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ÍNDICE

• INTRODUCCIÓN

• FRECUENCIA

• CLÍNICA

o QUERATOPATÍA PUNTEADA SUPERFICIAL

o ABRASIÓN EPITELIAL

o QUERATITIS MICROBIANA

o OJO ROJO

o MOLESTIAS OCULARES

o PROBLEMAS DE MANIPULACIÓN DE LA LENTE

• COMPLICACIONES DE LAS LENTES DE CONTACTO

1
ALTERACIONES OCULARES EN USUARIOS DE LENTES DE

CONTACTO

1. INTRODUCCIÓN

Los materiales, diseños, sistemas de mantenimiento y formas de porte de las LC

han experimentado una mejoría, reduciendo de forma significativa sus

complicaciones. A pesar de ello existen problemas menores frecuentes que se

manifiestan como ojo rojo, molestias o visión borrosa y que son el motivo para

requerir una atención urgente. Los portadores de LC tienen mayor riesgo que el

resto de la población de sufrir alteraciones oculares como conjuntivitis o lesiones

corneales. Aunque la mayor parte de estos problemas son banales, no es menos

cierto que en ocasiones se presentan complicaciones graves cuya evolución

dependerá de la actuación en los primeros momentos, siendo preciso su

reconocimiento precoz.

Es probable que muchas de las complicaciones de las LC sean vistas por un

médico, pero no es posible cuantificar toda su magnitud, pues profesionales no

médicos adaptan la mayoría de las lentes. En el caso de las urgencias es probable

que los pacientes acudan con mayor frecuencia a un servicio médico, por la

disponibilidad horaria y por la posible importancia sintomática del cuadro clínico.

Las dificultades que presenta la atención urgente de problemas relacionados con

el uso de LC se puede resumir como sigue:

• Cuadros clínicos confusos: la queratopatía punteada superficial (QPS) o el

edema estromal son signos clínicos de amplio y variado significado.

2
• Nuevas patologías: la conjuntivitis papilar gigante, la infección

por Acantamoeba o la insuficiencia límbica son patologías que han sido

incorporadas en el terreno de la oftalmología, relacionadas con el uso de

LC.

• Jungla de LC, porte y sistemas de mantenimiento: los cambios constantes

en el mercado de la contactología dificultan tanto el estudio del caso

particular como la obtención de datos epidemiológicos. Con frecuencia los

usuarios de LC desconocen las características de su propio porte.

• Escasez de formación contactológica durante el periodo de la

especialidad considerando que la mayoría de las urgencias son vistos por

un médico-residente y que en la mayor parte de los hospitales no existe

práctica contactológica, la formación de éstos es limitada.

• Falta de motivación: en nuestro medio, la adaptación y venta de LC en el

ámbito privado, contrasta con la atención urgente en los medios públicos,

en donde se considera que no es más que una carga de trabajo.

• Falta de seguimiento: por el motivo anterior y salvo excepciones, el

paciente no es seguido por el especialista que ha atendido la urgencia,

quien no podrá confirmar la precisión del diagnóstico ni la eficacia de las

medidas terapéuticas.

2. FRECUENCIA

3
Como "urgencia oftalmológica" se entiende "un problema ocular que en la opinión

del paciente o del profesional que lo remita, precisa consulta inmediata en un

servicio de urgencias o en un servicio de oftalmología" (1). En nuestro entorno, las

urgencias oftalmológicas oscilan entre el 5 y el 10% del total de urgencias de un

hospital general. Dentro de ellas, las relacionadas con el uso de LC alcanzan más

del 3% (2,3). Se han de destacar algunos hechos interesantes:

• El dolor es el primer motivo de consulta

• El exceso de horas de uso es la circunstancia desencadenante más

constante

• La QPS es el signo más frecuente (66%), seguido de la abrasión corneal

(17%)

En trabajos similares realizados en otros países europeos, los resultados no

difieren en esencia, pero encuentran mayor proporción de abrasiones corneales

(4). Todos los datos muestran que las complicaciones graves no alcanzan el 5% y

se advierte una insuficiente información al usuario. Este hecho puede ser decisivo

cuando se trata de limitar las horas de uso para prevenir las complicaciones.

Los grupos de edad más frecuentes se sitúan entre los 20 y 30 años, siendo el tipo

de LC más frecuente la blanda. Estos datos, aunque no comprobados, se

corresponden con la población usuaria normal.

Estas complicaciones banales, aunque de menor importancia clínica, incluyen a la

mayor parte de las urgencias y, por lo tanto, significan una seria carga asistencial

y unos costes económicos elevados (5). En este contexto se han realizado

4
propuestas para que las urgencias oftalmológicas sean atendidas por

optometristas (6), aludiendo a su preparación, a la mayor frecuencia de casos no

quirúrgicos y a un menor coste económico. Por el contrario, otros autores

conceden importancia a las lesiones pues al estar involucrada la córnea, tienen

riesgo de afectar seriamente la visión (4). Para Dart, hasta un 10% de las

urgencias deberán ser atendidas necesariamente por un médico oftalmólogo (7).

