•

Adani Jonathan Kuper

Ortodoxia y Tabú
. Apuntes críticos sobre
la teoría antropológica

Publicacions d'Antropologia Cultural

Universitat Autbnoma de Barcelona
M'ate:n.1989
 •.

ASCENSO Y CALDA Da LA SOCIEDAD PRAUTZVA (1917) 21

ASCENSO Y CAÍDA DE LA SOCIEDAD PRIMITIVA (1987)

Oit fait de la science --et surtoul de la
contre sa formation autant qu'avec sa
formation. Et sede l'historie petu nous debarrasser
de l'historie..
Pierre BOURDIEU, Legon sur legon, París, 1982.
.1
•

Hace algunos años, me encargaron escribir un artículo ren-ospectivo

sobre la teoría del linaje que me llevó a reconsiderar en su conjunto la
historia de la idea de sociedad primitiva, y a embarcarrne en la redacción
de un libro que en esto.i momentos estuy terminando*.
Mi intención esta tarde es explicaros una parte de esta historia. Su
esquema general será familiar para rntichos de vosotros, pero espero
modifica'. algunas concepciones y destacar lo que. me parecen las
cuestiones más fundamentales 'Sobre la historia interna de nuestra
disciplina. • .** " .
La idea de sociedad primitiva tiene un largo y complejo pasado, pero
mi interés se centra en la nueva y especf,fica concepción de la estnictura
de la sociedad primitiva qut cristalizó en los anos sesenta y setenta del
siglo xiX. Desde la década de los sesenta del siglo pasado, los que
escribieron sobre «la sociedad pi-imitiva» tendieron a creer que existía un
tipo único y original de sociedad y a estar de acuerdo en sus características
principales. Además, compartieron la creencia de que las huellas de esta
condición 'ancestral podían encontrarse entre los llamados pueblos
«primitiVOS» de su tiempo.
• Los contemporáneos del siglo pasado tuvieron muy claro que había
nacido una nueva ciencia entre la publicación de Ancient Law de Maine
en I861 y Ancient Society de Morgan en 1877. La nueva antropología
era ecléctica y sus inspiraciones muy diversas, pero en una sola década se
creó un amplio consenso acerca de. la naturaleza de la «sociedad
primitiva». Y. lo que fue aún más fundamental, se estableció entonces
«la sociedad primitiva» como objeto de investigación científica.

aN. del T. The invention of Primitive Society: Transformations of an Illusion.

Roudedge and Keagan Paul. Londres 1988.
22 ADAMICUTER
El consenso abarcaba los puntos siguientes:
,
1. Las sociedades más primitivas estaban ordenadas sobre la base de
las relaciones de parentesco.
. 2. La organización del parentesco en la sociedad primitiva estaba
basada en grupos de filiación.
3. Estos grupos de filiación eran exógamos y estaban relacionados
entre sí por una serie de intercambios matrimoniales. •
4. Los distintos grupos adoraban y protegían con tabúes a sus
espíritus ancestrales, originariamente concebidos como especies naturales.
5. Estas instituciones primigenias, como especies en extinción,
estaban preservadas en forma de fósil en terminologías de parentesco y en
ceremonias que reflejaban prácticas ya desaparecidas.
6. Finalmente, con el desarrollo de la propiedad privada, emergía un
estado territorial. Este era considerado el cambio más revolucionario en la
historia de la humanidad y marcaba la transición de la sociedad antigua a
la moderna.
Tal vez la persistencia de este modelo es aún más sorprendente que su
rápido establecimiento. Las historiografías convencionales de la antropo-
logía describen una sucesión de teorías casi filosóficas.,—evolucionismo,
difusionismo, funcionalismo, estructuralismo, etc.—, pei -o debajo de las
novedades teóricas puede.distinguirse esta teoría sustantiva y resistente
que constituye la sociedad primitiva. El hecho más destacable es la
persistencia de esta teoría durante más de cien años, sobre todo si tenemos
en cuenta que las investigaciones empíricas sobre las sociedades
«primitivas» tropicales sólo se abordaron sistemáticamente y en alguna
medida en la última década del siglo Xtx.
El rápido establecimiento y la resistencia de una teoría no es un hecho•
particularmente destacablé si la teoría es verdadera, pero casi ningún
antropólogo aceptaría hoy que esta teoría clásica de la sociedad primitiva
es sustancialmente correcta. Por el contrario, el punto de vista ortodoxo
actualmente es que nunca existió una cosa tal como lo que se entiende por
«sociedad primitiva». Ciertamente, no se puede reconstruir esa sociedad ni
existen fósiles de las sociedades primigenias, más aún, probablemente las
primeras sociedades humanas eran muy distintas a este modelo. Dc hecho,
los grupos de cazadores-recolectores supervivientes no se amoldan a un
único tipo organizativo. Si pensamos que las variaciones ecológicas
constriñen la organización social, especialment9 'si la tecnología es
simple, debemos suponer que existían diferencias considerables en la
estructura social de las primeras sociedades humanas. D¡cho brevemente,
la historia de la teoría de una sociedad primigenia es la historia de una
ASCENSO Y CALDA DE LA soaEoAnalumnivA °gen
3.2
ilusión. Es nuestro flogisto, nuestro éter; o dicho de una forma menos
grandilocuente, nuestro equivalente a la noción de historia. •
Desde la ley antigua hasta la sociedad antigua
La cuestión más urgente es entender cómo una ilusión así pudo
persistir durante tanto tiempo en el corazón de una disciplina académica;
permitidme empezar, no obstante, por recordar de forma breve cómo
cristalizó inicialmente.
Este nuevo consenso no se creó a partir de ningún libro en particu-
lar, ni mucho menos a partir de El origen de las especies,
publicadc
en 1859 1 .'Las teorías de los proto-antropólogos no eran consistente-
mente darwinistas; muchos de estos autores tampoco pretendían serio.
Incluso la idea de la selección natural sóló aparecía de una manera
intermitente en las obras de los «evolucionistas» más famosos. El,éxito
de Darwin reforzó las aspiraciones de ciertas corrientes de pensami-
ento aparentemente evolucionistas y, sin duda, estableció un nuevo espa-
cio para las investigaciones antropológicas dentro del campo de las
ciencias naturales. Sin embargo, estos diletantes en biología preferían la
visión Lamarkiana de la evolución más que la de Darwin, si verdade-
ramente reconocían sus diferencias. Herbert Spencer causó, al fin y al ca-
bo, más impacto sobre Maine, e incluso Tylor y DurIcheim, que Darwin.
