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ÑUKE MAPUFÖRLAGET
Ñuke Mapuförlaget
Editor General: Jorge Calbucura
Diseño Gráfico: Susana Gentil
Edición y diagramación: Herson Huinca Piutrin
Ebook producción - 2010
ISBN 91-89629-36-1
Bicentenario del Estado chileno
Balances del colonialismo en el
pueblo mapuche
Tufachi bicentenario, mapuche Küpaf kagekey.
Actas del I Coloquio mapuche
ISBN 91-89629-36-1
ÑUKE MAPUFÖRLAGET
El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.
Felipe Curivil
Licenciado en Historia
Profesor de Historia y Ciencias Sociales
Organización Meli Wixan Mapu
Coordinación del Coloquio
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.
que está en juego es el küme felen. Este aseguraban esta toma de acuerdos para
concepto se acerca a un significado de dar gobernabilidad a los territorios tiene
bienestar social, espiritual e individual, su proyección para las relaciones interét-
que intenta evitar el kutran, o sea, el do- nicas a partir de los parlamentos. Pero los
lor, que se manifiesta en el desequilibrio parlamentos no son trawün, tienen otras
entre las diversas esferas. características. Son una instancia políti-
Por otro lado, cabe señalar que la so- ca, en la cual no se vislumbra la dimen-
ciedad mapuche de la época se sostenía sión de la espiritualidad mapuche, pero sí
sobre la base de una complejidad de re- se abren nuevos protocolos, nuevos ritua-
des. Sin embargo, hoy con el sistema de les, que van dando significado y reforzan-
propiedad y la imposición administrativa do estos espacios a través de la oralidad.
colonial chilena, las redes se han reducido De hecho los capitanes de amigos, solda-
y vuelto más estáticas. Las redes se recon- dos que actúan de puente entre el mundo
figuraban al establecerse, por un lado, el mapuche y el ejército, al igual que los reli-
derecho a la asignación de tierra (no pro- giosos, actúan a través de la oralidad y la
piedad); por otro, a través del principio de visita constante: se genera un sistema de
la sustentabilidad ambiental y social del diplomacia.
lof. Esto último operaba con excesos de Pero, ¿por qué al hablar del bicentena-
población que alteraban el equilibrio eco- rio, cuando hemos comenzado por hablar
lógico. Una parte de las familias salían del de los siglos anteriores? La razón es sim-
lof, lo que no se traducía en que todas las ple: más allá de la hipótesis que sostienen
familias que dejaban su lof de origen se que estos pactos eran los generadores de
dirigían a un mismo lugar. Dichos pobla- un orden social, entre ellos Foerster, se-
mientos tenían principios, normas y pro- ñalamos que la opción mapuche iba por
tocolos. Uno de los primeros principios era encontrar un sistema que permitía man-
mantener un Az mapu común o similar, tenerse culturalmente como sociedad y
ya que esto afectaba directamente el de- sustentarla en el tiempo.
sarrollo del küme felen. Otro criterio era La formación del Estado nacional bus-
la construcción de una historia común. ca romper con esta autonomía. Es así
Podemos encontrar, Hay más de estos como los bandos de 1813 y de 1819, buscan
principios, pero solo los estamos dando a colocar fin a los pueblos de indios y mues-
modo de ejemplo. Las redes tenían el sus- tran el interés de anexar el territorio ma-
tento del origen, pero también elementos puche. Pese al lenguaje liberal y civiliza-
de reclutamiento social, que permitían el torio comienza a desarrollarse el lenguaje
sentido de pertenencia. Éste estaba dado del colonialista. Se establece el discurso
por una identidad cultural que los hacía de la barbarización, en dirección hacia los
diferentes a otros territorios. Es así como pueblos de indios, para luego cruzar el río
se encuentran nombres como lafkenche, Bio Bío. Sin duda, pese a abolir el régimen
williche, guluche, pikunche, por nombrar de los pueblos de indios, el Estado no esta-
algunos y que luego se van subdividiendo. ba preparado para ejercer soberanía. Por
Por lo tanto hay una carácter federal en lo tanto, se hacía necesario desmontar el
los mapuche de los siglos XVII, XVIII y XIX. aparataje que había mantenido la corona
Ahora bien, los trawün y koyag, que española en términos administrativos, li-
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.
