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UNIVERSIDAD RICARDO

PALMA
FACULTAD DE PSICOLOGÍA

EPISTEMOLOGÍA
ANTOLOGÍA

Rómulo Oliver Oscco López

1
PRESENTACIÓN

Estimado lector el presente texto tiene por objeto introducirte a unos de


los temas que han estado calando en el pensamiento actual sobre los
problemas referidos al conocimiento de la ciencia y las consecuencias que este
tiene en el propio avance de la ciencia, así mismo debes tener presente que un
requisito importante en el uso de esta antología es que manejes ciertos
términos que le son propios a la ciencia. En tal sentido el texto tiene algunas
pautas que deberán guiar tu lectura sin embargo reconocemos que es
necesaria tu participación en una constante interacción con el docente a fin de
que puedas abordar en amplitud las lecturas aquí seleccionadas. En ese
mismo sentido la selección de los textos está dirigida a permitirte una visión
panorámica pero sustancial vista del curso de Epistemología con una pequeña
base del uso del término técnico evitando complejidades.
Cabe recalcar que se ha optado por presentar lecturas con un sentido
independiente, es decir, que no dependan de otras para su comprensión, en
cuanto a su desarrollo.
Esperamos que la experiencia generada en el uso del presente texto
pueda cubrir aspectos centrales del estudio de la Epistemología. Para el
cumplimiento de tales propósitos, se ha dividido el material en tres capítulos.

El primer capítulo refiere a la naturaleza propiamente de la ciencia y de


la epistemología y cómo es que este se va desarrollando del mismo modo se
pretende que las lecturas puedan ubicar al participante en el contexto
propiamente de los debates de la epistemología. Por lo demás, se podrá
advertir que las posiciones que sus autores presentan no son necesariamente
coincidentes, punto que revela la existencia de perspectivas diversas que es
conveniente considerar y evaluar en sus diferentes aspectos.

El segundo capítulo está dedicado a la metódica y a las explicaciones.


En esta sección se pretende que el participante tome relación con las
metodologías que emplea el epistemólogo para el examen del tema del método
científico. Del mismo modo pueda observar la forma de argumentación que
emplea y la toma de una posición con respecto a la garantía de sus
enunciados.

El tercer capítulo refiere a las perspectivas que realizan los


epistemólogos con la finalidad de que el participante vaya construyendo una
idea particular de lo que significa estar en el campo de la ciencia.

Estimado lector dejo en tus manos el que profundices los puntos que

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creas conveniente a partir de algunas concepciones presentadas, las cuales
por obvias razones no pueden cubrir las aristas presentadas por la ciencia o la
gnoseología, en tal sentido el obtener el mayor beneficio dependerá del manejo
del presente texto. Esperamos que los materiales reunidos cumplan con ubicar
al estudiante en los temas de la epistemología y lo estimulen a ampliar y
profundizar, a través de otras lecturas, sus conocimientos sobre este
importante campo.

Por último agradecer a los profesores Fernando Varas y Carlos Giles por
ayudarme a tener más clara la selección de textos así como el tratamiento
pedagógico.

3
CAPITULO I

SOBRE LA NATURALEZA DE LA CIENCIA Y


LA EPISTEMOLOGÍA

Todos los hombres por naturaleza desean saber. Prueba de ello es su


gusto por las sensaciones, pues aparte de su utilidad, gustan por sí
mismas, y más que todas las demás, las sensaciones visuales. Pues no
sólo para hacer algo, sino incluso cuando no tenemos intención de hacer
nada, preferimos la vista, por así decirlo, a todos los demás sentidos. Y la
causa es que la vista es, de todos los sentidos, el que nos hace adquirir
más conocimientos y nos descubre más matices.
Aristóteles.

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OBJETIVOS DE LA I UNIDAD

 El participante reconoce el valor de la epistemología para el estudio


y la explicación
OBJETIVOS de la
DEnaturaleza interior de
LA PRESENTE las ciencias.
UNIDAD

 El participante define y explica los conceptos empleados en las


posturas epistemológicas.

 El participante construye y diseña mapas conceptuales que


articulen los conceptos presentados en las presentes posturas
 El participante reconoce el valor de la epistemología para el estudio y la
epistemológicas.

explicación de la naturaleza
 El participante explica interior de las ciencias.
los conceptos en función a las relaciones
 El participante
establecidas conyelexplica
define ámbitolos
o medio socialempleados
conceptos donde se desempeña.
en las posturas

epistemológicas.

 El participante construye y diseña mapas conceptuales que articulen los

conceptos presentados en las presentes posturas epistemológicas.

 El participante explica los conceptos en función a las relaciones

establecidas con el ámbito o medio social donde se desempeña.

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MARIO BUNGE; Buenos Aires 1919

Físico, filósofo de la ciencia y humanista.


Tras realizar sus estudios secundarios en
el Colegio Nacional de Buenos Aires, se
doctoró en Física y Matemáticas por la
Universidad de La Plata, y estudió Física
Nuclear en el Observatorio astronómico
de Córdoba. Compaginó ya por entonces
su dedicación a la ciencia con el interés
por la filosofía, fundando la revista
Minerva en 1944. Fue profesor de Física
(1956-1958) y de Filosofía (1957-1962)
en la Universidad de Buenos Aires, y
desde 1962 fue profesor de Filosofía en
la Mc Gill University de Montreal. En 1982
fue galardonado con el Premio Príncipe
de Asturias de Humanidades.

Interesado principalmente por la lógica de la ciencia y los problemas del


conocimiento científico, ha tratado de construir una filosofía científica (más
precisamente, una metafísica) que tuviera en cuenta tanto el conocimiento
elaborado por la ciencia como el método utilizado por quienes la practican,
entendiendo que este último es un proceso que no está exclusivamente
supeditado ni a la experiencia ni a la teoría.

Aunque la concepción de la ciencia elaborada por Bunge concede


importancia al desarrollo de la investigación científica en la historia, su
orientación está principalmente dirigida al análisis formal de dicho
desarrollo, y se aparta de la insistencia en los aspectos históricos,
psicológicos y sociales propia de enfoques como los de T. S. Kuhn y P. K.
Feyerabend.

Defensor de un realismo crítico basado en una ontología materialista y


pluralista, ha mantenido una actitud beligerante ante el psicoanálisis, al
que considera una pseudociencia supeditada a la aceptación acrítica de la
doctrina de Freud como argumento de autoridad; en un sentido análogo,
considera que el marxismo no ha conseguido superar la condición
ideológica de sistema de creencias a causa de su repetición también
acrítica de las enseñanzas de Marx.

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I. CIENCIA, TÉCNICA Y EPISTEMOLOGÍA

1.1. CONCEPTO GENERAL DE CIENCIA

La ciencia no es simplemente un cuerpo de conocimientos, sino que es


una actividad de investigación, es una actividad que se da además en una
sociedad, se da en el curso de la historia, etc. Es decir, que hay un aspecto
conceptual, hay un aspecto empírico, hay un aspecto social y un aspecto histó-
rico. Hay que tener todo esto en cuenta cuando se quiere caracterizar el
concepto de ciencia. Y aquí han fallado precisamente los filósofos que han
pretendido definir la ciencia o el concepto de ciencia en un solo renglón. Es
como decir "el elefante es orejudo". Esto es cierto pero no basta. Pues bien, la
ciencia es un objeto tan complejo como un elefante.

comunidad
de
investigado
-res
Sociedad Dominio

Supuestos
Métodos
filosóficos

Fondo de
Fondo
conocimie
formal
-ntos

Objetivos Problemática

Fondo
específico

Componentes de la Decatupla de la Ciencia

La ciencia, se desarrolla en base a varios factores importantes c/u de ¿Cómo


funciona la
ellos, que son llamados la decatupla de la ciencia. Ante todo está la comunidad de
científicos?
comunidad de investigadores (C), sin la cual no hay ciencia viva. Es decir,

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los investigadores científicos no están solos sino que forman una comunidad
más o menos cohesiva. No quiere decir que no haya conflictos entre ellos, por
supuesto que los hay. Cada vez que hay cooperación también hay conflicto. El
que los investigadores en un campo científico forman una comunidad significa
simplemente que están en comunicación entre sí, que los unos aprenden de los
otros, que los unos corrigen a los otros, que no se da, al menos en la ciencia
moderna, el sabio aislado.

