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BOSQUEJO SINTÉTICO DE 2 TIMOTEO

I. Introducción 1:1-14
A. Saludos iniciales 1:1-2
B. La fe de Timoteo 1:3-7
C. Instrucción de Pablo a Timoteo 1:8-14
II. Instrucciones sobre la perseverancia 1:15-2:13
A. La apostasía de los creyentes de Asia 1:15-18
B. Instrucción sobre la perseverancia 2:1-7
C. Sufrimientos de Pablo 2:8-13
III. Instrucciones varias 2:14-26
A. Instrucciones sobre las conversaciones 2:14-19
B. Alegoría de los instrumentos 2:20-22
C. Instrucciones morales 2:23-26
IV. Instrucciones referentes a las Escrituras 3:1-4:8
A. Advertencias sobre los falsos maestros 3:1-9
B. La sana doctrina 3:10-17
C. Instrucciones sobre la predicación 4:1-5
V. Palabras finales 4:6-22
A. Pablo ha cumplido su misión 4:6-8
B. Instrucciones finales 4:9-18
C. Saludos finales 4:19-22
BOSQUEJO SINTÉTICO DE LA PERÍCOPA
I. Instrucción a Timoteo: persiste en lo que has aprendido
II. Razones para persistir
A. La Escritura conduce a Salvación (3:15)
1. La salvación que es por la fe en Jesucristo
2. Esta fe proviene del oír la Palabra de Dios (Romanos 10.17)
B. La Escritura es inspirada (3:16a)
1. Los profetas hablaron siendo inspirados por Dios (2 Pedro 1:20-21)
2. Los profetas hablaron en nombre del Señor
a. Los falsos profetas fueron condenados (Jeremías 28)
C. La Escritura es útil: Nos capacita plenamente para toda buena obra (3:16b-17)
1. Para enseñar
2. Para redargüir
3. Para corregir
4. Para instruir en justicia
5. Para perfeccionar
ELEMENTOS CLAVE DE 2 TIMOTEO
Género: Epistolar
Autor: Se reconoce como autor al apóstol Pablo (1:1). Se dice que da gracias a Dios cada vez que
recuerda a Timoteo, su hijo amado (1:3) y que tiene el deseo de verle (1:4). El apóstol reconoce su
llamamiento a ser predicador, maestro y enviado a los gentiles (1:11). Así también, se reconoce
como preso por la causa de Cristo (1:8); y, debido a las persecuciones por el evangelio, Pablo
informa que ha sido abandonado (1:15; 4:10) y que sólo Lucas ha permanecido con él (4:11). Por
otra parte, el apóstol reconoce la cercanía de su muerte (4:6-8), por lo que esta epístola parece ser
muy personal.
Receptor: El receptor de la epístola es Timoteo, quien es reconocido como hijo amado de Pablo
(1:2). Pablo informa que Timoteo ha seguido la doctrina apostólica (3:10). Además, se habla de la
fe no fingida que Timoteo heredó de su abuela y su madre (1:5) e incluye más adelante que Timoteo
a aprendido las Escrituras desde pequeño (3:15). Quizás Timoteo había comenzado a desertar su
ministerio de enseñanza por temor a los demás, y por eso Pablo le aconseja avivar el fuego del don
de Dios (1:6). Timoteo era un hombre joven, quizás 30 años, por eso Pablo le exhorta a huir de los
deseos juveniles (2:22).
Ocasión: Pablo está encarcelado y pronto irá a morir. Ha visto la deserción de distintos ministros y
las falsas enseñanzas de algunos maestros.
Fecha probable: 67 d.C.
Propósito: Dar las últimas instrucciones a Timoteo, para que este continúe con el ministerio
Entre las distintas instrucciones que el apóstol Pablo da a Timoteo, le informa sobre la apostasía de
algunos creyentes de la iglesia, y las enseñanzas de los falsos maestros, incluyendo sus
características. En base a esto, Pablo exhorta a Timoteo a perseverar en la fe y en la sana doctrina.
Le recuerda a Timoteo de su fe y su conocimiento de las escrituras –las que han sido inspiradas por
Dios– para que este persista en la verdad. Pablo encarga a Timoteo que predice la palabra en todo
momento. Le informa que él ya está pronto a morir, por lo que sería Timoteo quien continúe con la
obra.
SINTAXIS
Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste. La conjunción –pero es empleada
para contraponer la oración anterior. En la cual, el autor escribe respecto a “los malos hombres”. De
estos se dice que engañarán y serán engañados. Por esta razón Pablo ordena a Timoteo que persista
en la verdad. Una paráfrasis al texto podría ser: los malos hombres engañarán a otros y serán
engañados ellos mismos, pero tú, persiste en la verdad. Ahora, el pronombre –tú es utilizado en
referencia a Timoteo. Esto se deduce porque Timoteo es el receptor de la epístola, y porque según el
contexto lógico-gramatical el receptor de estos imperativos también es Timoteo.