Una razón que explica el escaso impacto de las teorías de Darwin es
que el estudio de la sociedad primitiva era considerado generalmente como
una rama de los estudios de derecho o de clásicas. Muchos de los
principales autores eran abogados, incluyendo a Bachofen, Kohler, Maine
McLennan y Morgan. Los temas que investigaron —el desarrollo del
matrimonio, la familia, la propiedad privada y el estado-- se concebían
como cuestiones legales. La fuente inicial —el estudio de casos
comunes— fue
tomada del derecho romano. Esta formación legal cora&
desmarcó también a los sociólogos del derecho de otros contemporáneos
«antropólogos», como Tylor o Lubbock (amigo de Darwin), cuyo:
intereses principales estaban relacionados con la cultura material y el
desarrollo de la religión. Fue precisamente Tylor quien comentó que
el estudio de temas como la exogamia «pertenecen con más propiedac
al campo, interesante pero difícil y poco conocido, de la jurisprudencia
comparativa de las razas inferiores, y
nadie que no esté versado en derecho
civil puede hacerlo con justicia».
I DARWIN, Ch., The Origin of Speeies, 1859.
 .. . •
z4 ADAMKUPER
En caso de que tuviéramos que colocar una obra clave la cabeza de lo
que llegaría asar una nueva disciplina, parece razonable escoger Ancient
Law de Henry Maine, publicado en 1861, dos años después de la '
aparición de El origen de las especies.
Los libros más influyentes aplican a menudo ideas y métodos ya
establecidos a un nuevo campo de estudio. Maine introdujo la tradición
germánica de la historia del derecho romano en Gran Bretaña y tomó
11) tado el marco de trabajo indoeuropeo de la historia comparativa de los
filólogos alemanes. ame . .go-de-Savi~
propio enemigo desafiando en su libro la tradición radical en política y
filosofía del derecho que va de Rousseau a Bentharn. Estos filósofos,
partiendo de sus ideas fundamentales, oponían la ley de la naturaleza a las
injustas y artificiales construcciones de la historia. Maine, políticamente
conservador, se alineó más bien entre aquellos historiadores que creían,
por el contrario, que la historia proporcionaba un marco optimista de
crecimiento orgánico y progreso gradual y que ello demostraba la
superioridad del estado civilizado a las formas antiguas de orden social.
Rousseau. Hume y Bentham partieron de la premisa de que el orden
político se instaurabá mediante un contrato social entre individuos libres.
Maine intentó demostrar que, por el contrario, el contrato era el producto
final de una larga marcha histórica, que empezaba a partir de una forrna de
sociedad basada en relaciones de estatus, que entendía esencialmente como
relaciones de parentesco. Para Maine la tiranía y la explotación no eran
signos de decadencia como creían los utilitaristas, sino fases primitivas de
la historia política que las sociedades civilizadas habían superado.
El impacto del libro de Maine fue realmente inesperado. El estudio de
casos del derecho romano había infltlido, pero Maine nunca llegó a ejercer
una influencia importante en la historia del derecho romano, ni tampoco
el derecho romano se estableció como un punto central de referencia en
antropología. El marco comparativo indoeuropeo pronto pasó de moda.
incluso el mensaje político fue pronto olvidado.
La contribución más duradera de Maine fue restablecer y emb.ellecer
una noción clásica de la condición humana-. Como en la Biblia y en los
clásicos, el concepto de la historia de Maine consideraba originariamente
al hombre como un miembro dependiente de un grupo familiar
corporativo conducido por un patriarca despótico. Más tarde, el poder
patriarcal y su consecuencia, la agnación, proporcionó las bases para
asociaciones más amplias. Posteriormente, estas. comunidades fueron
adoptando personas abandonadas o extraviadas y el principio de agnación
.se fue diluyendo dando lugar a que las asociaciones locales se
constituyeran en las bases organizativas de la vida social. Finalmente, las
sociedades básadas en el parentesco fueron reemplazadas por sociedades
ASCENSO Y CAIDA DE LA SOCIEDAD PRIMITIVA (1927) 25 •
basadas en el estado. Esta transición de la sangre ell territorio, del estatus
al contrato, era la mayor revblución en' la historia de la humanidad.
En 186/1 el académico francés Fustel de Coulanges publicó La Ciré
Antique, donde presentaba una explicación similar de la historia social y
política del género' humano, pero añadiéndole un nuevo determinante. el
progreso religioso.. No obstante, en ,e1 mismo año en que se publicó
Ancient Law, un profesor suizo de derecho romano, Johannes Bachofen,
apeló a algunas de las fuentes de Maine, particularmente a los mitos
griegos y la ley romana, pero llegando a distintas conclusiones: la
estructura de la nffillta-tiurtransa-crrigirraria-era-matríarcaL 'Un priRra
escocés, J.F. McLennan, llegó a una conclusión parecida sin conocer las
tesis de Bachofen y simplemente por reacción a Maine. El libro Prinzitive
Marriage de McLennan (1865) se opuso a Ancien Law lo Mismo que la
obra de Maine se había opuesto al trabajo de los utiliearistas: fue una
inversión sistemática justificada por la apelación a nuevas pruebas de la
evidencia.
. El punto de partida de McLennary fue el problema malthusiano: las
sociedades se vieron obligadas a liniitar su fertilidad, ya que, de otro
modo, no hubieran logrado sobrevivir. Según McLennan, el infanticidio.
femenino habría supuesto una forrna particularmente eficaz de cont-rolar el
crecimiento de la población, ya que menos mujeres significa menos
niños. Además, en un. mundo donde sólo sobrevive el más fuerte, la
adopción de esta práctica supondríaUentajas adicionales: una población
mayoritariamente masculina significh una rnayor capacidad de lucha.
Cuando los guerreros necesitaban mujeres, las capturaban a sus enemigos
y las compartían entre ellos. La polianciria se erigía así como norma y la
exogamia como una estrategia de supervivencia. Pero estas costumbres
eran incompatibles con la organizacióit patriarcal, ya que en una sociedad
como esta los lazos de sangre sólo se podrían trazar a través de la madre.
