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TRASTORNOS DE ANSIEDAD

Trastornos de ansiedad generalizada: es un sentimiento vago y difuso que


incluye tanto pensamientos de preocupación como una combinación de síntomas físicos. La
ansiedad difiere del miedo ordinario en que este ultimo se relaciona con una causa que se
puede identificar, en tanto que las razones de la ansiedad con frecuencia no están claras
para la persona que la siente. Una persona que experimenta este tipo de ansiedad tiene
preocupaciones y miedos indefinidos, pero intensos que perduran durante un periodo
prolongado, por lo menos seis mes, e incluyen cuatro tipos de síntomas: tensión motriz,
reactividad autonómica, aprensión por el futuro e hipervigilancia.

Síntomas comunes de la ansiedad y auto descripciones que indican ansiedad elevada:


 Nerviosismo, agitación  Dificultad para respirar
 Tensión  Sudoración
 Sensación de cansancio  Temblor
 Vértigo  Preocupación y aprensión
 Frecuencia de micción  Insomnio
 Palpitaciones cardiacas  Dificultad para concentrarse
 Sensación de desmayo  Vigilancia

Auto descripciones:
 Regularmente me inquietan los latidos de mi corazón.
 Los pequeños disgustos me ponen nervioso y me irritan.
 Frecuentemente siento miedo repentino sin ninguna razón.
 Me preocupo en forma continua y me siento deprimido.
 Con frecuencia tengo síntomas de cansancio y fatiga totales.
 Siempre es difícil para mí el tomar decisiones.
 Parece que siempre le temo a algo.
 Todo el tiempo me siento que no podré sobreponerme a mis problemas.
 Me siento bajo tensión de manera constante.
Curso: muchos individuos con trastorno de ansiedad generalizada se consideran ansiosos
o nerviosos de toda la vida. Aunque más de los que acuden a la consulta manifiestan que el
trastorno empezó en la segunda infancia o la adolescencia, no es raro que el trastorno se
inicie a partir de los 20 años de edad. El curso es de carácter crónico, pero fluctuante, con
frecuentes agravamientos coincidiendo con periodos de estrés.

Trastornos de pánico(o angustia): los ataques de pánico son ataques severos de


ansiedad que ocurren en forma inesperada y comprenden síntomas físicos severos, así como
fuertes miedos que con frecuencia incluyen la preocupación por morir, volverse loco, o
comportarse en forma incontrolable. Las personas con trastorno de pánico experimentan
ataques de pánico de manera inesperada y, por tanto, se sienten muy ansiosas porque se
preocupan de que puede ocurrir otro ataque. El trastorno de pánico es el menos frecuente de
todos los trastornos de ansiedad. Algunos ataques de pánico se pueden prevenir por medio
de la imipramina, una droga que se emplea para tratar la depresión. Tanto el trastorno de
ansiedad generalizada como el pánico parecen presentarse en familias.

Características comunes de los ataques de pánico:


 Falta de respiración o sensación de asfixia.
 Vértigo, inestabilidad o debilidad.
 Temblor, estremecimiento o sudoración.
 Palpitaciones o ritmo cardiaco acelerado.
 Asfixia, nausea o dolor de estomago.
 Aturdimiento o estremecimiento; bochorno o escalofrió
 Dolor o molestia en el pecho.
 Una sensación de extrañeza, de estar separado de sí mismo o, del ambiente.
 Miedo a volverse loco, perder el control o morir.

Características del trastorno de pánico en comparación con el trastorno de ansiedad


generalizada:
 La aparición clínica es más tardía.
 El papel de la herencia parece ser más importante.
 El índice de mujeres en comparación con los hombres es mayor.
 El alcoholismo es más común.
 En tanto que la depresión es más común en ambos, por lo general es mas en el
trastorno de pánico.

