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Cuando las cosas alcanzan una estabilidad en mi vida.

Alguna fuerza extraña


estropea todo.Tal vez algo que no pueda controlar, algo que debe suceder.
Algo que se adhiere en mi alma, como una idea, como un pensamiento
instantáneo; que sólo busca desestabilizar mi realidad.

La meta primordial del hombre es ser feliz; es simple. La felicidad cada quién la
encuentra en distintos lugares, para algunos se encuentran en simples detalles,
como observar un las estrellas en el cielo, o encontrarse a uno mismo en un
viaje espiritual, o pasar el tiempo con su pareja. Para otras personas la felicidad
es algo más espiritual, muchos creen que deberían ser felices por ser una
bendición de alguna divinidad amorosa.
Para personas como yo, alguien escéptico,la verdadera felicidad se encuentra
en la autorrealización; para mí la felicidad en su completitud no es alcanzable,
lastimosamente. Sin embargo, no alcanzar la felicidad plena no significa que
debería sentirme miserable y odiar la vida, no. Me refiero es que algunas
personas jamás estarán satisfechas con su vida, jamás se sentirán
completamente realizadas, pero no por eso serán infelices. Algunas personas
nunca estarán satisfechas con la realidad en que vivimos.
Yo era infeliz en esos momentos, pero porque tenía una gran soledad debido a
las tragedias que yo mismo ocasioné. Para un hombre así como yo, que lo ha
perdido todo, que no tiene a nadie, la única opción que tiene es tratar de
escapar de la realidad. Esto podría implicar sucumbir a los más bajos vicios del
hombre, o tal vez a otros métodos.
Yo amo a Sandra porque ella me entendía, compartíamos bastantes ideas
sobre el sentido de nuestra existencia; ella también quería olvidarse del mundo
muchas veces, aunque sea por momentos. Recuerdo una vez que éramos tan
jóvenes y enamorados, estábamos acostados sobre una montaña observando
las luces de la ciudad.
Sandra me contó esa noche que siempre se había imaginado a sí misma en un
infinito campo de amapolas y flores, donde estaría lejos de todo el bullicio, del
ruido de las personas que hablan mucho de cosas mundanas y sin importancia,
y que nunca hablan de ideas ni del progreso. Ella yacía acostada sobre
viendo el atardecer, de repente el tiempo dejaba de existir; y su alma se
encontraba en paz.
Allí encontraba siempre la felicidad.
Luego extravió su mirada hacia las luces de la ciudad, su mirada estaba
ausente sobre esos puntos luminosos en el horizonte, que formaban un
continuo a lo lejos; parecía que se estuviera imaginando a sí misma lejos de
todo en esos momentos.
Yo reflexioné sobre lo que ella me dijo esa noche;¡Tenía tanta razón¡.
Sandra solía contarme sobre

Mi vida tomó una dirección desconocida a partir de los desafortunados eventos


que estoy a punto de relatar. Este es el relato de un hombre desgraciado, que
lo ha perdido todo, pero aún así se aferró a la vida, a seguir buscando un
propósito para su existencia.
Una recóndita parte de mi mente se activó después de que la soledad se
apoderara de mí. Mi mente se encargó de moldear mi nueva realidad, mi nuevo
mundo; entretejiendo escenarios de gran deleite para mi alma.Esa parte de mi
mente que logró crear una realidad donde podría vivir mis más preciados
anhelos y revivir mis recuerdos más queridos. Esa realidad donde podría
apaciguar mi dolor, o al menos una parte de él. Supongo que la mente humana
es algo tan extraordinario y misterioso como un universo aislado del imperfecto
exterior. Ese universo se convirtió en mi refugio. En la infame desesperación y
melancolía en que estaba sumergido desde que conocí esa profunda y temible
soledad, me ví en la necesidad de salir de ella de alguna forma.