En consecuencia, las primeras sociedades sólo reconocerían la filiación
matrilineal. El matrimonio individuál, que conduciría al patriarcado,
correspondería a una fase mucho mál tardía. La corroboración de esta
teoría se basaba parcialmente en ceremonias que se pensaba que
conservaban antiguos usos y en informes sobre la práctica del infanticidio
femenino y la poliandria en algunas áreas montañosas de la India.
En The Descent of Man, publicado'en 1871, el propio Darwin expresó
su escepticismo ante estas ideas. Iniciálmente, asumió el principio de que
los celos sexuales eran un instinto básico masculino y que por eso la
poliandria general era inconcebible. En segundo lugar, él creía que ios
primates estaban comúnmente organizados en bandas bajo machos
dominantes y poligínicos. Sin embargo, dentro de los términos del debate
sobre la naturaleza de la sociedad primitiva, la versión de McLennan se
 26 ADAMICUFER
estableció rápidamente como la principal alternativa frente a Maine y fue
incluida en los primeros manuales de Lubbock y Tylor. -Además, la
versión de McLennan fue la que precipitó la crsitalización del más
influyente de lcis paradigmas, el de Lewis Henry Morgan.
Morgan fue otro jurista obsesionado por los clásicos. Al igual que
Maine, estuvo fuertemente influenciado por los estudios germánicos de la
filología indoeuropea, los cuales parecían ofrecer un nuevo camino hacia
los orígenes de la humanidad. Como McLennan, pero con un
conocimiento mayor de biología, estuvo fascinado por la teoría de
Darwin. Políticamente, su ideario era algo distinto al de Maine y
/vIcLennan. Maine era un teórico conservador, preocupado por la
expansión de la democracia y el futuro del Imperio de la India. McLennan
era liberal y aunque esto no fuese en principio determinante para sus
investigaciones antropológicas, sí alimentó su reacción contra Maine.
Morgan, sin embargo, era un liberal republicano del norte y el punto'
clave de sus preocupaciones políticas era la esclavitud y la guerra civil.'
Pero para Morgan estos ternas eran una cuestión fundamentalmente
religiosa. ¿Nacían los hombres libres e iguales, tal como proclamaban la
Biblia y la Constitución o Dios habla creado diversas especies de.
hombres con distintos destinos? Esta cuestión se convirtió en el principal
tema de discusión para la naciente antropología a ambos lados del
Atlántico, siendo los- darwinistas firmemente defensores de la teoría
monogenética..
El proyecto de Morgan consistía en conseguir una prueba filológica
que permitiera establecer un mismo °origen para varias razas humanas. La
unidad de las lenguas indoeuropeas ya había sido probada por el uso de
vocabularios y, por una serie de casualidades, Morgan eligió algunos
sistemas americanos de nomenclaturas de parentesco como la fuente de
una teoría aún más atrevida: los términos de parentesco de varias tribus
americanas diferían mucho entre sí, pero conformaban los mismos
modelos y revelaban una misma estructura. Esta estructura era muy
diferente de las estructuras lingüísticas europeas modernas pero Morgan
demostró, para su satisfacción, que estaban conectadas con _estructuras de
otros pueblos antiguos, especialmente con los tamiles. A continuación,
señaló que las terminologías europeas de parentesco podían representarse
como una transformación de estas terminologías exóticas y concluyó que,
a un nivel más profundo que el del vocabulario, las distintas tradiciones
lingüísticas de la humanidad mostraban una unidad que sólo podía ser
explicada a partir de un origen común.
Morgan leyó el libro de McLennan cuando había llegado a estas
conclusiones y su lectura le inspiró una nueva y arriesgada síntesis: los
sistemas terminológicos de parentesco podían ser tratados como fósiles,
ASCENSO Y CALDA DE IA SOCIEDAD PRIMMYA 0917)
' 27
supervivencias, y a partir de estas terminologías se podían inferir las
formas de sistemas de parentesco desaparecidas hacía tiempo. 'Según
Morgan, las nomenclaturas más primitivas mezclaban todas las relaciones
de la generación anterior en un solo término y todas las relaciones de la
generación posterior en otro, lo cual reflejaba la existencia en tiempos
remotos de sistemas de parentesco basados en matrimonios de grupo.
Los principales antropólogos ingleses —especialmente Tylor y
Lubbock— aceptaron la obra de Morgan Systems of Consanguinity
como una modificación de la teoría de McLennart y le dieron *una calurósa
bienvenida cuando les visitó en Londres en 1871. En este Mismo año
apareció The Descent of Man y Morgan aprendió a su vez
sus últimas
ideas relacionadas con la evolución de la tecnología y la religión.
De
vuelta en América, fusionó su historia del desarrollo de la familia con una
historia unilineal del desarrollo tecnológico y del progreso político que
alcanzaba su apogeo con la Constitución americana. El título de su
Ancient Society recordaba el título de la obra de Maine,
Ancient Law,
por cierto, muy adecuadamente, ya que pertenecía al mismo universo
discursivo.
Entre Ancient Law y Ancient Society
habían transcurrido sólo
dieciséis años y no es descabellado intentar señalar las diferencias entre
ambas obras. Maine escribió una historia no progresiva del derecho
incicieuropeo, en la cual argumentaba qu'e la sociedad originaria estaba
basada en familias patriarcales y que el progreso dependía
fundamentalmente del esfuerzo de los juristas. Morgan, en cambio,
escribió una historia progresiva de la humanidad, argumentando que la
sociedad originaria se basaba en el matrimonio de grupo y la filiación
matrilineal y que el progreso era inevitable, programado en toda sociedad
humana. Los datos sobre los que se apoyaba Maine fueron extraídos en
gran parte del derecho hindú y romano, los de Morgan, de los indios
americanos y de otros sistemas de nomenclaturas de parentesco. Por una
parte, sus preocupaciones políticas eran muy diferentes y el mensaje de
sus libros diametralmente opuestos. Sin embargo, desde otro puntode
vista, ambos compartieron un modelo básico de los orígenes del hombre
y de la historia humana: inicialmente, la sociedad humana estaba
fundamentada sobre la consanguinidad y posteriormente llegaron a ser;
determinantes las relaciones políticas basadas en el territorio.
