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Definición
La tesis es un texto recepcional que se caracteriza por aportar conocimiento e información
novedosa sobre un tema en particular en una extensión de más de 100 cuartillas. El objetivo
es la comprobación de un planteamiento o la solución a un problema, a través de la
investigación (bibliográfica o de campo) metódica y exhaustiva, a la que se le añade la
reflexión sobre el tópico específico de la disciplina. Además de exponer el estado actual del
estudio de un tema, utiliza la información para comprobar la línea central de la reflexión: ideas
y hallazgos nuevos en el terreno profesional de la especialidad del autor (graduando).
2) el cuerpo del trabajo, y 3) la sección final. La sección inicial incluye elementos como la
portada, la dedicatoria, los agradecimientos, el índice, el resumen, el epígrafe y la
introducción. Posteriormente, en la segunda sección, se localizan los capítulos del cuerpo del
trabajo, el marco teórico, la metodología, y los resultados. Finalmente, en la última sección se
deben incluir las conclusiones y recomendaciones basadas en la discusión de los resultados.
A continuación, se presenta la estructura de una tesis con una descripción de cada apartado.
1. Fase inicial
Portada. Debe contener: a) nombre de la universidad; b) nombre de la escuela, facultad, o
departamento; c) título; d) mención de ser tesis (según el grado); e)
grado al que se aspira; f) nombre del autor 1 g) lugar, mes y año de presentación. y h) los
nombres del jurado calificador.
Dedicatoria. Es un escrito opcional con formato libre, donde se mencionan las personas a
quiénes se dedica el trabajo. Se recomienda evitar hacer listas largas y expresiones
grandilocuentes o sentimentales.
Agradecimientos. En esta parte del trabajo se reconoce el apoyo de todas las personas
que colaboraron significativamente en la investigación. Los agradecimientos son la
oportunidad de manifestar un reconocimiento a la ayuda del director o asesor de la tesis.
Para algunos autores, este elemento, no es
considerado un apartado en sí. Generalmente lo que ellos hacen es redactar en un párrafo los
agradecimientos e incorporarlos en la parte final de la introducción.
Índice. Cumple la función de señalar las partes que componen el documento para que su
localización sea más fácil para el lector, por medio de la paginación. Se debe presentar
esquemáticamente el contenido de los temas principales del trabajo, suficientemente
organizados y jerarquizados.
Listas de tablas y figuras: esta sección se incluye cuando la tesis contiene más de tres
tablas y se ubica después del índice. La lista debe contener el número y nombre completo
de cada tabla, así como los datos generales de la fuente (según el modelo de cita y
referencia elegido) y la página donde se localiza. Se procedede la misma manera con las
figuras.
Resumen: Es considerado una parte esencial de la tesis, ya que es ahí donde se redacta
de manera breve, pero concisa, el tema o problema del trabajo de
investigación. Generalmente no debe sobrepasar las 200 palabras, y debe
1 Generalmente se redacta “tesis profesional presentada por_ ”, como requisito para obtener
el título en describir el problema objeto de estudio, los sujetos o grupos estudiados, el método
que se utilizó (incluyendo los instrumentos de medición y recolección de datos), los hallazgos
y las conclusiones a las que se llegaron (Ibañez Brambilla, 148-149). Generalmente suele ir
colocado después del índice.
Epígrafe. Consiste en una cita breve, que generalmente se sitúa entre el título y el
comienzo del texto. Los epígrafes pueden hacer referencia a la totalidad del texto o
encabezar cada uno de los apartados del escrito. Incluirlos o no, depende del gusto y
criterio del autor.
Introducción. Para varios autores esta sección es señalada como el Capítulo 1 de la tesis;
sin embargo, en este documento, se sugiere que la introducción no sea capitulada sino
considerada como un apartado de la fase inicial del trabajo.