Llevé una vida simple y satisfactoria por muchos años con Sandra Villair,.
Sandra es una mujer de hermosura envidiable, de tez pálida y unos
cautivadores ojos azul pálido, era como si un pedazo del cielo estuviese
encerrado en sus pupilas; tenía una cabellera larga y ondulada, de color
castaño claro que se asemejaba a los rayos de sol de un amanecer.
Sandra y yo procreamos dos hijos, Pedro y Bartolo. Nos casamos muy jóvenes.
He estado enamorado de ella toda mi vida y, aunque no siempre fui el mejor
esposo, nunca me atreví a hacer algo para lastimarla a ella o a mis hijos.
Sandra es una mujer humilde, de voz dulce y un carácter agradable.
Solía ser una mujer bastante alegre y amable. Era el tipo de chica que te daba
una sonrisa incluso cuando estuviera triste. Con el tiempo Sandra fue
transformándose en una mujer más taciturna y callada, a veces mostrándose
un poco huraña. Ambos lo hicimos.
Yo siempre fui una persona modesta y humilde.De poca plática, jamás buscaba
relacionarme mucho con los demás.Tuve pocos amigos en mi juventud. Me
hacía sentir incómodo tratar de relacionarme con gente sólo por ser cortes.
Trabajé en una empresa de exportación de textiles la mayor parte de mi vida.
Laboraba como un contador de la empresa. Fue un trabajo bastante rutinario y
que a veces me produjo mucho estrés. Debo admitir que mi familia pasó
muchas dificultades económicas. Sandra era abogada y le solía ir bien en su
carrera profesional.Trabajaba en un buffet de no se que.De modo que nuestros
primeros años de casados, todo estaba bien, teníamos estabilidad económica y
estábamos felices. Con el tiempo tuvimos hijos. Amé mucho a mis hijos. Fui un
padre amoroso, intenté dedicarles todo el tiempo que pude.
Durante esos momentos de nuestra vida, Sandra había sido despedida de su
trabajo. Fue un momento bastante difícil.Ella había trabajado muy duro y por
mucho tiempo para conseguir llegar hasta una buena posición dentro del
buffete.
Yo tuve que darme a la tarea de mantener a mi familia.Tuve que trabajar
prácticamente el doble en la empresa para cubrir los gastos de la casa.

Llegué a una especie de entumecimiento en mi vida. De repente mi vida se


había vuelto algo rutinaria y aburrida .No me di cuenta cuándo mi vida se había
vuelto tan rutinaria y cuándo dejé de vivir para ser feliz. Vino a mí una crisis
existencial, como que un pensamiento extraño se moldeó dentro de mí, cierto
desprecio por la manera en que estaba viviendo. Sentí un vacío y un
cuestionamiento por el sentido de la realidad.
Sentí cierta repulsión por cómo el mundo funcionaba, sentí desprecio por la
corrupción de los hombres, tantos políticos sedientos de poder, tantas
injusticias contra el hombre honrado. Siempre dividí a las personas en dos tipos
distintos: las personas creativas y productivas, y las que no lo son. Las persona
creativas son las que producen nuevas ideas y son el motor de la civilización;
desgraciadamente, este tipo de personas son más escasas que las no
creativas. Me dí cuenta que el mundo en su mayoría está gobernado por
personas no creativas, que no buscan el progreso de la civilización, sino solo
buscan satisfacer sus intereses banales.
Me sentía frustrado en ese aspecto; yo siempre quise ser una persona de las
creativas. No pude cumplir todas las metas que me propuse en la vida, siempre
hubieron cosas que me desmotivaron a crecer; por ejemplo, mi poca habilidad
para las relaciones sociales, en mi trabajo no me tomaban en cuenta como
debería. Siempre me consideré como un hombre más inteligente que el
promedio, pero me provocaba repulsión al darme cuenta, que las personas
menos inteligentes eran los exitosos; ellos (los imbéciles) disfrutaban sentirse
superiores a los demás, el status social lo es todo para ellos, creen ser los
jueces de lo que mi vida debe ser. ¡ME ENFERMAN¡.
Mi familia sintió en mí un cambio de personalidad, me mostraba menos
afectivo que de costumbre; lucía cansado y a veces un tanto huraño. Pero yo
seguía amando a mi familia, ellos son todo para mí
Empecé a tener problemas con ellos; Sandra y yo peleábamos constantemente
y le dedicaba menos tiempo a estar con mis hijos.
Fue ese el momento en que el diablo se apoderó de mí, fui un débil, fui
corrompido como los demás ,corrompido como la sociedad en que vivo.Diría
que fue un momento de debilidad de mi espíritu;caí en el vicio del alcoholismo.
Si hubiese sabido lo que ese vicio me conllevaría, hubiera tenido la fuerza
suficiente para vencerlo. Tal vez cuestione el lector las causas por las que un
hombre como yo en ese entonces, un hombre que tenía a su familia a su lado,
que podía tener todos los elementos para ser feliz, haya caído en un vicio tan
vil y vacío; pues bien lo que le puedo decir es que,¡ése no era yo¡.