En los dos modelos esta transición significaba el evento más
importante y revolucionario en la historia de la humanidad, tanto es así
que para ambos la historia evolutiva de la humanidad
se podía reducir a un
modelo de dos estadios. Maine escribió en un famoso pasaje:

7.8 ADAMKUPER
La historia de las ideas políticas empieza de hecho con el
supuesto de que el parentesco consanguíneo es la única base
posible para el establecimientO de comunidades con funciones
políticas, ni se da ninguna de esas subversiones de sentimientos,
que nosotros llamamos enfáticamente revoluciones, tan
sorprendente y completa como el cambio que se consiguió cuando
otro principio —como por ejemplo, el de la contigaidad local se—
establece por primera vez corno la base de la acción política
L Ct.
En Ancient Sacies), Morgan se hacía eco de estas palabras:
Aquí puede'establecerse una premisa y es que todas las formas de
gobiemo son reducibles a dos planos generales... El primero, en el
orden del tiempo, está fundado en las personas y sobre relaciones
puramente personales... El segundo está fundado sobre el territorio
y la propiedad y se puede llamar estado.
Al lado de esta coincidencia fundamental, las diferencias entre Maine y
Morgan se convierten en insignificantes3.
La invención del totemismo
Si los juristas se dedicaron a construir una historia de la familia y d¿1
estado, Tylor y Lubbock se ocuparon más bien del desarrollo de la
tecnología y del intelecto. Cuando en 1871 Darwin publicó finalmente
The Descent of Man, Tylor se sumó de forma entusiasta al gran proyecto
con una historia del pensamiento religioso. Inicialmente, el hombre era
politeísta en el sentido más promiscuo: cualquier cosa, animal, vegetal o
mineral era un dios potencial. Su religión consistía en la propiciación de
estos dioses mediante formas de sacrificio y Tylor la llarnó «animismo».
Tyl6r sugería que el hombre, a medida que se iba haciendo más racional,
iba dejando atrás las supersticiones irracionales hasta llegar a abandonar
totalmente la religión.
Obviamente, era deseable vincular la forrna más primitiva de religión
con la forma más primitiva de familia. McLennan lo hizo así,
argumentando que cada grupo (gens) matrilineal tendría su propia deidad
natural, a la cual denominó tótem, partiendo de una. incompleta etnografía
2 MAME.H., Anclen: Leal.. p. 124.
3 MOROAN. L. H.. Anclen: Society, pp. 6 -7.
ASCENSO Y CA1DA DE LA SOCLED
. AD paudruvA (1967)
29
australiana y americana. Esta idea inspiró al .amigo de McLennan, el
orientalista Robertson Smith, el desarrollo de su nueva y brillante
síntesis. Elrpropio cristianismo era simplemente la forma más sofisticada
del totemismo: una religión en la cual el dios es sacrificado para salvar a
toda la humanidad. Eri dos monografías extremadamente influyentes,
intentó trazar un origen totémico y en Última instancia matriarcal para las
sociedades del antiguo Oriente' Medio. '
El con. texto público
He. sugerido hasta ahora que no existió una fuente intelectual común
para las nuevas ideas sobre la sociedad'primitiva y que las figuras más
influyentes compartían muchos supuestos comunes, aunque no
respondían a un mismo impulso político. La guerra civil en Estados
Unidos hizo revivir los tempranos debates europeos sobre la esclavitud y,
junto con el desarrollo del Imperio de la India y la colonización de África,
planteó cuestiones fundamentales sobre la naturaleza de la civilización
• humana. Los intelectuales también, estuvieron pteocupados, algunos
obsesivamente, con las consecuencias.de la extensión del derecho a voto a
las nuevas clases sociales. Especialmente en la Europa continental había
un gran interés por la vitalidad de los movimientos nacionalistas. Todas
estas cuestiones políticas parecían aptas para la discusión antropológica,
aunque no incidieron de igual forma e !intensidad entre los antropólogos.
Tan importante como esta implilación política fueron los teinas
relacionados con la religión y la políticla social surgidos a raíz del reto de
Lyell y Darwin a la establecida versión bíblica de la historia. La década de
los ochenta en el siglo xtx fue un momento de transición muy
importante dentro del naciente discurso antropológico. Si inicialmente el
punto de referencia principal era la teoría política, éste fue desplazado
progresivamente por cuestiones teológicas. Marett hizo hincapié en este
astiectó al escribir en su monografía sobre Tylor: «Afortunado en el año
de su nacimiento (el del Acta de Reforma) Tylor había alcanzado su
madurez justamente cuando en Inglaterra la liberación intelectual,
siguiendo los pasos a la liberación política, estaba llamando a filas en la
lucha inevitable contra los acérrimos defensores del antiguo régimen»4.
Sin embargo, Morgan y Robertson Smith, por ejemplo, siguieron siendo
hombres religiosos y la bien implantada «teología natural» prometía un
refugio para aquellos que quisieran combinar evolucionismo y
cristianismo.
4 MARETr. R. R., The Threshold of Religion, 1909.
 30 ADASIKUPOI
De todas formas, este interés obsesivo por los orígenes del hombre
tiene que responder a algo más profundo que la cuestión política o
religiosa. En la ségunda mitad del siglo xix, los europeos se vieron a sí
mismos tesiigos de 'una transición revolucionaria en el seno de su
sociedad. Marx definió la sociedad capitalista como modelo emergente del
orden feudal. Weber escribió sobre la racionalización. la burocratización,
el desencanto del viejo mundo; Tonnies sobre el paso de la comunidad a
la asociación; Durkheim sobre el cambio de las formas de solidaridad
mecánica a formas de solidaridad orgánica. Para cada uno, el nuevo mundo
era concebido en oposición a una forma de sociedad tradicional y el
último estadio al que se referían todos ellos era la sociedad primitiva o
primigenia.
Los antropólogos también concibieron su modelo de sociedad
primitiva en oposición a la concepción de un mundo pre-moderno que se
definía. por encima de todo, por el estado territorial, la familia
monogámica y la propiedad privada. Como entre los pensadores escoceses
del siglo dieciocho, creían que había habido una progresión técnica y
económica paralela a los distintos estadios de organización social, desde la
caza y Ia recolección a través del pastoreo y la agricultura hacia la
actividad industrial, y que estas revoluciones sociales y económicas
fueron acompañadas por un cambio en las mentalidades, desde el
pensamiento ilógico y mágico, a través de la religión, hasta llegar a la
ciencia. Dicho brevemente, los pioneros antropólogds, al igual que sus
contemporáneos más reflexivos, creyeron que su propio tiempo era una.
