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Contratos en particular - Mandato

Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

3 . El contrato de mandato civil.

Este contrato se encuentra regulado en los arts. 2116 y siguientes del Código Civil.

3 . 1 . Concepto.

El art. 2116 entrega un concepto legal del contrato de mandato, el que condensa los
tres elementos fundamentales de este contrato; es la presencia de estos tres elementos lo
que permite señalar que se está ante un contrato de mandato, distinguiéndolo de otros
contratos afines.

Art. 2116. El mandato es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios a otra, que
se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera.
La persona que confiere el encargo se llama comitente o mandante, y la que lo acepta, apoderado, procurador,
y en general, mandatario.

Según este artículo, se define al mandato como un contrato en que una persona
confía la gestión de uno o más negocios a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y
riesgo de la primera.
Refiriéndose a las partes del contrato, el art. 2116 señala que el comitente o
mandante es la persona que confiere el encargo, y mandatario, apoderado o procurador
esquíen lo acepta.

3 . 2 . Elementos.

Como e l e m e n t o s e s e n c i a l e s del contrato de mandato, podemos señalar:

i. L a c o n f i a n z a . El encargo de la gestión que hace en mandante al mandatario se


basa en la confianza que este último le inspira. Esto permite caracterizar al contrato
de mandato como un contrato intuito persona, lo que trae como consecuencia que el
error en la persona vicia el consentimiento 1.
En función de este elemento es que se justifican ciertas formas especiales de
terminación de este contrato, así, el mandato termina entre otras causas por la
revocación del mandante o renuncia del mandatario, a diferencia de la generalidad
de los actos jurídicos bilaterales que no pueden terminar por la declaración de
voluntad unilateral de una de las partes, por eso es excepcional. En este sentido,
también se justifica a partir de esto que la muerte del mandante o del mandatario
constituyan una causal de extinción del mandato, salvo excepciones, pues la regla

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Recordar que el error acerca de la persona con quien se tiene intención de contratar no vicia el
consentimiento, salvo que la consideración de esta persona sea la causa principal del contrato. (art. 1455 inc.
i). Por lo tanto, por regla general el error en la persona no vivía el consentimiento, salvo que se trate de
contratos intuito persona, caso en el cual la sanción será la nulidad relativa y una posible indemnización de
los perjuicios en que de buena fe haya incurrido la persona con quien erradamente se contrató.

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general en materia de obligaciones, es que quien se obliga, obliga también a sus


herederos.

En conclusión, la decisión del mandante de cometer el encargo descansa en un


factor subjetivo, en la confianza que le inspira la persona del mandatario, tanto por
su honestidad, como por las cualidades que posee para desempeñar con éxito el
negocio encomendado.

ii. El objeto del contrato es el e n c a r g o d e l a g e s t i ó n d e u n o o m á s


n e g o c i o s . Se refiere, tanto a la conservación o administración de un negocio
económico, como también a la ejecución de un negocio jurídico.
Cuando se habla de gestión se alude a la acción y al efecto de la administración, es
decir, gestiona, quien administra un asunto de contenido económico que interesa al
mandante. Ahora, con respecto al sentido que debe atribuirse a la expresión negocio,
debe darse a esta un sentido amplio que sólo excluye a los actos materiales, en tanto
si se encarga la ejecución de un acto material, se estará en presencia de un contrato
de arrendamiento de servicios o de empresa o de ejecución de obra.
Se dice que el objeto del mandato puede consistir en:

a. La conservación de un patrimonio.

b. La administración de una industria o empresa (sociedades comerciales)

c. La ejecución de uno o más negocios de contenido económico que interesan al


mandante (por ejemplo, el mandante necesita constituir una sociedad en el
extranjero para instalar allí una sucursal de su empresa)

d. La ejecución de negocios jurídicos (en razón de su ausencia el mandante otorga


mandato para que un tercero celebre a su nombre un contrato de compraventa o de
sociedad).

iii. El mandatario asume la gestión de los negocios encomendados, p o r c u e n t a y


r i e s g o d e l m a n d a n t e . Esto implica que los beneficios o pérdidas que puedan
resultar de la gestión del mandatario, son para el mandante, no para el propio
mandatario, por lo tanto, es el patrimonio del mandante el que resultará beneficiado
o perjudicado con la gestión del mandatario.
Hay que destacar que el mandatario siempre actúa por cuenta y riesgo del mandante,
porque es este un elemento de la esencia del contrato, sea que actúe a nombre propio
(sin representación), o a nombre del mandante (con representación), por lo tanto, no
hay que confundir que el mandatario actúe a nombre del mandante con que actúe
por su cuenta y riesgo.
La expresión que "por cuenta y riesgo" que utiliza el legislador significa que el
mandatario actúa comprometiendo el patrimonio del mandante, sea que éste se
incremente o disminuya a consecuencia de dicha actuación.

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En derecho, "por cuenta de otro" significa que a esa persona le corresponden los
beneficios y pérdidas de la cosa o negocio; y "riesgo" es el acontecimiento incierto
que puede hacer desmerecer o beneficiar la misma cosa o negocio.

Como e l e m e n t o s d e l a n a t u r a l e z a del contrato de mandato, podemos señalar:

i. La r e m u n e r a c i ó n . Esto se señala a partir del art. 2117 en relación con el art.


2158 nº 3.

Art. 2117. El mandato puede ser gratuito o remunerado.


La remuneración (llamada honorario) es determinada por convención de las partes, antes o después
del contrato, por la ley, la costumbre, o el juez.

Art. 2158. El mandante es obligado,


3.º A pagarle la remuneración estipulada o usual;

El art. 2117 señala que el mandato puede ser gratuito o remunerado. Lo que indica
es que este es un elemento de la naturaleza del contrato (reforzado por el art. 2158),
pues aún cuando las partes nada digan, se entiende que igualmente se debe pagar la
remuneración usual. En este caso el legislador se remite a la costumbre como fuente
de derecho 2.
Por lo tanto, a falta de estipulación el mandato es remunerado. La jurisprudencia ha
confirmado en numerosos fallos que el mandato es por naturaleza es remunerado.
Así, por ejemplo, el fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago, del 30 de junio de
1998, Manuel Figueroa Soljan con Pedro Velásquez López, señala en su
considerando 8º: Que siendo el mandato por naturaleza remunerado, y no estando
probado que se haya pactado la gratuidad del mismo ni el monto que demanda el
actor, el tribunal puede regularlo siempre que determine su valor en una suma no
superior a la solicitada. Se basa esta conclusión en lo dispuesto en el art. 2158 Nº 3
del código civil que establece que el mandante está obligado a pagarle al mandatario
la remuneración estipulada o usual.

ii. La r e p r e s e n t a c i ó n . Esta es una modalidad del acto jurídico, en virtud de la cual,


los efectos de los actos celebrados por el representante pasan a radicarse inmediata
y directamente en el patrimonio del representado. A pesar que un sujeto actúa
personalmente en la vida jurídica, los efectos de su actuación no se radican en su
patrimonio, sino en el de un tercero, que será en definitiva el que adquirirá los
derechos y contraerá las obligaciones.
La figura de la representación en general esta consagrada en el art. 1448 CC.

Art. 1448. Lo que una persona ejecuta a nombre de otra, estando facultada por ella o por la ley para
representarla, produce respecto del representado iguales efectos que si hubiese contratado él mismo.

2
Esto se relaciona con el art. 2 CC. que señala que la costumbre no constituye derecho sino en los casos en
que la ley se remite a ella. Hay quienes mencionan este caso como uno de los pocos en que la ley se remite a
la costumbre, sin embargo, para otros la remisión se hace realmente a los usos del tráfico integradores de la
declaración contractual.

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Para que haya representación, deben concurrir los siguientes r e q u i s i t o s :

a. Que el representante m a n i f i e s t e v o l u n t a d . Esto es importante, ya que los


vicios del consentimiento deben considerarse con relación al representante y no
al representado.

b. Que el representante a c t ú e a n o m b r e d e l r e p r e s e n t a d o . Si el
representante no manifiesta su intención de actuar a nombre del representado, el
representado no resulta obligado con la actuación del primero.

c. Que el representante o mandatario, para el caso, a c t ú e c o n p o d e r


suficiente, o sea dentro de los límites que señale la ley o el
c o n t r a t o . En la representación voluntaria, esta facultad la confiere el
representado mediante el otorgamiento de un poder, que representa el límite de
las facultades del representante. Tratándose de los representantes legales las
facultades vienen dadas por la ley. En el primer caso, si el representante excede
sus facultades, los actos o contractos que ejecute o celebre serán inoponibles al
representado, el que no resultará obligado respecto de terceros. En el segundo,
dichos actos o contratos serán anulables de nulidad relativa (formalidad
habilitante) o de nulidad absoluta (norma prohibitiva).

En la doctrina existen distintas t e o r í a s que intentan explicar el por qué de que los
actos ejecutados por una persona, se radiquen en el patrimonio de otra. Algunas de
estas teorías son:

a. Te o r í a d e l a r e p r e s e n t a c i ó n f i c c i ó n . Entiende que quien realmente


actúa es el representado. Esta teoría, más bien abandonada, permite sostener que
quien realmente manifiesta voluntad, habiendo representación, es el
representado y no el representante. Sin embargo, ella no explica la
representación de incapaces, por eso se ha abandonado.

b. Te o r í a d e l a r e p r e s e n t a c i ó n m o d a l i d a d d e l o s a c t o s j u r í d i c o s .
Señala que quien manifiesta voluntad es el representante o mandatario, pero en
razón de la modalidad existente, es que los efectos se radican en el patrimonio
del representado o mandante. Esta es la teoría más aceptada hoy en día. En
síntesis, según esta teoría, la representación es una modalidad conforme a la cual
los efectos del acto celebrado por el representante, se radican inmediata y
directamente en el patrimonio del representado.

En cuanto a la f u e n t e d e l a r e p r e s e n t a c i ó n , el citado art. 1448 se refiere a


esto, señalando que la fuente puede ser la ley, como es el caso de los representantes
legales del art. 43, o la convención de las partes, como sucede en el contrato de
mandato.

Art. 43. Son representantes legales de una persona el padre o la madre, el adoptante y su tutor o
curador.

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En cuanto a la i m p o r t a n c i a d e l a r e p r e s e n t a c i ó n , esta tiene importancia


en primer término porque permite celebrar actos entre ausentes, extendiéndose
incluso al matrimonio (a excepción del testamento ya que la facultad de testar es
indelegable); y en segundo lugar, porque tratándose de los representantes legales,
éstos suplen la falta de voluntad (capacidad) de ciertas personas, permitiéndoles
celebrar actos y contratos que de otra manera no habrían podido celebrarlos
válidamente.

En relación con el mandato, si nada se dice, el mandatario puede actuar a nombre


propio (sin representación), o a nombre del mandante (con representación); es el
mandatario el único que puede decidir esto, pues naturalmente tiene la facultad de
actuar con representación.

Art. 2151. El mandatario puede, en el ejercicio de su cargo, contratar a su propio nombre o al del
mandante; si contrata a su propio nombre, no obliga respecto de terceros al mandante.

Por ende, la representación que lleva envuelta el mandato no es un elemento de la


esencia, sino que de la naturaleza, puesto que un mandatario perfectamente puede,
según se desprende del art. 2151, contratar a nombre propio y no a nombre del
mandante. En estos casos, de mandato sin representación, es el mandatario el que
resultará obligado para con el tercero y no el mandante. Lo que ocurre es que
generalmente la representación va unida al mandato.

3.3. La capacidad en el contrato de mandato.

En materia de contrato de mandato, no rigen su totalidad las normas generales


acerca de la capacidad. Para analizar esto, es necesario en primer término, distinguir entre
mandante y mandatario.

i. C a p a c i d a d d e l m a n d a n t e . Ante la ausencia de reglas especiales, rigen las


reglas generales acerca de la capacidad, consagradas en los arts. 1445 y siguientes,
haciéndose necesario señalar que son incapaces solo las personas señaladas en el art.
1447.

Art. 1445. Para que una persona se obligue a otra por un acto o declaración de voluntad es necesario:
1º que sea legalmente capaz; 2º que consienta en dicho acto o declaración y su consentimiento no
adolezca de vicio;
3º que recaiga sobre un objeto lícito; 4º que tenga una causa lícita.
La capacidad legal de una persona consiste en poderse obligar por sí misma, y sin el ministerio o la
autorización de otra.

Art. 1446. Toda persona es legalmente capaz, excepto aquellas que la ley declara incapaces.

Art. 1447. Son absolutamente incapaces los dementes, os impúberes y los sordos o sordomudos que
no pueden darse a entender claramente.
Sus actos no producen ni aun obligaciones naturales, y no admiten caución.

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Son también incapaces los menores adultos y los disipadores que se hallen bajo interdicción de
administrar lo suyo. Pero la incapacidad de las personas a que se refiere este inciso no es absoluta, y
sus actos pueden tener valor en ciertas circunstancias y bajo ciertos respectos, determinados por las
leyes.
Además de estas incapacidades hay otras particulares que consisten en la prohibición que la ley ha
impuesto a ciertas personas para ejecutar ciertos actos.

El mandante debe ser capaz para ejecutar o celebrar el acto o contrato que le está
encargando al mandatario, así por ejemplo, el menor adulto, pese a su incapacidad
relativa, tiene facultades para contratar y enajenar con relación a su peculio
profesional (art. 250 nº 1 y 251 CC) y, por lo tanto, podrá celebrar un mandato cuyo
objeto sea el encargo a un tercero de alguno de los actos que la ley le autoriza
ejecutar válidamente.

