Les voy a contar una Historia que escuche allá en los montes Himalaya; allá hay un

refugio donde solo los iniciados pueden asistir pocas veces al año, en aquel lugar se
transpira la sabiduría de las personas que han tenido magnánimas experiencias en la
Urantia terrenal. La historia se llama:

EL PINTOR Y LA POETA

En una plática bajo la frazada de la luna, un sabio Shambayllano con expresión de

luminiscencia platicaba con sus discípulos. En tal ocasión se encontraba un pintor de
luz y una poeta del mundo. En la conversación se hablaron muchos temas de gran
interés, y al llegar a la parte cumbre de la plática, el sabio le pregunta a la poeta:

Sabio – Poeta, dime: ¿Para ti que es el amor?

La poeta respondió – es un suspiro, una pausa, un espacio breve.

El sabio pensaba, y le pregunta al pintor:

Pintor, ¿para ti que es el amor?

El pintor respondió – Es una eternidad, es plasmar para siempre tu vida junto a quien
amas, es darle brillo, retocarla todos los días con un color diferente, y llevarla para
siempre en un lienzo, que perpetuara el amor.

Mmm, muy buena respuesta le dijo el sabio Shambayllano.

El sabio voltea a ver a la poeta y le pregunta:

Dime poeta, ¿cómo interpretas el amor?

La poeta comenta – Lo escribo de mil formas, lo transmito a través de palabras.
Le pregunta el sabio – ¿lo sientes?
La poeta le dice –Lo escribo en palabras que quedan escritas para siempre.

Mmm, se queda pensando el sabio Shambayllano

Y le pregunta al pintor:

Dime Pintor, ¿Cómo interpretas el amor?

El pintor contesta – lo siento en mi corazón, porque para plasmarlo en un lienzo,
primero debo de saber amar con intensidad, vivir el sueño y realizarlo para poder
describirlo con mi tierno pincel y plasmarlo con los bellos colores de la luz que emana
el amor, así el lienzo cobra vida, y es eterno.

Excelente le dice el sabio, pero se queda pensando.

La poeta dice palabras; palabras que están en un diccionario y se pueden decir de mil
maneras, el pintor las vive y las plasma con amor, no tiene un lenguaje escrito sino del
corazón.

Filosofo
Bueno, me quedo con el pintor de amor, ya que su color y esencia de amor en su obra
perdurara para siempre por generaciones, mientras las miles de palabras de la poeta,
tan solo son palabras, y las palabras se las lleva el viento.

MORALEJA:
A veces decimos tantas cosas para convencer a los demás, que nos olvidamos que
también tenemos un corazón que debe participar en todo, en el amor muchas
personas juran amor eterno, pero en el fondo tan solo es un producto de la moda, ya
que al pasar el tiempo dejan de amar, haciendo que sus palabras, cuando sean
verdaderas ya no sean creíbles ni por ellos mismos. También cuando amamos lo que
hacemos, siempre se plasmara el amor que se le tiene a la profesión, no hay necesidad
de decirle al mundo que eres excelente, los que conocen del arte de lo que haces saben
quién eres.