Curso: la edad de inicio del trastorno de angustia varia considerablemente, lo más típico
es que el inicio tenga lugar entre el final de la adolescencia y la mitad de la cuarta década
de la vida, lo que podría indicar una distribución de tipo bimodal, con un pico de incidencia
al final de la adolescencia y otro pico de menor entidad en la mitad de la cuarta década de
la vida. Un numero reducido de casos puede iniciarse en la segunda infancia, y el trastorno
también puede aparecer, aunque es poco frecuente en mayores de 45 años. Las
descripciones retrospectivas que efectúan los individuos visitados en los centros
asistenciales sugieren que el curso típico es de carácter crónico, con altas y bajas. Algunas
personas presentan brotes episódicos separados por años de remisión, mientras que otras
presentan permanentemente un cuadro sintomático intenso. Aunque la agorafobia puede
aparecer en cualquier momento, suele hacerlo en el primer año de las crisis de angustia
recidivantes. El curso de la agorafobia y su relación con el curso de las crisis de angustia
con variables. En ocasiones una disminución o remisión de las crisis de angustia es seguida
de cerca por una disminución correspondiente de la evitacion y ansiedad agorafobias. Otras
veces la agorafobia adquiere un carácter crónico independiente de la presencia o ausencia
de crisis de angustia. Algunos individuos manifiestan que disminuyen la frecuencia de las
crisis de angustia evitando exponerse a ciertas situaciones. Los estudios de seguimiento
efectuados en personas tratadas en centros de asistencia terciaria, sugieren que, al cabo de
6-10 años de tratamiento, cerca del 30% de los individuos se encuentra bien, entre el 40 y el
50% han mejorado, pero siguen con algunos síntomas, y el 20-30% restante sigue igual o
incluso peor.

Fobias: las personas que padecen fobias tienen miedos que se relacionan con objetos,
personas o situaciones específicos. Con frecuencia, las fobias se desarrollan en forma
gradual o empiezan con un ataque de ansiedad generalizada. Las fobias son trastornos
comunes que afectan a las mujeres con una frecuencia del doble que a los hombres. El
índice de este trastorno es mas alto entre los afro estadounidenses que entre los blancos o
los hispanos. Por lo regular, las fobias empiezan antes de la edad adulta y es probable que
se vuelvan crónicas. Las fobias se pueden agrupar en tres tipos principales: fobias simples,
fobias sociales y agorafobia.

De manera tradicional, las fobias reciben su nombre por medio de prefijos griegos que
representan el objeto al que se teme, como lo muestran los siguientes ejemplos:
 Acrofobia: miedo a las alturas.
 Agorafobia: miedo a los lugares abiertos y los escenarios poco familiares.
 Acuafobia: miedo al agua
 Claustrofobia: miedo a los lugares cerrados.
 Xenofobia: miedo a los extraños.

Fobias simples: son el tipo de fobia que ocurre con mayor frecuencia. Incluye distintos
miedos irracionales, como el miedo intenso por cierto tipo de animal o a estar en un lugar
cerrado. Las fobias simples pueden surgir de un miedo anterior o una situación que produce
ansiedad que originalmente comprendía al tipo de persona o situación que más tarde se
relaciona con la fobia. Los procedimientos que emplean la estrategia del condicionamiento
clásico de aparear él estimulo fóbico con una respuesta de no-ansiedad, también se utilizan
con éxito para el tratamiento de las fobias simples.

Curso: la media de edad de inicio varia en cada tipo de fobia especifica. Tiende a seguir
una distribución bimodal, con un primer pico de incidencia en la segunda infancia y un
segundo pico en le mitad de la tercera década de la vida. Para la fobia ambiental, el inicio
suele situarse en la segunda infancia, si bien muchos casos nuevos de fobia a las alturas
aparecen al principio de la edad adulta. La segunda infancia también suele constituir la
edad de inicio en la fobia animal y en la fobia a la sangre-inyecciones-daño.
Entre los factores que predisponen a la aparición de fobia especificada cabe citar los
acontecimientos traumáticos, crisis de angustia inesperadas en la situación que se convertirá
en temida, observación de otros individuos que sufren traumatismos o muestran temor, y
trasmisión de informaciones. Los objetos o situaciones temidos tienden a implicar aspectos
que ciertamente pueden o han podido representar una amenaza en algún momento de la
historia de la humanidad. Las fobias generadas por acontecimientos traumáticos o por crisis
de angustia inesperadas acostumbran a aparecer de forma particularmente aguda. Las fobias
de origen traumático no presentan una edad de inicio característica. Las fobias que persisten
durante toda la época adulta rara vez suelen remitir.

Fobias sociales: el miedo y la vergüenza intensos que son incapacitantes al tratar con
otras personas caracterizan a las fobias sociales. Estas fobias son el tipo menos común de
fobias específicas. Los temores a sonrojarse en una situación social o comer en presencia de
otras personas son dos fobias sociales que son especialmente difíciles de tratar con éxito.

Curso: la fobia social suele aparecer típicamente a mediados de la edad adulta, a veces
con el antecedente infantil de timidez o inhibición social. Algunos individuos sitúan el
inicio del cuadro al principio de la segunda infancia. La aparición del trastorno puede
seguir bruscamente a una experiencia estresante o humillante, o bien puede hacerlo de
forma lenta e insidiosa. El curso de la fobia social acostumbra a ser crónico o continuo. A
menudo persiste durante toda la vida, si bien a veces remite total o parcialmente en el
transcurso de la edad adulta. La intensidad del trastorno y sus consecuencias en la actividad
diaria del individuo dependen principalmente de los acontecimientos vitales estresantes y
de las exigencias sociales del lugar o la profesión.

