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SEMIOLOGÍA DEL DOLOR

ONCOLÓGICO

Séptimo Semestre - IV Año

AUTORAS

García Alarcón Liliana Julissa

Gil Merino Sharon

Horna Asenjo Diana Margot

Samamé Laura Lucero


ly

HORARIO

16:15 -17:45

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INDICE

1. INTRODUCCION……………………………………………………………………3
2. OBEJTIVOS………….....................................................................4
3. FISIOLOGIA DEL DOLOR…………………………………………………………5
4. ETIOLOGÍA Y PATOGENIA DEL DOLOR ONCOLOGICO…………….6
5. SEMIOLOGIA DEL DOLOR ONCOLOGICO……………………………….6
6. TIPOS DE DOLOR……………………………………………………………………8
7. CONCLUSIONES…………………………………………………………………… 16
8. BIBLIOGRAFIA Y LINKOGRAFIA………………………………………………17

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INTRODUCCIÓN

El dolor es el síntoma principal en el 40% de los pacientes oncológicos en tratamiento y


el 75% en enfermedad avanzada. Por ello, el alivio del dolor y los cuidados paliativos son
prioritarios en el programa mundial del cáncer de la OMS (Organización Mundial de la
Salud). El dolor oncológico puede ser aliviado aproximadamente en el 90% de los casos
mediante el uso correcto, y a menudo combinado de los tratamientos farmacológicos y
no farmacológicos.
La presencia del dolor dentro de un proceso oncológico es variable, y depende del tipo
y de la extensión de la enfermedad, así como de la propia tolerancia individual al dolor
de cada persona.
En el presente trabajo se detalla la fisiología del dolor, la semiología del mismo en
pacientes oncológicos mediante la anamnesis y el examen físico para establecer y
realizar una buena historia clínica del paciente con dolor oncológico.

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OBJETIVOS

● Conocer y comprender la fisiopatología del dolor, así como también su


correspondiente etiología
● Describir brevemente las principales características semiológicas del dolor
oncológico, así como también su forma de presentación (tipos).
● Conocer las diferentes escalas que se suelen usar para la medición del nivel de
dolor en pacientes con cáncer.

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FISIOLOGIA DEL DOLOR

La sensación dolorosa es una respuesta neurofisiológica compleja que consta


principalmente de 2 componentes: el propiamente sensorial y el componente afectivo-
conductual.

Desde el punto de vista fisiológico, en la transmisión del dolor intervienen receptores


específicos llamados nociceptores, vías aferentes específicas y vías descendentes
inhibitorias.

Existen dos tipos de nociceptores situados a nivel cutáneo, muscular-articular y visceral,


y son las fibras: A-delta, las cuales transmiten el dolor agudo con una calidad de pellizco
o pinchazo; y las fibras C (polimodales), que se encargan de transmitir las características
quemante y pulsátil.

Las fibras aferentes primarias tienen sus cuerpos celulares en los ganglios raquídeos y
entran en la médula a través de las raíces posteriores hasta llegar al asta posterior (lugar
estratégico para la modulación de los impulsos aferentes) donde se comunican con las
neuronas de 2° orden. En esta conexión intervienen numerosos neurotransmisores
como: glutamato, aspartato, sustancia P, VIP, somatostatina, neurotensina y
bombesina.

La sustancia gris gelatinosa del asta dorsal es rica en receptores NMDA, los cuales
facilitan y prolongan la transmisión de mensajes nociceptivos a través de la liberación
de aminoácidos excitadores como el glutamato y neuropéptidos como la sustancia P.

Desde la médula espinal los tractos nerviosos ascienden, principalmente por la vía
espinotalámica, hasta el tálamo (segundo centro de conexión de la vía nociceptiva) y a
la corteza cerebral permitiendo la percepción consciente del dolor.

Las vías descendentes inhibitorias están formadas por estructuras ricas en receptores
opioides localizados en la sustancia gris periacueductal, núcleo cerúleo y subcerúleo,
núcleo del rafe magno y núcleos adyacentes a la formación reticular bulbar. Su
estimulación produce analgesia.

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ETIOLOGÍA DEL DOLOR ONCOLÓGICO

El dolor causado por la acción directa del tumor (infiltración o compresión por
adenopatías o metástasis) es el más frecuente en los enfermos oncológicos (70%). En un
20%, el dolor se debe a la aplicación de tratamientos encaminados a erradicar el tumor,
como la cirugía, la radioterapia o la quimioterapia.

En ocasiones el dolor es independiente del tumor y del tratamiento administrado, como


una neuralgia postherpética, osteoporosis etc.