Los intentos hechos para resolver telefónicamente los problemas banales de los

usuarios no han tenido buena acogida (8).

Se han hecho estimaciones de las urgencias en el portador que no se relacionan

con el uso de la LC, alcanzándose casi el 50% del total (8). Los problemas triviales

son muy frecuentes pero los pacientes saben que el acceso a un centro de

urgencias es sencillo y posible en cualquier momento.

Los problemas relacionados con el uso

de LC son la mayor parte de las veces

triviales y pueden ser evitados con unas

correctas instrucciones al usuario.

Entre las complicaciones mayores (queratitis ulcerativa), se han realizado

múltiples estudios que demostraban su mayor incidencia en portadores de LC de

porte prolongado (ver capítulo "Infecciones bacterianas"). No obstante existe

controversia en cuanto a las lentes desechables de uso prolongado, con

resultados contradictorios entre los diferentes autores (9,10). Parece cierto que las

5
LC desechables originan menos problemas que las convencionales cuando ambas

se emplean en uso diario (11).

3. CLÍNICA

3.1. Queratopatía punteada superficial

Como se ha mencionado, se trata del hallazgo más frecuente en las urgencias del

portador de LC. Es preciso hacer un diagnóstico diferencial basado en la

anamnesis y el patrón de tinción. La QPS es frecuente en portadores no

sintomáticos y consiste en una pérdida de las células epiteliales basales, que se

visualiza con fluoresceína pero esta no penetra en el estroma.

El mismo hecho de portar la lente favorece que no provoque dolor y es frecuente

que este aparezca cuando es retirada. Las causas de QPS son muy variadas e

incluyen hipoxia, toxicidad, desecación, cuerpo extraño, etc. (Figura 1). La hipoxia

es la causa más frecuente y se asocia casi siempre a exceso de horas de uso

(incluyendo uso continuado). Esto motiva que sea una urgencia típica de la noche,

al presentar síntomas agudos al retirar la lente (2). Se observa como un punteado,

mayor en las áreas central y superior.

6
Por el contrario, la toxicidad epitelial por las soluciones aparece al colocarse la

lente y afecta difusamente a toda la córnea. Los síntomas son de quemazón y el

propio usuario reconoce la causa, casi siempre por equivocación de las soluciones

o por defecto en la manipulación.

La tinción a las 3 y 9 horas se produce en usuarios de lentes rígidas, más si se

trata de un defecto miópico elevado. El borde de la lente en estos casos es muy

grueso y hace un efecto "dellen", como consecuencia de la falta de recambio

lagrimal en estas zonas de córnea periférica. La hiperosmolaridad de la lágrima

7
estancada es la responsable de absorber agua del estroma, que se deshidrata

relativamente, con el consiguiente adelgazamiento.

Las causas mecánicas incluyen el cuerpo extraño bajo la lente, la rotura del borde

y la presencia de CPG. En este último caso, se puede apreciar una tinción más o

menos marcada en la zona anexa al limbo superior. Tanto la rotura de la lente

como el cuerpo extraño provocan dolor en el movimiento de parpadeo.

Las lesiones epiteliales punteadas pueden ser tambien la manifestación de una

entidad de mayor importancia. Cuando se asocian a un infiltrado estromal se

deberá hacer un seguimiento por la posibilidad de que se trate de una infección,

más si se sitúan en la zona central y presentan un tamaño superior a 1’5 mm.

Otros procesos infecciosos pueden inciarse como una QPS. Tanto la queratitis

herpética y, más importante aún, la provocada por Acantamoeba, pueden semejar

una QPS lineal, pseudodendrita o limitada a una zona, en área paracentral (Figura

8
2). Los antecedentes en el primer caso y el dolor en el segundo nos darán la

primera sospecha.

La insuficiencia límbica ha sido descrita en portadores de LC blandas. El patrón de

tinción es en remolinos y el cuadro cursa de forma crónica, empeorando si se

continúa con el porte de la lente (Figura 3).

En cualquier caso, la retirada de la LC es el primer paso a dar, cualquiera que sea

el tipo de QPS. Cuando no se conozca la causa se ha de hacer un seguimiento

para controlar la evolución. Es preferible no iniciar tratamiento antibiótico o

antiinflamatorio, tan solo prescribir una lágrima artificial de tipo viscoso, sin

conservante, y evitar la oclusión del ojo . Antes de reiniciar el porte se ha de

comprobar el estado de la córnea. En personas con lentes gruesas y de bajo Dk/L

se considerará el cambio a otro tipo más adecuado.

La mala evolución una QPS puede ser motivada a 1) persistencia de la causa

(infección), 2) alteración de la superficie del ojo (blefaritis o hiposecreción

lagrimal), 3) queratoconjuntivitis superior (CPG), 4) insuficiencia límbica.