Sandra logró conseguir empleo con el tiempo. Era un empleo más modesto
comparado con el puesto que solía ostenta. Ya no había necesidad de que yo
trabajara tan duro para mantener a mi familia. Aunque las cosas se habían
estabilizado, no pude dejar el alcohol.
EL alcoholismo me había convertido en un hombre que no era, muchas veces
convirtiéndome en un ser violento y, aunque hice grandes esfuerzos por
dejarlo, ocasionalmente tenía alguna recaída, lo cual sólo me traía problemas.
Cuando estaba en estado de ebriedad me transformaba en una persona
distinta. Solía sentir desprecio por mí mismo, solía sentir el desprecio de los
demás. Pero, extrañamente, eso era lo que buscaba,¡ eso era lo que me
impulsaba a seguir bebiendo!.
En esos momentos las cosas en casa se habían complicado, Sandra sufría
mucho al verme llegar bebido ocasionalmente. Ella envejecía a pasos
acelerados. Mis hijos me tenían miedo, y a decir verdad, yo también me tenía
miedo.
Trataba de ocultar los niños de mí, para que no me vieran en ese estado.
Había sufrido una transformación radical, la rutina me volvía loco; no tiene
sentido para mí. Cuestiono una vida en donde tu prioridad es cumplir tus metas
y no ser feliz. No sé por qué me volví alcohólico; tal vez sólo quería escapar de
la realidad. Sentía una especie de dolor y placer, si acaso sean lo mismo. En
ese momento, necesitaba sentir el desprecio de los demás; yo necesitaba
convertime en el monstruo, para poder escapar de todo.
Necesitaba un poco su desprecio, pero nunca quise hacerles daño o que me
dejaran. Yo sufrí, sufro todavía, pero ese sufrimiento me ha mantenido vivo.
En este momento llego a relatar la parte cenral
Todavía no logro borrar el tormentoso recuerdo,la causa de esa desgarradora
soledad que pasé durante algún tiempo. Esa noche de la que hablo, después
de una fuerte discusión con Sandra. Yo, como de costumbre por esas épocas,
andaba ebrio y había tenido una mala semana en general. Sandra se enojó
estaba y nunca me esforzaba por cambiar, dijo que daba un mal ejemplo para
mis hijos. Amenazó con abandonarme y llevarse a mis hijos lejos de mí. Yo no
supe reaccionar ante estas palabras; era la primera vez que me daba cuenta
del dolor que ocasionaba; pude ver el miedo a través de los ojos tristes de mi
mujer, pude darme cuenta de cómo habían cambiado nuestras vidas, nuestras
almas.
¡Una cosa es el sufrimiento y otra cosa, la soledad!; siempre le tuve miedo a la
soledad. No supe manejar la situación, estallé en cólera y empecé a gritarle.
De pronto tomé a mis hijos. Pusieron resistencia, estaban tan asustados;
tratando de huir de mí,de su padre que alguna vez fue amoroso y dedicado a
su familia .Ellos lloraban y yo actuaba sin pensar. Sandra empezó a golpearme
y a gritarme. Yo sólo la empujé. Planeaba llevarme a mis hijos lejos de Sandra,
sólo quería llevarle la contraria.
La verdad no tenía planeado llevarlos a ninguna parte, no lo recuerdo, no
estaba pensando claramente, solo actuaba por impulso y por enojo. Mis hijos
estaban asustados, querían estar con su madre, y cada vez que me lo repetía y
me reprochaba algo, mas incrementaba mi enojo . Mis hijos gritaban que
querían volver con su madre, eso me hacía enfurecer más. Llegó cierto punto
en que descuidadamente, pasé la luz roja del semáforo e impacté con otro
automóvil. Quedé inconsciente, todo se volvió borroso, caí en un profundo
sueño. Desperté solo en un hospital, recordé todo lo que había pasado, el
enojo, los llantos, el accidente.
De repente un sombrío sentimiento se formó dentro de mí, ese sentimiento que
no olvidaría por el resto de mi vida; ese sentimiento que tendría todas las
noches antes de irme a dormir.
Empecé a tratar de mover mi cuerpo, estaba bastante adolorido; sentí que
algunos huesos de mi cuerpo se habían roto. Pero ese dolor traté de ignorarlo,
me llegó la angustia de saber dónde estaban mis hijos.Traté de llamar la
atención de alguna enfermera, elevé mi voz.Llego una enfermera después de
que viera que yo ya había despertado; pregunté dónde estaban mis hijos.
La enfermera se acercó, y trató de calmarme. Cuando me calmé, ella me lanzó
una mirada compasiva; en ese momento lo supe, antes de que lo dijera; mis
hijos estaban muertos.
Lloré como nunca había llorado en mi vida, me odié a mí mismo, como sé que
me odiaba Sandra por todo lo que ocasioné. Perdí lo que más amaba y todo
por una extraña repulsión que nació dentro de mí, una necesidad de estar
aislado, aislado de todo; al menos por un momento. En esos momentos no
pude valorar su amor, su compañía. Me convertí en un hombre solitario, la vida
dejaría de tener sentido para mí.
Si Sandra alguna vez logró perdonarme, eso yo no lo sé. No volví a beber
después del incidente, hacerlo me recordaba el monstruo en que me había
convertido, solo me llenaba de más dolor; quería escapar de esa realidad pero
la bebida no sería la solución esta vez.

