de los siglos XVI y XVII y padre de la mecánica
clásica, Newton siempre fue remiso a dar publicidad a sus descubrimientos, razón
por la que muchos de ellos se conocieron con años de retraso. Newton coincidió
con Leibniz en el descubrimiento del cálculo integral, que contribuiría a una
profunda renovación de las matemáticas; también formuló el teorema del binomio
(binomio de Newton).
Las aportaciones esenciales de Isaac Newton se produjeron en el terreno de la
física. Sus primeras investigaciones giraron en torno a la óptica: explicando la
composición de la luz blanca como mezcla de los colores del arco iris, formuló una
teoría sobre la naturaleza corpuscular de la luz y diseñó en 1668 el primer
telescopio de reflector, del tipo de los que se usan actualmente en la mayoría de
los observatorios astronómicos; más tarde recogió su visión de esta materia en la
obra Óptica (1703). También trabajó en otras áreas, como la termodinámica y la
acústica.

NACIMIENTO Woolsthorpe Manor, Reino Unido

MUERTE Kensington, Londres, Reino Unido 31 de marzo de 1727

INVENTOS

El cañón orbital

En su primera publicación, en 1687, Newton elabora su teoría sobre la ley de


gravitación universal. Allí describe que todas las partículas ejercen una fuerza que
la gravedad, siendo afectada por la masa y la distancia, universalmente comanda
los movimientos de todas las cosas, desde la lluvia en la Tierra a la órbita de los
planetas. Más tarde A.Einstein actualizaría algunos detalles en la visión de Newton
partiendo de una base moderna pero sólida, para así comprender mejor la
gravedad. Para probar esta teoría, Newton inventó el cañón orbital en un
experimento muy simple en el que, en teoría, se busca demostrar que un objeto
orbita a otro. Dependiendo de la cantidad de pólvora que se le coloque a un
cañón, al ser disparado, la bala puede caer nuevamente a la superficie de la Tierra
o flotar en el espacio exterior.

Puertas para mascotas


Así es, Isaac Newton fue quien inventó las puertas para gatos y perros, así que si
alguna vez te lo preguntaste pero te pareció demasiado simple como para ponerte
a investigar al respecto, aquí lo tienes. Al parecer, cuando el gran Newton no
estaba pensando en cañones espaciales o en cómo el universo se mantiene
orbitando, se las ingeniaba pensando en la comodidad y el bienestar de sus
numerosas mascotas.

Las 3 leyes del movimiento

Dejando de lado la cuestión de sus mascotas, Isaac Newton fue indudablemente


uno de los mayores propulsores de la física. No solo estableció la ley de
gravitación universal en 1687, sino que también investigó hasta alcanzar las raíces
mismas del movimiento estableciendo sus principios fundamentales, las 3 leyes
del movimiento:

 Inercia: todo cuerpo preserva en su estado de reposo o movimiento


rectilíneo uniforme a no ser que sea obligado a cambiar su estado por
fuerzas impresas sobre él.
 Fuerza: el cambio de movimiento es proporcional a la fuerza motriz impresa
y ocurre según la línea recta a lo largo de la cual aquella fuerza se imprime.
 Acción y reacción: con toda acción ocurre siempre una acción igual y
contraria: o sea, las acciones mutuas de dos cuerpos son siempre iguales y
dirigidas por sentido opuesto.

Claras, simples y concisas, han sido de vital importancia durante cientos de años.
También son similares a las que planteó el filósofo francés René Descartes, sobre
todo la primera y la segunda, a excepción de que este, identificó a Dios como el
motor principal, mientras que Newton no necesitó nada más que sus
razonamientos.
La receta de la piedra filosofal

Como alquimista y filósofo, Isaac Newton, durante años estudió distintos mitos,
relatos, textos e investigaciones sobre la llamada piedra filosofal. Como hombre de
ciencia, quizá llame la atención que Isaac se dedicara a este tipo de estudios, sin
embargo, la gran mayoría de los textos relacionados con la alquimia del 1600,
realmente fueron el aperitivo de la química.

Newton redactó un texto (o algo así como una receta química) en la que explicaba
cómo crear una piedra filosofal, una piedra de fantasías con propiedades de
transmutación mágica. Lo cierto es que Isaac finalmente la creóaunque,
obviamente, no tuvo resultado alguno. En 2005, con estas notas de más de 300
años, historiadores modernos recrearon la piedra, aunque ningún tipo de
transmutación o propiedad especial ocurrió.

El arco iris y la refracción de la luz

En 1704, en su obra titulada Óptica, Newton cambió la forma en la que se habla y


se trabaja sobre la luz, así como del fenómeno de la refracción. Aunque los
científicos de la época ya sabían cómo se forma un arcoíris (mediante el reflejo y
la refracción de la la luz en las gotas de lluvia) no sabían a qué se debían esos
colores tan llamativos.
Partiendo de allí y valiéndose de una lámpara y un prisma, Isaac experimentó a
través de la ejecución blanca sobre un prisma y esta se separó en un arco iris de
varios colores. Al volver a reflejar los rayos de colores en un nuevo prisma, la luz
de colores salía ahora blanca, por lo que Isaac comprobaba que los colores son
en realidad una característica de la luz.

APODO

El hombre de la manzana y la gravedad

MUJER E HIJOS

ESPOSA

Hannah Ayscough

HIJO

Isaac Newton
ALBERT EINSTEIN
En el siglo XVII, la sencillez y elegancia con que Isaac Newton había logrado
explicar las leyes que rigen el movimiento de los cuerpos y el de los astros,
unificando la física terrestre y la celeste, deslumbró hasta tal punto a sus
contemporáneos que llegó a considerarse completada la mecánica. A finales del
siglo XIX, sin embargo, era ya insoslayable la relevancia de algunos fenómenos
que la física clásica no podía explicar. Correspondió a Albert Einstein superar tales
carencias con la creación de un nuevo paradigma: la teoría de la relatividad, punto
de partida de la física moderna.

Albert Einstein en 1947

En tanto que modelo explicativo completamente alejado del sentido común, la


relatividad se cuenta entre aquellos avances que, en los albores del siglo XX,
conducirían al divorcio entre la gente corriente y una ciencia cada vez más
especializada e ininteligible. No obstante, ya en vida del físico o póstumamente,
incluso los más sorprendentes e incomprensibles aspectos de la relatividad
acabarían siendo confirmados. No debe extrañar, pues, que Albert Einstein sea
uno de los personajes más célebres y admirados de la historia de la ciencia: saber
que son ciertas tantas ideas apenas concebibles (por ejemplo, que la masa de un
cuerpo aumenta con la velocidad) no deja más opción que rendirse a su
genialidad.

Un mal estudiante

Albert Einstein nació en la ciudad bávara de Ulm el 14 de marzo de 1879. Fue el


hijo primogénito de Hermann Einstein y de Pauline Koch, judíos ambos, cuyas
familias procedían de Suabia. Al siguiente año se trasladaron a Munich, en donde
el padre se estableció, junto con su hermano Jakob, como comerciante en las
novedades electrotécnicas de la época.

El pequeño Albert fue un niño quieto y ensimismado, y tuvo un desarrollo


intelectual lento. El propio Einstein atribuyó a esa lentitud el hecho de haber sido la
única persona que elaborase una teoría como la de la relatividad: «un adulto
normal no se inquieta por los problemas que plantean el espacio y el tiempo, pues
considera que todo lo que hay que saber al respecto lo conoce ya desde su
primera infancia. Yo, por el contrario, he tenido un desarrollo tan lento que no he
empezado a plantearme preguntas sobre el espacio y el tiempo hasta que he sido
mayor».

En 1894, las dificultades económicas hicieron que la familia (aumentada desde


1881 con el nacimiento de una hija, Maya) se trasladara a Milán; Einstein
permaneció en Munich para terminar sus estudios secundarios, reuniéndose con
sus padres al año siguiente. En el otoño de 1896 inició sus estudios superiores en
la Eidgenossische Technische Hochschule de Zúrich, en donde fue alumno del
matemático Hermann Minkowski, quien posteriormente generalizó el formalismo
cuatridimensional introducido por las teorías de su antiguo alumno.

Einstein con Elsa, su segunda esposa

El 23 de junio de 1902, Albert Einstein empezó a prestar sus servicios en la


Oficina Confederal de la Propiedad Intelectual de Berna, donde trabajó hasta
1909. En 1903 contrajo matrimonio con Mileva Maric, antigua compañera de
estudios en Zúrich, con quien tuvo dos hijos: Hans Albert y Eduard, nacidos
respectivamente en 1904 y en 1910. En 1919 se divorciaron, y Einstein se casó de
nuevo con su prima Elsa.

La relatividad
Durante 1905, publicó cinco trabajos en los Annalen der Physik: el primero de ellos
le valió el grado de doctor por la Universidad de Zúrich, y los cuatro restantes
acabarían por imponer un cambio radical en la imagen que la ciencia ofrece del
universo. De estos cuatro, el primero proporcionaba una explicación teórica en
términos estadísticos del movimiento browniano (así llamado en honor a su
descubridor, Robert Brown), y el segundo daba una interpretación del efecto
fotoeléctrico basada en la hipótesis de que la luz está integrada por cuantos
individuales, más tarde denominados fotones. Los dos trabajos restantes sentaban
las bases de la teoría restringida de la relatividad, estableciendo la equivalencia
entre la energía E de una cierta cantidad de materia y su masa m en términos de
la famosa ecuación E = mc², donde c es la velocidad de la luz, que se supone
constante.

El esfuerzo de Einstein lo situó inmediatamente entre los más eminentes de los


físicos europeos, pero el reconocimiento público del verdadero alcance de sus
teorías tardó en llegar; el Premio Nobel de Física, que recibió en 1921, le fue
concedido exclusivamente «por sus trabajos sobre el movimiento browniano y su
interpretación del efecto fotoeléctrico». En 1909 inició su carrera de docente
universitario en Zúrich, pasando luego a Praga y regresando de nuevo a Zúrich en
1912 para ser profesor del Politécnico, en donde había realizado sus estudios.

Einstein tocando el violín, una de sus aficiones favoritas (c. 1930)

En 1914 pasó a Berlín como miembro de la Academia de Ciencias prusiana. El


estallido de la Primera Guerra Mundial le forzó a separarse de su familia (por
entonces de vacaciones en Suiza), que ya no volvió a reunirse con él. Contra el
sentir generalizado de la comunidad académica berlinesa, Einstein se manifestó
por entonces abiertamente antibelicista, influido en sus actitudes por las doctrinas
pacifistas de Romain Rolland.
En el plano científico, su actividad se centró, entre 1914 y 1916, en el
perfeccionamiento de la teoría general de la relatividad, basada en el postulado de
que la gravedad no es una fuerza sino un campo creado por la presencia de una
masa en el continuum espacio-tiempo. La confirmación de sus previsiones llegó en
1919, al fotografiarse el eclipse solar del 29 de mayo; The Times lo presentó como
el nuevo Newton y su fama internacional creció, forzándole a multiplicar sus
conferencias de divulgación por todo el mundo y popularizando su imagen de
viajero de la tercera clase de ferrocarril, con un estuche de violín bajo el brazo.
Hacia una teoría unificadora
Durante la siguiente década, Einstein concentró sus esfuerzos en hallar una
relación matemática entre el electromagnetismo y la atracción gravitatoria,
empeñado en avanzar hacia el que, para él, debía ser el objetivo último de la
física: descubrir las leyes comunes que, supuestamente, habían de regir el
comportamiento de todos los objetos del universo, desde las partículas
subatómicas hasta los cuerpos estelares, y agruparlas en una única teoría "de
campo unificado". Tal investigación, que ocupó el resto de su vida, resultó
infructuosa y acabó por acarrearle el extrañamiento respecto del resto de la
comunidad científica. A partir de 1933, con el acceso de Hitler al poder, su soledad
se vio agravada por la necesidad de renunciar a la ciudadanía alemana y
trasladarse a Estados Unidos; Einstein pasó los últimos veinticinco años de su
vida en el Instituto de Estudios Superiores de Princeton (Nueva Jersey), ciudad en
la que murió el 18 de abril de 1955.
Einstein dijo una vez que la política poseía un valor pasajero, mientras que una
ecuación valía para toda la eternidad. En los últimos años de su vida, la amargura
por no hallar la fórmula que revelase el secreto de la unidad del mundo hubo de
acentuarse por la necesidad que sintió de intervenir dramáticamente en la esfera
de lo político. En 1939, a instancias de los físicos Leo Szilard y Eugene Paul
Wigner, y convencido de la posibilidad de que los alemanes estuvieran en
condiciones de fabricar una bomba atómica, se dirigió al
presidente Rooseveltinstándole a emprender un programa de investigación sobre
la energía atómica.
Después de que las explosiones de Hiroshima y Nagasaki pusieran fin a
la Segunda Guerra Mundial, Einstein se unió a los científicos que buscaban la
manera de impedir el uso futuro de la bomba y propuso la formación de un
gobierno mundial a partir del embrión constituido por las Naciones Unidas. Pero
sus propuestas en pro de que la humanidad evitara las amenazas de destrucción
individual y colectiva, formuladas en nombre de una singular amalgama de ciencia,
religión y socialismo, recibieron de los políticos un rechazo comparable a las
críticas respetuosas que suscitaron entre los científicos sus sucesivas versiones
de la idea de un campo unificado.

Albert Einstein sigue siendo una figura mítica de nuestro tiempo; más, incluso, de
lo que llegó a serlo en vida, si se tiene en cuenta que aquella fotografía suya en
que exhibe un insólito gesto de burla (sacando la lengua en una cómica e
irreverente expresión) se ha visto elevada a la dignidad de icono doméstico
después de ser convertida en un póster tan habitual como los de los ídolos de la
canción y los astros de Hollywood. Sin embargo, no son su genio científico ni su
talla humana los que mejor lo explican como mito, sino, quizás, el cúmulo de
paradojas que encierra su propia biografía, acentuadas con la perspectiva
histórica. Al Einstein campeón del pacifismo se le recuerda aún como al «padre de
la bomba»; y todavía es corriente que se atribuya la demostración del principio de
que «todo es relativo» precisamente a él, que luchó encarnizadamente contra la
posibilidad de que conocer la realidad significara jugar con ella a la gallina ciega.