época de transición generalizada y volvieron la vista atrás en busca de un
camino hacia el futuro.
Transformaciones
Cualesquiera que sean sus posteriores implicaciones, sus referencias.
la concepción formal de la estructura de la sociedad primitiva que
cristalizó a finales del siglo diecinueve era muy simple. La sociedad
primitiva formaba originariamente un todo orgánico y, en un momento
dado, se fragmentaba en dos o más bloques idénticos: grupos de filiación
corporativos y exógamos. Las mujeres y los bienes eran compartidos
comunitariamente por los hombres de cada grupo y el matrimonio tomó
la forma de intercambios regulares entre ellos. Estos grupos adoraban a
los espíritus de sus antepasados. Estas formas "sociales, una vez
extinguidas, permanecieron en el lenguaje (especialmente en las
terminologías de parentesco) y en las ceremonias de los pueblos
primitivos.
ASCENSO Y C.AÍDA DE LA SOCEDAD PRDATZVA
(19.7)
• 31
Durante los siguiente.s cien años, los antropólogos sociales trabajaron
sobre estos conceptos elementales y todos los- antropólogos importantes
desarrollaron su propia versión. Generalmente, los elementos se
mantenían estables aunque se otorgaba preeminencia a uno u otro. Pero
se reordenaban de todas las formas imaginables. Yo considero
que la
persistencia del modelo es más sorprendente que su emergencia, pero
quiero plantear en primer término .no el porqué sino el cómo persistió.
La noción de Lévi-Strauss sobre las transformaciones es útil para
pensar sobre la sucesión de prototipos, tipos ideales y mo'delos en los .
cuales se ordenaban y reordenaban los elementos de la concepCión original
de sociedad primitiva. Más prosaicamente, me acuerdo de algo que Meyer
Fortes solía decirme (para ponerme en guardia de la ingeniosidad de los
ingleses): los universitarios típicos, me decía, han sido entrenadoipara
coger las teorías aceptadas y darles la vuelta, un truco puramente
mecánico, pe
. ro que produce la apariencia de originalidad.
No puedo dar aquí ejemplos detallados, pero un breve recorrido porla
historia de la antropología social puede ser, al. menos, sugerente. Para
Maine, la sociedad originaria estaba compuesta por una asociación de
familias patriarcales y gradualmente estas familias se extendieron
formando corporaciones patrilineales. McLennan sustituyó
estas
agrupaciones patriarcales originarias por grupos de hermanos con sus
mujeres, cuyos descendientes formarían grupos matrilineales. Morgan
introdujo la idea de que los grupos
de hermanos se casaban con grupos de
hermanas (después de una fase inicial en la cual se apareaban con
sus
propias hermanas); esta práctica llevaba una vez más hacia la i-na-
trilinealidad, ya que el único 1820 individual se estableefa entre la
madre y el niño.
El discípulo de Morgan en las antípodas, Fison, planteó sobre bases
puramente formales, que si una sociedad originaria estuviera forrnada por
dos grupos de hermanos que intercambiaran hermanas, esto conduciría con
el tiempo a una pauta matrimonial con primos concretos, los hijos de
siblings del sexo opuesto; Tylor acuñó el término de matrimonio entre
primos cruzados para calificar este fenómeno.
Hacia finales de siglo, la idea más aceptada era que
el matriarcado fue.
previo al patriarcado y que el matrimonio de grupo y entre primos'
cruzados era una característica de las primeras sociedades. También se
llegó al acuerdo de que entre las sociedades existentes,
las más cercanas a
la primitiva se encontraban en Australia. Como Morgan escribió:
Lbs australianos se sitúan por debajo
de los polinesios, y mucho.
más abajo que los aborígenes americanos. Se encuentran por debajo
de los negros africanos y muy cerca del final de
la escala. Sus

ADAM RUTA
instituciones sociales, por ello, se deben aproximar mucho al tipo
primitivo de sociedad, más que ningún otro pueblo conocido en la
actualidad3 .
Morgan, Fison, Tylor y Frazer concordaban al representar a Australia
como el lugar donde se encontraban sociedades organizadas en dos
(posteriormente cuatro y ocho) clases matrilineales que practicaban el
matrimonio de grupo por intercambio.
ivers acep a ar • . • • sociedad en transición de la matrilinealidlid a la patrilinealidad, sino más
sociedades australianas, pero opinaba que el caso melanesio era muy
diferente. En la Melanesia, los matrimonios se practicaban con cierto tipo
de parientes, trazados genealógicamente, y concretamente con los primos
cruzados. El tipo melanesio de sistema matrimonial, no obstante, no
podía haber surgido del tipo australiano, más aún, Rivers rechazó el
evolucionismo unilineal. Las sociedades cambiaban como consecuencia
de contactos y migraciones. El modelo melanesio no representaba el
.siguiente estado de la sociedad australiana, como tampoco Australia
representaba necesariamente la fuente de los sistemas melanesios de
organización social.
• El primero y más importante seguidor de Rivers fue Radcliffe-Brown,
que retomó de nuevo esta teoría. Los sistemas australianos eran
variaciones sobre un tema y los sistemas sociales melanesios pertenecían
a la misma familia de variaciones. Melanesia y Australia no eran sino
provincias dentro de un gran conjunto australiano --dravidiano de
estructuras sociales que se extendían hacia el sur de la India. Por otra
• parte, el modelo australiano de Radcliffe-Brown se adaptaba al cuadro
dibujado por Rivers de la Melanesia. El matrimonio era un asunto
individual, concerniente a las familias nucleares y la regla típica era que
uno debe casarse con una prima cruzada matrilateral.
Cuando Radcliffe-Brown pasó a ser profesor de antropología social en
Oxford, un poco antes •del estallido de la Segunda Guerra Mundial, sus
lugartenientes eran Ev ans-Pritchard y Portes. Estos antropólogos
.