Art. 250. La patria potestad confiere el derecho legal de goce sobre todos los bienes del hijo,
exceptuados los siguientes:
1.º Los bienes adquiridos por el hijo en el ejercicio de todo empleo, oficio, profesión o industria.
Los bienes comprendidos en este número forman su peculio profesional o industrial;

Art. 251. El hijo se mirará como mayor de edad para la administración y goce de su peculio
profesional o industrial, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 254.

ii. C a p a c i d a d d e l m a n d a t a r i o . En relación con este tema existe una regla


especial de capacidad, consagrada en el art. 2128.

Art. 2128. Si se constituye mandatario a un menor adulto, los actos ejecutados por el mandatario
serán válidos respecto de terceros en cuanto obliguen a éstos y al mandante; pero las obligaciones del
mandatario para con el mandante y terceros no podrán tener efecto sino según las reglas relativas a
los menores.

Esta es una regla especial en materia de capacidad referida al menor adulto, el que
por regla general es un incapaz, sin embargo, el legislador le otorga en varias
situaciones valor a su voluntad.
En relación con esta regla especial, se observa que la ley admite que se designe
como mandatario a un menor adulto, disponiendo que los actos que celebre en
representación del mandante, serán validos. La hipótesis de la norma es la de un
menor adulto designado mandatario, cuyos actos son válidos cuando actúa c o n
r e p r e s e n t a c i ó n , pues así obliga a los terceros para con el mandante. Lo anterior
no es sino la aplicación del art. 1448 que se refiere a la representación.

Art. 1448. Lo que una persona ejecuta a nombre de otra, estando facultada por ella o por la ley para
representarla, produce respecto del representado iguales efectos que si hubiese contratado él mismo.

En la segunda parte de la disposición, se aplican las normas generales respecto de


las relaciones mandante – mandatario y mandatario – terceros:

a. Relación entre e l m a n d a n t e y e l m a n d a t a r i o relativamente incapaz. En


este caso el mandatario debe aceptar el encargo con la autorización de su
representante legal (formalidades habilitantes), ya que, de otro modo el
contrato de mandato sería anulable de nulidad relativa (art. 1688 CC).
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Art. 1688. Si se declara nulo el contrato celebrado con una persona incapaz sin los requisitos
que la ley exige, el que contrató con ella no puede pedir restitución o reembolso de lo que
gastó o pagó en virtud del contrato, sino en cuanto probare haberse hecho más rica con ello la
persona incapaz.
Se entenderá haberse hecho ésta más rica, en cuanto las cosas pagadas o las adquiridas por
medio de ellas, le hubieren sido necesarias; o en cuanto las cosas pagadas o las adquiridas por
medio de ellas, que no le hubieren sido necesarias, subsistan y se quisiere retenerlas.

b. Relaciones entre e l m a n d a t a r i o y l o s t e r c e r o s . Aquí debe distinguirse,


según si el mandatario contrata a n o m b r e p r o p i o , caso en el cual se
aplican las reglas generales, debiendo contar con la autorización de su
representante legal o autorización judicial, según sea el caso (formalidades
habilitantes); o si el mandatario contrata a n o m b r e d e l m a n d a n t e , ya que
en este caso entra en juego la norma de la representación (art. 1448 CC), en
tanto, los derechos y obligaciones que nacen del acto o contrato afectan
exclusivamente el patrimonio del mandante, sin que el mandatario incapaz
resulte obligado. Esta es la razón por la que el legislador acepta el mandato a
persona relativamente incapaz y no obstante dicha incapacidad sus actos se
miran como plenamente válidos.

c. Relaciones entre m a n d a n t e y l o s t e r c e r o s . Se parte de la base que el


mandatario actuó a nombre del mandante, porque de otra forma estos actos
serían inoponibles a este último por falta de voluntad (art. 2151 CC). Siendo
así, el mandante resulta obligado por los actos o contratos del mandatario
frente a terceros.

Art. 2151. El mandatario puede, en el ejercicio de su cargo, contratar a su propio nombre o al


del mandante; si contrata a su propio nombre, no obliga respecto de terceros al mandante.

La regla especial, entonces, consiste en que el menor adulto puede comparecer sin
seguir formalidades habilitantes, y tal comparecencia será plenamente válida en la
medida que actúe con representación, por lo tanto, la excepción no alcanzaría a la
celebración del contrato de mandato, pero esto igualmente es controvertido.

La justificación de que siendo el mandatario un incapaz relativo pueda igualmente


e j e c u t a r de forma válida el contrato de mandato depende de la naturaleza que se
le asigne a la representación. Siguiendo la teoría de la r e p r e s e n t a c i ó n f i c c i ó n ,
se justifica, en cuanto quien manifiesta su voluntad realmente es el mandante. Por
otra parte, la teoría de la r e p r e s e n t a c i ó n m o d a l i d a d justifica esto señalando
que las incapacidades son establecidas en beneficio del incapaz, cuyo interés en este
caso no está en juego, sino que el interés que está en juego es el del mandante capaz,
por lo tanto, es él quien asume el riesgo de nombrar como mandatario a un menor
adulto.

3 . 4 . Características.

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i. El mandato s i e m p r e v e r s a s o b r e a c t o s j u r í d i c o s y no sobre actos materiales.


Así, por ejemplo, si se encarga la construcción de un muro, no habrá mandato, sino
contrato de arrendamiento de servicios o de confección de obra material 3.

ii. En cuanto a las obligaciones que genera para las partes, el contrato de mandato es un
c o n t r a t o b i l a t e r a l , pues genera obligaciones tanto para el mandante, como para el
mandatario. Es un contrato bilateral, independientemente de que exista o no obligación
de remunerar al mandatario, lo que se concluye en función de lo señalado en el art.
2158, que enumera las obligaciones del mandante para con el mandatario, las que no se
agotan en la obligación de remunerarlo.

Art. 2158. El mandante es obligado,


1.º A proveer al mandatario de lo necesario para la ejecución del mandato;
2.º A reembolsarle los gastos razonables causados por la ejecución del mandato;
3.º A pagarle la remuneración estipulada o usual;
4.º A pagarle las anticipaciones de dinero con los intereses corrientes;
5.º A indemnizarle de las pérdidas en que haya incurrido sin culpa, y por causa del mandato.
No podrá el mandante dispensarse de cumplir estas obligaciones, alegando que el negocio encomendado
al mandatario no ha tenido buen éxito, o que pudo desempeñarse a menos costo; salvo que le pruebe
culpa.

La consecuencia de esta característica, es la aplicación de los remedios sinalagmáticos,


esto es, la facultad resolutoria (art. 1489 CC) y la excepción de contrato no cumplido o
de cumplimiento no formal (art. 2159 en concordancia con el 1552 CC).
Art. 1489. En los contratos bilaterales va envuelta la condición resolutoria de no cumplirse por uno de los
contratantes lo pactado.
Pero en tal caso podrá el otro contratante pedir a su arbitrio o la resolución o el cumplimiento del
contrato, con indemnización de perjuicios.

Art. 2159. El mandante que no cumple por su parte aquello a que es obligado, autoriza al mandatario para
desistir de su encargo.

Art. 1552. En los contratos bilaterales ninguno de los contratantes está en mora dejando de cumplir lo
pactado, mientras el otro no lo cumple por su parte, o no se allana a cumplirlo en la forma y tiempo
debidos.

iii. En cuanto a su utilidad, el mandato es un c o n t r a t o n a t u r a l m e n t e o n e r o s o , pues


la obligación de remunerar es un elemento de la naturaleza del contrato de mandato.
Esta idea emana del art. 2117.

3
Recordar que el contrato de confección de obra es aquel en que las partes se obligan recíprocamente, una, a
ejecutar una obra material y la otra, a pagar por ella un precio determinado. El artífice (arrendador), contrae la
obligación de ejecutar la obra fiel y oportunamente; el arrendatario, quien encarga la obra, contrae la
obligación de pagar el precio y de declarar si la aprueba o rechaza. Como se podrá advertir, esta figura
presenta algunas semejanzas con el contrato de mandato y con el contrato de trabajo. No obstante, se
diferencian, respectivamente, en el artífice puede ejecutar del modo que mejor le parezca, y además no existe
vínculo de subordinación y dependencia.
El arrendamiento de servicios inmateriales, por su parte, es aquel en que predomina la inteligencia sobre el
esfuerzo físico o la obra de mano, y se puede definir como aquel contrato en que una de las partes se obliga a
prestar ciertos servicios intelectuales y la otra a pagar un precio por ellos.

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Art. 2117. El mandato puede ser gratuito o remunerado.


La remuneración (llamada honorario) es determinada por convención de las partes, antes o después del
contrato, por la ley, la costumbre, o el juez.

Esto se relaciona con el art. 2158 nº 3, en relación con las obligaciones del mandante.
Art. 2158. El mandante es obligado,
3. º A pagarle la remuneración estipulada o usual;

En consecuencia, si en el mandato no consta su carácter de gratuito, deberá ser


remunerado, remuneración que se determinará al momento de la celebración del
contrato o después de la misma y cuyo monto lo fija la ley, el juez o la costumbre. Este
es uno de los pocos casos en que la ley se remite a la costumbre, sin perjuicio de la
observación que se hizo anteriormente en orden a que se trataría más bien de una
remisión a los usos del tráfico.

iv. El contrato de mandato es un c o n t r a t o p r i n c i p a l , pues subsiste por si mismo, sin


necesidad de otra convención.

v. El contrato de mandato es g e n e r a l m e n t e u n c o n t r a t o c o n s e n s u a l . Se
perfecciona por el simple acuerdo de voluntad de las partes. En relación con su
perfeccionamiento, el legislador es bastante amplio en cuanto a la forma de
manifestación de voluntad.
El art. 2123 trata acerca de la manifestación de voluntad del mandante.

Art. 2123. El encargo que es objeto del mandato puede hacerse por escritura pública o privada, por cartas,
verbalmente o de cualquier otro modo inteligible, y aun por la aquiescencia tácita de una persona a la
gestión de sus negocios por otra; pero no se admitirá en juicio la prueba testimonial sino en conformidad
a las reglas generales, ni la escritura privada cuando las leyes requieran un instrumento auténtico.

El art. 2124 regula la manifestación de voluntad del mandatario.

Art. 2124. El contrato de mandato se reputa perfecto por la aceptación del mandatario. La aceptación
puede ser expresa o tácita.
Aceptación tácita es todo acto en ejecución del mandato.
Aceptado el mandato, podrá el mandatario retractarse, mientras el mandante se halle todavía en aptitud de
ejecutar el negocio por sí mismo, o de cometerlo a diversa persona. De otra manera se hará responsable
en los términos del artículo 2167.

El art. 2125 se refiere al consentimiento, en este caso el legislador le atribuye valor al


silencio como forma de manifestación de voluntad, haciendo operativa la figura del
silencio positivo 4.

Art. 2125. Las personas que por su profesión u oficio se encargan de negocios ajenos, están obligadas a
declarar lo más pronto posible si aceptan o no el encargo que una persona ausente les hace; y transcurrido
un término razonable, su silencio se mirará como aceptación.

4
Recordar que en derecho el que calla no afirma no niega nada, razón por la cual el silencio únicamente
constituye manifestación de voluntad cuando la ley le asigna valor, cuando las partes le han dado valor, o en
el caso del silencio circunstanciado.

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Aun cuando se excusen del encargo, deberán tomar las providencias conservativas urgentes que requiera
el negocio que se les encomienda.

Sin perjuicio de lo anterior, existen ciertas hipótesis de mandatos solemnes, como por
ejemplo:

a. El mandato para contraer matrimonio, regulado en el art. 103 CC, el que debe
otorgarse por escritura pública; además, la solemnidad es especialísima para ese
objetivo, tal como se desprende del artículo.

Art. 103. El matrimonio podrá celebrarse por mandatario especialmente facultado para este efecto.
El mandato deberá otorgarse por escritura pública, e indicar el nombre, apellido, profesión y
domicilio de los contrayentes y del mandatario.

Cabe mencionar a este respecto, que el divorcio no puede hacerse por mandatario,
pues los tribunales han entendido que se requiere la concurrencia personal para
efectos de la audiencia especial de conciliación.

b. El mandato para reconocer hijos, que de acuerdo al art. 190 CC también debe
otorgarse por escritura pública.

Art. 190. El reconocimiento por acto entre vivos señalado en el artículo 187, podrá realizarse por
medio de mandatario constituido por escritura pública y especialmente facultado con este objeto.

Art. 187. El reconocimiento del hijo tendrá lugar mediante una declaración formulada con ese
determinado objeto por el padre, la madre o ambos, según los casos:
1.º Ante el Oficial del Registro Civil, al momento de inscribirse el nacimiento del hijo o en el acto
del matrimonio de los padres;
2.º En acta extendida en cualquier tiempo, ante cualquier oficial del Registro Civil;
3.º En escritura pública, o
4.º En acto testamentario.
Si es uno solo de los padres el que reconoce, no será obligado a expresar la persona en quien o de
quien tuvo al hijo.
El reconocimiento que no conste en la inscripción de nacimiento del hijo, será subinscrito a su
margen.

c. En el caso de la mujer casada en régimen de sociedad conyugal que debe otorgar


autorización al marido para que ejecute ciertos actos (arts. 1749 y 1754) 5.