NACIMIENTO

14 de marzo de 1879 Ulm, Alemania


MUERTE

18 de abril de 1955 Princeton, Nueva Jersey, Estados Unidos


INVENTOS

1- El rayo laser
En 1953, como consecuencia de algunas ideas que Einstein (1879-1955) había
manifestado en 1917, se logró el desarrollo del máser, un dispositivo que hace lo
mismo que el láser (que apareció en escena después), pero con radiación de
microondas en vez de con luz. Fue 36 años después de que el genio alemán
pensara en emisiones estimuladas. De hecho, la palabra máser deriva del
acrónimo inglés para amplificación de microondas por emisión estimulada de
radiación. Hoy se utiliza en radiotelescopios y relojes atómicos, mientras que la
capacidad de las microondas de generar calor permitió su aplicación en los hornos
a microondas. El físico estadounidense Charles H. Townes ganó el Nobel de
Física en 1964 (compartido con dos soviéticos) por la creación del máser, y fue
pionero en la del láser.
2- La televisión
El funcionamiento básico del televisor no sería posible sin la explicación de
Einstein sobre el efecto fotoeléctrico. El físico argentino Juan Pablo Paz lo
comenta así: “La teoría de los fotones de Einstein permitió explicar el aspecto más
extraño del efecto fotoeléctrico: al iluminar un metal, la luz deposita energía,
arranca electrones y da lugar a una corriente eléctrica. Pero para que eso ocurra,
el color de la luz no puede ser cualquiera. La selectividad del efecto fotoeléctrico al
color de la luz es clave para numerosas tecnologías”. La invención del tubo de
rayos catódicos, en 1907, y del iconoscopio (una primitiva cámara de tevé), en
1933, fueron hitos en el desarrollo de la televisión que aprovecharon la obra
científica de Einstein. Sin embargo, en un nivel más específico, para un
funcionamiento adecuado del sistema fue necesario tomar en cuenta la Teoría
Especial de la Relatividad, sin cuya aplicación para corregir algunos defectos, las
imágenes televisivas se verían borrosas, inentendibles.
3- Las cámaras digitales
El Premio Nobel de Física por su explicación del efecto fotoeléctrico, desarrollada
en un artículo de 1905. Allí planteó que la luz presenta un comportamiento tanto
de ondas –de acuerdo con la teoría física clásica– como de partículas (que luego
se denominarían fotones). Se convirtió, así (y casi a su pesar), en uno de los
fundadores de la mecánica cuántica, aunque –paradójicamente– a lo largo de su
vida se negó a aceptar como válida. Se considera al físico Max Planck el padre de
la mecánica cuántica y, justamente de Planck, Einstein tomó la idea de considerar
a la luz como conformada por partículas. Este descubrimiento tiene infinidad de
aplicaciones: desde la energía solar a lasalarmas antirrobo, pasando por
los reguladores del tóner de fotocopiadoras. Otra consecuencia práctica son
las cámaras digitales. Augusto Beléndez Vázquez, experto en física aplicada de la
Universidad de Alicante, España, lo explica así: “Las cámaras digitales utilizan
sensores CCD en vez de película fotográfica, como las cámaras tradicionales.
Esos sensores se basan en el efecto fotoeléctrico, la conversión de luz recibida en
corriente eléctrica, que ocurre en algunos materiales”. También es clave en otros
inventos:
• Puertas automáticas de ascensores y supermercados: en ellas, el cuerpo de la
persona que ingresa interrumpe un haz de luz que, normalmente, incide sobre una
célula fotoeléctrica. En el caso de los ascensores, esa interrupción corta la
corriente eléctrica del motor que cierra las puertas, deteniendo el cierre. En las
puertas de supermercados, lo activa, abriéndolas.
• Lámparas automáticas: se activan cuando la célula fotoeléctrica llega a un
umbral determinado de luz.
• Alcoholímetros: el alcohol exhalado por una persona reacciona en el
alcoholímetro con un gas que lo colorea (mayor alcohol, mayor intensidad del
color). Ese color se traduce en el índice de alcoholemia mediante una célula
fotoeléctrica.
4- Estadísticas y mercado financiero
A más de un siglo de su descripción del movimiento azaroso de micropartículas
suspendidas en un fluido (por ejemplo, el polen en una gota de agua), la
explicación de Einstein sobre este fenómeno –conocido como movimiento
browniano–sigue siendo útil. Los físicos que trabajan en nanotecnología (la
manipulación de materiales muy pequeños, a escala molecular) utilizan
ecuaciones de Einstein para cancelar el movimiento browniano y, así, controlar
las nanopartículas. Más aún: ese ensayo logró aplicarse en ámbitos en principio
alejados de la física, como la economía. En 1900, cinco años antes de que
apareciera el artículo de Einstein, el matemático francés Louis Bachelier había
establecido vínculos entre el azaroso y caótico comportamiento de las acciones en
la bolsa de valores y el movimiento browniano, en lo que se reconoce como el
primer trabajo matemático aplicado a la economía. Sin embargo, fue el detallado
trabajo de Einstein el que permitió desarrollar modelos más ajustados sobre
el comportamiento del mercado financiero y sus estadísticas.
5- La nevera
El físico e inventor húngaro Leó Szilárd realizó notables contribuciones a la
ciencia, entre ellas, la idea del reactor nuclear. Alumno de Einstein en Berlín, entre
1926 y 1930 colaboró con su maestro en el desarrollo de una nevera. En aquellos
tiempos, las neveras hogareñas estaban dando sus primeros pasos, y utilizaban
gases tóxicos como refrigerantes. La elevada tasa de muertes por su
malfuncionamiento llevó a Einstein a buscar una solución. Diseñaron una sin
partes móviles (minimizando la posibilidad de una pérdida de gas), y que no
utilizaba electricidad, sino únicamente una fuente de calor, y además no hacía
ruido. La clave era una bomba electromagnética que movía un metal líquido. Sin
embargo, el metal planteaba un potencial riesgo de intoxicación. Frigoríficos más
eficaces (hoy se utilizan gases no tóxicos, como el freón) relegaron al “frigorífico
Einstein” al archivo de las curiosidades. No obstante, su idea se reflotó en 2008,
cuando investigadores de la Universidad de Oxford retomaron el invento para
aplicarlo en regiones del mundo en las que hay escasez de electricidad.
6- El microondas
En 1953, como consecuencia de algunas ideas que Albert Einstein había
manifestado en 1917, se logró el desarrollo del máser, un dispositivo que hace lo
mismo que el láser (que apareció en escena después), pero con radiación de
microondas en vez de con luz. Fue 36 años después de que el genio alemán
pensara en emisiones estimuladas. De hecho, la palabra “máser” deriva del
acrónimo inglés para amplificación de microondas por emisión estimulada de
radiación. Hoy se utiliza en radiotelescopios y relojes atómicos, mientras que la
capacidad de las microondas de generar calor permitió su aplicación en los hornos
a microondas. El físico estadounidense Charles H. Townes ganó el Nobel de
Física en 1964 (compartido con dos soviéticos) por la creación del máser, y fue
pionero en la del láser.
7- El GPS
En abril de 2015, el dispositivo de navegación conocido como sistema de
posicionamiento global (GPS) cumplió 20 años. Desarrollado por el Departamento
de Defensa de los Estados Unidos, en poco tiempo se extendió su uso civil y hoy
prácticamente todos los teléfonos móviles lo incluyen entre sus funciones. Este
gadget, que nos permite llegar a cualquier punto del globo terrestre sin
preocuparnos de cuán terrible es nuestra orientación, no sería posible sin las ideas
enunciada por Einstein. El elemento clave con que trabajan los satélites de GPS
es el tiempo. Un receptor de GPS reúne señales muy precisas de distintos
satélites, cada uno equipado con un reloj atómico. Al conocer la posición de cada
satélite, mediante un método conocido como trilateralización, el GPS puede
determinar su ubicación exacta sobre la superficie terrestre. Pero este invento no
tendría ninguna utilidad sin la Teoría de la Relatividad de Einstein. Por algo la
elogió tanto el científico inglés Paul Dirac, que ganó el Premio Nobel de Física en
1933. El británico llamó a esa genialidad del científico alemán “probablemente el
descubrimiento científico más grande jamás hecho”. Opinión compartida por uno
de los padres de la mecánica cuántica, otro alemán,Max Born, Premio Nobel de
Física de 1954, quien la destacó como “el más grande logro del pensamiento
humano sobre la naturaleza”. Los satélites se mueven a velocidades que superan
los 10.000 kilómetros por hora, por lo cual funcionan más lento que los relojes
terrestres, lo que se conoce como efecto de dilatación del tiempo, tal como se
explica en la Teoría Especial de la Relatividad. En total, la diferencia es de unos 7
microsegundos por día. Casi nada, pero para que el GPS sea operativo, necesita
una precisión de 20-30 nanosegundos (7 microsegundos equivalen a 7.000
nanosegundos, y un nanosegundo es la milmillonésima parte de un segundo).Pero
hay más: como los satélites están alejados de la Tierra (a unos 20.000 Km de
altura), están sujetos a una menor influencia del campo gravitatorio terrestre (un
postulado de la Teoría General de la Relatividad), por lo cual funcionan más rápido
que los relojes en el planeta. En este caso, la diferencia es de 45 microsegundos
diarios. Combinando los dos desajustes, resulta una diferencia de 38
microsegundos por día, algo que los GPS deben corregir para mantener la
precisión. Sin esta corrección “el sistema mundial de GPS se vendría abajo”,
confirma el físico Charles Wang, de la Universidad de Aberdeen, en el Reino
Unido. Entonces, nuestro teléfono móvil indicaría que “ha llegado a su destino”
cuando en realidad estaríamos ubicados a 10 kilómetros de distancia del lugar al
que nos dirigimos. Y la divergencia aumentaría cada día en 10 kilómetros. Un
grave problema que no se podría salvar ni recalculando una y otra vez.
8- La energía nuclear
La fisión nuclear (es decir, la división del núcleo del átomo) se logró en 1938. Es lo
que permitió, unos años más tarde, la bomba atómica. Hoy se utiliza de forma
controlada para la producción de energía mediante reactores nucleares. Alrededor
del 11 % de la energía producida mundialmente es nuclear. Cuando se logró la
división del núcleo del átomo en dos, se observó que la suma de la masa de las
dos mitades era algo inferior al núcleo original. ¿Qué había ocurrido con el
faltante? La célebre fórmula E=mc2, que establece la equivalencia de masa y
energía, dio la respuesta: ese déficit se había convertido en energía. Según José
Edelstein, profesor de física teórica de la Universidad de Santiago de Compostela,
España, “la energía nuclear se fundamenta en los trabajos de Einstein; si no
hubiera reactores nucleares, la humanidad tendría que consumir muchísima
menos energía, y lo que llamamos nivel de vida tendría que ser mucho más
austero”. Más allá de este aspecto teórico, que Einstein desarrolló en 1905 al
escribir la Teoría Especial de la Relatividad, el físico alemán tuvo un efecto
práctico en la creación de la bomba atómica, al firmar una carta en 1939 dirigida al
presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt. La carta advertía que
Alemania podría desarrollar la bomba atómica, y recomendaba que EE. UU
iniciara su propio programa nuclear. Este fue el puntapié inicial del Proyecto
Manhattan, del cual, irónicamente, Einstein sería excluido por su origen alemán. El
Proyecto culminó con la primera detonación (experimental) de una bomba atómica
el 16 de julio de 1945, seguida al mes siguiente por los bombardeos de Hiroshima
y Nagasaki. Más tarde Einstein lamentaría haber firmado aquella carta.
9- El girocompás
Cuando se licenció como físico en la Escuela Politécnica de Zurich, Einstein
apenas pudo conseguir un modesto trabajo en la oficina de patentes de Berna,
recién dos años después de haberse graduado. El puesto le permitió interiorizarse
en aplicaciones novedosas de principios científicos, y daría lugar a su mayor éxito
como inventor: el girocompás. Este artefacto es un tipo de brújula. Al contrario que
las brújulas convencionales, señala el norte geográfico y no el norte magnético (la
diferencia entre ambos, llamada declinación magnética, es de unos 1.600
kilómetros). Además, el girocompás no resulta afectado por los metales. Ambas
características son muy útiles en los buques actuales y submarinos. El prototipo
del girocompás fue inventado por el alemán Hermann Anschütz-Kaempfe en 1904.
En 1915 Einstein actuó como perito para determinar si se había infringido la
patente de Anschütz-Kaempfe, y testificó a favor del alemán. A partir de entonces
se inició una relación entre ambos, y en años siguientes trabajaron juntos para
mejorar el dispositivo. Sus aportes le permitieron percibir ingresos del 3 % de las
ventas y el 3 % de las ganancias provenientes de las licencias. El invento fue
rápidamente adoptado por la Armada alemana y hoy es de amplio uso en los
barcos de todo el mundo. Además de estos inventos, Einstein también desarrolló,
con otros colaboradores, un dispositivo para mejorar la audición (1934) y una
cámara de exposición automática (1936).
10- El microchip
El año milagroso de Einstein. Así es conocido 1905 , el año en que publicó cuatro
artículos extraordinarios que revolucionaron la física. Dos de ellos estaban
dedicados a la Teoría Especial de la Relatividad; otro, a la explicación del efecto
fotoeléctrico (por el cual más tarde recibiría el Premio Nobel); el último, en tanto,
estaba dedicado al movimiento browniano (el que se puede observar en algunas
partículas microscópicas cuando están en un medio fluido). Ese artículo se
convirtió en la primera evidencia empírica de los átomos, en una época en la que
todavía se discutía su existencia física. El movimiento browniano, observado en
1827 por el botánico Robert Brown, es el comportamiento azaroso de partículas
microscópicas en un fluido. Einstein explicó que estos desplazamientos aleatorios
se debían a la colisión de estas partículas con moléculas (átomos). Estableció,
además, una ecuación para determinar la distancia que puede recorrer una
partícula como resultado de su choque con los átomos. Esta ecuación se
denomina relación de Einstein, y más tarde se usó para “describir los movimientos
de los dispositivos semiconductores a través de un material semiconductor”,
algoparticularmente útil en el diseño y análisis de los microchips. Un
semiconductor es un material (como el silicio) capaz de regular el flujo de corriente
en un microchip (el cerebro de la computadora). Los primeros dispositivos que
utilizan las propiedades de los semiconductores fueron bastante rudimentarios y
datan de 1906, un año después de que Einstein publicara su artículo sobre el
movimiento browniano. Este trabajo daría frutos prácticos varios años más tarde,
con la invención del transistor, desarrollado en 1947 por tres físicos
estadounidenses (el logro les valió el Premio Nobel en 1956). Los transistores son
los primeros semiconductores modernos, y son el componente clave de
prácticamente todos los artefactos electrónicos, desde la radio y la televisión hasta
las computadoras y los teléfonos móviles . En ellos, las ideas de Einsten están
presentes cada vez con más fuerza.
APODO Abuelo

MUJER Mileva Marić

HIJOS Eduard Einstein, Hans Albert Einstein, Lieserl Einstein


BIOGRAFÍA DE GALILEO GALILEI
La revolución científica del Renacimiento tuvo su arranque en el heliocentrismo de
Copérnico y su culminación, un siglo después, en la mecánica de Newton. Su más
eximio representante, sin embargo, fue el científico italiano Galileo Galilei. En el
campo de la física, Galileo formuló las primeras leyes sobre el movimiento; en el
de la astronomía, confirmó la teoría copernicana con sus observaciones
telescópicas. Pero ninguna de estas valiosas aportaciones tendría tan
trascendentales consecuencias como la introducción de la metodología
experimental, logro que le ha valido la consideración de padre de la ciencia
moderna.

