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WORKING PAPER SERIES 32

Bicentenario del Estado chileno


Balances del colonialismo en el pueblo mapuche
Tufachi bicentenario, mapuche Küpaf kagekey.
Actas del I Coloquio mapuche

ÑUKE MAPUFÖRLAGET
Ñuke Mapuförlaget
Editor General: Jorge Calbucura
Diseño Gráfico: Susana Gentil
Edición y diagramación: Herson Huinca Piutrin
Ebook producción - 2010
ISBN 91-89629-36-1
Bicentenario del Estado chileno
Balances del colonialismo en el
pueblo mapuche
Tufachi bicentenario, mapuche Küpaf kagekey.
Actas del I Coloquio mapuche

Organización Mapuche Meli Wixan Mapu


con la colaboración de
Ediciones de la Comunidad de historia mapuche

Agosto 2010, Santiago warria meu

ISBN 91-89629-36-1
ÑUKE MAPUFÖRLAGET
El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.

Rakiduam. común la despolitización de las deman-


das históricas del movimiento mapuche y
Palabras preliminares. hacer inerte la entrada en vigencia del con-
venio 169 de la OIT. Mientras que, en otras

C uando el Estado chileno se prepara a


conmemorar su Bicentenario, los ma-
puche miramos hacia nuestra memoria
realidades, las discusiones al interior de los
Estados poseen conceptos centrales como
territorialidad y gobierno autonómico, de-
histórica diversa y compleja, propia de una jando atrás años de colonialismo interno.
configuración sociopolítica, la cual a través Existen múltiples dispositivos que un
de sus generaciones recientes (siglo XX) ha Estado colonizador unitario como el chil-
visto como en gran medida y de manera eno desarrolla para relegar a naciones cul-
drástica el poder sociopolítico mapuche turales a su condición colonial como la que
en nuestro territorio se ha diezmado. Esto ejerce sobre la sociedad mapuche: desde el
producto de un proceso traumático que ámbito territorial con un aparataje jurídico
vive un colectivo humano cuando un Es- a lo largo del siglo XX (después de la radi-
tado expansionista ocupa ilegalmente y cación de comienzos del mismo siglo) que
anexa aquel territorio a sus posesiones, en sólo vendría en la mayoría de los casos a
este caso respondiendo a los centros indus- profundizar la desestructuración política-
triales de la economía-mundo capitalista territorial de los antiguos espacios ma-
(segunda mitad del siglo XIX), convirtiendo puche; desde el ámbito económico con la
la relación del Estado chileno con el pueblo traumática transformación a campesinos
mapuche en una asimetría de colonizador a pobres, el Estado ha condenado a la socie-
colonizado. Así entenderemos producto de dad mapuche a una economía agraria de
la simetría sociopolítica rota por el Estado subsistencia y de empleos precarios en las
chileno, que éste sin sustanciales o rele- urbes; en lo lingüístico el mapuzugun pasa
vantes variaciones afirmará en su lenguaje a tener un carácter meramente doméstico y
de colonizador que el colonizado es débil, con una pérdida en su ejercicio político ma-
sugiriendo que aquella deficiencia requiere puche. Son sólo algunos de los aspectos que
protección. En este sentido nos pregunta- retratan nuestra condición oprimida-colo-
mos. ¿Acaso este no ha sido en gran medida nial y que en las actuales condiciones es-
el discurso del Estado chileno al pueblo ma- tructurales del Estado-nación dominante
puche a lo largo del siglo XX? no se proyecta al corto ni al mediano plazo
Desde la llamada política pública indí- una visión donde el territorio, la autonomía
gena el Estado chileno, a través de la ac- y la autodeterminación sean contenidos
tual administración gubernamental, ha vertebrales en la política indigenista del Es-
explicitado hace unos meses su ruta de tado.
navegación: a) modernización de la institu- Sólo la reflexión, el amplio debate e in-
cionalidad indigenista; b) revisión y mejo- tercambio de experiencias de reconstruc-
ramiento de la política de restitución de ción o descolonización en varios ámbitos,
tierras; c) inclusión de la población indíge- entre las expresiones autonomistas ma-
na urbana; d) incentivo al emprendimiento puche, podrá superar el actual momento
productivo de los indígenas. Cuatro puntos de nuestro movimiento, a veces atrapado
generales que tienen como denominador entre el integracionismo irreflexivo, el fun-
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.

damentalismo cultural, el voluntarismo y


el enfrentismo.
Amplio debate que es necesario y per-
entorio para un salto cualitativo como cu-
antitativo de lo social para la politización
de las definiciones de nuestro destino
como colectivo humano. Es por ello que
se torna necesario el generar y multipli-
car estos espacios de encuentro, reflexión
y debate para visibilizar el pensamiento
político mapuche contemporáneo frente
a una conmemoración sensible como el
Bicentenario del Estado chileno. Pero
más importante aún, el de alimentar y
profundizar aquel pensamiento político
propio que nos permita mayores grados
de conciencia colectiva de pueblo-nación
y como herramienta para experiencias de
descolonización, en definitiva constructos
ideológicos mapuche vinculados estrecha-
mente a la realidad compleja y diversa de
nuestra sociedad. ¶

Felipe Curivil
Licenciado en Historia
Profesor de Historia y Ciencias Sociales
Organización Meli Wixan Mapu
Coordinación del Coloquio

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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.

KIÑE RAKIDUAM, PRIMERA PONENCIA conocimiento de la libertad de la nación


mapuche. Dentro de este esquema encon-
tramos agentes, espacios y estructuras que
Movimiento Mapuche y la recuperación hacen posible la gobernabilidad mapuche
de la autonomía en el contexto colonia- hasta el siglo XX prácticamente y que es
lista chileno: 1813-2006. anterior a la llegada de los españoles.
Los parlamentos firmados por la Coro-
Sergio Caniuqueo na española son más de una veintena. Son
Historiador reconocidos, incluso por el propio historia-
dor Sergio Villalobos, como un mecanismo

C uando hablamos de la recuperación


de la autonomía nos situamos en el
plano de recuperar el derecho a la libre
regulador en el contacto entre mapuche y
españoles en los siglos XVII y XVIII. Estos
acuerdos logran normar aspectos del con-
determinación, teniendo en cuenta que la tacto, pero al mismo tiempo reconocen la
autonomía es una estructura jurídico ad- territorialidad mapuche y su jurispruden-
ministrativa que puede cobrar diversas cia. Así también, Villalobos, reconocía las
formas, pero cuya finalidad es resguardar autoridades de los longko como jefes po-
este derecho. Por ejemplo, para los siglos líticos territoriales, lo cual también daba
XVII y XVIII la autonomía mapuche se ex- cuenta de la autonomía política de cada lof.
presaba en el sistema de parlamentos. Los De tal modo que es el propio Villalobos el
intelectuales wingka, no mapuche, han que le quita relevancia al sistema de parla-
reconocido y caracterizado al mecanismo mento como una manera de negar la capa-
que daba cuenta o que expresaba la terri- cidad de autogobierno mapuche, curiosa-
torialidad y gobernabilidad propia frente a mente lo hace con un libro que se publica
la corona española. Así Foerster y Vergara a puertas de la recuperación de la demo-
logran dar cuenta de que existe un proceso cracia, en el cual busca establecer un ima-
de gobernabilidad basada en un sistema de ginario a través del manejo de las fuentes,
pactos; Boccara y Zavala logran ver la ca- expresando que los parlamentos no eran
pacidad de movilizar la cultura en pos de más que un sistema de agasajar a los ma-
darle un sustento propio a este mecanismo; puche y que no tenían relevancia alguna.
León logra vislumbrar cómo se configuran Los parlamentos derivan de dos institu-
las relaciones de poder a partir del aspecto ciones mapuche propias, el trawün y el ko-
militar. Pero en definitiva todo esto es lo yag. Mientras el primero se concibe como
que se conoce como la disposición externa reuniones de los sectores parte de los lof;
de la sociedad mapuche, o sea, la posesión el segundo, es más especifico y tiene rela-
de un sistema que permite ser reconocido ción con la capacidad de generar acuerdos
por el otro. a partir del principio de quien no tiene el
Desde el mundo mapuche Marimán ha mismo Az mapu. Ambas instituciones tie-
logrado profundizar en un modelo de go- nen por objeto lograr un pensamiento o ra-
bernabilidad que no está presente direc- kizuam, entendido este como una acción
tamente dentro del parlamento, pero que de consenso donde se delibera y se toman
sustenta el edificio social y político de la decisiones en base al bien común del terri-
sociedad mapuche en el periodo del re- torio. Y recalcamos esto último, ya que lo
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.

