ADÁN Y EVA PARA NIÑOS

Hace mucho, mucho tiempo, Dios creó el mundo en que vivimos: la

tierra
Y no solo creó la tierra sino que creó el sol, la luna y las estrellas

Y las montañas, y los ríos y los mares. Dios siguió creando, y creó los
árboles, las plantas y las flores que con sus colores adornaban los
campos...

Y también otros animales, elefantes, tigres, osos, perros, gatos, vacas,

Pero Dios también creó las aves que volaban por el cielo y llenó los ríos y ovejas, conejos, leones... todos estos animalitos llenaron la tierra,
los mares de peces que nadaban y nadaban... corrían y saltaban y la tierra estaba hermosa. Dios estaba contento
viendo su creación.
Pero faltaba algo, faltaba lo mas importante

Pero cuando Dios dijo hombre no solo pensó en un varón. El dijo el

Falta lo mas importante, ahora Dios tenía que hacer al hombre. Haré al hombre no puede estar solo, voy a crear una compañera. Así que Dios
hombre y le daré inteligencia y la capacidad para conocerme y amarme. creó a la mujer para que ambos vivieran juntos en ese lugar
Ah y le encargaré de que cuide de el mundo que he creado. maravilloso.
Adán y Eva los llamó. Adán y Eva vivían felices, se amaban y cuidaban
del jardín. Dios los visitaba con frecuencia, y hablaban con Dios, y sobre
todo ellos obedecían lo que Dios les decía.

Podéis comer de todos los árboles menos de uno sino moriréis. Les dijo
un día Dios.

Pero un día apareció por el jardín una serpiente muy astuta que
convenció a Eva para que comiera la fruta del árbol prohibido.
 Y no solo comió ella, Eva convenció a Adán para que comiera él también
Y Eva desobedeció a Dios y comió del fruto. de ese fruto.
Esa tarde Dios fue a verlos al jardín, pero como ellos habían Dios les dijo que por su desobediencia habían dañado todo lo creado y
desobedecido a Dios tuvieron vergüenza y se escondieron. que a partir de entonces ellos tendrían que trabajar para comer.
Tampoco podían seguir viviendo allí, tenían que salir y algún día
morirían.
Pero Dios no abandonó a Adán y Eva, a pesar de la desobediencia Él
nunca los abandonó.
Quizás también le