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La convocatoria de
huelga general
del 29 de septiembre
A. Laguna

6 de septiembre de 2010

L
a huelga general convocada por
los sindicatos para el próximo
29 de septiembre ya está en
marcha. Todo el proceso legal-
mente establecido va siguiendo
su curso, así como los preparativos para
su éxito: propaganda, publicidad, orga-
nización, relación con la patronal par-
ticular, establecimiento de los servicios
mínimos… Y pronto también se inten-
sificará la batalla de opinión pública.
Dos bandos contrarios, de fuerza desi-
gual, están claros; pocas son las fuerzas
que acompañarán a los sindicatos.
Por nuestra parte consideramos que
existen razones suficientes que hacen
legítima y necesaria esta movilización
que tiene como objetivo el rechazo y la
oposición al giro político dado por el
Gobierno en materia económica y so-
cial, concretado, entre otras medidas,
en la reforma laboral, los planes de
ajuste y las propuestas de reforma de
las pensiones. [En las páginas centra-
les de este número publicamos un tex-
to de opinión de Antonio Antón, Ga-
briel Flores y Javier Álvarez Dorronso-
ro, en el que analizan la actual coyun-
tura económica y las políticas del Go-
bierno, argumentando su apoyo a la
huelga general].
Las reacciones en contra de la convo-
catoria de la huelga general hasta aquí
han tenido muy variadas expresiones.
Una, por ejemplo, con poco recorri- de la convocatoria para esas fechas Parlamento acreditan sus medidas eco-
do, eso sí, fue la que se permitía la des- realizada desde instancias sindicales nómicas y laborales con el argumento
fachatez de acusar a los sindicatos de europeas. Extraña acusación ésta, de que “son las que están haciendo los
oportunistas porque se aprovechaban cuando el Gobierno y la mayoría del demás gobiernos europeos”.

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En la elección de esa fecha radica mo, su beneplácito a reformas y ajus- tización para tener derecho a la jubila-
precisamente uno de los puntos fuer- tes que llevaría aún más lejos. ción de diez a quince años y de los úl-
tes de la huelga. Lo que se necesita es timos dos a los ocho años para el cál-
hacer lo mismo que los demás trabaja- culo de la pensión (años después se
dores europeos para torcer las políti- Huelgas generales incrementaría hasta los quince) [*].
cas de sus gobiernos. Quizá sea posi- desde la Transición UGT no apoyó la convocatoria. En la
ble bloquear la reforma del sistema movilización estaban muy presentes
público de pensiones y conseguir que Se puede considerar que son seis las los efectos de la política económica del
no se aplique buena parte de la ristra huelgas generales realizadas en Espa- Gobierno del PSOE, en especial, el des-
de medidas de reforma del mercado ña entre 1978 y 2010. Cuatro de ellas empleo producido por la reconversión
laboral, pero difícilmente se puede cam- (las de 1985, 1988, 1994 y 2002) de 24 y el incumplimiento de la promesa elec-
biar el rumbo de la política económica horas; una de media jornada (la de toral de los 800.000 nuevos empleos.
del Gobierno si este cambio no se pro- 1992), y otra de una hora (la de 1978). Los convocantes contabilizaron unos
duce también en Europa. A la huelga convocada por la Confe- cuatro millones de trabajadores en
Otra opinión contraria –ésta más deración Europea de Sindicatos para huelga. Por su parte, el Gobierno la
tolerante con los sindicatos– es la que el 5 de abril de 1978 se sumaron las consideró un fracaso, al ser, en su cál-
consideraba una reacción despropor- fuerzas sindicales en España, en parti- culo, seguida sólo por un millón.