El verbo –persistir se encuentra en un tiempo presente continuo, es decir, Pablo dice a Timoteo
que persista constantemente en lo que ha aprendido. En el español, el verbo significa mantenerse
firme o constante en algo. En relación al contexto, en el cual también se advierte de la apostasía de
los últimos tiempos, Pablo exhorta a Timoteo a mantenerse firme en la verdad que ha aprendido.
Debido al contexto lógico se entiende que Pablo advierte a Timoteo de hombres malos que
engañarán. Sin embargo, Timoteo debe permanecer firme en la verdad y no ser engañado. El verbo
griego meno traducido como persistir, significa también perseverar, no retroceder y persistir. Por lo
cual, lo que Pablo dice a Timoteo es que persevere en la verdad; que persista en lo que ha
aprendido; que no se deje influenciar por estos hombres engañadores.
El verbo –aprender, en esta ocasión, se encuentra en un tiempo pasado; es decir, que la acción ya
fue hecha. Este verbo lleva la idea de adquirir conocimiento, e instruirse. Por lo cual, al estar en este
tiempo verbal, el verbo indica que el conocimiento ya fue adquirido con anterioridad. En el griego,
marthano lleva el sentido de aumentar el conocimiento o crecer en conocimiento. Según W.E. Vine
“frecuentemente [lleva la idea de] aprender por investigación”1. Sin embargo, en este contexto se
emplea en el sentido de aprender por uso y costumbre. Pablo ordena a Timoteo a permanecer en la
verdad que ha aprendido por costumbre.
El verbo –persuadir, igualmente en tiempo pasado, en el español significa mover a alguien con
razones a creer o hacer algo. En este sentido, se entiende que Timoteo fue movido por la costumbre
aprendida para cambiar su forma de actuar. Al llevar la conjunción –y, se entiende que Timoteo no
solo debe perseverar en lo que ha aprendido, sino que también debe perseverar en lo que fue
persuadido. Es en esa verdad, la que fue aprendida, que Timoteo debe permanecer. En el griego,
pistoo lleva una idea completamente distinta. El verbo literalmente significa confiar o dar
certidumbre. En voz pasiva, como lo es en esta ocasión, su significado es “estar seguro de”. Otras
traducciones emplean el sentido real del verbo al traducir la oración como: “sabes que es verdad”
(NTV, TLA). La oración más bien debe traducirse: “persevera en lo que has aprendido y aceptaste
con fe”. Por lo cual, el sentido de la oración no se refiere a lo que persuadió en algún momento a
Timoteo, sino en lo que el confió al momento de aprender.
Sabiendo de quién has aprendido. El verbo en la oración es el gerundio de –saber. Este verbo
literalmente significa conocer algo; sin embargo, en este contexto, se aplica al sentido de tener en
cuenta algo. En el griego, se emplea el verbo oida, el cual significa conocer mediante percepción o
conocer por observación. Una traducción más acertada al texto debería ser. “sabes de quien has
aprendido”. Es un argumento para que Timoteo permanezca en la verdad. Él sabe de quién
aprendió, y es por eso que debe permanecer en esa enseñanza.

1
W.E. Vine, Diccionario expositivo del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo, s.v. “aprender”
El vocablo –quién hace referencia a una persona. Esta, implícitamente genera una pregunta: ¿de
quién aprendió Timoteo? Probablemente aprendió de su abuela y su madre, las cuales eran mujeres
de fe (1 Timoteo 1:5). Sin embargo, lo más probable es que haya aprendido del mismo apóstol
Pablo, quien fue su instructor en cuanto a la doctrina apostólica. Por lo cual, cuando el autor dice
“sabiendo de quien has aprendido”, implícitamente dice al receptor “sabes que de mí has
aprendido”.
Por último, el verbo aprendido es el mismo utilizado en la oración anterior. Lo que Pablo hace es
apelar a la conciencia de Timoteo para decirle: persevera en lo que aprendiste, sabes que de mí
recibiste esa enseñanza. Lo que implícitamente indica el texto es que Pablo fue quien enseñó a
Timoteo por medio de la costumbre. Debe entenderse el método de enseñanza de aquel tiempo, el
cual consistía justamente en formar hábitos en sus estudiantes.
Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras. La conjunción –y, introduce otro
argumento por el cual Timoteo debe persistir en la enseñanza. El argumento es que desde la niñez
conoce las Sagradas Escrituras. De algún modo, Pablo dice a Timoteo: conoces la verdad desde
niño, por ende, persevera en esa verdad; no te permitas ser engañado. Por otra parte, la preposición
–desde, indica el tiempo desde el cual el receptor conoce las Sagradas Escrituras. El tiempo es:
desde la niñez. Esta última palabra (niñez) en nuestro idioma se refiere a la etapa que cubre 6 a 10
años. El griego, a la verdad, no es muy distinto. El vocablo que se emplea es brefos, y se puede
referir tanto a un niño pequeño como a un lactante. A.T. Robertson especifica que se refiere a la
“enseñanza desde el quinto año, que cubría todos los recuerdos de Timoteo”.2 Otro comentarista
indica que “por lo menos en los hogares de los piadosos judíos palestinos, a los jovencitos se les
instruía en las ‘Sagradas Escrituras’ desde la edad de los cinco años. [Incluso] otros pueblos se
asombraban de lo bien instruidos que estaban los niños judíos en las tradiciones de sus
antepasados”.3 Por lo tanto, se entiende que brefos indica que Timoteo conoce las Escrituras desde
los cinco años en adelante, edad en la cual comenzó a ser instruido en las mismas Escrituras.
