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 Enforcarse en el presente

El miedo ante una situación de peligro suele arrastrarnos hacia el pasado o hacia el futuro. Hacia el
pasado cuando recordamos situaciones similares que hemos vivido anteriormente y hacia el futuro
cuando la mente construye fantasías de lo que nos podría pasar.

 Soltar el futuro

Es importante que te hagas la pregunta de si eso está pasando ahora. Mientras no haya pasado
aquello que te estás imaginado, no es real. Lo único real es lo que está pasando en el presente y
eso es donde te debes enfocar.

 Soltar el pasado

Los recuerdos de lo mal que lo pasaste en algún momento va a hacer que imagines que vivirás la
misma situación, entonces surge el miedo.

Nunca una situación es igual a otra. Por lo tanto, no tienes que vivirlo de la misma manera. No eres
la misma de hace unos años, hoy eres otra y tienes más recursos, más experiencia, es otro
momento y es otra cosa totalmente diferente, por lo tanto, olvida el pasado y concéntrate en el
presente.

 Enfrenta la situación como nueva

¿Por qué si ya pasaste por algo así tienes que enfrentarla como si fuera la primera vez? Porque por
mucho que las situaciones se parezcan, no son iguales, son distintas, únicas e irrepetibles.

Ya lo dice aquel sabio dicho de: Un hombre que baja a un río un día, no será el mismo hombre ni el
mismo río al día siguiente. Siempre estamos en constante cambio, somos personas diferentes de
un año a otro, de un mes a otro, de una semana a otra.

Si quieres disminuir tu sensación de miedo, simplemente ve la experiencia que estás enfrentando


como algo completamente nuevo y diferente a cualquier otra cosa del pasado o del futuro. No
permitas que la desconfianza del pasado te contagie ni que te abrumen las fantasías sobre el
futuro.

 Cuestiona tu miedo

Recuerda que el mecanismo del miedo fue diseñado desde la época cavernícola y sigue
funcionando igual y es necesario que tú la actualices.

Cuestiona a tu cerebro reptil con la parte de tu cerebro capaz de razonar: el neocórtex.

Estas son algunas de las cosas que podrías preguntarle a tu miedo:

¿A qué le tengo tanto miedo?

Identifica qué tan real es


¿Qué es lo peor que me podría pasar con esta situación? Ve al extremo más grave para que midas
si realmente puede ser tan destructor, es mejor ser consciente de tu imaginación que dejarte
manejar por ella.

 Mide tus fuerzas

Lo puedo controlar, tengo recursos para ello? Hazte consciente de tus herramientas personales
con las cuáles puedes enfrentar la situación que te atemoriza.

Reconoce tus apoyos en el ambiente. ¿En qué o en quienes me puedo apoyar? Recuerda que no
estás sólo en el mundo. Date cuenta de los apoyos del ambiente, tanto de las cosas materiales
como de las personas que te pueden ayudar a enfrentar la situación.

 Aprende a relativizar

¿Esto que me pasa es tan grande como mi mente dice? No le creas a la mente al cien porciento,
recuerda que su capacidad de generar miedo y alarmas está potencializado para la era prehistórica
pero, que con toda seguridad, es extrema para la época presente.

 Encuentra lo que hay en la raíz de tu miedo

Es probable que haya en el fondo un temor todavía más profundo. Que eso pueda significar el
juicio o la crítica,, que alguien tiene algo que reprocharte y temes que ya no te acepte o te deje de
querer. En el fondo, estos son los verdaderos miedos que están en la raíz.

Detente y pregúntate: ¿estoy seguro o segura de que esa cara significa lo que yo estoy pensando?,
¿de verdad porque se me quemó la comida o no llegué a la hora que dije, me van a dejar de querer
y me van a rechazar?

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