A partir del siglo XVII, digamos de la época de Descartes y Galileo,


todos los científicos han estado en correspondencia entre sí, aun cuando no
había todavía sociedades científicas. Se escribían muchas veces a través de
Mersenne [En el siglo XVII se empezaron a formar las primeras asociaciones
de científicos. Entre los promotores de estas comunidades destaca nítidamente
la labor del padre Mersenne, fraile mínimo jesuita educado en la Fléche de
París, quien mantenía correspondencia con Torricelli, Descartes, Fermat,
Gassendi, Pascal y otros, sirviéndoles de nexo y de lugar de animadas
discusiones]. Este notable matemático y físico era una especie de agente de
enlace de los científicos de su tiempo.

Como cualquier otra comunidad, la científica está inmersa en alguna


sociedad (S)¿Por qué es preciso hacer referencia explícita a la sociedad? ¿Qué es una
sociedad
Porque hay sociedades que no toleran la investigación científica: son teocrática?
sociedades cerradas, por ejemplo las teocráticas, en las que no se tolera la
búsqueda de la verdad, porque la verdad ya se encuentra en algún libro. Para
que florezca una comunidad científica, la sociedad en que está inmersa tiene
por lo menos que tolerar la actividad de los miembros de esa comunidad.

Después aparece el Dominio (D), universo del discurso o clase de


referencia. Éste es el conjunto de ideas o de hechos, a los que se refieren o ¿Cuál es el
dominio de la
que estudian los miembros de esta comunidad. Por ejemplo, el universo del pedagogía?
discurso de la biología es el conjunto de organismos y de ecosistemas, y el de
la economía es el conjunto de los productores, mercaderes y consumidores de
bienes y servicios.

En cuarto lugar aparece algo que casi siempre se desconoce cuando no


se niega explícitamente: los supuestos filosóficos que tiene toda ciencia (G).
Para un positivista no hay tales supuestos filosóficos; al contrario, la filosofía
siempre debe ajustarse a la ciencia, la que va devorando paulatinamente todas
las ramas de la filosofía. Pero de hecho, los científicos dan por sentada una
cantidad de tesis de tipo filosófico. Por ejemplo, hay supuestos ontológicos,
tales como que el mundo exterior existe independientemente del investigador;

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que el mundo exterior es legal, es decir no hay milagros, hechos ilegales. Hay
supuestos gnoseológicos, tales como el de la posibilidad de alcanzar la verdad,
al menos parcial y aproximada. Finalmente, hay una ética del investigador: los
imperativos de la búsqueda de la verdad, de la coherencia y de la claridad; la
propiedad común de los conocimientos, la promesa tácita de no usar el saber
para dañar, etc. Quien viola estos preceptos morales no se considera un
investigador científico propiamente dicho. Naturalmente, la mayor parte de los
científicos no se ocupan de desenterrar esos supuestos, ésa es una de las
tareas del filósofo, averiguar la filosofía que hay metida en la ciencia.

El quinto componente es el Fondo Formal (F). En toda ciencia se ¿De acuerdo


a tú
supone tácitamente que valen las reglas del discurso racional, del debate experiencia,
racional, las que son codificadas por alguna teoría lógica. Es decir, no se qué ciencias
admite, por ejemplo, la contradicción, no se admite los círculos viciosos, ni se tendrían un
fondo
admite la imprecisión, excepto al comienzo, y se busca siempre la exactitud, formal?
como meta por lo menos.

Luego viene el Fondo Específico (B). Hay una sola ciencia que no
supone ninguna otra ciencia, y ésa es la matemática. Los matemáticos no
presuponen la física ni la biología, ni la sociología, ni la economía, ni la historia,
nada. Los matemáticos, en principio, o las matemáticas, se bastan a sí mismas.
No ocurre así con la física, que presupone la matemática; ni con la química que
presupone la matemática y la física; ni con la biología, que presupone la
matemática, la física y la química, y así sucesivamente. Es decir, hay un fondo
específico que toda ciencia, con excepción de la matemática, admite y no
discute. Por ejemplo, un químico no discute las proposiciones de la física, a
menos que él mismo se convierta en físico.

Luego viene (P), la problemática, es decir el conjunto de problemas


abordables por la ciencia en cuestión. En el caso de las ciencias básicas, estos
problemas son puramente cognoscitivos. (P) es el conjunto de los problemas
posibles, es un conjunto abierto, de modo que no es un conjunto en el sentido El objetivo es
matemático. Más bien, es una colección variable en el curso del tiempo, porque resolver los
problemas
algunos problemas se van resolviendo, otros problemas se decide que no han mediante la
sido bien planteados o que no vale la pena investigarlos, pues aparecen investigación
problemas completamente nuevos. Cada vez que se conoce algo existe la
posibilidad de formular nuevos problemas. De aquí el crecimiento exponencial
del fondo de conocimientos científicos.

Luego está el fondo de conocimientos acumulado (A). En matemática


sobre todo se ve que el progreso es acumulativo. Es cierto que muchas teorías

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matemáticas ya no interesan en el momento actual. Con todo, no se discute
que son adquisiciones que se pueden perfeccionar. A medida que se va
subiendo la escala de las ciencias se ve que ese fondo es cada vez menos
seguro. Por ejemplo, sabemos que las teorías físicas más exactas de todas no
son completamente verdaderas: sabemos que tienen defectos y esperamos
que alguna vez esos defectos se corrijan.

Pero no hay revoluciones científicas completas a partir de la Revolución


Científica del siglo XVII. Cuando se produce alguna transformación científica,
se agrega o se quita algo a ese fondo de conocimiento, pero no se niega todo
el resto. Creo que hubo solamente dos revoluciones científicas en la historia.
Una fue el nacimiento de la ciencia en el siglo V a. C., en la Grecia antigua; la
segunda revolución científica fue el renacimiento de la ciencia o el nacimiento
de la ciencia moderna en el siglo XVII.

El noveno componente de la decatupla está constituido por los ¿Ciencia es


igual a
Objetivos (0) de la ciencia ¿Cuáles son los objetivos de la ciencia básica, a búsqueda de
diferencia de los objetivos de la ciencia aplicada y de la técnica? Simplemente, la verdad?

adquirir nuevos conocimientos, nuevas verdades. El científico se propone


entonces averiguar la verdad o, mejor dicho, verdades que no tienen por qué
ser completas y precisas ni, por lo tanto, definitivas.

Finalmente está la Metódica (M), o sea la colección de métodos


generales, especialmente el método científico y el método experimental, y
métodos particulares por ejemplo el método de muestreo estadístico, los
métodos especiales utilizados para hacer microscopía electrónica o para
redactar y circular cuestionarios en sociología, etc.
En resumen,
CP = <C, S, D, G, F, B, P, A, O, M >,
donde:
C = comunidad
S = sociedad
D = dominio
G = supuestos filosóficos
F = fondo formal
B = fondo específico ¿La
pedagogía es
P = problemática una disciplina
A = fondo de conocimientos aislada?

O= objetivos
M = metódica

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Ahora bien, hay ciertas condiciones que deben cumplir esta decatupla
o, mejor dicho, una disciplina para ser considerada científica, además de las
que he mencionado. Una de estas condiciones es que no debe estar aislada.
Es decir, toda ciencia forma parte de un sistema de ciencias, en el sentido de
que cada una de estas ciencias tiene alguna ciencia vecina con la que se
solapa aunque sea parcialmente. Por ejemplo, en el caso de la física y la
química, el solapamiento es la fisicoquímica. La biología y la física se combinan
formando la biofísica, y así sucesivamente. La sociología y la economía se
unen en la sociología económica y, aún más íntimamente, en la socio-
economía. La historia y la sociología se combinan formando la historia
sociológica y la sociología histórica.

Si alguien menciona una disciplina totalmente aislada, que no forma


parte del sistema de las ciencias, esto indica que no es ciencia genuina. Una
de las características de la parapsicología y psicoanálisis, etc. es que no se
solapan con ninguna otra disciplina: están aisladas, no forman parte de la
familia de las ciencias.

Otra condición es que ninguna de los componentes de la decatupla


permanece constante. Es decir, van variando en el curso de la historia. Por En el conoci-
miento todo está
ejemplo se van modificando desde luego las comunidades, las sociedades se en un constante
van modificando, el dominio o universo del discurso de cada ciencia se va cambio, éste no
es estático.
ampliando habitualmente. Por ejemplo, se restringe cuando una ciencia se
subdivide en varias ramas. Otro ejemplo: se descubre nuevas cosas o se
descubre que algo que se creía que existía, de hecho no existe. En todo caso,
ninguna ciencia auténtica permanece constante. La ciencia perenne es una
ilusión.

