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LA NOCION DE TAREA EN PSIQUIATRIA *

(en colaboración con el doctor A. Bauleo)

La noción de tarea en la concepción de psicología social que tratamos de propugnar


permite una ubicación frente a la patología y a su vez una estructuración de líneas con las
cuales accionar frente a ésta.

Para ello trataremos de establecer tres momentos, que son abarcados por esta noción: la
pretarea, la tarea y el proyecto. Estos momentos se presentan en una sucesión evolutiva y
su aparición y juego constante se pueden ubicar frente a cada situación o tarea que
involucre modificaciones en el sujeto.

Iremos desarrollando cada uno de estos momentos, sabiendo desde ya que son
proposiciones relativas a posiciones terapéuticas y como tales deben ser admitidas, es
decir, como proposiciones.

En la pretarea se ubican las técnicas defensivas que estructuran lo que se denomina la


resistencia al cambio, movilizadas por el incremento de las ansiedades de pérdida y ataque.

Estas técnicas se emplean con la finalidad de postergar la elaboración de los miedos


básicos; a su vez, estos últimos, al intensificarse, operan como obstáculo epistemológico en
la lectura de la realidad. Es decir, se establece una distancia entre lo real y lo fantaseado,
que es sostenida por aquellos miedos básicos.

La pretarea también aparece como campo en el cual el proyecto y la resistencia al


cambio serían las exigencias con signo opuesto y de creación de tensión; la búsqueda de
salidas a esta tensión se logra a través de una figura transaccional, resolución

* 1964.

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transitoria de la lucha: aparece el "como si" o la impostura de la tarea. Se hace "como si"
se efectuara la labor especificada (o la conducta necesaria).

Los mecanismos defensivos actuantes en el momento de la pretarea son los


característicos de la posición esquizoparanoide (M. Klein), instrumental y patoplástica (P.-
Rivière); mecanismos que operan como medios de expresión y configuración de las
estructuras patológicas (neurosis, psicosis, perversiones, etc.). Además es en esta pretarea
donde se observa un juego de disociaciones del pensar, actuar y sentir, como formando
parte también de los mecanismos antes enunciados.

Podemos estipular que el "como si" aparece a través de conductas parcializadas,


disociadas, semiconductas -podríamos decir- pues las partes son consideradas como todos.
Los aspectos manifiestos y latentes son imposibles de integrar en una denominación total
que los sintetice.

Se nos presenta en esas semiconductas de la pretarea el problema de la impostura. Si la


significación está reducida y el sujeto no presenta la opacidad que su presencia requiere,
hay una cierta transparencia. En su cuerpo la decantación significativa se efectúa con falta
de totalidad. El sujeto es una burla de sí, su "negativo". Le falta la revelación de sí mismo,
su denominación como hombre. La situación se le presenta con un dejo de extrañeza y es
esa extrañeza la que lo desespera, acudiendo para sobrellevarla a comportamientos
extraños a él como sujeto, pero afines con él como hombre alienado.

Se entrega entonces a una serie de "tareas" que le permiten "pasar el tiempo"


(mecanismo de postergación, detrás del cual se oculta la imposibilidad de soportar
frustraciones de inicio y terminación de tareas y causando, paradójicamente, una
frustración constante).

Los mecanismos de defensa son sólo elementos formales cuyo contenido (tarea y
proyecto para cada sujeto) está disuelto en ellos. El sujeto aparece como una estructura
más de aquellos mecanismos, y sus fines se agotan en cada manifestación.

Por lo tanto lo que se observa son maneras o formas de no entrar en la tarea.

El momento de la tarea consiste en el abordaje y elaboración de ansiedades y la


emergencia de una posición depresiva básica, en la que el objeto de conocimiento se hace
penetrable por la ruptura

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de una pauta disociativa y estereotipada, que ha funcionado como factor de estancamiento
en el aprendizaje de la realidad y de deterioro en la red de comunicación.

En la tarea, aquella posición depresiva requiere elaboración, proceso cuya significación


central está en el hacer "consciente lo inconsciente" y en el cual se observa una
coincidencia total de las distintas áreas de expresión fenoménica.

El sujeto aparecería con una "percepción global" de los elementos en juego, con la
posibilidad de manipuleo sobre ellos y con un contacto con la realidad en el cual, por un
lado, le es accesible el ajuste perceptivo, es decir, su ubicación como sujeto, y por el otro
lado puede elaborar estrategias y tácticas mediante las cuales intervenir en las situaciones
(proyecto de vida), provocando transformaciones. Éstas modificarán a su vez la situación,
nueva entonces para el sujeto, con lo cual comienza otra vez el proceso (modelo de la
espiral) .

En el pasaje de la pretarea a la tarea, el sujeto efectúa un salto, es decir, previa sumación


cuantitativa de insight realiza un salto cualitativo durante el cual se personifica y establece
una relación con el otro diferenciado.

En el contexto de la situación terapéutica, correctora, la situación transferencial y


contratransferencial ocurre principalmente en el ámbito de la pretarca del sujeto. Si el
terapeuta confunde la pretarea con la tarea, entra en el juego de la neurosis transferencial y
actúa en ella. La tarea del terapeuta se convierte en pretarea, al tener él mismo resistencia
a entrar en su tarea específica, por eludir el problema esencial del hacerse cargo, del
"compromiso", del ser consciente y el proyecto. (Resistencias ideológicas a la praxis.)

Resulta así que las nociones de pretarca, tarea y proyecto aparecerían como elementos
para ubicar una actitud terapéutica.

Sería esquemático resumir bajo la noción. de lo que implique modificación en doble


dirección (desde el sujeto y hacia el sujeto), involucrando así un vínculo.

De lo que se trata es de ubicar una noción que englobe, al mirar a un sujeto, su relación
con los otros y con la situación. La noción "trabajo" tiene la connotación ideológica de ser
hecho por alguien modificando algo. Su indeterminación hace que concepciones
filosóficas, teológicas, metafísicas, hayan hablado de él. Para

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nosotros también es un elemento ideológico, pero su inclusión en nuestra concepción
psicosociológica tiene por fin, como dije antes, elaborar con esquemas adecuados ciertas
situaciones prácticas. El establecer pretarea, tarea y proyecto como momentos
situacionales de un sujeto nos permite un acercamiento y una diagnosis de orientación.
Pues en cada uno de esos momentos configura un pensar, un sentir y un accionar, cuyo
distingo es central para toda terapia. Mas esto a su vez nos lleva a pensar que si ubicamos
al sujeto en cada una de esas situaciones, en dirección a alguien con quien está relacionado,
no va a ser necesario establecer el por qué y para qué de la situación total y de cada
momento particular. Y es así como en la situación general y frente a nosotros como
observadores, que tenemos luego que accionar sobre esos mecanismos, el por qué y para
qué de la situación se nos presenta así:

Por otros Para otros

Etiopatogenia Diagnóstico Profilaxis


Profilaxis Tratamiento

Por último diremos que establecer pretarea, tarea y proyecto consiste en la búsqueda de
nociones que, partiendo del supuesto de hombre en situación (Lagache), permitan
establecer mejor la relación entre ambos términos del supuesto y a su vez poder operar en
un campo práctico.

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