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Resolución de Problemas

La eficacia del mecanismo del dejar ir en la resolución de problemas a


menudo es bastante sorprendente. Comprender el proceso implicado aquí es
muy importante, ya que es muy diferente al de los métodos habituales del
mundo. El acercamiento que da resultados rápidos y fáciles es el siguiente:
No busques respuestas; sino deja los sentimientos tras las preguntas.
Cuando hemos entregado los sentimientos tras la pregunta, podemos dejar
cualquier otra sensación que también parezca que tenga que ver con el
problema. Cuando por fin hemos entregado totalmente todos los
componentes, la respuesta estará allí esperándonos. No tendremos que
buscarla. Considera lo simple y fácil que es, en comparación a las largas y
prolongadas resoluciones de problemas habituales de la mente, y los intentos
ineficaces. Por lo general la mente busca y picotea sin parar, probando a
trompicones con la primera de las respuestas posibles y después de esa, con
otra. La razón por la que la mente no puede decidir es porque está buscando
en el lugar equivocado.
Vamos a ver cómo funciona el sistema con un ejemplo cotidiano
común. Digamos que estamos en desacuerdo con nuestra pareja sobre qué
película ver. Veamos cuál es el sentimiento que está detrás del problema. En
este caso, digamos que nos encontramos con sentimientos de ira y
resentimiento, en concreto nos sentimos resentidos por no compartir
suficiente tiempo romántico juntos. Lo que realmente queremos esta noche
es pasar juntos el tiempo cariñosamente. A medida que nos permitimos estar
bien con nosotros mismos, lo que realmente queremos es la unión afectiva, y
de repente caemos en la cuenta de que no queremos para nada ir a ver una
película. Sólo queremos estar juntos. O lo contrario podría suceder también.
Podríamos encontrar que el sentimiento detrás del querer ir a ver una película
es el miedo, porque queríamos evitar tener que pasar la noche hablando y
estando junto a nuestra pareja. Vemos que los sentimientos que se han
acumulado son desagradables. Estamos resentidos, de manera que dejamos
de querer modificar ese sentimiento, y sólo lo dejamos estar ahí. Es
aceptable tener ese resentimiento. A medida que entregamos nuestra
resistencia a la sensación de resentimiento, nos sentimos menos culpables;
admitimos ante nuestra pareja que hemos estado resentidos. El diálogo
empieza a fluir, y los sentimientos de la otra persona también se aclaran.
Ambos nos sentimos aliviados y más próximos, y entonces decimos: "Al
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diablo con el cine. Nos quedaremos en casa, haciendo el amor, e iremos a
dar un paseo bajo la luna."
Este enfoque es gratificante en la toma de decisiones. Cuando primero
limpiamos los sentimientos subyacentes, las decisiones son más realistas y
sabias. Piensa en cuántas veces hemos cambiado de opinión y lamentado
decisiones del pasado. Eso se debe a que hubo un sentimiento no
reconocido y no rechazado detrás de la decisión. Cuando la acción que se
decidió adoptar fue tomada, los sentimientos subyacentes cambiaron.
Entonces, desde el punto de vista de la nueva área de sentimientos, la
decisión resulta ser equivocada. Esto sucede con tal regularidad que la
mayoría de las personas desarrollan un miedo a la toma de decisiones,
debido a que resultaron ser errónea a menudo en el pasado.
Utilizar el mecanismo de la entrega para la resolución de problemas
puede ser a menudo tan rápido como un rayo incluso con problemas
largamente mantenidos. Para descubrir lo rápido que puede funcionar,
probémoslo. Toma varios problemas largamente mantenidos y deja de buscar
respuestas. Mira

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