cionada la convocatoria de una huelga cular CC OO y UGT. Se trataba de una En el segundo mandato de Felipe
general en estos momentos, aun estan- hora de paro que se siguió en 28 países González se llevó a cabo otra huelga
do en su pleno derecho el hacerlo. europeos en protesta por el creciente general, esta vez convocada por todas
Parecida posición es la que ve en la desempleo. Gobernaba entonces UCD las fuerzas sindicales: el 14 de diciem-
huelga ahora más inconvenientes que tras ganar las primeras elecciones por bre de 1988 (“el 14-D”). El detonante
ventajas para la tarea en la que “todos” sufragio universal, celebradas en ju- fue el proyecto del Gobierno del PSOE
debemos empeñarnos: “trabajar juntos nio de 1977, y el Parlamento estaba ela- de “Plan de empleo juvenil”, que supo-
para salir pronto de la crisis”. Que se borando la Constitución que sería apro- nía la consagración del empleo preca-
combina con la que se apoya en que no bada meses después. En los dos años rio, en un momento de fuerte descon-
parece existir, en lo fundamental, otra anteriores, 1976 y 1977, se había pro- tento por la política económica y so-
política que llevar a cabo ante la argo- ducido un elevado incremento de la cial del Gobierno socialista.
lla de la presión internacional. conflictividad laboral en los lugares Se puede decir que ha sido una de
Por último, y con razones como la más industrializados de España. las huelgas de mayor repercusión tan-
anterior y otras menos confesables, no El 20 de junio de 1985, CC OO y to por el nivel de seguimiento de la
han faltado quienes, al calor de los efec- otros sindicatos minoritarios impulsa- misma (se calculó un porcentaje del
tos incómodos de ciertas huelgas, se han ron una huelga de 24 horas en protes- 90%, lo que significaba unas 8 millo-
apresurado a insinuar que ya es hora ta, fundamentalmente, por el recorte nes de personas en huelga), como por
de restringir el derecho a la huelga. de las pensiones, que, entre otras co- sus efectos: entre ellos, la retirada de
Pero el mayor problema que afron- sas, ampliaba el periodo exigido de co- las medidas gubernamentales puestas
tan los convocantes de esta huelga, más en marcha y una mayor ruptura entre
allá de los impedimentos empresaria- la UGT y el PSOE.
les y los condicionantes estructurales El recorte de las prestaciones por
del sistema productivo, por más que el desempleo (el primer “decretazo”) y el
descontento sea muy amplio, es ven- proyecto de ley de huelga propuesto
cer las resistencias a realizar la huel- por el Gobierno socialista, presidido
ga en el mundo laboral y las dudas en de nuevo por Felipe González, todo ello
la sociedad de su oportunidad, en par- enmarcado en el llamado plan econó-
ticular en el campo de la izquierda so- mico para la convergencia con Euro-
cial, preocupado por el efecto político pa, motivó otra huelga general el 28
favorable al PP de esta movilización. de mayo de 1992; en esta ocasión, de
Razones que tienen su peso y que obli- cuatro horas. Fue convocada también
gan, por un lado, a argumentar bien el por UGT, CC OO y otras fuerzas sindi-
aspecto tan negativo del resultado de cales, que vieron en las medidas gu-
la pasividad frente a las políticas que bernamentales un proyecto de debili-
se imponen; y por otro, en determina- tamiento de los sindicatos.
dos ámbitos, a insistir en que esa huel- A la ya de por sí difícil y controver-
ga tiene como objetivo mostrar el re- tida valoración del seguimiento de es-
chazo a una política y a unas ideas de tas huelgas, en este caso, por su carác-
las que es partícipe el PP, aunque no
enseñe, por su hipocresía y oportunis- ...
ter de media jornada, aún lo fue más.
Los sindicatos lo cifraron en un

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... 80%, la patronal en un 20% y el
Gobierno en un 35%.
en contra de las medidas de reforma de
la protección por desempleo y de la Ley
generales o las de servicios públicos
(como, por ejemplo, las del transpor-
Dos años después, el 27 de enero de Básica de Empleo, aprobadas median- te), surge la tensión y el debate sobre
1994, fue convocada por los sindicatos te decreto-ley por el Gobierno del PP (el el derecho de huelga o los límites a su
una huelga general de 24 horas contra “decretazo”), nada dispuesto al diálogo ejercicio. Ahora por ambos motivos se
la reforma del mercado de trabajo pro- social con los sindicatos, a los que pre- ha vuelto a hablar de ello. Y se habla-
yectada por el Gobierno del PSOE, la tendía arrinconar y silenciar. rá más cuando se plantee el problema
congelación de los sueldos de los fun- Casi cinco años después, el Tribunal de la fijación de los servicios mínimos
cionarios y la disminución del poder Constitucional declaró inconstitucio- en determinados sectores a aplicar el
adquisitivo de las pensiones. nal el Real Decreto,, por considerar que 29 de septiembre. O cuando surjan al-
La reforma suponía una continuidad no estuvo justificada la urgencia y ex- gunos problemas en relación con el
en la reducción de derechos por des- traordinaria necesidad que alegó el trabajo de los piquetes informativos o
empleo y de defensa frente a la liber- Gobierno para sacarlo adelante. Ello sin las presiones empresariales para sal-
tad de despido y frente a la movilidad entrar a valorar el contenido, que no tarse a la torera lo que las normas le-
funcional y territorial, e introducía una en pequeña medida fue imponiéndose gales señalan para permitir la huelga
nueva modalidad de contratación pre- poco a poco en los años posteriores. de sus trabajadores.