1.2. CIENCIA FORMAL Y CIENCIA FÁCTICA

Ahora quisiera hacer una diferencia radical entre dos grupos de ¿Cuál es la
diferencia
ciencias: las ciencias formales principalmente la matemática, y las ciencias de entre lo factual
y lo forma?
hechos o fácticas. Desde luego que lo que voy a decir pertenece a una cierta
filosofía de la matemática, la mía. Hay muchas otras filosofías de la a=a
matemática, pero de ellas no podemos ocuparnos en detalle ahora; puede ser Todos los
durante el periodo de la discusión. cuerpos
ocupan un
lugar en el

En matemática se da por sentado que los objetos matemáticos —tales


espacio.

como los números, las figuras, las estructuras algebraicas y los espacios

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topológicos— existen de una manera muy diferente de la manera en que
existen los objetos físicos existe un micrófono, o como existe alguno de
nosotros. Los objetos matemáticos carecen de propiedades físicas: no tienen
masa, no tienen carga eléctrica, etc. Carecen de propiedades biológicas: no
están ni vivos ni muertos. Carecen de propiedades sociales: no son prosociales
ni antisociales.

Los objetos matemáticos no cambian por sí mismos: son, como decía


Platón, eternos. Esto no quiere decir que existan por sí mismos. Si uno es
idealista, en particular platónico, dirá que sí, que la matemática preexiste a los
matemáticos, así como las rocas preexisten a los geólogos.

Si adoptamos una posición realista, diremos que los objetos


matemáticos son creaciones de los matemáticos. El día que deje de haber
matemáticos, o al menos personas capaces de entender algo de matemática,
dejará de haber objetos matemáticos. Pero eso sí, hacemos de cuenta o
fingimos, que los objetos matemáticos tienen una existencia propia y que sus
características son independientes de la manera en que se los piense.

Por ejemplo, usted y yo pensamos seguramente el mismo número 3 de ¿Por qué la


matemática es
manera diferente, porque nuestros cerebros, aunque son muy parecidos, tienen una ciencia
muy particular?
algunas diferencias. Sin embargo estamos ambos diciendo "estoy pensando en
el número 3". Cuando alguien demuestra el teorema de Pitágoras pasa por un Si a = a es
proceso mental diferente del proceso mental por el cual pasó el mismo verdadero, ¿qué
garantiza esta
Pitágoras o, mejor dicho, aquel miembro de la Escuela de Pitágoras que verdad?
demostró el teorema justamente famoso.

En resumen, hacemos de cuenta o fingimos que esos objetos


matemáticos existen de por sí y no tienen propiedades físicas, biológicas, ni
sociales. Dicho de otro modo, todas las propiedades de los objetos
matemáticos son conceptuales. De modo que la matemática (incluida la lógica)
es la ciencia en que todas las propiedades son atributos (o predicados).
Totalmente diferente es el caso de las ciencias fácticas. Por ejemplo la
física, la biología, la sociología y la historia se ocupan de hechos Se supone
que estos hechos ocurren, ya en el mundo exterior ya en el mundo interno, el
mundo de la experiencia subjetiva; Es decir, estos hechos ocurren fuera o
dentro de nuestros cerebros, los que son cosas concretas o materiales. Por lo
tanto, estos hechos tienen propiedades físicas, biológicas, sociales, etc. En
cambio, no tienen propiedades matemáticas, aunque en muchos casos se los
puede representar matemáticamente.

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Admitimos entonces dos tipos de existencia: existencia formal y
existencia material. Por ejemplo, Euclides demostró el teorema según el cual
hay infinitos números primos (es decir números que no son divisibles por otros
números salvo por ellos mismos). Acaso alguien pregunte dónde están esos
números. Respuesta: en ninguna parte. Pero al menos ¿están en la mente de
alguien? No. Nadie puede pensar sucesivamente una infinidad de números, ni
primos ni compuestos. Se hace de cuenta que estos conjuntos, numerables
pero infinitos, existen de por sí: son ficciones.

Los objetos matemáticos, según esta filosofía de la matemática, son


ficciones, no todas las cuales son pensables. Son pensables en principio, pero
de hecho no lo son. Por ejemplo, podemos escribir un número tal como 10
elevado a la 10 elevado a la 10 elevado a la 10; pero no tenemos la capacidad
de concebir un número tan grande como éste. Sin embargo, nadie puede
impedirnos utilizar ese concepto que no ha sido pensado y que no puede
pensarse. Otros ejemplos: la recta infinita, o conjunto de todos los números,
"reales", y la familia de todos los subconjuntos de ese conjunto.

En las ciencias fácticas se utiliza un concepto filosófico muy importante


que es el de verdad. Éste es el de la verdad de hecho, radicalmente diferente
de la verdad de razón. (Esta dicotomía se debe a Pascal y Leibniz.)

La proposición "éste es un vaso de jugo de papaya", es independiente


de todo contexto teórico y de toda ideología: no es neoliberal ni socialista,
católica ni atea. Está ahí el jugo de papaya: existe independientemente de que
yo lo piense o lo beba.

En general, si afirmo que una proposición es verdadera de hecho, es


porque hay un conjunto de hechos que son descritos adecuadamente, ¿Una propo-
sición es
correctamente, más o menos exactamente por esa proposición. Estos hechos verdadera de
conocidos son el soporte empírico de la proposición de marras. En otras acuerdo a la
precisión de
palabras, esta proposición será declarada verdadera si y sólo si corresponde a su lenguaje?
esos hechos. Por ejemplo, si digo que está lloviendo en este momento en
alguna parte (que no sea Lima, desde luego) esta proposición va a ser
verdadera si y sólo si de hecho llueve en alguna parte del mundo.

Luego hay hechos que están fuera de la proposición, pero a los cuales
se refiere una proposición dada. En cambio, la negación de esta proposición
será falsa si no hay ningún hecho que la apoye. Una vez que logro afirmar la

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proposición p, no-p queda excluida completamente. Con mayor razón queda
excluida la conjunción de ambas, es decir, p y no-p. Éste es un principio clave
de todas las lógicas propiamente dichas. Sin él no podríamos hacer ciencia de
ningún tipo, formal ni fáctica, básica o aplicada.

Sin embargo, hay que aclarar que lo anterior vale solamente para las
proposiciones precisas, que sólo contienen predicados exactos. Si en cambio
enuncio proposiciones imprecisas, tales como: "Fulano es más o menos
bueno", o "Zutano es más o menos joven", estoy empleando conceptos
imprecisos. En estos casos también puede valer la contradictoria, tal como
"Fulano de tal es más o menos malo".

El concepto de verdad, aunque central en las ciencias fácticas, en las


técnicas y en la vida diaria, tiene muy poco que hacer en la matemática pura.
En la matemática pura lo que importa es el concepto de deducibilidad: el saber
si a partir de un cierto grupo de suposiciones iniciales (axiomas y definiciones),
se deduce tal o cual teorema de acuerdo con ciertas reglas de lógica deductiva.

1.3. ENDOMORAL DE LA INVESTIGACIÓN

Ahora demos un vistazo a lo que llamo la endomoral de la


investigación, a diferencia de la exomoral, que se refiere a la responsabilidad
social del investigador.

Quien primero investigó la moral inherente a la investigación científica Los conoci-


mientos se
fue el sociólogo norteamericano Robert Merton, quien fundó la sociología comparten y se
someten a
científica de la ciencia en los años 30. Según Merton, los dos principios básicos juicio.
de la moral de la ciencia básica son: la búsqueda honesta de la verdad y la
participación en la propiedad colectiva de los conocimientos, o comunismo
sistémico. Es decir, a diferencia de este jugo de papaya, que es mío —a nadie
se le ocurra tomarlo— los conocimientos científicos son propiedad común de la
sociedad, son compartidos por quienes quieran adquirirlos o utilizarlos.

Por eso es tan importante la comunicabilidad, el hecho de que no haya


secretos científicos. Justamente para asegurar la búsqueda de la verdad
necesitamos libertad de investigación. No se trata de la libertad de propagar
mentiras o de incitar a la gente a la violencia, sino de la libertad para buscar y
enseñar la verdad. En la ciencia no podemos admitir otras restricciones que las
restricciones lógicas y las restricciones empíricas, es decir, la necesidad de

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ajustarse a los hechos conocidos.

1.4. SEUDOCIENCIA

Ahora examinemos brevemente al concepto de seudociencia Una El rigor cien-


tífico, marca
seudociencia es un conjunto de ideas o prácticas que se presenta como ciencia la diferencia
con la pseu-
aunque de hecho no lo es. Es decir, se la vende como ciencia pero no es
dociencia.
científica. Por ejemplo, en una época la grafología fue considerada una ciencia.
Hoy día ya nadie la toma en serio. Por ejemplo, los tribunales ya no recurren a
grafólogos, porque saben muy bien que se puede imitar la letra y en todo caso
la letra no es un indicador de personalidad.

