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Pilar Ponce Leiva

Versatilidad social y poderes múltiples en


la América colonial
Resúmenes
Español Português

Partiendo de la observación de que ninguna de las categorías de análisis tradicionales ha


sido capaz de reflejar la complejidad social de la América colonial, en este artículo se
propone una caracterización más dinámica de las sociedades coloniales, revalorizando
el papel desempeñado por las relaciones entre individuos de diferente condición y
status. Las relaciones clientelares, desde esta perspectiva, no se entienden
necesariamente como elementos de inmovilismo social, como elementos propios del
Antiguo Régimen que se perpetúan como rémoras en la era republicana, sino como
mecanismos de gestión de las relaciones. Una visión flexible del marco social favorece,
e incluso lleva implícita, una apertura de horizontes en el análisis del poder; este será
entendido fundamentalmente como “capacidad de acción”, perdiendo así su carácter
netamente elitista y su inevitable asociación con los conceptos de jerarquía y autoridad.

Versatilidade social e poderes múltiplos na América Latina

Partindo da observação de que nenhuma das categorias de análises tradicionais haja sido
capaz de refletir a complexidade social da América colonial, neste artigo se propõe uma
caracterização mais dinâmica das sociedades coloniais, revalorizando o papel
desempenhado pelas relações entre indivíduos de diferente condição e status. As
relações clientelísticas, desde essa perspectiva, não se entendem necessariamente como
elementos de imobilidade social, como elementos próprios do Antigo Regime que se
perpetuam como remoras na era republicana, senão como mecanismos de gestão das
relações. Uma visão flexível do marco social favorece, e incluso leva implícita, uma
abertura de horizontes na análise de poder, o qual será entendido fundamentalmente
como “capacidade de ação”, perdendo assim seu caráter netamente elitista e sua
inevitável associação com os conceitos de hierarquia e autoridade.

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Entradas del índice


Palabras claves :

clientelismo, América colonial, sociedad colonial, redes sociales, poder

Palavras chaves :

sociedade colonial, redes sociais


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Plano
1. Introducción
2. Versatilidad Social
3. La importancia de los vínculos verticales
4. Una imagen más ajustada de la sociedad.
5. Los múltiples poderes
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Texto integral

1. Introducción
1 - En la propuesta que da lugar a este Simposio partíamos de la pertinencia de analizar
conjuntamente la conformación y el ejercicio del poder y, el carácter, o el tipo, de
sociedad en la cual se ejerce. Esa estrecha imbricación entre lo político y lo social es
consecuencia de los nuevos rumbos que la historiografía ha ido tomando en las últimas
décadas.

2 - Desde el punto de vista de la historia social, una de las principales innovaciones ha


sido el desplazamiento del interés desde los grupos a las dinámicas sociales; no sólo
interesa entonces lo que un individuo “es” (noble, comerciante o campesino), sino lo
que ese individuo “hace”, es decir, sus prácticas sociales -con quién se casa, con quien
comercia, con quién se alía o a quién se enfrenta.

3 - La historia política, por su parte, ha resurgido convertida en historia del poder: qué
tipos de poder existen, cómo se forman, cuáles son sus bases legitimadoras, cómo se
sustentan, quién los detenta, cómo se ejercen, tales son las cuestiones a debatir1.

4- En este ir y venir entre la historia política y la historia social, analizaré en primer


lugar algunos aspectos que creo facilitan y enriquecen la comprensión de las sociedades
coloniales, dejando para más tarde unas breves consideraciones en relación al poder.

2. Versatilidad Social
5 - Ninguna de las categorías de análisis tradicionales, basadas en el criterio estamental,
el étnico, o el socio-económico han sido capaces de reflejar la complejidad social de la
América colonial. Al tomar como factores de diferenciación básico el origen, la
adscripción étnica, el status socio-económico, etc. se tiende a presentar una imagen
excesivamente rígida, compartimentada y estática de las sociedades americanas entre
los siglos XVI y XVIII. En este afán por “clasificar” los diferentes grupos sociales, se
olvida que lo interesante es “caracterizar” la sociedad en su globalidad. Y si algo
caracteriza a las sociedades americanas es, precisamente, su variedad, su complejidad
interna, su dinamismo, su capacidad para adaptarse a nuevas situaciones y, en definitiva,
su extraordinaria versatilidad.
3

6 - La aplicación del concepto de “red social” al estudio de las sociedades americanas


ofrece la posibilidad de aproximarnos a tal variedad de situaciones2. En primer lugar,
nos recuerda que el ser humano es un animal gregario, pero sobre todo es un animal
comunicador que vive y actúa en relación con otros humanos, al margen de las
diferencias que puedan separar a unos de otros. En segundo lugar, frente a la tendencia a
estudiar la diferencia entre los grupos sociales, es decir lo que les separa, plantea la
utilidad de analizar precisamente lo que les une, lo que les vincula- de hecho, individuos
que siendo de diferentes grupos sociales, pueden estar vinculados y actuar en común.
De ahí que, en última instancia, lo que caracteriza a una sociedad no son tanto las
diferencias entre los grupos que la integran, como el tipo de relaciones que se establece
entre sus miembros.

