Vous êtes sur la page 1sur 17

1-Defina pH y señales los diferentes pH en el organismo.

3- A que se denomina alcalosis y acidosis.

En una ACIDOSIS, el pH siempre baja, (se vuelve acido, de ahi el nombre). Ahora como sabes
hay 2 tipos: Acidosis Metabolica y Respiratoria.

En una ALCALOSIS, el pH siempre aumenta (al volverse mas basico, logicamente) Aca tambien
estan los 2 tipos: Alcalosis Metabolica y Respiratoria.

4 – Explique acidosis y alcalosis tanto metabólica como respiratoria.

La metabolica se debe a un descenso en la concentracion de HCO3- o en un aumento de la


concentracion de H+, x ej x una insuficiencia renal, por ingerir sustancias que aumenten los
metabolitos acidos, diarreas.

La respiratoria se debe a un aumento en la pCO2, es decir que se elimina menos CO2 x los
pulmones, y esto puede deberse x ej a una obstruccion de las vias aereas, a algun trastorno
mecanico de la ventilacion, etc.

La metabolica se debe a un aumento en la concentracion de HCO3- o una disminucion de la


concentracion de H+ (q provocaria un aumento "relativo" del HCO3-). Estos casos pueden
deberse a vomitos, diureticos, hipopotasemia e hiponatremia.

La respiratoria en cambio, es x una disminucion de la pCO2, aumenta la velocidad de la


ventilacion, se pierde mas CO2. Y puede deberse a ansiedad, histeria, x ej: primero lo que
tiene que hacer es ver el valor del pH, tonces si esta bajo es acidosis, si esta alto es alcalosis.
Despues fija los valores de HCO3- y de la pCO2, para tratar de ver si es metabolica o
respiratoria. Y a veces los enunciados te dan una pista, x ejemplo si te dicen que estuvo con
vomitos, o que tuvo alguna obstruccion de las vias aereas, eso te da una idea de donde puede
venir el problema.
1. Introducción

Es bien conocido que la elección de un cultivo depende del pH de suelo; de ahí que, con
frecuencia, digamos que “los altramuces son típicos de suelos ácidos” o que “la alfalfa y el olivo
son cultivos que prefieren suelos alcalinos”. Además, el pH del suelo/sustrato o el pH de la
disolución nutritiva que rodea las raíces de un cultivo, también juegan un papel fundamental a la
hora de valorar la cosecha que de él se espera; tanto es así que, si el pH del suelo/sustrato es
inadecuado, la cosecha puede disminuir hasta tal punto que no sea interesante mantener el
cultivo. Por último, sabemos que existen aguas cuyo contenido en carbonato o bicarbonato
puede ser muy elevado, son las llamadas aguas alcalinas; su empleo, bajo determinadas formas
de riego (aspersión), puede acarrear problemas importantes si previamente no han sido
correctamente aciduladas. De lo anteriormente expuesto se desprende la importancia que tiene
conocer el pH del suelo/sustrato, el pH del agua de riego o el pH de la disolución nutritiva que
utilizamos en fertirrigación.

En este artículo se explica el fundamento teórico y algunas aplicaciones prácticas de los


analizadores de HANNA Instruments, en relación con la aptitud de determinados suelos o
sustratos y el manejo del agua de riego o de las denominadas disoluciones nutritivas para
fertirrigación, sin olvidar las importantes interacciones que la actividad agrícola o deportiva
(céspedes deportivos) genera en relación con el medio ambiente.
2. Concepto y definición de pH

El concepto de pH puede ser explicado de varias formas. Quizás, la más sencilla e


intuitiva es la que relaciona la sensación de acidez o alcalinidad de una sustancia con su
pH. Para ello utilizamos el sentido del gusto, que radica en las papilas sensoriales que
tenemos ubicadas en la lengua; pero es evidente que no podemos emplear el sentido del
gusto para conocer el pH de cualquier sustancia (amoníaco y lejía, por ejemplo); de ahí
la necesidad de disponer de elementos que nos ayuden para tal fin, como han sido los
indicadores de pH (fenoftaleina), las tiras de papel impregnadas de determinados
colorantes (tornasol) y los electrodos combinados o sondas de pH.