Otra seudociencia, todavía muy difundida, es la parapsicología. Ésta es


la disciplina que afirma la posibilidad de la transmisión del pensamiento, del
conocimiento del futuro, de la telequinesis y de la comunicación con muertos.
Es una mera superstición legada por la antigüedad. Pero es la única
seudociencia en la que se hace experimentación. Sin embargo, los que han
estudiado los experimentos parapsicológicos han encontrado que adolecen de
una de dos fallas: o bien no hay grupos de control o bien hay fallas de
razonamiento estadístico.

En todo caso, el estatus científico de la parapsicología se ve distinto


desde dos perspectivas epistemológicas diferentes. Por ejemplo, un empirista
dirá que la parapsicología no está probada ni refutada: que lo único que
podemos afirmar es que hasta ahora nadie ha logrado transmitir pensamientos,
a menos que sea por fax, por teléfono, o de viva voz. De modo que debemos
seguir experimentando.

En cambio, un epistemólogo realista y materialista afirmará que tales La confirmación


o negación de
experimentos son una pérdida de tiempo. Razonará así: el pensamiento no una hipótesis,
existe de por sí, sino que es un proceso neurofisiológico. Por consiguiente, no se hace necesa-
ria.
se puede transmitir sin canales físicos, de la misma manera que no se puede
transmitir un dolor de barriga, un latido del corazón o una emoción. Todos estos
son procesos fisiológicos intransferibles, aunque por supuestos comunicables
por la palabra o el ademán. Por consiguiente, no es necesario esperar un
número ilimitado de años para ver si alguien logra confirmar alguna hipótesis
parapsicológica. Si alguien persiste en hacer experimentos, que los pague de
su bolsillo.

Ahora por analogía: consideremos la proposición "Todos los hombres

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son mortales". Hasta ahora ha sido confirmada empíricamente: toda la gente
eventualmente ha muerto. Pero un empirista podría argüir que esto no prueba
la imposibilidad de que alguna vez, en alguna parte, existan seres humanos
inmortales. ¿Qué contestaría un realista científico? Veamos.

En primer lugar, la hipótesis de la inmortalidad humana es inverificable.


En efecto, para confirmarla habría que esperar un tiempo infinito. Segundo, no
hace falta esperar ese tiempo, porque los que investigan el proceso de
envejecimiento han descubierto una cantidad de mecanismos de
envejecimiento. Por ejemplo, mutaciones, acumulación de sustancias tóxicas,
apoptosis (muerte celular "programada" genéticamente), etc. Sabemos que
necesariamente cada uno de nosotros va a morir, no exactamente cuándo,
pero lo sabemos.

Ahora voy a hacer una breve mención al psicoanálisis, que —junto con
la homeopatía—es la más rentable de las seudociencias. En efecto, los
psicoanalistas cobran por lo menos cien dólares por hora, mientras que los
parapsicólogos no hacen consultas (a menos que oficien como espiritistas).

Las hipótesis psicoanalíticas se pueden dividir en dos clases: las


comprobables y las incomprobables. Entre las incomprobables está la hipótesis
de la represión, porque según los psicoanalistas si uno no admite algo, por
ejemplo si una niña no admite que su padre ha abusado sexualmente de ella,
es porque ha reprimido ese recuerdo; y cuanto más se niega tanto más prueba
esto la represión. Entonces, ¿cómo hacemos para refutar la hipótesis?

Otro ejemplo: la hipótesis de que todo varón sufre el complejo de Edipo. ¿Cuáles son las
hipótesis del
Si un varón ama realmente a su padre, los psicoanalistas dicen que el superyó Psicoanálisis?
Si toda
del sujeto está reprimiendo el odio. Cuando afirma que ama a su padre está hipótesis debe
probando que, en realidad, lo odia. La sola presencia de hipótesis ser confirmada
cómo
incomprobables en el psicoanálisis muestra que es una seudociencia. confirmamos
una hipótesis
del
Las hipótesis psicoanalíticas comprobables son en principio de tres psicoanálisis.

tipos: las que han sido verificadas, las que han sido falseadas, y las que no han
sido puestas a prueba. Yo no conozco ninguna que haya sido verificada. Una
tras otra, las que han sido puestas a prueba, han sido refutadas.

Una de ellas es la hipótesis de que hay dos tipos de personalidad, la


oral y la anal. Quien tiene una personalidad anal es disciplinado, serio y más

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bien introvertido; en cambio, los sujetos con personalidad oral son
despreocupados, indisciplinados y extrovertidos.

Hace ya una cuarentena de años se probó que no hay ninguna


correlación entre la personalidad y la manera en que al niño de corta edad le
han entrenado los esfínteres. Otro mito freudiano es el del orgasmo vaginal.
También éste ha sido refutado hace una cuarentena de años.

Uno de los mitos psicoanalíticos más absurdos y rentables es la tesis de


que todo olvido es debido a la represión. Los psicólogos científicos han
descubierto hace un siglo que lo excepcional no es el olvido sino el recuerdo. Y
en el curso de las últimas décadas se ha descubierto el mecanismo de la
memoria: la formación de sistemas de neuronas activadas por algún
acontecimiento. Estos sistemas se van formando y deshaciendo en el curso del
desarrollo. No se nace con recuerdos: el cerebro del recién nacido es
demasiado primitivo para formar recuerdos que no sean de impresiones muy
básicas. En resumen, la hipótesis de que todo olvido se debe a la represión es
incompatible con la psicología experimental y la neuropsicología.

Esto no quita que no exista toda una industria: la terapia de los ¿A qué se
refiere con lo
recuerdos reprimidos. Este negocio, hasta hace poco floreciente en los EE.UU., del mito
psicoanalítico?
se ha desinflado en años recientes. El negocio consiste en lo siguiente. Una
persona, por lo común una mujer, acude donde una psicoanalista porque tiene
algún problema psicológico. Puede ser que él o la psicoanalista le diga:

- Lo que ocurre es que su padre ha querido o ha logrado violarla cuando


usted era chica.

- ¡Oh no, de ninguna manera! Yo me llevaba bien con mi padre, quien


siempre me trató con cariño y consideración.

- No, lo que pasa es que usted ha reprimido ese recuerdo. Yo voy a


ayudarla a recuperar ese recuerdo reprimido.

El mago o la maga "ayuda" a la paciente incauta con hipnosis


(sugestión), y con drogas tales como nembutal si es necesario. Finalmente,
ocurre una de dos: la paciente abandona el tratamiento, o termina admitiendo
que sí, que su padre la violó. En este segundo caso el mago o la maga han
logrado implantar un recuerdo ficticio. En psicología experimental es cosa
sabida que se puede injertar recuerdos. Dicho sea de paso, uno de los
primeros ejemplos que aparece en la literatura no científica figura en La guerra
y la paz de Tolstoi, escrita hace más de 100 años. En esta novela una chica le
injerta un recuerdo a su amiga.

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En todo caso, en los EE.UU. ha habido algunos juicios espectaculares,
en los cuales mujeres han acusado a su padre de haberles arruinado la vida
por haberlas violado en su infancia. El único testimonio exhibido era el
testimonio de un psicoanalista. La presunta perjudicada entablaba un juicio a
su padre. Éste era encarcelado y quedaba arruinado, y su familia quedaba
desmantelada, etc. Finalmente, los tribunales de California han decidido que no
van a aceptar más ese tipo de testimonio de psicoanalistas. Existe, además,
una Fundación para el estudio y la denuncia de esta industria.

Nada de esto implica que en algunos casos haya habido incesto. Pero
esos casos han sido descubiertos de una manera muy diferente. Han sido
verificados por testigos y visitadores sociales. No se ha recurrido a sugestión ni
a drogas, nadie ha injertado recuerdos. Bueno, en todo caso, si hay interés
podremos volver al psicoanálisis cuando nos ocupemos de la Psicología.

1.5. CIENCIA BÁSICA Y CIENCIA APLICADA

Hay ciencias básicas, hay técnica, y en el medio tenemos las ciencias ¿Cuándo un
investigador
aplicadas, por ejemplo la farmacología, la toxicología, la criminología, etc. es un
Científico y
Estas disciplinas buscan verdades, lo mismo que las ciencias básicas. Pero las cuando es un
verdades que buscan son de posible utilización práctica, de posible valor o un técnico?
práctico. Ejemplo, la investigación de productos naturales en química,
bioquímica y farmacología, con la finalidad de ver si algunos de ellos podrían
utilizarse en la industria farmacéutica.

La definición o caracterización de una técnica es parecida a la


caracterización de una ciencia. Pero hay un componente adicional, de modo
que tenemos una endecatupla. El undécimo componente es un conjunto de
juicios de valor. El técnico, a diferencia del científico, asigna valores a todas las
cosas.