que está en juego es el küme felen. Este aseguraban esta toma de acuerdos para
concepto se acerca a un significado de dar gobernabilidad a los territorios tiene
bienestar social, espiritual e individual, su proyección para las relaciones interét-
que intenta evitar el kutran, o sea, el do- nicas a partir de los parlamentos. Pero los
lor, que se manifiesta en el desequilibrio parlamentos no son trawün, tienen otras
entre las diversas esferas. características. Son una instancia políti-
Por otro lado, cabe señalar que la so- ca, en la cual no se vislumbra la dimen-
ciedad mapuche de la época se sostenía sión de la espiritualidad mapuche, pero sí
sobre la base de una complejidad de re- se abren nuevos protocolos, nuevos ritua-
des. Sin embargo, hoy con el sistema de les, que van dando significado y reforzan-
propiedad y la imposición administrativa do estos espacios a través de la oralidad.
colonial chilena, las redes se han reducido De hecho los capitanes de amigos, solda-
y vuelto más estáticas. Las redes se recon- dos que actúan de puente entre el mundo
figuraban al establecerse, por un lado, el mapuche y el ejército, al igual que los reli-
derecho a la asignación de tierra (no pro- giosos, actúan a través de la oralidad y la
piedad); por otro, a través del principio de visita constante: se genera un sistema de
la sustentabilidad ambiental y social del diplomacia.
lof. Esto último operaba con excesos de Pero, ¿por qué al hablar del bicentena-
población que alteraban el equilibrio eco- rio, cuando hemos comenzado por hablar
lógico. Una parte de las familias salían del de los siglos anteriores? La razón es sim-
lof, lo que no se traducía en que todas las ple: más allá de la hipótesis que sostienen
familias que dejaban su lof de origen se que estos pactos eran los generadores de
dirigían a un mismo lugar. Dichos pobla- un orden social, entre ellos Foerster, se-
mientos tenían principios, normas y pro- ñalamos que la opción mapuche iba por
tocolos. Uno de los primeros principios era encontrar un sistema que permitía man-
mantener un Az mapu común o similar, tenerse culturalmente como sociedad y
ya que esto afectaba directamente el de- sustentarla en el tiempo.
sarrollo del küme felen. Otro criterio era La formación del Estado nacional bus-
la construcción de una historia común. ca romper con esta autonomía. Es así
Podemos encontrar, Hay más de estos como los bandos de 1813 y de 1819, buscan
principios, pero solo los estamos dando a colocar fin a los pueblos de indios y mues-
modo de ejemplo. Las redes tenían el sus- tran el interés de anexar el territorio ma-
tento del origen, pero también elementos puche. Pese al lenguaje liberal y civiliza-
de reclutamiento social, que permitían el torio comienza a desarrollarse el lenguaje
sentido de pertenencia. Éste estaba dado del colonialista. Se establece el discurso
por una identidad cultural que los hacía de la barbarización, en dirección hacia los
diferentes a otros territorios. Es así como pueblos de indios, para luego cruzar el río
se encuentran nombres como lafkenche, Bio Bío. Sin duda, pese a abolir el régimen
williche, guluche, pikunche, por nombrar de los pueblos de indios, el Estado no esta-
algunos y que luego se van subdividiendo. ba preparado para ejercer soberanía. Por
Por lo tanto hay una carácter federal en lo tanto, se hacía necesario desmontar el
los mapuche de los siglos XVII, XVIII y XIX. aparataje que había mantenido la corona
Ahora bien, los trawün y koyag, que española en términos administrativos, li-
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.

diar con las ansias de poder de los distin- figura del presidente, el ejecutivo, generar
tos sectores a nivel de la élite central. Por lo los nuevos pactos. Pero ello también expre-
tanto, abrir un enfrentamiento con los ma- sa sus limitaciones en el tiempo y con ello
puche era innecesario. De tal manera que se establece el sistema de correspondencia
se realizarían, entonces, dos movimientos para tratar los mismos asuntos, presidente
para dar una nueva base jurídica: la ley de tras presidente y gobierno tras gobierno, lo
1823 y el parlamento de Tapihue de 1825. que genera un vicio, una discontinuidad en
No obstante, ya había una conciencia el tratamiento de las demandas y reivindi-
de que los chilenos buscaban cruzar el caciones mapuche.
Biobío. La expansión ya era un hecho en- Con la creación de Angol en 1862 se
tre Valdivia y Osorno abriendose la llegada abren nuevos escenarios políticos. Los juz-
a colonos extranjeros y chilenos. Por otro gados comienzan a ser una nueva forma de
lado, Arauco recibía la presión del despla- ejercer territorialidad y de encontrar un
zamiento de hombres ricos y pobres que sistema donde dirimir sentencias. Los nue-
pretenden la tierra mapuche. La coyuntu- vos sujetos que cruzan el Bio Bío no buscan
ra de la década del 50 marca las alianzas y integrase a la sociedad mapuche, sólo les
evidencia las posiciones para enfrentar la importa obtener tierras. Las comunida-
llegada de los chilenos. Por una parte ha- des son arrinconadas y aparece la noción
bía un sector que se enrolaría con el regio- de propiedad a través de un título. Frente
nalismo chileno con miras a mantener la a estas transformaciones los longko tratan
autonomía territorial mapuche completa. de negociar con el nuevo hombre fuerte: el
Por otra, existió un sector que negociaría presidente. Así comienzan los viajes a San-
posteriormente con la élite nacional para tiago, pero este hombre fuerte no es tan
mantener una autonomía de espacios te- fuerte; el Estado lo limita.
rritoriales dentro de lo que era el Wallma- Esta fórmula de viajes es desahuciada
pu (entendiendo que se correría una parte con Kozkoz (1907) y se busca crear un nue-
de la frontera y no iba a existir una ocupa- vo sistema que permita englobar al Estado.
ción total). Para ello hay que encontrar una nueva for-
Pero más que entender el aspecto bélico, ma ya dentro de un esquema colonial. La
queremos colocar el énfasis en las transfor- observación acerca de cómo se constitu-
maciones de las relaciones políticas. El li- ye el poder local permite entender que las
bro de Jorge Pavez sobre cartas mapuche, elecciones eran un mecanismo que podía
que son en el fondo parte de las cartas de permitir el reclutamiento político mapu-
la élite dirigente mapuche, perteneciente a che, pero llevaba a un distanciamiento de
longkos principalmente, nos revelan que la lo cultural. Es así como los trawün son uti-
producción de estas es mayor a finales del lizados, pero desprovistos de su dinámica
XIX, argumentando razones jurídicas para ancestral: es el paso del trawün a la asam-
que los gobiernos atiendan a las demandas blea.
mapuche. En efecto, la carta surge como Si bien los contenidos de los parlamen-
medio para relacionarse con el aparato tos estaban relacionados con la territoria-
estatal. Puesto que, ya no son los acuer- lidad y gobernabilidad, en la fase de la vi-
dos con los militares lo que aseguraría un sita al presidente eran la corrección de los
compromiso. Es así como se busca en la abusos. Con el surgimiento del movimien-
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.

to son la pérdida y recuperación de tierra, buscan establecer su diferencia a partir