Fig. 2. Esquema de un electrodo combinado (A+B)


para medir el pH de una disolución: A, Electrodo de
referencia y B, electrodo de medida. Leyenda: 1, Hilo
de platino (Pt); 2, mezcla de Hg•Hg2Cl2; 3, lana de
vidrio; 4, placa porosa de asbesto; 5, disolución
saturada de KCl; 6, punto de relleno; 7, membrana de
vidrio con puente salino y 8, Ag•AgCl.

De acuerdo con lo anteriormente expuesto, la Fig. 3 muestra el pH que presentan


algunas sustancias de uso común.

Fig. 3. Reacción (ácida, neutra y básica) y pH aproximado de


varias sustancias de uso común.
Desde el punto de vista químico y matemático, el pH de una disolución se define como
“el logaritmo decimal del valor inverso de la concentración de iones hidrógeno (H+)
que tiene dicha disolución”. Lo que acabamos de exponer viene representado por la
ecuación [1]:

[1]

Es evidente que, para alguien que tuviera que medir diariamente el pH de una
disolución nutritiva para fertirrigación, la ecuación [1] resulta poco adecuada para sus
fines; de ahí la necesidad de disponer de equipos (sondas) que nos indiquen de forma
directa la concentración de iones H+ que presenta una disolución, sin necesidad de tener
que hacer cálculos; es decir, que nos indiquen directamente el pH de la disolución.

Una forma más intuitiva para comprender la relación que existe entre la concentración
de iones H+ que contiene una disolución y su pH, podemos encontrarla en la Tabla 1.
Observe que el producto de H+ por OH- permanece constante (1•10-14).

Tabla 1. Cantidad (concentración) de iones hidrógeno (H+) e hidroxilo (OH-) que


presenta una disolución acuosa de un compuesto según su pH. Observe que el producto
de H+ por OH- permanece constante (1•10-14).

Los electrodos de pH miden la actividad de H+ de una disolución de forma


potenciométrica, lo que genera una señal eléctrica. Cuando un electrodo de pH toma
contacto con una disolución (muestra), alrededor de la membrana de separación se
genera un potencial eléctrico que depende del pH de la muestra. Para determinar el pH
de la muestra es preciso conocer el potencial de referencia del electrodo. La ecuación de
Nerst [1] describe el comportamiento del electrodo:

[1]
donde:
E = Potencial medido por el electrodo (mV).
E0 = Potencial del electrodo de referencia (mV).
R = Constante universal de los gases (0.082 atm•L•K-1•mol-1).
T = Temperatura (K).
n = Carga del ión.
F = Constante de Faraday (96,500 culombios•mol-1).
H+ = Actividad del ión H+.

Para el ión H+, el factor de Nerst (2.3•RT/nF), también denominado pendiente del
electrodo, vale 59.16 mV por unidad de pH. Algunos electrodos muestran la pendiente
del electrodo como porcentaje del valor teórico; por ejemplo, una pendiente del 95 %
equivale a 56.2 mV por unidad de pH.

Cuando el circuito eléctrico (hardware) de un electrodo de pH detecta la señal eléctrica


generada por el cambio de potencial de la membrana (E), el potencial de referencia (E0)
y la temperatura (T), la aplicación lógica (software) del sistema de medida (pH-metro)
calcula la actividad del ión H+ y, en definitiva, el valor del pH puede ser mostrado en
una pequeña pantalla digital.

3. Acidificación y alcalinización

En términos de fertirrigación, una disolución nutritiva o un sustrato (suelo, perlita, turba


y fibra de coco, entre otros) son medios de cultivo que, se consideran ácidos cuando
presentan un pH -medido bajo determinadas condiciones estándar- inferior a 5.0. En el
momento que las raíces de un cultivo absorben la disolución nutritiva que las rodea
(rizosfera), las raíces liberan iones H+, con el fin de mantener el balance eléctrico
neutro, en el entorno radical donde el fenómeno ocurre. Cuando esto sucede, la
concentración de iones H+ aumenta y el pH del medio disminuye; en definitiva, el
medio que rodea las raíces se acidifica.