Para un biólogo vale tanto, en principio, un mosquito como un elefante.


En cambio, para un epidemiólogo normativo los mosquitos son disvaliosos, y
para un técnico forestal los elefantes son una plaga. Para un ingeniero, las
estrellas no tienen el menor valor. En cambio, tal vez la Luna pueda alcanzar
algún valor, ya que tal vez podamos enviar mineros a la Luna y traer minerales
de ella.

18
En cambio, las estrellas y el pasado de la humanidad no tienen el menor
valor para un técnico, porque él se propone modificar la realidad. Mejor dicho,
se propone diseñar aparatos o procesos capaces de cambiar, sea el curso de
la naturaleza, sea las acciones humanas. De modo, pues, que para el técnico
el conocimiento es un medio, un instrumento para hacer, o para permitir que
otros actúen guiados por esos diseños o esos planes.

Naturalmente, la técnica moderna se apoya sobre la ciencia moderna,


pero no sobre toda ella. La mayor parte de la ciencia, empezando por la
matemática, no es inmediatamente relevante a la técnica. Por ejemplo, el
diseño y la fabricación de armamentos le deben poco a la ciencia básica,
aunque ese poco sea indispensable.

El técnico original, en cuanto diseñador de artefactos, procesos u


organizaciones, tiene ideas nuevas. No le basta con exprimir a la ciencia: usa
algo de ciencia, pero tiene que agregar investigación e imaginación.

1.6. EXOMORAL DE LA TÉCNICA

Desde el punto de vista ético, es interesante observar que la técnica


tenga la misma endomoral que la ciencia básica Pero también está sometida a Las exigencias
lo que yo llamo exomoral, es decir a exigencias sociales. Se da por supuesto sociales pre-
sionan a la
que el técnico debe ajustarse a la verdad, buscar la calidad y no debe engañar ciencia.
a su cliente. Todas estas exigencias figuran en los códigos de ética profesional.

Pero estos códigos son incompletos. En efecto, en una sociedad


mínimamente justa el técnico tiene obligaciones adicionales. Por ejemplo, no
debiera deteriorar irreversiblemente el ambiente, ni debiera dañar en forma
irreparable al prójimo. Es decir, hay ciertas restricciones sociales a las que no
está sometido el científico básico, porque éste no cambia las cosas, sino que
se limita a estudiarlas.

Imponerle restricciones al científico básico es lo mismo que limitar la


búsqueda y difusión de la verdad. Los ciudadanos de una democracia deben,
pues, proteger la libertad de investigación y apoyar su ejercicio. En cambio,
como ciudadanos tenemos el derecho y el deber de vigilar a los técnicos para
evitar abusos de lo artificial.

19
Hay una enorme diferencia entre la técnica artesanal, por ejemplo la
técnica de la confección de vestidos por modistas, y la técnica de la confección
de vestidos en escala industrial. Son técnicas bastante diferentes, porque en la
producción en gran escala se necesita maquinaria especializada, que se diseña
sobre la base de conocimientos de ingeniería, que a su vez se basan sobre la
física y la matemática.

En resumen, la técnica y la ciencia se parecen en que ambas procuran


la verdad, pero se distinguen en que la técnica también procura ser útil.

1.7. SEUDOCIENCIA Y SEUDOTÉCNICA

Así como hay seudociencias hay seudotécnicas. La primera de éstas En tierra de


ciegos el
parece haber sido la magia. Aunque suele afirmarse que la magia es la tuerto es el
antecesora de la ciencia, la verdad es que la magia es la antecesora de la rey.

técnica. En efecto, el mago se proponía, se propone, modificar, ya sea la


naturaleza, ya sea la gente. Lo que ocurre es que el mago no empleaba los
métodos adecuados. Si era astuto engañaba a la gente para hacerla creer que,
en efecto, era eficaz. Por ejemplo, el chamán o mago de una tribu africana
empieza la danza de la lluvia poco antes de empezar la estación de las lluvias.
Él sabe cuándo empiezan las lluvias, porque lleva la cuenta de los días: es el
encargado del calendario.

Además utiliza trucos, el chamán o el médico brujo conoce algo de


hierbas y sabe tal vez como curar una fractura o detener una hemorragia. Es
decir, tiene algunos conocimientos auténticos, los que le dan prestigio, y otros
que no son auténticos.
El poder de la
palabra, en
Un ejemplo más actual de seudotécnica es la psiquiatría hablada, o nuestras vidas
es una
psicoterapia. Hay dos clases de psiquiatría: la que supone que todas las constante que
no sólo es
perturbaciones mentales son perturbaciones del cerebro, y la que supone que privilegio de
son perturbaciones de un alma inmaterial que se pueden curar con la palabra. los individuos
más
racionales.

Lo que se puede curar con la palabra son desórdenes de conducta, es


decir, pautas de conducta no adaptativas o desviantes. Esto sí se puede
cambiar a veces con la palabra, con la persuasión, con el consejo dado por una
persona experimentada. Pero esto es modificar la manera en que trabaja cierta
parte del cerebro.

20
Lo que no puede modificar la palabra en forma permanente es la
química del cerebro. Con meras palabras no se puede aumentar ni disminuir
sino fugazmente la concentración de los neurotransmisores. Justamente de
esto se ocupa la psiquiatría biológica: de modificar los procesos químicos que
intervienen en los procesos mentales, en particular los afectos, los sentimientos
y las emociones.

Uno de los casos más trágicos es el de los maniaco-depresivos, que


hasta los años 50 eran intratables. A partir de entonces no es que se los puede
curar, pero sí se los puede tratar. Es decir, se puede corregir levemente la
transmisión de ciertos neurotransmisores, tales como la serotonina, de modo
tal que las fluctuaciones afectivas estén más o menos acotadas. Así se evita
casi siempre que el paciente se desespere y se suicide. Un depresivo no
tratado con fármacos no sólo es incapaz de trabajar, sino que termina por
suicidarse. Por siguiente, es irresponsable, e incluso criminal, encomendar su
tratamiento a psicoterapeutas, que creen en la omnipotencia del verbo y en
cambio no creen que el cerebro tenga algo que ver en las perturbaciones
mentales.

Para poder aumentar la eficacia de la psiquiatría biológica es


indispensable impulsar el cultivo de la neurociencia y de la psicología biológica,
que aún están en la infancia. Por ejemplo, todos los años aparecen artículos
que pretenden demostrar que la depresión y las psicosis son hereditarias. Poco
tiempo después se publica una rectificación. Ni siquiera está bien definida la
esquizofrenia. Cada decenio se cambia la definición de este trastorno y, por lo
tanto, su diagnóstico y su tratamiento.

Hay dos razones por las cuales la psiquiatría biológica está poco
desarrollada. Una es que sigue dominando el mito del alma inmaterial, ¿Somos consu-
midores de la
inventado por las religiones y reforzado por las filosofías idealistas. El segundo seudotécnica?
motivo es que la mayoría de los psiquiatras no tienen una formación científica Esa es una
razón del
adecuada. Tienen formación de médicos. Son entrenados para aplicar porqué existen.
conocimientos biomédicos, no para contribuir a ellos.

Otra seudotécnica muy difundida es la homeopatía. Todos hemos oído


hablar de los remedios homeopáticos, pero son pocos los que se han tomado
la molestia de averiguar si son eficaces. La evaluación de la homeopatía se
puede hacer desde dos puntos de vista: el empírico y el científico. En el primer
caso se procede a contar la fracción de casos de curación que sigue a la

21
administración de remedios homeopáticos. Si el porcentaje es bajo, se abriga la
esperanza de que aparezcan remedios homeopáticos más eficaces.

Este procedimiento no es científico, y ello por dos razones. En primer


lugar, involucra la conocida falacia del post hoc, ergo propter hoc (después de
ello, por lo tanto a causa de ello). Segundo, siempre que se medique, bien o
mal, obra el efecto placebo, o sea, la sugestión: si tengo fe en un remedio, me
sentiré mejor. Si somos optimistas vamos a sobrellevar una enfermedad o una
desgracia mucho mejor que si somos pesimistas. Es decir, la autosugestión, y
en particular el efecto placebo, es real. En resumen, el razonamiento empirista
es inválido.

El único razonamiento válido es el del farmacólogo o bioquímico


aplicado. Éste nos dirá que al cabo de las numerosas diluciones sucesivas
involucradas en la fabricación de un fármaco homeopático, sólo queda algo así
como una molécula de la llamada sustancia activa por centímetro cúbico. De
modo que semejante fármaco carece de efecto biológico. Por lo tanto es
absurdo seguir ensayando los presuntos remedios homeopáticos. Son una
engañifa. No sirven más que para enriquecer a los homeópatas y a los
laboratorios homeopáticos. A propósito, el hecho de que casi ningún
epistemólogo haya analizado ni denunciado esta estafa intelectual y comercial
muestra que la mayoría de los epistemólogos viven muy lejos de aquello que
dicen estudiar.