Galileo Galilei

Por otra parte, el proceso inquisitorial a que fue sometido Galileo por defender el
heliocentrismo acabaría elevando su figura a la condición de símbolo: en el craso
error cometido por las autoridades eclesiásticas se ha querido ver la ruptura
definitiva entre ciencia y religión y, pese al desenlace del proceso, el triunfo de la
razón sobre el oscurantismo medieval. De forma análoga, la célebre frase que se
le atribuye tras la forzosa retractación (Eppur si muove, 'Y sin embargo, la Tierra
se mueve') se ha convertido en el emblema del poder incontenible de la verdad
frente a cualquier forma de dogmatismo establecido.

Galileo Galilei nació en Pisa el 15 de febrero de 1564. Lo poco que, a través de


algunas cartas, se conoce de su madre, Giulia Ammannati di Pescia, no compone
de ella una figura demasiado halagüeña. Su padre, Vincenzo Galilei, era florentino
y procedía de una familia que tiempo atrás había sido ilustre; músico de vocación,
las dificultades económicas lo habían obligado a dedicarse al comercio, profesión
que lo llevó a instalarse en Pisa. Hombre de amplia cultura humanista, fue un
intérprete consumado y un compositor y teórico de la música; sus obras sobre
teoría musical gozaron de una cierta fama en la época.
De él hubo de heredar Galileo no sólo el gusto por la música (tocaba el laúd), sino
también el carácter independiente y el espíritu combativo, y hasta puede que el
desprecio por la confianza ciega en la autoridad y el gusto por combinar la teoría
con la práctica. Galileo fue el primogénito de siete hermanos de los que tres
(Virginia, Michelangelo y Livia) acabarían contribuyendo, con el tiempo, a
incrementar sus problemas económicos. En 1574 la familia se trasladó a
Florencia, y Galileo fue enviado un tiempo al monasterio de Santa Maria di
Vallombrosa, como alumno o quizá como novicio.

Juventud académica

En 1581 Galileo ingresó en la Universidad de Pisa, donde se matriculó como


estudiante de medicina por voluntad de su padre. Cuatro años más tarde, sin
embargo, abandonó la universidad sin haber obtenido ningún título, aunque con un
buen conocimiento de Aristóteles. Entretanto, se había producido un hecho
determinante en su vida: su iniciación en las matemáticas (al margen de sus
estudios universitarios) y la consiguiente pérdida de interés por su carrera como
médico.

De vuelta en Florencia en 1585, Galileo pasó unos años dedicado al estudio de las
matemáticas, aunque interesado también por la filosofía y la literatura, en la que
mostraba sus preferencias por Ariosto frente a Tasso; de esa época data su primer
trabajo sobre el baricentro de los cuerpos (que luego recuperaría, en 1638, como
apéndice de la que habría de ser su obra científica principal) y la invención de una
balanza hidrostática para la determinación de pesos específicos, dos
contribuciones situadas en la línea de Arquímedes, a quien Galileo no dudaría en
calificar de «sobrehumano».

Tras dar algunas clases particulares de matemáticas en Florencia y en Siena, trató


de obtener un empleo regular en las universidades de Bolonia, Padua y en la
propia Florencia. En 1589 consiguió por fin una plaza en el Estudio de Pisa, donde
su descontento por el paupérrimo sueldo percibido no pudo menos que ponerse
de manifiesto en un poema satírico contra la vestimenta académica. En Pisa
compuso Galileo un texto sobre el movimiento que mantuvo inédito, en el cual,
dentro aún del marco de la mecánica medieval, criticó las explicaciones
aristotélicas de la caída de los cuerpos y del movimiento de los proyectiles.

El método experimental
En continuidad con esa crítica, una cierta tradición historiográfica ha forjado la
anécdota (hoy generalmente considerada como inverosímil) de Galileo refutando
materialmente a Aristóteles mediante el procedimiento de lanzar distintos pesos
desde lo alto del Campanile de Pisa, ante las miradas contrariadas de los
peripatéticos. Casi dos mil años antes, Aristóteles había afirmado que los cuerpos
más pesados caen más deprisa; según esta leyenda, Galileo habría demostrado la
falsedad de este concepto con el simple procedimiento de dejar caer
simultáneamente cuerpos de distinto peso desde lo alto de la torre y constatar que
todos llegaban al suelo al mismo tiempo.

Recreación del plano inclinado de Galileo (Museo Galileo, Florencia)

De ser cierto, podría fecharse en el episodio de la torre de Pisa el nacimiento de la


metodología científica moderna. Y es que, en tiempos de Galileo, la ciencia era
fundamentalmente especulativa. Las ideas y teorías de los grandes sabios de la
Antigüedad y de los padres de la Iglesia, así como cualquier concepto mencionado
en las Sagradas Escrituras, eran venerados como verdades indudables e
inmutables a las que podían añadirse poco más que glosas y comentarios, o
abstractas especulaciones que no alteraban su sustancia. Aristóteles, por ejemplo,
había distinguido entre movimientos naturales (las piedras caen al suelo porque es
su lugar natural, y el humo, por ser caliente, asciende hacia el Sol) y violentos
(como el de una flecha lanzada al cielo, que no es su lugar natural); los estudiosos
de los tiempos de Galileo se dedicaban a razonar en torno a clasificaciones tan
estériles como ésta, buscando un inútil refinamiento conceptual.

En lugar de ello, Galileo partía de la observación de los hechos, sometiéndolos a


condiciones controladas y mesurables en experimentos. Probablemente es falso
que dejase caer pesos desde la torre de Pisa; pero es del todo cierto que
construyó un plano inclinado de seis metros de largo (alisado para reducir la
fricción) y un reloj de agua con el que midió la velocidad de descenso de las bolas.
De la observación surgían hipótesis que habían de corroborarse en nuevos
experimentos y formularse matemáticamente como leyes universalmente válidas,
pues, según un célebre concepto suyo, «el Libro de la Naturaleza está escrito en
lenguaje matemático». Con este modo de proceder, hoy natural y en aquel tiempo
nuevo y escandaloso (por cuestionar ideas universalmente admitidas y la
autoridad de los sabios y doctores), Galileo inauguraba la revolución metodológica
que le ha valido el título de «padre de la ciencia moderna».
Los años fecundos en Padua (1592-1610)

La muerte de su padre en 1591 significó para Galileo la obligación de


responsabilizarse de su familia y atender a la dote de su hermana Virginia.
Comenzaron así una serie de dificultades económicas que no harían más que
agravarse en los años siguientes; en 1601 hubo de proveer a la dote de su
hermana Livia sin la colaboración de su hermano Michelangelo, quien había
marchado a Polonia con dinero que Galileo le había prestado y que nunca le
devolvió (más tarde, Michelangelo se estableció en Alemania gracias de nuevo a
la ayuda de su hermano, y envió luego a vivir con él a toda su familia).

La necesidad de dinero en esa época se vio aumentada por el nacimiento de los


tres hijos del propio Galileo: Virginia (1600), Livia (1601) y Vincenzo (1606),
habidos de su unión con Marina Gamba, que duró de 1599 a 1610 y con quien no
llegó a casarse. Todo ello hizo insuficiente la pequeña mejora conseguida por
Galileo en su remuneración al ser elegido, en 1592, para la cátedra de
matemáticas de la Universidad de Padua por las autoridades venecianas que la
regentaban. Hubo de recurrir a las clases particulares, a los anticipos e incluso a
los préstamos. Pese a todo, la estancia de Galileo en Padua, que se prolongó
hasta 1610, constituyó el período más creativo, intenso y hasta feliz de su vida.

Galileo Galilei (detalle de un retrato de Domenico Tintoretto, c. 1606)

En Padua tuvo ocasión Galileo de ocuparse de cuestiones técnicas como la


arquitectura militar, la castrametación, la topografía y otros temas afines de los
que trató en sus clases particulares. De entonces datan también diversas
invenciones, como la de una máquina para elevar agua, un termoscopio y un
procedimiento mecánico de cálculo que expuso en su primera obra
impresa: Operaciones del compás geométrico y militar (1606). Diseñado en un
principio para resolver un problema práctico de artillería, el instrumento no tardó
en ser perfeccionado por Galileo, que amplió su uso en la solución de muchos
otros problemas. La utilidad del dispositivo, en un momento en que no se habían
introducido todavía los logaritmos, le permitió obtener algunos ingresos mediante
su fabricación y comercialización.
En 1602 Galileo reemprendió sus estudios sobre el movimiento, ocupándose del
isocronismo del péndulo y del desplazamiento a lo largo de un plano inclinado, con
el objeto de establecer cuál era la ley de caída de los graves. Fue entonces, y
hasta 1609, cuando desarrolló las ideas que treinta años más tarde constituirían el
núcleo de sus Discursos y demostraciones matemáticas en torno a dos nuevas
ciencias (1638), obra que compendia su espléndida contribución a la física.
Los descubrimientos astronómicos

En julio de 1609, de visita en Venecia (para solicitar un aumento de sueldo),


Galileo tuvo noticia de un nuevo instrumento óptico que un holandés había
presentado al príncipe Mauricio de Nassau; se trataba del anteojo, cuya
importancia práctica captó Galileo inmediatamente, dedicando sus esfuerzos a
mejorarlo hasta hacer de él un verdadero telescopio. Aunque declaró haber
conseguido perfeccionar el aparato merced a consideraciones teóricas sobre los
principios ópticos que eran su fundamento, lo más probable es que lo hiciera
mediante sucesivas tentativas prácticas que, a lo sumo, se apoyaron en algunos
razonamientos muy sumarios.

Galileo muestra el telescopio al dux de Venecia (fresco de Giuseppe Bertini)

Sea como fuere, su mérito innegable residió en que fue el primero que acertó en
extraer del instrumento un provecho científico decisivo. Entre diciembre de 1609 y
enero de 1610, Galileo realizó con su telescopio las primeras observaciones de la
Luna, interpretando lo que veía como prueba de la existencia en nuestro satélite
de montañas y cráteres que demostraban su comunidad de naturaleza con la
Tierra; las tesis aristotélicas tradicionales acerca de la perfección del mundo
celeste, que exigían la completa esfericidad de los astros, quedaban puestas en
entredicho.

El descubrimiento de cuatro satélites de Júpiter contradecía, por su parte, el


principio de que la Tierra tuviera que ser el centro de todos los movimientos que
se produjeran en el cielo. A finales de 1610, Galileo observó que Venus
presentaba fases semejantes a las lunares, hecho que interpretó como una
confirmación empírica al sistema heliocéntrico de Copérnico, ya que éste, y no el
geocéntrico de Tolomeo, estaba en condiciones de proporcionar una explicación
para el fenómeno.
Ansioso de dar a conocer sus descubrimientos, Galileo redactó a toda prisa un
breve texto que se publicó en marzo de 1610 y que no tardó en hacerle famoso en
toda Europa: El mensajero sideral. Su título original, Sidereus Nuncius, significa 'el
nuncio sideral' o 'el mensajero de los astros', aunque también admite la traducción
'el mensaje sideral'. Éste último es el sentido que Galileo, años más tarde, dijo
haber tenido en mente cuando se le criticó la arrogancia de atribuirse la condición
de embajador celestial. Elogios en italiano y en dialecto veneciano celebraron la
obra. Tommaso Campanella escribía desde su cárcel de Nápoles: «Después de
tu Nuncio, oh Galileo, debe renovarse toda la ciencia». Kepler, desconfiado al
principio, comprendió después todas las ventajas que se derivaban de usar un
buen telescopio, y también se entusiasmó ante las maravillosas novedades.

El libro estaba dedicado al gran duque de Toscana Cosme II de Médicis y, en su


honor, los satélites de Júpiter recibían allí el nombre de «planetas Mediceos». Con
ello se aseguró Galileo su nombramiento como matemático y filósofo de la corte
toscana y la posibilidad de regresar a Florencia, por la que venía luchando desde
hacía ya varios años. El empleo incluía una cátedra honoraria en Pisa, sin
obligaciones docentes, con lo que se cumplía una esperanza largamente abrigada
y que le hizo preferir un monarca absoluto a una república como la veneciana, ya
que, como él mismo escribió, «es imposible obtener ningún pago de una república,
por espléndida y generosa que pueda ser, que no comporte alguna obligación; ya
que, para conseguir algo de lo público, hay que satisfacer al público».