La introducción consiste en una descripción clara y precisa del problema que se investigó. En
ella se especifican el tema de estudio, los antecedentes, la justificación, el problema, la
hipótesis y los objetivos. Los antecedentes y la justificación se refieren a la parte donde se
mencionan tanto la necesidad como la utilidad de llevar a cabo la investigación propuesta. Se
debe incluir una descripción muy breve de los hallazgos más sobresalientes en relación con el
tema de interés, especificando la población en la cual se efectuaron dichas investigaciones. El
problema planteado debe ser original, relevante y verificable (Ibáñez Brambilla, 151). La
hipótesis sirve como una guía que orienta la ruta que debe seguirse para la obtención de
datos, y es la respuesta tentativa que se propone al problema de investigación. Finalmente,
los objetivos se refieren a los logros que se buscan obtener al final del trabajo y son
justamente los que determinan si el proyecto resultó como se esperaba o no.
En la introducción también se integra una descripción de cada uno de los capítulos que forman
parte del trabajo. Es decir, se hace una breve sinopsis del contenido de cada uno de los
apartados que conforman la tesis.
El cuerpo del trabajo se refiere al desarrollo de la investigación, que a su vez está divido en
capítulos y subapartados. Esta parte del escrito es importante porque en ella se lleva a cabo el
proceso que ayuda a responder a la pregunta de investigación y la(s) hipótesis.
Marco teórico. En esta sección del trabajo, se describen y analizan los estudios llevados a
cabo previamente, que tienen relación con el objeto de estudio. Algunos autores (Ibáñez
Brambilla, 165) sugieren que la extensión de este apartado sea de entre 25 y 40 páginas.
Metodología. En esta parte de la tesis se reportan y se justifican los métodos, participantes
e instrumentos utilizados para la investigación. La descripción de la metodología debe ser
breve y clara, ya que se busca que otro investigador pueda repetir el estudio sin necesidad
de cuestionar al autor. En esta parte del proyecto, también suelen describirse los métodos
que se usarán en el análisis de datos.
Este capítulo comprende los siguientes apartados: sujetos, material y procedimiento. Los
sujetos son las personas sobre las que se realizó el estudio. En la sección de metodología se
describen las características de la población seleccionada, y se menciona la razón por la cual
fueron elegidos. El material que se utilizó para el proyecto también debe ser reportado; si se
usaron cuestionarios, o se hicieron entrevistas o se usó cualquier otro instrumento de
investigación también ha de especificarse. Finalmente, es necesario detallar el procedimiento
que se llevó a cabo para realizar el trabajo.
3. Fase final
Aquí se comprenden dos secciones; conclusiones y recomendaciones. Algunos autores,
identifican esta fase como el último capítulo de la tesis, no obstante, se sugiere que esta
unidad sea clasificada únicamente como la fase final sin necesidad de capitulación.
4. Referencias
La bibliografía del trabajo es absolutamente necesaria debido a que ahí se encuentran los
datos de las fuentes que fueron citadas y que apoyaron el estudio. Para cualquier trabajo, la
manera de registrarlas sigue una serie de normas, generalmente establecidas por los modelos
de cita y referencia de APA o MLA, u otros.
5. Apéndices
También llamados anexos, incluyen todos los materiales que complementan, confirman
o ilustran el trabajo2. Los documentos que generalmente suelen encontrarse en este
apartado son:
Glosarios.
Bibliografía utilizada
LA RESPONSABILIDAD DE IMPORTADORES Y
EXPORTADORES POR EL DESEMPEÑO DE SUS
DESPACHANTES Y DEPENDIENTES EN LAS
INFRACCIONES ADUANERAS
En el Título II de la Sección XII del Código Aduanero, se trata lo relativo a las Infracciones,
siendo que en su Capitulo I aborda el tema de las Responsabilidades. Esta nota, ocupa lo
prescripto en el art. 907, que hace referencia a la responsabilidad que les cabe a importadores
y exportadores por el mal desempaño de los despachantes, en forma solidaria con éstos.