La alcalinización es otro fenómeno que también sucede. Se produce alcalinización


cuando una disolución nutritiva o un sustrato presentan un pH superior a 7.0. Al igual
que en el caso anterior, está relacionado con la interacción que tiene lugar en el entorno
radical de un cultivo por el hecho de utilizar fertilizantes o disoluciones nutritivas cuyo
pH sea superior a 7.0. La alcalinización del medio de cultivo se produce cuando las
raíces absorben preferentemente iones con carga eléctrica negativa: nitrato (NO3-) y
fosfato (H2PO4-), entre otros.

4. pH de los fertilizantes disueltos en agua

Algunos fertilizantes utilizados en fertirrigación (MAP, MKP, ácido fosfórico, ácido


nítrico y sulfato amónico) tienden a acidificar el agua de riego; otros (nitrato potásico,
nitrato cálcico, nitrato magnésico y sulfato potásico), por el contrario, tienden a
alcalinizarla; de ahí la necesidad de conocer la reacción de los fertilizantes y sus
mezclas una vez disueltos en el agua de riego para evitar pérdidas de cosecha (en
cantidad o calidad) y pérdida de nutrientes debido a la formación de precipitados:
Pérdida de calcio (Ca) y magnesio (Mg) como carbonato cálcico o magnésico; de azufre
(S) como sulfato cálcico; de fósforo (P) como fosfato cálcico y de hierro (Fe) como
sulfato de hierro. Desde el punto de práctico, y por lo que al pH se refiere, las
disoluciones nutritivas para fertirrigación puede clasificarse en tres categorías: Óptimas
(5.5 < pH ≤ 6.5), subóptimas (6.5 < pH ≤ 7.5) e inadecuadas (pH > 7.5).

5. Concentración de bicarbonato y ajuste del pH

La concentración de bicarbonato (HCO3-) en el medio de cultivo juega un papel


fundamental para estabilizar el pH [2] del medio, a partir del cual las raíces extraen los
nutrientes; de ahí que, la disolución nutritiva aplicada al sustrato debería contener un
mínimo de 40 a 100 partes por millón (mg•L-1) de bicarbonato para lograr dicho efecto.

[2]

Teniendo en cuenta que un equivalente químico (peso del ión / valencia) de bicarbonato
son 61 mg, la expresada cantidad de 40 – 100 mg•L-1 equivale a 0.66 – 1.64
miliequivalentes químicos por litro. Por lo tanto, a la hora de formular una disolución
nutritiva se recomienda mantener una concentración de bicarbonato comprendida entre
1.0 y 1.5 mM en el agua de riego. El bicarbonato sobrante debe ser eliminado mediante
la adición de ácido fosfórico, nítrico o sulfúrico. La Tabla 2 muestra el volumen de
ácido, de una riqueza (porcentaje en peso) conocida, que es necesario tomar para
neutralizar una cantidad equivalente de bicarbonato (1 mM, equivale a 61 mg•L-1).

Tabla 2. Volumen de ácido, expresado en mL, necesario para neutralizar una


concentración equivalente 1 mM (61 mg•L-1 ó ppm) de bicarbonato, para 1 m3 de agua
de riego, según la riqueza del ácido. Observe que la riqueza y la densidad del ácido
están estrechamente relacionadas entre sí.

RIQUEZA DENSIDAD VOLUMEN


ÁCIDO(1) PM(2) VAL(3)
(%, peso) (g•mL-1) (mL)
37 1.23 138
Nítrico 63 1 42 1.25 120
68 1.42 65
66 1.56 48
Sulfúrico 98 2 80 1.73 35
93 1.83 29
35 1.21 77
Fosfórico 98 3 55 1.38 43
75 1.58 28

(1) Todos los ácidos, cualquiera que sea su concentración, deben ser cuidadosamente
manejados, con guantes y gafas de protección.
(2) Peso molecular.
(3) Valencia.
Con el fin de reducir el impacto ambiental de la fertirrigación y atendiendo a la
legislación vigente, cada vez es más frecuente el empleo de disoluciones nutritivas
recirculantes. En este caso, los drenajes que retornan del cultivo podrían llegar a
contener una concentración elevada de CO2; de ahí que su contenido en bicarbonato
debería ser neutralizado de forma similar a lo explicado en el párrafo anterior. Tras la
neutralización, los drenajes deberían ser aireados y almacenados en un tanque para su
posterior utilización.