No obstante, aceptar estas prebendas no era una decisión exenta de riesgos,


pues Galileo sabía bien que el poder de la Inquisición, escaso en la República de
Venecia, era notoriamente superior en su patria toscana. Ya en diversas cartas
había dejado constancia inequívoca de que su revisión de la estructura general del
firmamento lo habían llevado a las mismas conclusiones que a Copérnico y a
rechazar frontalmente el sistema de Tolomeo, o sea a preconizar el heliocentrismo
frente al geocentrismo vigente. Desgraciadamente, por esas mismas fechas tales
ideas interesaban igualmente a los inquisidores, pero éstos abogaban por la
solución contraria y comenzaban a hallar a Copérnico sospechoso de herejía.

La batalla del copernicanismo

En septiembre de 1610, Galileo se estableció en Florencia, donde, salvo breves


estancias en otras ciudades italianas, había de transcurrir la última etapa de su
vida. En 1611 un jesuita alemán, Christof Scheiner, publicó bajo seudónimo un
libro acerca de las manchas solares que había descubierto en sus observaciones.
Por las mismas fechas Galileo, que ya las había observado con anterioridad, las
hizo ver a diversos personajes durante su estancia en Roma, con ocasión de un
viaje que se calificó de triunfal y que sirvió, entre otras cosas, para que Federico
Cesi le hiciera miembro de la Accademia dei Lincei, que el propio Cesi había
fundado en 1603 y que fue la primera sociedad científica de una importancia
perdurable.

Galileo Galilei (retrato de Justus Sustermans, 1636)

Bajo sus auspicios se publicó en 1613 la Historia y demostraciones sobre las


manchas solares y sus accidentes, donde Galileo salía al paso de la interpretación
de Scheiner, quien pretendía que las manchas eran un fenómeno extrasolar
(«estrellas» próximas al Sol que se interponían entre éste y la Tierra). El texto
desencadenó una polémica acerca de la prioridad en el descubrimiento que se
prolongó durante años e hizo del jesuita uno de los más encarnizados enemigos
de Galileo, lo cual no dejaría de tener consecuencias en el proceso que había de
seguirle la Inquisición. Por lo demás, fue allí donde, por primera y única vez,
Galileo dio a la imprenta una prueba inequívoca de su adhesión a la astronomía
copernicana, que ya había comunicado en una carta a Kepler en 1597.
Ante los ataques de sus adversarios académicos y las primeras muestras de que
sus opiniones podían tener consecuencias conflictivas con la autoridad
eclesiástica, la postura adoptada por Galileo fue la de defender (en diversos
escritos entre los que destaca la Carta a la señora Cristina de Lorena, gran
duquesa de Toscana, 1615) que, aun admitiendo que no podía existir ninguna
contradicción entre las Sagradas Escrituras y la ciencia, era preciso establecer la
absoluta independencia entre la fe católica y los hechos científicos. Ahora bien,
como hizo notar el cardenal Roberto Belarmino, no podía decirse que se
dispusiera de una prueba científica concluyente en favor del movimiento de la
Tierra, el cual, por otra parte, estaba en contradicción con las enseñanzas bíblicas;
en consecuencia, no cabía sino entender el sistema copernicano como hipotético.
Galileo ante la Inquisición
En 1616 Galileo fue reclamado por primera vez en Roma para responder a las
acusaciones esgrimidas contra él, batalla a la que se aprestó sin temor alguno,
presumiendo una resolución favorable de la Iglesia. El astrónomo fue en un primer
momento recibido con grandes muestras de respeto en la ciudad; pero, a medida
que el debate se desarrollaba, fue quedando claro que los inquisidores no darían
su brazo a torcer ni seguirían de buen grado las brillantes argumentaciones del
pisano. Muy al contrario, este episodio pareció convencerles definitivamente de la
urgencia de incluir la obra de Copérnico en el Índice de obras proscritas: el 23 de
febrero de 1616 el Santo Oficio condenó al sistema copernicano como «falso y
opuesto a las Sagradas Escrituras», y Galileo recibió la admonición de no enseñar
públicamente las teorías de Copérnico.

Consciente de que no poseía la prueba que Belarmino reclamaba, por más que
sus descubrimientos astronómicos no le dejaran lugar a dudas sobre la verdad del
copernicanismo, Galileo se refugió durante unos años en Florencia en el cálculo
de unas tablas de los movimientos de los satélites de Júpiter, con el objeto de
establecer un nuevo método para el cálculo de las longitudes en alta mar, método
que trató en vano de vender al gobierno español y al holandés.

En 1618 se vio envuelto en una nueva polémica con otro jesuita, Orazio Grassi, a
propósito de la naturaleza de los cometas y la inalterabilidad del cielo. Tal
controversia dio como resultado un texto, El ensayador (1623), rico en reflexiones
acerca de la naturaleza de la ciencia y el método científico, que contiene su
famosa idea de que «el Libro de la Naturaleza está escrito en lenguaje
matemático». La obra, editada por la Accademia dei Lincei, venía dedicada por
ésta al nuevo papa Urbano VIII, es decir, al cardenal Maffeo Barberini, cuya
elección como pontífice llenó de júbilo al mundo culto en general, y en particular a
Galileo, a quien el cardenal había ya mostrado su afecto.

Primera edición del Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo (1632)
La nueva situación animó a Galileo a redactar la gran obra de exposición de la
cosmología copernicana que había ya anunciado muchos años antes: el Diálogo
sobre los dos máximos sistemas del mundo (1632); en ella, los puntos de vista
aristotélicos defendidos por Simplicio se confrontaban con los de la nueva
astronomía abogados por Salviati, en forma de diálogo moderado por la bona
mens de Sagredo, que deseaba formarse un juicio exacto de los términos precisos
en los que se desenvolvía la controversia.
La obra fracasó en su intento de estar a la altura de las exigencias expresadas por
Belarmino, ya que aportaba, como prueba del movimiento de la Tierra, una
explicación falsa de las mareas, y aunque fingía mediante el recurso al diálogo
adoptar un punto de vista aparentemente neutral, la inferioridad de Simplicio ante
Salviati (y por tanto del sistema tolemaico frente al copernicano) era tan manifiesta
que el Santo Oficio no dudó en abrirle un proceso a Galileo, pese a que éste había
conseguido un imprimatur para publicar el libro en 1632.
La sentencia definitiva
Interpretando la publicación del Diálogo como un acto de desacato a la prohibición
de divulgar el copernicanismo, sus inveterados enemigos lo reclamaron de nuevo
en Roma, ahora en términos menos diplomáticos, para que respondiera de sus
ideas ante el Santo Oficio en un proceso que se inició el 12 de abril de 1633. El
anciano y sabio Galileo, a sus casi setenta años de edad, se vio sometido a un
humillante y fatigoso interrogatorio que duró veinte días, enfrentado inútilmente a
unos inquisidores que de manera cerril, ensañada y sin posible apelación
calificaban su libro de «execrable y más pernicioso para la Iglesia que los escritos
de Lutero y Calvino».

Encontrado culpable pese a la renuncia de Galileo a defenderse y a su


retractación formal, fue obligado a pronunciar de rodillas la abjuración de su
doctrina y condenado a prisión perpetua. El Diálogo sobre los dos máximos
sistemas del mundo ingresó en el Índice de libros prohibidos y no salió de él hasta
1728. Según una piadosa tradición, tan conocida como dudosa, el orgullo y la
terquedad del astrónomo lo llevaron, tras su vejatoria renuncia a creer en lo que
creía, a golpear enérgicamente con el pie en el suelo y a proferir delante de sus
perseguidores: «¡Y sin embargo se mueve!» (Eppur si muove, refiriéndose a la
Tierra). No obstante, muchos de sus correligionarios no le perdonaron la cobardía
de su abjuración, actitud que amargó los últimos años de su vida, junto con el
ostracismo al que se vio abocado de forma injusta.
La pena fue suavizada al permitírsele que la cumpliera en su quinta de Arcetri,
cercana al convento donde en 1616 y con el nombre de sor Maria Celeste había
ingresado su hija más querida, Virginia, que falleció en 1634. En su retiro, donde a
la aflicción moral se sumaron las del artritismo y la ceguera, Galileo consiguió
completar la última y más importante de sus obras: Discursos y demostraciones
matemáticas en torno a dos nuevas ciencias, publicada en Leiden por Luis Elzevir
en 1638.
En ella, partiendo de la discusión sobre la estructura y la resistencia de los
materiales, Galileo sentó las bases físicas y matemáticas para un análisis del
movimiento que le permitió demostrar las leyes de caída de los graves en el vacío
y elaborar una teoría completa del disparo de proyectiles. La obra estaba
destinada a convertirse en la piedra angular de la ciencia de la mecánica
construida por los científicos de la siguiente generación, cuyos esfuerzos
culminarían en el establecimiento de las leyes de la dinámica (leyes de Newton)
por obra del genial fundador de la física clásica, Isaac Newton. En la madrugada
del 8 al 9 de enero de 1642, Galileo falleció en Arcetri confortado por dos de sus
discípulos, Vincenzo Viviani y Evangelista Torricelli, a los cuales se les había
permitido convivir con él los últimos años.
Casi trescientos años después, en 1939, el dramaturgo alemán Bertold
Brechtescribió una pieza teatral basada en la vida del astrónomo pisano en la que
se discurre sobre la interrelación de la ciencia, la política y la revolución social.
Aunque en ella Galileo termina diciendo «Yo traicioné mi profesión», el célebre
dramaturgo opina, cargado de melancólica razón, que «desgraciada es la tierra
que necesita héroes». En 1992, exactamente tres siglos y medio después del
fallecimiento de Galileo, la comisión papal a la que Juan Pablo II había encargado
la revisión del proceso inquisitorial reconoció el error cometido por la Iglesia
católica.

NACIMIENTO

15 de febrero de 1564, Pisa, Italia

MUERTE

8 de enero de 1642, Arcetri

INVENTOS

El Péndulo

En 1583 descubre el isocronismo de las oscilaciones del péndulo mientras


observaba la regularidad con que oscilaba una lámpara en una catedral de Pisa.
Sin poder esperar, al regresar a su hogar tomó unas bolitas de plomo atadas a
hilos de difernte longitud, descubriendo que cualquiera que fuera la magnitud de la
oscilación o el peso del plomo, la pequeña bolita siempre necesitaba el mismo
tiempo para completar la oscilación. Lo único que impactaba en el tiempo de esta
oscilación era el largo del hilo del que colgaba la bolita.
La balanza hidrostática

Descubierto el 17 de diciembre de 1585. Permite medir la fuerza de impulso que


los fluidos ejercen sobre los cuerpos al sumergirlos. Se basa en el principio de
Arquímedes y se usa para medir densidades de sólidos y de líquidos.

Termoscopio

Descubierto en 1593 consiste en un tubo de vidrio que termina en una esfera


cerrada. El extremo abierto se sumerge boca hacia abajo en una mezcla de
alcohol y agua, mientras la esfera queda en la parte superior. Al calentar el líquido,
éste sube por el tubo y puede medirse la temperatura del mismo.

El Telescopio

Descubierto en 1609. Basado en los estudios de un Holandés sobre las


lentes, Galileo fabrica el primer telescopio, con un aumento de 30 veces. Lo utilizó
para ver la luna, júpiter y las estrellas. Galileo publica el primer telescopio
astronómico. Gracias al este telescopio, Galileo hizo grandes descubrimientos en
astronomía, dentro de los que se destaca la observación el 7 de enero de 1610, de
cuatro de las lunas de Júpiter girando en torno a este planeta.
APODO

pendenciero

MUJER O HIJOS

ESPOSA

Marina Gamba

HIJOS

Maria Celeste, Vincenzo Gamba, Livia Galilei

BIOGRAFÍA DE ARQUIMEDES

(Siracusa, actual Italia, h. 287 a.C. - id., 212 a.C.) Matemático griego. Los grandes
progresos de las matemáticas y la astronomía del helenismo son deudores, en
buena medida, de los avances científicos anteriores y del legado del saber
oriental, pero también de las nuevas oportunidades que brindaba el mundo
helenístico. En los inicios de la época helenística se sitúa Euclides, quien legó a la
posteridad una prolífica obra de síntesis de los conocimientos de su tiempo que
afortunadamente se conservó casi íntegra y se convirtió en un referente casi
indispensable hasta la Edad Contemporánea.

Arquímedes

Pero el más célebre y prestigioso matemático fue Arquímedes. Sus escritos, de los
que se han conservado una decena, son prueba elocuente del carácter
polifacético de su saber científico. Hijo del astrónomo Fidias, quien probablemente
le introdujo en las matemáticas, aprendió de su padre los elementos de aquella
disciplina en la que estaba destinado a superar a todos los matemáticos antiguos,
hasta el punto de aparecer como prodigioso, "divino", incluso para los fundadores
de la ciencia moderna. Sus estudios se perfeccionaron en aquel gran centro de la
cultura helenística que era la Alejandría de los Tolomeos, en donde Arquímedes
fue, hacia el año 243 a.C., discípulo del astrónomo y matemático Conón de
Samos, por el que siempre tuvo respeto y admiración.

Allí, después de aprender la no despreciable cultura matemática de la escuela


(hacía poco que había muerto el gran Euclides), estrechó relaciones de amistad
con otros grandes matemáticos, entre los cuales figuraba Eratóstenes, con el que
mantuvo siempre correspondencia, incluso después de su regreso a Sicilia.
A Eratóstenes dedicó Arquímedes su Método, en el que expuso su genial
aplicación de la mecánica a la geometría, en la que «pesaba» imaginariamente
áreas y volúmenes desconocidos para determinar su valor. Regresó luego a
Siracusa, donde se dedicó de lleno al trabajo científico.

Al parecer, más tarde volvió a Egipto durante algún tiempo como "ingeniero" de
Tolomeo, y diseñó allí su primer gran invento, la "coclea", una especie de máquina
que servía para elevar las aguas y regar de este modo regiones a las que no
llegaba la inundación del Nilo. Pero su actividad madura de científico se
desenvolvió por completo en Siracusa, donde gozaba del favor del tirano Hierón II.
Allí alternó inventos mecánicos con estudios de mecánica teórica y de altas
matemáticas, imprimiendo siempre en ellos su espíritu característico, maravillosa
fusión de atrevimiento intuitivo y de rigor metódico.