• volvieron a introducir la oposición clásica entre sangre y territorio,
sociedades con y sin estado, pero en sus manos esta división se convirtió
en una clasificación en el espacio más que en el tiempo. Los sistemas
políticos africanos estaban organizados en bandas fundamentadas en el
parentesco, en linajes segmentarios o en estados. El linaje •segmentario
era una forma intermedia que combinaba sangre y territorio, filiación y
3 MORGAN, L.H., Systems of Cansanguínity and Affinity of the Human Family, 1870.
- .-
ASCENSO Y CAIDA DE LA 500 EDAD PRIMITIVA (1981) 33.
territorialidad. Esta tipología no implicaba ninguna sucesión en el tiempo
ni superioridad de una forma sobre la otra6 .
En Thé iVuer (1940); Evans-Pritchard intentó convencer a sus lectores
de que los •nuer concebían el territorio en términos de filiación y el
tiempo en términos de espacio. Una aproximación humanística a la teoría
de Einstein le permitió aparentemente entender la teoría particular de la
relatividad. Forres, por su parte, introdujo la idea del tiempo cíclico en su
concepción de la estructura social. Para Fortes, los ashanti no eran una
bién cada grupo doméstico pasaba a través de un ciclo de desarrollo y, si
en un estadio llegaba a ser patriarcal, éste empezaba y finalizaba como
una célula menor en un matrilinaje7 ; las aparentemente variadas formas
que tomaba un grupo doméstico concreto representaban los estadios de un
ciclo por el que todos pasaban.
Su brillante contemporáneo continental, Lévi-Strauss, desarrolló una
tipología global. Las 'formas sociales australianas, surasiáticas y chinas
representaban las modalidades de estructuras «elementales» de
organización social. Éstas se oponían como conjunto a las estructuras
«complejas» de las sociedades modernas. Si Fortes. y Evans-Pritchard
argumentaban que los distintos modol de filiación generaban tipos
característicos de sociedad, Lévi-Strauss insistía en que eran los distintos
tipos de matrimonio entre primos cruzados lo que producía tipos muy
distintos de estructura social.
En la generación posterior, Leacih intentó demostrar que las
comunidades en las colinas de Kachin oscilaban entre sistemas estatales y
sistemas de linajes segmentarios. Más tarde, unió esta versión de la teoría
de linaje al modelo de Lévi-Strauss, y sugirió que el movimiento
gumlaolgunisa en las colinas de Kachin se generaba por la contradicción
dentro de los sistemas de linaje. ¿Eran los linajes iguales o jerárquicos?
El sistema del matrimonio matrilateral de primos cruzados, opinaba
Leach, produce inevitablemente desigualdad entre sus miembros, ya que
algunos linajes tendrán más éxito en la acumulación de mujeres que
otrcss.
Siento haber sido tan breve, e incluso me temo que algo críptico, pero
me gustaría que quedara clara la idea principal: lo que empezó siendo un
intento de especificar las características de «la sociedad primitiva» se
ti r
....VANS-PRITCHARD, E.E., y FORTES. NI.. African Political Systems. 1940.
7 EVANSiPRITCHARD, E.E. The Nuer, 1940.
1 LEAcm, E.R., The Structural Implications of Afatrilateral Cross-cousin Marriage.
1951. Y Political Systems of Highland Burma, 1954.
 34
ADAMICUPER
había convertido medio siglo más tarde en algo más sofisticado; el
prototipo pasó a ser un tipo ideal y finalmente un modelo.
La noci6n de totemismo atravesó transfomiaciones similares.
Durkheim y Preud relacionaron el tabú de comer al tótem con el tabú del
incesto con las mujeres del clan. A principios del siglo veinte se
demostró que, por lo general, estas dos instituciones no aparecían unidas.
Por lo tanto, Rivers propuso usar el termino «totemismó» para aplicarlo
sólo. a un tipo de cstrutura social —una organización en grupos dc
filiación exogámicos. Radcliffe-Brown propuso inmediatamente que se
refiriera solamente a un tipo de religi6n. Fortes, por. su parte, vinculó
tótcms y antepasados y argumentó que la creencia en los ancestros era la
forma característica de creencia en sociedades basadas en linajes.
Lévi-Strauss sugirió que la corporación de parientes y las especies
totémicas existían en la mente, eran formas de clasificación. y se
relacionaban como metáforas la una de la otra9.
Disidentes
Desde hace más de un siglo, los antropólogos sociales han vuelto una
y otra vez al mismo conjunto limitado de conceptos fundamentales, por
muy creativamente que los hayan reordenado para crear sus propios
prototipos. Esto quizá pueda parecer sorprendente si uno cae en la cuenta
de que estos prototipos se erigieron progresivamente sobre lasy
descripciones etnográficas. La realidad parecfa encajar a veces
perfectamente —como en el caso famoso de la descripción de
Evans-Pritchard sobre los nuer—. Más generalmente, una sociedad
concreta se podía presentar como una excepción interesante, una variante
local, una forma transicional.
Las concepciones alternativas originales se dieron raramente. En este
sentido. es particularmente instructivo considerar los casos de -Boas y
Malinowski, dos grandes antropólogos que, a pesar de todo, rechazaron la
sabiduría dominante en las primeras décadas del siglo veinte.
La crítica de Boaspuede verse como una parte de lareacción alemana
contra Darwin, una aplicación en una nueva esfera de las teorías que Boas
tomó de su maestro Virchow. El blanco específico era el modelo de
9 La teoría de Lévi-Strauss apareció conjuntamente con una útil revisión de la
literatura sobre el tema en dos libros publicados en 1962, Le rotémisme aujourerhui y La
peruée sauvog e.
ASCENSO
. Y CAIDA DIZ LA SOCIEDAD PRIMITIVA (19t7)
35
Morgan. el cual se había institucionalizado como la ortodoxia en el
Bureau of American Ethnology de la Smithsonian Institution.
Boas y sus estudiantes en Columbia atacaron a los de la Smithsbnian
con una
batería de contra-ejemplos etnográficos. El propio Boas intentó
demostrar una transición de la patrilinealidad a la matrilinealidad en la
costa noroeste. Speck demostró que los cazadores-recolectores.algonkinos
estaban organizados en familias nucleares y que las bandas tenían
identidad territorial. Krocber elaboró una crítica brillante del punto de
vista ortodoxo de Cushing sobre los zurii como una «sociedád gentilicia».