7- En tercer lugar, el planteamiento relativo a las dinámicas sociales no sólo pone de


manifiesto la existencia de intereses, identidades y lealtades en el seno de un mismo
grupo social teóricamente homogéneo, sino que permite rescatar las relaciones
existentes entre individuos que no pertenecían a un mismo grupo socio-económico.
Esos vínculos verticales, entre desiguales, son los que me interesa rescatar por ser los
menos estudiados, por ser los que mejor reflejan el dinamismo social y, por insertarse
en ellos las relaciones de clientelismo que hoy nos convocan.

8 - El estudio de las redes sociales, en general, y de las relaciones verticales en


particular interesa también por la posibilidad que ofrece de estudiar dinámicas sociales,
de “cambios”, de “continuidades” y de “heterodoxias”, pero siempre entendidas como
respuestas de los individuos ante las cambiantes situaciones que se les presentan. Las
relaciones clientelares, desde esta perspectiva, no se entienden necesariamente como
elementos de inmovilismo social, como elementos propios del Antiguo Régimen que se
perpetúan como rémoras en la era republicana, sino como mecanismos de gestión de las
relaciones, cuyo nivel de eficacia queda claramente de manifiesto al constatar su
vigencia actual.

3. La importancia de los vínculos


verticales
9 - En términos generales, se conoce bien cómo funcionaban las grupos de elite y cómo
se trenzaban los vínculos intra oligárquicos, pero no sólo desconocemos, sino que a
veces hasta negamos los vínculos entre desiguales, que, sin embargo, aparecen en la
documentación con terca constancia. Esta cerrazón de los historiadores es especialmente
persistente en el caso de América, donde a las diferencias estamentales se añaden las
étnicas y las derivadas de la situación colonial; triple fuente de desigualdad que,
teóricamente, hace aun más difíciles las relaciones verticales si no son estrictamente de
sumisión y dominación.

10 - Dentro del planteamiento de redes sociales el clientelismo es considerado el


prototipo de vínculo vertical, a través del cual se establece una conexión entre los
poderosos y las capas inferiores de la sociedad. En este sentido, se trata de una relación
que implica unas pautas de comportamiento, de intercambios y de obligaciones más o
menos explícitos, con normas estipuladas, basadas generalmente en una situación de
dominación y de dependencia3.
4

11 - Sin embargo, el clientelismo es tan sólo una más de las posibles relaciones entre
desiguales, relaciones que no siempre responden a las características antes mencionadas.
A diferencia del planteamiento estructuralista, las relaciones verticales que se
desarrollan cuando existe diferencia pero no distancia social4, contemplan la existencia
de vínculos individuales –no necesariamente colectivos- que ponen en relación a dos
individuos de igual o de diferente sexo, que pueden obedecer a una iniciativa voluntaria,
espontánea, imprevisible y, que pueden –eventualmente- presentar un cambio de sentido
en la situación de dependencia; es decir, convertir al inicialmente poderoso, en
dependiente del antes subordinado.

12 - Un caso concreto nos servirá para ejemplificar cuanto afirmamos.

13 - En 1673 Agustín Mesa y Ayala compró el oficio de Contador Real de Quito, por
11.000 pesos. Tres años después, se encontraba inmerso en un pleito que le habían
puesto y que incluía 50 cargos y, en años sucesivos, mantendría diversos
enfrentamientos con el presidente y los oidores de la Audiencia por diversos motivos.
En 1678 fue acuchillado por uno de los encomenderos más conocidos de Quito –al
retener la entrega de 1.000 pesos que debía recibir el agresor, y un año después, en
1679, hizo dejación de su oficio de contador en Quito. Por entonces fue encarcelado en
Quito acusado de haber defraudado a la Real Hacienda más de 20.000 (teniendo en
cuenta que su salario anula era de 500 pesos, la cantidad mencionada es más que
notable). Tras pasar más de un año en prisión, y otros dos esperando que la Audiencia
dictara sentencia, en 1681 huyó de Quito embarcándose hacia España; estuvo preso más
de tres años en Cádiz, Sevilla y Madrid hasta que, finalmente, en 1688 consiguió el
permiso real para embarcarse hacia Santa Fe con su nuevo título de Contador
Supernumerario del Tribunal de Cuentas5.