justicia frente a la violencia y los abusos. de sus alianzas con religiones o partidos,
Las elecciones abren la posibilidad de pero en el planteamiento de fondo no
intervenir en el marco legal, es así que hay tanta distancia. Es posterior a los 50’
la Sociedad Caupolicán se enfoca en las cuando se vuelve irreconciliable la visión
campañas de corregidores y diputados. ideológica. Se va fundando una intransi-
Pero este nuevo escenario también está gencia. Si bien hasta 1970 todavía existía
marcado por la alianza que se pueden de- posibilidad de que mapuche de diversas
sarrollar con grupos de la sociedad civil corrientes pudieran estar en una misma
chilena. Esto nos revela una nueva cara mesa de negociación. Así, hacía esta épo-
del colonialismo: la condicionalidad con ca se comenzaban a dar los primeros en-
que es dado ese apoyo, es decir, el movi- frentamientos entre hermanos de raza.
miento mapuche tiene un margen delimi- Más tarde, la dictadura agudizaría esta
tado de movilización en cuanto a las re- lógica.
laciones interétnicas, pero amplio a nivel Pero los mapuche de izquierdas, que
intraétnico. Le permite generar nuevas logran aglutinarse en un único y gran re-
formas discursivas para el reclutamiento ferente como Ad Mapu, también vivían
social, comienzan a generar un programa una serie de contradicciones de carácter
mucho más amplio a las territorialidades partidista. De hecho el sectarismo se ma-
a la que estaban sujetos los parlamentos, neja con un bajo perfi l, pero estas afloran
pero esto también evidenció falencias y cuando surge la posibilidad de articular
peligros: la utilización de los electores los partidos políticos ya a un nivel públi-
mapuche, la crecientes expectativas sobre co. Sin duda el aspecto cultural comienza
la gestión, porque si bien la élite pudo en- a ser problematizado, las experiencias in-
tender el proceso, las comunidades que- ternacionales comienzan a tener impacto,
daron desfasadas, pues ellas operaban aunque no era la primera vez, pero ahora
todavía con la lógica de los newenche o abre la posibilidad a plantear un discurso
hombres fuertes (que eran resolutivos y que ya no pasaba por crear nichos dentro
contribuían con su riqueza y solidaridad del Estado. Este discurso, que comienza a
al mejoramiento de la calidad de vida). enunciarse tímidamente, es acompaña-
Pese a que en la primera mitad del siglo do por otras transformaciones sociales,
XX las organizaciones mapuche logran como la figura pública del mapuche urba-
obtener logros importantes en términos no, donde ya no es sólo la cultura, sino que
eleccionarios (entre ellos diputados, un ahora es, la reivindicación de derechos co-
senador, un ministro, por nombrar algu- lectivos los que se convierten en el eje de
nos), también se puede ver en la multipli- la discusión.
cidad de organizaciones que nacen, sus La década de los 90’ está caracteriza-
diferencias ideológicas. Estas primeras da por el rápido agotamiento del modelo
organizaciones, de carácter mutual, pues de institucionalidad indígena. Ello abre la
es la ley que les permite constituirse, co- puerta a visiones más críticas acerca el Es-
mienzan a construir su identidad en base tado y se concreta la urgencia de la recu-
a la exclusión. La sociedad Caupolicán y peración de la autonomía como una base
la Federación Araucana, así como otras, para el ejercicio de la libredeterminación.

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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.

El surgimiento de las identidades territo- tentable una autonomía. El movimiento


riales como expresión política nos permite mapuche se encuentra en un proceso de
dar cuenta de la realidad heterogénea que maduración de propuestas, pero carece de
se tiene como pueblo, pero también nos estrategias para masificar y reclutar a sus
presenta los desafíos de los espacios locales propios compatriotas de manera efectiva.
como objetivos políticos a alcanzar. Es así Sin duda este es el desafío inmediato, la
como elección a elección, principalmente unificación nacional mapuche en torno a
municipales, comienzan a proyectarse los un proyecto de sociedad y a un marco de
candidatos mapuche. Es importante agre- movilización que permita respetar nues-
gar que las organizaciones actuales se en- tras diversidades, pero atendiendo a los
focan a diversos aspectos que van desde los puntos que todavía no hemos logrado de-
derechos colectivos como pueblo hacia al finir. ¶
trabajo en propuestas sectoriales, lo que
hoy se percibe como una fortaleza. Exis-
tiendo, un trabajo mancomunado entre
dirigentes y profesionales, así como de per-
sonas que se van especializando en ciertas
temáticas, en las cuales los aportes son
cada vez más puntuales, pero permitiendo,
a la vez, avanzar de manera más certera y
utilizando nuevos instrumentos. Al mismo
tiempo, podemos mencionar que se van
formando nuevas tradiciones, como son
la consulta al derecho internacional, pero
también el ejercicio de revisar la cultura
y, por último, la sistematización de cono-
cimiento, que nos dice que tan pertinente,
certera y proyectable es una propuesta.
En conclusión, los vicios siguen siendo
ciertos sectarismos, tanto desde el cultu-
ralismo en la cual se busca proyectar una
cultura mapuche fosilizada; la sobreideo-
logización de ciertos grupos que difun-
den una verdad; la falta de análisis crítico
al desempeño del movimiento; el entre-
gar demasiada cuotas de poder al Estado
como único mecanismo resolutivo; la falta
de capacidad en procesos de negociación,
por nombrar algunos. Tampoco hemos
discutido acerca del tipo de autonomía
que requerimos, menos la discusión sobre
la ciudadanía mapuche; tampoco existen
propuestas económicas para hacer sus-
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.

EPU RAKIDUAM, SEGUNDA PONENCIA que no podemos festejar el engaño de


nuestra gente en una guerra intermina-
La represión y el Estado en 200 años, ble que trasciende estos doscientos años
una mirada desde el Wallmapu de la República de Chile, una guerra por
nuestra libertad, arrebatada con distintas
María José Lincopi Paillaleo artimañas, con distintos gobiernos, pero
Territorio Lleulleuche defendiendo los mismos intereses eco-
Profesora
nómicos, para los cuales nosotros somos
una gran piedra de tope.
A l igual que para la mayoría del pue-
blo chileno pobre y explotado, para el
pueblo mapuche, en las comunidades del
Durante años, como pueblo hemos su-
frido el maltrato físico y cultural por la
reivindicación de un territorio usurpado
Wallmapu fue ciertamente desconocida
de las más burdas maneras. Usurpación
la significancia de este Bicentenario de
que hoy pretende - producto de ventas
Chile. Debido a esto es que nuestra auto-
posteriores y sucesiones en el marco de
educación en un primer momento fue fun-
sus leyes (chilenas), pero ilegítimas sabe-
damental. Debíamos partir por descubrir
mos en nuestra propia historia manchada
¿Qué es un bicentenario? Al calor de esta
de sangre libertaria- justificarse a toda
discusión y sus implicancias no fue difícil
costa. El sufrimiento de nuestras familias
recordar los tiempos en que fuimos co-
al ver el territorio ocupado por la fuerza,
lonizados en nuestro territorio; recordar
la pobreza en la nos sumió su falta, nos
junto a nuestros kuifikeche la historia de
hizo esconder nuestra lengua y nuestra
despojos y dolor; rememorar como fui-
cultura. No hace más de veinte años que
mos perdiendo a través de los años nues-
nuestra gente comenzó a revivir la lengua
tra historia y olvidando la cultura.
que tantos años estuvo encerrada entre
Este conflicto, arraigado desde la colo-
cuatro paredes junto al fogón de la ruka,
nia, agudizado durante la formación de la
comenzó a recuperar fuerzas y renacer
República; este conflicto que hoy se torna
de la mano de tantos guerreros dispues-
inmanejable para el Estado de Chile, nos
tos a dar su vida por la libertad y la recu-
huele a historia ya escuchada: violencia
peración del territorio ancestral. Nuestros
y resistencia. Recordar junto a nuestros
hermanos que siempre vivieron refugia-
abuelos que algún día fuimos reconocidos
dos en reducciones indígenas, relegados a
como la nación que somos, y como luego
los más altos cerros, con tierras erosiona-
perdimos todo ello con la llegada del nue-
das y pobres para el cultivo, comenzaron
vo invasor, aquel que se sintió dueño de
a plantearse nuevamente que era posible
este territorio al ganar la guerra contra la
recuperar todo aquello que un día tuvi-
corona Española, aquel que en sus ansias
mos para volver a ser mapuche.
de poder para sí mismo busco someter a
La historia de nuestro pueblo y su rela-
todo aquel que le sirviese en ese momen-
ción con el Estado de Chile nos demues-
to transformando a nuestra gente en un
tra que el quebrantamiento del diálogo
numero más de muertos para sus tropas.
ha sido siempre una constante y que la
En esta discusión entendimos por qué no
aplicación de la violencia es su forma de
tenemos nada que celebrar. Entendimos
resolver y de acallar nuestras demandas.
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.

