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I.- Factores
El confort térmico: Lo entendemos como la ausencia de molestias sensoriales y depende de
factores como la temperatura, grado higrotérmico, radicación y turbulencia del aire. Se
considera que la temperatura de una vivienda para alcanzar el confort debe estar en torno a
20ºC. La humedad relativa, la que generalmente se asigna como causa de la incomodidad, es
menos significativa ya que la tolerancia del cuerpo es grande. Como punto óptimo nos
moveríamos entre 50-70% de humedad.
Los sistemas de la vivienda saludable que
regula estas características del espacio se
basan en la transmitancia de muros y
vanos, es decir, cómo pasa el calor o el frio
a través de ellos. Esto se optimiza con una
buena elección de los materiales, entre
otros factores.
En una vivienda saludable, se combinan estos cuatro aspectos para realizar la ventilación
con un aprovechamiento máximo. Se trata de lograr crear corrientes de aire a través de la
ventilación cruzada. También se tiene en cuenta la influencia en el movimiento del aire del
periodo del año, la orientación del proyecto y la distribución interna de la vivienda.
La iluminación: La iluminación de una vivienda es un tema casi siempre olvidado, pero más
importante de lo que pueda parecer ya que el ser humano necesita del sol para vivir. Tiene
consecuencias directas en los aspectos económicos, prácticos y funcionales. A su vez, es un
elemento decorativo relevante.
Una vivienda saludable aprovecha la iluminación natural. Todo espacio debe contar con una
luz homogénea y difusa, sin excesos de sombras ni de contrastes. Los factores que se tienen
en cuenta son:
Economizar energía.
Confort térmico.
Evitar efectos de la condensación.
La principal función de los cerramientos de un edificio es preservar las condiciones
interiores, independientemente de las
exteriores. Una de las maneras de
conseguirlo es disminuir el intercambio de
calor entre el interior y el exterior, de forma
que los muros cumplan una función de
aislamiento térmico.
Toda ventana que no esté orientada al norte, producirá más o menos pérdidas o ganancias
térmicas, reducir en lo posible las superficies acristaladas orientadas al sur son opciones
para mejorar el confort térmico, aunque lógicamente no vamos a tener una casa sin
ventanas en una parte de ella, una correcta elección de los cerramientos acristalados (PVC,
rotura de puente térmico, doble acristalamiento) mejora considerablemente el aislamiento
de las viviendas.
Al considerar estos nueve puntos será de gran utilidad para que su nueva residencia requiera
un bajo mantenimiento energético y sea naturalmente confortable.
Importancia de los materiales en el confort térmico
Como las casas no son aún automáticas e inteligentes y no pueden controlar que nos entre
solo lo bueno del clima exterior tenemos que usar nuestra propia inteligencia. Se trata de
aprovechar lo mejor de las características de los materiales para que hagan de filtro y de
almacén de la energía de forma que la casa se comporte siempre de la mejor manera posible
sin necesidad de tener que abusar de la calefacción o la refrigeración.
Desde el punto de vista del comportamiento térmico, las características que van a hacer que
un material sea mejor o peor para nuestros intereses son:
Su resistencia térmica.
La facilidad o las oposiciones para que el calor pase por ese material.
Su capacidad térmica.
1. Tenemos que pensar en los materiales de la piel, que serán los primeros que se
enfrenten al clima exterior y los encargados de filtrar que pase lo mejor y deje lo peor
afuera.
2. Vamos a querer que la energía que está dentro de la casa se almacene de la forma más
eficaz posible y que la recuperemos justo cuando la vayamos a necesitar.
La piel del edificio es el primer filtro y el más importante. Puesto que casi siempre las
condiciones del exterior no son las que consideramos confortables (en invierno hace frío y
en verano hace calor). Así, tenemos que poner una barrera para que no entren fácilmente en
nuestro edifico. Esa primera barrera se consigue a base de mejorar el asilamiento tanto de
los muros perimetrales, como de los techos y, muy importante la aislación en los vanos.
III.- Consejos para mejorar la salubridad y la
calidad del aire al interior de nuestros hogares
Para mejorar la calidad del aire se pueden tomar varias medidas sencillas que pueden
reducir la contaminación del aire de las viviendas. La calidad del aire de las ciudades es
mala, pero la del interior de una casa puede ser peor. Mediante estos cuatro consejos
podemos mejorar el aire que respiramos en los hogares y reducir los posibles riesgos
medioambientales y sanitarios.
Una casa sin ventilación puede concentrar diversas sustancias contaminantes. Algunos
gases, como el monóxido de carbono o el radón, causan todos los años miles de muertos en
todo el mundo. Abrir las ventanas y dejar que se aireen las habitaciones varias veces al día
durante unos minutos es una manera sencilla y eficaz de librarse de ellos. El uso de
extractores de humos o ventiladores dirigidos al exterior también puede ayudar.
Los consumidores utilizan productos de uso cotidiano que pueden emitir en el ambiente
sustancias nocivas. Una de ellas es el formaldehído, un componente que se ha generalizado
en productos tan diversos como materiales de construcción, pinturas, prendas textiles o
servilletas de celulosa. La utilización de materiales de madera maciza o fibras naturales
puede ayudar a reducir su uso.