¿Existe me-
Hace poco menos que una década, un tal doctor Benveniste, director de moria en los
objetos?
un laboratorio de la Universidad de París, publicó un artículo en la revista
científica británica Nature. En él sostenía que, si bien es verdad que en un
presunto remedio homeopático prácticamente no queda nada de sustancia
activa, el agua conserva el recuerdo de la misma. Pero, como no aclaró en qué
consistía esa presunta memoria, lo que dijo no es sino bla-bla. El agua en
estado líquido no tiene estructura suficiente para recordar lo que contuvo en el

22
pasado. Es muy diferente del caso de una barra de hierro: si se la dobla, queda
doblada, y si se la imanta queda imantada.

El artículo de marras fue objeto de una investigación por un equipo


formado por el director de Nature, el célebre James Randy —un mago de
espectáculos que se especializa en trucos mágicos— y un investigador del
famoso instituto norteamericano de la salud. Los tres fueron al laboratorio de
Benveniste y repitieron los experimentos de su equipo (que, casualmente,
habían sido subvencionados por la industria homeopática francesa). La verdad,
admitió el doctor Benveniste, es que los experimentos siempre dan bien
cuando los hace la doctora fulana. Naturalmente, esto reforzó la sospecha de
los visitantes. Éstos repitieron los experimentos de acuerdo con los protocolos,
y no encontraron nada. Pocos años después, el gobierno francés cerró el
laboratorio fraudulento.

23
HANS REICHENBACH;
Hamburgo, 1891 – Los Ángeles, 1953.

Físico y filósofo alemán. Nació en


Hamburgo, en el seno de una
influyente familia judía; después de
estudiar ingeniería en la Technische
Hochschule de Stuttgart, continuó
estudiando matemáticas, física y
filosofía en las universidades de
Berlín, Gotinga y Munich, hasta que
en 1915 obtuvo el doctorado en
filosofía en la Universidad de
Erlangen.

De 1920 a 1926 fue profesor en su propia escuela en Stuttgart, de donde


(con el apoyo de Einstein) pasó a ser profesor de filosofía de la física en la
Universidad de Berlín, en donde permaneció hasta 1933. Fue en este
breve lapso de siete años en que Reichenbach se identificó con el Círculo
de Viena, publicó algunas de sus obras más importantes, editó (junto con
Carnap) la revista Erkenntnis, ganó prestigio internacional, e inició la
formación de un grupo pequeño de filósofos de la ciencia que, junto con él,
empezaron a conocerse como la Escuela de Berlín. Profesor en la
Universidad de Berlín hasta 1933, emigró a Turquía y posteriormente a EE
UU, donde ejerció la docencia en la Universidad de California.
Especializado en filosofía de la ciencia, fue el principal representante de la
Escuela de Berlín, si bien se mostró contrario al neopositivismo. Llevó a
cabo una fundamentación axiomática de las variables relativistas y
sistematizó las teorías cuánticas mediante una lógica trivalente. Destacan
sus obras Filosofía de la doctrina del tiempo y del espacio, Fundamentos
filosóficos de la mecánica cuántica (1944) y Moderna filosofía de la ciencia.

24
II. LAS TRES TAREAS DE LA EPISTEMOLOGÍA

Toda teoría del conocimiento debe partir del conocimiento como un El saber de la
experiencia y el
hecho sociológico dado. El sistema de conocimiento como ha sido construido conocimiento,
por generaciones de pensadores, los métodos usados para adquirir son propiedad
de la sociedad.
conocimientos en los primeros tiempos o en nuestros días, los fines del
conocimiento tal como son expresados por el proceder de la investigación
científica, el lenguaje en el cual el conocimiento es formulado; todo ello nos es
dado de la misma forma que otros hechos sociológicos, tales como las
costumbres sociales, los hábitos religiosos, o las instituciones políticas.

La base aprovechable por el filósofo no difiere de la del sociólogo o del El conocimiento


es un fenómeno
psicólogo; esto se sigue del hecho de que si el conocimiento no estuviera sociológico
incorporado en libros, discursos y acciones humanas, nosotros nunca
sabríamos de él. El conocimiento, en consecuencia, es una cosa muy concreta
y el examen de sus propiedades conlleva el estudio de las características de un
fenómeno sociológico.

Denominaremos a la primera tarea de la epistemología tarea descriptiva,


que consiste en dar una descripción del conocimiento como es realmente. Se
sigue, luego que la epistemología en este aspecto forma parte de la sociología.
Pero es solamente un grupo especial de cuestiones referentes al fenómeno
sociológico “conocimiento” el que constituye el dominio de la epistemología.
Hay cuestiones tales como ¿cuál es la significación de los conceptos usados
en el conocimiento?, ¿cuáles son los presupuestos contenidos en el método
científico? ¿Cómo sabemos si un enunciado es verdadero y si lo sabemos
absolutamente? y muchas otras; y aunque en verdad estas cuestiones
conciernen al fenómeno sociológico “ciencia”, ellas son de un tipo muy especial
comparadas con la forma de aquellas que se plantean en la sociología general.

¿Qué genera esta diferencia? Usualmente se dice que es una diferencia La epistemo-
logía, y la
de las relaciones internas y externas entre aquellas expresiones humanas que sociología,
tomadas como un todo son denominadas “conocimiento”. Las relaciones aportan al
conocimiento
internas son de tal naturaleza que pertenecen al contenido del conocimiento. en general
tanto
La epistemología en consecuencia, está interesada solamente en las internamente
relaciones internas mientras que la sociología, aunque puede tomar en cuenta como
externamente.
parcialmente las relaciones internas, siempre combina éstas con las relaciones
externas en las que esta ciencia se encuentra también interesada. Un
sociólogo, por ejemplo, puede informar que los astrónomos construyen grandes
observatorios con telescopios para observar las estrellas y de esta suerte la

25
relación interna entre los telescopios y las estrellas entra dentro de la
descripción sociológica.

El informe sobre astronomía contemporánea iniciado con la oración


precedente puede ser continuado por el enunciado que afirma que
frecuentemente los astrónomos son hombres aficionados a la música o que
ellos en general pertenecen a la clase burguesa de la sociedad; si estas
relaciones no interesan a la epistemología es porque ellas no entran dentro del
contenido de la ciencia; ellas son lo que llamamos relaciones externas.

Aunque esta distinción no proporciona una línea clara de demarcación La estructura


interna del
podemos usarla como una primera indicación del diseño de nuestra conocimiento
investigación. Podemos decir entonces que a la tarea descriptiva de la es tarea de la
epistemología.
epistemología le concierne la estructura interna del conocimiento y no las
características externas que interesan a un observador que no toma en cuenta
el contenido.

Debemos añadir ahora una segunda distinción la cual importa a la


psicología. La estructura interna del conocimiento es el sistema de conexiones
que se producen en el pensamiento. Desde semejante definición podemos
estar tentados a inferir que la epistemología proporciona una descripción del
proceso del pensamiento, pero esto sería completamente erróneo. Hay una
gran diferencia entre el sistema de interconexiones lógicas del pensamiento y
la manera real en la que se realizan los procesos de pensamiento. Las
operaciones psicológicas del pensamiento son más bien procesos vagos y
fluctuantes; ellas casi nunca se ajustan a las reglas prescritas por la lógica y
pueden, inclusive, omitir grupos enteros de operaciones las que serían
necesarias para una exposición completa de la materia en cuestión. Esto es
válido tanto para el pensamiento cotidiano como para los procesos mentales
del hombre de ciencia que confronta la tarea de encontrar interconexiones
lógicas entre ideas divergentes acerca de nuevos hechos observados; el genio
científico nunca se ha sentido constreñido por los rígidos pasos y las vías
prescritas por el razonamiento lógico. Será, en consecuencia, un intento vano
tratar de construir una teoría del conocimiento que sea al mismo tiempo
lógicamente completa y que guarde estricta correspondencia con los procesos
psicológicos del pensamiento.

La única manera de escapar de esta dificultad es diferenciar ¿Cómo


puede
se

cuidadosamente la tarea de la epistemología de la psicología. La epistemología diferenciar la


tarea de la
no considera los procesos de pensamiento en su devenir efectivo, esta tarea es epistemología y
dejada enteramente a la psicología. Lo que la epistemología intenta es la psicología?

