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Descripción General
Las aves son animales vertebrados adaptados al vuelo, lo que les confiere
determinadas características morfológicas que hacen que sean fácilmente identificables.
Con seguridad, los primeros aficionados a la observación de las aves fueron en sus
orígenes cazadores, lo que les permitía examinar el plumaje de estos animales de forma
minuciosa y establecer comparaciones y diferencias entre especies primero y después entre
sexo y edades. Precisamente en España tenemos las primeras referencias serias de nuestra
avifauna de la mano de dos cazadores y aristócratas ingleses relacionados con el negocio del
vino y afincados en Jerez de la Frontera a principios del siglo XX, Abel Chapman y Walter J.
Buck. Prolíficos escritores que recorrieron las zonas más inhóspitas de España relatando sus
lances de caza desde una perspectiva pseudo-científica.
Con el paso del tiempo y la aparición de los primeros estudios científicos se estableció
una dicotomía muy clara entre cazador y ornitólogo-científico. Una vez que se publican estos
estudios y proliferan en prensa artículos especializados en observación de fauna surge la
curiosidad por acercarse a la naturaleza y dedicar parte del tiempo libre al mero disfrute con
su observación.
Después de la II Guerra
Mundial surge en Inglaterra un
movimiento de sensibilización
hacia la naturaleza que desemboca
en la proliferación de amantes de la
naturaleza y las aves en concreto.
En la actualidad este
pasatiempo, sin ser de masas, ya se
ha extendido por diferentes estratos sociales de multitud de países (sobre todo de los llamados
desarrollados) y se desarrolla siempre en conjugación con dos factores fundamentales y que
son ciertamente limitantes: el tiempo libre y la curiosidad.
El tiempo libre o de ocio se ha relacionado históricamente con posiciones sociales
acomodadas, aunque hoy en día es habitual en los países modernos en la mayor parte de los
estratos sociales. Así pues, el aficionado a la observación de aves dedica en un primer
momento parte de su tiempo libre a salir al campo de forma esporádica y a leer acerca de su
nuevo pasatiempo. A medida que su curiosidad crezca irá dedicando más tiempo para
satisfacerla (algo que no siempre ocurre).
Así pues nos encontramos con dos parámetros fundamentales para desarrollar esta
actividad, algo que no se diferencia del resto de pasatiempos, y que son tiempo disponible y
curiosidad. Si este aficionado cada vez dedica más tiempo a su hobby, llegará un momento en
el que decida pasar los fines de semana disfrutando en el campo e investigando zonas cada
vez más alejadas de donde comenzó a fraguar su nuevo pasatiempo. De esta forma puede
llegar a convertirse en un nuevo viajero motivado por la observación de especies que no son
habituales en su provincia, en su región y más tarde, en su país. En España la inmensa
mayoría de observadores de aves todavía se encuentran en la fase de conocimiento de su país,
algo que seguramente cambie en los próximos años producto de la búsqueda de la satisfacción
de esa curiosidad, aunque los elementos culturales también influyen para que la gente se
decida a viajar.
En torno al 40%
de los observadores de
aves de los países
anglosajones viajan al
menos una vez al año
fuera de su país para
desarrollar su afición en
busca de nuevas
especies que no están
presentes en sus países
de origen.
Existe una serie de razones que justifica el interés del hombre por las aves:
5. El canto de las aves. Desde tiempos primitivos el canto de las aves siempre ha
fascinado al hombre, relacionándolo con cambios de estación, climatología e incluso haciendo
separación entre el día y la noche.
7. La capacidad de volar. No hace falta mencionar que el hombre ha tenido en las aves
al modelo perfecto para desarrollar mecanismos para volar. De hecho la aeronáutica incorpora
muchos principios naturales propios de las aves para hacer volar aparatos tan comunes como
los aviones y ultraligeros de hoy día.
Los comienzos del observador de aves
La respuesta es sí, pero no en un sentido estricto. Hablamos de que existe una serie de
consejos y pautas intuitivas que con la práctica pueden llegar a desarrollarse para, por
ejemplo, ser utilizadas a la hora de identificar especies muy parecidas. Así pues, se aconseja
que, aunque la experiencia en identificar aves sea nula, el observador se haga continuas
preguntas acerca de lo que está viendo, y ante las respuestas que obtenga y con la ayuda de
una guía de campo pueda llegar, por lo menos, a identificar el género al que pertenece ese
pájaro.