Los maltratos vividos por nuestra gente ha cambiado. Podemos mencionar tantos
a lo largo de esta guerra que aún perdura ejemplos de vulneraciones de derechos hu-
a pesar de tantos años, no se olvidan. Las manos que como mapuche hemos vivido.
quemas de ruka, la violaciones a nuestras Es nuestra tarea seguir adelante denun-
mujeres, el asesinatos de niños, se repiten ciando todo aquello, enrostrándole al ene-
en los relatos que provienen de cualquier migo que cada vez seremos más y que las
parte del meli wixan mapu, realidades que próximas generaciones están llamadas a
hoy se multiplican cuando hasta nuestros continuar. Debemos entonces como mapu-
muertos son profanados, sus cementerios che, en cada lugar del territorio, entender
inundados por las aguas, y todo con el con- que todos tenemos una tarea por realizar.
sentimientos de leyes y legisladores. Desde la comunidad reivindicar todos los
En la actualidad la historia no dista mu- territorios usurpados, dejando de lado in-
cho de lo ocurrido con nuestros antepa- tereses personales y llevando una visión
sados: guerreros asesinados por las balas de liberación de pueblo, más allá de toda
de carabineros, disparados por la espalda diferencia.
y sin provocación. Con lamento, rabia y Como mapuche este Bicentenario re-
dolor vemos como cada año se han incre- presenta la opresión. Desde su creación,
mentado los jóvenes mártires de esta lu- la celebración de una República que no
cha. Cada cierto tiempo nos enteramos a ayudamos a formar y nunca consentimos,
través de nuestros propios medios que ni- que no nos representa, en la que no cree-
ños mapuche son secuestrados, golpeados, mos y menos reconocemos como nuestra.
baleados. Nos enteramos de allanamientos Tenemos claridad en que somos parte de
en hogares mapuche y la destrucción de una nación, que sigue oprimida, pero no
todo lo que encuentran a su paso. Además derrotada, que da día a día una nueva ba-
está la aplicación drástica de las leyes ha- talla. La violencia instalada en Wallmapu
cia nuestros hermanos, sin posibilidad de difícilmente será desplazada puesto que la
defensa ante tanta falsedad; la persecución recuperación de nuestro historia y territo-
de todo aquel que se niegue a olvidar su rio implica el despojo de los egoísmos, el
historia; y todos los recursos materiales y renacimiento de nuestra madre tierra de la
económicos desplegados para lograr la en- mano de la liberación de sus hijos. Seguir
carcelación de la lucha de nuestra nación, adelante es nuestra tarea con la convicción
a través de test igos pagados, declaraciones que todo lo vivido tendrá tarde o temprano
forzadas obtenidas mediante tortura. la gran recompensa de ver nuestro territo-
Hoy en nuestro territorio vemos con rio libre. ¶
incertidumbre como los militares son
desplegados en todos sus rincones, con la
careta de ayuda humanitaria, pero con la
solapada tarea de mantener a las comuni-
dades mapuche neutralizadas. Los dispa-
ros nocturnos, los voladores de luces, las
vigilancias constantes, seguimientos, in-
tervenciones telefónicas, no son más que
otra muestra de que en la historia nada
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.

KÜLA RAKIDUAM, TERCERA PONENCIA mas de convivir y mirarse a sí mismos,


pero la reflexión no genera un contrapun-
Colonialismo, migración y diáspora en el to poderoso que cuestione o quizás derri-
Bicentenario chileno-argentino be el chauvinismo, el nacionalismo acé-
rrimo de ciertos sectores chilenos, etc. El
Enrique Antileo Bicentenario opera como una máquina,
Organización Meli Wixan Mapu tanto que incluso nosotros nos vemos en
Antropólogo una especie de obligación por decir algo
como mapuche que contradiga las líneas

Q uisiera hablar en esta ocasión so-


bre el Bicentenario, que es uno de los
motivos de este Coloquio, pero me gus-
tradicionales de la historia chilena. En ese
sentido, tomamos el guante, pero dándole
nuestro propio giro.
taría abordarlo desde diferentes tópicos. La fecha nos da pie para hablar de la re-
Primero, dar una breve pasada sobre el lación histórica con el Estado. Quizás ha-
significado del Bicentenario chileno-ar- cer un poco de memoria, tal vez analizar
gentino para la sociedad mapuche y más estos largos años no quedándonos en las
específicamente para nuestro movimien- coyunturas, sino logrando abarcar proce-
to. Segundo, intentaré hacer referencia a sos. Comparto la posición del peñi Sergio
la relación histórica entre nuestro pueblo Caniuqueo de zafarse de hacer historia
y la figura de los Estados, pero desde un mapuche pensando sólo en el poder del
enfoque colonial, vinculado a los procesos Estado. Sin embargo, pienso que la fecha
migratorios. Tercero, trataré de exponer es precisamente una invitación a la revi-
mi punto de vista sobre nuestras relacio- sión, al balance de ese vínculo con el Es-
nes internas como movimiento mapuche tado, empero posicionando una interpre-
y algunos desafíos que se nos presentan tación distinta. No digo propia, porque de
en esta hora. algún modo iré recogiendo los aportes de
El Bicentenario es una fecha compli- varios peñi y lamgen que han dado cuerpo
cada. Para los mapuche, un poco ajenos a una reflexión del movimiento mapuche
a las celebraciones de este país, siempre sobre la relación con el opresor.
excluidos, ya se ha puesto una frase en Tomando esto último, quisiera recoger
el tapete: no tenemos festejo al que asis- una de las palabras del coloquio para in-
tir. Pero para la sociedad chilena también troducir esta conversación o nütram: co-
es algo complejo. Los doscientos años de lonialismo. ¿Nos encontramos hoy –como
independencia constituyen un buen mon- sociedad mapuche- en una situación
taje publicitario, fuegos artificiales para colonial? Esa es la gran pregunta. Una
discursos elitistas que han intentando pregunta incómoda para muchos, sobre-
construir una identidad nacional unívo- todo en el mundo académico chileno y
ca, bajo cierto ethos mestizo, católico, para qué decir en su clase política. ¿Qué
hacendal, del Chile central. Muy vigente ha pasado desde el traspaso del poder de
continúa en la actualidad el pensamien- la élite española a la élite criolla chilena
to de Villalobos, de Krebs, de Góngora. de O’higgins Freire, Pérez, Portales, etc.?
Quizás otros –más críticos- han querido Creo que las reflexiones de varios intelec-
plantear algunas cosas sobre nuevas for- tuales y dirigentes mapuche apuntan a
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.

señalar que efectivamente estamos vivien- nismo y ahora último en multiculturalis-


do una situación colonial. Yo también com- mo, la corriente de moda en estos tiempos.
parto esa perspectiva. Por eso tal vez no nos suena el Bicen-
La formación y desarrollo de los Estado tenario, no celebramos ninguna indepen-
chileno y argentino termina por romper los dencia, ningún acuerdo, ninguna batalla.
acuerdos logrados - con mucha sangre y No fuimos parte de esos procesos. Nuestro
mucha derrota por supuesto- con los espa- vínculo jurídico forzoso con el Estado co-
ñoles. Y los hitos colonialistas de ese quie- mienza post-ocupación y es de corta data
bre sin duda son la “Pacificación de Arau- si pensamos en nuestra milenaria historia.
canía” y la “Conquista del Desierto”, cuyos Tampoco nos suena porque nunca hemos
fines políticos y económicos han sido muy sido invitados a construir un país distinto,
analizados. A fines del siglo XIX culmina el o mejor dicho, hemos quedamos literal-
proceso de invasión, de anexión, de incor- mente fuera de la mesa. La misma razón
poración forzosa del territorio mapuche a por la que nos cuesta compararnos con los
las nuevas repúblicas. Esa es nuestra lec- movimientos indígenas de otras latitudes
tura. No es la lectura de un pacto, de una que han desarrollado otro tipo de reflexio-
negociación. Y creo que no es la ocasión de nes en torno a los Bicentenarios.
hablar en demasía sobre cómo nos pesan Además el inicio del colonialismo chi-
hasta hoy las múltiples consecuencias de leno-argentino marca otro proceso, sobre
ese período, sin embargo, sí creo necesario el cual quisiera profundizar en esta opor-
puntualizar algunas cosas: Hay un antes tunidad. En esto recojo todos los trabajos
y después de la ocupación del Wallmapu. que han hecho José Ancán, Margarita Cal-
Perder la soberanía; perder el poder políti- fío, Pedro Marimán y otros tantos peñi y
co; perder el poder económico; someterse a lamgen que han deslizado sus pluma y sus
nuevos regímenes de propiedad; aceptar a ideas sobre este asunto. Es sabido que la
los colonos con miles de tierras; adecuarse Ocupación del Wallmapu conllevó a la ins-
al nuevo escenario; sobrevivir a él cómo co- tauración del sistema de reduccional, que
munidad histórica, no son cuestiones que terminó de instalarse a fines de los años
podamos pasar por alto. ¡Evidentemen- 20 con la Comisión Radicadora. Los nuevo
te no creemos en el mucho mosto, mucha títulos correspondían a una mínima par-
música y poca pólvora, aquella es la pers- te de lo que fuera el Wallmapu. Hubo que
pectiva del colonizador! En ese sentido, acomodarse, apropiarse de la reducción y
podemos decir que llevamos cerca de 130 luchar para que los espacios no siguieran
años de ocupación como sostenía hace un disminuyendo. Pero las familias crecían y
tiempo Hernán Curiñir en una entrevis- las tierras se mantenían, hasta que en mu-
ta. Entonces 130 años de colonialismo del chas partes la cuestión se hizo insosteni-
Estado Chileno y Argentino. Colonialismo ble. La válvula de escape: la migración.
que luego pasó por diversas etapas y trans- La migración ha sido un movimiento
formaciones, por ideas de eliminación, por constante desde comienzos del siglo XX,
el racismo carnicero, por la construcción coincidente con la escasez y pauperización
de estereotipos como el flojo, el borracho y de los restos del territorio mapuche. Mi-
ahora el quema bosques. Colonialismo que gración campo-ciudad caracterizada por
devino en asimilación, integración, indige- la búsqueda de nuevos horizontes labora-
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.