Art. 1749. El marido es jefe de la sociedad conyugal, y como tal administra los bienes sociales y los
de su mujer; sujeto, empero, a las obligaciones y limitaciones que por el presente Título se le
imponen y a las que haya contraído por las capitulaciones matrimoniales.
Como administrador de la sociedad conyugal, el marido ejercerá los derechos de la mujer que siendo
socia de una sociedad civil o comercial se casare, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 150.
El marido no podrá enajenar o gravar voluntariamente ni prometer enajenar o gravar los bienes raíces
sociales ni los derechos hereditarios de la mujer, sin autorización de ésta.
No podrá tampoco, sin dicha autorización, disponer entre vivos a título gratuito de los bienes
sociales, salvo el caso del artículo 1735, ni dar en arriendo o ceder la tenencia de los bienes raíces

5
Esta es una situación interesante, ya que se produce una transmisibilidad de la solemnidad del acto objeto
del encargo al mandato. Estrictamente (siguiendo la teoría de la ficción) esta transmisión se produce desde el
acto de autorización al mandato y no del acto autorizado a este último.

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sociales urbanos por más de cinco años, ni los rústicos por más de ocho, incluidas las prórrogas que
hubiere pactado el marido.
Si el marido se constituye aval, codeudor solidario, fiador u otorga cualquiera otra caución respecto
de obligaciones contraídas por terceros, sólo obligará sus bienes propios.
En los casos a que se refiere el inciso anterior para obligar los bienes sociales necesitará la
autorización de la mujer.
La autorización de la mujer deberá ser específica y otorgada por escrito, o por escritura pública si el
acto exigiere esta solemnidad, o interviniendo expresa y directamente de cualquier modo en el
mismo. Podrá prestarse en todo caso por medio de mandato especial que conste por escrito o por
escritura pública según el caso.
La autorización a que se refiere el presente artículo podrá ser suplida por el juez, previa audiencia a
la que será citada la mujer, si ésta la negare sin justo motivo. Podrá asimismo ser suplida por el juez
en caso de algún impedimento de la mujer, como el de menor edad, demencia, ausencia real o
aparente u otro, y de la demora se siguiere perjuicio. Pero no podrá suplirse dicha autorización si la
mujer se opusiere a la donación de los bienes sociales.

Art. 1754. No se podrán enajenar ni gravar los bienes raíces de la mujer, sino con su voluntad.
La voluntad de la mujer deberá ser específica y otorgada por escritura pública, o interviniendo
expresa y directamente de cualquier modo en el acto. Podrá prestarse, en todo caso, por medio de
mandato especial que conste de escritura pública.
Podrá suplirse por el juez el consentimiento de la mujer cuando ésta se hallare imposibilitada de
manifestar su voluntad.
La mujer, por su parte, no podrá enajenar o gravar ni dar en arrendamiento o ceder la tenencia de los
bienes de su propiedad que administre el marido, sino en los casos de los artículos 138 y 138 bis.

Para que el marido pueda enajenar bienes raíces sociales o propios de la mujer, debe
contar con autorización para esto, dada personalmente por la mujer, o por mandato
solemne otorgado por escritura publica

d. El mandato judicial (art. 6 CPC)

Art. 6° (7°). El que comparezca en juicio a nombre de otro, en desempeño de un mandato o en


ejercicio de un cargo que requiera especial nombramiento, deberá exhibir el título que acredite su
representación.
Para obrar como mandatario se considerará poder suficiente: 1° El constituido por escritura pública
otorgada ante notario o ante oficial del Registro Civil a quien la ley confiera esta facultad; 2° el que
conste de un acta extendida ante un juez de letras o ante un juez árbitro, y subscrita por todos los
otorgantes; y 3° el que conste de una declaración escrita del mandante, autorizada por el secretario
del tribunal que esté conociendo de la causa.
Podrá, sin embargo, admitirse la comparecencia al juicio de una persona que obre sin poder en
beneficio de otra, con tal que ofrezca garantía de que el interesado aprobará lo que se haya obrado en
su nombre. El tribunal, para aceptar la representación, calificará las circunstancias del caso y la
garantía ofrecida, y fijará un plazo para la ratificación del interesado.
Los agentes oficiosos deberán ser personas capacitadas para comparecer ante el respectivo tribunal,
en conformidad a la Ley Orgánica del Colegio de Abogados, o, en caso contrario, deberán hacerse
representar en la forma que esa misma ley establece.

En estos casos, si el mandato no se otorga por escritura pública, es nulo absolutamente.

En caso del mandato otorgado para la celebración de un acto solemne, la interrogante


que surge es ¿Qué ocurre con el contrato de mandato que se otorga para celebrar un
acto solemne? ¿Debe cumplir el contrato de mandato con la misma solemnidad que la
ley exige para el contrato encomendado? No hay una norma expresa sobre el particular.

11
Contratos en particular - Mandato
Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

En la doctrina francesa la opinión es que el mandato otorgado para la celebración de un


acto solemne debe cumplir con la misma solemnidad. En cambio, los alemanes estiman
que el mandato es siempre consensual, independiente de la naturaleza del acto o
contrato encomendado.
En el caso chileno, para llegar a una respuesta sobre este punto debe necesariamente
recurrirse a las teorías que explican la naturaleza jurídica de la representación.

a. T e o r í a d e l a f i c c i ó n . Conforme esta teoría, por una ficción legal contenida en


el artículo 1448 del código civil, se entiende que la voluntad del contrato de mandato es
la del representado o mandante, aunque no haya estado físicamente presente.

Art. 1448. Lo que una persona ejecuta a nombre de otra, estando facultada por ella o por la ley para
representarla, produce respecto del representado iguales efectos que si hubiese contratado él mismo.

Con base a lo anterior, esta teoría sostiene la transmisibilidad de la solemnidad del acto
o contrato encomendado al contrato de mandato, ya que el mandatario no manifiesta su
propia voluntad, sino la del representado. Así, si la voluntad que debe concurrir a la
celebración de dicho acto o contrato es solemne y ésta corresponde a la del mandante y
no a la del mandatario, el mandato que contiene esta voluntad debe igualmente cumplir
con la solemnidad.
En apoyo de esta posición se cita la disposición del artículo 2128 del código civil, que
prescribe que los menores adultos pueden desempeñar el cargo de mandatario y celebrar
todos los actos a que esté facultado, incluso solemnes; todo ello no obstante su
incapacidad relativa. Ello viene a confirmar que la voluntad que se está manifestando
no es la del mandatario, sino la del mandante.

Art. 2128. Si se constituye mandatario a un menor adulto, los actos ejecutados por el mandatario serán
válidos respecto de terceros en cuanto obliguen a éstos y al mandante; pero las obligaciones del
mandatario para con el mandante y terceros no podrán tener efecto sino según las reglas relativas a los
menores.

b. T e o r í a d e l a m o d a l i d a d . Según esta teoría, la voluntad que concurre a la


celebración del acto o contrato solemne, objeto del encargo, es la del mandatario y sólo
por una modalidad (la representación) los efectos de este acto o contrato solemne se
radican ipso iure en el patrimonio del mandante. A la luz de lo expresado, no cabe
afirmar la transmisibilidad de la solemnidad.

En la doctrina, David STICHKIN, afirma que sostener la transmisibilidad de la


solemnidad al mandato es inadmisible, principalmente, por lo siguiente:

- Hacer aplicable al mandato la solemnidad del acto o contrato para el cual se


confirió, supone confundir dos actos o contratos distintos: el mandato, que por regla
general es consensual; y el acto o contrato encomendado, que por ley es solemne.

- Las solemnidades son de derecho estricto y aquí la ley únicamente la exige para el
acto o contrato encomendado. Por lo tanto, si bien en virtud del artículo 2123 del

12
Contratos en particular - Mandato
Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

código civil el mandato puede ser otorgado por escritura pública, su omisión no
acarrearía, en caso alguno, la nulidad absoluta del contrato.

Art. 2123. El encargo que es objeto del mandato puede hacerse por escritura pública o privada, por
cartas, verbalmente o de cualquier otro modo inteligible, y aun por la aquiescencia tácita de una
persona a la gestión de sus negocios por otra; pero no se admitirá en juicio la prueba testimonial sino
en conformidad a las reglas generales, ni la escritura privada cuando las leyes requieran un
instrumento auténtico.

- La expresión por cuenta y riesgo, empleada por el artículo 2116 del código civil,
nada tiene que ver con la representación, ya que el mandatario, sea que actúe a su
nombre, o a nombre del mandante, siempre está actuando por su cuenta y riesgo.
Cuando obra a su propio nombre, debe transferirle todos los efectos jurídicos al
mandante ya que ha actuado por cuenta y riesgo de éste. La voluntad que concurre a
la celebración del acto o contrato solemne, objeto del encargo, es la del mandatario,
sea que se trate de mandato con o sin representación. Por lo tanto, no cabe dar una
respuesta sólo en función de la representación, pues esta es un elemento que puede
o no estar presente en el contrato de mandato, según sea el caso.

Art. 2116. El mandato es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios a
otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera.
La persona que confiere el encargo se llama comitente o mandante, y la que lo acepta, apoderado,
procurador, y en general, mandatario.

- La teoría de la representación ficción, que es la que sostiene la transmisibilidad de


la solemnidad, es rechazada por la doctrina moderna. 6

vi. El contrato de mandato es un c o n t r a t o i n t u i t o p e r s o n a . Esto se extrae a partir del


requisito esencial del mandato que es la confianza, lo que acarrea las siguientes
consecuencias:

a. La muerte de una de las partes es causal de terminación (arts. 2163 nº 5, 2168 y


2169 CC).

Art. 2163. El mandato termina:


5.º Por la muerte del mandante o del mandatario;

Art. 2168. Sabida la muerte del mandante, cesará el mandatario en sus funciones; pero si de
suspenderlas se sigue perjuicio a los herederos del mandante, será obligado a finalizar la gestión
principiada.

Art. 2169. No se extingue por la muerte del mandante el mandato destinado a ejecutarse después de
ella. Los herederos suceden en este caso en los derechos y obligaciones del mandante.

6
En la práctica, para la ejecución de actos solemnes, en general el contrato de mandato se celebra por
escritura pública, sin embargo, esto se hace por el valor probatorio de esta y no porque sea realmente una
solemnidad o requisito.

13
Contratos en particular - Mandato
Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

b. Cabe la revocación del mandante y la renuncia del mandatario, es decir, la voluntad


unilateral actúa como causa de terminación del contrato (art. 2163 nº 3 y 4 CC).

Art. 2163. El mandato termina:


3.º Por la revocación del mandante;
4.º Por la renuncia del mandatario;

La revocación puede ser expresa o tácita. Es tácita cuando se encarga un mismo


negocio a distinta persona. Además, la facultad de revocar el mandato es un derecho
absoluto (arts. 2164, 2165 y 2166 CC).

Art. 2164. La revocación del mandante puede ser expresa o tácita. La tácita es el encargo del mismo
negocio a distinta persona.
Si el primer mandato es general y el segundo especial, subsiste el primer mandato para los negocios
no comprendidos en el segundo.

Art. 2165. El mandante puede revocar el mandato a su arbitrio, y la revocación, expresa o tácita,
produce su efecto desde el día que el mandatario ha tenido conocimiento de ella; sin perjuicio de lo
dispuesto en el artículo 2173.

Art. 2166. El mandante que revoca tendrá derecho para exigir del mandatario la restitución de los
instrumentos que haya puesto en sus manos para la ejecución del mandato; pero de las piezas que
pueden servir al mandatario para justificar sus actos, deberá darle copia firmada de su mano si el
mandatario lo exigiere.

La renuncia no pone fin a las obligaciones del mandatario, éste continúa obligado a
pesar de su renuncia, en los términos del artículo 2167 del código civil.

Art. 2167. La renuncia del mandatario no pondrá fin a sus obligaciones, sino después de transcurrido
el tiempo razonable para que el mandante pueda proveer a los negocios encomendados.
De otro modo se hará responsable de los perjuicios que la renuncia cause al mandante; a menos que
se halle en la imposibilidad de administrar por enfermedad u otra causa, o sin grave perjuicio de sus
intereses propios.

c. El error en la persona vicia el consentimiento, por cuanto la persona del mandatario


no es indiferente. El mandante celebró el contrato en especial consideración a la
persona del mandatario (art. 1455 CC).

Art. 1455. El error acerca de la persona con quien se tiene intención de contratar no vicia el
consentimiento, salvo que la consideración de esta persona sea la causa principal del contrato.
Pero en este caso la persona con quien erradamente se ha contratado, tendrá derecho a ser
indemnizada de los perjuicios en que de buena fe haya incurrido por la nulidad del contrato.

vii. La representación es un elemento de la naturaleza del contrato de mandato (art. 2151


CC).

Art. 2151. El mandatario puede, en el ejercicio de su cargo, contratar a su propio nombre o al del
mandante; si contrata a su propio nombre, no obliga respecto de terceros al mandante.

14
Contratos en particular - Mandato
Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

Respecto del m a n d a t o s i n r e p r e s e n t a c i ó n , hay que señalar que en él, el


mandatario actúa, en la ejecución de su encargo, a su propio nombre y los efectos
jurídicos se radican directamente en su patrimonio, sin que el mandante resulte obligado
frente a terceros por tales actuaciones. Para que el mandatario cumpla con sus
obligaciones, tendrá que realizar posteriormente un acto de transferencia de los efectos
del o los contratos que celebró a su nombre. Esta obligación nace de la relación
contractual derivada del mandato, ya que, no debe olvidarse que el mandatario actúa
por cuenta y riesgo del mandante. Necesariamente, los efectos de la ejecución del
mandato, deben radicarse en el patrimonio del mandante. Ahora, sólo en virtud de este
acto de transferencia, los efectos se radicarán definitivamente en el patrimonio del
mandante, resultando éste obligado frente a terceros.
En esta especie de mandato, el cumplimiento de la obligación de rendir de cuenta,
presupone esta transferencia de efectos jurídicos de los actos ejecutados por cuenta y
riesgo del mandante.