La presencia de algas en una red de riego (estanque / balsa, tuberías de distribución y de


retorno) puede dar lugar a la asimilación de CO2. Como resultado de ello, la ecuación
[2] se desplaza hacia la derecha y el pH tiende a aumentar. Por lo tanto, la subida de pH
en una disolución nutritiva recirculante puede interpretarse como que las algas están
presentes en la disolución nutritiva o en las paredes de la instalación.

En el caso de que la concentración de bicarbonato tenga que ser ajustada en el sentido


de aumentar su contenido; es decir, cuando el agua de riego contiene menos de 40 – 100
mg•L-1 (ppm), puede utilizarse bicarbonato potásico (KHCO3). Dependiendo de la
concentración de bicarbonato a alcanzar, entre 10 y 20 kg de bicarbonato potásico por
cada tanque de 1,000 L (diluido 100 veces) pueden ser suficientes.

6. Consideraciones prácticas relacionadas con el control del pH

La absorción óptima de nutrientes por la mayor parte de las plantas cultivadas se


produce cuando el pH del medio de cultivo se halla comprendido entre 5.0 y 6.5

Fig. 4. Influencia del pH del medio de cultivo (sustrato y/o disolución nutritiva) sobre la asimilación de nutrientes por las raíces de
los cultivos.

Cuando el pH del entorno radical del cultivo es superior a 6.5, se pueden presentar
problemas relacionados con la solubilidad de algunos nutrientes y de forma muy
particular con algunos micronutrientes (Fe+2, Mn+2 y B). Cuando la situación persiste, a
lo largo de varias semanas o meses de cultivo, pueden llegar a producir la obturación de
los sistemas de riego (goteros). Con un pH inferior a 6.5, la absorción de fósforo se
reduce, lo que puede conducir a la aparición de síntomas carenciales. Como
consecuencia de un pH inadecuado, las raíces de los cultivos pueden resultar
severamente deterioradas antes de que el cultivo muestre síntomas carenciales. A modo
de resumen podemos señalar que, tanto si el pH del medio de cultivo es inadecuado, por
alto (suelos alcalinos) o por bajo (suelos ácidos), la cantidad y la calidad de las cosechas
pueden verse seriamente afectadas. La Tabla 3 muestra los valores óptimos de pH para
diferentes cultivos hortícolas, frutales y extensivos.

Tabla 3. Sensibilidad de diferentes cultivos hortícolas, frutales y extensivos al pH del


medio

HORTÍCOLAS pH FRUTALES pH EXTENSIVOS pH


Acelga 6.0-7.5 Albaricoque 6.0-6.8 Alfalfa 6.5-7.8
Apio 6.1-7.4 Almendro 6.0-6.8 Algodón 5.0-6.2
Berenjena 5.4-6.0 Avellano 6.0-7.0 Alpiste 6.0-7.0
Boniato 5.1-6.0 Café 5.0-7.0 Altramuz 5.0-7.0
Bróculi 6.0-7.2 Castaño 5.0-6.5 Arroz 5.0-6.5
Calabaza 5.6-6.8 Encina 4.8-6.0 Avena 5.2-7.1
Cebolla 6.0-7.2 Grosellero 6.0-7.0 Batatas 5.3-6.5
Col 6.0-7.5 Limonero 6.0-7.5 Cacahuete 5.3-6.5
Col de Bruselas 5.7-7.2 Manzano 5.3-6.7 Caña de azúcar 6.0-7.8
Coliflor 6.0-7.2 Melocotonero 5.3-6.8 Cáñamo 6.2-7.2
Escarola 5.6-6.8 Membrillero 5.5-7.2 Cebada 6.4-7.8
Espárrago 6.3-7.5 Naranjo 6.0-7.5 Centeno 5.3-6.8
Espinaca 6.3-7.1 Nogal 6.2-7.8 Colza 5.8-7.1
Fresa 5.0-6.2 Olivo 6.0-7.8 Dáctilo 5.6-7.2
Guisantes 5.9-7.3 Peral 5.6-7.2 Girasol 6.0-7.2
Judías 5.8-6.8 Pino 5.0-6.0 Habas 7.4-8.1
Lechugas 5.8-7.2 Platanera 6.0-7.5 Lenteja 5.0-7.0
Maíz dulce 5.6-6.8 Pomelo 6.0-7.5 Lino 5.5-7.5
Melón 5.7-7.2 Vid 5.3-6.7 Maíz 5.5-7.5
Nabo 5.7-6.7 Mijo 5.1-6.8
Pepino 5.7-7.2 Mostaza 6.0-8.0
Pimiento 6.3-7.8 Patatas 5.0-5.8
Rábano 6.1-7.4 Soja 6.1-7.2
Remolacha 6.0-7.6 Sorgo 5.8-7.5
Tomate 5.8-7.2 Tabaco 5.5-7.3
Zanahoria 5.7-7.0 Trébol blanco 5.5-7.0