SEMIOLOGÍA DEL DOLOR ONCOLÓGICO

La International Association of the Study of Pain define dolor como una experiencia
sensorial y emocional desagradable asociada o no a una lesión tisular, o que se describe
con las manifestaciones propias de tal lesión. De esta manera, el dolor no es solo una
sensación debida a la estimulación de los nociceptores, sino que también implica un
factor emocional.
En algunos casos, el dolor ocurre por la presión que ejerce el crecimiento del tumor
sobre tejidos como los huesos, los nervios u otros órganos del cuerpo. No obstante,
también puede estar causado por el propio tratamiento de la enfermedad (cirugía, la
radioterapia o el propio tratamiento quimioterápico).

Además de la anamnesis y examen físico general, a los pacientes con cualquier forma de
dolor se les debe evaluar una historia específica de dolor. La historia médica anterior del
paciente y los tratamientos que ha recibido previamente son muy valiosos para
desarrollar un plan de manejo. Además del dolor, los pacientes con cáncer tienen
numerosos síntomas como insomnio, depresión, fatiga, ansiedad, rabia, anorexia y los
efectos colaterales de intervenciones terapéuticas como náuseas, vómito, disfagia,
cefalea, prurito y constipación.

El médico debe valorar las consecuencias del dolor incluyendo la alteración de las
actividades de la vida cotidiana, alteraciones psicológicas, de las relaciones familiares y

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de las actividades profesionales, apetito, vitalidad y preocupaciones económica; por eso
no se debe olvidar preguntar por la localización, intensidad, calidad, nociceptivo (dolor
punzante, dolor visceral: apretón, calambres; dolor neuropático: ardor, hormigueo,
eléctrico, insensibilidad dolorosa), patrones temporales, factores que lo agravan o
mitigan, significado del dolor, presencia de sufrimiento o angustia, factores culturales y
la historia de medicación.

MEDICIÓN DEL DOLOR

Escalas Visuales Analógicas :

Es la más utilizada y validada , donde el paciente marca el lugar en una escala de 0 a 10


(en una línea de 10 cm) se marca con términos indicativos el mínimo y máximo de
incomodidad o desagrado la que más se ajusta a su grado de dolor. Con esta escala,
además, podremos comparar la intensidad del dolor con otro momento posterior para
ver los posibles progresos realizados con el tratamiento aplicado.

Memorial Pain Assessment Card:

Es un método rápido (menos de un minuto) y fácil de usar, desarrollado en el Memorial


Sloan Kettering Cancer Center. Mide la intensidad del dolor, su cualidad, el grado de

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alivio obtenido y la repercusión sobre el humor. Proporciona una valoración
multidimensional del dolor y del grado de sufrimiento psicológico del paciente
oncológico. Consta de 4 secciones:

● 1 lista desordenada de 8 adjetivos de intensidad (el paciente elige uno)


● 1 escala de intensidad
● 1 escala del grado de alivio
● 1 escala del estado de ánimo

TIPOS DE DOLOR ONCOLÓGICO:

La clasificación más utilizada es la siguiente:

1. Según la duración:

● Agudo: dura menos de 3-6 meses, de comienzo bien definido con signos y
síntomas objetivos.
● Crónico: Persiste más de seis meses y no suele acompañarse de signos objetivos
y para su control es necesario utilizar distintos enfoques de tratamiento

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2. Según la intensidad:

● Leve: EVA de 0-3


● Moderado: EVA de 4-6
● Intenso: EVA de 7-10
● Muy intenso: EVA más de 10

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3. Según características:

● Visceral: Es un dolor constante, sordo, mal localizado. Se origina por daño o


presión de órganos y vísceras.
● Somático: Es también constante, intenso, bien localizado, opresivo y punzante.
Se origina en la piel, músculos o los huesos.
● Neuropático: Es un dolor que se produce por una lesión del sistema nervioso
central o periférico. Es un dolor que se describe como una descarga eléctrica,
desagradable, quemante, punzante, hormigueo, acorchamiento, picor, tirantez.
Suele describirse como un dolor agudo.
● Incidental o desencadenado: Suele aparecer el dolor con el movimiento, no es
continuo pero sí muy intenso.
● Impredecible: Sin causa aparente conocida y puede durar de minutos a horas y
no volverse a repetir
● Dolor psicógeno: El dolor como somatización pura (dolor psicógeno) es poco
frecuente en los enfermos oncológicos. En el contexto del enfermo terminal con
dolor, la influencia negativa de factores como el miedo, la angustia, el
aislamiento, conflictos familiares, espirituales, sociales o económicos,
conforman un complejo síndrome doloroso de difícil manejo denominado dolor
psicosocial o “dolor total” como lo denominó Cecily Saunders y que precisa de
una actuación terapéutica multidisciplinar (tratamiento farmacológico del dolor
y otros síntomas junto con medidas de apoyo emocional, psicológico y/o
espiritual)

4. Según etiología:

● Infiltrado tumoral directo


● Secundario a tratamiento oncológico:

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•Postradioterapia: enteritis, fibrosis por radiación, osteorradionecrosis,
mielopatía, neuropatía/plexopatías braquial, sacro, exacerbación del dolor
después de un radiofármaco, cistitis inducida por radiación.