El mismo también rechazó el uso de las terminologías de parentesco Para
reconstruir las formas sociales. Goldenweiter publicó lo' que ahora
podemos llamar una deconstrucción de la idea de
totemismo. Los
manuales de Lowie publicados en los años veinte") recogían una
generación de críticas de la escuela de Boas: la familia era universal, las
sociedades primitivas se basaban en gran parte en el territorio y el
totemismo era pura fantasía. Cauteloso como era, mantuvo algunas de, las
viejas ideas (especialmente la teoría reflexiva de los términos de
parentesco), pero escribió como un verdadero revolucionario.
En la London School of Economics. Westermarck había desarrollado
una crítica muy distinta de las teorías victorianas sobre la familia. Al
contrario de Boas, Westermarck escribió como un darwiniano —de hecho,
su trabajo más iniportante fue supervisado por Wallace—. Rechazó a
ivforgan y McLennan no como evolucionistas, sino como falsos
evolucionistas. No obstante, el efecto fue
similar, y cuando Malinowslci
tomó el relevo. combinó los elementos sustantivos de la crítica de
Westermarck con una oposición a las explicaciones evolucionistas
tradicionales.
La primera monografía inglesa de Malinowski, publicada bajo los
auspicios de Westermarck, demostraba la presencia de la familia entre
los aborígenes australianos". Cuando Malinowski elaboró su trabajo de
campo en Melanesia, se fijó especialmente en Rivers. (Para Malinowski,
Rivers y los etnólogos del Pacífico representaban el enemigo, de la
misma mane'ra que para los seguidores de Boas /o representaba el
Bureau
of American Etbnology.) Rivers apoyaba una variedad difusionista del
modelo clásico, y había desarrollado quizá el análisis más sofisticado
de
sistemas de parentesco y matrimonio. Malinwoski ridiculizó su estudio
sobre las terminologías de parentesco como un árido ejercicio de falsa
álgebra. Los términos de parentesco debían entenderse pragmáticamente,
I° LOWIE. R., Primitive Society. 1920.
The Family aman: the Australia,: Aborigenes, 1913.
 ADAMEUPER
en el contexto de su uso. Las prácticas informales constantemente
chocaban contra las reglas. Para entender qué estaba ocurriendo era vital
entender las motivaciones y tácticas individuales, no las fórmulas
oficiales. Incluso entre los trobriandeses matrilineales, las relaciones entre
padres e hijos contaban mucho en la práctica, a pesar del hecho de que la
gente negara claramente el rol del padre en la procreación. Tampoco las
ideologías religiosas estaban mucho más desarrolladas, lo que importaba
te era la magia práctica, que venía a ser, en definitiva, la ayuda
tecnológica de los po • res.
Hacia principios de los años veinte, el modelo clásico americano
había sido gravemente malherido. Cuando se enseñaba en los nuevos de-
partamentos universitarios de antropología, se presentaba exclusivamente
para ser demolido. La tradición británica paralela había sido sacudida por
los iconoclastas de la London School of Economics. La crítica,
evidentemente fundamentada en soberbios estudios etnográficos, parecía
arrasar con todo lo anterior.
• Plus pa chango...
Así, aunque la vieja ortodoxia se derribaba, seguía sobreviviendo.
Boas y Malinwoski murieron durante la Segunda Guerra Mundial. En
Gran Bretaña, Radcliffe-Brown, Portes y Evans-Pritchard resucitaron a
Maine y Durkheim, y restauraron el modelo sustantivo de los
victorianos, aunque rechazaran su sesgo evolucionista. Retuvieron el
prototipo, en efecto, pero como modelo. En los Estados Unidos, Whitc y
Steward hicieron revivir la teoría de Morgan y encontraron apoyo en la
nueva generación.
¿Qué había ocurrido? Algunos de los revisionistas americanos eran
marxistas e intentaron restaurar un evolucionismo creíble dentro de la
antrbpología. El hecho de que la teoría de Morgan hubiera sido adoptada
por Engels e institucionalizada en la Unión Soviética era ciertamente
significativo.
Estas consideraciones no son aplicables del todo para el caso de Gran
Bretaña, lo cual nos sugiere que había otros factores generales en juego.
La crítica de los . boasianos y de Malinowski parecía ser inaceptable
porque sustituía el orden por el caos. No ofrecía ninguna alternativa. Boas
fue criticado como un ateórico y meramente negativo. Se • acusó a
•Malinowski de carecer de una noción de sistema social y de algún modelo
de parentesco. Esta crítica había sido ya anticipada por Kroeber.
Revisando uno de los manuales de Lowie, Kroeber había advertido que
ASCENSO Y CMDA DE LA SOCIEDAD riummvA (19E7) 37
por muy acertada que fuera la crítica de los errores pasados, los lectores
quedarían algo insatisfechos, querrían saber el porqué.
Hay dos ,vías para explicar la persistencia de los viejos modos de
pensar, Una •hace referencia a la continuidad en las características del
entorno político. La idea de sociedad primitiva podía y de hecho
alimentaba una variedad de posiciones ideológicas; pero su nacimiento
podría relacionarse con la última oleada de imperialismo victoriano y su
declive final en las dos últimas décadas se podría relacionar con el fin del
Imperio. La'ascensión y caída del nacionalismo es con toda probabilidad
alrnente—relevante— Aúaen_nue trua vías_ uno se encuentra con
estudiosos y nacionalistas que evocan la sociedad primitiva para justificar
o explicar el fenómeno del nacionalismo.'
Ahora bien, la idea de «sociedad priniitiva» no fue nunca meramente
un mito imperialista o una rasgo nacionalista.. Por otra parte, tampoco se
identificó exclusivamente con el marxismo (incluso en la Universidad de
Michigan). Si mantuvo una función ideológica persistente, es que
operaba a lin nivel más profundo. Proponía que las sociedades estaban
basadas o bien en la sangre o bien en el territorio, y que estos principios
de filiación y territorialidad debían ser igualados a rata y ciudadanía, los
componentes contrastados de todo imperialismo y nacionalismo. Los
modelos clásicos también enfatizaban cómo las instituciones sociales
variaban de una sociedad a otra, pero seguían formando una unidad
jerárquica. La reforma era posible, incluso inevitable.