diar con las ansias de poder de los distin- figura del presidente, el ejecutivo, generar
tos sectores a nivel de la élite central. Por lo los nuevos pactos. Pero ello también expre-
tanto, abrir un enfrentamiento con los ma- sa sus limitaciones en el tiempo y con ello
puche era innecesario. De tal manera que se establece el sistema de correspondencia
se realizarían, entonces, dos movimientos para tratar los mismos asuntos, presidente
para dar una nueva base jurídica: la ley de tras presidente y gobierno tras gobierno, lo
1823 y el parlamento de Tapihue de 1825. que genera un vicio, una discontinuidad en
No obstante, ya había una conciencia el tratamiento de las demandas y reivindi-
de que los chilenos buscaban cruzar el caciones mapuche.
Biobío. La expansión ya era un hecho en- Con la creación de Angol en 1862 se
tre Valdivia y Osorno abriendose la llegada abren nuevos escenarios políticos. Los juz-
a colonos extranjeros y chilenos. Por otro gados comienzan a ser una nueva forma de
lado, Arauco recibía la presión del despla- ejercer territorialidad y de encontrar un
zamiento de hombres ricos y pobres que sistema donde dirimir sentencias. Los nue-
pretenden la tierra mapuche. La coyuntu- vos sujetos que cruzan el Bio Bío no buscan
ra de la década del 50 marca las alianzas y integrase a la sociedad mapuche, sólo les
evidencia las posiciones para enfrentar la importa obtener tierras. Las comunida-
llegada de los chilenos. Por una parte ha- des son arrinconadas y aparece la noción
bía un sector que se enrolaría con el regio- de propiedad a través de un título. Frente
nalismo chileno con miras a mantener la a estas transformaciones los longko tratan
autonomía territorial mapuche completa. de negociar con el nuevo hombre fuerte: el
Por otra, existió un sector que negociaría presidente. Así comienzan los viajes a San-
posteriormente con la élite nacional para tiago, pero este hombre fuerte no es tan
mantener una autonomía de espacios te- fuerte; el Estado lo limita.
rritoriales dentro de lo que era el Wallma- Esta fórmula de viajes es desahuciada
pu (entendiendo que se correría una parte con Kozkoz (1907) y se busca crear un nue-
de la frontera y no iba a existir una ocupa- vo sistema que permita englobar al Estado.
ción total). Para ello hay que encontrar una nueva for-
Pero más que entender el aspecto bélico, ma ya dentro de un esquema colonial. La
queremos colocar el énfasis en las transfor- observación acerca de cómo se constitu-
maciones de las relaciones políticas. El li- ye el poder local permite entender que las
bro de Jorge Pavez sobre cartas mapuche, elecciones eran un mecanismo que podía
que son en el fondo parte de las cartas de permitir el reclutamiento político mapu-
la élite dirigente mapuche, perteneciente a che, pero llevaba a un distanciamiento de
longkos principalmente, nos revelan que la lo cultural. Es así como los trawün son uti-
producción de estas es mayor a finales del lizados, pero desprovistos de su dinámica
XIX, argumentando razones jurídicas para ancestral: es el paso del trawün a la asam-
que los gobiernos atiendan a las demandas blea.
mapuche. En efecto, la carta surge como Si bien los contenidos de los parlamen-
medio para relacionarse con el aparato tos estaban relacionados con la territoria-
estatal. Puesto que, ya no son los acuer- lidad y gobernabilidad, en la fase de la vi-
dos con los militares lo que aseguraría un sita al presidente eran la corrección de los
compromiso. Es así como se busca en la abusos. Con el surgimiento del movimien-
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.
Los maltratos vividos por nuestra gente ha cambiado. Podemos mencionar tantos
a lo largo de esta guerra que aún perdura ejemplos de vulneraciones de derechos hu-
a pesar de tantos años, no se olvidan. Las manos que como mapuche hemos vivido.
quemas de ruka, la violaciones a nuestras Es nuestra tarea seguir adelante denun-
mujeres, el asesinatos de niños, se repiten ciando todo aquello, enrostrándole al ene-
en los relatos que provienen de cualquier migo que cada vez seremos más y que las
parte del meli wixan mapu, realidades que próximas generaciones están llamadas a
hoy se multiplican cuando hasta nuestros continuar. Debemos entonces como mapu-
muertos son profanados, sus cementerios che, en cada lugar del territorio, entender
inundados por las aguas, y todo con el con- que todos tenemos una tarea por realizar.