Hay gente que disfruta con el vuelo de una rapaz, el zambullido de los patos o el canto
de un ruiseñor común. Esa gente no puede considerarse observador de aves, será un amante de
la naturaleza, pero el juego de la identificación y la indagación por saber de qué especie se
trata marca un poco la diferencia. Digamos que en la práctica de la observación de aves la
identificación es trascendental. El reto de una correcta identificación es lo que motiva a la
mayor parte de observadores, sobre todo en una primera fase de su aprendizaje. Pero incluso
para los más expertos se presentan retos continuamente, quizás no en torno a la identificación
de la especie sino en la determinación correctamente de su sexo o edad. Algo que requiere
muchos años de estudio y experiencia.
¿Qué equipo se necesita para desarrollar este pasatiempo?
Aunque hablaremos más detenidamente del equipo del observador más adelante, el
equipo básico del observador novel debe componerse de prismáticos, guía de aves (a ser
posible una guía que se limite al área geográfica donde va a desarrollar su afición) y cuaderno
de campo. Es tan sencillo como esto, el grado de interés y especialización determinarán en el
futuro inversiones más costosas en material, eso siempre que el observador decida dar un paso
más.
Unos prismáticos de 8 x 42, luminosos y por lo general ligeros, suelen bastar. Como
guía se recomienda la editada por SEO/Birdlife “Guía de las Aves de España, Península,
Baleares y Canarias” con dibujos de Juan Varela. El precio de este equipo puede rondar los
100 euros. Y como cuaderno de campo, cualquier libreta con pastas resistentes y que pueda
ser manejada fácilmente nos bastará.
También es aconsejable hacerse con un CD de los cantos de las especies más comunes
de la zona donde vivimos primero, y luego uno más completo acerca de las especies que
pueden ser observadas en España. SEO/Birdlife ha editado un CD interactivo titulado
“Descubre las aves por sus cantos” que es regalado a los nuevos socios. Su precio es de 30
euros para aquellos que quieran adquirirlo de forma independiente. Este CD también
incorpora juegos de identificación e itinerarios virtuales.
En teoría cualquier
lugar puede ser propicio
para observar aves,
incluso aquellos menos
insospechados como
basureros, jardines
residenciales o el pico más
alto del país. Lo
aconsejable es acercarse a
cualquier lugar más o
menos agreste (como la
ribera de un río, un encinar, zonas de cultivo, pueblos, etc.) y establecer un itinerario. Es muy
recomendable cambiar de hábitat a menudo para observar especies diferentes. Por ejemplo,
las especies que encontremos en una dehesa suelen ser muy diferentes a las que vayamos a
encontrar en una zona de alta montaña, o paseando por la ribera de un río veremos especies
distintas que si lo hacemos en un estuario o zona costera.
Por supuesto hay una serie de lugares que son especialmente recomendados para la
observación de aves. En España podemos destacar los Parques Nacionales de Doñana y
Monfragüe, el Estrecho de Gibraltar, el Pirineo Aragonés, el Delta del Ebro, la Albufera de
Valencia, etc., y un sinfín de destinos que pueden ser visitados gracias a bibliografía
especializada del tipo “Donde ver aves en …” aunque la mayor parte de ellos están escritos en
inglés. Es recomendable el libro editado por Lynx del autor José Antonio Montero: “Donde
ver aves en España, los 100 mejores lugares”, aunque la edición anterior cubría muchos más
lugares.
Para aquellas personas que vivan en grandes ciudades recomendamos una visita a los
parques urbanos. En Madrid por ejemplo, se puede visitar El Retiro, El Parque del Oeste y
sobre todo la Casa de Campo. En todas las provincias españolas existen unas figuras de
protección denominadas ZEPAs (Zonas de Especial Protección para las Aves), donde
disfrutaremos de una buena variedad de especies.
El comportamiento en el campo
- No gritar ni hacer ruidos que puedan molestar a la fauna. Hablar en tono moderado.
- Nunca acercarse deliberadamente a nidos, huevos o pollos. Está demostrado que hay
especies que si son molestadas abandonan la puesta, con su consiguiente pérdida. Hay que
tener especial cuidado en primavera y principios del verano.
