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Trastornos hipercinéticos
Normalmente en los cinco primeros años de vida), falta de persistencia en las tareas que
requieren un esfuerzo intelectual y tendencia a cambiar de una actividad a otra sin acabar
ninguna, además de una actividad desorganizada, irregular y excesiva.
Pueden asociarse otras anomalías varias. Los niños hipercinéticos son, a menudo, descuidados
e impulsivos, propensos a accidentes, y plantean problemas de disciplina por saltarse las
normas, más que por desafío deliberado de las mismas, por falta de premeditación. Sus
relaciones con los adultos suelen ser socialmente desinhibidas, con una falta de la prudencia y
la reserva naturales. Son impopulares entre los niños y pueden llegar a convertirse en niños
aislados. Es frecuente la presencia de un déficit cognoscitivo y son extraordinariamente
frecuentes los retrasos específicos en el desarrollo motor y el lenguaje. Las complicaciones
secundarias incluyen comportamiento di social y baja autoestima.
El diagnóstico para investigación del trastorno hipercinético requiere la presencia clara de déficit
de atención, hiperactividad o impulsividad, que deben ser generalizados a lo largo del tiempo y
en diferentes situaciones, y no deben ser causados por otros trastornos como el autismo o los
trastornos afectivos.
G l. Déficit de atención. Por lo menos seis de los siguientes síntomas de déficit de atención
persisten al menos seis meses, en un grado que es maladaptativo o inconsistente con el nivel de
desarrollo del niño:
1. Frecuente incapacidad para prestar atención a los detalles, junto a errores por descuido en
las labores escolares y en otras actividades.
2. Frecuente incapacidad para mantener la atención en las tareas o en el juego.
3. A menudo aparenta no escuchar lo que se le dice.
4. Frecuente incapacidad para cumplimentar las tareas escolares asignadas u otras misiones que
le hayan sido encargadas en el trabajo (no originada por una conducta deliberada de oposición
ni por una dificultad para entender las instrucciones).
5. Incapacidad frecuente para organizar tareas y actividades.
6. A menudo evita o se siente marcadamente incómodo ante tareas tales como las domésticas,
que requieran un esfuerzo mental mantenido. ,,..
7. A menudo pierde objetos necesarios para determinadas tareas o actividades tales como
material escolar, libros, lápices, juguetes o herramientas.
8. Fácilmente distrafble por estfmulos externos.
9. Con frecuencia olvidadizo en el curso de las actividades diarias.
G2. Hiperactividad. Al menos tres de los siguientes síntomas de hiperactividad persisten
durante, al menos, seis meses, en un grado maladaptativo o inconsistente con el nivel de
desarrollo del niño:
1. Con frecuencia muestra inquietud con movimientos de manos o pies, o removiéndose en el
asiento.
2. Abandona el asiento en clase o en otras situaciones en las que se espera que permanezca
sentado.
3. A menudo corretea o trepa en exceso en situaciones inapropiadas (en adolescentes o adultos
puede manifestarse sólo por sentimientos de inquietud).
4. Es, por lo general, inadecuadamente ruidoso en el juego o tiene dificultades para entretenerse
tranquilamente en actividades lúdicas.
5. Exhibe permanentemente un patrón de actividad motora excesiva, que no es modificable
sustancialmente por los requerimientos del entorno social.
G3. Impulsividad. Al menos uno de los siguientes síntomas de impulsividad persiste durante, al
menos, seis meses, en un grado maladaptativo e inconsistente con el nivel del desarrollo del
niño:
1. Con frecuencia hace exclamaciones o responde antes de que se le hagan las preguntas
completas.
2. A menudo es incapaz de guardar un turno en las colas o en otras situaciones de grupo.
3. A menudo interrumpe o se entromete en los asuntos de los demás (p. ej., irrumpe en las
conversaciones o juegos de los otros).
4. Con frecuencia habla en exceso, sin una respuesta adecuada a las limitaciones sociales.
G4. El inicio del trastorno no se produce después de los siete años.
G5. Carácter generalizado. Los criterios deben cumplirse para más de una situación, es decir, la
combinación de déficit de atención e hiperactividad deben estar presentes tanto en el hogar
como en el colegio, o en el colegio y otros ambientes donde el niño puede ser observado, como
pudiera ser la consulta médica (la evidencia de esta generalización requiere, por lo general,
información suministrada por varias fuentes. La información de los padres acerca de la conducta
en el colegio del niño no es normalmente suficiente).
Trastornos disociales
Se trata de trastornos caracterizados por una forma persistente y reiterada de comportamiento
disocial, agresivo o retador. En sus grados más extremos puede llegar a violaciones de las normas
mayores de las que serían aceptables para la edad del individuo y su entorno social. Se trata,
por tanto, de desviaciones más graves que la simple "maldad" infantil o rebeldía adolescente,
que implican un patrón de comportamiento duradero (seis o más meses). Los hechos del
trastorno disocial pueden ser secundarios a otros trastornos psiquiátricos, en cuyo caso debe
codificarse el diagnóstico del trastorno subyacente.
Los tipos de comportamiento en los que se basa el diagnóstico pueden ser los siguientes: peleas
o intimidaciones excesivas, crueldad hacia otras personas o animales, destrucción grave de
pertenencias ajenas, incendio, robo, mentiras reiteradas, faltas a la escuela y fugas del hogar,
rabietas frecuentes y graves, y desobediencia.