caria, el contrato basura de aprendiza- Como en anteriores ocasiones, los Sin entrar a fondo en esta cuestión,
je, una reedición del contrato juvenil datos sobre la participación en la huel- conviene al menos señalar la funda-
que constituyó la espoleta de la huelga ga fueron totalmente dispares: para mentación jurídica de este derecho en
general del 14-D. el Gobierno solo la siguió el 17% de nuestro país y su recorrido en estos
Los dirigentes sindicales dijeron en- los trabajadores y para los sindicatos, años de democracia.
tonces que había sido secundada por el 84%; cifra esta última seguramente La Constitución de 1978 dio carta de
un 90% de los trabajadores, mientras bastante abultada, como se señalaba naturaleza como derecho fundamental
que el Gobierno cifró el seguimiento en nuestra revista en un artículo de individual al ejercicio libre de la huel-
en un 30% y la patronal en un 26%. julio de 2002. ga (que solo puede ejercerse en el mar-
Pese a ello, el Ejecutivo decidió man- co de una acción colectiva): «Se recono-
tener la reforma laboral. ce el derecho de huelga de los trabaja-
La última huelga general se realizó El derecho de huelga dores para la defensa de sus intereses…»
el 20 de junio de 2002, este vez frente (art.28.2, perteneciente al bloque de “Los
a la política de Aznar, en su segundo Cada cierto tiempo, y en particular derechos fundamentales y de las liber-
mandato. CC OO y UGT la convocaron cuando se producen huelgas como las tades públicas” de la CE). Dejando pen-

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diente para un futuro desarrollo legis- ción de una amplia restricción del de-
lativo un límite en el ejercicio de ese recho de huelga. Fue también abando-
derecho: «… La ley que regule el ejerci- nado. Sin embargo, de nuevo volvió a
cio de este derecho establecerá las ga- la carga el Gobierno de Felipe González
rantías precisas para asegurar el man- en 1991. Los sindicatos, por su parte,
tenimiento de los servicios esenciales presentaron lo que se llamaba un “có-
de la comunidad» (así finaliza al apar- digo de autorregulación” entre las par-
tado 2 del artículo 28 de la CE). Cuando se producen tes implicadas.
Es decir que, como en el caso de otros huelgas como A pesar de la oposición sindical, el
derechos fundamentales y en general las generales o PSOE siguió con su propuesta y pre-
de la Constitución, se dejaba, lógica- sentó un proyecto de ley que finalmente
mente, para una futura ley orgánica el las de servicios públicos, fue aprobado mayoritariamente en el
desarrollo legislativo que habría de surge la tensión Congreso en junio de 1992. Cuando ya
concretar cómo poner en práctica ese y el debate sobre había pasado al Senado, en sus últi-
derecho. Pues bien, a diferencia de mos trámites el grupo parlamentario
otros derechos fundamentales, que más el derecho de huelga o socialista pactó con los sindicatos UGT
tarde o más temprano tuvieron su co- los límites a su ejercicio. y CC OO una modificación sustancial
rrespondiente ley orgánica, el derecho del proyecto, que produjo una fuerte
de huelga no ha sido el caso. Sin em- reacción en contra de la CEOE. Pero
bargo, sí lo fue el determinado en el tales huelgas no podían ser declaradas este acuerdo no obtuvo resultados prác-
mismo artículo 28 de la Constitución ilegales puesto que el fin de la huelga ticos. Felipe Gónzalez disolvió las Cor-
en su apartado 1: «Todos tienen dere- –sus motivos: las medidas laborales gu- tes a comienzos de 1993. Tras las elec-
cho a sindicarse libremente…» En 1985 bernamentales– no era ajeno al inte- ciones de junio de ese año, el nuevo
se aprobó la Ley Orgánica 11/1985 de rés profesional de los trabajadores a Parlamento no volvió a hablar de ello.