Sus inventos mecánicos son muchos, y más aún los que le atribuyó la leyenda
(entre estos últimos debemos rechazar el de los espejos ustorios, inmensos
espejos con los que habría incendiado la flota romana que sitiaba Siracusa); pero
son históricas, además de la "coclea", numerosas máquinas de guerra destinadas
a la defensa militar de la ciudad, así como una "esfera", grande e ingenioso
planetario mecánico que, tras la toma de Siracusa, fue llevado a Roma como botín
de guerra, y allí lo vieron todavía Cicerón y quizás Ovidio.

La biografía de Arquímedes está más poblada de anécdotas sabrosas que de


hechos como los anteriormente relatados. En torno a él tejieron la trama de una
figura legendaria primero sus conciudadanos y los romanos, después los
escritores antiguos y por último los árabes; ya Plutarco atribuyó una «inteligencia
sobrehumana» a este gran matemático e ingeniero.
La más divulgada de estas anécdotas la relata Vitruvio y se refiere al método que
utilizó para comprobar si existió fraude en la confección de una corona de oro
encargada por Hierón II, tirano de Siracusa y protector de Arquímedes, y quizás
incluso pariente suyo. Se cuenta que el tirano, sospechando que el joyero le había
engañado poniendo plata en el interior de la corona, pidió a Arquímedes que
determinase los metales de que estaba compuesta sin romperla.

Arquímedes meditó largo tiempo en el difícil problema, hasta que un día,


hallándose en un establecimiento de baños, advirtió que el agua se desbordaba de
la bañera a medida que se iba introduciendo en ella. Esta observación le inspiró la
idea que le permitió resolver la cuestión que le planteó el tirano: si sumergía la
corona en un recipiente lleno hasta el borde y medía el agua que se desbordaba,
conocería su volumen; luego podría comparar el volumen de la corona con el
volumen de un objeto de oro del mismo peso y comprobar si eran iguales. Se
cuenta que, impulsado por la alegría, Arquímedes corrió desnudo por las calles de
Siracusa hacia su casa gritando «Eureka! Eureka!», es decir, «¡Lo encontré! ¡Lo
encontré!».

La idea de Arquímedes está reflejada en una de las proposiciones iniciales de su


obra Sobre los cuerpos flotantes, pionera de la hidrostática, que sería estudiada
cuidadosamente por los fundadores de la ciencia moderna, entre ellos Galileo.
Corresponde al famoso principio de Arquímedes (todo cuerpo sumergido en un
líquido experimenta un empuje hacia arriba igual al peso del volumen de agua que
desaloja), y, como allí se explica, haciendo uso de él es posible calcular la ley de
una aleación, lo cual le permitió descubrir que el orfebre había cometido fraude.

Según otra anécdota famosa, recogida entre otros por Plutarco, Arquímedes se
hallaba tan entusiasmado por la potencia que conseguía obtener con sus
máquinas, capaces de levantar grandes pesos con esfuerzo relativamente
pequeño, que aseguró al tirano que, si le daban un punto de apoyo, conseguiría
mover la Tierra; se cree que, exhortado por el rey a que pusiera en práctica su
aseveración, logró sin esfuerzo aparente, mediante un complicado sistema de
poleas, poner en movimiento un navío de tres mástiles con su carga.

Análoga concentración mental y abstracción en la meditación demuestra el


episodio de su muerte. Según se dice, los ingenios bélicos cuya paternidad le
atribuye la tradición permitieron a Siracusa resistir tres años el asedio romano,
antes de caer en manos de las tropas de Marcelo. Mientras saqueaban Siracusa
los soldados de Marcelo, que al fin habían conseguido expugnar la ciudad, el viejo
matemático estaba meditando, olvidado de todo, en sus problemas de geometría.

Sorprendido por un soldado que le preguntó quién era, Arquímedes no le


respondió, o, según otra versión, le respondió irritado que no le molestara ni le
estropeara los dibujos que había trazado en la arena; y el soldado, encolerizado,
lo mató. Marcelo se entristeció mucho al saberlo y mandó que le levantaran un
monumento, sacando su figura del tratado Sobre la esfera y del cilindro. Cicerón
reconoció por esta figura, muchos años más tarde, su tumba olvidada.
Esta pasión de Arquímedes por la erudición, que le causó la muerte, fue también
la que, en vida, se dice que hizo que se olvidara hasta de comer y que soliera
entretenerse trazando dibujos geométricos en las cenizas del hogar o incluso, al
ungirse, en los aceites que cubrían su piel. Esta imagen contrasta con la del
inventor de máquinas de guerra de que hablan los historiadores Polibio y Tito
Livio; pero, como señala Plutarco, su interés por esa maquinaria estribó
únicamente en el hecho de que planteó su diseño como mero entretenimiento
intelectual.
El esfuerzo de Arquímedes por convertir la estática en un cuerpo doctrinal riguroso
es comparable al realizado por Euclides con el mismo propósito respecto a la
geometría. Tal esfuerzo se refleja de modo especial en dos de sus libros; en el
primero de ellos, Equilibrios planos, fundamentó la ley de la palanca, deduciéndola
a partir de un número reducido de postulados, y determinó el centro de gravedad
de paralelogramos, triángulos, trapecios y el de un segmento de parábola.
En la obra Sobre la esfera y el cilindro utilizó el método denominado de
exhaustión, precedente del cálculo integral, para determinar la superficie de una
esfera y para establecer la relación entre una esfera y el cilindro circunscrito en
ella. Este último resultado pasó por ser su teorema favorito, que por expreso
deseo suyo se grabó sobre su tumba, hecho gracias al cual Cicerón pudo
recuperar la figura de Arquímedes cuando ésta había sido ya olvidada.
NACIMIENTO

287 a. C.
Siracusa, Sicilia (Magna Grecia)

MUERTE

ca. 212 a. C. (75 años) Siracusa

INVENTOS

1- El tornillo de Arquímedes

Se trata de un dispositivo consistente en un mecanismo de tornillo dentro de una


carcasa hueca dispuesta contra la gravedad. Al ser girado el mecanismo recoge el
agua y la levanta a niveles más altos. Este invento de Arquímedes ayudó a los
agricultores más desposeídos con el riego de los cultivos. En la actualidad, el
mismo principio es empleado en la maquinaria moderna y en algunas
herramientas.
2- El odómetro

También conocido como cuenta kilómetros, fue una invención de este célebre
hombre. Este aparato fue construido con base en el principio de una rueda que
cuando gira activa unos engranajes que permiten calcular la distancia recorrida.
Según este mismo principio, Arquímedes diseñó varios tipos de odómetros para
fines militares y civiles.

3- La ley de Arquímedes de la palanca

Arquímedes no inventó la palanca; sin embargo explicó el principio involucrado, el


cual se sintetiza en las siguientes reglas:

– Los pesos iguales a distancias iguales están equilibrados.

– Los pesos iguales a distancias desiguales se inclinan hacia el peso que se


encuentre a mayor distancia.

cual se aplicó la fuerza.

4- La medida del círculo

Para determinar el área de un círculo, Arquímedes empleó un método que


consistía en trazar un cuadrado que encajara exactamente dentro de un círculo.

A sabiendas de que el área del cuadrado era la sumatoria de sus lados y que el
área del círculo era mayor, comenzó a trabajar en obtener aproximaciones. Esto lo
hizo sustituyendo el cuadrado por un polígono de 6 lados y luego trabajó con
polígonos más complejos. Arquímedes fue el primer matemático de la historia en
aproximarse a hacer un cálculo serio del número Pi.

5- La geometría de esferas y cilindros

Entre los nueve tratados que compilan la obra de Arquímedes en las matemáticas
y la física, se encuentran dos volúmenes sobre la geometría de esferas y cilindros.
Esta obra versa sobre la determinación de que la superficie de cualquier esfera de
radio es cuatro veces la de su círculo más grande, y que el volumen de una esfera
es dos tercios la del cilindro en el que se inscribe.
APODO siciliano

MUJER O HIJOS ESPOSA Epifanía

HIJOS Adriana, la hija menor y Daniel, quienes siguen viviendo en Buenos Aires

BIOGRAFÍA ERNEST RUTHERFORD

(Nelson, Nueva Zelanda, 1871 - Londres, 1937) Físico y químico británico. Tras
licenciarse, en 1893, en Christchurch (Nueva Zelanda), Ernest Rutherford se
trasladó a la Universidad de Cambridge (1895) para trabajar como ayudante
de Joseph John Thomson. En 1898 fue nombrado catedrático de la Universidad
McGill de Montreal, en Canadá. A su regreso al Reino Unido (1907) se incorporó a
la docencia en la Universidad de Manchester, y en 1919 sucedió al propio
Thomson como director del Cavendish Laboratory de la Universidad de
Cambridge.

Ernest Rutherford

Por sus trabajos en el campo de la física atómica, Ernest Rutherford está


considerado como uno de los padres de esta disciplina. Investigó sobre la
detección de las radiaciones electromagnéticas y sobre la ionización del aire
producida por los rayos X, estudió las emisiones radioactivas descubiertas
por Henri Becquerel, y logró clasificarlas en rayos alfa, beta y gamma. En 1902, en
colaboración con Frederick Soddy, Rutherford formuló la teoría sobre la
radioactividad natural asociada a las transformaciones espontáneas de los
elementos. Colaboró con Hans Geiger en el desarrollo del contador de radiaciones
conocido como contador Geiger, y en 1908 demostró que las partículas alfa son
iones de helio (más exactamente, núcleos del átomo de helio).
En 1911 describió un nuevo modelo atómico (modelo atómico de Rutherford), que
posteriormente sería perfeccionado por Niels Bohr. Según este modelo, existía
en el átomo un núcleo central en el que se concentraba la casi totalidad de la
masa, así como las cargas eléctricas positivas, y una envoltura o corteza de
electrones (carga eléctrica negativa). Logró demostrar experimentalmente dicha
teoría a partir de las desviaciones que se producían en la trayectoria de las
partículas emitidas por sustancias radioactivas cuando con ellas se bombardeaban
los átomos. Los experimentos llevados a cabo por Rutherford permitieron,
además, el establecimiento de un orden de magnitud para las dimensiones reales
del núcleo atómico.
Durante la Primera Guerra Mundial estudió la detección de submarinos mediante
ondas sonoras, de modo que fue uno de los precursores del sonar. Finalizada la
contienda, en 1919 logró la primera transmutación artificial de elementos químicos
mediante el bombardeo de un átomo de nitrógeno con partículas alfa; las
transmutaciones se deben a la capacidad de transformarse que tiene un átomo
sometido a bombardeo con partículas capaces de penetrar en su núcleo.
Muy poco después de su descubrimiento se precisaron las características de las
transmutaciones y se comprobó que la energía cinética de los protones emitidos
en el proceso podía ser mayor que la de las partículas incidentes, de modo que la
energía interna del núcleo tenía que intervenir la transmutación. En 1923, tras
fotografiar cerca de 400.000 trayectorias de partículas con la ayuda de una
cámara de burbujas (cámara de Wilson), Patrick Blackett pudo describir ocho
transmutaciones y establecer la reacción que había tenido lugar.

Rutherford recibió el Premio Nobel de Química de 1908 en reconocimiento a sus


investigaciones relativas a la desintegración de los elementos. Entre otras
distinciones, fue elegido miembro (1903) y presidente (1925-1930) de la Royal
Society de Londres, y se le concedieron los títulos de sir (1914) y de barón
Rutherford of Nelson (1931); el elemento 104 de la tabla periódica se denomina
Rutherfordio en su honor. A su muerte, sus restos mortales fueron inhumados en
la abadía de Westminster.

NACIMIENTO

30 de agosto de 1871, Brightwater, Nueva Zelanda

MUERTE

19 de octubre de 1937, Cambridge, Reino Unido

INVENTO
FÍSICA ATÓMICA

De acuerdo con dicho modelo atómico en el núcleo del átomo se encontraba


prácticamente la totalidad de la masa y las cargas eléctricas positivas, mientras
que en la parte externa del átomo, en lo que podríamos denominar envoltura o
corteza del mismo, se encontraban los electrones, es decir, los elementos ligeros
de carga eléctrica negativa.

El descubrimiento del núcleo del átomo fue posible a partir de la observación de


las desviaciones que sufrían las trayectorias de las partículas en aquellas
sustancias radioactivas cuando se bombardeaban los átomos.

Todo ello llevó también a que Ernest Rutherford estableciera un orden de


magnitud relativo a las dimensiones reales del núcleo atómico y que eran,
precisamente, los electrones, los que determinaban el tamaño del átomo.

Pero la contribución de Rutherford a la ciencia no se limitó a esto, sino que


también fue uno de los precursores del sonar, al estudiar la detección de los
submarinos durante la primera Guerra Mundial utilizando ondas sonoras, o al
lograr la primera transmutación artificial de elementos químicos en el año 1919.

APODO

Lord Rutherford

MUJER O HIJOS

ESPOSA

Mary Georgina Newton (m. 1900–1937)

HIJOS

Eileen Mary Rutherford Fowler


BIOGRAFÍA DE ENRICO FERMI
(Roma, 1901 - Chicago, 1954) Físico nuclear italiano. Fue alumno de la Escuela
Normal Superior de Pisa y se graduó en 1922. Entre este año y 1932 se desarrolló
la primera fase de su actividad científica: la de la física atómica y molecular. En
1927 aplicó la "estadística de Fermi" a los electrones que se mueven en torno al
núcleo del átomo, con lo cual estableció un método aproximativo para el estudio
de muchas cuestiones atómicas ("método de Thomas-Fermi").

Enrico Fermi

El segundo período de su labor en el ámbito de la ciencia se extendió entre 1933 y


1949, y estuvo dedicado a la física nuclear. En 1933 su teoría de la radiactividad
"beta" dio forma cuantitativa al proceso de la transformación de un neutrón en un
protón mediante la emisión de un electrón y un neutrino. Luego estudió la
radiactividad artificial, descubierta por el matrimonio Joliot-Curie, y en 1934
descubrió la provocada por un bombardeo de neutrones; posteriormente vio que
las sustancias hidrogenadas y en general los elementos ligeros podían disminuir la
velocidad de los neutrones después de choques elásticos. Y así, en 1935-36
estudió las propiedades de absorción y difusión de los neutrones lentos.