sentimientos de leyes y legisladores. Desde la comunidad reivindicar todos los
En la actualidad la historia no dista mu- territorios usurpados, dejando de lado in-
cho de lo ocurrido con nuestros antepa- tereses personales y llevando una visión
sados: guerreros asesinados por las balas de liberación de pueblo, más allá de toda
de carabineros, disparados por la espalda diferencia.
y sin provocación. Con lamento, rabia y Como mapuche este Bicentenario re-
dolor vemos como cada año se han incre- presenta la opresión. Desde su creación,
mentado los jóvenes mártires de esta lu- la celebración de una República que no
cha. Cada cierto tiempo nos enteramos a ayudamos a formar y nunca consentimos,
través de nuestros propios medios que ni- que no nos representa, en la que no cree-
ños mapuche son secuestrados, golpeados, mos y menos reconocemos como nuestra.
baleados. Nos enteramos de allanamientos Tenemos claridad en que somos parte de
en hogares mapuche y la destrucción de una nación, que sigue oprimida, pero no
todo lo que encuentran a su paso. Además derrotada, que da día a día una nueva ba-
está la aplicación drástica de las leyes ha- talla. La violencia instalada en Wallmapu
cia nuestros hermanos, sin posibilidad de difícilmente será desplazada puesto que la
defensa ante tanta falsedad; la persecución recuperación de nuestro historia y territo-
de todo aquel que se niegue a olvidar su rio implica el despojo de los egoísmos, el
historia; y todos los recursos materiales y renacimiento de nuestra madre tierra de la
económicos desplegados para lograr la en- mano de la liberación de sus hijos. Seguir
carcelación de la lucha de nuestra nación, adelante es nuestra tarea con la convicción
a través de test igos pagados, declaraciones que todo lo vivido tendrá tarde o temprano
forzadas obtenidas mediante tortura. la gran recompensa de ver nuestro territo-
Hoy en nuestro territorio vemos con rio libre. ¶
incertidumbre como los militares son
desplegados en todos sus rincones, con la
careta de ayuda humanitaria, pero con la
solapada tarea de mantener a las comuni-
dades mapuche neutralizadas. Los dispa-
ros nocturnos, los voladores de luces, las
vigilancias constantes, seguimientos, in-
tervenciones telefónicas, no son más que
otra muestra de que en la historia nada
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.
que el comienzo de esa pertenencia, a fines por la defensa de las escasas tierras otorga-
del siglo XIX, se dio luego de la completa y das en el régimen de los Títulos de Merced,
expresiva violencia de una guerra de ocu- la demanda por educación hacia el Estado,
pación que duró más de 20 años, que entre y la exigencia de respeto hacia la diferen-
otras consecuencias, es la causa fundante cia, inaugurando así el discurso público
de la actual situación de postración y a la contemporáneo mapuche. A través de los
vez de resistencia del pueblo originario. liderazgos y sus prácticas, este tipo de or-
En efecto, poco o nada tendría que con- gánica establece una ingeniosa solución de
memorar el pueblo mapuche de una fecha continuidad entre las jefaturas tradicio-
a la cual fue convocado a los tirones y en la nales de los longko y la nueva conducción
que a contar de su supuesta incorporación de mapuche que se mueven hábilmente
a la chilenidad en el último siglo, la mayor entre las dos aguas de la nueva situación;
parte del tiempo, o ha tenido que padecer educados en el sistema formal chileno pero
las consecuencias de la violencia institu- depositarios y transmisores a su vez de los
cional del Estado, sus agentes y otros po- contenidos discursivos de sus mayores.