Libertad Sindical. los que se convocaba. Y desde entonces hasta hoy pareció
Los pocos intentos en más de treinta Otras se centraron, además de en las establecerse un acuerdo tácito entre los
años resultaron fallidos, y hoy no está causas de licitud o ilicitud de las huel- dos grandes partidos políticos, los sin-
en la agenda política, ni parlamenta- gas, en el concepto de huelga y su deli- dicatos mayoritarios y la patronal de
ria, ni sindical, aunque la patronal nun- mitación; en la fijación de lo que debía que, a pesar de los problemas que en
ca ha dejado de llamar la atención so- considerarse servicios esenciales para la regulación existente pudiera ver
bre ello, aprovechando los momentos la comunidad y al papel en ello de la cada cual, era mejor no forzar una dis-
de mayor debilidad del poder sindical. Administración; en los aspectos parti- cusión sobre ello.
Eso no quiere decir que el ejercicio culares que habían de revestir, por Eso no impedirá los debates en la
del derecho de huelga no esté regulado. ejemplo, las huelgas de funcionarios... opinión pública y los conflictos prácti-
Las huelgas se rigen por el Real Decre- A lo anterior se han sumado, sin que cos sobre cuáles deben ser considera-
to-Ley Regulador del Derecho de Huel- hasta ahora hayan servido de mucho, dos –y por quién– sectores esenciales
ga y de los Conflictos Colectivos de Tra- las sentencias judiciales que han dado para el funcionamiento de la comuni-
bajo, de marzo de 1977, y por la doctri- la razón a los sindicatos en su denun- dad, cómo tienen que regularse los ser-
na constitucional correspondiente que cia del establecimiento de servicios vicios mínimos con sus peculiaridades
se ha ido consolidando en estos años. mínimos abusivos en determinadas por cada sector y qué procedimientos
En abril de 1981 quedó modificado el huelgas de servicios públicos. han de seguirse con urgencia en los
Decreto del 77 en algunos apartados desacuerdos o qué debe entenderse por
como consecuencia de una sentencia piquetes informativos. Para algunos es
del Tribunal Constitucional. En la dé- Proyectos de ley suficiente con lo que hay si se mantie-
cada posterior, entre 1982 y 1992 se pro- ne el principio del desarrollo de códi-
dujeron unas 18 nuevas sentencias que Los intentos de sacar adelante una ley gos de autorregulación que responde-
abordaron múltiples aspectos, entre de huelga no han sido muchos, y ya rían mejor a la disparidad de situacio-
ellos, la modalidad de la huelga y su hemos dicho que fracasaron. nes que la práctica cotidiana ofrece.
consideración de ilegal o no según sus En 1980, el Ministerio de Trabajo, Pero todo ello encierra reflexiones de
motivos. Ése ha sido el caso de los in- gobernando UCD, trató de abordar este más calado sobre el concepto de huelga
tentos de declarar ilegales las convo- asunto dentro del Estatuto de los Tra- como derecho individual, por ejemplo,
catorias de huelga general contra las bajadores. El desacuerdo con los sin- así que dejémoslo aquí.
medidas laborales del Gobierno de tur- dicatos lo retiró de la escena. Hubie-
no por su carácter “político” (así regu- ron de pasar siete años para una nue- (*) Otro de los puntos propuestos por el proyecto
de ley más criticados era el del recorte del dere-
lado en el Decreto de 1977 y reafirma- va intentona. Entonces, el Gobierno del
cho a la pensión de viudedad: se limitaba ese
do por la sentencia del TC de 1981). PSOE elaboró un borrador que fue vis- derecho a la mujeres que estuviesen legalmente
Sentencias posteriores afirmaron que to por los sindicatos como la imposi- casadas y que fuesen mayores de 45 años.

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