El control del pH on line (“en línea”) se puede realizar siguiendo el esquema de la Fig.
5. Para ello, HANNA Instruments dispone de controladores de pH (HI 504, HI 710 y HI
9913) y bombas dosificadoras Blackstone (BL 1.5 – BL 20) que permiten dosificar el
volumen de ácido ó base necesarios para alcanzar el pH deseado.

Fig. 5. Control on line (“en línea”) del pH en una instalación de riego con recirculación.

7. Medida del pH de una disolución acuosa

La medida del pH de una disolución acuosa, ya sea un agua de riego, una disolución
nutritiva para fertirrigación o los lixiviados (drenaje) procedentes de un cultivo con
recirculación de la disolución nutritiva, requiere: a, Equipos adecuados, como los que
HANNA Instruments ofrece y actuar de acuerdo con las etapas que seguidamente se
describen.

Fig.6. Equipos de bolsillo de Hanna


A. Calibración del equipo de medida

Para ello es necesario disponer de dos disoluciones de pH conocido, que normalmente


habrán sido suministradas con el equipo. En función de que vayamos a trabajar con
disoluciones de pH ácido (pH < 7.0) o alcalino (pH > 7.0) utilizaremos las disoluciones
de pH 4.0 y 7.0 ó pH 7.0 y 10.0.

Tras verificar que el electrodo ha sido correctamente conservado, está limpio (sin
depósitos de sales) y seco, se introduce en un volumen de la disolución de pH 7.0 y en
función de la temperatura, se ajusta –si procede- el valor que aparece en el display
(pantalla) del equipo a un valor próximo a 7.0 que encontraremos en una Tabla adjunta
al recipiente (sobre metalizado o botella) que contiene la disolución buffer (tampón)
utilizada para la calibración. Seguidamente, se enjuaga el electrodo con agua destilada y
se seca con cuidado agitando un poco para que escurran las gotas. A continuación, se
toma la disolución de pH 4.0 ó pH 10.0 y se procede de forma similar al ajuste de pH
7.0, girando –si fuera necesario- el tornillo potenciométrico que el equipo lleva a tal
efecto. Finalmente, el electrodo se enjuaga con agua destilada y se seca con cuidado y
se sumerge de nuevo en la disolución de pH 7.0. El valor medido debe aproximarse al
valor de referencia; si no fuera así, la operación de calibración debe ser repetida.

Fig.7. Equipo portátil de pH, conductividad y temperatura, HI9811-5

Conviene señalar que algunas sondas de pH pueden ser calibradas de forma electrónica
y no precisan de la calibración química previamente descrita.

Las disoluciones empleadas para la calibración del electrodo nunca deben ser retornadas
al envase de partida; de ahí que HANNA Instruments suministre las disoluciones de pH
de referencia en sobres aluminizados de un solo uso.
La sonda de pH, una vez calibrada, está lista para ser utilizada. En el caso de que tenga
que ser almacenada, nunca debe introducirse agua destilada en el capuchón que protege
el electrodo. El agua destilada contribuiría a diluir el electrolito (KCl) que normalmente
se interpone entre uno de los electrodos y la disolución que debe ser medida. Siempre se
debe conservar en “Solución de conservación” indicada especialmente para ello.

