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E IDEOLOGÍA
JACQUES GOLDBERG
Los tres libros de Louis Althusser y de sus colaboradores (Por Marx, Leer El Capi-
tal I y II) han tenido gran repercusión. <.Dar cuenta* de ello es una empresa para
la cual se necesita disponer de tiempo, a menos que se limite uno a breves indica-
ciones que no pueden bastar a los lectores de nuestra revista. Iniciar la reflexión al
respecto es lo que resulta factible de primer intento. Tal es, sin más, la ambición
de este artículo.
DE LO TEOLÓGICO A LO ANTROPOLÓGICO
El conjunto de interrogaciones sobre el hombre, sobre el sentido de su
vida, sobre su historia, pasa ante todo por las sendas de la trascendencia
de Dios. Se asegura que nada se puede decir del hombre, ni comprender
nada del hombre, sin que antes se diga algo de Dios, sólo la «ciencia» de
Dios hace posible todas las tentativas por ubicar al hombre en su esencia
y su destino.
El gran mérito de Kant es, según Hegel, situar al hombre en su autonomía.
Se efectúa un desplazamiento de lo teológico a lo antropológico.* El hombre
va a comprenderse a partir de leyes internas que lo conforman como tal
y que con él constituyen la cultura. Para designar y localizar la finalidad,
es preciso partir del hombre, según Kailt, y se podrá seguir, en el progreso
de la historia, la emergencia de una racionalidad que define la esencia del
hombre y la vocación de la humanidad en su conjunto.*
HUMANISMO E HISTORICISMO
La unión del humanismo y del historicismo representa, según Althusser, una
seria tentación. Si el historicismo consiste en la reducción de todo conoci-
miento en las relaciones sociales históricas, puede introducirse una segunda.
>8 La Nouvelle Critique, No. 161, diciembre de 1964-enero de 1965. Sin duda,
lo mal claro y más objetivo que se ha escrito sobre el trabajo del Dr. Lacan.
" Sicoanálisis, 6, p. 140.
«> Freud: La ciencia de los sueños. Trd. Meyerson, PUF, 1950, pp. 207-208.
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CIENCIA y LENGUAJE
No basu con calificar los sectores de nuestra experiencia, el sector libertad,
el sector elección, etc., para poder establecer el punto de partida váüdo
de una ciencia del hombre. Las reducciones operadas a partir de la ideología
ética no pueden llevar más lejos que a la i d e ó l o ^ . Michel Simón, al
comenur su lectura de G. G. Granger, recuerda que «la ideología se limita
" Mas coiuiate en permitir (al »ujeto) descifrar su (propio) discurso y acceder
a la «palabra plena».
" P. Ricoeur: De la interpretación, Seouil. 1965. «La fÜMofia en la edad de las
ciencias humanas», en Cahiers de Phüosophie, No. 1, enero de ISbb, p. a*.
"• Cf. la critica de Michel Tort en Les Temps Modernes, febrero-marzo
de 1966.
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-'•' L. Althusser: La NouvelU Critique, No. 164, marzo de 1965. Por Marx,
p. 240 (Maspéro, 1965).
•^ Leer El Capital, II, pp. 10-11.
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ANTROPOLOGÍA E IDEOLOGÍA
Sin volver a las indicaciones precedentes que conciemen al deslizamiento
hacia el moralismo ideológico y una teología inconciente, en que corre de
nuestra cuenta provocar el empleo del vocabulario humanista, queda la
pregunta del lugar de la antropología en el interior de los análisis de
Althusser. ¿Es toda antropología ideológica en la medida en que la misma
participa del «mito del origen», de la creencia en una especificidad de
estructuras sicológicas, afectivas, de la creencia en los mecanismos propios
de la conciencia y del inconciente? ¿Cómo ubicar entonces el lugar del
sicoanálisis y el uso que de él hace Althtisser para descifrar el funciona-
miento de la ideología?
»* Que no tiene nada que ver, por supuesto, con el inconciente colectivo de
Jung. Se intenu indicar aquí la referencia a una forma y no a «arquetipos».
" Leer El Capital, I, pp. 65-66. La Nouvelle Critique, No. 176, mayo de 1966.
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