14 - En los 9 años que van desde 1679 hasta 1688, desde que dejó el oficio en Quito
hasta que recibió el de Santa Fe, teóricamente Mesa y Ayala no recibió sueldo alguno,
es decir, no sabemos de que vivía. Pero el periodo más interesante para el caso que nos
ocupa, son los 3 años que pasó en Quito en la más absoluta pobreza y ostracismo social
(desde 1679 hasta que huye en 1681). Cuando en diciembre de 1681 se iniciaron las
averiguaciones sobre su fuga, fueron llamados a declarar “1todas las personas con quien
se comunicaba con familiaridad y gente que le servía y asistía”; entre sus principales
amigos figuran el mayordomo del hospital de la ciudad y un tendero llamado Navarro, -
es decir, gente de procedencia social muy modesta- pero más significativas son las
declaraciones de sus antiguos criados.

15 - La figura clave parece ser su criada Ana, india que le había servido durante 10
años, quien declara que en el pasado 1“ocurrían muchas personas de esta ciudad a
visitarle y después que le quitaron el oficio se retiraron todos y, sólo esta declarante, de
caridad y viendo su soledad y pobreza, le asistió sin paga alguna, más de por ser
agradecida, acudiéndole en sus prisiones a remendarle sus camisas...”. Cuando el oidor
Ormaza, encargado de prenderle, entró en la modesta habitación que Mesa tenía
alquilada en una casa de la ciudad, de donde había salido diciendo que regresaría a
mediodía (es decir prácticamente sin equipaje), preguntó por los trastos del contador, a
lo que el hijo de la criada le contestó que no tenía nada, y que sólo un colchón se lo
había devuelto a la criada porque era suyo”6.
5

16 - La situación del contador, por lo visto, no podía ser más desesperada ya que, según
lo declarado, hasta el colchón en el que dormía era de su criada. De los testimonios se
desprende claramente la labor de ayuda, encubrimiento e incluso victimización que los
criados llevaron a cabo con respecto a su antiguo amo.

17- La historia de Mesa, o al menos esos dos o tres años de precaria vida en Quito,
corroboran las a veces enormes distancias que había entre “lo que era” y “lo que debía
ser”, entre teoría y práctica social, poniendo de manifiesto la existencia de esos vínculos
verticales imprevisibles, inesperados y en los que no siempre se sigue la lógica de
dominio y subordinación de arriba abajo.

18 - Es evidente que tales relaciones no son la tónica dominante, pero también lo es que
existieron y que ofrecen una imagen ciertamente más flexible y dinámica de las
sociedades coloniales. En el caso concreto de Mesa, los vínculos verticales que el
contador mantenía con su criada Ana, con el hijo de su criada, con el tendero de la
esquina o con el moreno libre que había sido esclavo suyo, no pueden ser considerados
como “factores de cambio social”, pero otro tipo de vínculo vertical que se dio con
mucha frecuencia sí podría serlo: me refiero a las uniones consensuadas aunque no
oficializadas entre hombres blancos y mujeres de menor rango social, fueran blancas,
indias, mestizas, negras o mulatas –que de todo hubo. Tales uniones, que no son
necesariamente producto de una imposición o de una dominación, no sólo fueron
frecuentes, sino que dieron lugar a ese “magma” multicolor y multicultural que
conforma los sectores populares urbanos en buena parte de América. Sin salir del
pequeño mundo que era Quito, Andrés de Amaral, sucesor de Mesa y Ayala como
contador, en 1681 fue acusado de haberse casado con 1“señora conocidamente noble y
de mayores ventajas a su calidad” y, tras arruinarla y pedir la nulidad matrimonial,
mantener “una 1amistad ilícita con una mujer ramera pública que tiene en su casa, con
el mismo desahogo que si fuera casado con ella”7. En un nivel más alto, fue muy
comentado en la ciudad el romance que mantuvo el oidor Francia Cavero con una tal
“Rosas”, hija del portero de la Audiencia, con la que tuvo varios hijos que se llevó con
él a España cuando murió la madre8.