B. Toma de la muestra

Nunca se insistirá bastante a la hora de señalar la importancia que tiene tomar


correctamente la muestra en la que vamos a medir el pH. La muestra debe ser
representativa de la disolución que queremos medir; para ello, las siguientes
recomendaciones pueden resultar de interés para algunos usuarios:

• Deje fluir el agua de riego o la disolución nutritiva antes de tomar la muestra.

• No tome la muestra ni del fondo de un depósito ni de la proximidad de sus paredes.

• Antes de tomar la muestra, siempre que se a posible, ponga en marcha el agitador


mecánico o el aireador del tanque.

• Utilice recipientes limpios y apropiados en cuanto a forma y volumen para tomar las
muestras. La sonda de medida debe quedar correctamente sumergida.

• Identifique o rotule convenientemente los envases donde va a depositar las muestras si


no van a ser medidas in situ de forma inmediata.

• En el caso de que la muestra tenga turbidez, fíltrela si fuera posible o elimine los
residuos y/o la fracción sobrenadante antes tomar la media.

• Anote la temperatura de la muestra en el momento de tomarla.

C. Lectura del pH

La lectura del pH de una disolución, aunque se suele considerar como una operación
rápida y que no ofrece dificultad, la verdad es que normalmente no es así. ¿Cuántas
veces hemos constatado que la lectura que obtenemos es inestable, hasta tal punto que
no sabemos con qué valor quedarnos?. Con frecuencia, la inestabilidad de una lectura se
debe a que el electrodo ha envejecido, ya sea por mal estado de conservación o por que
su vida media ha llegado a término. Algunos equipos están preparados de tal modo que,
únicamente muestran el valor de pH cuando la medida es estable; es decir, cuando no
varía significativamente dentro de un intervalo de tiempo previamente establecido.

La vida media de algunos electrodos, especialmente cuando trabajan permanentemente


sumergidos en una disolución acuosa, puede ser inferior a un año; de ahí la necesidad
de: a, Mantener rellenos los compartimentos que contienen electrolitos; b, calibrar con
frecuencia el pH-metro (Ver apartado 7.A) y c, sustituirlo cuando haya perdido
sensibilidad.

Con el fin de obtener medidas repetitivas, durante la medida conviene mantener la


disolución en agitación suave permanente. Para ello, si no se dispone de un recipiente
adecuado y un agitador magnético –instrumentos propios de un laboratorio- se puede
agitar suavemente con la mano, moviendo el recipiente donde se encuentra la
disolución, nunca haciendo girar la sonda como si de una cucharilla se tratara.

Durante la lectura, la sonda debe permanecer correctamente sumergida, de tal forma


que, el puente salino por el que se establece la conexión electro-química se halle
permanentemente en contacto con la disolución cuyo pH queremos medir. Tratándose
de electrodos no estancos, el nivel de la disolución nunca debe superar el límite a partir
del cual podrían deteriorarse los dispositivos electrónicos de medida.

Al cambiar de disolución, es conveniente lavar el electrodo con agua destilada –si fuera
posible- y secarlo ligeramente con una servilleta de papel limpia, tratando de eliminar el
agua sobrante. A continuación, se debe sumergir y retirar de la nueva disolución varias
veces antes de realizar la medida.

Una buena práctica de medida consiste en realizar un mínimo de dos medias y tomar la
media de ambas cuando las diferencias observadas sean compatibles. En el caso de que
la diferencia de lecturas supere el tres por ciento de su valor medio, la medida debe
repetirse. Ejemplo 1: Si dos medidas fueran 6.8 y 6.5, la diferencia entre ambos valores
(0.3000) supera el 3 % de su valor medio (0.03 • 6.65 = 0.1995); por lo tanto, la medida
debe repetirse. Ejemplo 2: si dos medidas fueran 6.6 y 6.5, la diferencia entre ambos
valores (0.1000) no supera el 3 % de su valor medio (0.03 • 6.55 = 0.1965); por lo tanto,
en este caso la medida es válida y el pH de la disolución es 6.55 que, al redondear a una
cifra decimal pasaría a ser 6.6.