- No intentar capturar ejemplares si no estamos cualificados para ello y no gozamos de
los correspondientes permisos. El anillamiento de aves es una actividad científica no un
entretenimiento.
- Evitar acercarse demasiado a las aves para verlas mejor o tomar fotografías y
ahuyentarlas.
- En caso de encontrar una especie protegida muerta o herida evitar tocarla y llamar a
las autoridades competentes, facilitando su recogida y traslado a un lugar adecuado. Muchas
especies son envenenadas y si se mueve de lugar a la víctima no se pueden efectuar acciones
legales contra propietarios y/o guardas de fincas.
¿Cómo puedo contactar con otras personas con mis mismas inquietudes?
Lo mejor es contactar
con la Sociedad Española de
Ornitología (SEO/Birdlife,
www.seo.org) e incluso
hacerse socio. Estaréis al
tanto de actividades, charlas,
excursiones, etc. SEO
también cuenta con grupos
locales en la mayoría de las
provincias que nos podrán
informar con más detalle sobre las aves de nuestro entorno más cercano.
Huesos con espacios aéreos: Los huesos de las aves son huecos, lo que aligera
considerablemente el peso corporal sin reducir la superficie de inserción muscular. Para no
perder resistencia existen una serie de puntales que proporcionan estabilidad. Los huecos se
comunican con el exterior a través de los sacos aéreos.
Forma aerodinámica: Que permite un desplazamiento más suave a través del aire,
penetrando sin rozamientos. Las plumas de contorno ayudan a conseguir dicha forma.
Sistema respiratorio especial: Los pulmones presentan expansiones, denominadas
sacos aéreos, que penetran en los huecos de los huesos y en las cavidades existentes entre los
órganos, lo que permite un intercambio gaseoso altamente eficaz, muy importante a gran
altura y en los grandes esfuerzos musculares derivados del vuelo.
Plumas
Las plumas son formaciones dérmicas, químicamente semejantes a los pelos, uñas o
pezuñas de los mamíferos, o a las escamas de los reptiles. Proporcionan aislamiento, repelen
el agua y participan activamente en el vuelo de las aves al ser una prolongación de las alas. Su
estructura se basa en un eje central denominado raquis o cálamo, con barbas a los lados que
forman el estandarte. Las barbas presentan, a su vez, una serie de bárbulas o barbillas a cada
lado, que por medio de un sistema de surcos y ganchos quedan unidas, resultando una
estructura de gran ligereza y resistencia. Básicamente están compuestas de queratina (90%),
agua (8%), lípidos (1%) y pigmentos (1%).
Hay diversos tipos de pluma con diferentes funciones cada una. Las plumas de vuelo
son las que se insertan en alas y cola, y se denominan rémiges o remeras las primeras, y
rectrices o timoneras las segundas. Participan activamente en el proceso de vuelo y para ello
es necesario que las remeras sean simétricas. Las plumas de contorno recubren el cuerpo y
las partes basales de las plumas de vuelo, aislando térmicamente al animal y proporcionando
una forma aerodinámica al conjunto. El plumón se sitúa debajo de las plumas de contorno,
aislando térmicamente al animal gracias a que forman una cámara de aire. El plumón tiene un
raquis corto terminado en múltiples barbas que no se unen. Las vibrisas son plumas con
aspecto de pelo, con
localización determinada y
cuya misión es la de proteger
órganos delicados como los
ojos o facilitar la captura de
insectos. Las filoplumas
también tienen aspecto de
pelo, están situadas entre
otras plumas y su misión es la
de informar al sistema Vibrisas en la comisura del pico del chotacabras pardo
nervioso de la posición de las
plumas de vuelo.
Píleo
Auriculares
Nuca
Dorso o manto
Garganta
Pecho Franjas alares
Cobertoras
Flancos Obispillo
Vientre
Supracobertoras
Cobertoras primarias caudales
Tarso
Primarias
Infracobertoras
caudales
Rectrices o timoneras
Otras denominaciones usadas con frecuencia en la topografía de las aves son las
siguientes.
Lista ocular
Bigotera
Pequeñas cobertoras
Álula
Escapulares
Cobertoras de las
secundarias Primarias
Terciarias Secundarias
Práctica de descripción
Descripción:
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