Ante una lesión epitelial que no mejora

(o incluso empeora) al cesar el porte de

las LC, deberá plantearse un

diagnóstico de gravedad infección por

Acantamoeba o insuficiencia límbica.

9
3.2. Abrasión epitelial

A diferencia de la QPS, se trata de una pérdida de todas las capas del epitelio y

cursa con dolor importante, lo que origina su asistencia a la urgencia (Figura 4). Es

un proceso relativamente frecuente y de un significado patogénico similar a la

QPS pero de mayor entidad, en cuanto a potenciales complicaciones.

El proceso parece debido a la hipoxia y se inicia con un defecto epitelial pequeño.

Las uniones celulares se debilitan y los bordes del defecto sufren un

despegamiento con facilidad (12). Esta complicación se observa con más

frecuencia durante el uso prolongado y con LC de PMMA.

La recuperación de la integridad epitelial ocurre en un tiempo proporcional al

tamaño del defecto (13). El uso de antibióticos es necesario, más si existe factores

de riesgo para una infección (blefaritis, ojo seco, etc.), aunque puede retrasar la

epitelización. Schein ha destacado el mayor riesgo de infección que tienen las

10
abrasiones en portadores de LC (14). Recomienda no ocluir el ojo y emplear un

antibiótico que sea activo contra bacterias gram-negativas (preferentemente,

aminoglucósido). La oclusión, por su parte, favorece la replicación bacteriana por

aumentar la temperatura y humedad, por disminuir el aporte de oxígeno y por

alterar la respuesta inflamatoria normal. El uso de esteroides no esta indicado por

el mismo motivo. Se ha de hacer un seguimiento diario hasta que el defecto

epitelial esté completamente cerrado. La reutilización demasiado precoz de la LC

puede dar como resultado una erosión recurrente (15).

Una abrasión epitelial por uso de LC

tiene mayor riesgo de infección que por

otras causas. Por eso se evitará la

oclusión y se utilizarán aminoglicósidos

hasta el cierre del defecto.

3.3. Queratitis microbiana

Una queratitis bacteriana en su fase inicial es siempre una dificultad diagnóstica

por lo poco definitivo de los signos. Se ha de sospechar cuando existe un defecto

epitelial con infiltrado subyacente, acompañado de reacción celular en la cámara

anterior. Estos casos han de ser cultivados según se describe en el capítulo de

"Infecciones bacterianas". En caso de duda o no poder realizar el cultivo es

preferible no iniciar un tratamiento empírico y referir al paciente a un centro

especializado. Esto ofrece la ventaja de poder disponer de laboratorio para el

11
diagnóstico y de farmacia para la elaboración de medicaciones tópicas reforzadas.

Es imprescindible el control durante los dias o incluso horas siguientes al inicio del

proceso.

Cuando el cuadro es florido (úlcera infiltrada, con hipopion y secreción purulenta)

tambien se debe hacer un cultivo antes de proceder al tratamiento. Si es posible

se han de cultivar las LC y los sistemas de mantenimiento, en especial el estuche.

Ante una sospecha de infección

bacteriana es aconsejable no iniciar el

tratamiento antes de realizar la toma

para cultivo.

Los casos de úlcera corneal por Acantamoeba se inician de forma tórpida y con un

aspecto clínico que semeja una forma herpética dendrítica (Figura 2), pero de un

aspecto más difuso. Se ha de sospechar siempre que ocurra en un portador de

LC, con dolor desproporcionado con el cuadro clínico y que no mejora al retirar la

lente. Se ha de enfatizar que el diagnóstico precoz de esta infección es

proporcional a su buena evolución (ver capítulo "Queratitis por Acantamoeba").

Los medios diagnósticos, la peculiaridad de la medicación, las posibles

complicaciones y la larga evolución de la enfermedad, hacen que un paciente con

12
sospecha de queratitis por Acantamoeba haya de ser remitido en un centro de

referencia.

3.4. Ojo rojo

Un ojo rojo en un usuario de LC puede o puede no estar en relación con la lente.

Una anamnesis acerca de los desencadenantes y los síntomas, así como una

observación detallada permiten aproximarnos a la causa del problema. El dolor

intenso nos hará sospechar en una queratitis, la sensación de arenas en ojo seco

y el picor en un origen alérgico. El hecho de usar LC facilita los fenómenos tóxicos,

la reacciones de hipersensibilidad, la exposición a alergenos ambientales, los

traumatismos de manipulación y la transmisión de infecciones. Por este motivo,

tras un primer examen es importante realizar una segunda exploración varias

horas tras retirar la lente, evitando el frotamiento ocular y la instilación de

medicamentos. La mayor parte de los problemas relacionados con las lentes

mejoran con la retirada de las mismas.

Al estar otros cuadros clínicos bien detallados en otros apartados y capítulos, solo

se explica aquí la conjuntivitis infecciosa, el ojo seco y el síndrome de la lente

apretada.