les, por escapar a la pobreza, por darle so- es decir, en el territorio.


lución al colapso, etc. Y lo que quizás en Ahora bien, el énfasis lo ponemos en lo
algún momento fue un proyecto de esta- siguiente: la migración y la conformación
día temporal hoy se ha convertido en re- de una diáspora en Santiago tienen es-
sidencia permanente. Los destinos fueron trecha relación con la situación colonial.
diversos, pero a lo largo de la historia, el No se trata de destacar solamente vín-
destino predominante ha sido Santiago. Y culos causales, sino visibilizar parte de
si bien podemos cuestionar los censos, por los múltiples procesos, transformaciones
las imprecisiones que han arrojado entre de la sociedad mapuche en el marco del
1992 y 2002, tenemos hoy cerca del 30% de colonialismo. No podemos entender los
nuestra población en la capital del Estado fenómenos migratorios como mera coin-
chileno. No es menor, es un alto porcenta- cidencia o como un acto voluntario. Cla-
je, que ha derivado en que no seamos tam- ramente, hubo y hay fuerzas que inciden
poco mayoría poblacional en ninguna de en los movimientos de personas mapuche
las regiones del Wallmapu. Y no se trata fuera del Wallmapu.
sólo de los viejitos que llegaron, porque ya Por otro lado, creo que la diáspora ma-
nuestros mayores se instalaron, tuvieron puche santiaguina pone sobre el tapete
familias y ahora tenemos 3 o 4 generacio- varios puntos de discusión. Voy a enun-
nes de residentes mapuche en Santiago. ciar sólo algunos. En primer lugar, la di-
Se ha conformado lo que podemos de- mensión de la experiencia, la vivencia y
nominar como diáspora. Me explico, es el tema de las identidades. En segundo lu-
un concepto que ya varios peñi y lamgen gar, una dimensión política en relación a
han utilizado en sus análisis. Quizás an- nuestro discurso nacional.
tes no se ocupaba mucho porque se aso- Sobre la vivencia, pienso que la diáspo-
ciaba únicamente a la realidad judía, ra visibiliza fuertemente los cambios pro-
pero hoy permite describir la situación de fundos que ha experimentado la sociedad
varios pueblos y es ocupado por muchos mapuche. En ese sentido, pone en tiempo
autores de diversos orígenes en el mundo. presente un debate sobre nuestra identi-
Diáspora alude a la dispersión de comuni- dad colectiva. Es una realidad que pone
dades, de pueblos que han debido dejar su dificultades a los discursos esencialistas,
territorio de origen – el Wallmapu en este a las perspectivas tradicionalistas que
caso - para instalarse en el seno de otra creen que lo mapuche es inmutable y que
sociedad. Y luego de instalarse devienen no se ha modificado a lo largo de su his-
otros múltiples procesos que se cruzan toria. Quizás esto se refleja muy bien en
en la vida de los que partieron, pero siem- los poemas de David Aniñir y otros auto-
pre esta sociedad sigue siendo vista por sí res, que relatan las experiencias que vive
misma y por lo otros como diferente. Los el mapuche en la ciudad, cruzado por dis-
mapuche de Santiago constituimos una tintos escenarios y conflictos. Intento con
diáspora. Estamos en un territorio donde esto generar una apertura para vernos y
no nos sentimos en casa. No es lo mismo preguntarnos cómo y cuánto hemos cam-
ser mapuche en Cañete, en Temuco, en biado no sólo en el contexto santiaguino,
Puerto Saavedra, en Tirúa. En esas ciuda- sino también en el territorio, en las ciuda-
des y pueblos nos sentimos dentro de algo, des que colonizan el Wallmapu y en las
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.

mismas comunidades. tros, pero en lo externo también debemos


Por otro parte, la diáspora pone en ten- revisar nuestro propio discurso nacional.
sión nuestro discurso sobre la nación y Declararnos nación hoy nos permite, en
nuestras discusiones sobre cómo nos mo- una dimensión instrumental, ponernos de
vilizamos para lograr nuestras demandas igual a igual con quienes creen ser posee-
políticas y territoriales. Hasta el día de dores de tal concepto. De igual a igual para
hoy, desde mi perspectiva, no hay aún un reclamar derechos y apelar con fuerza a la
espacio de diálogo fructífero entre el movi- autodeterminación. Pero debemos ser cui-
miento mapuche territorializado en el País dadosos con los peligros del nacionalismo
Mapuche y el movimiento mapuche dias- y eso lo he percibido en las reflexiones de
pórico. Muchas veces predominan proce- varios peñi y lamgen que se han preocu-
sos de asistencialismo interno. De todas pado del asunto. Bastantes experiencias
maneras, creo que hoy hay muchos más traumáticas tiene el mundo con este tema.
caminos por explorar que los que había en La nación hoy, desde mi perspectiva, es un
los noventa. La pregunta es qué discurso discurso que nos permite posicionarnos en
nacional mapuche estamos construyendo, otro plano distinto al del reconocimien-
a cuál vamos a apelar y cuál es el espacio to como etnia o cultura. Pero por ningún
de los que migraron en ese planteamiento. motivo nos debe permitir denostar al otro,
Desde mi punto de vista, lo primero se- inferiorizarlo, mirarlo en menos. Suficiente
ría despejar los fundamentalismos. No los ha sido nuestra propia experiencia colonial
comparto. Segregar una definición de lo como para repetir prácticas de esa índo-
mapuche estática, ceñida a aspectos bioló- le; suficiente ha sido la in-corporación del
gicos, raciales si se quiere, o de un cultu- colonizador en nosotros, que sin duda hay
ralismo desenfrenado, nos dejaría con un una apuesta a que en la construcción del
mínimo de población y sería un poco ha- nuestro discurso nacional tratemos de za-
cerse el ciego con todo lo que hemos vivido farnos de esas contradicciones.
como sociedad, con todo lo que está y vive Mirando la sociedad mapuche, un dis-
en nosotros mismos. Sin duda, es un punto curso nacional inclusivo permite a quienes
de tensión con ciertos nacionalismos pre- vivimos en la diáspora luchar por la conse-
sentes hoy en nuestra sociedad. Tampoco cución de nuestros derechos políticos y te-
digo que creamos en un sujeto vacío. A lo rritoriales. Permite vernos como actores y
que apelo es a la construcción de un dis- no sólo como ayudistas. Permite valorar la
curso nacional mapuche más inclusivo con lucha no sólo en la faceta más dura que es
nuestras propias diferencias; a un discurso el enfrentamiento, sino en una multiplici-
nacional que nos valore más como una co- dad de posibilidades, desde el arte, el can-
munidad histórica, que permita entender to, la literatura, etc. Sin embargo, para que
por qué ya no estamos todos en el Wallma- ese discurso nacional inclusivo, que nos
pu, que permita valorar las distintas expre- vea como comunidad histórica, cuaje con
siones de nuestra lucha, desde los weichafe la diáspora debe construir un proyecto de
a los artistas, a los profesores, comuneros, futuro. Y hablar de proyecto es un desafío
obreros, estudiantes, y un larguísimo etcé- para todo el movimiento mapuche. Hay lu-
tera. ces claramente y es una cuestión que cons-
Eso en lo interno, mirándonos a noso- tantemente pensamos y donde debemos
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.