deres, o cuando mucho, ha pretendido ser Las reivindicaciones, luchas, logros y
convertido en un mero adorno funcional al fracasos de las organizaciones étnicas ma-
discurso de la nacionalidad. puche inauguradas hace 100 años, y que
Resulta entonces ser una elocuente con quiebres y continuidades más o menos,
paradoja que en el mismo año del para- duran hasta el día de hoy. Se enmarcan a su
fernálico bicentenario chileno, se levante vez dentro de un contexto sociocultural ca-
desde los rincones de la historia mapuche racterizado en su comienzo por una crisis
un hito propio fundamental, que inaugura de cabida territorial derivada de la derrota
nada menos que la última fase de la histo- y la reducción. La reivindicación territo-
ria mapuche, abierta con la refundación rial; la más importante y trascendente de
de Villarrica de parte del ejército chileno las demandas mapuche contemporáneas,
en los primeros días de enero de 1883. Nos hasta ahora es el eje reivindicativo del
referimos a la creación de la primera or- discurso tanto público como privado ma-
ganización étnica contemporánea y junto puche. emandar la restitución territorial
con ello, la inauguración del todo el movi- entonces, no era sólo evitar que las escasas
miento organizacional posterior, incluso tierras que quedaron en manos mapuche,
hasta nuestros días: la Sociedad Caupoli- una vez concluida la guerra de ocupación,
cán Defensora de la Araucanía, fundada en continuarán siendo enajenadas, sino que
Temuko un 3 de julio de 1910. era apelar a un derecho humano colecti-
La Sociedad Caupolicán, creada en un vo esencial, nada más ni nada menos que
momento histórico particularmente deli- intentar contrarrestar el proceso de frag-
cado, pues recién se terminaba la ocupa- mentación social y familiar.
ción militar, se estaba en pleno proceso de Es que quizás la evidencia político-
radicación y a la vez se estaban producien- demográfica más evidente que muestra el
do usurpaciones y violencia que marcaron siglo XX en el caso mapuche, es el desen-
la relación futura entre mapuche y wingka. cadenamiento de las migraciones masivas
La Sociedad Caupolicán y las organizacio- desde los sectores rurales hacia las ciuda-
nes nacidas después de ella, se plantean des, especialmente Santiago, ya a contar
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.
de las primeras décadas del siglo XX. La tiene que ver con el futuro colectivo: ¿Será
migración inaugura una nueva etapa en posible seguir reproduciendo la cultura
la historia mapuche contemporánea, la y sociedad mapuche teniendo en consi-
de la fragmentación demográfica y en al- deración que un importante sector de su
guna medida también sociocultural de su población se encuentra residiendo tempo-
población, a la vez que el surgimiento del ral o definitivamente lejos de su territorio
actor urbano derivado del asentamiento histórico?
temporal o permanente de una parte de Una primera aproximación de respues-
la población originaria en las ciudades. ta a tal interrogante nos la da la consta-
Como se sabe o se constata en la reali- tación de una realidad indesmentible: que
dad cotidiana concreta, no existe hoy en la sociedad y cultura mapuche contempo-
día una identidad mapuche homogénea ránea, ha sido capaz de desmentir en los
(quizás nunca la hubo), pero a diferencia hechos la premisa básica de la anexión
de los tiempos independientes, hoy esas forzada de fines del siglo XIX; esto es que
identidades, están condicionadas por fac- el pueblo mapuche rápidamente sería asi-
tores externos al grupo. milado y su cultura tradicional desapare-
Por una parte, no cabe duda en este cería absorbida por la monocultura oficial
sentido, que son los sectores rurales tradi- chilena. Casi 130 años después, la realidad
cionales, algo así como el núcleo duro de nos demuestra algo tangencialmente dife-
los pueblos originarios contemporáneos. rente. Un pueblo que existe, que es diver-
Allí es donde, por ejemplo, se mantienen so, que tiene muchos actores y discursos
- muchas veces a duras penas - ciertos en su interior, pero que reivindica sus
elementos culturales insoslayables para derechos y demanda dignidad, muchas
alimentar cualquier demanda de pueblo, veces contradiciendo y siendo criminali-
como por ejemplo, el más importante de zado por ello, el discurso oficial de la chi-
todos: el idioma nacional del grupo. Pero, lenidad.
también no es menos cierto que para los La segunda parte de la respuesta refie-
tiempos que corren, marcados para to- re al problema político substancial de to-
dos, indígenas y no indígenas, por acele- dos los pueblos y naciones sin territorio.