Aunque se presente como urgencia, el

ojo rojo se puede encuadrar dentro de

un proceso crónico, bien como inicio o

como un empeoramiento

13
3.4.1. Conjuntivitis infecciosa

En el diagnóstico diferencial de conjuntivitis infecciosa ha de incluir la clamidia,

más frecuente en personas de edad similar a los usuarios de las lentes. Los

fenómenos inmunológicos de la córnea asociados a la presencia de gérmenes en

la superficie del ojo incluyen QPS, infiltrados periféricos y úlceras marginales.

Salvo en pacientes anciano o con lesiones crónicas de la superficie ocular, los

gérmenes gram-positivos pocas veces son responsables de úlceras corneales

infecciosas.

En las conjuntivitis infecciosas, los cultivos microbiológicos son poco útiles para

los gérmenes habituales e incluso pueden ser fuente de error diagnóstico. Un

resultado positivo no confirma una etiología bacteriana, por la presencia habitual

de flora bacteriana en la conjuntiva. En la siguiente tabla se expone el diagnóstico

diferencial de las conjuntivitis infecciosas.

Etiología Cuadro clínico

Bacteriana Irritación, quemazón

Secreción purulenta

Quemosis, edema palpebral

14
Clamidia Hª de infección genital

Evolución de semanas

Lagrimeo, fotofobia

Reacción folicular

Adenovirus Comienzo agudo

Lagrimeo, sensación de CE

Folículos inferiores, hemorragias, membranas

Infiltrados subepiteliales

Modificado de Jackson WB. Differentiating conjunctivitis of diverse origin. Surv

Ophthalmol 199338(suppl) 91-104).

3.4.2. Ojo seco

Dentro del complejo síndrome del ojo seco, los usuarios de LC tienen más

posibilidad de presentar síntomas agudos. En estos pacientes la secreción refleja

15
puede estar incluso incrementada, por lo que la exploración durante un proceso

inflamatorio agudo no será evidente el problema subyacente. La fotofobia y las

molestias harán que, la luz y la manipulación en la lámpara de hendidura, faciliten

una aparente hipersecreción. Este es otro motivo por el cual se precisa una

exploración tras varias horas sin la LC.

Se han de postponer la medida de la secreción y las exploraciones lagrimales. Los

patrones de tinción inmediatamente tras la retirada de la lente carecen de un valor

fiable.

Una exploración varias horas después

de retirar la lente de contacto, permitirá

una exploración más fiable del estado

real del ojo y una aproximación más

precisa al diagnóstico.

3.4.3. Lente apretada o inmóvil ("tight lens syndrome")

El cuadro de ojo rojo agudo inducido por lente de contacto ("CLARE", contact lens-

induced acute red eye) se ha descrito especialmente asociado al porte

prolongado. El térmico se considera equivalente al de "síndrome de la lente

apretada".

Ocurre ante dos hechos que se potencian 1) el porte nocturno y 2) un cuadro

inflamatorio. La presencia de abundantes células descamadas entre la lente y la

16
córnea juega un papel patogénico importane(16). Es por ello que se observa más

en uso prolongado y en las indicaciones terapéuticas. Por la noche el ambiente

corneal se acidifica y la cantidad de lágrimas disminuye, desecando la lente. Tiene

entonces lugar un efecto ventosa que incrementa la hipoxia y el edema corneal.

Su incidencia es mayor cuando se trata de LC de alta hidratación.

El paciente se despierta en medio del sueño con un intenso dolor y lagrimeo. La

visión se encuentra disminuida y se acompaña de fotofobia. A la exploración

destaca una intensa hiperemia periquerática (figura 5), edema corneal con

infiltrados pequeños periféricos y reacción en la cámara anterior (15). Los bordes

de la lente presionan la conjuntiva, que se encuentra edematosa. Retirar la lente

es el primer paso que se ha de dar y se realiza mejor tras instilación de

anestésico, por el doble efecto hidratador del colirio y de analgesia. Se podrá

observar entonces la huella de la lente en la conjuntiva y es posible encontrar la

presión intraocular elevada. El tratamiento consistirá en un colirio antiinflamatorio

no esteroideo y, si existe lesión epitelial significativa, un antibiótico.

17
El ojo rojo agudo en un usuario de

lentes de contacto en porte prolongado

ha de hacer pensar en un "síndrome de

la lente apretada". Tras la retirada de la

lente, los síntomas mejoran en pocas

horas.

Tras la resolución del proceso se intentará la readaptación de una LC más abierta.

Los motivos por los que se ha de renovar regularmente una LC terapéutica

obedece, entre otras razones, a una tendencia al incurvamiento por el uso.

También se ha de investigar un cierre palpebral defectuoso durante el sueño, que

contribuirá a la deshidratación de la lente.