Por otra parte, la porción has sabido constituye el verbo en la oración. Al igual que en la oración
anterior, el verbo –saber significa adquirir conocimiento. Este verbo se encuentra acompañado con
el vocablo –has, el cual proviene del verbo –haber. En simples palabras, lo que esta oración quiere
decir es que Timoteo adquirió conocimiento de las Escrituras desde los cinco años. El verbo griego
que se emplea en esta ocasión para –saber, es exactamente el mismo que se tradujo en la oración
anterior como –sabiendo. Sin embargo, en esta ocasión, el verbo indica que Timoteo conoce las
Escrituras desde que era un niño hasta el presente. El sentido que se da a la oración respecto a su
contexto es indicar a Timoteo que fue enseñado en las Escrituras desde que tiene conciencia;
primero por su madre, y después por el mismo Pablo.
El articulo –las, en referencia a las Sagradas Escrituras, representa en qué fue enseñado Timoteo.
El conocimiento de Timoteo no es respecto a filosofía ni palabra, sino es sobre las Sagradas
Escrituras. El sustantivo empleado en referencia a escrituras es el griego grammata. Este, tanto en el
griego como en el español se refiere a un documento escrito. Sin embargo, la connotación de que
estas escrituras sean sagradas da algo especial a dichos documentos. En el español, algo sagrado es

2
A.T. Robertson, Imágenes verbales en el Nuevo Testamento – Tomo 4 (Terrassa, Barcelona: Editorial Clie,
1984), pág. 821
3
Craig S.Keener, Comentario del contexto cultural de la Biblia – Nuevo Testamento, (El paso, Texas:
Editorial Mundo Hispano, 2003), pág.623
algo digno de veneración por su carácter divino. Esto da a entender que las Escrituras Sagradas son
aquellos escritos dignos de veneración por su relación con lo divino. Por otra parte, el término
griego que se emplea para esto es jieros. A diferencia del español, este término denota algo
consagrado a Dios. En otras ocasiones este sustantivo se traduce como –santo. Por lo que el texto
también puede traducirse como las Escrituras Santas. El sentido en el cual se emplea este sustantivo
es para hacer una clara diferencia en la literatura judía. Sirve para diferenciar entre los escritos
inspirados de la literatura común.
Las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. El
conector “las cuales”, es un eslabón entre la oración anterior con la presente. Este se emplea en
referencia a las Sagradas Escrituras. Junto con el verbo –poder, presentado en tiempo presente y en
plural, indican que son las Escrituras Santas las que pueden hacer sabio para la salvación.
Este verbo –poder– aparentemente señala que las Escrituras tienen la posibilidad de hacer sabio,
como lo es en la oración “puede que sí”. Sin embargo, el significado del verbo –poder no es dar una
posibilidad. Más bien, este verbo significa tener una expedita facultad o potencia para hacer algo.
Por ende, la oración no indica que las Escrituras tengan la posibilidad de hacer sabio, sino que
tienen el poder para hacer sabio. En el texto griego se emplea el verbo dunamis, el cual literalmente
se traduce como poder y fuerza. El sentido en el que se emplea es para denotar el poder inherente de
las Escrituras para hacer sabio para la salvación. Por lo cual, se entiende que las Escrituras, de
forma innata, tienen el poder de hacer sabio.
El segundo verbo en la oración es –hacer. Este lleva el sentido de producir algo, es decir, el
producto de las Escrituras es hacer sabio para la salvación. Otro sentido del verbo es realizar una
acción. De algún modo responde a la pregunta “¿qué hacen las Escrituras?”; la respuesta es obvia:
hacen sabio para la salvación. Se debe reconocer que en el texto griego no se encuentra este verbo,
sino que está en conjunto con el sustantivo –sabio. El sentido en el que se emplea este sustantivo en
el griego, lleva el sentido de hacer sabio. Para esto, se emplea el adjetivo sophos, traducido como
sabiduría. El sentido del griego es el mismo que RVR emplea en su traducción. Las escrituras tienen
el poder de hacer sabio para salvación.
Se entiende de igual manera que las Escrituras no tienen el poder misterioso de hacer sabio.