Fui acusado de Homicidio culposo.Sandra había presentado cargos contra mí.


Para ser honesto,no quería ir a prisión, aún sabiendo que lo merecía.

Costó volver a la rutina del trabajo con el tiempo, pero pensé que eso tal vez
eso ayudaría un poco a despejar mi mente. Cierto día llegué a mi casa más
cansado de lo normal después de un día ajetreado, con mucho tráfico,bastante
calor y algunas tensiones adicionales del oficio. Llegué de un solo a tirarme a
mi cama y me pareció raro porque no tuve mucha hambre en todo el día, tal
vez estaba enfermo o algo, no le presté mucha importancia. Encendí la TV y
había un documental sobre el mar. Siempre pensar en el mar me daba cierta
sensación de tranquilidad y paz; un enorme y misterioso lugar pero tan
hermoso, donde uno podría estar tan lejos de problemas triviales. Cuando
menos acordé me encontraba soñando, nunca le había dado importancia a un
sueño en particular, pero éste sueño sería especial, lo recordaría por el resto
de mi vida.
El sueño me resultó bastante familiar, como si ya hubiese tenido antes esa
experiencia o una sensación parecida, probablemente la tuve en mis primeros
años de casado con Sandra. El sueño tomaba lugar en la casa en la que vivía
con mi familia; pude ver a mi esposa, ella sonreía. Tenía una hermosa sonrisa,
esa sonrisa que endulzaba mis mañanas cuando éramos tan jóvenes; mis hijos
jugando en el jardín; siempre tan imperactivos y llenos de energía como los
recuerdo. Mi primer instinto fue dejarme llevar y tratar de decir todo lo que
sentía, todo lo que debí ser para Sandra, pero me sentía un poco débil, como
que el sueño se desvanecía , y yo con él; y las palabras por alguna razón con
gran dificultad salían de mi boca. En ese instante Sandra se acercó lentamente
a mí, usando un vestido floreado, se miraba tan serena y en paz, y cuando
estuvo suficientemente cerca de mí, puso sus labios contra mi oído y susurró
unas palabras, pero no pude descifrar lo que dijo. De repente una sensación
de calidez me invadió por completo, como si el tiempo se hubiese detenido.
Quise preguntarle qué fue lo que me había dicho pero no logro recordar lo que
pasó después, todo se volvió bastante difuso y las texturas del sueño fueron
deformadas.
Al despertar me sentí aliviado, sentí menos soledad de la habitual, como si en
realidad hubiese interactuado con mi esposa. “Solo fue un sueño” me pasaba
repitiendo a mí mismo, como tratando de convencerme de que los sueños son
sólo falsas ilusiones del subconsciente; pero fue un sueño muy extraño .
Estuve reflexionando casi toda la semana sobre ese sueño particular que tuve;
yo estaba consciente dentro del sueño, pensé que eso debe ser algo más que
un sueño. Me puse a investigar al respecto y encontré que lo que había
experimentado era llamado “sueño lúcido” y al parecer varias personas lo han
experimentado al menos una vez en sus vidas. Era la primera experiencia que
tenía de ese tipo, tener ese tipo de sueño en esa etapa de mi vida debía
significar algo.