Resulta casi como decir, que aquel que sufre una mala praxis en una cirugía es solidariamente
responsable con el médico.
En primer lugar, considero que el Código Aduanero peca de exceso represivo, pues en
materia de delitos e infracciones se aparta del régimen penal liberal de nuestro sistema, ya
que en algunas figuras invierte la carga de la prueba, quedando así el imputado en situación
obligada de demostrar su inocencia frente al servicio aduanero.
Ocurre en distintas figuras de las infracciones, como el caso de la mercadería faltante del
artículo 955, a solo modo de ejemplo.
Si bien se considera que para que el tipo del artículo 907 sea aplicable, es menester que el
despachante o sus dependientes hayan actuado en ejercicio u ocasión de sus funciones, la
extensión primaria de responsabilidad al operador sigue resultando un exceso en la
intención de abarcar a quienes los contratan y que no guardan más que esta relación y la
mala experiencia de haber contratado personas que no supieron desempeñar correctamente
su profesión. Esa salvedad sirve para determinar la responsabilidad de los despachantes o
sus dependientes, pero extenderla inicialmente, tal como el artículo está redactado, a
importadores y exportadores, resulta innecesario al tiempo que causa una mayor carga
procesal al involucrar, inicialmente a otros y exponerlos a que primero demuestren su falta de
participación; cuando en realidad debería ser al revés; profundizar la investigación y recién
entonces, si se tienen verdaderos indicios serios y concordantes que sostengan una
acusación contra los importadores o exportadores, entonces se los debe incluir en el sumario.
Por otra parte, no se trata aquí de algún caso específico de los que menciona al Código por el
cual el operador resulta en principio como responsable, como puede ser el caso de una
declaración inexacta, sino que el artículo 907 menciona expresamente que el importador o
exportador será responsable por toda infracción que cometa el despachante o algunos de sus
dependientes, con lo cual, lo obliga a asumir la responsabilidad de quien no está bajo su
control y que además con su accionar no lo beneficia sino que por el contrario, lo perjudica.
Además, al decir por toda infracción aduanera, hace responsable al importador o exportador
por situaciones que escapan a su natural ámbito de control de situaciones en las que no
participa. Por ello, considero que se distorsiona el sentido y el objetivo de una norma cuando
la misma pretende abarcar más de lo que puede, en sentido objetivo y también subjetivo, pues
si para algunas situaciones se debe tener en cuenta no solo la objetividad del bien jurídico
tutelado sino también la participación del sujeto, cómo es posible que para regular las
responsabilidades en las infracciones, se estime que siempre un operador será responsable
en forma solidaria con su despachante por las acciones ilícitas de este último o sus
dependientes. También habrá que preguntarse, de acuerdo a la forma en que se encuentra
redactado el artículo pertinente, si probando el importador o exportador su falta de
participación puede ser excluido de la sanción.
Para concluir, considero que podría buscarse otra redacción para dicho artículo, que
involucrara al importador o exportador sólo en caso de que se pudiera demostrar la
connivencia de estos con el despachante y sus dependientes, pues al incluirlos como
responsables directos junto con aquellos en forma primaria, se vulnera el principio de
inocencia que marca nuestra constitución al tiempo que se mezclan innecesariamente las
actuaciones de unos y otros en un sumario más difícil de llevar adelante con sentido coherente
y práctico, pues tal como está escrito, se considera a todos responsables sin tener en cuenta
la situación objetiva y subjetiva del ilícito, desentendiéndose el servicio aduanero del grado de
perjuicio que unos pudieran causar a otros por el mal desempeño de sus funciones. Por
supuesto, entiendo que por vía de la correcta defensa penal puede subsanarse el problema,
pero sin embargo, la letra de la ley lo hace difícil. Estos son, entre otros, algunos de los temas
que podrían corregirse en una reforma correcta del Código Aduanero
Infracciones Aduaneras
Comercio Exterior
– Se consideran infracciones aduaneras los hechos, actos u omisiones que este Título
reprime por transgredir las disposiciones de la legislación aduanera. Las disposiciones
generales de este Título también se aplicarán a los supuestos que el C.A. reprime con
multas automáticas.