26
construir procesos de pensamiento de tal modo que ellos deberían producirse
así si fueron ordenados en un sistema consistente, o construir conjuntos de
operaciones justificables que pueden ser intercalados entre el punto de partida
y el resultado del proceso de pensamiento, reemplazando los eslabones
intermedios reales. La epistemología considera así un substituto lógico que el
proceso real. Para este substituto lógico hemos introducido el término
reconstrucción racional [este término fue usado por R. Carnap]; el cual parece
apropiado para indicar la tarea de la epistemología. Muchas falsas objeciones y
malas comprensiones de la moderna epistemología tienen su origen en no
haber separado estas dos tareas; en consecuencia, en ningún caso será
objeción atendible a una tesis epistemológica que el pensamiento real no se
ajuste a ella.

A pesar de realizarse como una construcción ficticia, nosotros debemos


retener la noción de tarea descriptiva de la epistemología. La construcción que
va a ser lograda no es arbitraria; está ligada al pensamiento real por el
postulado de correspondencia. Es aún, en cierto sentido, una modalidad de
pensamiento mejor que el pensamiento real. Teniendo a la vista la
reconstrucción racional sentimos la sensación de que solamente ahora
comprendemos lo que pensamos y admitimos que ella expresa lo que nos ¿Qué carac-
teriza al
proponemos, hablando en sentido estricto. Es un hecho psicológico remarcable lenguaje cien-
que exista tal avance hacia la comprensión de nuestros propios pensamientos, tífico y a las
exposiciones
el mismo hecho que constituyó la base de la mayéutica de Sócrates y que ha científicas?
permanecido desde aquel tiempo como la base del método filosófico; su
adecuada expresión científica es el principio de reconstrucción racional.

Si se solicita una más conveniente determinación de este concepto de


reconstrucción racional, nosotros podemos decir que corresponde a la forma en
la cual los procesos de pensamiento son comunicados a otras personas en
lugar de la forma en la que ellos son subjetivamente elaborados. Por ejemplo,
la forma en que un matemático publica una nueva demostración a un físico su
razonamiento lógico para la fundamentación de una nueva teoría, casi
corresponde a nuestro concepto de reconstrucción racional, y la bien conocida
diferencia entre el modo como el pensador descubre un teorema y el modo
como lo presenta a un auditorio puede ilustrar la diferencia en cuestión.
Introduciré los términos contexto del descubrimiento y contexto de la
justificación para señalar esta distinción. En consecuencia, tenemos que decir
que la epistemología está abocada a la construcción del contexto de la
justificación. Pero aun la forma de presentación de las teorías científicas es
sólo una aproximación a lo que nosotros significamos con el contexto de la
justificación. Porque aun la forma escrita de las exposiciones científicas no
siempre satisface las exigencias de la lógica o neutraliza los resabios de la
motivación subjetiva de la cual tales teorías surgieron. Si la presentación de

27
cualquier teoría es sometida a un riguroso examen epistemológico, el veredicto
resulta todavía más desfavorable. Pues el lenguaje científico, estando
destinado como el lenguaje de la vida diaria a propósitos prácticos, contiene
tantas abreviaciones e inexactitudes toleradas silenciosamente, que un lógico
nunca estará plenamente satisfecho con la forma de las publicaciones
científicas. Nuestra comparación, sin embargo, puede al menos indicar el modo
en que queremos que el pensamiento sea reemplazado por operaciones
justificables; y puede también mostrar que la reconstrucción racional del
conocimiento pertenece a la tarea descriptiva de la epistemología. Esta se
encuentra ligada al hecho del conocimiento de la misma manera que la
exposición de una teoría está ligada a los procesos de pensamiento de su
autor.

En adición a su tarea descriptiva, a la epistemología le concierne otra El sistema del


conocimiento
finalidad a la que puede llamarse su tarea crítica. El sistema del conocimiento es criticado
es criticado; es juzgado con respecto a su validez y confiabilidad. Esta tarea es con respecto a
su validez y
ya parcialmente efectuada en la reconstrucción racional, pues el conjunto confiabilidad
debido a que
ficticio de operaciones que ocurren aquí es elegido desde el punto de vista de éste es falible.
la justificabilidad; nosotros reemplazamos el pensamiento real por operaciones
en tanto que son justificables, esto es, que pueden ser demostradas como
válidas. Pero la tendencia a preservar la correspondencia con el pensamiento
real debe ser separada de la tendencia a obtener un pensamiento válido; y así
nosotros tenemos que distinguir entre la tarea descriptiva y la crítica. Ambas
colaboran con la reconstrucción racional. Puede suceder que la descripción del
conocimiento conduzca al resultado de que ciertas cadenas de pensamientos u
operaciones no pueden ser justificadas; en otras palabras, que aun la
reconstrucción racional contiene cadenas no justificables o que no es posible
intercalar una cadena justificable entre el punto de partida y el resultado del
pensamiento real. Este caso muestra que la tarea descriptiva y la tarea crítica
son diferentes, aunque descripción en este sentido no es una copia del
pensamiento real sino la construcción de su equivalente el cual está ligado al
primero por el postulado de correspondencia y permite someter el conocimiento
a crítica.

La tarea crítica es la que llamamos frecuentemente análisis de la ¿Qué relación


existe entre
ciencia, y como el término “lógica” no expresa nada más, al menos si lo pensamiento,
lenguaje y
tomamos en un sentido acorde con su uso, podemos hablar aquí de lógica de lógica?
la ciencia. Los problemas de la lógica más conocidos pertenecen a este
dominio; la teoría del silogismo fue construida para justificar el pensamiento
deductivo reduciéndolo a ciertos esquemas demostrativos de operaciones, y la
moderna teoría del carácter tautológico de las fórmulas lógicas debe ser
interpretada como una justificación del pensamiento deductivo concebido en

28
una forma más general. La cuestión de la síntesis a priori que ha jugado un rol
tan importante en la historia de la filosofía, también cae dentro de este marco; y
de la misma manera el problema del razonamiento inductivo del que ha surgido
más de una “investigación concerniente al entendimiento humano”. El análisis
de la ciencia comprende todos los problemas básicos de la epistemología
tradicional; por tanto está considerado en primer plano cuando hablamos de
epistemología.

El método científico no es, en cada paso de su proceder, dirigido por el El método


científico está
principio de validez, hay otros pasos que tiene el carácter de decisiones precedido en
volitivas. Esta es la distinción que debemos enfatizar en el mismo principio de algunos pasos
por decisiones
las investigaciones epistemológicas. Que la idea de verdad o validez tiene una volitivas.
influencia directiva en el pensamiento científico es obvio y ha sido notado en
todos los tiempos por los epistemólogos. Que hay ciertos elementos del
conocimiento, sin embargo, que no son gobernados por la idea de verdad pero
que están sujetos a decisiones volitivas, y aunque influyendo poderosamente
en la construcción de todo el sistema del conocimiento no afectan su carácter
de verdad, es menos conocido por los investigadores en filosofía. La
presentación de las decisiones volitivas contenidas en el sistema del
conocimiento constituye por tanto, una parte que integra la tarea crítica de la
epistemología. Para dar un ejemplo de las decisiones volitivas nosotros
podemos señalar las llamadas convenciones, por ejemplo la convención
concerniente a la unidad de medida de longitud y al sistema decimal, etc. Pero
no todas las convenciones son tan obvias y es a veces un problema más bien
difícil encontrar los indicios que convenciones. El progreso de la epistemología
ha sido frecuentemente complementando por el descubrimiento del carácter
convencional de ciertos elementos tomados hasta entonces, como si tuvieran el
carácter de ser decidible como verdaderos o falsos; el descubrimiento de
Helmholtz de la arbitrariedad de la definición de congruencia espacial, el
descubrimiento de Einstein de la relatividad de la simultaneidad, significan el
reconocimiento de que lo que fue considerado un enunciado debe ser
reemplazado por una decisión. Encontrar todos los puntos en los cuales hay
decisiones implícitas es una de las más importantes tareas de la epistemología.