•Postquimioterapia: artralgia, mialgia, inhibidores de la aromatasa, necrosis


avascular, dolor abdominal crónico, mucositis, neuropatía.

• Posthormonal: exacerbación del dolor óseo, artralgia, mialgia.

• Posquirúrgico.

● Dolor no neoplásico

Las características principales del dolor oncológico se pueden resumir en:

a. Intensidad: es de vital importancia para establecer la decisión terapéutica. Indica


la urgencia con la que se requiere el alivio e influye en la elección del fármaco
analgésico, la vía de administración y la frecuencia de la dosis. Además, puede
ayudar a definir el mecanismo del dolor y el síndrome subyacente.
b. Calidad: sugiere, con frecuencia, su fisiopatología. Los dolores nociceptivos
somáticos son, habitualmente, bien localizados y descritos como agudos,
urentes, pulsátiles u opresivos. Los dolores nociceptivos viscerales son, por lo
general, difusos y pueden ser punzantes o como calambres cuando son
ocasionados por la destrucción de una víscera hueca, o urentes, agudos o
pulsátiles cuando se deben al compromiso de cápsulas de órganos o del
mesenterio. Los dolores de tipo neuropático pueden ser descritos como una
quemazón con sensación de hormigueo o parecidos a una descarga
(lancinantes).
c. Distribución: los pacientes con cáncer experimentan con frecuencia dolor en más
de una localización. La distinción entre dolor focal, multifocal y generalizado
puede ser importante en la selección de la terapia, como es el caso de un
bloqueo nervioso, radioterapia o los procedimientos quirúrgicos. La localización
y distribución del dolor son características muy importantes que ayudan a

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entender su fisiopatología. Se debe investigar si el dolor está localizado o
referido, si es superficial o visceral. Para una valoración eficaz y fácil de entender,
se utilizan los diagramas corporales encontrados en algunos instrumentos de
valoración.
d. Relaciones temporales: el dolor relacionado con el cáncer puede ser agudo o
crónico. El dolor agudo se define por un inicio reciente y una historia natural
caracterizada por ser transitoria. Se asocia con frecuencia con francas conductas
dolorosas (gemidos, muecas, inmovilidad), ansiedad y signos de hiperactividad
simpática como diaforesis, hipertensión y taquicardia.

Resumiendo, El dolor crónico relacionado con un tumor es generalmente de tipo inicio


insidioso y aumenta de forma progresiva con el crecimiento del tumor. Las conductas
dolorosas y la hiperactividad simpática puede que no se encuentren y el dolor puede
estar asociado con ansiedad y/o depresión y síntomas vegetativos (astenia, anorexia y
alteración del sueño).

EVALUACIÓN INICIAL

Los objetivos de la valoración del dolor por cáncer son:

1. La caracterización adecuada del dolor (el síndrome doloroso y su fisiopatología).

2. La evaluación del impacto del dolor y el papel que desempeña en el sufrimiento del
paciente.

En la evaluación inicial del dolor por cáncer se debe conocer la fisiopatología, intensidad
y su impacto sobre la capacidad de funcionar del paciente. Puesto que el dolor que
interfiere con el disfrute de la vida es un factor pronóstico de la depresión. Entonces, la
evaluación del paciente oncológico debe centrarse en:

1. Identificar la causa del dolor.

2. Desarrollar un plan de manejo.

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3. Seguimiento de la efectividad del tratamiento y si el dolor no es aliviado, determinar
si se debe a progresión de la enfermedad, tratamiento del cáncer o una nueva causa de
dolor.

EXAMEN DEL PACIENTE

● Examen físico general

Es el examen físico en su totalidad, a continuación se señalan algunos aspectos


importantes:

1. Apariencia: delgado, caquéctico, aplanamiento afectivo.

2. Postura: escoliosis, cifosis, utilización de férulas.

3. Marcha: cojera, uso de dispositivos antálgicos o de ayuda.

4. Expresión: dolor, tensión, diaforesis, ansiedad.

5. Signos vitales: hiperactividad simpática (taquicardia, hipertensión), diferencias de


temperatura (áreas frías o calientes).

Luego se procede a evaluar las areas corporales dolorosas. Se deben buscar hallazgos
que relacionen el espacio fisico con la historia.

La inspección de la piel puede revelar cambios de color, perdida de pelo, edema, atrofia
o espasmo muscular, presencia o ausencia de sudor. La lesión de una raiz nerviosa se
puede asociar con la piel de gallina en el dermatoma afectado.