Todo ello le valió en 1938 el premio Nobel de Física. A fines de aquel año se
trasladó a los Estados Unidos; allí trabajó en la Columbia University de Nueva
York, y luego, a partir de 1942, en la Universidad de Chicago, donde, tras las
investigaciones llevadas a cabo con diversos colaboradores, hizo funcionar el 2 de
diciembre de 1942 una pila de uranio y grafito, el primer reactor nuclear.

Terminada la guerra, se dedicó al estudio de los neutrones lentos y, en particular,


de la difracción de los neutrones por diversos cristales. Durante el período 1947-
49 realizó investigaciones teóricas y experimentales sobre las influencias mutuas
existentes entre las partículas elementales y publicó un esbozo de teoría acerca
del origen de los rayos cósmicos. La última fase de la actividad científica de Enrico
Fermi empezó en 1949, comprendiendo una amplia serie de experiencias sobre
las propiedades de difusión de los mesones por los protones, campo en el cual
llegó asimismo a numerosos resultados fundamentales.

Además de unas doscientas memorias aparecidas en varias revistas de Italia y de


otras naciones, publicó cuatro libros: Introduzione alla Fisica
atomica (1928), Molecole e cristalli (1934), Thermodynamics (1937) y Elementary
particles (1951). En 1953 fue nombrado presidente de la American Physical
Society. Perteneció a muchas academias italianas y extranjeras, y fue
galardonado en diversos países; una partícula subatómica, el fermión, y el
elemento número 100 de la tabla periódica, el fermio, recibieron su nombre en su
honor. La figura de Enrico Fermi destaca en la historia de la física no sólo por sus
dotes de investigador, sino también por sus elevadas cualidades de maestro.

NACIMIENTO

29 de septiembre de 1901, Roma, Italia

MUERTE

28 de noviembre de 1954, Chicago, Illinois, Estados Unidos

INVENTO

REACTOR NUCLEAR

Un reactor nuclear es un dispositivo en donde se produce una reacción nuclear en


cadena controlada. Se puede utilizar para la obtención de energía en las
denominadas centrales nucleares, la producción de materiales fisionables, como el
plutonio, para ser usados en armamento nuclear, la propulsión nuclear de buques
o de satélites artificiales o la investigación. Una central nuclear puede tener varios
reactores. Actualmente solo producen energía de forma comercial los reactores
nucleares de fisión, aunque existen reactores nucleares de fusión experimentales.
También podría decirse que es una instalación física donde se produce, mantiene
y controla una reacción nuclear en cadena. Por lo tanto, en un reactor nuclear se
utiliza un combustible adecuado que permita asegurar la normal producción de
energía generada por las sucesivas fisiones. Algunos reactores pueden disipar el
calor obtenido de las fisiones, otros sin embargo utilizan el calor para producir
energía eléctrica.
SCRAM

En los reactores de agua a presión (PWR) modernos, durante la operación normal


las barras de control son desplazadas en sentido vertical mediante motores
eléctricos contra la fuerza de su propio peso y un poderoso resorte.
Toda interrupción o corte de la corriente eléctrica que alimenta los motores
produce la liberación de las barras. La operación del reactor es protegida por un
sistema electrónico que vigila ciertos parámetros vitales del reactor y que cuando
determinados parámetros alcanzan sus valores límites, ordena el SCRAM
liberando las barras de control rápidamente (en menos de cuatro segundos, según
las pruebas periódicas que se realizan) de sus motores, lo que permite se inserten
en el núcleo del reactor impulsadas por su propio peso y la fuerza del resorte.
Como las barras de control se encuentran construidas generalmente de acero con
boro, plata, indio, cadmio, cobalto, hafnio u otros materiales que absorben gran
cantidad de neutrones, su sola inserción, detiene la reacción nuclear en forma muy
rápida.
El sistema se considera casi a prueba de fallos, ya que aparte del propio peso de
cada barra de control, existen motores que activan los empujadores o "pushers"
de la barra hacia el fondo. De esta forma, y en caso de que se produzca un
atascamiento de la barra, se fuerza al sistema a alcanzar el fin de su trayectoria,
aún con el riesgo de dañar alguna estructura interna.
APODO

Enrico Pérsico

MUJER O HIJOS

ESPOSA
Laura Fermi (1907-1977)
BIOGRAFIA DE MAX BORN
(Breslau, 1882 - Göttingen, 1970) Físico alemán de origen judío, uno de los más
eminentes del siglo XX, que recibió el premio Nobel de Física en 1954. Max Born
enseñó física teórica en la Universidad de Berlín; en 1919 se trasladó a la
Universidad de Frankfurt y, en 1929, a la de Göttingen. Gracias a él, esta última
institución se convertiría en la escuela de física teórica más importante del mundo.

Max Born

Llevó a cabo importantes investigaciones sobre dinámica de las estructuras


reticulares cristalinas (Dynamik der Kristallgitter, 1915) y acerca de la teoría de la
relatividad (Die Relativitätstheorie, 1923), y estableció una esencial clarificación
crítica de la mecánica cuántica (Atommechanik, 1925; Atomdynamik, 1926 y Física
atomica, 1935). En 1933, desposeído de la cátedra por su condición de judío, Max
Born emigró al Reino Unido, adoptó la nacionalidad británica y ejerció la docencia
en Cambridge y, desde 1936 hasta 1953, en Edimburgo.
A continuación regresó a Göttingen, y en 1954 le fue otorgado el premio Nobel de
Física, que compartió con Walther Bothe. En 1943 había formulado, en
colaboración con V. Peng, una teoría cuántica del campo electromagnético en la
que se introducía una nueva elaboración estadística de los cuantos de luz. Entre
sus obras cabe señalar The Restless Universe (1936), Dynamical Theory of Cristal
Lattices (1953, en colaboración con Kun Huang), Physik im Wandel meiner
Zeit(1957) y Physik und Politik (1960). Sus memorias se publicaron
póstumamente: My Life. Recollection of a Nobel Laureate (1978).

NACIMIENTO

11 de diciembre de 1882, Breslavia, Polonia

MUERTE
5 de enero de 1970, Gotinga, Alemania

INVENTO

Surge la física cuántica, a principios del siglo XX para dar respuesta a los
problemas que no podian ser resueltos por la física clásica.

La también conocida como mecánica cuántica u ondulatoria, es la rama de la


física que comprende el movimiento de las partículas minúsculas (de
aproximadamente unos 1000 atomos) se encarga pues, de estudiar la energía de
dichas partículas.

Born fue, junto con Bohr y Heisenberg, uno de los pocos físicos que construyó la
estructura filosófica de la mecánica cuántica. Su principal contribución fue, como
se sabe, la interpretación probabilística de las ondas de Schrodinger, una
interpretación que sitúa el concepto de probabilidad en el papel principal y deja
ampliamente indeterminado el comportamiento de un sistema individual, abriendo
así el camino a una descripción acausal. No fue por coincidencia por lo que Born
empezó a considerar la idea de acausalidad en física ya en 1920, mucho antes
incluso de interesarse por la teoría cuántica

Es por esto, por lo que se considera a la Max Bonr el padre de la mecánica


cuántica, ya que fue el primero en hablar de ella en la década de los 1920s, sin
embargo, la primera formulación cuántica de un fenómeno fue dada a conocer por
Planck en una sesión de la Sociedad Física de la Academia de las Ciencias de
Berlín.

Veremos ahora el porque se ha afirmado que “en ningun lugar puede hacerse
Física sin topar, antes o despues, con el nombre de Max Born”.

Born fue quien interpretó el cuadrado (o conjugado complejo) de la función de


ondas de Schródinger como una probabilidad, tan familiar para todos los físicos y
químicos actualmente, pero revolucionario cuando lo propuso en 1926, y que daba
sentido físico al concepto matemático de la función de onda introducido por
Schrödinger en su versión ondulatoria de la Mecánica cuántica, llegó a la
conclusión de que la función de onda representa entonces la probabilidad de
encontrar a un sistema en un estado determinado. Para un átomo, representa la
probabilidad de encontrar a un electrón en una posición dada, pero no va a
describir cómo éste orbita alrededor del núcleo.
Pierde así sentido el concepto de órbita que se había manejado, y surge el
concepto de orbital, que es la región del espacio en la cual es probable encontrar
al electrón. En vez de una órbita circular, existen regiones del espacio, con más
probabilidad que otras de encontrar el electrón allí

Y es gracias a esta ley del movimiento de las particulas junto con los estudios de
la mecanica cuantica lo que vincula a Born con la conocida interpretacion ortodoxa
de la mecánica cuántica o tambien llamada interpretación de Copenhague.

Ésta fue formulada en 1927 al norte de Italia por el físico danés Niels Bohr, con
ayuda de Max Born, Heissenberg, además de otros importantes físicos.

La interpretación de Copenhague incorpora el Principio de Incertidumbre o de


Indeterminación, en el que se afirma que no se puede conocer simultáneamente
con total precisión la posición y el momento de una partícula, señala el hecho de
que el Principio de Incertidumbre no opera en el mismo sentido hacia atrás y hacia
delante en el tiempo. Son escasos los hechos en física que tienen en cuenta la
forma en que corre el tiempo, y éste es uno de los problemas fundamentales del
universo donde ciertamente hay una distinción entre el pasado y futuro. Las
relaciones de incertidumbre indican que no es posible conocer la posición y el
momento simultáneamente y consiguientemente no es posible predecir el futuro ya
que en palabras de Heisenberg “no podemos conocer, por principio, el presente en
todos sus detalles”. Pero es posible de acuerdo con las leyes de la mecánica
cuántica conocer cual era la posición y el momento de una partícula en un
momento del pasado. El futuro es esencialmente impredecible e incierto mientras
que el pasado completamente definido. Por ello nos movemos de un pasado
definido a un futuro incierto.

Bohr formuló en la interpretación de Copenhague el Principio de


Complementariedad que establece que ambas descripciones, la ondulatoria y la
corpuscular, son necesarias para comprender el mundo cuántico.

Además según la interpretación de Copenhague toda la información la constituyen


los resultados de los experimentos. Se puede observar un átomo y ver un electrón
en el estado de energía A, más tarde volver a observar y ver un electrón en el
estado de energía B. Se supone que el electrón saltó de A a B, posiblemente a
causa de la observación. De hecho, no se puede asegurar siquiera de que se trate
del mismo electrón y no se puede hacer ninguna hipótesis de lo que ocurría
cuando no se observaba. Lo que se puede deducir de los experimentos, o de las
ecuaciones de la mecánica cuántica, es la probabilidad de que si al observar el
sistema se obtiene el resultado A, otra observación posterior proporcione el
resultado B. No se puede afirmar nada de lo que pasa cuando no se observa ni de
cómo pasa el sistema del estado A al B.
Esta interpretación de la mecánica cuántica tuvo varias críticas, de Einstein entre
otros, que se negaron a aceptarla.

Como he comentado en la biografía, Max y Einstein, fueron grandes amigos, ya


que tenian inquietudes humanas comunes, pero en el ámbito científico no
compartian tantas creencias, pues las ideas de Born relativas a la naturaleza de la
física eran opuestas a las de Einstein, y lo admitía con franqueza cuando escribía
sobre sus disputas científicas: “Se trata, en realidad, de una diferencia
fundamental en la concepción de la naturaleza”. Einstein, por su parte, asentía en
una carta a Born: “En nuestras perspectivas científicas nos hemos vuelto
antípodas. Tú crees en el Dios que juega a los dados y yo creo en la ordenación
total y en las leyes de un mundo que existe objetivamente y que trato de captar en
una forma frenéticamente especulativa”.

Max Born no destacó por sus grandes conocimientos en química, además él


honestamente lo reconocía, pero no es menos cierto que sus conocimientos han
influido en la química, tanto en el ciclo de Born-Haber como en la aproximación
adiabática (o aproximación de Born-Oppenheimer), bien, pues desarrollaré ahora
en que consisten:

El ciclio de Born-Haber fue estudiado y llevado a cabo por Max Born y Fritz Haber
en 1917.

Éste comprende la formación de un compuesto iónico desde la reacción de un


metal (normalmente un elemento del grupo 1 o 2) con un no metal (como gases
halógenos, oxígeno u otros). Los ciclos de Born–Haber se usan principalmente
como medio para calcular la energía reticular, que no puede ser determinada
experimentalmente.

La energía reticular representa teóricamente la formación de compuestos iónicos a


partir de iones gaseosos. Algunos químicos la definen como la energía para
romper los compuestos iónicos en iones gaseosos. La primera definición es
exotérmica y la segunda endotérmica.
Con el ciclo de Born–Haber se calcula la energía reticular comparando la entalpía
estándar de

formación del compuesto iónico (según los elementos) con la entalpía necesaria
para hacer iones gaseosos a partir de los elementos. Ésta es una aplicación de la
ley de Hess.
El último paso es complejo. Para hacer iones gaseosos de elementos es necesario
convertirlos en gas, disociarlos si es necesario, e ionizarlos. Si el elemento es una
molécula (por ejemplo F2), habrá que tener en cuenta su entalpía de disociación.
La energía necesaria para arrancar un electrón y formar un catión es la energía de
ionización, mientras que la necesaria para añadirlo y formar un anión es la afinidad
electrónica.
La entalpía de formación se encuentra sumando las entalpías de atomatización,
ionización, sublimación, disociación, afinidad electrónica y su respectiva energía
reticular.

Segun la Aproximación de Born-Oppenheimer podemos considerar el hecho de


que la masa de los núcleos es, al menos, 1836 veces mayor que la del electrón,
por lo que para una energía cinética dada, la velocidad de los núcleos será mucho
menor que la de los electrones, lo que nos hace pensar en la posibilidad de
considerar los núcleos fijos y calcular la energía de los electrones en el campo de
esos núcleos. Podría así obtener la energía para diversas posiciones de los
núcleos, con lo que, en el caso más simple de una molécula diatómica, tendríamos
una energía como función de la distancia entre los núcleos, que es realmente la
energía potencial a la que están sometidos los núcleos de esa molécula.