3.4.4. Queratoconjuntivitis límbica superior

Se ha descrito un cuadro asociado al uso de LC, de características similares a la

queratoconjuntivitis límbica superior, pero sin relación con la edad ni con

enfermedad tiroidea. Al lado de los síntomas típicos de fotofobia, sensación de

cuerpo extraño y molestias de la lente, los hallazgos clínicos más destacables son:

1) hiperemia de la conjuntiva bulbar superior, 2) lesiones epiteliales superiores,

con infiltrados y 3) respuesta papilar tarsal moderada (Figura 6). Este hecho puede

confundirse con una complicación corneal de la CPG.

18
El problema parece deberse a un fenómeno de hipersensibilidad, habiendo sido

detectado con más frecuencia en pacientes que utilizan soluciones con timerosal.

Tras un período de cese de porte, se aconseja que la limpieza se realice con

peróxidos.

3.5. Molestias oculares

Tienen un carácter muy genérico y muy poca significación. Conociendo algunas

características y practicando algunas maniobras nos aproximaremos al origen de

las molestias

• Lateralidad si los síntomas afectan un solo ojo se ha de pensar en un

cuerpo extraño o una rotura de la lente, la bilateralidad apunta hacia una

toxicidad medicamentosa.

19
• Extracción de la lente cuando persiste el dolor se ha de pensar en que

existe lesión ocular atribuible o no a la lente si mejora, se ha de pensar que

el problema proviene de la lente.

• Intercambio de la lente aunque no se hace regularmente, ayuda a confirmar

un defecto en la lente.

• Instilación de lubricantes proporcionará alivio si la causa de la molestia es

mecánica o por abrasión.

La causa de estas molestias puede deberse a una lente mal adaptada, a un

defecto de la lente o a la presencia de un cuerpo extraño. En cualquier caso se

observará una queratopatía punteada de moderada a discreta. Cuando el

problema está en el ojo, se han descrito con anterioridad los cuadros clínicos más

frecuentes QPS, abrasiones, ojo seco, etc. Una conjuntivitis papilar gigante es

responsable en ocasiones de molestias, incluso impoprtantes, con queratopatía

corneal en el tercio superior.

Otro origen de las molestias se puede encontrar en las soluciones de

mantenimiento. Algunas soluciones aclarantes tienen un grado de acidez que los

hace ser mal tolerados. La tonicidad de la solución más confortable al ojo es 1’3%

de Cl Na, algo superior al 0’9% fisiológico en la lágrima (17).

Algunos conservantes o restos de peróxido pueden ser motivo de molestias al

insertar la lente. Los conservantes de bajo alto peso molecular, al no ser

absorbidos por la matriz de la lente, no ocurre esta complicación. Si la

concentración original de peróxido (3’0%) no es neutralizada, la lente provocará

20
una intensa reacción. Incluso concentraciones inferiores a 0’01% pueden ser

advertidas por el ojo (18).

Se ha sugerido que la toxicidad de muchos de los agentes que se emplean en las

soluciones se centra en su poder para provocar la muerte celular (19).

3.6. Problemas de manipulación de la lente

Alcanzan casi el 20% de los motivos de la urgencia (8). La utilización terapéutica

se caracteriza por tratarse de una córnea dañada y no haber sido instruido el

paciente en la colocación y extracción de la lente. La pérdida de la lente en sí

misma no es motivo de urgencia, pero en ocasiones se asocia a molestias

oculares. En tal caso la lente está probablemente en el ojo, en el fórnix superior. Si

la eversión palpebral no revela su presencia, se podrá pasar una bastoncillo de

algodón previa anestesia tópica. Cuando estas maniobras han fracasado, la

instilación de fluoresceína permitirá identificar la lente, que con seguridad estará

muy plegada. Se han descrito casos de LC incluidas en el párpado, varios años

después de su pérdida, comportándose como un granuloma.

Ante dificultades para la extracción de una LC, la instilación de lágrima o suero y,

en su caso, de anestesia, facilita la maniobra. Tras retraer el párpado superior se

pinzará la lente entre el pulgar y el dedo índice. Si no se resolviera con esa

maniobra, la extracción directa con una pinza visualizado por al lámpara de

hendidura no ofrece dificultad pero se puede dañar la lente.

21
Para las lentes rígidas, la deformidad del globo romperá el contacto lente-ojo y

será posible su retirada. También por la lámpara de hendidura se puede desplazar

hacia la esclera y, tras una ligera presión sobre el globo, desprenderla. Cuando se

trate de investigar una posible infección, la LC se ha de manipular con material

estéril por si procediera realizar un cultivo.

COMPLICACIONES DE LAS LENTES DE CONTACTO

Todo el mundo sabe lo que son las lentillas. No son tan conocidos los cambios

que inducen en los ojos y los posibles riesgos que implica su uso. Estos riesgos

son escasos si se hace un uso responsable, pero no está de más conocerlos.