involucrar ineludiblemente la dimensión MELI RAKIDUAM, CUARTA PONENCIA


territorial, porque ese aspecto es deposi-
tario de una idea de futuro como pueblo Identidad(es) mapuche frente al Bicen-
libre. En tiempos en que las políticas pú- tenario chileno.
blicas arremeten con temas de multicul-
turalismo y urbanidad es muy fácil con- José Ancán Jara
fundirse, porque en el fondo se sostiene Historiador del Arte
y se financia la posibilidad de pensarse
como mapuche sin un ideal de futuro vin-
culado a la noción de territorio. Se aplau-
de y se financia al mapuche bueno, aquel
D etrás de la ampulosa grandilocuen-
cia con que las autoridades, y tam-
bién gran parte de la sociedad chilena ac-
que mantiene su cultura y no molesta el tual, esperan celebrar los 200 años de la
“camino del progreso”. En el fondo se con- historia oficial de la República de Chile en
sagra la dicotomía indio bueno e indio el próximo mes de septiembre, se esconde
malo, donde sobre este último sólo cae la todo un amplio repertorio de memorias
represión. individuales y trayectorias colectivas de
Para cerrar, el colonialismo continúa amplios sectores sociales no pertenecien-
vigente, no es exclusivo de las colonias tes a la élite a las élites que desde tiem-
africanas y asiáticas. Acá en el Cono Sur pos coloniales controla las decisiones en
las prácticas coloniales son pan de cada el país. Son de aquel tipo de historias que
día para la sociedad mapuche. Nuestra lu- están fuera del calendario anual de las
cha es para liberarnos de ese yugo que nos efemérides escolares, edificadas como
sigue considerando un pueblo de segunda argumento patriotero con olor a estatua
categoría. Es lo que tenemos que decir en ecuestre y con las que regular y metódi-
el bicentenario chileno-argentino. ¶ camente se alimenta el imaginario esta-
tal chileno. Una sucesión de fechas enga-
lanadas de conmemoraciones de batallas
perdidas y héroes militares, que frecuen-
temente figuran en la memoria colecti-
va ciudadana tan sólo con el recurrente
nombre de una calle o plaza pública de
cualquier rincón del país.
Esas memorias, traslapadas del discur-
so oficial chileno, usualmente ignoradas,
escasamente conocidas o aludidas torci-
damente, son precisamente las que ponen
en tela de juicio el acontecimiento. De en-
tre estas, la que subvierte no sólo el carác-
ter, sino el sentido mismo del Bicentena-
rio, en su origen ajeno, es la mapuche. No
lo es, no sólo porque en sentido cronoló-
gico el Pueblo mapuche es políticamente
chileno desde hace sólo 127 años, sino por-
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.

que el comienzo de esa pertenencia, a fines por la defensa de las escasas tierras otorga-
del siglo XIX, se dio luego de la completa y das en el régimen de los Títulos de Merced,
expresiva violencia de una guerra de ocu- la demanda por educación hacia el Estado,
pación que duró más de 20 años, que entre y la exigencia de respeto hacia la diferen-
otras consecuencias, es la causa fundante cia, inaugurando así el discurso público
de la actual situación de postración y a la contemporáneo mapuche. A través de los
vez de resistencia del pueblo originario. liderazgos y sus prácticas, este tipo de or-
En efecto, poco o nada tendría que con- gánica establece una ingeniosa solución de
memorar el pueblo mapuche de una fecha continuidad entre las jefaturas tradicio-
a la cual fue convocado a los tirones y en la nales de los longko y la nueva conducción
que a contar de su supuesta incorporación de mapuche que se mueven hábilmente
a la chilenidad en el último siglo, la mayor entre las dos aguas de la nueva situación;
parte del tiempo, o ha tenido que padecer educados en el sistema formal chileno pero
las consecuencias de la violencia institu- depositarios y transmisores a su vez de los
cional del Estado, sus agentes y otros po- contenidos discursivos de sus mayores.
deres, o cuando mucho, ha pretendido ser Las reivindicaciones, luchas, logros y
convertido en un mero adorno funcional al fracasos de las organizaciones étnicas ma-
discurso de la nacionalidad. puche inauguradas hace 100 años, y que
Resulta entonces ser una elocuente con quiebres y continuidades más o menos,
paradoja que en el mismo año del para- duran hasta el día de hoy. Se enmarcan a su
fernálico bicentenario chileno, se levante vez dentro de un contexto sociocultural ca-
desde los rincones de la historia mapuche racterizado en su comienzo por una crisis
un hito propio fundamental, que inaugura de cabida territorial derivada de la derrota
nada menos que la última fase de la histo- y la reducción. La reivindicación territo-
ria mapuche, abierta con la refundación rial; la más importante y trascendente de
de Villarrica de parte del ejército chileno las demandas mapuche contemporáneas,
en los primeros días de enero de 1883. Nos hasta ahora es el eje reivindicativo del
referimos a la creación de la primera or- discurso tanto público como privado ma-
ganización étnica contemporánea y junto puche. emandar la restitución territorial
con ello, la inauguración del todo el movi- entonces, no era sólo evitar que las escasas
miento organizacional posterior, incluso tierras que quedaron en manos mapuche,
hasta nuestros días: la Sociedad Caupoli- una vez concluida la guerra de ocupación,
cán Defensora de la Araucanía, fundada en continuarán siendo enajenadas, sino que
Temuko un 3 de julio de 1910. era apelar a un derecho humano colecti-
La Sociedad Caupolicán, creada en un vo esencial, nada más ni nada menos que
momento histórico particularmente deli- intentar contrarrestar el proceso de frag-
cado, pues recién se terminaba la ocupa- mentación social y familiar.
ción militar, se estaba en pleno proceso de Es que quizás la evidencia político-
radicación y a la vez se estaban producien- demográfica más evidente que muestra el
do usurpaciones y violencia que marcaron siglo XX en el caso mapuche, es el desen-
la relación futura entre mapuche y wingka. cadenamiento de las migraciones masivas
La Sociedad Caupolicán y las organizacio- desde los sectores rurales hacia las ciuda-
nes nacidas después de ella, se plantean des, especialmente Santiago, ya a contar
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.

de las primeras décadas del siglo XX. La tiene que ver con el futuro colectivo: ¿Será
migración inaugura una nueva etapa en posible seguir reproduciendo la cultura
la historia mapuche contemporánea, la y sociedad mapuche teniendo en consi-
de la fragmentación demográfica y en al- deración que un importante sector de su
guna medida también sociocultural de su población se encuentra residiendo tempo-
población, a la vez que el surgimiento del ral o definitivamente lejos de su territorio
actor urbano derivado del asentamiento histórico?
temporal o permanente de una parte de Una primera aproximación de respues-
la población originaria en las ciudades. ta a tal interrogante nos la da la consta-
Como se sabe o se constata en la reali- tación de una realidad indesmentible: que
dad cotidiana concreta, no existe hoy en la sociedad y cultura mapuche contempo-
día una identidad mapuche homogénea ránea, ha sido capaz de desmentir en los
(quizás nunca la hubo), pero a diferencia hechos la premisa básica de la anexión
de los tiempos independientes, hoy esas forzada de fines del siglo XIX; esto es que
identidades, están condicionadas por fac- el pueblo mapuche rápidamente sería asi-
tores externos al grupo. milado y su cultura tradicional desapare-
Por una parte, no cabe duda en este cería absorbida por la monocultura oficial
sentido, que son los sectores rurales tradi- chilena. Casi 130 años después, la realidad
cionales, algo así como el núcleo duro de nos demuestra algo tangencialmente dife-
los pueblos originarios contemporáneos. rente. Un pueblo que existe, que es diver-
Allí es donde, por ejemplo, se mantienen so, que tiene muchos actores y discursos
- muchas veces a duras penas - ciertos en su interior, pero que reivindica sus
elementos culturales insoslayables para derechos y demanda dignidad, muchas
alimentar cualquier demanda de pueblo, veces contradiciendo y siendo criminali-
como por ejemplo, el más importante de zado por ello, el discurso oficial de la chi-
todos: el idioma nacional del grupo. Pero, lenidad.
también no es menos cierto que para los La segunda parte de la respuesta refie-
tiempos que corren, marcados para to- re al problema político substancial de to-
dos, indígenas y no indígenas, por acele- dos los pueblos y naciones sin territorio.
rados procesos de cambio sociocultural, Se puede en efecto seguir existiendo y aun
es evidente que la estructura demográ- reproduciendo y reinventando formas cul-
fica interna indígena se caracteriza hoy turales tradicionales – con mayor energía
por una amplia y expresiva diversidad. La y creatividad autónoma incluso que en
población indígena que hoy reside y re- los sectores rurales - en un contexto de
crea la cultura tradicional en las grandes diáspora, pero mientras el colectivo no se
ciudades - tal cual sucede con el pueblo plantee seriamente refundar su base po-
mapuche residente en el actual territorio lítica en un territorio política, económica
chileno- es hoy quizás la principal ma- y demográficamente apto, esas demandas
nifestación de esa desafiante diversidad corren el riesgo de no se ser respondidas
interna, que es al mismo tiempo uno de o a lo sumo, ser reconvertidas en un mero
los elementos principales que ha permiti- producto cultural de tipo etnográfico de-
do la sobrevivencia del colectivo, pero a la rivado de la ideología del multiculturalis-
vez plantea una pregunta primordial que mo.
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.