3 . 5 . Clasificaciones.

3.5.1. Atendiendo a la n a t u r a l e z a d e l o s n e g o c i o s e n c o m e n d a d o s por el


mandante al mandatario, se distingue entre:

i. M a n d a t o c i v i l . El estatuto jurídico aplicable a este mandato está contenido en


los arts. 2116 y siguientes del CC.

Art. 2116. El mandato es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios a
otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera.
La persona que confiere el encargo se llama comitente o mandante, y la que lo acepta, apoderado,
procurador, y en general, mandatario.

ii. M a n d a t o m e r c a n t i l o c o m i s i ó n . Se regula en los art. 233 y siguientes del


Código de Comercio.

Art. 233. El mandato comercial es un contrato por el cual una persona encarga la ejecución de uno o
más negocios lícitos de comercio a otra que se obliga a administrarlos gratuitamente o mediante una
retribución y a dar cuenta de su desempeño.

iii. M a n d a t o j u d i c i a l . Se encuentra regulado en los arts. 6 y 7 CPC.

Art. 6° (7°). El que comparezca en juicio a nombre de otro, en desempeño de un mandato o en


ejercicio de un cargo que requiera especial nombramiento, deberá exhibir el título que acredite su
representación.
Para obrar como mandatario se considerará poder suficiente: 1° El constituido por escritura pública
otorgada ante notario o ante oficial del Registro Civil a quien la ley confiera esta facultad; 2° el que
conste de un acta extendida ante un juez de letras o ante un juez árbitro, y subscrita por todos los
otorgantes; y 3° el que conste de una declaración escrita del mandante, autorizada por el secretario
del tribunal que esté conociendo de la causa.
Podrá, sin embargo, admitirse la comparecencia al juicio de una persona que obre sin poder en
beneficio de otra, con tal que ofrezca garantía de que el interesado aprobará lo que se haya obrado en

15
Contratos en particular - Mandato
Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

su nombre. El tribunal, para aceptar la representación, calificará las circunstancias del caso y la
garantía ofrecida, y fijará un plazo para la ratificación del interesado.
Los agentes oficiosos deberán ser personas capacitadas para comparecer ante el respectivo tribunal,
en conformidad a la Ley Orgánica del Colegio de Abogados, o, en caso contrario, deberán hacerse
representar en la forma que esa misma ley establece.

Art. 7° (8°). El poder para litigar se entenderá conferido para todo el juicio en que se presente, y aun
cuando no exprese las facultades que se conceden, autorizará al procurador para tomar parte, del
mismo modo que podría hacerlo el poderdante, en todos los trámites e incidentes del juicio y en
todas las cuestiones que por vía de reconvención se promuevan, hasta la ejecución completa de la
sentencia definitiva, salvo lo dispuesto en el artículo 4° o salvo que la ley exija intervención personal
de la parte misma. Las cláusulas en que se nieguen o en que se limiten las facultades expresadas, son
nulas. Podrá, asimismo, el procurador delegar el poder obligando al mandante, a menos que se le
haya negado esta facultad.
Sin embargo, no se entenderán concedidas al procurador, sin expresa mención, las facultades de
desistirse en primera instancia de la acción deducida, aceptar la demanda contraria, absolver
posiciones, renunciar los recursos o los términos legales, transigir, comprometer, otorgar a los
árbitros facultades de arbitradores, aprobar convenios y percibir.

3.5.2. En cuanto a la e x t e n s i ó n d e l o s n e g o c i o s e n c o m e n d a d o s se encuentras


las siguientes clasificaciones:

i. M a n d a t o g e n e r a l . Es aquel que se da para la gestión de todos los negocios


del mandante, aunque se contemple una o más excepciones determinadas.

i i . M a n d a t o e s p e c i a l . Es aquel que comprende uno o más negocios


especialmente determinados.

Esta clasificación atiende sólo a la extensión de los negocios encomendados, fijando


el ámbito de competencias del mandatario; no dice relación con las facultades con
que este puede obrar.

Art. 2130. Si el mandato comprende uno o más negocios especialmente determinados, se llama
especial; si se da para todos los negocios del mandante, es general; y lo será igualmente si se da para
todos, con una o más excepciones determinadas.
La administración está sujeta en todos casos a las reglas que siguen.

3.5.3. Atendiendo a las f a c u l t a d e s q u e e l m a n d a t o c o n f i e r e a l m a n d a t a r i o .

i. M a n d a t o d e s i m p l e a d m i n i s t r a c i ó n . Jurídicamente es la regla general,


pues las facultades concedidas por este tipo mandato son las que naturalmente se
conceden al mandatario en virtud del contrato de mandato.

Art. 2132. El mandato no confiere naturalmente al mandatario más que el poder de efectuar los actos
de administración; como son pagar las deudas y cobrar los créditos del mandante, perteneciendo unos
y otros al giro administrativo ordinario; perseguir en juicio a los deudores, intentar las acciones
posesorias e interrumpir las prescripciones, en lo tocante a dicho giro; contratar las reparaciones de
las cosas que administra; y comprar los materiales necesarios para el cultivo o beneficio de las
tierras, minas, fábricas, u otros objetos de industria que se le hayan encomendado.
Para todos los actos que salgan de estos límites, necesitará de poder especial.

16
Contratos en particular - Mandato
Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

El articulo citado señala que en principio las facultades conferidas en virtud del
contrato de mandato al mandatario, son para la ejecución de actos de
administración, los cuales el legislador no define, sino que se limita a señalar
ejemplos, por lo cual la doctrina recurre al art. 391, en el cual el legislador
refiriéndose a la situación del tutor o curador administrador, indica que la
administración comprende lo necesario para la conservación, reparación y cultivo,
como por ejemplo, pagar deudas o cobrar créditos; respecto de los cuales se puede
decir que más que actos de administración, son actos de disposición.

Art. 391. El tutor o curador administra los bienes del pupilo, y es obligado a la conservación de estos
bienes y a su reparación y cultivo. Su responsabilidad se extiende hasta la culpa leve inclusive.

No obstante, subsiste el problema, ya que el art. 2132 no enumera solamente actos


de conservación, reparación y cultivo, sino que también se contienen actos de
adquisición.
En función de esta confusión o problema, la doctrina propone que para precisar
cuales son las facultades que concede este mandato, se deben aplicar las normas del
art. 2077, que se refiere a las facultades del socio administrador.

Art. 2077. El socio administrador debe ceñirse a los términos de su mandato, y en lo que éste callare,
se entenderá que no le es permitido contraer a nombre de la sociedad otras obligaciones, ni hacer
otras adquisiciones o enajenaciones, que las comprendidas en el giro ordinario de ella.

Relacionando este articulo, con el art. 2132 antes citado, es posible concluir que el
mandato de simple administrador es aquel que faculta al mandatario para realizar
actos de administración y de disposición, siempre y cuando correspondan al giro
administrativo ordinario; por lo tanto, se incluyen los actos de adquisición y
enajenación.
El profesor David STITCHKIN sostiene que la expresión actos de administración del
artículo 2132 debe tomarse en un sentido amplio, correspondiendo a todos los actos
que miren a la conservación, reparación e incremento del patrimonio del mandante,
comprendiendo actos, contratos, obras e incluso enajenaciones necesarias para ese
objeto.
Con base a lo dicho, se puede concluir que el mandato de simple administración no
excluye a los actos de adquisición y enajenación, en la medida que ellos integren el
giro administrativo ordinario del o los negocios encomendados. Dicho giro
administrativo ordinario deberá ser apreciado a la luz de la naturaleza de los
negocios objeto del encargo, y quien deberá precisarlo en caso de conflicto será el
juez.

En la práctica, todo lo antes descrito, hace que en definitiva esta figura no se utilice
con mucha frecuencia, dada su excesiva amplitud.

i i . M a n d a t o d e l i b r e a d m i n i s t r a c i ó n . Este mandato aparece regulado en el


art. 2133 inc. ii.

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Contratos en particular - Mandato
Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

Art. 2133 inc. ii. Por la cláusula de libre administración se entenderá solamente que el mandatario
tiene la facultad de ejecutar aquellos actos que las leyes designan como autorizados por dicha
cláusula.

Como ejemplos de actos que la ley permite realizar al mandatario que tiene libre
administración respecto de los actos mandatados por el mandante, se pueden señalar
dos artículos:

Art. 1629. El procurador o mandatario no puede novar si no tiene especial facultad para ello, o no
tiene la libre administración de los negocios del comitente o del negocio a que pertenece la deuda.

Art. 1580. La diputación para recibir el pago puede conferirse por poder general para la libre
administración de todos los negocios del acreedor, o por poder especial para la libre administración
del negocio o negocios en que está comprendido el pago, o por un simple mandato comunicado al
deudor.

De la relación del citado art. 2133 inc. ii con el art. 2132, y en particular con la parte
de este que señala las facultades que otorga naturalmente el mandato, se concluye
que el mandatario con cláusula de libre administración está facultado para realizar
todos los actos a que las leyes especialmente le faculten y además todos aquellos
actos autorizados para el mandatario de simple administración.

Art. 2133 inc. ii. Por la cláusula de libre administración se entenderá solamente que el mandatario
tiene la facultad de ejecutar aquellos actos que las leyes designan como autorizados por dicha
cláusula.

Art. 2132. El mandato no confiere naturalmente al mandatario más que el poder de efectuar los actos
de administración; como son pagar las deudas y cobrar los créditos del mandante, perteneciendo unos
y otros al giro administrativo ordinario; perseguir en juicio a los deudores, intentar las acciones
posesorias e interrumpir las prescripciones, en lo tocante a dicho giro; contratar las reparaciones de
las cosas que administra; y comprar los materiales necesarios para el cultivo o beneficio de las
tierras, minas, fábricas, u otros objetos de industria que se le hayan encomendado.
Para todos los actos que salgan de estos límites, necesitará de poder especial.

Por lo tanto, en el mandato de libre administración no se entienden conferidas


aquellas facultades que por ley se requiere para su ejercicio el otorgamiento de
poder especial, sino que sólo las que son propias del mandato de simple
administración, extendiéndose adicionalmente, a aquellos actos o contratos en que
el legislador exige expresamente la cláusula de libre administración.

iii. M a n d a t o E s p e c i a l . Este es el tipo de mandato más usado, dada la


determinación expresa de las facultades conferidas al mandatario, que es lo que más
interesa a los terceros que contratan con él.
El mandato especial aparece mencionado en el art. 2132 inc. ii.
Art. 2132 inc. ii. Para todos los actos que salgan de estos límites, necesitará de poder especial.

Este mandato está considerado para actos que excedan de la simple administración,
los cuales requieren de mandato especial. En función de esto es que se puede decir
que el mandato especial es aquel que faculta al mandatario para realizar los actos de

18
Contratos en particular - Mandato
Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

administración o de disposición que no correspondan al giro ordinario del negocio


encomendado, para los cuales la ley exige autorización especial del mandante para
su realización. Es decir, el mandatario para poder realizar un acto distinto a los
comprendidos bajo la expresión "actos de administración" del artículo 2132 inciso
primero, requiere necesariamente para ejecutarlo poder especial conferido por el
mandante.

Frente a esto surge una interrogante con relación a si esta autorización especial debe
ser necesariamente expresa, o también cabe la autorización tácita. La posición
mayoritaria defiende la posibilidad del mandato tácito y para ello se apoyan en los
siguientes argumentos:

a. El encargo, objeto del mandato, puede hacerse por escritura pública o privada, e
incluso por la simple aquiescencia tácita (art. 2123). Y, además, la aceptación
puede ser expresa o tácita (art. 2124). La ley reconoce libertad de forma en
materia de contrato de mandato, sin distinguir según el mandato sea general o
especial.

Art. 2123. El encargo que es objeto del mandato puede hacerse por escritura pública o privada,
por cartas, verbalmente o de cualquier otro modo inteligible, y aun por la aquiescencia tácita de
una persona a la gestión de sus negocios por otra; pero no se admitirá en juicio la prueba
testimonial sino en conformidad a las reglas generales, ni la escritura privada cuando las leyes
requieran un instrumento auténtico.

Art. 2124. El contrato de mandato se reputa perfecto por la aceptación del mandatario. La
aceptación puede ser expresa o tácita.
Aceptación tácita es todo acto en ejecución del mandato.
Aceptado el mandato, podrá el mandatario retractarse, mientras el mandante se halle todavía en
aptitud de ejecutar el negocio por sí mismo, o de cometerlo a diversa persona. De otra manera se
hará responsable en los términos del artículo 2167.

b. La definición de las facultades del mandatario, es una cuestión de hecho que fija
el tribunal de fondo, interpretando las cláusulas del contrato (idea de
construcción de la regla contractual). Así, la jurisprudencia ha fallado que el
poder especial, en cuanto a las facultades que confiere, no requiere de mención
expresa, pudiendo deducirse del conjunto de los antecedentes alegados y
probados en el juicio y de los cuales se desprende inequívocamente la verdadera
voluntad del mandante (presunciones judiciales).

c. Por otra parte, el legislador no exige poder expreso, sino especial, y ello
significa que se requiere de una manifestación de voluntad del poderdante en
orden a conferir tales atribuciones.

Los arts. 2139 y siguientes se refieren específicamente a ciertas hipótesis que


requieren de mandato especial, encargándose de determinar el sentido y alcance de
ciertas cláusulas; en definitiva, estas son una serie de reglas de interpretación legal,
en las cuales el legislador define de manera anticipada el sentido de algunas
cláusulas incluidas en el contrato de mandato.

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Contratos en particular - Mandato
Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

Art. 2139. En la inhabilidad del mandatario para donar no se comprenden naturalmente las ligeras
gratificaciones que se acostumbra hacer a las personas de servicio.