Agorafobia: es él término que se emplea cuando las personas desarrollan un temor a


enfrentar situaciones desconocidas. Muchas personas que padecen agorafobia tienen miedo
de salir de su casa, de modo que su capacidad para realizar las actividades cotidianas es
muy limitada. Existen dos tipos principales de agorafobia, con o sin ataque de pánico. En él
ultimo grupo, con frecuencia los ataques de pánico se presentan al principio y después
llevan a la agorafobia. Los ataques de pánico se pueden tratar con antidepresivos. La
agorafobia se puede tratar con éxito por medio de técnicas conductuales en los cuales se
expone a la persona a los estímulos que teme, en condiciones controladas con el apoyo de
un terapeuta.
Curso: se sabe poco del curso de la agorafobia sin historia de trastornos de angustia. Hay
algunas pruebas anecdóticas que sugieren que algunos casos persisten durante años y
determinan con el tiempo un deterioro considerable.

Técnicas de autoayuda interpersonal para las personas que padecen una fobia social:
 Responder a los síntomas de ansiedad mediante la aproximación, en lugar del retiro.
 Saludar a las personas en forma apropiada, estableciendo contacto con la vista.
 Escuchar con detenimiento a las personas y elaborar una lista mental de los posibles
temas de conversación.
 Demostrar que desea hablar; iniciar una conversación. (hacer preguntas es más fácil,
ya que atrae la atención hacia la persona que se espera que conteste)
 Hablar en voz alta sin murmurar.
 Tolerar algunos silencios.
 Esperar las señales de las demás personas para decidir donde sentarse, cuando tomar
una bebida y sobre que hablar.
 Aprender a tolerar la critica al presentar controversia en forma deliberada en un
punto apropiado.

Consejos para ayudar a una persona que padece una fobia:


 Nunca suponga que sabe que es mejor; no fuerce sus creencias.
 Siempre proporcione una salida si la persona tiene dificultades.
 Este consciente de las excusas para evitar la situación a la que teme. Ofrezca
apoyo, pero no de demasiada importancia a su sugerencia si la persona presenta
resistencia.
 No suponga que porque se logro algo con éxito en una ocasión, la próxima vez
también será fácil.
 Nunca haga mañosamente algo distinto de lo que acordaron en un principio.
 Di las cosas van bien, sugiera hacer la prueba con algo un poco más difícil.
 Acérquese a las situaciones que teme en pasos graduales, sin tomar nunca usted
solo la decisión de dar el paso siguiente.
 Aliente a la persona para que practique respuestas a las situaciones que teme.
 Mientras practica o cuando se encuentra en la situación que teme, no pregunte
de manera constante sobre los sentimientos de la persona.
 Si la persona que padece la fobia practica sola y le informa sobre sus éxitos,
comparta con ella su emoción.

Trastorno obsesivo-compulsivo: las personas que padecen este trastorno son


incapaces de controlar su preocupación con ideas especificas o evitar realizar en forma
repetida un acto o serie de actos en particular, que afecta su capacidad para llevar a cabo las
actividades normales. La incapacidad para dejar de pensar en una idea o tema se llama
obsesión. El tema de estos pensamientos parece desagradable y vergonzoso para la persona
afectada. La necesidad de realizar ciertas conductas una y otra vez se conoce como
compulsión. Muchas compulsiones se relacionan con contar, ordenar, revisar, tocar y lavar.
Los rituales compulsivos se pueden volver elaborados y contener muchas actividades. Al
igual que las fobias, el trastorno obsesivo-compulsivo tiende a empezar antes de la edad
adulta y es mas frecuente en las mujeres que en los hombres.

Las características más comunes del trastorno obsesivo-compulsivo son las siguientes:
 La obsesión o compulsión penetra con insistencia y persistencia en la conciencia del
individuo.
 Un sentimiento de amenaza ansiosa ocurre si por alguna razón se evita el
pensamiento o acto.
 La obsesión o compulsión se experimenta como si fuera algo extraño para sí mismo;
es inaceptable e incontrolable.
 El individuo reconoce la calidad absurda e irracional de la obsesión o compulsión.
 El individuo siente la necesidad de resistirse a ellas.