19 - Frente a la tendencia a situar estáticamente a los individuos en una posición social


determinada, y en una situación en la que los vínculos siempre suponen los mismos
contenidos y obligaciones, la historia de Mesa y Ayala nos recuerda que las vidas son
imprevisibles -por estar sujetas a un cierto grado de incertidumbre9- y son también
dinámicas, y por lo tanto los vínculos entre las personas son también cambiantes.

20 - El tiempo se presenta, entonces, como factor esencial, como elemento que debe ser
tenido en cuenta permanentemente, ya que,

 los vínculos, las empatías, los intereses y las lealtades son móviles
 los vínculos entre dos personas no son, necesariamente, los mismos a lo largo de
la vida,
 un mismo vínculo no tiene siempre el mismo contenido.

21 - Si por un lado las trayectorias familiares ponen de manifiesto que las relaciones de
parentesco no siempre son positivas –los conflictos también forman parte de la historia
de la familia-10, los vínculos dependen de cambiantes referencias culturales en función
del espacio y el tiempo: su fuerza, las obligaciones que conlleva, su jerarquía en
6

relación a otros vínculos etc. cambian. Ni la amistad, ni el parentesco, ni la clientela


tienen siempre el mismo contenido11.

22 - La importancia del factor “tiempo” resulta aún más relevante si tenemos en cuenta
que, los mecanismos de actuación de las redes sociales prácticamente no cambian a lo
largo de los siglos y, por lo tanto, no son suficientes para explicar situaciones históricas.
Lo que cambian, son los contextos, los fundamentos económicos, sociales, políticos y
culturales sobre los que se asientan los intereses que defienden los individuos y que
guían sus trayectorias personales o grupales12.

23 - El principal problema que ofrece el estudio de las relaciones verticales es el de las


fuentes. Para aplicar el método inductivo en el análisis micro-social, es decir, para
construir el conjunto de la argumentación a partir de los datos empíricos que permitan
individualizar los casos, e incorporar la diversidad, la variación y la dispersión como
categorías de análisis13, es imprescindible ampliar y diversificar la gama de fuentes a
consultar; mientras que la correspondencia familiar, personal o profesional permite
conocer con gran precisión las relaciones entre los miembros de un mismo grupo, las
relaciones entre desiguales aparecen de forma muy dispersa en la documentación oficial
-visitas, juicios de residencia, informes y quejas- y sobre todo en documentos notariales
-pleitos, juicios, testamentos. A la dispersión, se suma el hecho de que tales relaciones
nunca son el objeto central de las fuentes consultadas, sino que aparecen subsumidas,
implícitas o enmarañadas entre otra serie de cuestiones que se estiman más relevantes.
Por último, cabe recordar que las buenas relaciones suelen generar poca documentación.

4. Una imagen más ajustada de la


sociedad.
24 - En qué medida los estudios individualizados nos ayudan a construir una imagen
global de la sociedad es un problema que no pretendo resolver; lo que creo es que
conociendo la existencia, cantidad e intensidad de esos vínculos verticales, que dan
lugar a historias inesperadas, tendremos una idea más ajustada de cómo se relacionaban
los hombres y mujeres en el pasado. Quizás no podamos ofrecer una imagen global y
articulada, pero cabe tener en cuenta que tan importante es saber lo que fue, como lo que
no fue y, si algo no fueron las sociedades coloniales fue previsibles, rígidas, estáticas e
impermeables.

25 - Al hacer una caracterización de las sociedades coloniales prescindiendo del


enfoque clasificatorio (o estructural), aparece una imagen que nos remite a:

 sociedades multirraciales y multiculturales, en las que se daba una estrecha


comunicación y convivencia entre los diferentes grupos étnicos, aunque no en
un plano de igualdad.
 sociedades marcadamente jerarquizadas, con pervivencias de la mentalidad
estamental, en sus formas externas y en el sistema de valores “público”, pero
claramente influidas y condicionadas por la importancia adquirida por la riqueza
y la educación como vías de ascenso social y de acceso al poder político.
 sociedades profundamente marcadas por diferencias regionales tanto desde el
punto de vista medioambiental, étnico económico y cultural.
7

 sociedades notablemente dinámicas y cambiantes a lo largo del tiempo,


perfectamente acostumbradas a adaptarse o a modificar cualquier cambio que se
produjese en su entorno.
 sociedades que presentan múltiples líneas de fractura internas, que no sólo
diferencian a los grupos entre sí, sino que convierten a estos grupos en
colectivos heterogéneos que no presentan, necesariamente, unidad de actuación
y de intereses.
 sociedades que se encuentran marcadas por una doble relación de dominio: una
heredada del Antiguo Régimen, basada en las diferencias de cuna / sangre /
herencia (incluyendo la diferenciación racial) y otra, derivada de la conquista o
de la condición colonial. Con la Independencia desaparece ésta última,
perdurando la primera.