Art. 2141. La facultad de transigir no comprende la de comprometer, ni viceversa.

Esto se relaciona con el art. 2448 en materia de transacción.

Art. 2448. Todo mandatario necesitará de poder especial para transigir.


En este poder se especificarán los bienes, derechos y acciones sobre que se quiera transigir.

Respecto de la facultad de vender se encuentra el art. 2142.

Art. 2142. El poder especial para vender comprende la facultad de recibir el precio.

Además, respecto de la facultad de vender hay que señalar que esta comprende la de
efectuar la tradición, ya que la realización de la tradición es en cumplimiento de la
obligación que nace de la compraventa, a saber, la de entregar la cosa vendida.

Art. 2143. La facultad de hipotecar no comprende la de vender, ni viceversa.

Del art. 2143 se desprende que no se aplica el adagio de que quien puede lo más,
puede lo menos.

Art. 2144. No podrá el mandatario por sí ni por interpuesta persona, comprar las cosas que el
mandante le ha ordenado vender, ni vender de lo suyo al mandante lo que éste le ha ordenado
comprar, si no fuere con aprobación expresa del mandante.

Art. 2145. Encargado de tomar dinero prestado, podrá prestarlo él mismo al interés designado por el
mandante, o a falta de esta designación, al interés corriente; pero facultado para colocar dinero a
interés, no podrá tomarlo prestado para sí sin aprobación del mandante.

Estos artículos hacen mención a ciertas hipótesis de autocontratación, es decir, casos


en que el mandatario actúa, por una parte, en representación del mandante, y por la
otra, en interés propio. El autocontrato es aquel celebrado por una persona consigo
misma, y una de las hipótesis en que se da, es precisamente cuando la persona
comparece por sí misma y como representante de otra, en un mismo acto 7.

i v . Mandato que autoriza al mandatario para obrar del modo que


m á s c o n v e n i e n t e l e p a r e z c a . Este tipo de mandato aparece mencionado en
el art. 2133 inc. i.
Art. 2133 inc. i. Cuando se da al mandatario la facultad de obrar del modo que más conveniente le
parezca, no por eso se entenderá autorizado para alterar la substancia del mandato, ni para los actos
que exigen poderes o cláusulas especiales.

7
Recordar que también hay autocontrato cuando se actúa en representación de dos personas, y cuando se es
titular de dos patrimonios diversos, sometidos a regímenes jurídicos distintos.

20
Contratos en particular - Mandato
Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

Las facultades que realmente tienen el mandatario al que se le autoriza para obrar
del modo que más conveniente le parezca, son las de un mandatario de simple
administración. La diferencia viene dada porque al mandatario facultado para obrar
del modo que más conveniente le parezca, se le autoriza para que pueda e l e g i r
l o s m e d i o s a través de los cuales va a conseguir la ejecución de los negocios
encomendados. Para entender esta figura es necesario tener presente la forma en que
normalmente debe conducirse el mandatario, quien generalmente está obligado a
ceñirse rigurosamente por los términos del mandato, lo que fluye del los arts. 2131 y
2134.

Art. 2131. El mandatario se ceñirá rigorosamente a los términos del mandato, fuera de los casos en
que las leyes le autoricen para obrar de otro modo.

Art. 2134. La recta ejecución del mandato comprende no sólo la substancia del negocio
encomendado, sino los medios por los cuales el mandante ha querido que se lleve a cabo.
Se podrán, sin embargo, emplear medios equivalentes, si la necesidad obligare a ello y se obtuviere
completamente de ese modo el objeto del mandato.

Teniendo presente estas dos disposiciones citadas, es que se encuentra sentido a la


figura en comento, entendiendo que la expresión "del modo que mejor le parezca"
debe entenderse en el sentido que el mandatario, en el cumplimiento del encargo,
podrá emplear medios equivalentes a los indicados por el mandante, teniendo como
límite la naturaleza y esencia del mandato. En otras palabras, el mandatario no
queda obligado a emplear los medios por los cuales el mandante ha querido que se
lleve a cabo el negocio, pues la elección de éstos queda entregada al criterio del
primero. Esta figura es relevante, principalmente desde la perspectiva de la relación
mandatario - mandante, no tanto respecto de los terceros, pues externamente esta
figura es idéntica y tiene los mismos efectos que un mandato de simple
administración.

3 . 6 . Los Efectos del Contrato de Mandato.

El contrato de mandato es un contrato bilateral, por ende, al hacer referencia a los


derechos y obligaciones que genera entre las partes, necesariamente hay que distinguir
entre las obligaciones que produce para el mandatario, y las obligaciones que produce para
el mandante.

3.6.1. O b l i g a c i o n e s d e l m a n d a t a r i o . En el código civil no hay una regulación


orgánica de las obligaciones del mandatario, a diferencia de lo que sí acontece con
las obligaciones del mandante. Sin embargo, estas obligaciones fluyen naturalmente
de la definición de contrato de mandato, contenida en el artículo 2116, que en su
parte pertinente señala: gestión de uno o más negocios (...), que se hace cargo de
ellos por cuenta y riesgo de la primera (mandante).
De lo anterior se desprende que las obligaciones que el contrato de mandato genera
para el mandatario, son esencialmente dos:

21
Contratos en particular - Mandato
Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

3.6.1.1. E j e c u t a r l o s n e g o c i o s e n c o m e n d a d o s . En este sentido, se aplican


los arts. 2131 y 2134, que indican la manera en que deben ejecutarse los negocios
encomendados, lo cual se identifica con la relación interna entre mandatario y
mandante.
Art. 2131. El mandatario se ceñirá rigorosamente a los términos del mandato, fuera de los casos en
que las leyes le autoricen para obrar de otro modo.

Art. 2134. La recta ejecución del mandato comprende no sólo la substancia del negocio
encomendado, sino los medios por los cuales el mandante ha querido que se lleve a cabo.
Se podrán, sin embargo, emplear medios equivalentes, si la necesidad obligare a ello y se obtuviere
completamente de ese modo el objeto del mandato.

El mandatario no solo está obligado a ejecutar los negocios encomendados, sino que
también debe hacerlo según las instrucciones que le haya dado el mandante. Así, en
la ejecución del mandato, el mandatario deberá ceñirse rigurosamente a los términos
del mandato, y la recta ejecución comprende no sólo la sustancia del negocio
encomendado, sino los medios que el mandante ha designado para que éste se lleve
a cabo.
Sin embargo, hay casos en que la ley permite al mandante apartarse de los términos
del mandato, o bien, lo dispensa de cumplir el encargo, a saber:

i. Cuando la necesidad lo obligare a ello e igualmente se obtuviere de ese modo el


objeto del mandato (art. 2134 inc. ii)
Art. 2134 inc. ii. Se podrán, sin embargo, emplear medios equivalentes, si la necesidad obligare
a ello y se obtuviere completamente de ese modo el objeto del mandato.

ii. En los casos en que el mandatario esté facultado para actuar de la manera que
más conveniente le parezca (art. 2133 inc. i)
Art. 2133 inc. i. Cuando se da al mandatario la facultad de obrar del modo que más conveniente
le parezca, no por eso se entenderá autorizado para alterar la substancia del mandato, ni para los
actos que exigen poderes o cláusulas especiales.

iii. Cuando el mandatario se halle en imposibilidad de obrar de acuerdo a las


instrucciones dadas por el mandante, y no fuere posible dejar de obrar sin
comprometer gravemente al mandante. Aquí el mandatario debe actuar de la
manera que más se acerque a las instrucciones del mandante y de la manera que
convenga al negocio (art. 2150).
Art. 2150. El mandatario que se halle en la imposibilidad de obrar con arreglo a sus instrucciones,
no es obligado a constituirse agente oficioso; le basta tomar las providencias conservativas que
las circunstancias exijan.
Pero si no fuere posible dejar de obrar sin comprometer gravemente al mandante, el mandatario
tomará el partido que más se acerque a sus instrucciones y que más convenga al negocio.
Compete al mandatario probar la fuerza mayor o caso fortuito que le imposibilite de llevar a
efecto las órdenes del mandante.

iv. El art. 2148 contiene una regla especial de interpretación del contrato, cuya
aplicación podría conducir a autorizar al mandatario para alejarse de los términos
22
Contratos en particular - Mandato
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estrictos del mandato. Según esta regla el mandatario puede interpretar con
mayor latitud sus facultades cuando no pueda consultar a su mandante.
Art. 2148. Las facultades concedidas al mandatario se interpretarán con alguna más latitud,
cuando no está en situación de poder consultar al mandante.

v. Situación en que el legislador faculta al mandatario a abstenerse de la ejecución


del mandato (art. 2149). En este caso no existe incumplimiento de las
obligaciones que emanan del mandato, ya que se le está evitando al mandante un
perjuicio.
Art. 2149. El mandatario debe abstenerse de cumplir el mandato cuya ejecución sería
manifiestamente perniciosa al mandante.

vi. Situación en que se encomienda un negocio a más de un mandatario (art. 2127).


Art. 2127. Si se constituyen dos o más mandatarios, y el mandante no ha dividido la gestión,
podrán dividirla entre sí los mandatarios; pero si se les ha prohibido obrar separadamente, lo que
hicieren de este modo será nulo.

En este caso, cuando la disposición señala como sanción la nulidad, no es posible


estar de acuerdo con ello, pues la sanción adecuada no parece ser la nulidad, sino
más bien la inoponibilidad, por no haberse respetado la voluntad del mandante.
Esta norma se relaciona con el art. 2172, en función de causales de terminación
del contrato de mandato.

Art. 2172. Si son dos o más los mandatarios y por la constitución del mandato están obligados a
obrar conjuntamente, la falta de uno de ellos por cualquiera de las causas antedichas pondrá fin al
mandato.

En cuanto a la ejecución del mandato, cabe preguntarse por la posibilidad de un s u b -


m a n d a t o o d e l e g a c i ó n d e m a n d a t o . A este respecto hay que señalar que
existe la posibilidad de que el mandatario ejecute los negocios que el mandante le ha
encomendado a través de un sub-mandatario o delegado, figura que aparece regulada
en los art. 2135 y siguientes.

Art. 2135. El mandatario podrá delegar el encargo si no se le ha prohibido; pero no estando


expresamente autorizado para hacerlo, responderá de los hechos del delegado, como de los suyos
propios.
Esta responsabilidad tendrá lugar aun cuando se le haya conferido expresamente la facultad de delegar,
si el mandante no le ha designado la persona, y el delegado era notoriamente incapaz o insolvente.

Art. 2136. La delegación no autorizada o no ratificada expresa o tácitamente por el mandante no da


derecho a terceros contra el mandante por los actos del delegado.

Art. 2137. Cuando la delegación a determinada persona ha sido autorizada expresamente por el
mandante, se constituye entre el mandante y el delegado un nuevo mandato que sólo puede ser
revocado por el mandante, y no se extingue por la muerte u otro accidente que sobrevenga al anterior
mandatario.

23
Contratos en particular - Mandato
Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

Art. 2138. El mandante podrá en todos casos ejercer contra el delegado las acciones del mandatario
que le ha conferido el encargo.

De la lectura de estos artículos, se pueden distinguir varias hipótesis. Cabe destacar


que para efectos de analizar las posibles soluciones, hay que poner atención, en cada
hipótesis, al problema de la relación entre mandatario y delegado; entre mandante y
delegado; y entre los terceros que han contratado con el delegado respecto del
mandante. Las hipótesis posibles son:

i. Un mandato en el que nada se ha dicho acerca de la


p o s i b i l i d a d d e d e l e g a r . A este respecto, hay que tener presente el art.
2135 inc. i.
Art. 2135 inc. i. El mandatario podrá delegar el encargo si no se le ha prohibido; pero no
estando expresamente autorizado para hacerlo, responderá de los hechos del delegado, como de
los suyos propios.

A partir de esta norma podemos concluir que la facultad de delegar es un


elemento de la naturaleza del contrato de mandato, por lo tanto, si nada se dice,
el mandatario puede delegar el mandato.
El citado art. 2135 inc. i, se aplicará entonces respecto de la relación entre
mandante y delegado, los cuales son jurídicamente ajenos entre si, pues entre
ellos no han contratado, de ahí que se aplique a este respecto el art. 2138.

Art. 2138. El mandante podrá en todos casos ejercer contra el delegado las acciones del
mandatario que le ha conferido el encargo.

Esta regla atenta contra el efecto relativo de los contratos, ya que un tercero -
entiéndase el mandante - aunque con interés, tiene acción directa contra quién
no es su contraparte en el contrato, es decir, el delegado. En la relación
triangular se halla el mandatario (deudor obligado ante el mandante); el
mandante (acreedor respecto de las obligaciones del mandatario); y el delegado,
que aunque se haga cargo del cumplimiento de las obligaciones del mandatario,
es un tercero extraño para el mandante. No obstante lo anterior, la ley autoriza
al mandante para dirigirse directamente contra el delegado, tercero ajeno a su
relación contractual de mandato. Para evitar esta alteración de los principios
básicos en materia de contratación, la doctrina recurre a la idea de la
s u b r o g a c i ó n p e r s o n a l del mandante en los derechos y acciones del
mandatario, señalando que se trataría de una acción oblicua o subrogatoria,
cuestión bastante discutible considerando la redacción del precepto del artículo
2138 CC, que reconoce acción directa al mandante en contra del delegado, claro
está, con relación a las acciones de que es titular el mandatario (su deudor).
Respecto de los terceros que contratan con el delegado, por aplicación del art.
2136, la doctrina mayoritaria considera que los terceros no tienen acción en
contra del mandante por actos del delegado. Sin embargo, también hay quienes
consideran que como la facultad de delegar es un elemento de la naturaleza del
contrato de mandato y el art. 2136 admite la autorización tácita, los terceros
también podrían tener acción en contra del mandante.