Puesto que el pH depende de la temperatura a la que se encuentra la disolución, junto


con la lectura de pH que nos indica el display (pantalla) del pH-metro es necesario
suministrar la temperatura de la disolución en el momento de efectuar la lectura. Por
convenio, el valor del pH -si no se indica lo contrario- debe referirse a 25 ºC; de ahí que,
para dar una lectura correcta del pH sea necesario realizar una conversión final. Los
pHmetros recomendados de Hanna compensan automáticamente la temperatura, por lo
que no hay que tener esta precaución.

Disociación del agua y Potencial de Hidrógeno (pH)

La disociación o ionización del agua es una reacción reversible en la cual una molécula
de agua se separa en dos iones: un grupo hidroxilo y un protón. En la disociación del
agua, la unión covalente polar entre el átomo de oxígeno y uno de los hidrógenos se
rompe. Los dos electrones antes compartidos son retenidos por el oxígeno. Así, el grupo
atómico formado por el oxígeno y el otro hidrógeno (que permanecen unidos
covalentemente), adquiere un electrón extra, convirtiéndose en un anión con una carga
negativa; ese anión es el grupo hidroxilo.
Por otro lado, queda un átomo de hidrógeno desprovisto de su electrón, lo que equivale
a decir un núcleo de hidrógeno, o simplemente, un protón.

El agua tiene una baja tendencia a ionizarse. Como al ionizarse una molécula de agua se
obtienen un OH- y un H+, la concentración de ambos iones en el agua pura es la misma
y es igual a 10-7 moles / l.

[ ] = concentración
En el agua pura: [OH-] = [H+] = 10-7 mol/l

En química se utiliza la magnitud Potencial de hidrógeno o pH para indicar la


concentración de protones [H+] o grado de acidez de un medio. El pH se define como el
logaritmo negativo de la concentración de protones.

Potencial de hidrógeno = pH = - log [H + ]

Para el agua pura -> pH = 7

La escala de pH va de 1 a 14. El valor 7 corresponde a un medio neutro; un valor


inferior a 7, a un medio ácido y un valor por encima de 7, a un medio básico o alcalino.
Al elegir el pH como expresión de la concentración de protones o acidez de un medio,
cuanto mayores son éstas, menor resulta el valor de pH. Por ejemplo, comparemos los
medios A y B.

Para A -> [H+] = 0,001 mol/l = 10-3 mol/l -> pH = 3


Para B -> [H+] = 0,0001 mol/l = 10-4 mol/l -> pH = 4

El medio A es más ácido y tiene una concentración de protones 10 veces mayor que la
del medio B.

9- Ácidos y Bases

Un ácido es una sustancia que, en solución acuosa, tiende a disociarse liberando un


protón.
Una base o álcali es una sustancia que, en solución acuosa, capta protones del medio.
Los ácidos y las bases se catalogan como fuertes o débiles según su mayor o menor
tendencia a ceder o captar protones, respectivamente.
Lo que resta de la molécula de ácido, después de la cesión del protón, es su base
conjugada. Si el ácido es fuerte, su base conjugada es débil y viceversa.
De la misma manera, el catión que se forma cuando una base ha captado un protón del
medio, es el ácido conjugado de aquélla. Si la base es fuerte, su ácido conjugado es
débil, y viceversa.

Hemos mencionado que, en el agua pura, la concentración de protones es igual a la de


hidroxilos. Cuando al agua se le agrega un ácido, la concentración de protones supera a
la de hidroxilos, porque a los liberados por el agua disociada se les suman los protones
liberados por el ácido.