5. Los múltiples poderes


26 - Una visión flexible de las sociedades coloniales favorece, incluso lleva implícita,
una apertura de horizontes en el análisis del poder.

27 - Por un lado, es bien conocida la existencia de diferentes poderes coexistentes a lo


largo del Antiguo Régimen. 1La atención prestada al absolutismo ha ocultado la
pervivencia de entidades colectivas formalizadas e institucionalizadas, como pudieron
ser las comunidades territoriales, comunidades de trabajo, comunidades religiosas o
entidades comunales netamente políticas –como las Cortes, cuya influencia política y
económica frente al absolutismo se ha infravalorado hasta hace muy pocos años14.

28 - Por otro lado, cada vez es más difundida y aceptada la imagen de la Monarquía
Hispánica como sistema cuya práctica política se basaba en la negociación15. Podría
decirse, entonces, que 1si actualmente el rey reina pero no gobierna, en la Edad
Moderna el rey gobernaba, pero no necesariamente detentaba el poder.

29 - En la renovada historia política de la Edad Moderna, se ha producido un


espectacular cambio de imagen del Estado centralista al Estado pactista en el que la
sociedad civil, políticamente organizada conservó frente al rey, en fechas mucho mas
tardías de lo que se imaginaba, un verdadero poder de negociación16. 1La autoridad se
basaba en la existencia de una complicada maquinaria de pactos y reciprocidades que
funcionaban en múltiples direcciones e intensidades. En consecuencia, el monarca tenía
que ejercer el poder apoyándose en relaciones personales establecidas a su vez en
reciprocidades, compromisos y lealtades17.

30 - Ahora bien, tanto la multiplicidad de núcleos de poder como la consideración del


poder monárquico como un poder negociado, se refieren fundamentalmente al ámbito
político-institucional, es decir, contemplan las relaciones entre individuos o grupos
insertos en instituciones y en dinámicas esencialmente políticas y eventualmente
económicas. Sin embargo, conviene recordar 1la existencia de múltiples tipos de poder,
que se ejercen por vías o por mecanismos muy diferentes.

31 - Partiendo de una definición elemental del “poder”, es decir, entendiendo el poder


como la capacidad de influir en la vida y en los actos de los demás, constatamos que
8

 1º) no sólo se puede ejercer tal poder sin que medien, necesariamente, los
principios de autoridad, jerarquía e imposición, sino que, además,
 2º) existen varias clases de poder que operan conjunta o separadamente al poder
netamente político.

32 - El poder entendido como capacidad de acción permite una consideración no elitista


del mismo. Al no proceder inevitablemente del principio de autoridad, ni de una
posición dada por la fortuna o el estatuto jurídico, cualquier actor social tiene cierta
capacidad de acción independientemente de su posición. Este es el punto que nos
interesa destacar por su pertinencia en el análisis de los vínculos verticales.

33 - En relación a la diversidad de poderes existente, la importancia del poder


económico es de sobra conocida, por lo que no es necesario insistir en ella. El poder
ideológico ejercido a través de la Iglesia (llamado entonces poder espiritual) o, el
canalizado a través de la educación, la propaganda, etc. es asimismo conocido y objeto
de estudios desde la historia de las mentalidades. Otro tipo de poder sería el poder
social, a veces vinculado a la familia o al entorno cercano al individuo, un poder a
través del cual se inculca el sistema de valores de una sociedad, lo que “está bien” y
“está mal” sin que tales pautas de comportamiento procedan de normas escritas;
vinculado más bien a la costumbre, a las tradiciones, este tipo de poder supone un
conjunto de obligaciones que inciden directamente en el comportamiento individual y
colectivo.

34 - Por último, quisiera destacar la relevancia del poder afectivo, que viene siendo
objeto de interés para la historia de las sensibilidades; el afecto o el desafecto, las
empatías o antipatías, el amor -en todas sus modalidades- y el odio, etc.. son factores
irracionales, imprevisibles y en muchos casos incontrolables, que inciden en el
comportamiento de los seres humanos y que, de alguna forma, pueden ayudar a
comprender situaciones en apariencia incomprensibles. Creo que esta forma de incidir
en la vida y el comportamiento del otro, es decir, esta forma de ejercer el poder, resulta
especialmente pertinente en el análisis de los vínculos verticales.