rados procesos de cambio sociocultural, Se puede en efecto seguir existiendo y aun
es evidente que la estructura demográ- reproduciendo y reinventando formas cul-
fica interna indígena se caracteriza hoy turales tradicionales – con mayor energía
por una amplia y expresiva diversidad. La y creatividad autónoma incluso que en
población indígena que hoy reside y re- los sectores rurales - en un contexto de
crea la cultura tradicional en las grandes diáspora, pero mientras el colectivo no se
ciudades - tal cual sucede con el pueblo plantee seriamente refundar su base po-
mapuche residente en el actual territorio lítica en un territorio política, económica
chileno- es hoy quizás la principal ma- y demográficamente apto, esas demandas
nifestación de esa desafiante diversidad corren el riesgo de no se ser respondidas
interna, que es al mismo tiempo uno de o a lo sumo, ser reconvertidas en un mero
los elementos principales que ha permiti- producto cultural de tipo etnográfico de-
do la sobrevivencia del colectivo, pero a la rivado de la ideología del multiculturalis-
vez plantea una pregunta primordial que mo.
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.
KECHU RAKIDUAM, QUINTA PONENCIA terrible como el del 1900, ya conocerán las
palabras de Luis Emilio Recabarren sobre
Preguntar y escuchar. Estado, Nación y las celebraciones del centenario:
Territorio Mapuche… ¿De qué estamos
hablando?1 “Nosotros, que desde hace tiempo ya estamos
convencidos que nada tenemos que ver con
esta fecha que se llama el aniversario de la
Claudio Alvarado Lincopi independencia nacional, creemos necesario
Estudiante de Historia indicar al pueblo el verdadero significado de
esta fecha, que en nuestro concepto sólo tienen
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.
luchar por los ideales de los antepasados? ¿No ticas políticas como la participación mapu-
es esto seguir cumpliendo el programa i el deber che en la guerra de 1859, o cuestiones eco-
impuesto por esa legión de bravos durante 300
nómicas como las crisis de 1857?, ¿Contra
años, el defender la honra ultrajada? 3
quién debe estar dirigida la movilización
Asimismo, años antes, mientras en el mapuche?, ¿Contra el Estado?, ¿Contra el
norte de Chile se asesinaban obreros en Capitalismo? ¿Qué deben señalar nuestras
Iquique, se realizaba el Parlamento de Koz consignas? ¿La lucha es por trasformar el
Koz. En fin, para el 1900, la emergencia de Estado chileno o crear una sociedad “otra”?
nuevas y antiguas formas de resistencia ¿Existe alguna posibilidad de aunar fuerzas
daba luz en el Ngulumapu, en función de con otros sujetos?, y en este sentido ¿Cuál
detener la reducción territorial, y posible sería el fin de la movilización mapuche? y
desaparición cultural. más complejo aún, ¿Cómo hacer coincidir
Es aquí donde nos adentramos a las proble- formas tradicionales y nuevas de resisten-
máticas histórico-políticas, porque sin duda cia y lucha política? Dudas que pretende-
la revisión del pasado es pura politicidad en mos sean respondidas por medio de la dis-
el presente, de este modo es urgente discutir cusión de la polifonía de voces que integra
las categorías utilizadas por el movimiento el movimiento mapuche contemporáneo.
mapuche, en función de una comprensión del Por otro lado, el territorio. Un concep-
pasado, que tenga por fin construir proyectos to interesante, por la diferenciación con el
políticos sólidos y perdurables. simple concepto de tierra que maneja occi-
Primero el Estado. Más menos existe el dente capitalista, en tanto la entiende rela-
acuerdo de percibir al Estado como aquel cionada solo con la propiedad. Ahora bien,
que tiene el monopolio de la violencia en el concepto de tierra, solo como propiedad,
sus manos. Es legítimo –se supone- que obnubila la real dimensión de la cual está
éste reprima cuando así lo encuentre nece- cargado todo espacio, es decir, hasta el
sario. Del mismo modo no podemos dejar concepto tierra está cargado de territoria-
pasar el hecho que el Estado está confor- lidad, ya que en sí mismo representa una
mado por determinadas relaciones socia- determinada ideología. En otras palabras,
les e históricas, así no podemos nombrar al cuando se demanda el territorio mapuche,
Estado fuera de los sujetos que lo monopo- se le enfrenta a otra forma de entender
lizan, como tampoco de una determinada ese mismo espacio, a otra forma de terri-
economía que permite la mantención del torialidad basada en su propia legislación.