Los productos de limpieza industriales pueden contener sustancias nocivas, como el cloro o
el amoniaco, que provocan gases irritantes, y el vertido de algunas de estas sustancias en la
naturaleza puede dañar a los seres vivos. Una alternativa es poner en práctica una serie de
trucos de limpieza caseros y ecológicos, capaces de dar buenos resultados y ahorrar dinero.
Prohibir fumar
Las casas antiguas pueden tener materiales nocivos como pinturas con plomo. Lo idóneo
sería sustituir estos materiales por otros que eliminen posibles consecuencias negativas
para la salud. Si se pinta la casa, hay que utilizar pinturas con el menor grado de toxicidad
posible y, una vez terminado, dejar una largo tiempo ventilada las habitaciones.
Las cocinas y las estufas a gas, carbón o leña también pueden emitir gases contaminantes y
nocivos para la salud, como los óxidos de nitrógeno. Si no se tiene pensado sustituir estos
sistemas, al menos, hay que ventilar con frecuencia los espacios donde estén ubicados.
Las alfombras atrapan diversas partículas contaminantes, ácaros o suciedad, así que
conviene reducir su presencia en lo posible. A las alfombras que queden hay que pasarles
con frecuencia la aspiradora para mantenerlas limpias.
En el garaje hay que evitar tener el vehículo en marcha porque los gases del tubo de escape
en este pequeño y cerrado espacio pueden ser muy perjudiciales. Los sensores de detección
de gases nocivos pueden ser muy útiles para evitar intoxicaciones.
La mayor parte de la información la recibimos por la vista. Para que nuestra actividad
laboral se desarrolle de una forma eficaz, necesita que la luz (entendida como característica
ambiental) y la visión (característica personal), se complementen para conseguir una mayor
productividad, seguridad y confort.
En la iluminación se utilizan una serie de magnitudes que son esenciales para una
comprensión adecuada. Estas magnitudes son:
Para asegurar el confort visual hay que tener en cuenta tres condiciones básicas:
Los deslumbramientos se producen al incidir un haz de luz sobre el ojo, ocasionado por el
reflejo del haz sobre una superficie o directamente sobre el campo de visión del usuario. Los
deslumbramientos motivan incomodidad y disminuyen la percepción visual.
La distribución de la luz deberá ser lo más uniforme posible, evitando que incidan sobre el
campo visual del habitante directamente. La forma de disminuir los deslumbramientos es
cubrir las lámparas con difusores, paralúmenes u otros sistemas que permitan regular la luz
evitando la visión directa del foco luminoso.
Otro factor a tener en cuenta son los contrastes, entendiendo por contraste el equilibrio
entre la luminancia del objeto y las superficies que el usuario tiene en su campo visual.
Deben evitarse los fuertes contrastes, así como los espacios con contrastes débiles.
El objetivo es conseguir un equilibrio en todo el espacio, tanto entre las distintas fuentes de
luz (general y localizada), como entre el plano de trabajo y los muros, así como, en los
desplazamientos por el recinto.
Color:
El color percibido por las personas está relacionado directamente con sus emociones, su
estado anímico y sus respuestas fisiológicas. Por lo tanto, con las condiciones de confort
psicológico, las que afectan en su eficiencia, productividad, incidiendo en la salud.
El color de la luz como parámetro de confort visual es analizado de acuerdo a dos factores:
Temperatura del color. Puede tener efectos positivos o negativos sobre las personas,
conforme al tipo de actividad. Ésta define la apariencia de color de la luz emitida por la
lámpara y del ambiente en sí. El color de la iluminación va a estar dado por la
presencia o ausencia de luz natural, de las condiciones climáticas y de las preferencias
personales.
Índice de rendimiento. Se refiere a la capacidad cromática de una fuente luminosa. Se
considera para la selección del tipo de lámparas a utilizar al interior del recinto. Es
necesario considerar la calidad de la luz que se emite en función de facilitar al ojo
humano la diferenciación y reconocimiento de los diferentes objetos que se están
iluminando.
Contaminación acústica
Para evaluar las condiciones acústicas de la vivienda, lo primero que debe hacer es
identificar con claridad la procedencia de los ruidos más molestos. Por una parte están los
ruidos exteriores, procedentes de la calle y de los vecinos próximos, y por otra, están las
vibraciones del inmueble (ascensor, equipos de climatización, etc.) y de los aparatos de
nuestro hogar (electrodomésticos, tecnología, etc.).
Otro aspecto en el cual se debe fijar es si su vivienda está aislada correctamente, si las
puertas y ventanas cierran bien y si debe actuar en concreto sobre algún recinto en la que
necesite protección frente al ruido originado por sus vecinos.
En este caso, lo más conveniente es que llegue a un acuerdo con el constructor y aísle los
recintos mediante fibras minerales, como lana de piedra o fibra de vidrio, que es el material
aislante más utilizado por su buena relación calidad/precio. Tenga en cuenta que si no
afronta la aislación de los recintos, el resultado no será óptimo.
El ruido exterior
Difracción: El sonido incide sobre los elementos que separan dos espacios, como
puertas y ventanas, y hace que esos elementos vibren, transmitiendo dicha vibración
al interior.
Filtración: El sonido sencillamente se cuela a través de orificios y aberturas.