De modo inverso, cuando al agua se le agrega una base, ésta capta protones libres. Por
lo tanto, la concentración de hidroxilos va a superar a la de protones. Entonces:

Medio [H+] =
neutro [OH-]
Medio [H+] >
ácido [OH-]
Medio [H+] <
básico [OH-]

10- Buffers o amortiguadores del pH

Los valores de pH en diferentes compartimentos del organismo deben ser mantenidos


dentro de rangos muy estrechos, para que el metabolismo se lleve a cabo
adecuadamente. Pequeñas desviaciones en el pH sanguíneo causan la muerte. Para
compensar esas desviaciones del pH, tanto en la sangre como en la célula existen los
buffers o amortiguadores. Un buffer es un moderador del pH que está compuesto por
un par conjugado ácido/base. Al contener el ácido y la base, el buffer puede ceder o
captar protones según las circunstancias, retornando el pH a sus valores normales.
Existe una corriente de investigación, que afirma que existe un “estado pH” en el
organismo que fluctúa entre una alcalosis y una acidosis a lo largo de las 24 horas del
día. Si este trasiego o movimiento no se produjese sería imposible la puesta en marcha
de las diferentes rutas bioquímicas y el metabolismo se pararía Precisamente el motor
de la vida biológica es este ir y venir del “estado pH”. Son pequeñas fluctuaciones en
torno a la posición del equilibrio, pero suficientes para que exista el movimiento
bioquímico.

Aunque se acepta que el pH es el logaritmo inverso de la concentración de iones de


hidrogeno, esta es una forma de expresarse casi matemática y que conceptualmente es
ininteligible. Lo que en verdad nos dice es la cantidad de iones de hidrogeno que existe
en una disolución y más concretamente en el caso que nos ocupa, en el organismo
humano. Estos iones de hidrogeno poseen una carga eléctrica que es positiva y existe
siempre un equilibrio entre estos y otros de carga negativa que son los iones oxidrilo, de
tal forma que el producto de las cantidades existentes de ambos es constante (producto
iónico) para una disolución dada y si uno asciende indefectiblemente tiene que
descender el otro, cuando ascienden los iones hidrógenos ascienden las cargas positivas
y descienden las cargas negativas en forma de iones OH u oxidrilos en este caso
concreto se dice que estamos en acidosis y en el caso contrario, cuando predominasen
las cargas negativas estaríamos en alcalosis.

Como fácilmente podemos deducir en función de estas cargas se crea un campo


electromagnético, y es esta la primera vez que en medicina científica se habla de estos
campos, no en vano en física, se define el campo magnético como aquel lugar del
espacio donde actúan fuerzas electromagnéticas y desde Maxwell a nuestros días queda
unido para siempre el concepto de carga eléctrica y carga electromagnética, por lo tanto
cuando hablamos de pH estamos hablando de campos electromagnéticos.

Todo sistema biológico que tiene vida es un campo electromagnético fluctuante entre la
positividad y la negatividad, sea este una hormiga, una planta o una bacteria incluso la
propia célula y en función de ese trasiego y debido a él, posee vida.

Еste movimiento solo puede ser explicado desde el intento por parte de los organismos
vivos de salir de ese estado de carga, sea positiva o negativa, buscando el reposo ósea el
punto eléctricamente neutro es decir la electro-neutralidad, pero ello significa, la parada
bioquímica, es decir la muerte. Por lo tanto, si esa infructuosa búsqueda la llamamos
vida y la parada la muerte, todos los organismos buscan la muerte, de acuerdo con esto
definiríamos la vida como la búsqueda de la electro-neutralidad o muerte.

Ocurre sin embargo que en la búsqueda del punto de equilibrio no lo consigue


normalmente y pasa al otro estado de carga, obligando a una nueva búsqueda en el
sentido contrario, o sea, es como una balanza en equilibrio inestable obligada hacer
oscilaciones en un sentido y en otro sin parar nunca.

Estas oscilaciones de pH, tienen un periodo de 24 horas y cada oscilación debe


producirse con la misma amplitud, tanto en un sentido como en el otro, incluso con una
determinada velocidad, siempre la misma. El sistema por lo tanto puede cabecear hacia
la alcalosis o hacia la acidosis, dando lugar a enfermedades diferentes en cada caso.
Solamente regulando este sistema, cuando esta alterado, se puede recuperar la salud. En
casi todas las patologías que asolan al ser humano y más en la edad adulta y senectud,
es posible encontrar desequilibrios de este sistema.

Vous aimerez peut-être aussi