Curso: aunque el trastorno obsesivo-compulsivo se suele iniciar en la adolescencia o a


principios de la edad adulta, también puede hacerlo en la infancia. La edad modal de inicio
es menor en los varones que en las mujeres: entre los 6 y 15 años para los varones, y entre
los 20 y 29 años para las mujeres. La mayor parte de las veces la aparición del trastorno es
de carácter gradual, si bien se han observado casos de inicio agudo. La mayoría de los
individuos presentan un curso crónico con altas y bajas, con exacerbaciones de los síntomas
que podrían estar relacionados con acontecimientos estresantes. Alrededor del 155 muestra
un deterioro progresivo de las relaciones sociales y ocupacionales. Aproximadamente un
5% sigue un curso de carácter episódico, con síntomas mínimos o ausentes en los periodos
íntercríticos.

Trastornos por estrés postraumático: se caracteriza por la re experimentación


de acontecimientos altamente traumáticos, síntomas debidos al aumento de la activación
(arousal) y comportamiento de evitación de los estímulos relacionados con el trauma.
Curso: puede iniciarse a cualquier edad, incluso durante la infancia. Los síntomas suelen
aparecer en los primeros 3 meses posteriores al trauma, si bien puede haber un lapso
temporal de meses, o incluso años, antes de que el cuadro sintomático se ponga de
manifiesto. Con frecuencia, la alteración reúne inicialmente los criterios diagnósticos del
trastorno por estrés agudo. Los síntomas del trastorno y la predominancia relativa de la re-
experimentación, comportamiento de evitacion, y síntomas de activación pueden variar
ampliamente a lo largo del tiempo. La duración de los síntomas muestra considerables
variaciones; la mitad de los casos suelen recuperarse completamente en los primeros 3
meses; en otras ocasiones todavía pueden persistir algunos síntomas mas allá de los 12
meses posteriores al acontecimiento traumático.
La intensidad, duración y proximidad de la exposición al acontecimiento traumático
constituyen los factores más importantes que determinan las probabilidades de presentar el
trastorno. Existen algunas pruebas que demuestran que la cantidad del apoyo social, los
antecedentes familiares, las experiencias durante la etapa infantil, los rasgos de
personalidad y los trastornos mentales preexistentes pueden influir en la aparición del
trastorno por estrés postraumático. Este trastorno puede aparecer en individuos sin ningún
factor predisponente; sobre todo cuando el acontecimiento es extremadamente traumático.

Las siguientes especificaciones pueden utilizarse para concretar el inicio y la duración de


los síntomas del trastorno por estrés postraumático: agudo: la duración de los síntomas es
inferior a los 3 meses; crónico: la duración de los síntomas es igual o superior a los
3meses; de inicio demorado: indica que entre el acontecimiento traumático y el inicio de
los síntomas han pasado como mínimo 6 meses.

Trastorno por estrés agudo: se caracteriza por síntomas parecidos al trastorno por
estrés postraumático que aparecen inmediatamente después de un acontecimiento altamente
traumático.

Curso: los síntomas del trastorno por estrés agudo se experimentan durante o
inmediatamente después del trauma, duran como mínimo 2 días y, o bien se resuelven en
las 4 primeras semanas después del acontecimiento traumático, o bien él diagnostico debe
ser sustituido. Cuando los síntomas persisten mas de 1 mes, puede estar indicando él
diagnostico de trastorno por estrés postraumático si se cumple la totalidad de sus criterios
diagnósticos. La intensidad, duración y proximidad de la exposición al acontecimiento
traumático son los factores más importantes en relación con la posibilidad de presentar un
trastorno por estrés agudo. Existen algunas pruebas que demuestran que la calidad del
apoyo social, los antecedentes familiares, las experiencias durante la etapa infantil, los
rasgos de la personalidad y los trastornos mentales preexistentes pueden influir en la
aparición del trastorno por estrés agudo. Este trastorno puede aparecer en individuos sin
ningún factor predisponente, sobre todo cuando el acontecimiento resulta muy traumático.