DISPOSICIONES GENERALES
– Nadie puede ser condenado sino una sola vez por un mismo hecho previsto como
infracción.
– Salvo disposición especial en contrario, en caso de duda deberá estarse a lo que
fuere más favorable al imputado.
– Para establecer cual es la norma penal más benigna se debe comparar la totalidad
del contenido de las normas penales de las leyes cuya aplicación correspondiere.
– Los efectos de la norma penal más benigna se operarán de pleno derecho, pero no
alcanzarán a aquellos supuestos en que la resolución condenatoria se encontrare firme,
aún cuando no se hubiere cumplido la pena.
Responsabilidad
– 1. No se aplicará sanción a quien hubiere cumplido con todos los deberes inherentes
al régimen, operación, destinación o a cualquier otro acto o situación en que
interviniere o se encontrare, salvo los supuestos de responsabilidad por hecho de otro
previsto en el Código.
– Las personas de existencia visible o ideal son responsables en forma solidaria con
sus dependientes por las infracciones aduaneras que éstos cometieren en ejercicio o
con ocasión de sus funciones.
– Cuando una persona de existencia ideal fuere condenada por alguna infracción e
intimada al pago de las penas pecuniarias que se le hubieren impuesto no fuere
satisfecho su importe, sus directores, administradores y socios ilimitadamente
responsables responderán solidariamente con aquélla por el pago del importe de
dichas penas, salvo que probaren a la fecha de la comisión del hecho no
desempeñaban dichas funciones o no revestían tal condición.
– Cuando un menor que no hubiere cumplido 14 años de edad cometiere un hecho que
constituyere infracción aduanera no será personalmente responsable. En este
supuesto, responderá aquél a cuya guarda o cuidado se encontrare el menor al
momento de cometerse la infracción.
– En toda infracción aduanera cometida por el transportista o por las personas por las
cuales debiere responder el mismo, el servicio aduanero podrá dirigir la acción
respectiva contra el agente de transporte aduanero que lo representare. En este último
supuesto si el agente de transporte aduanero fuere una persona de existencia ideal no
se aplicará a su respecto lo previsto en el artículo 904 del C.A..
La ley 22.415 sustituyó la responsabilidad objetiva de las infracciones a la legislación aduanera por un
nuevo esquema de responsabilidad de carácter subjetivo, sustentado en el principio básico y fundamental
del derecho penal, que establece que sólo puede ser reprimido quien sea culpable.
.
En el régimen anterior a la sanción del Código Aduanero, el art. 166 bis de la Ley de Aduanas
(introducido por la ley 21.898) expresaba que “Las infracciones establecidas en la legislación aduanera
son de responsabilidad objetiva”.
Con el dictado del Código Aduanero (ley 22.415), dicha disposición se derogó y a través del art. 902 se
estableció en su apartado primero que “…No se aplicará sanción a quien hubiere cumplido con todos los
deberes inherentes al régimen, operación, destinación o a cualquier otro acto o situación en que
interviniere o se encontrare…”
Es claro entonces que se sustituyó la responsabilidad objetiva por un nuevo esquema de responsabilidad
de carácter subjetivo que gira alrededor del incumplimiento de los deberes que impone el régimen
aduanero. Este concepto se sustenta en el principio básico y fundamental del derecho penal, que
establece que sólo puede ser reprimido quien sea culpable, es decir, aquel a quien la acción punible le
pueda ser atribuida tanto objetiva como subjetivamente (Corte Sup., Fallos 271:297; 303:1548;
320:2271, entre muchos otros).