35 - Todos estos tipos de poder existen y se ejercen a través de los vínculos sociales
generados gracias a la comunicación y mutua influencia entre los individuos que
conforman una sociedad. No serían posibles en una sociedad integrada por cuerpos
impermeables e individuos prisioneros en una jerarquía inmóvil.

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Bibliografía
Bibliografía citada

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Notas
1 Ponce Leiva, Pilar - Amadori, Arrigo; "Historiografía sobre élites en la América
Hispana: 1992-2005". Chronica Nova. Nº32. Granada 2006 (en prensa)
2 Bertrand, Michel; “Elites, parentesco y relaciones sociales en Nueva España”.
Tiempos de América. nº 3:4. Castellón. 1999; --- “Los métodos relacionales de las élites
hispanoamericanas coloniales: enfoques y posturas”. Anuario. IEHS. nº15. Tandil.
Argentina 2000; --- “¿Grupo, clase o red social? Herramientas y debates en torno a la
reconstrucción de los modelos de sociabilidad en las sociedades del Antiguo Régimen”,
en Marta Casaus Arzú – Manuel Pérez Ledesma (eds); Redes intelectuales y formación
de naciones en España y América Latina (1890-1940). Madrid. 2005. págs. 47-64
3 Imízcoz, José María; “Comunidad, red social y elites. Un análisis de la vertebración
social en el Antiguo Régimen”. En J.M Imízcoz (dir); Elites, poder y red social: las
élites del País Vasco y Navarra en la Edad Moderna. Univ. del País Vasco. Bilbao
1996; ---; “Introducción: Actores sociales y redes de relaciones: reflexiones para una
historia global”. En J.M. Imízcoz (dir.), Redes familiares y patronazgo. Aproximación
al entramado social del País Vasco y Navarra en el Antiguo Régimen (siglos XV-XIX),
Bilbao, Universidad del País Vasco, 2001 pág.25.
4 Imízcoz “Introducción…” 2001 pág.26
5 “Título de contador de Quito de Agustín de Mesa y Ayala". 1673 Archivo General de
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León”. 1679-1697 AGI QUITO 73
11

9 Sobre el papel de la “incertidumbre” en las trayectoria familiares y la imposibilidad de


controlar todos los aspectos considerados como elementos integrantes de una “estrategia
familiar”, véase Levi, Giovanni; La herencia inmaterial Madrid 1990 pág.62, 81-82
10 Zúñiga, Jean-Paul; “Clan, parentela, familia, individuo: métodos y niveles de
análisis”. Anuario. IEHS. nº15. Tandil. Argentina 2000
11 Guerra, Françóis-Xavier; “El análisis de los grupos sociales: balance historiográfico
y debate crítico”. Anuario. IEHS. nº15. Tandil. Argentina 2000 pág.119
12 Acosta, Antonio; “Las redes sociales, el poder y sus fundamentos”. Anuario. IEHS.
nº15. Tandil. Argentina 2000 pág.171
13 Imízcoz, José María “Actores, redes, procesos: reflexiones para una historia más
global”. En Revista da Facultade de Letras- História, III Série, volume 5, Porto
(Portugal), 2004 (en prensa) pág.5 (Disponible en http://
www.ehu.es/grupoimizcoz/jmimizcoz.htm
14 Imizcoz; “Comunidad, red social y elites…1996 pág19. Dedieu, Jean Pierre;
“Procesos y redes. La Historia de las instituciones administrativas de la época
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Estudios de Historia institucional en la Edad Moderna. Barcelona-Madrid 2000
15 Guerra, François-Xavier; “Políticas sacadas de las Sagradas Escrituras. La referencia
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Élites intelectuales y modelos colectivos. Mundo ibérico (siglos XVI- XX). Madrid 2002
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16 Dedieu, Jean Pierre; “Procesos y redes …” pág.19
17 Pérez Herrero, Pedro; La América colonial (1492-1763): política y sociedad. Madrid
2002 pág.132

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Para citar este artículo


Referencia electrónica

Pilar Ponce Leiva, « Versatilidad social y poderes múltiples en la América colonial »,


Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En línea], Coloquios, Puesto en línea el 05 enero 2007,
consultado el 06 febrero 2013. URL : http://nuevomundo.revues.org/3231 ; DOI :
10.4000/nuevomundo.3231

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Autor
Pilar Ponce Leiva

Universidad Complutense. Madrid

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