La movilización de las diversas iden- explicitan y son viables políticamente, sólo


tidades que coexisten hoy en la sociedad si se representan en un espacio social autó-
mapuche, sólo puede ser viable si esa mo- nomo y tolerante.
vilización se hace con un horizonte políti- Los sectores mapuche urbanos o miem-
co, en el cual como elemento cohesionador bros de este sector, en los últimos tiempos
central se ponga por delante a la memoria han sido protagonistas principales del pro-
colectiva como soporte transversal de las ceso de resurgimiento y activación de las
diversidades internas. A nivel individual, reivindicaciones mapuche, lo cual importa
tal eje se puede simbolizar en el re-cono- a nuestro juicio una explícita metáfora, a la
cimiento individual y grupal de la perte- vez que un desafío colectivo no sólo al dis-
nencia de todo individuo mapuche a un curso oficial chileno de la nación. Que ese
respectivo linaje familiar que da sentido y crisol de identidades colectivas mapuche se
pertenencia (tuwün y küpalme). paren de frente a la farándula bicentenaria
Las demandas colectivas actuales, de- es hoy un elocuente gesto de dignidad y un
berían estar arraigadas en la cultura ma- ejercicio concreto de autodeterminación. ¶
puche tradicional, de la cual el elemento
esencial es la dignificación y utilización en
todos los ámbitos posibles, del idioma pro-
pio. En segundo lugar, la inserción de estas
demandas en la historia colectiva, surcada
de momentos que funcionan como hitos
demarcadores y a la vez cohesionadores
de una lógica transversal de la identidad,
tanto en el terreno de lo histórico, donde
aparece el proceso de la radicación de fi-
nes del XIX y comienzos del XX y la diso-
lución final de esa fórmula con la división
consagrada por el decreto 2.568 de 1979.
También, en un sentido histórico-ritual, se
inserta aquí la conmemoración de ceremo-
nias religioso/sociales tradicionales como
el ngillatun, o, en los eluwün (funeral).
Creemos que la situación de some-
timiento y conflicto identitario que sufren
hoy muchos mapuche portadores de identi-
dades conflictuadas producto de una frag-
mentación sociocultural muchas veces he-
redada, puede resolverse en un proceso de
rearticulación en que se conjugue lo indivi-
dual con lo colectivo, y lo simbólico con lo
real y concreto, todo ello representado en
soluciones políticas integrales y autóno-
mas del grupo. Los procesos identitarios se
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.

KECHU RAKIDUAM, QUINTA PONENCIA terrible como el del 1900, ya conocerán las
palabras de Luis Emilio Recabarren sobre
Preguntar y escuchar. Estado, Nación y las celebraciones del centenario:
Territorio Mapuche… ¿De qué estamos
hablando?1 “Nosotros, que desde hace tiempo ya estamos
convencidos que nada tenemos que ver con
esta fecha que se llama el aniversario de la
Claudio Alvarado Lincopi independencia nacional, creemos necesario
Estudiante de Historia indicar al pueblo el verdadero significado de
esta fecha, que en nuestro concepto sólo tienen

D iscutir sobre el Estado, la nación y


el territorio mapuche, más que una
necesidad académica, es una urgencia
razón de conmemorarla los burgueses, porque
ellos, sublevados en 1810 contra la corona de
España, conquistaron esta patria para gozarla
ellos y para aprovecharse de todas las ventajas
política. Sin duda tales conceptos dan que la independencia les proporcionaba” 2
vuelta en la mayoría de los lectores, con
preguntas, cuestionamientos, críticas y Podríamos acusar a Recabarren de olvidar
adopciones que dependerán de los cami- nombrar al mapuche, al aymara, al Kawas-
nos trazados en cada uno de sus imagi- hkar, a las mujeres, a los niños, pero quizás
narios. Pensarlos hoy tampoco es casual, no tendría sentido, era el 1900 y solo el varón
Chile se supone que cumple 200 años, se blanco gozaba de las cualidades necesarias
elevan gigantes banderas tricolores, enor- para enfrentar cuestiones tan importantes
mes afiches, mientras una treintena de como su propio destino. Aunque en el mis-
presos políticos mapuche se encuentran mo instante que Recabarren conducía sus
en huelga de hambre, recordando que la palabras en función del proletariado, una
presencia del Estado no se esfumó en el Sociedad emergía en función a la defensa
aire neoliberal. En cada empresa privada del mapuche, la Sociedad Caupolicán, que
se preparan con publicidades para sacar nace a partir de los sucesos ocurridos de
las mejores ganancias de la festividad na- usurpación y violencia contra el mapuche.
cional, porque Chile parece la diversión En efecto, es precisamente esta Sociedad
multicolor y refrescante que bosqueja quien organiza la primera gran moviliza-
la Coca-Cola y al mismo tiempo una se- ción mapuche del siglo XX, en repudio a la
riedad neo-portaliana modernizada en marcación a Juan Painemal, en donde se
placas de cobres al último estilo postmo- reunieron tres o cuatro mil mapuche. Aquí
derno como el edificio ex-centro Cultural hablo Manuel Mañkelef, quien dijo (según
Metropolitano, ex-edificio Diego Porta- el Diario La Época):
les, hoy Centro Cultural Gabriela Mistral,
porque pareciera que Chile se refunda “... El Kull Kull de nuestros antepasados os
cada vez que nace un nuevo EX, pero no, anuncia que este importante movimiento leal
i franco en que estáis empeñados, es el eco de
el Chile que nos toca hoy es tan crudo y esas ideas tan francas, tan leales i tan elevadas
que reclamaron los abuelos. ¿No es esto, acaso,
1. Presentación realizada en el Foro “Estado, Nación
y Territorio en el marco del Bicentenario” realizada 2. Luis Emilio Recabarren, Ricos y Pobres.
por los Estudiantes Mapuche de La Universidad Archivo Salvador Allende, p. 10 [on line: http://
Academia de Humanismo Cristiano, Santiago de www.salvadorallende.cl/Partido%20Socialista/
Chile, Agosto 2010. Recabarren/Ricos%20y%20Pobres.pdf]

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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.

luchar por los ideales de los antepasados? ¿No ticas políticas como la participación mapu-
es esto seguir cumpliendo el programa i el deber che en la guerra de 1859, o cuestiones eco-
impuesto por esa legión de bravos durante 300
nómicas como las crisis de 1857?, ¿Contra
años, el defender la honra ultrajada? 3
quién debe estar dirigida la movilización
Asimismo, años antes, mientras en el mapuche?, ¿Contra el Estado?, ¿Contra el
norte de Chile se asesinaban obreros en Capitalismo? ¿Qué deben señalar nuestras
Iquique, se realizaba el Parlamento de Koz consignas? ¿La lucha es por trasformar el
Koz. En fin, para el 1900, la emergencia de Estado chileno o crear una sociedad “otra”?
nuevas y antiguas formas de resistencia ¿Existe alguna posibilidad de aunar fuerzas
daba luz en el Ngulumapu, en función de con otros sujetos?, y en este sentido ¿Cuál
detener la reducción territorial, y posible sería el fin de la movilización mapuche? y
desaparición cultural. más complejo aún, ¿Cómo hacer coincidir
Es aquí donde nos adentramos a las proble- formas tradicionales y nuevas de resisten-
máticas histórico-políticas, porque sin duda cia y lucha política? Dudas que pretende-
la revisión del pasado es pura politicidad en mos sean respondidas por medio de la dis-
el presente, de este modo es urgente discutir cusión de la polifonía de voces que integra
las categorías utilizadas por el movimiento el movimiento mapuche contemporáneo.
mapuche, en función de una comprensión del Por otro lado, el territorio. Un concep-
pasado, que tenga por fin construir proyectos to interesante, por la diferenciación con el
políticos sólidos y perdurables. simple concepto de tierra que maneja occi-
Primero el Estado. Más menos existe el dente capitalista, en tanto la entiende rela-
acuerdo de percibir al Estado como aquel cionada solo con la propiedad. Ahora bien,
que tiene el monopolio de la violencia en el concepto de tierra, solo como propiedad,
sus manos. Es legítimo –se supone- que obnubila la real dimensión de la cual está
éste reprima cuando así lo encuentre nece- cargado todo espacio, es decir, hasta el
sario. Del mismo modo no podemos dejar concepto tierra está cargado de territoria-
pasar el hecho que el Estado está confor- lidad, ya que en sí mismo representa una
mado por determinadas relaciones socia- determinada ideología. En otras palabras,
les e históricas, así no podemos nombrar al cuando se demanda el territorio mapuche,
Estado fuera de los sujetos que lo monopo- se le enfrenta a otra forma de entender
lizan, como tampoco de una determinada ese mismo espacio, a otra forma de terri-
economía que permite la mantención del torialidad basada en su propia legislación.
Estado como fuerza represiva legitimada. Entonces ¿La autonomía territorial es un
Según este superficial panorama de lo que proceso de construcción o más bien el re-
podríamos entender por Estado, surgen sultado de un conflicto entre dos formas de
necesarias preguntas, y aún más urgentes concebir el espacio?, ¿Se puede construir
respuestas. Por un lado, ¿Quién es el culpa- autonomía territorial en los márgenes del
ble, y por ende colonizador, de la conquista contexto económico neoliberal? ¿Se puede
del Wallmapu? ¿Es el Estado o el Capital?, desarrollar “la reciprocidad” en una eco-
así ¿Qué permite la ocupación?, ¿Problemá- nomía como la capitalista?, En suma ¿Qué
se busca con la autonomía territorial?
3. Diario La Época, 8 de julio de 1913. En: José
Bengoa, Historia del Pueblo Mapuche, Santiago de Finalmente, nación. Todos estarán más
Chile, Édiciones SUR, 1996, p. 380. o menos de acuerdo que la nación, es más
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El Bicentenario del Estado chileno. Balances del colonialismo en el pueblo mapuche.