Me dediqué a la tarea de investigar más sobre este tema de los sueños lúcidos,
la ciencia que habría detrás de ellos, consulté varios libros y el internet. Mi
curiosidad era lo único que me mantenía vivo en ese momento doloroso de mi
vida, al principio pensé que debía olvidarme de esto; que me estaba enfocando
en tonterías, pero ¿en qué más podría ponerme a pensar?.
Mi curiosidad aumentó mucho más, cuando leí que este tipo de experiencias,
podrían ser inducidas, es decir, que yo podía provocarme un sueño de ese tipo
a mí mismo. Me pareció como un escape de esa sociedad en que tanto odiaba,
me llegué a cuestionar seriamente lo que implicaría si yo llegara a manipular
este tipo de sueños extracorporales; de pronto sentí una gran motivación por
alcanzar una meta bastante idealizada: vivir en mis sueños.

De ahora en delante,cada noche antes de dormir, trataba de relajarme y


enfocar mi mente, trataba de pensar en lo que yo quería soñar. Soñaba con
Sandra, con su dulce voz, con mis pequeños, con sus sonrisas. Trataba de
crear pensamientos en donde todos éramos felices, y no existía nada más. Mi
familia y yo aislados, del imperfecto mundo, del mundo lleno de maldad y
avaricia, donde no tendría que seguir las reglas de seres no creativos.
Trataba de crear un lugar donde mis frustraciones no tuvieran sentido, donde
solo viviría para ser feliz.
Empecé a llevar un diario de sueños. Cada vez que me levantaba, lo primero
que hacía es tratar de recordar si había soñado algo. Según lo que había
investigado, tratar de llevar un registro de mis sueños sería útil para volver a
tener una experiencia de “sueño lúcido”.
El tiempo pasaba y no lograba tener otro sueño de ese tipo, yo me empezaba a
sentir frustrado. Solía tener sueños normales, sueños extraños; pero yo quería
lograr tener conciencia dentro del sueño, quería manipularlo.
Pero cuando todo parecía perdido, cuando pensé que la suerte me había
abandonado, volví a soñar. Volví a tener un sueño y yo era consciente que
estaba dentro de él. Me ví a mí mismo durmiendo; empecé a sentir ansiedad,
no quería que el sueño terminara, me traté de calmar y me concentré. Empecé
a pensar en Sandra y mis hijos, pensé sus rostros y sus cuerpos. Sentí un
estremecimiento en mi ser al ver que ellos se materializaban, sentí un poder,
sentí que mi mente me dejaba manipular el sueño, sentí un alivio a mi soledad,
un alivio en mi alma.
Me acerqué con mucha emoción hacia ellos, habían lágrimas en sus ojos; pero
eran lágrimas de felicidad, ellos me aceptaban tal y como yo era. En sus
miradas no me juzgaban por el hombre que fui, ellos me perdonaban.
El sueño transcurría en un parque que solíamos visitar en vacaciones, donde
mis hijos jugaban, Sandra y yo recién casados, muy enamorados. Habían
personas en el parque, pero sus rostros eran borrosos. Sandra hablaba de
cosas triviales, de las cosas que querría comprar para decorar la casa, de
cómo nuestros hijos aprendían nuevas cosas cada día. Yo solo la miraba
fijamente y sentía su aroma que se mezclaba con los cipreses de los árboles.
Le dije que la amaba. No lo había dicho en muchísimo tiempo
Estaba tan absorto observándola que no me cuestioné lo impresionante y
reales que eran las sensaciones del sueño. Mientras la admiraba, me olvidé
que estaba dentro de un sueño. Lo que quería lograr.
Ese sueño lo sentí incluso mejor, que esos recuerdos que tengo de mi vida
pasada. Era un mundo en armonía, como si todo encajara.
Perdí la noción del tiempo dentro del sueño; calculo que habían pasado unos
15 minutos. Luego sentí que se desvanecía, pero esta vez no estuve triste; sólo
me sentí agradecido por el momento de felicidad que acababa de tener.