Muchos judíos leyeron por años los libros sagrados sin ser conducidos a la salvación. Por ende, se
entiende que leer las Escrituras no conducen a salvación misteriosamente. Robertson indica: “el uso
de las Escrituras no era mágico, pero si valioso cuando se empleaba ‘por medio de la fe que es en
Cristo Jesús’”.4
El autor, al emplear la preposición –para, indica el propósito de esta sabiduría. No es una
sabiduría humana que meramente produce conocimiento, sino que es una sabiduría celestial que
conduce a salvación. Respecto al sustantivo salvación, en el español puede tener la connotación de
una consecución de la gloria y bienaventuranza eterna. Un sentido similar es el del griego soteria, el
cual denota salvación, preservación y liberación. En este contexto, soteria se utiliza para denotar la
salvación escatológica. Por lo cual, el sentido de la oración es que las Escrituras tienen el poder de
conducir a salvación eterna, siempre y cuando se asimilen con fe en Jesucristo.

4
Robertson, 822
Pablo, al decir la salvación es por la fe, indica cual es el único camino hacia la salvación: la fe
que es en Cristo Jesús. La conjunción –que, aparentemente indica que hay otro tipo de fe que no es
en Cristo Jesús, probablemente la fe en las propias obras. Sin embargo, Pablo clarifica que la
salvación es únicamente por la fe que es en Cristo. En el español, la palabra –fe se refiere al
conjunto de creencias pertenecientes a una religión. Sin embargo, el griego pistis se refiere a una
firme impresión, y una convicción basada en el oído. En este sentido, pistis se emplea para la
profunda convicción y eterna confianza en el evangelio de Jesucristo. Es una fe que viene del oír la
palabra de Dios; una profunda confianza en el sacrificio de Jesús; una fe que produce justificación.
El incluir la conjunción –que, acompañada con el sustantivo –es y la preposición –en, el apóstol
especifica en quien está basada esta profunda confianza. Esta confianza debe estar basada en Cristo
Jesús. El apóstol Pablo, al agregar el título christos, especifica a qué Jesús se refiere. Con esto da a
entender que no habla de cualquier Jesús, sino de Jesús el Mesías esperado.
En conclusión, esta oración indica que las Sagradas Escrituras tienen el poder innato para hacer
al hombre sabio; no con una sabiduría humana que trae consigo el conocimiento, sino una sabiduría
celestial que conduce a salvación. Sin embargo, esta salvación producto de las Escrituras no es algo
místico en ellas, sino que es el producto de la fe que hay en Cristo Jesús. De esta manera, las
Escrituras producen fe y al ser comprendidas con esta fe en Cristo, el hombre se conduce a
salvación.
Toda la Escritura es inspirada por Dios. La oración emplea el verbo copulativo –ser en un
tiempo presente. Este verbo es empleado para atribuir al sujeto de la oración alguna cualidad, por lo
que es necesario conocer el sujeto para saber qué es lo que se dice de él. El sujeto en esta oración es
toda la Escritura.
El apóstol Pablo, al referirse a las Escrituras, probablemente pensaba en la LXX. Por lo cual,
cuando se dice que toda la Escritura es inspirada por Dios, es muy probable que con escritura el
autor se refiera a la Septuaginta. El problema que surge con esto es que la versión griega contiene
libros apócrifos. Por lo tanto, cuando se traduce que toda la Escritura es inspirada por Dios, en
referencia a la versión de los setenta, también se dice que los libros apócrifos incluidos en ella son
inspirados por Dios; pues, al decir toda la Escritura, irremediablemente se incluyen todos los libros
de LXX. Aun así, el sustantivo escritura, según el contexto, se refiere a las Sagradas Escrituras. Por
lo tanto, el autor no se refiere a la LXX cuando dice “toda la Escritura”, sino que se refiere a los
Libros Sagrados de la literatura judía (Tanakh); es decir, Pablo se refiere a toda la Escritura
inspirada por Dios.
Después de reconocer el verbo y el sujeto en la oración, es necesario conocer qué se dice del
sujeto. El resto de la oración indica que toda la Escritura es inspirada por Dios, lo cual constituye el
predicado en la oración. El adjetivo que RVR60 emplea en referencia a las Escrituras es –inspirado.
Este lleva el sentido de que Dios inspiró las Sagradas Escrituras, es decir, dio las instrucciones y los
temas en la composición de las Escrituras. El vocablo griego empleado en referencia a la
inspiración de las Escrituras es Theopneustos, el cual literalmente significa “respirado por Dios”. En
el español, el sustantivo inspirado lleva el sentido de inhalar, lo cual no es claro. Sin embargo, el
griego da un sentido diferente. Al decir que toda la Escritura es respirada por Dios, lleva más bien el
sentido de ser exhalada por Dios; es decir, toda la Escritura proviene de la misma boca de Dios, de
su interior. Según W.E. Vine: “theopneustos se usa en Ti. 3.16, de las Escrituras en contraste a
escritos no inspirados”.5 Otro autor concuerda con esta opinión al decir que “theopneustos se halla
en posición atributiva. Se refiere a pasa graphé: Toda Escritura inspirada por (El Espíritu de) Dios
es también provechosa”.6
Toda la Escritura es útil para enseñar. Al igual que en la oración anterior y en las siguientes,
el sustantivo -escritura se refiere a los Escritos Sagrados que los judíos consideraban inspirados por
Dios. Nuevamente se emplea el verbo –ser en referencia a la Escritura. Sin embargo, en esta
ocasión, se dice de ella que es útil para enseñar. El adjetivo –útil en el español se refiere a algo que
trae provecho o que es provechoso. Por lo cual, al decir que la Escritura es útil, para enseñar, el
autor dice que la Escritura es provechosa en cuanto a la enseñanza. En el griego se emplea el
sustantivo ophelimos, el cual comúnmente es traducido como provechoso. Por ende, se entiende que
toda la Escritura es provechosa, útil o beneficiosa para enseñar.
