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RESEÑA

El Viejo Mal De Colombia; un corto relato escrito por William Ospina, donde nos
cuenta la triste realidad de la guerra en Colombia y donde sus gobernantes siguen
un solo lineamiento; se presenta de cierto modo, con cierto carácter; se aparta por
convicción y por mandato legal, de la idea de una memoria oficial del conflicto
armado. No querría erigirse como un conjunto de verdades cerradas, más bien,
querría ser un elemento de reflexión para un debate social y político abierto. Pues
considero que Colombia tendría pendiente construir una memoria legítima, en la
cual se incorporen las diferencias, los contradictores, sus posturas y sus
responsabilidades.

Este conflicto que ha vivido Colombia a través de los años discurriría en paralelo
con una creciente confrontación de memorias. Es cierto que en Colombia los
cambios han sido marginales y a cuenta gotas. Pero los principales responsables
de esta anómala son precisamente los gobernantes.

Sin embargo no todo es crítico. El autor concluye que para superar el conflicto
armado de manera definitiva, son necesarias tres premisas: la construcción de un
Estado fuerte, una sociedad civil vibrante y una política conflictiva.

Así mismo, una sociedad civil vibrante implica que se participe de una manera
abierta y por grandes capas de la población en las soluciones que se adopten para
los grandes problemas del país. Se requiere entonces de una cultura política que
haga imposible la justificación de la lucha armada, en la cual deben participar la
sociedad en su conjunto. En los últimos tiempos las cifras de violaciones a los
derechos humanos han aumentado notablemente, perjudicando de esta manera
las relaciones internacionales y el progreso.

En conclusión mi opinión resulta doloroso comprobar una vez más que el


problema en nuestro país es la falta de voluntad y compromiso por respetarnos
unos a otros.

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