Al respecto, en la Exposición de Motivos del Código Aduanero se señala: “Las infracciones se
estructuran sobre la base de un principio que es tradicional en materias de faltas, contravenciones o
simples transgresiones en donde lo que cuenta es la inobservancia de la conducta impuesta por el
ordenamiento. No se ha receptado el texto del artículo 166 bis de la Ley de Aduanas por considerarse
que no delimita claramente el alcance de la responsabilidad objetiva que allí se consagra. En su
reemplazo, el Código adopta un esquema distinto. Para los delitos se mantiene la exigencia del dolo o
culpa en la conducta punible. En cuanto a las infracciones, el principio es que con la trasgresión ya se
produce su tipificación, pero la responsabilidad emergente recibe un tratamiento específico, que en
distintos supuestos permite la no aplicación de pena”.
En conclusión actualmente la responsabilidad en materia de infracciones aduaneras exige como mínimo
un incumplimiento de un deber, esto es que medie un reproche subjetivo que es lo que le otorga su
naturaleza penal . De tal manera el esquema de responsabilidad basado en el incumplimiento de deberes
es congruente con la naturaleza penal de las infracciones aduaneras.
Ahora bien, lo expuesto no es una cuestión meramente académica, sino que tiene consecuencias
prácticas. Veamos un ejemplo que se diera en sede aduana:
Una empresa registra una destinación suspensiva de importación temporaria. Durante la vigencia del
plazo de permanencia acordado en el D.I.T. , las mercaderías ingresadas en admisión temporal fueron
objeto de una medida cautelar de interdicción, dispuesta por orden de la Justicia Nacional en lo Penal
Económico, en el marco de una causa donde se investiga la comisión del delito de contrabando por parte
de la firma importadora.
Vencido el plazo de permanencia, la Aduana formuló denuncia en orden a la comisión de la infracción
prevista en el art. 970 del Código Aduanero e instruyó el correspondiente sumario infraccional.
Inicialmente la aduana absolvió a la empresa en razón de que la medida cautelar fue adoptada con
anterioridad al vencimiento de la importación temporal, circunstancia que impidió la reexportación de la
mercadería.
Con posterioridad, la Aduana modifica este temperamento y condena a la empresa por la comisión de la
infracción endilgada, por considerar que el incumplimiento de las obligaciones asumidas como
consecuencia del otorgamiento del Régimen de Importación Temporaria se debió a causas imputables al
importador temporal, atento que la medida cautelar, impediente de la cancelación del DIT, fue dispuesta
en el marco de la causa en que se encuentra cuestionada su conducta por contrabando.
Dicho criterio es absurdo. Adviértase que si el proceso judicial culmina con la condena de la empresa,
ésta sería pasible de las penas en orden al delito de contrabando y de las que corresponden a la infracción
prevista en el art. 970 Código Aduanero .
Entonces debemos analizar el fundamento por el cual no se le puede imputar a la empresa la comisión de
la infracción mencionada.
Es cierto que al no cancelarse en término el DIT la importadora incumple un deber inherente al régimen
de admisión temporal. Pero también lo es que no puede proceder de otra manera por cuanto la
mercadería se encuentra sometida a la autoridad judicial. ¿Debía desobedecer la orden judicial
legítimamente aplicada por el juez de la causa?
Si se alega que medió fuerza mayor, la aduana sostiene que esa situación no le es ajena a la empresa por
cuanto la medida cautelar se adoptó en una causa judicial en orden al delito de contrabando que se le
imputa.