Por otro lado, el verbo –enseñanza puede tener dos connotaciones: en primer lugar, se emplea
para el acto de dar advertencia o ejemplo que sirva de experiencia y guía para obrar en lo sucesivo;
en segundo lugar, se utiliza para la acción de instruir, doctrinar o amaestrar con reglas o preceptos.
Entonces, cuando se dice que la Escritura es útil para enseñar, se dice que esta es beneficiosa en
cuanto a la instrucción doctrinal. La pregunta que surge de esto es: para enseñar qué. Según el
contexto de la carta, Pablo exhorta a Timoteo a que permanezca en la doctrina apostólica, pues es
esta doctrina en la que Timoteo fue instruido; es decir, la doctrina que se encuentra en los Escritos
Sagrados y que conduce a salvación. Por lo cual, se entiende que la Escritura es provechosa en
cuanto a la enseñanza apostólica.
Toda la Escritura es útil para redargüir. La segunda característica que el autor atribuye a la
Escritura es que es útil para redargüir. Al igual que en la oración anterior y siguientes, el adjetivo –
útil se emplea para decir que la Escritura es “beneficiosa para”, es decir, que produce buenos frutos.
En este caso, el traductor emplea el verbo –redargüir, el cual literalmente significa: convertir el
argumento contra quien lo hace. Por lo tanto, en primer lugar, se entiende que la Escritura es útil
para refutar las enseñanzas que falsos maestros introducen en la iglesia; y, en segundo lugar, se
entiende que la Escritura es útil para contradecir las falsas enseñanzas que uno mismo preconcibe
respecto a las Escrituras. En fin, la Escritura es provechosa para objetar a los falsos maestros.
El texto griego emplea el verbo elegmos. En la LXX, este verbo lleva el sentido de convencer de
pecado. Sin embargo, en esta ocasión se emplea por el sentido de una reprensión. Este significado
cambia completamente el sentido empleado por RVR de redargüir, pues el griego se refiere a un
regaño, una lección o un reproche. Aun así, es comprensible la traducción que Valera hace, pues
esta reprensión puede ser interpretada como una refutación de lo incorrecto. Incluso, el significado
de reprimir, en el español, es corregir desaprobando lo que se ha dicho. Por lo cual, esta corrección,
puede ser interpretada como una reprensión de lo que se dice, y una reprensión de lo que se hace.
Toda la Escritura es útil para corregir. La tercera característica que Pablo atribuye a la
Escritura es que es útil para corregir. En otras palabras, el autor dice que la Escritura es útil para
enderezar lo torcido o enmendar lo errado. Debido al contexto, se entiende que la Escritura es útil
para refutar a falsos maestros y sus enseñanzas; pero no solo eso, la escritura también es útil para

5
Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo, W.E. Vine, s.v.
“inspirar”.
6
Diccionario exegético del Nuevo Testamento I, Horts Balz, Gerhard Schneider eds., s.v. “theopneustos”
enderezar a estos falsos maestros junto con sus enseñanzas. Así también, se entiende que la
Escritura es útil para enderezar nuestras propias percepciones cuando están torcidas. Por lo cual, la
Escritura no simplemente nos reprende, sino que también lo corrige. En el griego, se emplea el
verbo epanortosis, el cual literalmente significa una restauración a un estado recto o correcto. El
sentido en el que se emplea es para corregir la vida, volviéndola recta en cuanto a la enseñanza
bíblica.
Toda la Escritura es útil para instruir en justicia. La cuarta y última característica es la
instrucción en justicia. En el español el verbo –instruir es sinónimo de enseñar. Por lo que esta
traducción da a entender que la Escritura es útil para enseñar en justicia. Otras traducciones, sin
embargo, traducen el texto como preparar y capacitar (NTV). El sentido prácticamente es el mismo
de enseñar, se refiere a dar instrucción respecto a lo que es justo. El griego emplea el verbo
Paideuo, que en otras ocasiones es traducido como disciplinar y castigar. En esta ocasión el verbo
se emplea para denotar la enseñanza. Por lo cual se entiende que toda Escritura es útil para educar
en justicia.