Pero claro, como ya he dicho, nuestro sistema es completo, no se puede


fraccionar, la energía es función de todas las variables. Por lo tanto, lo dicho
anteriormente es una aproximación, según la cual puede representarse la energía
potencial a la que están sometidos los núcleos para una posición dada.

APODO Genio de la mecánica cuántica

MUJER Hedwig Ehrenberg

HIJOS Gustav Victor Rudolf Born, Irene Born, Gritli Born

BIOGRAFÍA DE BLAISE PASCAL


(Blaise o Blas Pascal; Clermont-Ferrand, Francia, 1623 - París, 1662) Filósofo,
físico y matemático francés. Genio precoz y de clara inteligencia, su entusiasmo
juvenil por la ciencia se materializó en importantes y precursoras aportaciones a la
física y a las matemáticas. En su madurez, sin embargo, se aproximó al
jansenismo, y, frente al racionalismo imperante, emprendió la formulación de una
filosofía de signo cristiano (truncada por su prematuro fallecimiento), en la que
sobresalen especialmente sus reflexiones sobre la condición humana, de la que
supo apreciar tanto su grandiosa dignidad como su mísera insignificancia.
Blaise Pascal

Su madre falleció cuando él contaba tres años, a raíz de lo cual su padre se


trasladó a París con su familia (1630). Fue un genio precoz a quien su padre inició
muy pronto en la geometría e introdujo en el círculo de Mersenne, la Academia, a
la que su progenitor pertenecía. Allí Pascal se familiarizó con las ideas de Girard
Desargues y en 1640 redactó su Ensayo sobre las cónicas (Essai pour les
coniques), que contenía lo que hoy se conoce como teorema del hexágono de
Pascal.
La designación de su padre como comisario del impuesto real supuso el traslado a
Ruán, donde Pascal desarrolló un nuevo interés por el diseño y la construcción de
una máquina aritmética para facilitarle el trabajo a su padre. La máquina, que sería
llamada Pascaline, era capaz de efectuar sumas y restas con simples movimientos
de unas ruedecitas metálicas situadas en la parte delantera; las soluciones
aparecían en unas ventanas situadas en la parte superior. Se conservan todavía
varios ejemplares del modelo que ideó, algunos de cuyos principios se utilizaron
luego en las modernas calculadoras mecánicas.

Una Pascaline construida en 1652


En Ruán comenzó Pascal a interesarse también por la física, en especial por la
hidrostática, y emprendió sus primeras experiencias sobre el vacío; intervino en la
polémica en torno a la existencia del horror vacui en la naturaleza y realizó
importantes experimentos (en especial el de Puy de Dôme en 1647) en apoyo de
la explicación dada por Torricelli al funcionamiento del barómetro.
Entretanto, en 1645 había abrazado el jansenismo, el movimiento reformista
católico iniciado por Jansenio que, basándose en la doctrina de San Agustín de
Hipona sobre la gracia y el pecado original, propugnaba un mayor rigorismo moral.
Una enfermedad indujo a Pascal a regresar a París en el verano de 1647. Los
médicos le aconsejaron distracción e inició un período mundano que terminó con
su experiencia mística del 23 de noviembre de 1654, su segunda conversión;
convencido de que el camino hacia Dios estaba en el cristianismo y no en la
filosofía, Blaise Pascal suspendió su trabajo científico casi por completo.
Pocos meses antes, como testimonia su correspondencia con Fermat, se había
ocupado de las propiedades del triángulo aritmético hoy llamado de Pascal y que
da los coeficientes de los desarrollos de las sucesivas potencias de un binomio; su
tratamiento de dicho triángulo en términos de una «geometría del azar» convirtió a
Pascal en uno de los fundadores del cálculo matemático de probabilidades.

En 1658, al parecer con el objeto de olvidarse de un dolor de muelas, Pascal


elaboró su estudio de la cicloide, que resultó un importante estímulo en el
desarrollo del cálculo diferencial. Desde 1655 frecuentó el más importante centro
jansenista, la abadía de Port-Royal, en la que se había retirado su hermana
Jacqueline en 1652. Tomó partido en favor de Antoine Arnauld, el general de los
jansenistas, y publicó anónimamente sus Provinciales (1656-1657), conjunto de
dieciocho cartas en las que defendió el jansenismo de los ataques de los jesuitas.
El éxito de las cartas lo llevó a proyectar una apología de la religión cristiana; el
deterioro de su salud a partir de 1658 frustró, sin embargo, el proyecto, y las notas
dispersas relativas a él quedaron más tarde recogidas en sus
famosos Pensamientos (Pensées sur la religion et sur quelques autres sujets,
1669). Aunque Pascal rechazó siempre la posibilidad de establecer pruebas
racionales de la existencia de Dios, cuya infinitud consideró inabarcable para la
razón, admitió no obstante que esta última podía preparar el camino de la fe para
combatir el escepticismo.
Así, el sentido común nos indica que lo más lógico es obrar como si Dios existiese,
pues el beneficio que podemos obtener es infinitamente superior a toda posible
pérdida. La famosa apuesta de Pascal analiza la creencia en Dios en términos de
apuesta sobre su existencia: creyendo en Dios y observando una conducta
virtuosa, podemos ganar la vida eterna; si el hombre cree y finalmente Dios no
existe, nada se pierde en realidad. Pero, por más que razonemos, sólo se llega a
la fe través del corazón, del sentimiento, en una iluminación súbita que escapa a
cualquier intento de elucidación lógica: «El corazón tiene razones que la razón
desconoce» es sin duda la más conocida frase de Blaise Pascal.
De este modo, la tensión de su pensamiento entre la ciencia y la religión quedó
reflejada en su admisión de dos principios del conocimiento: la razón (esprit
géométrique), orientada hacia las verdades científicas y que procede
sistemáticamente a partir de definiciones e hipótesis para avanzar
demostrativamente hacia nuevas proposiciones, y el corazón (esprit de finesse),
que no se sirve de procedimientos sistemáticos porque posee un poder de
comprensión inmediata, repentina y total, en términos de intuición. En esta última
se halla la fuente del discernimiento necesario para elegir los valores en que la
razón debe cimentar su labor.

Pero es acaso en la captación de la naturaleza humana donde reside el aspecto


que sentimos como más moderno y perdurable de la obra de Pascal. El filósofo
acepta tanto la grandeza como la miseria del ser humano, y de hecho lo define por
esta doble condición. El hombre es incapaz de comprender tanto la inmensidad
del universo como los diminutos mundos de cada partícula de materia; no puede
concebir ni el todo ni la nada; no es un ángel, pero tampoco un animal; tiene
nobles aspiraciones que no puede realizar. No obstante, pese a su insignificancia,
posee la razón, y con ella conoce el universo, y puede, al conocer sus propias
limitaciones, tender a Dios; el hombre no es más que un junco, una caña, pero es
una «caña pensante».

Raramente, sin embargo, se enfrenta el ser humano a su propia naturaleza. Ante


las cuestiones críticas de la existencia, ante la infelicidad inherente a su propia
condición y ante el avance inexorable de la muerte, el hombre se evade de sí
mismo y busca el olvido en la febril actividad de la vida cotidiana, ahuyentando así
lo que más teme: el aburrimiento. Nada es más insoportable para el hombre que
carecer de proyectos, de compromisos o de distracciones; porque entonces,
detenido en medio del tedio, no puede sino tomar conciencia de la vacuidad de su
vida y sumirse en la angustia o la melancolía. La conciencia de sí mismo, cualidad
que lo distingue y enaltece, es también en el hombre fuente de desdicha, al
recordarle su pobre condición.

Pero tampoco la actividad resuelve nada, pues no tiene otro objetivo que acallar la
conciencia de la finitud y llegar inadvertidamente a la muerte: «Quienes juzgan
muy poco razonable que la gente se pase el día entero corriendo detrás de una
liebre que se podría haber comprado en el mercado, no entienden nada de la
naturaleza humana. La liebre no nos impide la visión de la muerte y de otras
miserias, pero la caza sí puede hacerlo, porque nos distrae». Por ese camino llega
Pascal a inesperadas afirmaciones que sin embargo, a la luz de su examen sobre
la naturaleza humana, cobran un profundo sentido: «toda la infelicidad de los
hombres viene de una sola cosa: su incapacidad de permanecer tranquilamente a
solas en una habitación». Una capacidad que sí posee (y que a veces
envidiamos), por ejemplo, un gato, es decir, un ser no consciente.

NACIMIENTO
19 de junio de 1623 Clermont-Ferrand, Auvernia,

MUERTE
19 de agosto de 1662 (39 años) París, Francia

INVENTO

1- Pascalina, la primera calculadora

La pascalina, mejor conocida como la primera calculadora mecánica, fue un


invento de Pascal cuando tenía apenas 17 años. Lo hizo con la finalidad de ayudar
a su padre, que se dedicaba a las finanzas.

En un principio el invento tenía 36 cm de longitud, 13 cm de anchura y 9 cm de


altura.

Incluso se puede considerar que era portátil, aunque no tan pequeña como las
calculadoras actuales. Está basada en el concepto de la suma o adición
automática.

2- El juego de la ruleta

Se especula que la ruleta fue inventada en China y que llegó al continente a través
de comerciantes.

Pero una teoría mucho más realista es que Blaise Pascal inventó la ruleta,
especialmente porque la palabra “ruleta” significa pequeña rueda en francés.

En 1655 Pascal ideó una ruleta de 36 números que no contiene el cero. Lo hizo
porque buscaba una máquina de movimiento continuo.

Sin embargo, si la ruleta se puede remontar a Pascal, la versión moderna de la


ruleta se puede atribuir a Francois y Louis Blanc, quienes en 1842 agregaron un
cero a la rueda de Pascal, cambiando para siempre las probabilidades a favor de
la casa.
3- Prensa hidráulica

Es un sistema mediante el cual se demuestra el principio de Pascal. Consiste en


un líquido inmerso en un recipiente cerrado, con dos extremos en los cuales hay
dos émbolos que pueden desplazarse.

Si a uno de estos se le aplica presión, entonces dicha presión se transmite al otro


extremo y aumenta tantas veces como sea el tamaño de la superficie al que está
siendo transmitido.

4- Carruajes colectivos

En 1662, poco antes de su muerte, Pascal sugirió y patentó la idea de establecer


en París un servicio colectivo de carruajes, que aún no contaban con motor, en el
que se determinaran horarios, recorridos y hasta una tarifa.Aunque no inventó algo
científico ni técnico, sí creó un nuevo servicio, que años más tarde se convertiría
en el servicio de transportes.

5- La carretilla

A pesar de que no existe ninguna prueba, se le atribuye también a Blaise la


invención de la carretilla para transportar personas. La palabra francesa para este
posible invento de Pascal es brouette.

APODO Pascalina

MUJER

BIOGRAFÍA DE MILEVA MARIC


Mileva nace el 19 de diciembre de 1875 en la ciudad de Titel situada en la
provincia de Vojvodina, que por aquel entonces formaba parte del Imperio
Austrohúngaro y que actualmente forma parte de Serbia. Su familia era
acomodada y es la mayor de tres hermanos.

Comienza sus estudios a la edad de diez años (1886) en un colegio para niñas.
Posteriormente, estudia en el instituto de educación de Sremska Mitrovica. Este
centro disponía de un magnifico laboratorio de Física y Química.
Mileva se gradúa en el año 1890, obteniendo la máxima calificación en Física y
Química. Es aceptada como estudiante privada en el Colegio Real de Zagreb, con
una dispensa especial, pues el centro sólo admitía hombres. Es en la universidad
de Zagreb donde entabla amistad con otro genio de la física y matemáticas, como
era Nikola Testa, que tuvo un gran reconocimiento académico.

En el verano de 1896, Mileva comienza sus estudios de medicina en la


universidad suiza de Zúrich, pero solo sigue estos estudios seis meses y a finales
de 1896 comienza sus estudios de física y matemáticas en el Instituto
Politécnico de Zúrich. Este centro otorgaba una titulación que permitía dedicarse
a la docencia de la física y las matemáticas.

El Instituto Politécnico de Zúrich era uno de los pocos centros europeos de


enseñanza superior que admitía mujeres. Mileva era la quinta mujer en ser
admitida en dicho centro en toda su historia y la única que había en su clase, que
sólo tenía once alumnos, entre los que se encontraba Albert Einstein.

Mileva tenía un carácter poco sociable y presentaba una cojera muy ostensible,
debido a una artritis congénita, que le hacía tener una autoestima muy baja a
pesar de su brillante inteligencia y su gran formación académica.

Mileva y Albert Einstein iniciaron una relación sentimental muy fuerte. Mileva era
cuatro años mayor que Albert. La madre de Einstein, que era alemana, nunca vio
con buenos ojos el matrimonio de su hijo con Mileva. La definía de la siguiente
forma ”ella es un libro, igual que tú… Pero deberías tener una mujer. Cuando
tengas treinta años. Ella será una vieja bruja”.

En el año 1900, Einstein escribe a Mileva lo siguiente “estoy solo con todo el
mundo, salvo contigo. Qué feliz soy por haberte encontrado a ti, a alguien igual a
mí en todos los aspectos, tan fuerte y autónomo como yo”.

Queda embarazada en 1901 sin estar casados, lo que provoca una situación
social muy difícil de soportar en aquellos momentos históricos. Esta situación le
lleva a abandonar sus estudios a pesar de que sólo le faltaba superar el examen
final.
Albert Einstein y Mileva Maric de jóvenes

Mileva se refugia en casa de su hermana en Novi Sad en la actual Serbia, dando a


luz en 1902 a una niña Liesert, que cuando cumple un año es dada en adopción.
Einstein nunca llevó bien el ser padre de Liesert y nunca informó a su familia de
que era padre.

El seis de enero de 1903 es cuando Einstein y Mileva se casan en la capital suiza,


Berna. Tenía Einstein entonces veinticuatro años y ya había terminando sus
estudios, consiguiendo inmediatamente su primer trabajo como técnico de la
Oficina de Patentes de Berna.