En este sentido, el Tribunal Fiscal de la Nación, siguiendo el criterio de los tribunales civiles, ha
aceptado la excusa del “caso fortuito” o “fuerza mayor” en los supuestos de la infracción prevista en el
art. 970 del Código Aduanero cuando el impedimento de reexportar no es imputable a quién lo invoca y
reviste el carácter de irresistible (“Orbea Argentina y otros” Expediente 4268-A, Sala “G” sentencia
13/10/1982. Recientemente y en esta misma línea se ha expedido la Cámara Nacional de Apelaciones en
lo Contencioso Administrativo Federal Sala II, en los autos caratulados "Herbas Ramírez César Antonio
(TF 27050-A) c/DGA", sentencia del 07/03/2013, en la cual se señaló, admitiendo la causal de fuerza
mayor alegada por la actora que “…corresponde recordar que en las infracciones aduaneras la
comprobación del hecho objetivo genera una presunción de culpa lo que hace que existe
independientemente de todo elemento intencional, por ello es que sólo se libera de responsabilidad el
infractor cuando por fuerza mayor, caso fortuito o situaciones asimilables justifican el incumplimiento
de los deberes legales, desde que se encuentran totalmente desvinculados de la intención del sujeto
obligado (art. 902 del C.A.) (Sala V, in re: "Compañía Elaboradora de Productos Alimenticios S.A.
CEPA c/ANA s/ANA, expte N° 11.188/96, del 11/11/99).
No obstante, esta causal ha sido rechazada cuando el hecho que obstaculizó el cumplimiento se debió al
secuestro de la mercadería ordenado en un procedimiento judicial que tuvo su origen en transgresiones
del importador, por lo que el hecho no reúna el carácter de imprevisible, inevitable y ajeno a quién lo
invoca, recaudos, estos, propios del “caso fortuito” o “fuerza mayor” invocados en la defensa (Fernández
Morán, Santiago” Expediente 2427-A, TFN, Sala “G”, sentencia del 16/12/1982 ).
Por ello, es muy importante partir de la naturaleza penal de las infracciones para aplicar
subsidiariamente el Código Penal, para arribar a una solución que se adecue a las particularidades del
caso.
Si como dijimos, no cabía exigirle al importador otra conducta que acatar la medida, corresponde
resolver el caso a través de la causal de justificación de cumplimiento de un deber consagrada en art. 34,
inc. 4° del C. Penal, que elimina la antijuricidad y la atipicidad de la conducta.
La citada norma penal en comentario señala que…. “… No son punibles:... 4º. El que obrare en
cumplimiento de un deber o en el legítimo ejercicio de su derecho, autoridad o cargo…”.
Entonces, la antijuridicidad de la conducta (el incumplimiento del deber de reexportar) resulta
desplazada por una norma permisiva, en el caso el art. 34 inciso 4• del Código Aduanero, que establece
la no punición en aquellos casos en que se obrare cumpliendo un deber.
Claramente en el caso, el importador temporal no hizo más que acatar (obedecer) una orden legal
(interdicción de la mercadería), sin importar si fue o no ajeno a la misma. De allí que su conducta,
contraria a la norma legal (antijurídica), se encuentre justificada.
Así, no solo la antijuricidad, es decir, el choque de la conducta con la norma legal, queda desplazada
sino también la tipicidad de la misma por cuanto la conducta desplegada no se adecua a la norma legal
que la individualiza como prohibida, en el caso, al art. 970 del Código Aduanero.
Entonces desaparece la condición de típico del acto, o bien, subsiste materialmente pero no en su
significación jurídica por obra del juicio de valor que resulta del hecho total.
Como se advierte si se hubiera buscado la defensa a través de la fuerza mayor se la habría neutralizado
con la falta de ajenidad de la importadora respecto a la interdicción judicial. En cambio, la naturaleza
penal de la infracción permitió acudir en forma subsidiaria al auxilio de una causa de justificación del
Derecho Penal, como es el cumplimiento de un deber consagrado en el ya citado artículo 34 inciso 4º del
Código Penal.
En esta línea Vidal Albarracín entiende que “…la legislación vigente considera que la estructura
normativa del delito y la infracción aduanera es la misma, por lo que el tipo infraccional puede ser
analizado a través de los aportes de la teoría del delito…”.
Entendemos que este criterio permite arribar a una solución justa frente a la singular situación generada;
pues el cumplimiento de una conducta impuesta por el ordenamiento jurídico derivó en un
incumplimiento que generó la aplicación de una sanción.
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