La superficie ocular

Antes de empezar, conviene saber algo de la superficie ocular, el lugar donde se

coloca la lente de contacto. Ésta consta de dos partes fundamentales:

22
* La conjuntiva: es una membrana transparente que recubre la parte delantera

del ojo (excepto la córnea) y los párpados por dentro. Está en “lo blanco del ojo”.

El color blanco lo da una estructura que hay debajo, la esclera. La conjuntiva como

tal es bastante transparente, con lo que normalmente sólo se ven los vasos

sanguíneos. Es un tejido elástico, algo móvil, y consta de una capa de células en

contacto con la lágrima y el aire, y debajo un tejido de sostén con fibras elásticas

que dan consistencia a la conjuntiva. En este tejido de sostén se encuentran los

vasos sanguíneos, las “venillas” rojizas que vemos a simple vista.

La conjuntiva como tal produce una parte importante de la lágrima. Debe estar

23
siempre húmeda, bañada en esta lágrima. Cualquier agresión o irritación externa

produce que la conjuntiva se inflame, enrojeciéndose y produciendo una secreción

defensiva a modo de moco, que llamamos normalmente legaña. Esta inflamación

se llama conjuntivitis.

Existen muchos tipos de conjuntivitis: infecciosa (vírica o bacteriana), alérgica,

tóxica, química, etc. Cuando la conjuntiva se queda seca (no está bañada

totalmente y de forma permanente por la lágrima) se produce un ojo seco, que

sería algo parecido a una conjuntivitis crónica. Las conjuntivitis son la causa más

frecuente de los ojos rojos.

* La córnea: Es un tejido totalmente transparente y sin vasos sanguíneos, está

delante de “la parte de color” del ojo, delante del iris.

24
La mayoría de las personas no son conscientes de la existencia de la córnea,

porque es casi invisible debido a su transparencia. Es un tejido más “noble” que la

conjuntiva, porque es más sensible, más delicada y más importante para la

función del ojo. Es un casquete de esfera de unos 11 milímetros de diámetro, sus

límites se continúan con la conjuntiva y la esclera.

25
También necesita estar constantemente húmeda, como la conjuntiva. Es

fundamental su transparencia para que a través de ella entren los rayos de luz.

Debido a eso no puede tener vasos sanguíneos, ya que éstos son opacos. Lo que

sí que tiene la córnea, por ejemplo, son nervios, que sí son transparentes. La

córnea es la parte más sensible del cuerpo humano por su gran cantidad de

terminaciones nerviosas.

Entonces, si no llega la sangre a la córnea, ¿cómo se alimenta y oxigena?. Es

bien sabido que todos los tejidos vivos necesitan primeramente oxígeno y también

nutrientes para sobrevivir. En la córnea hay células vivas, por lo que tiene las

mismas necesidades. La parte más periférica, la que está cerca de la conjuntiva,

se nutre gracias a los vasos de ésta. Pero la gran mayoría de la córnea está muy

lejos de los vasos sanguíneos conjuntivales para poderse aprovechar, así que

hace falta más soluciones. La parte posterior está en contacto con el humor

acuoso, el medio líquido transparente que hay entre el cristalino y la córnea. Este

humor acuoso es básicamente un filtrado de la sangre, por lo que tiene oxígeno y

nutrientes, así que esta parte posterior está bien “atendida”. El problema es la

parte anterior de la córnea. Los nutrientes van llegando sin mayor problema a

través de la conjuntiva que lo va disolviendo en la lágrima, pero las necesidades

de oxígeno son grandes y la reserva de éste en la lágrima es muy pequeña.

Entonces ocurre algo muy curioso, que a la vez es fácil de entender. La córnea

toma el oxígeno del aire. Como la lágrima está en contacto con el aire, recoge el

26
oxígeno que forma parte del ambiente, y este oxígeno pasa rápidamente a la

córnea.

Lentes de contacto

El funcionamiento de la lentilla es bien conocido; es una superficie transparente

que se adapta a la superficie ocular (principalmente a la córnea, aunque las

blandas normalmente se extienden un poco hacia la conjuntiva).

Esta lentilla tiene poder refractivo, es decir, es capaz de desviar la luz, por lo que

es capaz de corregir algunos problemas de graduación del ojo. Sin embargo, el

uso de lentillas produce unos cambios en el ojo:

* Efectos directos sobre el área de contacto: La lentilla no deja de ser un cuerpo

extraño en contacto principalmente con la córnea. Por tanto, puede favorecer o

mantener erosiones, úlceras, etc. Por otra parte, también está en contacto con la

parte interior del párpado superior. Al cerrar y abrir el ojo, el párpado se desliza

sobre la lentilla en vez de sobre la córnea. El tejido que tapiza por dentro al

27
párpado también es conjuntiva, por lo que la lentilla puede producir un tipo

especial de conjuntivitis crónica, en la cual este tejido reacciona contra un cuerpo

extraño: la lentilla. También como efecto crónico, el apoyo continuo de la lentilla

sobre la córnea termina disminuyendo la sensibilidad de ésta. Esto se denomina

“anestesia corneal”, y eso también favorece la aparición del úlceras (como el ojo

no “siente” un pequeño daño, no pone las medidas adecuadas para evitarlo). Por

otra parte, lo mismo que la conjuntiva reacciona defendiéndose de la lentilla (una

conjuntivitis crónica característica), la córnea también lo puede hacer. Es más

difícil, debido a que al carecer de vasos, las células defensivas (responsables de

la inflamación) no llegan bien a la córnea. Un uso intensivo de lentillas, un mayor

contacto entre córnea y lentilla (como ocurre con la sequedad, como explico más

abajo), o una úlcera o erosión, puede de todas formas producir esta reacción

inflamatoria. Suele ser una complicación aguda, el ojo se pone muy rojo e irritado,

y estas células defensivas se acumulan en la córnea haciendo que pierda

transparencia (por lo que de forma transitoria disminuye la visión)

* Efectos sobre la lágrima. Las lentillas interfieren en la dinámica natural de la

lágrima. Es un cuerpo extraño, y la lágrima tiene que situarse, por una parte entre

la córnea y la lentilla, y por otra parte entre la lentilla y el aire (o entre la lentilla y el

párpado cuando tenemos el ojo cerrado o parpadeamos).

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O sea, necesitamos más cantidad de lágrima, de lo contrario la lentilla rozará

nuestros tejidos y surgirán problemas. Pero si usamos lentillas blandas (la gran

mayoría de los usuarios utilizan éstas), es peor: las lentillas blandas son como

esponjas que atrapan el agua y necesitan mucha más humedad para no adherirse

a la córnea como una lapa. Las lentillas semirrígidas, aunque son más incómodas

de llevar inicialmente, no interactúan tanto con la lágrima, por lo que no se

hidratan gracias a ésta (y no “roban” humedad al ojo), y además no se adhieren

tanto al ojo cuando falta lágrima. En conclusión, se produce un ojo seco, que entre

otras cosas complica los otros efectos de la lentilla (aparición de úlceras,

conjuntivitis crónica, mala circulación del oxígeno, etc)

* Efecto sobre el transporte de oxígeno. Sabemos que la parte anterior de la

córnea “respira” gracias al oxígeno del aire. Si ponemos una barrera como la

lentilla, esa respiración se ve dificultada de forma considerable. Incluso las que

nos venden como “permeables al gas”, aunque permiten mejor el paso de oxígeno

a su través, ni mucho menos es igual a no llevar lentillas. Existe alguna

29
complicación aguda derivada de ésto. Sucede principalmente cuando la lentilla

está muy apretada, por falta de lágrima entre lentilla y córnea. Un ejemplo:

quedarse dormido con la lentilla. Se puede producir una falta de oxígeno “aguda”,

y las células del epitelio se hinchan y pierden transparencia. Suelen ser cambios

reversibles, pero la córnea sufre. También hay cambios crónicos: una córnea que

se asfixia se regenera peor, por lo que es más fácil que se produzcan úlceras.

Además, los nervios también se pueden ver resentidos por esa falta de oxígeno,

por lo que también se favorecer la anestesia corneal que he mencionado antes.

Por otra parte, como a la córnea le falta oxígeno, con el paso del tiempo ordena a

los vasos sanguíneos de la conjuntiva que se “acercen” para traer oxígeno. Es

decir, estos vasos van creciendo para invadir la córnea. Normalmente este

crecimiento es escaso, no suele comprometer la transparencia de la córnea como

para que nos impida la visión, pero la zona periférica de la córnea (que se llama

“limbo”), al verse invadida por estos vasos, deja de funcionar bien. ¿A qué función

del limbo me refiero?. Resulta que el limbo es la zona de regeneración de la

córnea, aquí se crean las nuevas células del epitelio. También el limbo se ve

afectado por el apoyo directo de la córnea. El caso es que si el limbo se ve

alterado, regenera peor el epitelio. O sea más facilidad para las úlceras y más

dificultad para que se cierren.

Bien, son muchos efectos, y se puede ver que se relacionan entre sí.

30
Defectos del epitelio

De forma aguda, la lentilla puede producir o favorecer una falta de epitelio, una

“herida superficial” en la córnea. Cuando el defecto es grande se llama úlcera,

pero cuando son muchos defectos pequeños y microscópicos se llaman

“queratitis”.

Queratitis significa etimológicamente inflamación de la córnea, y hay de muchas

clases clases. Pero cuando hablamos de queratitis a secas nos solemos referir al

tipo de lesión que nos ocupa: múltiples defectos diminutos del epitelio.

En la fotografía vemos estas minúsculas heridas teñidas con un colorante verdoso,

vistas con una luz especial.