Los días subsecuentes anduve de mejor humor que de costumbre.Me empecé


a alimentar mejor, me despertaba con mejores ánimos. Empecé a tener una
gran indiferencia hacia lo que me rodeaba. Miraba las noticias, y todo me daba
igual.Tantas tragedias y muertes, tanta corrupción y problemas sociales. Todo
eso es parte de un mundo que no tiene solución. ¿Por qué me voy a amargar
por un mundo que no tiene solución?. Dejé de preocuparme por cosas triviales
y mundanas, como las injusticias y por los males que corrompen al hombre. Me
convertí en una persona sencilla y modesta que sólo se preocupa por sí misma.
Traté de evitar el contacto lo más que pude con los demás.
Se podría decir que era un hombre satisfecho, mi vida se había estabilizado.
Una fría tarde de agosto, yo estaba relajado leyendo una novela futurista, en
que el autor exponía su punto de vista, aduciendo que muy probablemente la
siguiente evolución del ser humano será cuando logre trasplantar su conciencia
a las máquinas. Reflexioné largo rato sobre esta idea sentado en mi sala.Todo
lo que tuviera que ver con la mente humana en todos los aspectos( fisiológicos,
psicológicos..) me llamaban mucho la atención.Luego me fijé en las nubes en el
cielo a través de mi ventana. Me pareció curioso las diferentes figuras que
podría interpretar, me pregunto si uno mira lo que quiere ver o si todos
podríamos ponernos de acuerdo y admitir que la figura es tal.
Empecé a sentirme relajado, y me dieron ganas de volver a tener otro sueño;
pero de repente, mis pensamientos fueron interrumpidos por un constante
golpeteo en la puerta. Ese constante “toc toc” me pareció extremadamente
irritable, no quería ser interrumpido en ese momento. Pensé que lo más
probable es que sería un predicador. Mientras caminaba, pensaba en la forma
más amable de decirle que no tenía tiempo para hablar de su Dios.No es que
no me gusta discutir sobre temas espirituales y trascendentales; sólo que me
gusta hacerlo con gente que tendrá argumentos razonables para debatir y que
dé sus propias ideas; no con gente que te repetirá lo mismo que dicen todos en
su congregación. Para mi sorpresa, era la hermana menor de Sandra, Paula. Al
principio no la reconocí, hacía más de 12 años que no la miraba;( habían
pasado 8 años desde el accidente). Nos quedamos viendo detenidamente por
unos instantes, su mirada tímida y a la vez penetrante me producía una
sensación que me era familiar, una sensación de la que me quería olvidar. Ella
me miraba como si no me reconociera tampoco. Le pregunté “ ¿ que haces
aqui?”. Me sentí débil y agitado al mismo tiempo, como si me fuera desmayar.
No podía descifrar por qué esa mujer, que formaba parte de un pasado que
había tratado de escapar, se apareciera en mi puerta de repente. Paula era una
mujer de tez pálida y ojos tristes, su pelo claro ahora teñido de gris debido al
paso del tiempo. Era de contextura delgada y estatura baja.Tenía una nariz fina
y puntiaguda, idéntica a la de Sandra.
“Quisiera pasar, si no te molesta”- me dijo con una voz suave y calmada ( me
recordaba bastante a Sandra).
No dije nada, sólo hice un gesto indicando que pasara adelante.Abrí la puerta
para que pasara. Yo vivía en una pequeña casa que alquilada. Básicamente
consistía en una sala medianamente amplia, un cuarto y dos baños.La sala
tenía un estilo rústico, con muebles de ….Tenía un estante con varios libros;
leer era mi pasatiempo favorito.
Ella empezó a inspeccionar la sala, empezó a fijarse en los libros que tenía,
como tratando de entender qué persona me había convertido por medio de lo
que leía. La mayoría de mis libros, eran novelas filosóficas nihilistas, donde la
existencia del personaje es un absurdo. Tenía varios libros psicológicos,
novelas psicológicas, en que los personajes enfrentaban varios dilemas
morales. También tenía varias enciclopedias, y libros sobre la ciencia de los
sueños; pasé mucho tiempo investigando sobre los sueños, desde una base
científica y filosófica.
Ella se quedó un rato mirando mi estante de madera; y me inquietaba un poco
que estuviera husmeando en mis cosas personales.
“Siéntate, por favor”- le dije en un tono algo áspero y cortante.