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Contratos en particular - Mandato
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Art. 2136. La delegación no autorizada o no ratificada expresa o tácitamente por el mandante no


da derecho a terceros contra el mandante por los actos del delegado.

ii. A u t o r i z a c i ó n e x p r e s a d e d e l e g a r , p e r o s i n d e s i g n a r a l a
p e r s o n a d e l s u b - m a n d a t a r i o . Analizando la relación entre mandatario
y mandante, interpretando a contrario sensu el art. 2135 se puede sostener que
en este caso el mandatario no responde por los actos del delegado, siendo
responsable entonces el mandante, salvo cuando la persona designada por el
mandatario como delegado, se demuestre como manifiesta y notoriamente
incapaz o insolvente; pues en este caso se estima que el mandatario fue
negligente, ya que se trataría de un caso de culpa in eligendo o en la elección
por parte del mandatario.

Art. 2135. El mandatario podrá delegar el encargo si no se le ha prohibido; pero no estando


expresamente autorizado para hacerlo, responderá de los hechos del delegado, como de los
suyos propios.
Esta responsabilidad tendrá lugar aun cuando se le haya conferido expresamente la facultad de
delegar, si el mandante no le ha designado la persona, y el delegado era notoriamente incapaz o
insolvente.

Consecuentemente con lo anterior, si el delegado es capaz o solvente, la


responsabilidad del mandatario se limitaría a sus hechos propios y no a los del
delegado. Esta es la regla general y si el mandante quiere alejarse de ella, le
corresponde la carga de probar la incapacidad o insolvencia del delegado.
Respecto de la relación entre mandante y delegado, se aplica el art. 2138.

Art. 2138. El mandante podrá en todos casos ejercer contra el delegado las acciones del
mandatario que le ha conferido el encargo.

Los terceros que han contratado con el delegado, en función del art. 2136,
tienen acción en contra del mandante, solo en cuanto se haya autorizado o
ratificado expresamente la facultad del mandatario para delegar.
Art. 2136. La delegación no autorizada o no ratificada expresa o tácitamente por el mandante no
da derecho a terceros contra el mandante por los actos del delegado.

iii. Autorización expresa de la delegación a determinada


p e r s o n a . En este caso, se aplica el art. 2137.

Art. 2137. Cuando la delegación a determinada persona ha sido autorizada expresamente por el
mandante, se constituye entre el mandante y el delegado un nuevo mandato que sólo puede ser
revocado por el mandante, y no se extingue por la muerte u otro accidente que sobrevenga al
anterior mandatario.

En el caso de que el mandante haya autorizado expresamente la facultad de


delegar a una persona determinada, no hay una hipótesis de subcontratación,
sino que el legislador señala que se da un nuevo contrato de mandato entre el
mandante y el delegado.

25
Contratos en particular - Mandato
Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

El mandatario pasa a ser tercero ajeno respecto de este nuevo contrato, puesto
que ha cumplido su parte en el contrato con la designación del delegado, razón
por la cual queda libre de responsabilidad.
Este nuevo mandato sólo puede terminar por la muerte o revocación del
mandante; o por la muerte o renuncia del delegado (nuevo mandatario); la
muerte o renuncia del anterior mandatario no afecta la vigencia del mandato.
El fundamento de esta norma radica en que en este supuesto el mandatario con
relación al cumplimiento de sus obligaciones tiene dos claras alternativas:
asumir personalmente el encargo, o delegarlo al tercero designado por el
mandante. Si opta por esta última, da cumplimiento a su mandato, el que se
extingue para él, surgiendo un nuevo mandato entre el mandante y el delegado.

iv. P r o h i b i c i ó n e x p r e s a d e l a d e l e g a c i ó n . Si el mandatario contraviene


esta prohibición, en este caso se da una hipótesis de responsabilidad contractual
por incumplimiento, el que implica una infracción contractual, por lo que es el
mandatario quien debe responder al mandante por los actos del delegado 8.

En la relación entre mandante y delegado, se aplica el art. 2138.


Art. 2138. El mandante podrá en todos casos ejercer contra el delegado las acciones del
mandatario que le ha conferido el encargo.

En cuanto a la relación entre los terceros y el mandante, por aplicación del art.
2136, estos terceros no tendrán acción en contra del mandante.

Art. 2136. La delegación no autorizada o no ratificada expresa o tácitamente por el mandante no


da derecho a terceros contra el mandante por los actos del delegado.

En relación con la r e s p o n s a b i l i d a d d e l m a n d a t a r i o f r e n t e a l m a n d a n t e
y f r e n t e a t e r c e r o s , hay que señalar lo siguiente:

i. Responsabilidad del mandatario f r e n t e a l m a n d a n t e . El mandatario tiene la


obligación de ejecutar el encargo en los términos señalados por el mandante (arts.
2131 y 2134 CC).

Art. 2131. El mandatario se ceñirá rigorosamente a los términos del mandato, fuera de los casos
en que las leyes le autoricen para obrar de otro modo.

Art. 2134. La recta ejecución del mandato comprende no sólo la substancia del negocio
encomendado, sino los medios por los cuales el mandante ha querido que se lleve a cabo.
Se podrán, sin embargo, emplear medios equivalentes, si la necesidad obligare a ello y se
obtuviere completamente de ese modo el objeto del mandato.

Al tratarse de un contrato generalmente oneroso el mandatario es responsable


hasta la culpa leve, estando obligado, consecuentemente, a emplear en el
cumplimiento de su encargo, el grado de diligencia y cuidado que los hombres
8
Se aplicarán también las reglas generales sobre incumplimiento.

26
Contratos en particular - Mandato
Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

emplean en sus negocios propios, o sea, debe administrar el negocio como un


buen padre de familia (art. 2129, con relación a los art. 1547 y 44 CC).

Art. 2129. El mandatario responde hasta de la culpa leve en el cumplimiento de su encargo.


Esta responsabilidad recae más estrictamente sobre el mandatario remunerado.
Por el contrario, si el mandatario ha manifestado repugnancia al encargo, y se ha visto en cierto
modo forzado a aceptarlo, cediendo a las instancias del mandante, será menos estricta la
responsabilidad que sobre él recaiga.

Art. 1547. El deudor no es responsable sino de la culpa lata en los contratos que por su naturaleza
sólo son útiles al acreedor; es responsable de la leve en los contratos que se hacen para beneficio
recíproco de las partes; y de la levísima, en los contratos en que el deudor es el único que reporta
beneficio.
El deudor no es responsable del caso fortuito, a menos que se haya constituido en mora (siendo el
caso fortuito de aquellos que no hubieran dañado a la cosa debida, si hubiese sido entregada al
acreedor), o que el caso fortuito haya sobrevenido por su culpa.
La prueba de la diligencia o cuidado incumbe al que ha debido emplearlo; la prueba del caso
fortuito al que lo alega.
Todo lo cual, sin embargo, se entiende sin perjuicio de las disposiciones especiales de las leyes, y
de las estipulaciones expresas de las partes.

Art. 44. La ley distingue tres especies de culpa o descuido.


Culpa grave, negligencia grave, culpa lata, es la que consiste en no manejar los negocios ajenos
con aquel cuidado que aun las personas negligentes y de poca prudencia suelen emplear en sus
negocios propios. Esta culpa en materias civiles equivale al dolo.
Culpa leve, descuido leve, descuido ligero, es la falta de aquella diligencia y cuidado que los
hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios. Culpa o descuido, sin otra
calificación, significa culpa o descuido leve. Esta especie de culpa se opone a la diligencia o
cuidado ordinario o mediano.
El que debe administrar un negocio como un buen padre de familia es responsable de esta especie
de culpa.
Culpa o descuido levísimo es la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso
emplea en la administración de sus negocios importantes. Esta especie de culpa se opone a la
suma diligencia o cuidado.
El dolo consiste en la intención positiva de inferir injuria a la persona o propiedad de otro.

Dentro de este grado de diligencia exigible impuesta al mandatario existe, a su


vez, una verdadera graduación, ya que si el mandato es remunerado su
responsabilidad por la culpa leve recae con más estrictez sobre él, pero sigue
siendo culpa leve. Ahora, si el mandatario se ha visto, en cierto modo, forzado a
aceptar el mandato, frente a los requerimientos del mandante, la responsabilidad
será menos estricta, pero igualmente dentro de la culpa leve. Hay quienes
sostienen que del precepto del artículo 2129 CC se infiere que esta última regla
igualmente debiese aplicarse al mandato no remunerado.

ii. Responsabilidad del mandatario f r e n t e a t e r c e r o s . La regla general es que el


mandatario no se obliga ni responde frente a terceros. Es el mandante el obligado
y responsable por los actos del mandatario. Sobre el particular, hay dos
disposiciones que deben considerarse:

27
Contratos en particular - Mandato
Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

a. El artículo 2154 del código civil que regula la situación en que el mandatario
excede los términos del mandato; se trata de una hipótesis de responsabilidad
civil extracontractual.

Art. 2154. El mandatario que ha excedido los límites de su mandato, es sólo responsable al
mandante; y no es responsable a terceros sino,
1.º Cuando no les ha dado suficiente conocimiento de sus poderes;
2.º Cuando se ha obligado personalmente.

En principio, el mandatario no responde respecto de los terceros, pues no


tiene relación contractual alguna con ellos. Quien debe preocuparse de
revisar la extensión del mandato para el caso concreto, es el tercero que
contrata con el mandatario. El mandatario si tiene responsabilidad
contractual con el mandante, pero el mandante no se hace responsable frente
a terceros.

La regla señalada que dice que el mandatario no responde ante terceros, tiene
excepciones:

- Cuando el mandatario n o h a y a d a d o s u f i c i e n t e c o n o c i m i e n t o
a c e r c a d e s u s p o d e r e s . Esto supone que el tercero fue diligente. Es
una hipótesis de responsabilidad civil extracontractual, respecto de la cual se
debe probar la actuación dolosa o culposa del mandatario, para efectos de
indemnizar los perjuicios que correspondan.

- Cuando el mandatario se haya o b l i g a d o p e r s o n a l m e n t e . De esta


manera, en esta hipótesis se entienden comprendidas dos situaciones: la
primera de ellas se da cuando el mandatario actúa sin representación o a
nombre propio, mientras que la segunda se da cuando el mandatario ha
accedido a la obligación como codeudor solidario o fiador, dando lugar a un
supuesto de responsabilidad civil contractual.

b. El artículo 2160 del código civil, en concordancia con el artículo anterior,


regula la relación entre el mandante y los terceros. Según este artículo el
mandante no responde ante los terceros puesto que estos no tienen acción en
su contra.

Art. 2160. El mandante cumplirá las obligaciones que a su nombre ha contraído el


mandatario dentro de los límites del mandato.
Será, sin embargo, obligado el mandante si hubiere ratificado expresa o tácitamente
cualesquiera obligaciones contraídas a su nombre.

Las reglas de contenidas en este artículo se resumen en lo siguiente:

- Obligaciones contraídas dentro de los términos del


m a n d a t o . El mandante resulta obligado frente a terceros.

28
Contratos en particular - Mandato
Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

- Obligaciones contraídas fuera de los términos del


m a n d a t o . El mandante no resulta obligado. Es un poco difícil entender esta
norma con relación a lo señalado anteriormente, sin embargo, una cosa es la
responsabilidad contractual del mandatario respecto del mandante frente a un
exceso en los límites del mandato por parte del primero; y otra, muy distinta,
es la cuestión referida a las obligaciones del mandante frente a terceros
contraídas por el mandatario actuando en exceso de sus facultades (aquí rige
la regla en comento). Esta distinción se confirma con las excepciones a la
regla del artículo 2154, puesto que ésta envuelve un apercibimiento a los
terceros por su falta de diligencia al celebrar el contrato.

- Obligaciones contraídas fuera de los términos del


mandato, pero que han sido ratificadas expresa o
t á c i t a m e n t e . El artículo 2160 inciso segundo dispone que el mandante
resulta obligado frente a terceros cuando ratifica las obligaciones contraídas
a su nombre, pero fuera del poder conferido al mandatario.

iii. C a s o e s p e c i a l d e r e s p o n s a b i l i d a d (art. 2152). Las partes pueden


convenir expresamente que el mandatario tome sobre sí el riesgo de la solvencia
de los deudores del mandante y todas las incertidumbres y embarazos de la
cobranza. En este caso, el mandatario se constituye como deudor principal del
mandante y serán de su cuenta, incluso los casos fortuitos o fuerza mayor.
Esta norma que serviría para construir una figura contractual como la del
factoring en Chile, sin necesidad de recurrir a la cesión de créditos.

Art. 2152. El mandatario puede por un pacto especial tomar sobre su responsabilidad la solvencia
de los deudores y todas las incertidumbres y embarazos del cobro. Constitúyese entonces
principal deudor para con el mandante, y son de su cuenta hasta los casos fortuitos y la fuerza
mayor.

3.6.1.2. R e n d i r c u e n t a d e s u g e s t i ó n . Esto aparece regulado en el art. 2155


CC.

Art. 2155. El mandatario es obligado a dar cuenta de su administración.


Las partidas importantes de su cuenta serán documentadas si el mandante no le hubiere relevado de
esta obligación.
La relevación de rendir cuentas no exonera al mandatario de los cargos que contra él justifique el
mandante.

Esta es una obligación común que recae sobre los agentes de negocios ajenos; el
mandatario debe rendir esta cuenta, porque actúa por cuenta y riesgo del mandante.

