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El compromiso feminista, se inscribe dentro de aquellas causas que en primera línea bregan
por la construcción de una sociedad justa, ocupándose particularmente de una dimensión de
injusticia en la vida social de larga data y presente en diversos contextos culturales: la
desigualdad de género y la opresión del hombre por sobre la mujer.
En este contexto, hemos tomado la decisión como Gran Directiva de emitir esta declaración,
en la cual nos referiremos a algunos tópicos relacionados con el Feminismo y su
desenvolvimiento al interior de la Fraternidad, sobre los cuales nos parece relevante
pronunciarnos. Para nosotros, la equidad de género ha sido una preocupación desde el inicio,
encontrándose esta temática presente en un lugar protagónico dentro de nuestro programa de
campaña. Del mismo modo, es un tema central de desarrollo dentro del cronograma de ejecución
de nuestra gestión.
Nos parece necesario plantear una postura frente a determinadas discusiones, que en algunos
casos nos preocupan y llaman la atención, pero siempre en el entendido de que la exponemos
configurados como un actor más dentro del círculo fraternal. Asumiendo que existen múltiples y
diversas corrientes de pensamiento que desarrollan el Feminismo, sólo buscamos referirnos a
aquellos aspectos que consideramos deberían constituir mínimos comunes de consenso, situados
desde una óptica genérica y no inclinándonos por ninguna corriente en particular. No es ese el
objeto del presente. En definitiva, esta declaración no pretende ser omnicomprensiva en torno a
las múltiples determinaciones que la problemática de género y el Feminismo suponen, sino que
servir como una mirada general desde la cual creemos debe situarse nuestra institución, para
poder proyectar el Feminismo como línea de trabajo tanto en los espacios internos como hacia la
acción externa.
Nos parece importante se comprenda que la opresión por razón de género presente en
nuestra sociedad como consecuencia del patriarcado, que coexiste y se interrelaciona con
otros sistemas sociales, tiene su forma de expresión en el machismo. La causa feminista
busca la equidad de género y la erradicación de la discriminación, y bajo ningún aspecto,
plantea preservar ese contexto de injusticia, solamente sustituyendo al género opresor.
Cabe recordar en este sentido, que el concepto de feminismo no obedece a un desarrollo
literal ni intuitivo, sino que como señalamos, tiene su origen en una construcción social,
cultural e intelectual. Cualquier equivalencia con la noción de machismo, puede
encontrarse en otra elucubración teórica conocida como hembrismo, frente a la cual – si
bien nos alejamos del objeto de esta declaración – podemos señalar brevemente que es el
término acuñado que distorsiona la lucha del Feminismo en nivelación con el machismo.
Creemos ante este escenario que, en primer término, es nuestro deber estudiar y entender
el modo de funcionamiento específico del patriarcado, identificar de qué formas se
relaciona con otros sistemas, cómo actúa en el mundo profano y las particularidades de su
presencia en el ámbito fraternal. En segundo término, tenemos la convicción de que es
nuestro deber pasar a la acción, buscando formular una línea que permita luchar contra la
desigualdad de género, tanto en lo interno como hacia afuera, siempre en perspectiva de
los Cinco Principios.
Por su parte, la Declaración de Principios Sociales proclama que “debe ser preocupación
de cada miembro de la Fraternidad cautelar y defender la paz social, que sólo es
concebible en ausencia de toda desigualdad o injusticia”. Señala también que “es deber
de la Fraternidad velar porque las ideologías y doctrinas que atentan contra la
realización integral del ser humano no tengan un espacio de desarrollo en el acontecer
social, debiendo rebatir inclaudicablemente sus postulados y acciones”. En tanto el
Feminismo busca la equidad de género y lucha contra el machismo, siendo este último
contrario a la realización del ser humano integral, determina que la causa feminista sea
una expresión del cumplimiento de este mandato fraternal. En contrapartida, determina
que es nuestro deber plantear una oposición inclaudicable en contra del machismo.
Por tanto, en virtud de ser el Feminismo una expresión práctica de los Cinco Principios
que juramos o prometimos resguardar, es que creemos que la defensa de la equidad de
género y el combate contra el machismo y el patriarcado – o cualquier otro sistema de
opresión – es un deber de importancia primordial, por una cuestión de perspectiva
humanista general. Máxime, si consideramos que parte de quienes componen la
Fraternidad corresponden a Queridas Hermanas cuyo género ha transitado el rumbo
histórico y aún vigente de la discriminación y la subyugación. Se trata de una cuestión de
perspectiva social universal basada en el humanismo, y al mismo tiempo, de un asunto de
empatía de inmediata proximidad.
Hecha esta prevención, con las particularidades y gradualidad que en cada caso se
presenten, sostenemos que es posible responder con certeza la disyuntiva de si es posible
o no que un profano con sesgo machista pueda ingresar a la Fraternidad. Nuestra
respuesta es que NO es permisible y que dicha persona debería ser rechazada en el
proceso previo a una eventual iniciación e incorporación. Similar consideración de
reproche tenemos acerca de la continuidad de una querida hermana o de un querido
hermano que en su definición y/o actitud pregona el machismo.
Creemos que es importante invitar a la reflexión de todas y todos quienes componemos esta
institución de cara a la proyección interna y externa del Feminismo. Entendemos también que las
posibilidades de estudiar y practicar nuestros principios son infinitas, y que los énfasis o ámbitos
de interés abarcan las más variadas temáticas, dentro de las cuales, se encuentra el Feminismo.
De todas maneras, consideramos que en una institución como la nuestra, marcada históricamente
por su carácter progresista que busca influir positivamente dentro de la sociedad, la causa
feminista debe ocupar un lugar primordial. Como Gran Directiva, declaramos que seguiremos
adelante una agenda que busque posicionar al Feminismo como un tema esencial y permanente
en la Fraternidad, pues creemos que es necesario demos un paso sustancial hacia adelante en esta
materia.
GRAN DIRECTIVA
FRATERNIDAD JUVENIL APE