Según la lengua española, el sustantivo justicia se refiere a una virtud en la cual se da a cada
individuo lo que corresponde. En otras palabras, el español da a –justicia el sentido de equidad, es
decir, una igualdad. Sin embargo, el sustantivo más bien se refiere a lo que es justo en cuanto a
moralidad. El verbo en el griego es dikaiosune, el cual Pablo mayormente emplea para denotar la
justificación de Dios, pero en este caso se refiere al obrar recto. La Biblia NTV da en este sentido
pues traduce el texto como: “preparar y capacitar [al pueblo de Dios] para que haga toda buena
obra”.
Se destaca en todas estas características una secuencia. En primer lugar, la Escritura es útil para
enseñar; al enseñar, la Escritura reprende al hombre; al reprender al hombre, lo corrige; al
corregirlo, lo instruye para que obre bien. Keener especifica que: “estos términos caracterizaban
especialmente a la educación griega”.7
A fin de que el hombre de Dios sea perfecto. La conjunción a fin de lleva la idea de mostrar el
efecto de la causa anterior, es decir, el efecto de la instrucción en justicia es que el hombre de Dios
sea perfecto. La conjunción fácilmente puede ser reemplazada por la conjunción con el propósito
de, pues el propósito de la instrucción bíblica que perfeccionar al hombre de Dios. La frase hombre
de Dios era empleada en el AT para referirse a un profeta. Sin embargo, en el NT la frase hace
alusión a una persona cuya vida y conducta representan la mente de Dios.
La oración emplea el sustantivo –perfecto en referencia al hombre de Dios. El propósito de las
Escrituras es que el hombre de Dios sea perfecto. Este sustantivo es empleado para denotar el
mayor grado posible de bondad o excelencia. Entre sus sinónimos se encuentra: intachable,
irreprensible, irreprochable e impecable. Se refiere a alguien que no tiene defecto alguno. El griego
emplea la palabra artios, el cual significa ajustado y completo. En este sentido se emplea a un
hombre capaz de satisfacer todo tipo de demandas, especialmente las demandas de Dios.
Probablemente se refiere a la justicia que Dios demanda del hombre. Las Escrituras son útiles para
instruir en justicia a fin de que el hombre de Dios sea perfecto en las demandas de Dios. En otras
palabras, la instrucción bíblica tiene como propósito que el hombre que representa a Dios sea capaz
de satisfacer las demandas de Dios.

7
Keener, pág. 623
A fin de que el hombre de Dios sea enteramente preparado para toda buena obra.
Nuevamente se emplea la conjunción a fin de que con el mismo sentido que la oración anterior. De
igual manera, se emplea la expresión hombre de Dios para referirse a los hombres que representan a
Dios en vida y en carácter. Sin embargo, en esta ocasión, el autor indica que el segundo propósito
de la Escritura es que el hombre de Dios sea enteramente preparado para toda buena obra.
En el griego, la frase “enteramente preparado” constituye una sola palabra, esta es:
exartisuenos, la cual proviene del vocablo exartizo. Una de las traducciones que se da a esta palabra
es cumplir, y se usa comúnmente para hablar del paso de los días (p.ej. cumplidos 3 días…). En esta
ocasión en verbo se emplea en el sentido de completar para un propósito especial; también puede
significar “preparar perfectamente”. Justamente este es el sentido que el español da a esta frase;
pues en conjunto, la frase “enteramente preparado” significa plenamente dispuesto con un
propósito.
La preposición –para denota la finalidad de anteriormente dicho, es decir, la finalidad de estar
enteramente preparado es para toda buena obra. En otras palabras, se es preparado para toda buena
obra. En el español, la frase buena obra puede ser interpretada como una obra de caridad, es decir,
una obra que se hace en bien del prójimo. El mismo sentido denota el griego al momento de hablar
de buenas obras. Se refiere a hacer el bien por otros. Aun así, buena obra podría ser interpretada
como toda obra que glorifica el nombre del Señor. Por lo cual, el primer propósito de la instrucción
bíblica es que el hombre de Dios sea capaz de satisfacer las demandas divinas; y su segundo
propósito es capacitar al hombre de Dios para que realice toda obra en bien de Dios y los hombres.
REDACCIÓN SERMÓN SERMON #6
Uno de los espíritus que destacó a Martín Lutero durante los inicios de la reforma protestante fue
la perseverancia. En la dieta de Worms (1521), se le solicitó a Lutero retractarse de sus escritos,
entre los cuales se encontraban 45 de sus 95 tesis. A lo cual respondió:
A menos que yo estoy convencido por el testimonio de las Escrituras o por razón clara,
me veo obligado por las Escrituras que yo he citado y mi conciencia es cautiva de la
Palabra de Dios. No puedo y no voy a retractarme en nada, ya que no es ni seguro ni
justo ir en contra de la conciencia. Que Dios me ayude. Amén
Lutero perseveró, permaneció firme en sus convicciones. No porque él las creyera, ni porque
eran sus escritos, sino porque su conciencia era cautiva de la Palabra de Dios. El mismo espíritu que
condujo a Lutero debe ser el espíritu que conduce a la iglesia del siglo XXI. Si bien hoy no vivimos
una reforma como en los tiempos de Lutero, nuestra misión es persistir en lo que la Biblia dice.