Trastorno de ansiedad debido a enfermedad médica: se caracteriza por


síntomas prominentes de ansiedad que se consideran secundarios a los efectos fisiológicos
directos de una enfermedad subyacente. Puede emplearse las siguientes especificaciones
para indicar que tipo de cuadro sintomático predomina en el trastorno de ansiedad debido a
enfermedad médica:
 Con ansiedad generalizada: puede utilizarse cuando predomina una ansiedad o
preocupación excesivas centradas en múltiples acontecimientos o actividades.
 Con crisis de angustia: puede utilizarse cuando predominan las crisis de angustia.
 Con síntomas obsesivo-compulsivos: puede utilizarse cuando predominan las
obsesiones o las compulsiones.
Trastorno de ansiedad inducido por sustancias: se caracteriza por
síntomas prominentes de ansiedad que se consideran secundarios a los efectos fisiológicos
directos de una droga, fármaco o toxico. Puede emplearse las siguientes especificaciones
para indicar el cuadro sintomático predominante:
 Con ansiedad generalizada: puede utilizarse cuando predomina una ansiedad o
preocupación excesivas centradas en múltiples acontecimientos o actividades.
 Con crisis de angustia: puede utilizarse cuando predominan las crisis de angustia.
 Con síntomas obsesivo-compulsivos: puede utilizarse cuando predominan las
obsesiones o las compulsiones.
 Con síntomas fóbicos: puede utilizarse cuando predominan síntomas de carácter
fóbico.

El contexto en que aparecen los síntomas de ansiedad puede indicarse mediante el empleo
de las siguientes especificaciones:
 De inicio durante la intoxicación: debe utilizarse si se cumplen los criterios
diagnósticos de intoxicación por una sustancia y los síntomas aparecen durante el
periodo de intoxicación.
 De inicio durante la abstinencia: debe utilizarse si se cumplen los criterios
diagnósticos de abstinencia de una sustancia y los síntomas aparecen durante o poco
después del síndrome de abstinencia.

Trastorno de ansiedad no especificado: no reúnen los criterios diagnósticos


de los trastornos de ansiedad específicos ya mencionados

Interpretación y tratamiento de los trastornos de ansiedad:

1. Perspectiva psicodinamica: los teóricos psicodinámicos sugieren varias causas


posibles para los trastornos de ansiedad. Incluyen las percepciones de desamparo e
incapacidad para controlar las situaciones de la vida, el temor al abandono o la
perdida del amor, la perdida repentina del apoyo emocional e impulsos no aceptados
que, aunque son inconscientes, amenazan con llegar al conciente. Freud definió
varios mecanismos de defensa que tal vez desempeñan un papel en los trastornos
obsesivos- compulsivos. Estos mecanismos incluyen aislamiento, anulación, y
formación reactiva. Los terapeutas que se orientan hacia la psicodinámica por lo
general, tratan los trastornos de ansiedad por medio de la psicoterapia que se dirige
hacia la ayuda a los pacientes para obtener un panorama de las raíces inconscientes
de su ansiedad.

2. Perspectiva conductual: los conceptos conductuales y del aprendizaje de


conocimiento, reforzamiento y extinción se aplican en la terapia conductual. Los
terapeutas conductuales utilizan por lo regular la terapia de exposición para el
tratamiento de pacientes con fobias y trastornos obsesivo-compulsivos. Tres tipos de
terapia que se basan en el principio de exposición son la desensibilización
sistemática, en la cual los estímulos que provocan miedo se presentan en series
graduales junto con ejercicios de relajación, la terapia implosiva, en la cual el
paciente imagina una situación compleja que le provoca miedo, y la exposición in
vivo, en la cual la persona en realidad se presenta ante el estimulo que le causa
miedo. La abrumacion se refiere a la exposición in vivo. El terapeuta utiliza el
modelamiento y el dominio guiado junto con la terapia de exposición.

3. Perspectiva cognitiva: muchas de las terapias conductuales, como la


desensibilización sistemática, incluyen el ensayo cognitivo. La terapia conductual
cognitiva se basa en los principios del aprendizaje de extinción y reforzamiento que
incluyen la importancia que se da a la conducta cognitiva. La terapia cognitiva se
enfoca en varias técnicas que por lo general se combinan con distintos ejercicios
conductuales. Estos incluyen la reestructuración cognitiva, la interrupción del
pensamiento y el ensayo cognitivo.

4. Perspectiva biológica: base a estudios se demuestra que existe un factor genético en


los trastornos de ansiedad. Existe también una evidencia menos firme de un factor
del ambiente. Se emplean varios fármacos para el tratamiento de trastornos de
ansiedad específicos. Las benzodiazepinas o tranquilizantes, como el valium, son
las que se prescriben con mayor frecuencia para el tratamiento general de la
ansiedad. Un derivado de la benzodiazepina, e alprazolam, adquirió popularidad
hace poco tiempo para el tratamiento de los trastornos de pánico. Un grupo de
antidepresivos, los triciclicos, se emplean con éxito para tratar el trastorno obsesivo-
compulsivo, en especial combinadas con la terapia conductual. Se cree que una
razón por la cual los antidepresivos son útiles para tratar la ansiedad es la
superposición de los síntomas y condiciones en los distintos trastornos. Esta
superposición se conoce como comorbosidad.

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