En 1904, tienen un nuevo hijo Hans Albert y es cuando Mileva decide


sacrificar todas sus posibilidades profesionales y de investigación para dedicarse
al cuidado de su familia. Ya entonces Mileva tenía una gran preparación
académica. Había desarrollado investigaciones sobre la teoría de los números,
cálculo diferencial e integral, funciones elípticas, teoría del calor y electrodinámica.

Se piensa, que los conocimientos matemáticos que tenía Mileva, fueron


indispensables para que Einstein pudiera desarrollar sus teorías. Los años más
creativos de Einstein fueron aquellos en los que compartió sus investigaciones con
ella, de ahí la injusticia que se comete con Mileva.
Albert Einstein y Mileva Maric

El año 1905 fue el de los grandes logros de Albert Einstein, publicando cuatro
grandes artículos, y uno de ellos incluía la teoría de la relatividad, que
revolucionaron el mundo científico y que le convertirían en un genio. Es revelador,
que Mileva en una carta escrita a una amiga le decía “hace poco hemos terminado
un trabajo muy importante que hará mundialmente famosos a mi marido”.

Para Evans Harris “la teoría de la relatividad comienza con la tesis que Mileva
escribió y presentó a la supervisión del profesor Weber, cuando estudiaba en la
Escuela Politécnica de Zúrich, cuya memoria se ha perdido. El efecto fotoeléctrico
tiene su origen en los trabajos de Mileva cuando estudiaba en Heilderberg con el
profesor Lenard, al cual posteriormente le fue concedido el Premio Nobel de
Física. Precisamente, por su trabajo experimental sobre el efecto fotoeléctrico. La
teoría del movimiento browniano es producto del pensamiento de Einstein y de su
interés por la termodinámica. Mileva contribuyó al mismo con el trabajo
matemático, describiendo el movimiento desordenado de las moléculas”.

En 1910 nace Eduard “Tate” en Zúrich, pero nace afectado de un retraso mental,
que precisa de unos cuidados muy especiales. Mileva se dedica en cuerpo y alma
al cuidado especial de su hijo. Esto significa un alejamiento entre Mileva y
Einstein. En esos tiempos todavía ella le ayudaba a la preparación de las clases y
conferencias que impartía. En 1911 toda la familia se traslada a vivir a Praga
donde le habían ofrecido a Albert un puesto de profesor en dicha universidad.
Regresando nuevamente a Zúrich en 1912.

En 1913, Albert Einstein inicia una relación extramatrimonial con su prima Elsa
Löwenthal, que vivía en Berlín. Elsa también era separada y madre de dos hijas.
Esta le organiza todo el hogar de Einstein para que su dedicación sea plena para
la investigación y no deba preocuparse de nada más. Obedece todas las órdenes
que le da Einstein, como el restringirle el número de visitantes que aspiraban a
hablar con él, pues su fama era ya enorme.
Esto hace que Einstein acepte ser profesor de la universidad de dicha ciudad y se
le posibilita que trabaje también como investigador en los laboratorios de Max
Plank (laboratorios que posteriormente fueron famosos por su utilización por los
nazis).

Mileva no quiere trasladarse a vivir a Berlín, pues es consciente del final de su


matrimonio. En la correspondencia entre Einstein y Elsa se puede comprobar
cómo Einstein le comunica el no poder forzar un divorcio sin culpables.

NACIMIENTO 19 de diciembre de 1875, Titel, Serbia

MUERTE 4 de agosto de 1948, Zúrich, Suiza

INVENTOS

Desde los numerosos descubrimientos publicados en revistas científicas hasta el


premio Nobel, Albert Einstein empleó gran cantidad de horas de trabajo y sacrificio
para alcanzar cada una de sus proezas. Horas, según se intuye, de solitud, sin
ninguna intención de comunicarse con nadie, especialmente nadie ajeno a lo que
en ese momento tenía en mente. En este contexto es difícil imaginar a alguien que
pudiera compartir su vida con tal partenaire, a sabiendas de las consecuencias
inevitables que conllevaba. A no ser que ese alguien fuera precisamente su
equivalente, su “contigo no estoy solo en el mundo”, su matemática serbia, su
Mileva Marić. El grado de participación de la científica balcánica en las teorías
presentadas por su marido es una incógnita, pero parece claro que ser mujer la
relegó a un segundo plano aún cuando algunos de los documentos enviados por
Einstein a los distintos publicadores estaban firmados por “Einstein-Marity” (Marity
como variante occidental de Marić).
Mileva Marić (1875-1948) provenía de una adinerada familia de Titel, en la
Voivodina serbia (en aquel entonces fragmento del Imperio Austrohúngaro) que le
proporcionó una excelente educación. Tras pasar la infancia en la fértil tierra de
sus padres deviniendo la mejor estudiante de su promoción, consiguió una plaza
en el Colegio Real de Zagreb para cursar estudios secundarios, siendo así la
primera estudiante femenina que asistía a clases de física. Durante los años
en Zagreb, de 1892 a 1894, conoció a Nikola Tesla, con el cual mantuvieron el
contacto a pesar de la distancia.
En 1896 decidió irse a Suiza, donde después de probar con medicina se inscribió
en un curso de la Politécnica de Zúrich para dar clases de matemáticas y física en
la escuela secundaria, al mismo tiempo que el joven Albert Einstein. Era la única
chica de la clase y la quinta de la historia en el centro para ese tipo de estudios.
Pronto se conocieron y establecieron las bases de una amistad que duraría varias
décadas. Asistieron juntos a otros cursos de la universidad hasta que en 1901
Marić quedó embarazada, viéndose así obligada a detener su impecable
trayectoria y volver a casa de su hermana en Novi Sad, con el fin de dar a luz a su
primera hija, Lieserl. Lo sucedido con la pequeña es incierto; algunas fuentes
apuntan que fue dada en adopción, pues Einstein y Marić no estaban casados,
aunque otras parecen indicar que murió pocos meses después de nacer. En
cualquier caso no viajó con su madre de retorno a Suiza, donde la pareja empezó
una nueva vida casándose en Berna. Einstein encontró distintos trabajos mientras
Marić tuvo a su primer hijo, Hans Albert, en 1904.

APODO Matemática Serbia

ESPOSA MILERVA MALIC

Albert Einstein (m. 1903–1919)

HIJOS Hans Albert Einstein, Lieserl Einstein, Eduard Einstein

BIOGRAFIA DE PLATON
(Atenas, 427 - 347 a. C.) Filósofo griego. Junto con su maestro Sócrates y su
discípulo Aristóteles, Platón es la figura central de los tres grandes pensadores en
que se asienta toda la tradición filosófica europea. Fue el británico Alfred North
Whitehead quien subrayó su importancia afirmando que el pensamiento occidental
no es más que una serie de comentarios a pie de página de los diálogos de
Platón.

Platón

La circunstancia de que Sócrates no dejase obra escrita, junto al hecho de que


Aristóteles construyese un sistema opuesto en muchos aspectos al de su maestro,
explican en parte la rotundidad de una afirmación que puede parecer exagerada.
En cualquier caso, es innegable que la obra de Platón, radicalmente novedosa en
su elaboración lógica y literaria, estableció una serie de constantes y problemas
que marcaron el pensamiento occidental más allá de su influencia inmediata, que
se dejaría sentir tanto entre los paganos (el neoplatonismo de Plotino) como en la
teología cristiana, fundamentada en gran medida por San Agustín sobre la filosofía
platónica.

Nacido en el seno de una familia aristocrática, Platón abandonó su inicial vocación


política y sus aficiones literarias por la filosofía, atraído por Sócrates. Fue su
discípulo durante veinte años y se enfrentó abiertamente a los sofistas
(Protágoras, Gorgias). Tras la condena a muerte de Sócrates (399 a. C.), huyó de
Atenas y se apartó completamente de la vida pública; no obstante, los temas
políticos ocuparon siempre un lugar central en su pensamiento, y llegó a concebir
un modelo ideal de Estado.
Viajó por Oriente y el sur de Italia, donde entró en contacto con los discípulos
de Pitágoras; tras una negativa experiencia en Siracusa como asesor en la corte
del rey Dionisio I el Viejo, pasó algún tiempo prisionero de unos piratas, hasta que
fue rescatado y pudo regresar a Atenas. Allí fundó en el año 387 una escuela de
filosofía, situada en las afueras de la ciudad, junto al jardín dedicado al héroe
Academo, de donde procede el nombre de Academia. La Academia de Platón, una
especie de secta de sabios organizada con sus reglamentos, contaba con una
residencia de estudiantes, biblioteca, aulas y seminarios especializados, y fue el
precedente y modelo de las modernas instituciones universitarias.
En ella se estudiaba y se investigaba sobre todo tipo de asuntos, dado que la
filosofía englobaba la totalidad del saber, hasta que paulatinamente fueron
apareciendo (en la propia Academia) las disciplinas especializadas que darían
lugar a ramas diferenciadas del saber, como la lógica, la ética o la física. Pervivió
más de novecientos años (hasta que Justiniano la mandó cerrar en el 529 d. C.), y
en ella se educaron personajes de importancia tan fundamental como su
discípulo Aristóteles.
Obras de Platón

A diferencia de Sócrates, que no dejó obra escrita, los trabajos de Platón se han
conservado casi completos. La mayor parte están escritos en forma dialogada; de
hecho, Platón fue el primer autor que utilizó el diálogo para exponer un
pensamiento filosófico, y tal forma constituía ya por sí misma un elemento cultural
nuevo: la contraposición de distintos puntos de vista y la caracterización
psicológica de los interlocutores fueron indicadores de una nueva cultura en la que
ya no tenía cabida la expresión poética u oracular, sino el debate para establecer
un conocimiento cuya legitimación residía en el libre intercambio de puntos de
vista y no en la simple enunciación.
Platón y Aristóteles en La escuela de Atenas (1511), de Rafael
Los veintiséis diálogos platónicos probadamente auténticos (de los cuarenta y dos
transmitidos por la Antigüedad) pueden clasificarse en tres grupos. Los diálogos
del llamado período socrático (396-388), entre los que se incluyen la Apología,
Critón, Eutifrón, Laques, Cármides, Ión, el Hipias menor y tal vez Lisis (que quizá
sea posterior), revelan claramente la influencia de los métodos de Sócrates y se
distinguen por el predominio del elemento mímico-dramático: comienzan
abruptamente, sin preámbulos preparatorios. Todas estas obras son anteriores al
primer viaje de Platón a Sicilia, y en ella dominan los diálogos investigadores a la
manera socrática.
Dentro de los diálogos del siguiente período, llamado constructivo o sistemático,
pertenecen a una fase de transición Protágoras, Menón (que anunció la doctrina
de las Ideas), Gorgias, Menéxenes, Crátilo y Eutidemo. Los grandes diálogos de
esta etapa son el Fedón, cuyo tema es la inmortalidad del alma; El banquete, en el
que seis oradores debaten sobre el amor; La República, el texto platónico más
sistemático, fruto de largos años de trabajo, que presenta tres líneas principales
de argumentación (ético-política, estético-mística y metafísica) combinadas en un
todo; y el Fedro, que mediante la forma de diálogo dramático debate aspectos
relativos a la belleza y el amor, y contiene momentos de honda poesía. Estos
diálogos, en los que se muestra en su apogeo la fuerza expresiva de Platón, no
son ensayos filosóficos propiamente dichos, sino obras literarias que tratan temas
filosóficos, y por ello no se limitan a un solo tema o asunto.
Los diálogos del período tardío o revisionista, por último, fueron escritos a partir
del momento de la fundación de la Academia. Si bien carecen de los méritos
dramáticos y literarios que caracterizaron a los diálogos precedentes, presentan
en cambio una mayor sutileza y madurez de juicio, ya que en ellos se expresa más
el pensador decidido a presentar la definitiva exposición de su pensamiento
filosófico que el artista. En el Parménides, Platón revisa la doctrina de las Ideas;
en el Teeteto combate el escepticismo de Protágoras acerca del conocimiento, al
tiempo que exalta la vida contemplativa del filósofo; en el Timeo expone el mito de
la creación del mundo por obra del Demiurgo; en el Filebo trata las relaciones
entre el Bien y el placer, y en Las leyes intenta adaptar más a la realidad su
doctrina del Estado ideal, tomando como referencia las constituciones y
legislaciones de varias ciudades griegas.
NACIMIENTO

427 a. C.
Atenas o Egina

MUERTE
347 a. C.
Antigua Atenas, Antigua Grecia

INVENTOS

Platón es uno de los más grandes pensadores que ha tenido la humanidad. Él


inventó en nuestra cultura el pensamiento idealista, mientras su discípulo
Aristóteles inventó el pensamiento realista. Nació en Atenas, muy probablemente
el año 428 antes de Cristo y murió el 347. En realidad se llamaba Aristocles, y el
de Platón era un apodo relativamente corriente en la época, y hacía referencia
según unos a su complexión ancha y según otros a la amplitud de su
pensamiento. Fue discípulo de Sócrates, que soñaba con reformar la sociedad
desde la filosofía, y fue en esto su seguidor, pues también él diseñó sobre el papel
una sociedad ideal, que estaba empeñado en llevar a la práctica, pero hubo de
renunciar. Su obra es muy vasta. Como todos los filósofos hasta entonces,
pretende ofrecer una explicación a todo a través de una misma clave. Platón
explica que la realidad nace de la idea, y no al contrario, de manera que si no
existe la idea de las cosas, es imposible que éstas existan. Más aún, sostiene que
la verdadera esencia de las cosas está en la idea, y que las cosas no son más que
una confusa sombra de las ideas. Esto lo ejemplifica en su célebre mito de la
caverna. A partir de este principio construye su psicología (cuerpo y alma son
como caballo y jinete; la unión de ambos es temporal y accesoria); su teología (el
dios platónico es la idea de las ideas, la idea de bien supremo y de belleza); su
estética (las cosas son bellas en tanto en cuanto se asemejan a su modelo ideal);
su moral (la inclinación al bien es innata; quien hace el mal es por ignorancia).
Platón es todo un mundo.

APODO Platón

MUJER O HIJOS

ESPOSA JANTIPA

HIJOS Lamprocles, Sofronisco, y Menexeno.

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