En su primera epístola a Timoteo, Pablo advierte que “en los postreros tiempos algunos
apostatarán de la fe” (4:1). En su segunda epístola, indica que “vendrá tiempo cuando no sufrirán la
sana doctrina; sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias
concupiscencias” (4.3). Asimismo, en el capítulo tres, advierte de hombres que engañando serán
engañados (3:15). Bajo este contexto, el apóstol Pablo le ordena a Timoteo: “pero persiste tú en lo
que has aprendido y te persuadiste”. En su primera epístola, el apóstol habla a Timoteo con las
mismas palabras: “persiste en ello” (2 Timoteo 4:16), en referencia a la lectura, la exhortación y la
enseñanza. Sin embargo, en esta ocasión, Pablo insiste que persevere en lo que ha aprendido. En
otras palabras: “persevera Timoteo, no te dejes influenciar por estos hombres”.
Veo la necesidad en la iglesia del siglo XXI de permanecer en lasaña doctrina. Lentamente se ha
introducido una serie de enseñanzas erróneas en cuanto a las Escrituras. Doctrinas neo-
pentecostales como lo es el “proclámalo”, “recíbelo”, “átalo” y “desátalo”, que provienen de una
errónea interpretación de la Biblia, poco a poco son introducidos en la iglesia. Así también, el mal
llamado “evangelio” de la prosperidad cada día tiene más seguidores. Son hombres que engañan al
pueblo de Dios y al mismo tiempo son engañados. Ante estas enseñanzas es que no debemos
dejarnos influenciar.
El apóstol Pablo exhorta a Timoteo a que persista en lo que aprendió. Primero, en su hogar; y
segundo, del mismo apóstol Pablo. ¿Por qué Pablo exhorta a Timoteo a persistir en lo que aprendió?
¿Por qué nosotros debemos persistir en la sana doctrina? En esta porción bíblica Pablo da tres
razones por las cuales debemos permanecer en las Escrituras:
I. La Escritura conduce a salvación:
La primera razón por la que Pablo nos exhorta a permanecer en su conocimiento de las
Escrituras, es porque estas conducen a salvación. Dice el verso 15 respecto a las Escrituras: “las
cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús”. Las doctrinas
erróneas no pueden conducir a salvación. Ejemplo de esto lo vemos en la misma reforma
protestante. El catolicismo romano tenía como pensamiento la compra de indulgencias para obtener
la salvación. Usted podría haber el peor de todos los pecadores; pero, si compraba su indulgencia,
su salvación estaba asegurada. Lo mismo vemos en el judaísmo neo-testamentario, en el cual se
creía que la salvación era por obras. Ambas doctrinas decían conducir a salvación. Sin embargo, la
Escritura es clara en decir “el justo por la fe vivirá” (Romanos 1:17). Es así como las doctrinas
erróneas no conducen a la verdadera salvación.
Por otra parte, el Escrito Sagrado tiene el poder de conducir a la salvación que hay en Jesucristo.
Sin embargo, este no es un poder místico, como si la lectura de la Palabra nos hiciera salvos.
Ejemplo de ello tenemos con los judíos contemporáneos de Jesucristo. Quienes, por cientos de años,
aplicaron la ley y estudiaron a los profetas; y, a pesar de que estos hablan de Cristo, no creyeron que
Jesús fuera el Mesías. Hoy en día sucede lo mismo con otras religiones. De la misma manera, los
testigos de Jehová están mucho más capacitados e informados en Biblia que muchos pentecostales;
y, aun así, no pueden creer que en la divinidad de Jesucristo. En ambos casos existe un extenso
conocimiento en cuanto a las Escrituras, y en ambos no existe una verdadera salvación.
La Escritura habla al respecto cuando Jesús dice a los judíos: “Ustedes estudian las Escrituras
con mucho cuidado porque piensan que las Escrituras les darán vida eterna, pues esas mismas
Escrituras son las que dan testimonio de mí. Pero ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida”
(Juan 5:39-40 PDT). En cierto sentido, la Biblia conduce a salvación. No da vida eterna, pero si
conduce a ella. Jesús es claro en decir cómo la Escritura conduce a salvación, él dice: Las Escrituras
son las que dan testimonio de mí. Las Escrituras conducen a salvación porque dan testimonio de
Jesucristo, nuestro Salvador. Por esta razón Pablo dice a Timoteo que las Escrituras pueden hacer
sabio para la salvación que es por la fe que es en Cristo Jesús”.
Por lo tanto, se entiende que las Escrituras conducen a salvación siempre y cuando sean
entendidas por la fe que es en Cristo Jesús. Justamente este es el problema de los judíos de aquel
tiempo, no tuvieron fe en Jesús. El mismo problema afecta a las sectas de nuestros días, no tienen fe
en Jesucristo. Es imposible comprender las Escrituras y ser conducido a salvación si estas no son
comprendidas con fe. El apóstol Pablo escribe de esto a los romanos, cuando dice: “así que la fe es
por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios” (Romanos 10:17). Así como la Escritura no puede ser
comprendida con fe, la fe no puede ser producida sin las Escrituras. Por esta razón es necesario
permanecer en lo que la Biblia verdaderamente dice; pues, solo así, el hombre es conducido a la fe
que es en Cristo Jesús.