Ella se sobresaltó un poco, estaba bastante concentrada en los libros.


“Deseas algo de tomar o de comer?”- le pregunté.
“No gracias, no estaré mucho tiempo”- me dijo, con una determinación
impasible.
Me sentía algo ansioso, tenía tanta curiosidad, tantas preguntas que hacerle;
quería saber qué había sido de Sandra. Deduje que la única razón de su visita
sería para darme alguna noticia sobre ella.
“y cómo han estado tú y Sandra?, espero que todo bien “ le dije.
“Hay algo que debes saber sobre Sandra”- me dijo en un tono sombrío,viendo
hacia el suelo, como observando los patrones irregulares de mi alfombra.
Yo quería que se fuera de una vez, no quería escuchar lo que tenía que decir,
pero una parte de mí añoraba escucharla.

“Después del accidente que ocasionaste”- prosiguió, con la mirada todavía


agachada.
“Sandra empezó a tener crisis emocionales profundas, tratamos de buscar
mucha ayuda profesional, pero no daban resultados; no sabía a qué más
acudir. Ella solía tener alucinaciones, diciendo que podía ver a los niños, que
podía escuchar sus vocecitas. Ella clamaba que sus hijos estaban ahora en el
cielo,y que se habían convertido en ángeles. Había muchas veces que de la
nada se ponía a llorar, un llanto incontrolable y desgarrador; como si la vida se
escapara de sus manos. Yo temía por ella, sé que una persona en esa
inestabilidad emocional, incluso puede hasta quitarse la vida.”

“No lo entiendo,mm no sé qué decir”—


empecé a tartamudear, no tenía ni siquiera la fuerza suficiente para que las
palabras salieran de mi boca. La cabeza me daba vueltas, sentía que me
desmayaría.
“Yo nunca quise que algo así pasara, Paula” agregué con una voz apenas
perceptible. No tenía el valor para ver a Paula a los ojos.

Hubo un silencio como de 1 minuto y medio. Luego Paula a derramar algunas


lágrimas, tal vez de dolor o tal vez de rabia, trataba de ocultar su sufrimiento.
Luego, con una voz entrecortada, dijo:

“Sandra perdió completamente la razón hace 4 años; fue internada en un


manicomio. Ella ya no puede distinguir lo que es real y lo que no, tampoco ha
hablado en muchísimo tiempo. Ella ha caído enferma y está agonizando en el
hospital.Se ha desmejorado muchísimo, se rehúsa a alimentarse, apenas
duerme. ella al parecer solo espera la muerte. Creí que deberías saberlo “

Mi estómago se revolvió, me sentí mareado y débil, “¿Por qué cuando ya había


alcanzado estabilidad en mi vida, ella viene y trata de perturbarla?” pensé.