Cualquiera de estos comportamientos, si es marcado, es suficiente para el diagnóstico, pero los
actos disociales aislados no lo son.
G 1. Patrón de conducta repetitivo y persistente que conlleva la violación de los derechos básicos
de los demás o de las normas sociales básicas apropiadas a la edad del paciente. La duración
debe ser de al menos seis meses, durante los cuales algunos de los siguientes síntomas están
presentes (véanse las subcategorías particulares para los requerimientos en cuanto al número
de síntomas). Nota: los síntomas 11, 13, 15, 16, 20, 21, Y 23 necesitan que se produzcan sólo
una vez para que se cumpla el criterio.
El individuo presenta:
l. Rabietas excepcionalmente frecuentes y graves para la edad y el desarrollo
del niño.
2. Frecuentes discusiones con los adultos.
3. Desafíos graves y frecuentes a los requerimientos y órdenes de los adultos.
4. A menudo hace cosas para molestar a otras personas de forma aparentemente deliberada.
5. Con frecuencia culpa a otros de sus faltas o de su mala conducta.
6. Es quisquilloso y se molesta fácilmente con los demás.
7. A menudo está enfadado o resentido.
8. A menudo es rencoroso y vengativo.
9. Miente con frecuencia y rompe promesas para obtener beneficios y favores o para eludir sus
obligaciones.
10. Inicia con frecuencia peleas físicas (sin incluir peleas con sus hermanos).
11. Ha usado alguna vez un arma que puede causar serios daños físicos a otros (p. ej., bates,
ladrillos, botellas rotas, cuchillos, arma de fuego).
12. A menudo permanece fuera de casa por la noche a pesar de la prohibición paterna (desde
antes de los trece años de edad).
13. Crueldad física con otras personas (p. ej., ata, corta o quema a sus víctimas).
14. Crueldad física con los animales.
15. Destrucción deliberada de la propiedad ajena (diferente a la provocación de incendios).
16. Incendios deliberados con la intención de provocar serios daños.
17. Robos de objetos de un valor significativo sin enfrentarse a la víctima, bien en el hogar o
fuera de él (p. ej., en tiendas, casas ajenas, falsificaciones).
18. Ausencias reiteradas al colegio, que comienzan antes de los trece años;
19. Abandono del hogar al menos en dos ocasiones o en una ocasión durante más de una noche
(a no ser que esté encaminado a evitar abusos físicos o sexuales).
20. Cualquier episodio de delito violento o que implique enfrentamiento con la víctima (p.ej
"tirones", atracos, extorsión).
21. Forzar a otra persona a tener relaciones sexuales.
22. Intimidaciones frecuentes a otras personas (p. ej., infligir dolor o daño deliberados,
incluyendo intimidación persistente, abusos deshonestos o torturas).
23. Allanamiento de morada o del vehículo de otros.
Mutismo electivo
Se caracteriza por una selectividad marcada y emocionalmente determinada al hablar,
de tal manera que en algunas situaciones el niño demuestra competencia en el lenguaje,
pero fracasa en otras situaciones (definidas). El trastorno se asocia habitualmente con
características marcadas de la personalidad, que implican ansiedad social, aislamiento,
sensibilidad o resistencia.
Enuresis no orgánica
Trastorno caracterizado por la emisión involuntaria de orina durante el día y durante la
noche, considerado anormal para la edad mental de la persona y que no es consecuencia
de una pérdida del control vesical debida a cualquier trastorno neurológico, ataques
epilépticos o anomalías anatómicas de las vías urinarias. La enuresis puede haber estado
presente desde el nacimiento o puede haber surgido en un período siguiente a la
adquisición del control vesical. La enuresis puede estar o no asociada con un trastorno
emocional o del comportamiento más amplio.
Encopresis no orgánica
Emisión repetida, voluntaria o involuntaria, de materia fecal, habitualmente de
consistencia normal o casi normal, en lugares no adecuados para estos fines en el
ambiente sociocultural de la persona. La afección puede representar una prolongación
anormal de la incontinencia infantil normal, implicar una pérdida de la continencia
después de la adquisición del control intestinal, o ser una deposición deliberada de las
heces en lugares inadecuados, a pesar de tener la persona un control fisiológico
intestinal normal. La afección puede ocurrir como un trastorno monosintomático o
puede formar parte de un trastorno más amplio, especialmente un trastorno emocional
(F93.–) o un trastorno de la conducta (F91.–).
Tartamudez [espasmofemia]
Habla caracterizada por repetición frecuente o prolongación de sonidos, sílabas o
palabras, o bien por vacilaciones frecuentes o pausas que interrumpen su flujo rítmico.
Debe ser clasificada como un trastorno sólo si su gravedad es tal que deteriora
notablemente la fluidez del discurso.
Farfulleo
Alta velocidad del discurso, con interrupción de la fluidez pero sin repeticiones ni
vacilaciones, de tal gravedad que da lugar a un deterioro de la inteligibilidad del mismo.
El habla es errática y disrítmica, con accesos espasmódicos rápidos que implican
habitualmente un fraseo erróneo.
Funciones cerebrales