II. La Escritura es la Palabra de Dios:
La segunda razón por la que debemos persistir en lo que las Escrituras dicen, es porque la
Escritura misma es la Palabra de Dios. Pablo dice: “toda la Escritura es inspirada por Dios”. Pedro
concuerda y dice: “los santos hombres de Dios [es decir, los profetas] hablaron siendo inspirados
por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:21). Ambos apóstoles concuerdan en que el autor principal de la
Escritura es Dios. La Biblia es la Palabra de Dios. Constantemente el Nuevo Testamento se refiere
al Antiguo con este título. Por ejemplo: “no somos como muchos, que medran falsificando la
Palabra de Dios” (2 Corintios 2:17); “porque la palabra de Dios es viva y eficaz” (Hebreos 4:12);
“la Palabra de Dios permanece en vosotros” (1 Juan 2:14). Por lo tanto, la razón por la que
debemos persistir en lo que las Escrituras dicen es porque la Escritura contiene las palabras de Dios.
Los judíos contemporáneos de Jesucristo parecieron no percibir este mensaje. Si bien
consideraban la Escritura como Palabra de Dios, por sobre la Escritura ponían la tradición. De
modo que para ellos era más importante guardar la tradición, que las palabras de Dios. Ejemplo
vemos en el evangelio según Mateo, cuando escribas y fariseos preguntaron a Jesús porqué sus
discípulos no vivían conforme a la tradición.
Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está
escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano
me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el
mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres (…) bien invalidáis el
mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición (Marcos 7:6-9)
El mismo ejemplo vemos en el catolicismo romano, el cual pone sus tradiciones por sobre las
Escrituras. Y qué decir de lo que el papa diga. Puede que sea la enseñanza más alocada, pero si lo
dijo el papa es palabra de Dios. Y, los evangélicos, no tenemos mucho de qué jactarnos, porque
también somos presos del tradicionalismo. Bien comenta cierto hombre al decir que “los
evangélicos son católicos lengüeteados”. No es correcto que pongamos nuestra tradición por sobre
las Escrituras. Sino que, como Lutero, debemos decir: “mi conciencia es cautiva de la Palabra de
Dios”.
Otro ejemplo claro de esto lo vemos en el surgimiento de enseñanzas no-bíblicas que poco a
poco se introducen en las iglesias. Por ejemplo, cierta corriente de pensamiento dice que hay
espíritus malignos que violan a las personas. Dicen que hay un espíritu masculino y uno femenino,
los cuales se encargan de tener relaciones sexuales con los seres humanos mientras duermen.
Incluso, existen testimonios al respecto. Sin embargo, la Biblia en ningún momento habla de estos
espíritus. Lo que hace esta corriente de pensamiento es poner una experiencia por sobre lo que la
Palabra de Dios dice. “No importa qué enseñanza se nos pueda presentar; si no ese encuentra en la
Biblia no hemos de aceptarla”.8
III. La Escritura es útil
La tercera razón por la que Pablo nos exhorta a mantenernos firmes en la enseñanza bíblica, es
porque la Escritura es útil. El apóstol añade: “toda la Escritura es inspirada por Dios y útil”. En
otras palabras, toda la Escritura es provechosa, beneficiosa. Destaco que Pablo diga que toda la
Escritura es útil. Como cristianos, muchos textos, sobretodo en el Antiguo Testamento, nos parecen
poco provechosos. Más de alguno se ha saltado genealogías y relatos repetitivos al momento de leer
la Escritura. Nos parecen poco provechosos. Aun así, Pablo dice: “toda la Escritura es útil”. Y, para
esto, destaca cinco utilidades.
Lo primero que Pablo dice es que la Escritura es útil para enseñar. Después, añade, es útil para
redargüir; es decir, nos muestra nuestras debilidades. En tercer lugar, nos corrige; endereza nuestra
vida. En cuarto lugar, nos capacita para toda buena obra. Y, en quinto lugar, nos perfecciona. Cada
una de estas palabras forma una secuencia lógica. La Escritura enseña la verdad; al enseñarnos la
verdad, nos muestra nuestras debilidades; al mostrarnos nuestras debilidades, nos corrige; al
corregirnos nos instruye; y, al instruirnos, nos perfecciona. Justamente esto último quiero destacar.
Es necesario permanecer en la verdadera doctrina bíblica porque ni la tradición ni las enseñanzas
humanas pueden perfeccionar, solamente la Escritura.

8
H.A. Ironside, Estudios sobre I y II Timoteo, Tito y Filemón (Terrassa, Barcelona: Editorial Clie, 1988), pág.
179

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