No supe cómo asimilar toda esta información, quedé perplejo tratando de


comprender que no era una pesadilla. Yo era un ser indiferente a la mayoría de
cosas que pasaban a mi alrededor, había llegado a un punto en que nada
podía perturbar mi paz; pero esa noticia realmente perturbó a mi corazón. La
habitación estaba en silencio, Paula estaba analizando la manera en que
reaccionaba.
Extrañamente, en lugar de sentir tristeza y lástima por Paula o por Sandra, en
ese momento sólo sentí un desprecio por la mujer que estaba en frente de mí,
de hecho sentí un desprecio por todo. Sentí la misma irritación y desprecio que
sentía cuando era un alcohólico.Traté de calmarme un poco, de analizar la
situación; mi mente era como una máquina en esos instantes. Me pareció tan
patético su deseo de venganza que hasta me pareció gracioso; “Como si
diciéndome estas cosas hará que todo vuelva a la normalidad ” pensé.
No entendí el sentido de su venganza, yo era un hombre que lo había perdido
todo, un hombre que no podía sufrir más en la vida. Entonces me reí de sus
intenciones( ni siquiera recuerdo la última vez reí), empecé a reírme a
carcajadas, y la risa cada vez era más fuerte. Paula me observaba con los ojos
muy abiertos, lás lágrimas emanaban en abundancia de ellos; mientras más
lágrimas derramaba, más me reía. Ella me daba una mirada que me solía dar
tanto placer; me miraba como un monstruo. No era realmente mi intención
reírme ni hacerle daño, no tenía interés particular en ello. En realidad me reía
de un pensamiento que tuve hace mucho, cuando mi soledad no me dejaba ni
dormir ni soñar. Yo anhelaba el día en que todos me perdonaran, Sandra y
Paula; que me volvieran a aceptar. Me dí cuenta de lo iluso que fue ese
pensamiento, me doy cuenta de que el odio y la venganza predominan más
que el perdón en el corazón de las personas. Me dí cuenta que Paula era de
las personas del ancho mundo, de ese mundo que para mí no tenía
importancia, ese mundo en el que yo soy un extranjero.
Habían pasado alrededor de 20 min desde su visita, la habitación se había
vuelto más oscura, sólo entraba la tenue luz de la luna; me concentraba en la
frágil sombra de Paula proyectada en mi alfombra. Paula secaba sus lágrimas y
trataba de estabilizar sus emociones. Se levantó del sillón y se dirigió hacia la
puerta evitando volverme a mirar.

Me pareció algo raro,no me lo esperaba; me puse a meditar mucho., deduje


que quería darme noticias de Sandra. En efecto, dijo que quería hablar
conmigo para hablar.

Empecé a tener sueños con una frecuencia satisfactoria. Algunos de ellos eran
lúcidos, otros eran normales. Me sentía con más capacidad de manipular mis
sueños; seguía investigando las implicaciones de estos sueños, y las distintas
formas de obtenerlos.

Yo era un hombre desesperado por llenar un vacío, por apaciguar mi corazón.


Tal vez usted diga que yo soy un iluso por creer que esas proyecciones de mi
subconsciente fueran reales, por buscar el perdón
Con el tiempo aprendí varias técnicas para obtener sueños lúcidos. Tardó
meses, para que empezara a ver resultados, empecé a tener estos sueños con
una frecuencia satisfactoria para mí. Muchos de estos sueños, yo pasaba con
mi familia, creaba un mundo para mí mismo en donde nadie nos molestaría,
donde no me abandonarían, en muchos de ellos yo no podía verlos; sólo sentía
su presencia, sentía que estaban a mi lado, que entendían mi soledad; de
pronto un sentimiento de paz me invadía.

De repente, la parte que mas anhelaba del día era antes de dormir, sabía que
probablemente dejaría mi dolor al menos por un momento. Descuidé los demás
aspectos de mi vida, a penas me alimentaba, no hacía nada productivo, no
salía de mi casa excepto para ir al trabajo y de vuelta a casa.

Tal vez con estas confesiones yo busco apaciguar mi dolor, tal vez solo busco
un pequeño desahogo, tal vez trato de convencerme de que pronto estaré junto
a mi familia otra vez.
Ahora es mi tiempo de partir de esta vida, la muerte me espera con recelo.
Pero yo dejé esta vida hace mucho tiempo, cuando empecé a vivir en mis
sueños, cuando rechacé la realidad en que vivía. Siento tristeza de morir y no
haya nadie en mi lecho de muerte, quiero volver a estar con mi familia, aunque
sea en sueños. y que es la muerte, sino otro sueó más, un sue;o eterno, espero
que en ese sue;o yo vuelva a ser feliz.

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