Estado como fuerza represiva legitimada. Entonces ¿La autonomía territorial es un
Según este superficial panorama de lo que proceso de construcción o más bien el re-
podríamos entender por Estado, surgen sultado de un conflicto entre dos formas de
necesarias preguntas, y aún más urgentes concebir el espacio?, ¿Se puede construir
respuestas. Por un lado, ¿Quién es el culpa- autonomía territorial en los márgenes del
ble, y por ende colonizador, de la conquista contexto económico neoliberal? ¿Se puede
del Wallmapu? ¿Es el Estado o el Capital?, desarrollar “la reciprocidad” en una eco-
así ¿Qué permite la ocupación?, ¿Problemá- nomía como la capitalista?, En suma ¿Qué
se busca con la autonomía territorial?
3. Diario La Época, 8 de julio de 1913. En: José
Bengoa, Historia del Pueblo Mapuche, Santiago de Finalmente, nación. Todos estarán más
Chile, Édiciones SUR, 1996, p. 380. o menos de acuerdo que la nación, es más
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.
bien un constructo cultural que una rea- tituir. (…) si no existe el espacio de identidad
lidad objetiva, y de este modo no existe en el que una y otra de las diferencias en cues-
tión estén insertas, ellas habrán perdido el
una sola definición de la categoría Nación, carácter distintivo que pretende tener. Es en-
por lo que es un concepto vacío que se va tonces cuando la comunidad que se ha dejado
dotando de significado según los contex- seducir por esta trampa teórica se encapsula,
tos históricos, esto abre una serie de pre- se vuelve hacia adentro, se esencializa, ele-
guntas, entre ellas quizás una interesante vando sus aspiraciones e intereses privados al
rango de materias sagradas y poniéndolos por
¿Cuál es la necesidad política de ocupar la
encima de todas las demás” 4
categoría Nación en la movilización ma-
puche? Pregunta que podría ser respondi- Es decir, si la diferencia solo tiene razón
da rápidamente en función de establecer de ser mediante una totalidad, ¿se puede
relaciones simétricas con “otra” nación, la trasformar la situación actual de coloni-
chilena o argentina, lo que sería una res- zación mapuche mediante una desvincu-
puesta suficiente, si la aceptamos como lación de otros actores sociales pertene-
una cuestión meramente política. Pero cientes a esa totalidad?, lo que nos vuelve
hagámonos parte, sólo para polemizar, a cuestionamiento ya esgrimido ¿Cuál es el
de los planteamientos de Grínor Rojo en fin de la movilización mapuche? ¿Tierras?
relación a estos temas, cuando señala que ¿Autonomía? ¿Trasformar el Estado en plu-
contemporáneamente existe dos varian- rinacional? ¿Se puede lograr estos u otros
tes críticas a las naciones decimonónicas fines en una economía como la capitalista?
modernas, por un lado los neoliberales y O si quisiéramos ir más lejos, pero no
globalizadores para los cuales la nación por ello menos interesante y problemati-
no es sino un lastre para la confirmación zador para el actual panorama político e
de una identidad capitalista globaliza- intelectual, citando a Žižek cuando dice:
dora -al puro estilo “fin de la historia” de “el multiculturalismo se basa en la tesis de que
Fukuyama- y por otro lado los postmo- vivimos en un universo post-ideológico, en el
dernos y postcoloniales para los cuales la que habríamos superado esos viejos confl ic-
tos entre izquierda y derecha, que tantos pro-
categoría nación se busca ahora para la blemas causaron, y en el que las batallas más
independencia de las minorías “margina- importantes serían aquellas que se libran por
les”, “subalternas”, “colonizadas”, o como conseguir el reconocimiento de los diversos
quiera llamárseles. Ahora bien, sin duda estilos de vida. Pero, -se pregunta el autor- ¿Y
las presentes líneas nada tienen que ver si este multiculturalismo despolitizado fuese
precisamente la ideología del actual capitalis-
con la crítica de neoliberales y globaliza-
mo global?” 5
dores a la Nación moderna, sino más bien
guarda sintonía con teorías postcolonia- Palabras que podríamos estar o no es-
les, o más aún descoloniales, las cuales tar de acuerdo, pero por eso estamos acá.
reclaman el “derecho a la diferencia”, a lo En fin. La palabra ahora queda abierta. ¶
que Grinor Rojo señala:
“lógicamente no puede haber diferencia si es 4. Grinor Rojo, Globalización e identidades
que no existe al mismo tiempo una totalidad a nacionales y postnacionales…¿de qué estamos
la que esa diferencia pertenece y dentro de la hablando?, Santiago de Chile, LOM ediciones,
cual ella asume la función especificadora que 2006, p. 150.
le corresponde de suyo o la que se le confía ins- 5. Slavoj Žižek, En defensa de la intolerancia,
Madrid, Ed. Sequitur, 2008, p. 11.