Las partidas más importantes de esta cuenta deberán ser documentadas, a menos que
el mandante releve al mandatario de esta obligación, o le obligue a documentar
todas las partidas.

29
Contratos en particular - Mandato
Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

Además, el mandatario debe dar cuenta de las restituciones que hubiere recibido de
parte de terceros (art. 2157 CC), como asimismo de los resultados obtenidos.

Art. 2157. El mandatario es responsable tanto de lo que ha recibido de terceros en razón del mandato
(aun cuando no se deba al mandante), como de lo que ha dejado de recibir por su culpa.

El relevo de esta obligación no impide que el mandante haga valer los cargos que
tenga contra el mandatario en razón de su administración, siempre que logre
justificarlos debidamente (art. 2155, inc. iii) 9.
La obligación de rendir la cuenta es común a cualquier clase de mandato y se aplica
cuando el mandatario actúa a nombre propio (sin representación) y también cuando
actúa a nombre del mandante (con representación). Esta obligación cobra especial
relevancia en el caso del mandato sin representación, por cuanto es en esta situación
la rendición de cuentas supone la transferencia de los efectos jurídicos y
económicos de la ejecución del encargo.

3.6.2 O b l i g a c i o n e s d e l m a n d a n t e . Este tema aparece regulado en los arts. 2158 y


siguientes. A diferencia de lo que ocurre con las obligaciones del mandatario, las
obligaciones del mandante aparecen reglamentadas de manera sistemática. El art.
2158 precisa las obligaciones derivadas del contrato de mandato para el mandante.

Art. 2158. El mandante es obligado,


1.º A proveer al mandatario de lo necesario para la ejecución del mandato;
2.º A reembolsarle los gastos razonables causados por la ejecución del mandato;
3.º A pagarle la remuneración estipulada o usual;
4.º A pagarle las anticipaciones de dinero con los intereses corrientes;
5.º A indemnizarle de las pérdidas en que haya incurrido sin culpa, y por causa del mandato.
No podrá el mandante dispensarse de cumplir estas obligaciones, alegando que el negocio
encomendado al mandatario no ha tenido buen éxito, o que pudo desempeñarse a menos costo; salvo
que le pruebe culpa.

Hay que tener presente que el contrato de mandato puede ser gratuito o remunerado,
siendo a partir del art. 2158 nº 3 que concluimos que la remuneración es un
elemento de la naturaleza de este contrato, además de constituir un caso en que la
ley se remite expresamente a la costumbre. El contrato de mandato además, es
siempre bilateral, haya o no obligación de pagar remuneración, pues la obligaciones
del mandante no se agotan en el pago de la remuneración, tal como fluye del art.
2158.
Gran parte de estas obligaciones se justifican en el hecho de que el contrato de
mandato es un contrato que se realiza por cuenta y riesgo del mandante, por lo cual
es su patrimonio el que se verá afectado por las actividades que realice el
mandatario, motivo por el que el mandante debe poner a disposición del mandatario
todos los efectos necesarios para la realización del negocio correspondiente (art.
2158 nº 1).
9
Tener presente el art. 1465 CC.

Art. 1465. El pacto de no pedir más en razón de una cuenta aprobada, no vale en cuanto al dolo contenido en
ella, si no se ha condonado expresamente. La condonación del dolo futuro no vale.

30
Contratos en particular - Mandato
Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

El inciso segundo del artículo 2158 del código civil, dispone que el mandante no
puede excusarse del cumplimiento de estas obligaciones alegando que el negocio
encomendado no ha tenido buen éxito, o que este pudo realizarse a menos costo,
salvo que pruebe la culpa del mandatario. Esta disposición es una consecuencia de
que el mandatario actúa por cuenta y riesgo del mandante. Por ello, sólo cuando el
mandatario no ha observado el deber de diligencia que le es exigible, según el
contrato, el mandante podrá dispensarse de cumplir alguna de las obligaciones de
que da cuenta el artículo 2158. La norma cede cuando el mandante prueba el
incumplimiento contractual del mandatario.
El art. 2159 hace aplicación de los efectos particulares de los contratos bilaterales,
pues el mandatario puede oponer la excepción de contrato no cumplido o solicitar la
resolución por inejecución.

Art. 2159. El mandante que no cumple por su parte aquello a que es obligado, autoriza al mandatario
para desistir de su encargo.

El art. 2160 señala que los actos que el mandatario ejecute fuera de los límites
establecidos en este, serán inoponibles para el mandante, estableciendo a la vez una
excepción en su inc. 2º.
Art. 2160. El mandante cumplirá las obligaciones que a su nombre ha contraído el mandatario dentro
de los límites del mandato.
Será, sin embargo, obligado el mandante si hubiere ratificado expresa o tácitamente cualesquiera
obligaciones contraídas a su nombre.

El art. 2161 regula el tema de la inejecución parcial.

Art. 2161. Cuando por los términos del mandato o por la naturaleza del negocio apareciere que no
debió ejecutarse parcialmente, la ejecución parcial no obligará al mandante sino en cuanto le
aprovechare.
El mandatario responderá de la inejecución del resto en conformidad al artículo 2167.

El legislador, a propósito de las obligaciones del mandante y principalmente a


propósito del incumplimiento de estas, establece a favor del mandatario un
d e r e c h o l e g a l d e r e t e n c i ó n , que es una figura excepcional que opera solo
cuando el legislador lo establece.

3.6.3. E f e c t o s d e l m a n d a t o r e s p e c t o d e t e r c e r o s . Los efectos del contrato de


mandato, por la particular función de este contrato, deben analizarse también
respecto de los terceros, para comprender cuál es el efecto de este contrato en
relación con la situación de terceros que contratan con el mandatario, los cuales no
se ven jurídicamente obligados por el contrato de mandato. Para efectos de análisis,
es necesario distinguir si es que el mandatario actuó con o sin representación.

En primer lugar, si el mandatario actuó s i n r e p r e s e n t a c i ó n o a n o m b r e


p r o p i o , quien resulta obligado con los terceros es el propio mandatario. Al ser el
mandato un contrato que se ejecuta por cuenta y riesgo del mandante, al momento

31
Contratos en particular - Mandato
Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

en que el mandatario debe rendir la cuenta, debe traspasar al mandante los efectos
de los actos celebrados en ejecución del mandato. En Chile no se reglamenta la
figura de la cesión de contratos, por ende, habrá que distinguir entre la cesión de los
créditos y la cesión de las deudas. En cuanto a la cesión de los créditos, la figura se
reglamenta sujetándose a las reglas generales, por lo tanto, la cesión de créditos se
ejecuta según sea la naturaleza del crédito: nominativo, a la orden, al portador, etc.
El Código Civil solo regula la cesión de créditos nominativos, en los arts. 1901 y
siguientes.

Art. 1901. La cesión de un crédito personal, a cualquier título que se haga, no tendrá efecto entre el
cedente y el cesionario sino en virtud de la entrega del título.

Art. 1902. La cesión no produce efecto contra el deudor ni contra terceros, mientras no ha sido
notificada por el cesionario al deudor o aceptada por éste.

Art. 1903. La notificación debe hacerse con exhibición del título, que llevará anotado el traspaso del
derecho con la designación del cesionario y bajo la firma del cedente.

Art. 1904. La aceptación consistirá en un hecho que la suponga, como la litis contestación con el
cesionario, un principio de pago al cesionario, etc.

Art. 1905. No interviniendo la notificación o aceptación sobredichas, podrá el deudor pagar al


cedente, o embargarse el crédito por acreedores del cedente; y en general, se considerará existir el
crédito en manos del cedente respecto del deudor y terceros.

Art. 1906. La cesión de un crédito comprende sus fianzas, privilegios e hipotecas; pero no traspasa
las excepciones personales del cedente.

Art. 1907. El que cede un crédito a título oneroso, se hace responsable de su existencia al tiempo de
la cesión, esto es, de que verdaderamente le pertenecía en ese tiempo; pero no se hace responsable de
la solvencia del deudor, si no se compromete expresamente a ello; ni en tal caso se entenderá que se
hace responsable de la solvencia futura, sino sólo de la presente, salvo que se comprenda
expresamente la primera; ni se extenderá la responsabilidad sino hasta concurrencia del precio o
emolumento que hubiere reportado de la cesión, a menos que expresamente se haya estipulado otra
cosa.

Art. 1908. Las disposiciones de este título no se aplicarán a las letras de cambio, pagarés a la orden,
acciones al portador y otras especies de transmisión que se rigen por el Código de Comercio o por
leyes especiales.

En relación con la cesión de las deudas, no se regula en el Código Civil esta figura
de manera autónoma, por lo que se recurre en general a la novación por cambio de
deudor, la cual tiene, sin embargo, la limitación de requerir el consentimiento del
acreedor, pues de lo contrario se entenderá que el tercero es solamente diputado por
el deudor para hacer el pago, o que se ha obligado subsidiaria o solidariamente,
según se desprenda del tenor o espíritu del acto 10.

10
Recordar que según el art. 1628 la novación es la substitución de una nueva obligación a otra anterior, la
cual queda por tanto extinguida.
Dentro de las clasificaciones de la novación se distingue entre novación objetiva, que puede ser por cambio de
objeto o causa, y la novación subjetiva que puede ser por cambio de acreedor o d e u d o r .

32
Contratos en particular - Mandato
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Cuando se produce la cesión de los efectos jurídicos de lo obrado por el mandatario


a su propio nombre, éste da cumplimiento a la obligación de rendir cuenta que le
impone el contrato.

En segundo lugar, cuando el mandatario actúa c o n r e p r e s e n t a c i ó n o a


n o m b r e d e l m a n d a n t e , los efectos de los actos que ejecute, en virtud de la
representación, se radican de manera inmediata y directa en el patrimonio del
mandante, teniendo siempre presente, que la representación que ostenta el
mandatario respecto del mandante opera sólo dentro de los límites del mandato (art.
2160 en relación con el art. 2122).
Art. 1448. Lo que una persona ejecuta a nombre de otra, estando facultada por ella o por la ley para
representarla, produce respecto del representado iguales efectos que si hubiese contratado él mismo.

Art. 2160. El mandante cumplirá las obligaciones que a su nombre ha contraído el mandatario dentro
de los límites del mandato.
Será, sin embargo, obligado el mandante si hubiere ratificado expresa o tácitamente cualesquiera
obligaciones contraídas a su nombre.

Art. 2122. El mandatario que ejecuta de buena fe un mandato nulo o que por una necesidad
imperiosa sale de los límites de su mandato, se convierte en un agente oficioso.

El mandatario que accidentalmente se salga de los límites del mandato o ejecute un


mandato nulo, se convierte en un a g e n t e o f i c i o s o , lo que puede llevar a que el
mandante igualmente resulte obligado, cuando la gestión realizada por el mandatario
le resulte efectivamente útil.
En caso del mandato con representación, el mandatario sólo responde frente a
terceros en los casos mencionados en el art. 2154.

Art. 2154. El mandatario que ha excedido los límites de su mandato, es sólo responsable al mandante;
y no es responsable a terceros sino,
1.º Cuando no les ha dado suficiente conocimiento de sus poderes;
2.º Cuando se ha obligado personalmente.

3.7. L a e x t i n c i ó n d e l m a n d a t o .

3.7.1. C a u s a l e s d e e x t i n c i ó n d e l m a n d a t o .

En caso de la novación por cambio de deudor, se hace excepción a la regla general que señala que la voluntad
de novar puede ser expresa o tácita, pues se exige voluntad novatoria expresa del acreedor. La razón de esto
es lógica, porque a ningún acreedor le es indiferente quien es el sujeto pasivo de la obligación, porque de
quien sea el sujeto pasivo de la obligación va a depender que pueda o no cobrarla en razón del derecho de
prenda o garantía general. Es por esto que el legislador establece que si no se expresa la voluntad novatoria
del acreedor, éste mejora su posición, pues al tercero se le considerará diputado para el pago o incluso deudor
solidario o subsidiario.

33
Contratos en particular - Mandato
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El art. 2163 enumera las distintas causas de extinción del mandato, obedeciendo
algunas de estas a las reglas generales y otras fundamentándose en el carácter intuito
persona y la naturaleza propia de confianza del contrato de mandato.

Art. 2163. El mandato termina:


1.º Por el desempeño del negocio para que fue constituido;
2.º Por la expiración del término o por el evento de la condición prefijados para la terminación del mandato;
3.º Por la revocación del mandante;
4.º Por la renuncia del mandatario;
5.º Por la muerte del mandante o del mandatario;
6.º Por la quiebra o insolvencia del uno o del otro;
7.º Por la interdicción del uno o del otro;
8.º Derogado.
9.º Por la cesación de las funciones del mandante, si el mandato ha sido dado en ejercicio de ellas.

i. El art. 2163 nº 1 constituye una causal “normal” de terminación del contrato de


mandato, es decir, obedece a las reglas generales.
En este caso el mandato termina por el desempeño del negocio para que fue
constituido; lo que ocurre es que se ha dado cumplimiento a las obligaciones del
mandatario.

Art. 2163. El mandato termina:


1.º Por el desempeño del negocio para que fue constituido;

ii. El art. 2163 nº 2 también es una causal de extinción del mandato que obedece a las
reglas generales.

Art. 2163. El mandato termina:


2.º Por la expiración del término o por el evento de la condición prefijados para la terminación del
mandato;

iii. El art. 2163 nº 3 se relaciona con los arts. 2164 y siguiente que regulan la figura de
la revocación, la cual es una causal de extinción excepcional, pues la regla general
es que en derecho las cosas se deshacen de la misma manera de la misma manera en
que se hacen; pero en este caso particular se permite que por la voluntad de sólo una
de las partes, se resuelva el contrato.