bien un constructo cultural que una rea- tituir. (…) si no existe el espacio de identidad
lidad objetiva, y de este modo no existe en el que una y otra de las diferencias en cues-
tión estén insertas, ellas habrán perdido el
una sola definición de la categoría Nación, carácter distintivo que pretende tener. Es en-
por lo que es un concepto vacío que se va tonces cuando la comunidad que se ha dejado
dotando de significado según los contex- seducir por esta trampa teórica se encapsula,
tos históricos, esto abre una serie de pre- se vuelve hacia adentro, se esencializa, ele-
guntas, entre ellas quizás una interesante vando sus aspiraciones e intereses privados al
rango de materias sagradas y poniéndolos por
¿Cuál es la necesidad política de ocupar la
encima de todas las demás” 4
categoría Nación en la movilización ma-
puche? Pregunta que podría ser respondi- Es decir, si la diferencia solo tiene razón
da rápidamente en función de establecer de ser mediante una totalidad, ¿se puede
relaciones simétricas con “otra” nación, la trasformar la situación actual de coloni-
chilena o argentina, lo que sería una res- zación mapuche mediante una desvincu-
puesta suficiente, si la aceptamos como lación de otros actores sociales pertene-
una cuestión meramente política. Pero cientes a esa totalidad?, lo que nos vuelve
hagámonos parte, sólo para polemizar, a cuestionamiento ya esgrimido ¿Cuál es el
de los planteamientos de Grínor Rojo en fin de la movilización mapuche? ¿Tierras?
relación a estos temas, cuando señala que ¿Autonomía? ¿Trasformar el Estado en plu-
contemporáneamente existe dos varian- rinacional? ¿Se puede lograr estos u otros
tes críticas a las naciones decimonónicas fines en una economía como la capitalista?
modernas, por un lado los neoliberales y O si quisiéramos ir más lejos, pero no
globalizadores para los cuales la nación por ello menos interesante y problemati-
no es sino un lastre para la confirmación zador para el actual panorama político e
de una identidad capitalista globaliza- intelectual, citando a Žižek cuando dice:
dora -al puro estilo “fin de la historia” de “el multiculturalismo se basa en la tesis de que
Fukuyama- y por otro lado los postmo- vivimos en un universo post-ideológico, en el
dernos y postcoloniales para los cuales la que habríamos superado esos viejos confl ic-
tos entre izquierda y derecha, que tantos pro-
categoría nación se busca ahora para la blemas causaron, y en el que las batallas más
independencia de las minorías “margina- importantes serían aquellas que se libran por
les”, “subalternas”, “colonizadas”, o como conseguir el reconocimiento de los diversos
quiera llamárseles. Ahora bien, sin duda estilos de vida. Pero, -se pregunta el autor- ¿Y
las presentes líneas nada tienen que ver si este multiculturalismo despolitizado fuese
precisamente la ideología del actual capitalis-
con la crítica de neoliberales y globaliza-
mo global?” 5
dores a la Nación moderna, sino más bien
guarda sintonía con teorías postcolonia- Palabras que podríamos estar o no es-
les, o más aún descoloniales, las cuales tar de acuerdo, pero por eso estamos acá.
reclaman el “derecho a la diferencia”, a lo En fin. La palabra ahora queda abierta. ¶
que Grinor Rojo señala:
“lógicamente no puede haber diferencia si es 4. Grinor Rojo, Globalización e identidades
que no existe al mismo tiempo una totalidad a nacionales y postnacionales…¿de qué estamos
la que esa diferencia pertenece y dentro de la hablando?, Santiago de Chile, LOM ediciones,
cual ella asume la función especificadora que 2006, p. 150.
le corresponde de suyo o la que se le confía ins- 5. Slavoj Žižek, En defensa de la intolerancia,
Madrid, Ed. Sequitur, 2008, p. 11.

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ÑUKE MAPUFÖRLAGET WORKING PAPER SERIES
Editor General: Jorge Calbucura
Diseño Gráfico: Susana Gentil

Nordbø, Ingeborg (2001) The Destiny of the BiobíoRiver. Hydro Development at


Any Cost
Working Paper Series 1 Ñuke Mapuförlaget . ISBN 91-89629-00-0

Ibacache Burgos, Jaime, Sara McFall, José Quidel (2002) Rume Kagenmew Ta Az
Mapu, Epidemiologia de la Trasgresión en Makewe-Pelale
Working Paper Series 2 Ñuke Mapuförlaget . ISBN 91-89629-01-9

Ruiz, Carlos (2003) La estructura ancestral de los mapuches: Las identidades


territoriales, los longko y los consejos a través del tiempo
Working Paper Series 3 Ñuke Mapuförlaget ISBN 91-89629-02-7

Loncon Antileo Elisa El Mapudungun y Derechos Lingüísticos del Pueblo Mapuche.


Working Paper Series 4 Ñuke Mapuförlaget ISBN 91-89629-04-3

Ibacache Burgos Jaime, Margarita Trangol, Lilian Díaz, Claudia Orellana, Carlos
Labraña (2002) Modelo de Atención en Salud Integral Rural Complementaria.
Experiencia sectores de Colpanao y Rañintuleufu
Working Paper Series 5 Ñuke Mapuförlaget ISBN 91-89629-05-1

Ancán Jara José, Calfío Montalva Margarita (2002) Retorno al País Mapuche:
Reflexiones sobre una utopía por construir.
Working Paper Series 6 Ñuke Mapuförlaget ISBN 91-89629-06-X

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Mapuche de Cogestión en Salud (2002) Propuesta para una Política de Salud en
Territorios Mapuche.
Working Paper Series 7 Ñuke Mapuförlaget ISBN 91-89629-08-6

Unidad de Salud con Población Mapuche. Servicio de Salud Araucanía Sur. Equipo
Mapuche de Cogestión en Salud (2002) Relaciones Familiares en el Mundo
Mapuche ¿Armonía o Desequilibrio?
Working Paper Series 8 Ñuke Mapuförlaget ISBN 91-89629-09-4

Barrenechea Vergara Paulina (2002) Usos y mecanismos literarios en el discurso


mapuche: Desde los ”antiguos” a la nueva poesía.
Working Paper Series 9 Ñuke Mapuförlaget ISBN 91-89629-07-8

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Discriminación.
Working Paper Series 10 Ñuke Mapuförlaget ISBN 91-89629-11-6

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mental y enfoque socioespiritual-psico-biológico. Una aproximación ecológica al
fenómeno de la salud – enfermedad desde los propios comuneros y especialistas
terapéuticos mapuche de salud.
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al dilema de la urbanidad
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en contexto post-colonial. Estado de Chile – Nación mapuche
Working Paper Series 30 ISBN 91-89629-34-5

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Working Paper Series 31 ISBN 91-89629-35-3

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del colonialismo en el pueblo mapuche.´Tufachi bicentenario, mapuche Küpaf
kagekey.
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Ñuke Mapuförlaget Serie Relatos - Testimonios

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Serie Relatos - Testimonios 2. Ñuke Mapuförlaget. ISBN 91-89629-18-3

Huirimilla Oyarzo, Juan Paulo (2003) Palimpsesto


Serie Relatos - Testimonios 3. Ñuke Mapuförlaget. ISBN 91-89629-25-6

Huirimilla Oyarzo, Juan Paulo (2005) Etnopoesía. Poetica intercultural en la


cosmovisión huilliche.
Serie Relatos - Testimonios 4. Ñuke Mapuförlaget. ISBN 91-89629-28-0

Huirimilla Oyarzo, Juan Pablo (2007) Ül kalul - Cantos del cuerpo


Serie Relatos - Testimonios 5. Ñuke Mapuförlaget. ISBN 91-89629-30-2

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