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ÑUKE MAPUFÖRLAGET WORKING PAPER SERIES
Editor General: Jorge Calbucura
Diseño Gráfico: Susana Gentil
Ibacache Burgos, Jaime, Sara McFall, José Quidel (2002) Rume Kagenmew Ta Az
Mapu, Epidemiologia de la Trasgresión en Makewe-Pelale
Working Paper Series 2 Ñuke Mapuförlaget . ISBN 91-89629-01-9
Ibacache Burgos Jaime, Margarita Trangol, Lilian Díaz, Claudia Orellana, Carlos
Labraña (2002) Modelo de Atención en Salud Integral Rural Complementaria.
Experiencia sectores de Colpanao y Rañintuleufu
Working Paper Series 5 Ñuke Mapuförlaget ISBN 91-89629-05-1
Ancán Jara José, Calfío Montalva Margarita (2002) Retorno al País Mapuche:
Reflexiones sobre una utopía por construir.
Working Paper Series 6 Ñuke Mapuförlaget ISBN 91-89629-06-X
Unidad de Salud con Población Mapuche. Servicio de Salud Araucanía Sur. Equipo
Mapuche de Cogestión en Salud (2002) Propuesta para una Política de Salud en
Territorios Mapuche.
Working Paper Series 7 Ñuke Mapuförlaget ISBN 91-89629-08-6
Unidad de Salud con Población Mapuche. Servicio de Salud Araucanía Sur. Equipo
Mapuche de Cogestión en Salud (2002) Relaciones Familiares en el Mundo
Mapuche ¿Armonía o Desequilibrio?
Working Paper Series 8 Ñuke Mapuförlaget ISBN 91-89629-09-4
Ibacache Burgos Jaime, Luis Morros Martel, Margarita Trangol (2002) Salud
mental y enfoque socioespiritual-psico-biológico. Una aproximación ecológica al
fenómeno de la salud – enfermedad desde los propios comuneros y especialistas
terapéuticos mapuche de salud.
Working Paper Series 11 Ñuke Mapuförlaget ISBN 91-89629-12-4
Menard André (2003) Manuel Aburto Panguilef. De la República Indígena al
sionismo mapuche.
Working Paper Series 12 Ñuke Mapuförlaget ISBN 91-89629-13-2
Bacigalupo, Ana Mariella (2003) The Struggle for Machi Masculinity. Colonial
politics of gender, sexuality and power in southern Chile.
Working Paper Series 14. Ñuke Mapuförlaget ISBN 91-89629-15-9
Rocchietti Ana María, Tamagnini Marcela, Lodeserto Alicia & María Gili Laura
(2003) El Retorno del Manifiesto.
Working Paper Series 15 Ñuke Mapuförlaget. ISBN 91-89629-03-5
Llanquilef Rerequeo Luis (2003) Gestión Jacobina del Territorio Comunal Lafkenche
de Cañete, Contulmo y Tirúa; Provincia de Arauco. Constataciones y Opiniones.
Working Paper Series 17 Ñuke Mapuförlaget. ISBN 91-89629-17-5
Trivero Rivera, Alberto (2003) 1712: La grande rebelión de los mapuches de chiloé
Working Paper Series 24 ISBN 91-89629-27-2
Trivero Rivera, Alberto (2005) Los primeros pobladores de Chiloé. Génesis del
horizonte mapuche. Working Paper Series 25 ISBN 91-89629-28-0
Calbucura Gallardo, Jorge (2006) Nación mapuche Contrapunto conceptual.
Working Paper Series 26 Ñuke Mapuförlaget. ISBN 91-89629-29-9
Actas del I Coloquio mapuche (2010) Bicentenario del Estado chileno. Balances
del colonialismo en el pueblo mapuche.´Tufachi bicentenario, mapuche Küpaf
kagekey.
Working Paper Series 32 ISBN 91-89629-36-1