Art. 2163. El mandato termina:


3.º Por la revocación del mandante;

Art. 2164. La revocación del mandante puede ser expresa o tácita. La tácita es el encargo del mismo
negocio a distinta persona.
Si el primer mandato es general y el segundo especial, subsiste el primer mandato para los negocios
no comprendidos en el segundo.

El art. 2165 complementa esto, en base a la expresión a su arbitro, que evidencia un


derecho absoluto que no admite oposición.

Art. 2165. El mandante puede revocar el mandato a su arbitrio, y la revocación, expresa o tácita,
produce su efecto desde el día que el mandatario ha tenido conocimiento de ella; sin perjuicio de lo
dispuesto en el artículo 2173.

34
Contratos en particular - Mandato
Maximiliano Astorga B - Paulina Navarrete M

Algunos autores discuten este carácter de derecho absoluto, afirmando que el


mandato puede ser civil y comercial. En el mandato comercial este derecho de
revocar se expresa de una forma distinta, ya que en el Código de Comercio (art.
241) se establece que si el mandato comercial interesa tanto a los terceros, como al
comisionista, no cabe el derecho a revocación.

Art. 241. El comitente no puede revocar a su arbitrio la comisión aceptada, cuando su ejecución
interesa al comisionista o a terceros.

A la luz de este precepto, en sede mercantil y sosteniendo su aplicación extensiva, el


derecho a revocar el mandato no sería un derecho absoluto; ya que sólo procede
cuando el mandato interesa exclusivamente al mandante.
Lo anterior, es discutible, ya que el Código de Comercio es una legislación especial
y no puede aplicársele de manera general, más aún si el artículo 2165 del Código
Civil determina expresamente el carácter de absoluto de este derecho. Los tribunales
de justicia, por su parte, han fallado que este derecho es un elemento de la
naturaleza del mandato y no de su esencia, siendo posible un pacto de
irrevocabilidad.

También hay que tener presente el art. 2166 que regula materias relativas a la
revocación.

Art. 2166. El mandante que revoca tendrá derecho para exigir del mandatario la restitución de los
instrumentos que haya puesto en sus manos para la ejecución del mandato; pero de las piezas que
pueden servir al mandatario para justificar sus actos, deberá darle copia firmada de su mano si el
mandatario lo exigiere.

Un punto relevante en cuanto a la revocación, dice relación con las formas a


observar en la revocación de los mandatos solemnes. A esto no se refiere
expresamente el legislador, por lo cual cabe la duda acerca de los mandatos
otorgados por escritura publica, pues es necesario determinar si es que la revocación
de ellos también debe seguir la solemnidad de la escritura publica. En este sentido,
por aplicación del art. 1707, se debiera concluir que para efectos de la revocación de
un contrato de mandato otorgado por escritura pública, también será necesario
cumplir con la solemnidad de la escritura pública.

Art. 1707. Las escrituras privadas hechas por los contratantes para alterar lo pactado en escritura
pública, no producirán efecto contra terceros.
Tampoco lo producirán las contraescrituras públicas, cuando no se ha tomado razón de su contenido
al margen de la escritura matriz cuyas disposiciones se alteran en la contraescritura, y del traslado en
cuya virtud ha obrado el tercero.

El art. 1707 tiene por objeto proteger a los terceros y tiene un ámbito de aplicación
general.

Es indiscutible que para producir efectos respecto de terceros, la revocación debe


cumplir con las mismas formalidades o solemnidades del mandato original. Pero
sucede que esto es discutible respecto de las partes contratantes, mandante y

35
Contratos en particular - Mandato
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mandatario. De la nueva escritura pública se debe tomar razón al margen del


contrato de mandato original, en la notaría o en el archivo judicial.
Respecto de los terceros, en la práctica se pide un certificado de vigencia ante el
notario o archivero, siendo esta la única posibilidad de que los terceros conozcan
acerca de la vigencia del mandato.

iv. El art. 2163 nº 4 establece una forma especial de terminación y se relaciona con el
art. 2167.

Art. 2163. El mandato termina:


4.º Por la renuncia del mandatario;

Art. 2167. La renuncia del mandatario no pondrá fin a sus obligaciones, sino después de transcurrido
el tiempo razonable para que el mandante pueda proveer a los negocios encomendados.
De otro modo se hará responsable de los perjuicios que la renuncia cause al mandante; a menos que
se halle en la imposibilidad de administrar por enfermedad u otra causa, o sin grave perjuicio de sus
intereses propios.

Tanto en este caso, como en el anterior, existe una verdadera resciliación unilateral
del contrato.

v. El art. 2163 nº 5 también constituye una norma especial en materia de terminación


del contrato de mandato, pues por regla general, la muerte de uno de los
contratantes no opera como causal de terminación del contrato, sino que
simplemente se sustituye en el contrato, salvo que los contratos tengan el carácter de
intuito persona.

Art. 2163. El mandato termina:


5.º Por la muerte del mandante o del mandatario;

En este mismo sentido hay que tener presentes los arts. 2168, 2169 y 2170. El art.
2169 se relaciona con un tipo especial de mandato.

Art. 2168. Sabida la muerte del mandante, cesará el mandatario en sus funciones; pero si de
suspenderlas se sigue perjuicio a los herederos del mandante, será obligado a finalizar la gestión
principiada.

Art. 2169. No se extingue por la muerte del mandante el mandato destinado a ejecutarse después de
ella. Los herederos suceden en este caso en los derechos y obligaciones del mandante.

Art. 2170. Los herederos del mandatario que fueren hábiles para la administración de sus bienes,
darán aviso inmediato de su fallecimiento al mandante, y harán en favor de éste lo que puedan y las
circunstancias exijan: la omisión a este respecto los hará responsables de los perjuicios.
A igual responsabilidad estarán sujetos los albaceas, los tutores y curadores y todos aquellos que
sucedan en la administración de los bienes del mandatario que ha fallecido o se ha hecho incapaz.

vi. El art. 2163 nº 6 se refiere a la terminación del contrato de mandato por quiebra o
insolvencia de mandante y/o mandatario

36
Contratos en particular - Mandato
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Art. 2163. El mandato termina:


6.º Por la quiebra o insolvencia del uno o del otro;

vii. El art. 2163 nº 7 se relaciona con la terminación del contrato de mandato por la
interdicción de mandante y/o mandatario

Art. 2163. El mandato termina:


7.º Por la interdicción del uno o del otro;

viii. El art. 2163 nº 9 dice relación con la terminación del contrato de mandato por la
cesación de las funciones del mandante, cuando el mandato ha sido dado en
ejercicio de esas funciones.
Art. 2163. El mandato termina:
9.º Por la cesación de las funciones del mandante, si el mandato ha sido dado en ejercicio de ellas.

3.7.2. N o r m a s c o m u n e s a l a s c a u s a l e s d e e x t i n c i ó n d e l m a n d a t o .

i. M u j e r c a s a d a e n s o c i e d a d c o n y u g a l . El art. 2171 se pone en la hipótesis


de la mujer casada en sociedad conyugal. Aunque no se menciona expresamente que
se trata del régimen de sociedad conyugal, solo este caso el marido es quien
administra.
Este es un caso de mandato legal, que los cónyuges no pueden alterar.

Art. 2171. Si la mujer ha conferido un mandato antes del matrimonio, subsiste el mandato; pero el
marido podrá revocarlo a su arbitrio siempre que se refiera a actos o contratos relativos a bienes cuya
administración corresponda a éste.

ii. P l u r a l i d a d d e m a n d a t a r i o . El art. 2172 se pone en la hipótesis de pluralidad


de mandatarios, que por disposición del mandante, debían actuar conjuntamente, en
ese caso a falta de uno de ellos, por cualquiera de las causales enumeradas en el art.
2163, se pone fin al mandato.

Art. 2172. Si son dos o más los mandatarios y por la constitución del mandato están obligados a
obrar conjuntamente, la falta de uno de ellos por cualquiera de las causas antedichas pondrá fin al
mandato.

iii. I g n o r a n c i a a c e r c a d e l a a c u s a q u e p o n e f i n a l m a n d a t o . El art.
2173 se relaciona con la protección a los terceros. Es un caso en el que el contrato
de mandato termina por una causa desconocida por el mandatario. La gestión
realizada será válida y oponible al mandante, por lo que los terceros de buena fe,
tendrán acción en su contra. Cuando el mandatario sepa de la extinción del contrato
de mandato, los terceros tendrán igualmente acción en contra del mandante, sin
perjuicio de la obligación de indemnización que correspondan a este.

Art. 2173. En general, todas las veces que el mandato expira por una causa ignorada del mandatario,
lo que éste haya hecho en ejecución del mandato será válido y dará derecho a terceros de buena fe
contra el mandante.

37
Contratos en particular - Mandato
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Quedará asimismo obligado el mandante, como si subsistiera el mandato, a lo que el mandatario


sabedor de la causa que lo haya hecho expirar, hubiere pactado con terceros de buena fe; pero tendrá
derecho a que el mandatario le indemnice.
Cuando el hecho que ha dado causa a la expiración del mandato hubiere sido notificado al público
por periódicos, y en todos los casos en que no pareciere probable la ignorancia del tercero, podrá el
juez en su prudencia absolver al mandante.

3.8. L a v i g e n c i a d e l c o n t r a t o d e l m a n d a t o .

En general, en el tráfico jurídico, para determinar si es que un mandato está vigente


o no, se utiliza el c e r t i f i c a d o d e v i g e n c i a emitido por notario o archivero y que
tiene por único objeto dar fe de que el mandato no ha sido revocado o no existe constancia
respecto de ello. Este documento tiene un alcance muy limitado, pues más que certificar la
vigencia del contrato de mandato, certifica que este no ha sido revocado, pero hay que
considerar que la revocación no es el único mecanismo de extinción del mandato 11.
En los casos de muerte, insolvencia o quiebra, cesación de funciones del mandante e
interdicción, estos hechos se anoten al margen de la escritura que contiene el contrato de
mandato, caso en el cual el certificado de vigencia, dará cuenta de estas menciones.

3.9. M a n d a t o y a g e n c i a o f i c i o s a .

En aquellos casos en que estando el mandatario de buena fe y el mandato es nulo o


bien, por una necesidad imperiosa el mandatario sale de los límites del mandato, el
mandatario se convierte en agente oficioso, es decir, los negocios que realice en ciertos
casos, igualmente, obligarán al mandante (art. 2122).

Art. 2122. El mandatario que ejecuta de buena fe un mandato nulo o que por una necesidad imperiosa sale de
los límites de su mandato, se convierte en un agente oficioso.

Las obligaciones del agente oficioso son las mismas que las del mandatario, pesando
sobre él la responsabilidad de un buen padre de familia (culpa leve) y será responsable
únicamente de la culpa grave, o dolo, cuando ha tomado la gestión de negocios ajenos para
salvarlos de un peligro. Y es responsable de toda culpa cuando se ha ofrecido
voluntariamente como agente oficioso, impidiendo que otros lo hiciesen. (art. 2288)

Art. 2286. La agencia oficiosa o gestión de negocios ajenos, llamada comúnmente gestión de negocios, es un
cuasicontrato por el cual el que administra sin mandato los negocios de alguna persona, se obliga para con
ésta, y la obliga en ciertos casos.

Art. 2287. Las obligaciones del agente oficioso o gerente son las mismas que las del mandatario.

Art. 2288. Debe en consecuencia emplear en la gestión los cuidados de un buen padre de familia; pero su
responsabilidad podrá ser mayor o menor en razón de las circunstancias que le hayan determinado a la
gestión.

11
Por lo descrito, es que las instituciones financieras que operan con estos documentos establecen de manera
arbitraria los plazos de vigencia de los contratos de mandato, para los actos que se celebren con ellos.

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Contratos en particular - Mandato
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Si se ha hecho cargo de ella para salvar de un peligro inminente los intereses ajenos, sólo es responsable del
dolo o de la culpa grave; y si ha tomado voluntariamente la gestión, es responsable hasta de la culpa leve;
salvo que se haya ofrecido a ella, impidiendo que otros lo hiciesen, pues en este caso responderá de toda
culpa.

Si el negocio ha sido bien administrado el interesado deberá cumplir las obligaciones


contraídas por el agente y deberá rembolsar las expensas útiles y necesarias. Pero, si es mal
administrado el negocio, el agente es responsable de los perjuicios. (art. 2290)

Art. 2290. Si el negocio ha sido bien administrado, cumplirá el interesado las obligaciones que el gerente ha
contraído en la gestión y le reembolsará las expensas útiles o necesarias.
El interesado no es obligado a pagar salario alguno al gerente.
Si el negocio ha sido mal administrado, el gerente es responsable de los perjuicios.

Esta materia se debe relacionar con el artículo 2154 del Código Civil, especialmente
en cuanto a aquellas situaciones en que el mandatario, a pesar de actuar a nombre del
mandante lo hace fuera de los límites del mandato y, por lo tanto, actúa como un agente
oficioso. Por lo tanto, el mandante se hace responsable frente a los terceros, cuando el
negocio haya sido bien administrado, no obstante la norma del artículo 2160 CC.

Art. 2154. El mandatario que ha excedido los límites de su mandato, es sólo responsable al mandante; y no es
responsable a terceros sino,
1.º Cuando no les ha dado suficiente conocimiento de sus poderes;
2.º Cuando se ha obligado personalmente.

Art. 2160. El mandante cumplirá las obligaciones que a su nombre ha contraído el mandatario dentro de
los límites del mandato.
Será, sin embargo, obligado el mandante si hubiere ratificado expresa o tácitamente cualesquiera obligaciones
contraídas a su nombre.

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