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Lavado bronquial

El lavado bronquial es parte de un procedimiento llamado broncoscopia, en el que un médico


mira en los pulmones con un broncoscopio de fibra óptica para comprobar si hay
irregularidades y tomar muestras de tejido. El médico inyecta solución salina a través de
broncoscopio en el pulmón y después lo vuelve a succionar. Comprobando el retorno del
líquido de lavado, el doctor puede diagnosticar sangrado, neumonía, contaminantes
industriales, infecciones por hongos y diferentes tipos de cáncer de pulmón. Los pacientes que
se someten a un lavado bronquial suelen recibir anestesia tópica con sedación. La mayoría de
efectos secundarios son suaves e incluyen tos, dolor de garganta y una sensación de
adormecimiento de ser sedado.

El lavado encuentra hasta el momento su mayor utilidad en el diagnóstico de las infecciones


oportunistas y de algunas neumopatías intersticiales, evitando en ocasiones la realización de
procedimientos invasivos. Se constituye también en una herramienta de investigación de
primera mano en algunas entidades como el asma.

Técnica
La técnica consiste en la introducción en el árbol bronquial de 100-150 ml de suero fisiológico
en alícuotas de 50 ml. Posteriormente se aspira, obteniéndose por lo general el 50- 70% del
líquido introducido. Para la práctica de la prueba la punta del fibroscopio se enclava en un
bronquio segmentario.

Las complicaciones de esta técnica son raras. Después de practicar la exploración permanece
en el parénquima pulmonar cierta cantidad del líquido administrado, lo que provoca estertores
y/o roncus en el área explorada e infiltrados radiológicos de características alveolares, que
suelen desaparecer al cabo de 4-12 horas. En el 2-3% de los casos puede aparecer fiebre e
insuficiencia respiratoria.

Entre las contraindicaciones cabe destacar la insuficiencia respiratoria grave y la alteración


ventilatoria de severa intensidad (volumen espiratorio máximo por segundo [FEV1] inferior a
700ml).

Indicaciones
Las indicaciones más comunes para la realización del BAL son:

Infección

La sospecha de infección pulmonar en el paciente inmunodeprimido, incluyendo pacientes con


infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y con trasplante de órgano sólido,
quizá sea la indicación mejor establecida para el BAL. El rendimiento diagnóstico es elevado en
la neumonía por P. jiroveci (96%) y las infecciones por micobacterias (80%). En la neumonía
por citomegalovirus, la sensibilidad diagnóstica varía entre el 50 y el 90%, según se utilice sólo
el estudio de las inclusiones citoplasmáticas o bien el análisis con anticuerpos monoclonales
y/o cultivos víricos.

El papel del BAL en el estudio de una neumonía en el paciente inmunocompetente no está


claro. Su indicación fundamental es en pacientes con mala respuesta al tratamiento inicial y/o
con ventilación mecánica. La muestra se debe valorar en un cultivo cuantitativo, siendo
positivo si es superior a 104 unidades formadoras de colonias (UFC)/ml.
Fibrosis pulmonar idiopática

En la fase activa de la enfermedad existe un incremento del número total de células


inflamatorias que provienen del tracto respiratorio. No existe una clara correlación entre el
porcentaje de los diferentes tipos celulares encontrados en el BAL y los parámetros clínicos y
de función respiratoria. Sin embargo, algunas generalizaciones se pueden basar en los
hallazgos del BAL. La existencia de predominio linfocí- tico en el BAL está asociada con la
inflamación alveolar moderada o severa y con la ausencia relativa de honeycombing en la
histología. La reducción de neutrófilos en el BAL, un aumento del índice CD4/CD8 y un número
bajo de CD8/S6F1 es predictivo de respuesta a corticoides. De la misma forma es raro en
pacientes con aumento de neutrófilos y eosinofilo tener una buena respuesta a los corticoides

Niños inmunocomprometidos

Es una de las principales aplicaciones del LBA en la infancia2, con un alto rendimiento
diagnóstico (alrededor del 80 %).

El hallazgo de Pneumocystis carinii, uno de los patógenos más comúnmente identificados, de


Mycobacterium tuberculosis, Legionella pneumophila, Nocardia, Histoplasma, Cryptococcus,
Blastomyces, Coccidioides, virus Influenza y virus respiratorio sincitial es significativo de
infección pulmonar, con un valor similar al obtenido con la biopsia a cielo abierto. Tan sólo en
aquellos casos en los que se sospeche una infección viral o fúngica la muestra tisular es más
fiable por lo que, si no está contraindicada, puede ser aconsejable la práctica simultánea de
una biopsia transbronquial. La detección de organismos como Aspergillus, Candida,
micobacterias atípicas, citomegalovirus, virus del herpes simple y flora común del tracto
respiratorio superior no les implica necesariamente como agentes etiológicos de la
enfermedad. Los recuentos celulares diferenciales también pueden ayudar en el diagnóstico
de los infiltrados pulmonares.

Niños inmunocompetentes

El LBA puede estar indicado en las neumonías graves que no responden de forma adecuada al
tratamiento o que precisan ventilación mecánica así como en el estudio de las neumonías
nosocomiales en niños intubados y ventilados. En estos últimos pueden utilizarse diferentes
métodos (LBA-B, LBA-NB, catéteres protegidos o cepillos protegidos), ya que en los diversos
estudios practicados no se aprecian diferencias importantes en cuanto a sensibilidad y
especificidad (sensibilidad entre el 60 y el 80 % y especificidad entre el 70 y el 90 %).

Dada la posibilidad de contaminación se han de efectuar siempre cultivos cuantitativos e


investigar la presencia de bacterias intracelulares en el examen directo de la muestra. En
algunos casos se podría realizar un doble lavado, en un lóbulo sano y en el afectado, con ánimo
de aclarar dudas sobre la posible contaminación del fibrobroncoscopio por flora orofaríngea.

La utilización del LBA en la obtención de muestras para el diagnóstico de tuberculosis es


discutida, dado que no aumenta la sensibilidad del aspirado gástrico. A pesar de ello, cuando
se utilizan ambos procedimientos se dobla el rendimiento diagnóstico del obtenido en cada
uno por separado

Complicaciones
Fiebre. Guarda relación con el número de lóbulos lavados y con la cantidad de solución. Salina
empleada ( mayor de 300c)4.
La hipoxemia, con promedio de duración de dos horas post procedimiento, también ha sido
informada5, al igual que la caída del VEF, de la Capacidad vital y del flujo espiratorio picos,
todo ello en relación con grandes volúmenes de solución salina empleada.

En pacientes con sida el lavado se ha mostrado seguro y ha sido bien tolerado aún en aquellos
con trombocitopenia o conectados a ventilador7.8, observándose un transitorio incremento en
el requerimiento de oxígeno y en la temperatura. Las opacidades observadas en los lóbulos
lavados carecen de significado clínico y generalmente desaparecen a las 24 horas.

Contraindicaciones

Son contraindicaciones absolutas la inestabilidad hemodinámica, la hipoxemia marcada refractaria,


la diátesis hemorrágica no corregida, o la no autorización del paciente para la realización del
procedimiento.

Son contraindicaciones relativas la presencia de hipertensión pulmonar grave o de cardiopatías


congénitas cianosantes con aumento de vasos colaterales bronquiales, la insuficiencia respiratoria
grave, la incapacidad de controlar la tos del paciente durante el procedimiento y la presencia de
alteraciones de la coagulación (hemofilia, uremia, plaquetopenia o tratamiento anticoagulante).

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