Estos factores ideológicos son obViamente cruciales, pero sólo
proporcionan un contexto. El hecho de la idea de «sociedad primitiva»
debe también entenderse en términos de factores internos a nuestra
disciplina. Maine y sus contemporáneos constituyeron el objeto de la
antropología social —la sociedad primitiva— y establecieron las
cuestiones estratégicas sobre el origen de la familia, el estado y la
religión. Quizá, después de todo, nop prepararon un conjunto de
herramientas especializadas. Prometieroril que la sociedad primitiva podía
ser entendida en términos de una nueva disciplina técnica, los estudios de
parentesco.
«El parentesco es a la antropología lo que la lógica a la filosofía o el
desnudo al arte», ha remarcado Robin Fox. «Es el tema básico de la
disciplina» 12 . Es la técnica central de la antropología social, el campo
específico de los especialistas, lo menos accesible, la jerga más críptica,
lo más susceptible a la abstracción, modelos casi .matemáticos. Su
invención fue un producto accidental de la filología de Morgan, dependía
12 Fox, R., Kinship and Marriage, p. 10.

•1
4.•
ADAMKUPER
38
de la idea excéntrica de que las terminologías de parentesco eran
sistemáticas, fácilmente clasificables en unos pocos tipos generales, y
que reflejaban prácticas ya desaparecidas, en especial-ciertas formas de
matrimonio..Esta idea ha perdurado aún más que los otros elementos del
modelo de sociedad primitiva y quizá el más fácil de predecir, ya que era
su componente más sofisticado.
Desde luego, los estudios de parentesco no pueden sostener el modelo
por sí mismo. La idea clásica de sociedad primitiva sobrevivió dentro de
la antropología —o con la antropología— porque era boipte á penser, y
esto por dos razones. Por una parte, generó una tradición especializada
para resolver ciertos problemas y hacía referencia a conceptos sociales
fundamentales: el estado, la ciudadanía, la familia, etc. Una vez
establecida, esta forma de pensar se sostuvo por inercia social, como
cualquier otra ortodoxia, aunque no era estática: conducía, por sf misma, a
las transformaciones más deslumbrantes y por eso podía acomodarse
virtualmente a cualquier discurso teórico o político.
Si la idea de sociedad primitiva se rechazara fmalmente, ¿desaparecería
con ella la antropología social? Tal vez las preocupaciones tradicionales
de la disciplina ya están amenazadas con la extinción, aunque aún
podamos distinguir algunos tenues destellos allí donde el debate continúa.
Pero lo que parece estar ocurriendo a la disciplina es algo diferente: la
antropología social está cambiando su objeto de estudio. Ya no versa
sobre los primitivos y no necesaria o específicamente sobre «los otros».
Y lo que aún es más sorprendente es que ya •no está centrada'.
exclusivamente en las relaciones sociales. La corriente mayoritaria de la
antropología cultural y social ha abandonado hoy en día a la sociedad
primitiva, y con ella, a la sociedad misma. En cambio, se está decantando
hacia la segunda tradici6n. en antropología, la antropología de Tylor y
Frazer más que la de Morgan y Rivers, la antropología de la cultura.'
Mientras tanto, en los márgenes, surge la tercera tradición antropológica,
la que tiene en su centro la teoría de la evolución.biológica. También ésta
tiene proyectos imperialistas y puede colonizar algunas de las lagunas de
la teoría de la sociedad primitiva.
• Puede ser que el método de transformaciones pueda ayudarnos para
adivinar el próximo movimiento, mi esperanza es que a pesar de que
ciertas cosas se han hecho incorrectamente, podemos aspirar a hacerlas
mejor.
. • .•
El. SIMBOLISMO EN LOS mrros r an LOS SUEÑOS (19S1) 39
EL SIMBOLISMO EN LOS MITOS Y EN LOS SUEÑOS (1987)
Estructuralismo y psicoanálisis
El estructuralismo y el psicoanálisis ofrecen formas de interpretación
bastante distintas y sin embargo ambos han aceptado e incluso
perseguido, una coexistencia más o menos difícil. Ésto ha sido
especialmente evidente en Francia, tal vez de forma más destacable en el
trabajo de Lacan, que defendía haber logrado una síntesis entré las ideas de
Freud y las de Lévi-Strauss.
El propio Lévi-Strauss se ha mantenido respetuoso, aunque escéptico,
en sus referencias a la tradición freudiana. En su relato autobiográfico,
Tristes Tropiques, nombra a Freud, Marx y la geología como las tres
grandes influencias intelectuales durante bus aflos de formación
estudiantil. (¡Sugiere que las tres pueden asociarse por su insistencia en
que las apariencias superficiáles constituyen una pobre guía hacia las
realidades subyacentes!)1. Y sin embargo es evidente que Lévi-Strauss ha
desarrollado una teoría del mito y del simbolismo en el-mito muy distinta
a la de Freud. Verdaderamente ha venido a constituir el desafío principal a
las tradiciones freudiana y jungiana más establecidas en este campo, y en
su libro más reciente, La poti¿re jalouse, Lévi-Strauss confronta
finalmente la alternativa freudiana a su propia perspectiva.
Los sueños en el folclore
Freud y Lévi-Strauss comparten la base común de que los sueños y
los mitos deberían conformarse a la misma forrna de análisis, aunque en
la práctica Freud estuviera particularmente interesado en los sueños, así
como Lévi-Strauss lo está en los mitos. En el contexto de una com-
paración de sus perspectivas es tal vez especialmente interesante una obra
de Freud, por otra parte poco conocida, Los sueños en el folclore, escrita
en 1911 pero no publicada hasta 19582.
El ensayo de Freud trataba de los cuentos tradicionales alemanes que
contenían sueños en la narración. Estaba especialmente intrigado por ei
't'Use capftulo 6, «The making of an anthropologist».
a Este ensayo se escribió en colaboración con D.E. Oppenheim, investigador del
mundo clásico que estuvo temporalmente vinculado a la Sociedad Psicoanalftica dt
Viena. Permaneció perdido durante más de veinte afloS antes de llegar a manos de la hija
de Oppenheim. Fue publicado en alemán y existe una traducción al inglés en la
International University Press, Nueva York 1958.