A través de la palpación podemos localizar areas dolorosas y la detección de cualquier


cambio en la intensidad del dolor en área representará la presencia o ausencia de un
punto gatillo.

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Examen neurológico

Durante el examen neurológico se dan hallazgos fisicos sutiles. A través de la evaluación


de la orientación temporo-espacial se podrá valorar la función mental.

Evaluar los nervios craneales es necesario, sobre todo en pacientes que se quejan de
dolor de cabeza, cuello y hombros. Exite anormalidades sensoriales en el dolor
neuropático. La funcion motora de los nervios espinales es determinada por los reflejos
tendinosos profundos, presencia o ausencia de reflejo de Babinski y los test de fuerza
muscular.

por el test de equilibrio, movimiento rápido de las manos, movimiento del dedo a la
nariz, movimiento talón-rodilla, marcha y test de Romberg podremos evaluar la
coordinación. El dolor psicógeno dará lugar a un examen neurológico que no se
correlaciona con los hallazgos típicos de patología orgánica. Las distribuciones dolorosas
anormales son comunes, como el patrón en guante o calcetín.

● Examen musculoesquelético

Las anormalidades se evidencian en la inspección de la postura y simetría muscular del


paciente. La atrofia muscular significa desuso; la flacidez, generalmente parálisis; y los
movimientos anormales indican lesión neurológica o daño en la propiocepción. La
movilidad limitada en una articulación, enfermedad del disco o artritis. También se mide
la coordinación y la fuerza.

ESTUDIOS DIAGNÓSTICOS

Ayudan a precisar la causa y extensión de la enfermedad. Algunos estudios son:


radiografía, gamagrafía ósea, ecografía, tomografía, resonancia nuclear magnética,
estudios neurofisiológicos, etc. Algunas veces los exámenes son dolorosos como

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punciones lumbares, electromiografías, biopsias, etc.; estos procedimientos deben ser
realizados solamente si los resultados tienen importancia en el plan terapéutico o en el
cambio de tratamiento.

EVALUACIÓN DEL RESULTADO DEL CONTROL DEL DOLOR

Sugerencias al evaluar al paciente:

● Todas las veces que se presente el dolor


● Luego de cada intervención farmacológica o no farmacológica. Esto es medido
en dos formas: disminución de la intensidad del dolor y mejoramiento en el
funcionamiento psicosocial. Se debe usar escalas de la intensidad del dolor
promedio y en el peor momento. Es útil medir el porcentaje de alivio del dolor,
aunque medir la satisfacción del paciente resulta menos útil debido a las
expectativas tan bajas que a veces tiene el paciente de poder controlar el dolor.
● Luego de iniciar el tratamiento, a intervalos regulares

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CONCLUSIONES:

● Para ayudar a los pacientes a controlar el dolor oncológico de debe realizar un


buen diagnóstico y contar con un correcto arsenal terapéutico.
● En los pacientes oncológicos, el dolor es uno de los principales sintomas.
Según la OMS, con la correcta aplicación de la escalera analgésica, entre el 90-
95 % del dolor se puede y se debe controlar.
En la actualidad se aplica la guía para el manejo del dolor oncológico de la OMS.
● En caso de pacientes con cancér que sufren de ese dolor oncológico, no solo se
requiere del equipo médico, se necesita un equipo multidisciplinar, el cual ayude
a mejorar la calidad de vida del paciente mediante un buen control y seguimiento
de su tratamiento.

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BIBLIOGRAFÍA:

● Ernst, Edzard; Pittler, Max H.; Wider, Barbara; Boddy, Kate (2007).Terapias
complementarias para el manejo del dolor: un enfoque basado en la evidencia.
Elsevier Ciencias de la Salud.
● FUNDACIÓN GRÜNENTHAL| DOLOR ONCOLÓGICO REUNIÓN DE EXPERTOS;
Universidad de Salamanca; 2005; [Internet].[citado el 10 de marzo de 2018].
Disponible en:
http://www.fundaciongrunenthal.es/cms/cda/file/Dolor+Oncológico+.pdf?fileI
D=58100195&cacheFix=1238142767000&__k=d48a43901808955ae175eb0013
e8da5c

LINKOGRAFÍA:

● http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-
80462008000500005
● https://www.seom.org/seomcms/images/stories/recursos/infopublico/publica
ciones/F_Oncovida_17_BAJA.pdf
● https://www.hmsanchinarro.com/especialidades/programas-y-servicios-
especiales/unidades-especializadas/unidad-dolor/dolor-oncologico
● http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-
71992007001100010
● http://files.sld.cu/anestesiologia/files/2012/11/1-semiologia-dolor-en-
cancer.pdf

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