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Aquí vemos a mayor aumento esa queratitis. Son puntos diminutos, debemos

teñirlos de alguna forma para verlos mejor, porque son transparentes.

Estas queratitis se pueden complicar con una reacción defensiva en la que se

acumulan en la córnea las células inflamatorias. Esta infiltración de células

defensivas producen un cuadro más severo, que suele requerir un tratamiento

más cuidadoso.

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En la imagen vemos esas opacidades blanquecinas múltiples. Ya no hace falta

teñir la córnea, estos infiltrados tienen un color blanquecino característico que

podemos identificar bien.

Dejamos ya la queratitis y la infiltración, y nos detenemos en la úlcera.

Es raro que la lentilla produzca por sí misma una úlcera. Podría producirse si nos

dormimos con las lentillas, éstas se quedan pegadas a la córnea por la falta de

lágrima, y tratar de quitarlas nos arrancamos parte del epitelio. Una úlcera suele

doler bastante más que la queratitis (la queratitis, de hecho, puede pasar

desapercibida en los pacientes con suficiente anestesia corneal). Pero lo más

importante, al ser la úlcera más grande, constituye una peligrosa puerta de

entrada para una infección. Normalmente la córnea se defiende bien de las

infecciones aunque exista una úlcera. Un buen mecanismo es el mismo parpadeo;

el párpado arrastra la lágrima contaminada lejos de la úlcera. Aparte de que la

superficie ocular, aunque no es estéril está bastante libre de gérmenes, gracias

entre otras cosas a diversos efectos bactericidas de la lágrima. Pero cuando hay

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puesta una lentilla, estos mecanismos defensivos no funcionan bien. El parpadeo

no “lava” la úlcera, porque ésta queda bajo la lentilla. No circula bien la lágrima

con lo que las bacterias no se ven arrastradas, se acumulan en la úlcera. La

lágrima también se ve alterada y es menos bactericida.

Pero hay algo más importante: la lentilla, como cuerpo extraño en contacto con la

úlcera, es un reservorio de bacterias y otros gérmenes. Todos estos bichitos se

ven protegidos dentro de la lentilla de todo el medio hostil que supone el ojo. Por

tanto, una úlcera en el seno del uso de lentillas tiene un riesgo muy alto de

infección.

Pero es que además esta infección tiene más peligro porque pueden deberse a

gérmenes no habituales: bacterias infrecuentes (ej. Pseudomona), hongos,

amebas, etc. Por otra parte, la anestesia corneal hace que el paciente se dé

cuenta más tarde de que tiene una úlcera y de que se le está infectando.

Cambios crónicos

Existen varios, todos relacionados entre sí. Además, estos cambios crónicos

favorecen las complicaciones agudas.

* Ojo seco: casi constante en todo usuario de lentillas, cuando aumenta su

intensidad puede precipitar el rechazo de lentillas.

* Conjuntivitis crónica: sobre todo por la conjuntiva que está bajo el párpado

superior. Puede acabar en rechazo de las lentillas, un párpado más caído, ojos

rojos, etc

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* Vascularización de la córnea periférica. Los vasitos invaden la parte de la

córnea en contacto con la conjuntiva. Empeora la salud de la córnea.

Conclusiones

Existen más complicaciones (ni siquiera he mencionado las alérgias, el

moldeamiento corneal, y un largo etcétera), y mucho más que hablar de las que he

descrito suscintamente. Pero con esto creo que servirá para dar una idea.

De todas formas, a pesar de lo asustado que se puede quedar uno al leer este

artículo, el uso responsable de lentillas no implica un riesgo desmesurado para el

35
ojo. Es más, en muchos casos los oftalmólogos aconsejamos su uso por encima

del uso de gafas. ¿Por qué?. En algunos casos porque el apoyo sobre la córnea

tiene efectos beneficiosos (en caso de algunos astigmatismos o de queratocono,

que es una deformidad de la córnea). Pero sobre todo porque para ciertas

graduaciones, con lentilla se ve indudablemente mejor. O sea, que muchas veces

usar lentillas no es “capricho” o “estética”, sino una mejoría en la calidad de visión.

Otra cuestión sería valorar los riesgos a largo plazo de usar lentillas durante unos

años, y los riesgos puntuales de una cirugía para quitarse la graduación. Pero

bueno, ese no es el tema del blog.

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ANEXO:

EXAMEN DEL MODULO

NOMBRE:

FECHA:

INSTRUCCIONES: DESAROLA A CONTINUACION LAS SIGUIENTES

PREGUNTAS.

1. ¿CUÁLES SON LAS ALTERACIONES OCULARES POR EL USO DE

LENTES DE CONTACTO?

2. ¿CÓMO DEFINE A LA QUERATOPATÍA PUNTEADA SUPERFICIAL?

3. ¿QUÉ ES LA ABRASIÓN EPITELIAL?

4. ¿QUÉ ES LA QUERATITIS MICROBIANA?

5. ¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO PARA EL OJO ROJO?

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