Las convenciones constituyen una clase especial de decisiones; ellas Las conven-
ciones cienti-
representan una elección entre concepciones equivalentes. Los diferentes ficas son un
sistemas de pesos y medidas son un buen ejemplo de tal equivalencia; ellos punto de
partida.
ilustran el hecho de que la decisión en favor de cierta convención no influye en
el contenido del conocimiento. Los ejemplos elegidos de la teoría del espacio y
del tiempo previamente mencionados son igualmente ubicables entre las
concepciones. Hay decisiones de otro carácter que no conducen a
concepciones equivalentes sino a sistemas divergentes; ellas pueden ser

29
llamadas bifurcaciones volitivas. Mientras una convención puede ser
comparada a una elección entre diferentes vías que conducen al mismo lugar,
la bifurcación volitiva se asemeja a una bifurcación de vías que nunca se
juntarán de nuevo. Hay bifurcaciones volitivas de importancia que se
encuentran en la misma entrada de la ciencia; estas son decisiones
concernientes a los fines de la ciencia ¿Cuál es el propósito de la investigación
científica? Esta es, lógicamente hablando, una cuestión que no es de carácter
veritativo sino una decisión volitiva y la decisión específica que dará respuesta
a esta cuestión pertenece al tipo de bifurcaciones volitivas. Si alguien nos dice
que estudia ciencia por placer y para llenar sus horas de ocio nosotros no
podemos esgrimir como objeción que este razonamiento es “un enunciado
falso” - no es un enunciado en absoluto sino una decisión y todos tienen
derecho a hacer lo que quieran. Nosotros podemos objetar que tal
determinación es opuesta al uso normal de las palabras y que lo que él llama el
fin de la ciencia es generalmente llamado el fin del juego- este si sería un
enunciado verdadero. Este enunciado pertenece a la parte descriptiva de la
epistemología, nosotros podemos mostrar que en libros y discursos la palabra
“ciencia” está siempre conectada con el “descubrimiento de la verdad” y a
veces también con la “predicción del futuro”. Pero, lógicamente hablando, este
es un asunto de decisiones volitivas. Es obvio que esta decisión no es una
convención o porque las dos concepciones obtenidas, por diferentes
postulados concernientes a los fines de la ciencia, no son equivalentes; se trata
de una bifurcación.

O tomemos una cuestión como la significación de cierto concepto.


Digamos la casualidad, o la verdad, o el significado mismo. Lógicamente
hablando esta es una cuestión de una decisión concerniente a la delimitación
de un concepto, aunque, por supuesto, la práctica científica ha decidido ya
acerca de esta delimitación de una manera más bien precisa. En tal caso debe
examinarse cuidadosamente si la decisión en cuestión es una convención o
una bifurcación. La delimitación de un concepto puede ser de carácter
convencional, por ejemplo diferentes delimitaciones pueden conducir a
sistemas equivalentes.

El carácter de ser verdadero o falso pertenece solamente a los La verdad o


falsedad es
enunciados, no a las decisiones. Nosotros podemos sin embargo, coordinar propiedad de
los enunciados.
con una decisión ciertos enunciados concernientes a ella; y, antes que todo,
hay dos tipos de enunciados que deben ser considerados. El primero es un
enunciado del tipo que ya hemos mencionado: establece qué decisión usa la
ciencia en la práctica. Pertenece a la epistemología descriptiva y es, por tanto,
de carácter sociológico. Nosotros podemos decir que este enunciado establece
un hecho objetivo, un hecho perteneciente a la esfera de los objetos del

30
conocimiento. Un hecho sociológico es de este tipo. Es, por supuesto, del
mismo tipo de hechos con los que trata la ciencia natural. Al segundo
enunciado le concierne el hecho de que, lógicamente hablando, hay una
decisión y no un enunciado; un hecho de esta clase puede ser llamado un
hecho lógico. No hay contradicción en hablar aquí de un hecho refiriéndonos a
una decisión, su carácter de ser una decisión es un hecho y puede ser
expresado por un enunciado.

Aquello resulta obvio por el carácter cognoscitivo de tal enunciado; el


enunciado puede ser correcto o errado y en algunos casos el enunciado errado
ha sido sostenido por centurias mientras que el enunciado correcto ha sido
descubierto sólo recientemente. Los ejemplos dados por las teorías de
Helmholtz y Einstein sobre el espacio y el tiempo pueden ser ilustrativos. Pero
un hecho de la clase aquí considerada no pertenece a la esfera de los objetos
de la ciencia y lo llamamos hecho lógico. Será una de nuestras tareas analizar
estos hechos lógicos y determinar su status lógico; pero por ahora usaremos el
término “hecho lógico” sin mayor explicación.

La diferencia entre enunciados y decisiones marca un punto en el cual ¿La epistemo-


logía decide
la distinción entre la tarea descriptiva y la tarea crítica de la epistemología que decisiones
están en uso?
cobra máxima importancia. El análisis lógico nos muestra que dentro del
sistema de la ciencia hay ciertos puntos sobre los cuales no puede plantearse
ninguna cuestión relacionada con la verdad pero donde puede asumirse una
decisión; la epistemología descriptiva nos dice que decisión está realmente en
uso. Muchas malas comprensiones y falsas pretensiones de la epistemología
tienen su origen aquí. Nosotros conocemos las pretensiones del Kantismo y del
Neokantismo de mantener a la geometría euclidiana como la única base
posible de la física. La moderna epistemología ha mostrado que el problema tal
como es formulado dentro del kantismo está mal planteado, desde que supone
una decisión que Kant no vio. Nosotros conocemos las controversias acerca
del “significado del significado”; su carácter apasionado se debe a la convicción
de que hay un significado absoluto del significado que debemos descubrir,
mientras que la cuestión puede ser discutida solamente con respecto al
concepto de significado correspondiente al uso de la ciencia o presupuesto en
ciertas conexiones. Pero nosotros no queremos anticipar la discusión de este
problema y nuestro ulterior tratamiento de él contendrá una más detallada
explicación de nuestra distinción entre enunciados y decisiones.

El concepto de decisión conduce a la tercera tarea que nosotros Una tarea


esencial de la
debemos encomendar a la epistemología. Hay muchas situaciones en las que epistemología
es la
las decisiones de la ciencia no pueden ser determinadas precisamente, porque orientación.
las palabras o métodos usados son demasiados vagos; y hay otras en las que

31
dos o aún más decisiones diferentes están en uso, entremezcladas e
interfiriéndose dentro del mismo contexto confundiendo las investigaciones
lógicas. El concepto de significado puede servir como ejemplo; algunos
ejemplos más simples se presentan en la teoría de la medida. El trabajo
concreto de la investigación científica puede poner de lado las exigencias del
análisis lógico, el hombre de ciencia no siempre tiene en cuenta las demandas
del filósofo. Sucede, por tanto, que las decisiones presupuestadas por la
ciencia positiva no son aclaradas. En tal caso será tarea de la epistemología
sugerir una propuesta en relación con la decisión y nosotros hablaremos, por
tanto, de la tarea de orientación de la epistemología como su tercera tarea.
Esta función de la epistemología puede resultar de un gran valor práctico, pero
debe pensarse con claridad que lo que se proporciona aquí es una propuesta y
no una determinación de carácter veritativo. Nosotros podemos señalar las
ventajas de la decisión propuesta y podemos usarla en nuestras propias
exposiciones de las materias relativas al caso, pero nunca podemos reclamar
acuerdo con nuestra propuesta en el mismo sentido en que lo reclamamos para
enunciados cuya verdad hemos probado.

Hay sin embargo, una cuestión concerniente a hechos que debe ser Las interco-
nexiones, entre
considerada en conexión con la propuesta de una decisión. El sistema del las ciencias es
otra tarea de la
conocimiento está interconectado de tal manera que algunas decisiones están
Epistemología.
ligadas entre sí; una decisión incluye otras y, aunque somos libres para elegir
la primera, no somos libres respecto de aquellas que la siguen. Llamaremos al
grupo de decisiones por una decisión, sus decisiones implicadas. Daremos un
ejemplo: la decisión por el sistema inglés de medidas conduce a la
imposibilidad de añadir números de medida de acuerdo a las reglas técnicas
del sistema decimal; así la renuncia a estas reglas será una decisión implicada.
O un ejemplo complicado: la decisión expresada en la aceptación de geometría
euclidiana en física puede conducir a la concurrencia de extrañas fuerzas, de
“fuerzas universales”, que distorsionan todos los cuerpos en la misma magnitud
y puede conducir aún a mayores inconvenientes concernientes al carácter
continuo de la causalidad. El descubrimiento de interconexiones de esta clase
es una importante tarea de la epistemología; las relaciones entre diferentes
decisiones son frecuentemente oscurecidas por la complejidad de la materia;
es solamente añadiendo el grupo de decisiones implicadas que una propuesta
respecto a una nueva decisión resulta completa.
Decir que algo
es Veritativo
El descubrimiento de las decisiones implicadas pertenece a la tarea tiene el mismo
crítica de la epistemología y las relaciones entre decisiones pertenecen a la sentido que
afirmar qué
clase de los hechos lógicos. Podemos reducir la tarea de orientación de la algo es
epistemología a la tarea crítica usando el siguiente procedimiento sistemático: Verdadero.
renunciamos a hacer propuestas y en lugar de eso construimos una lista de

32
todas las decisiones posibles, cada una acompañada de sus decisiones ¿Una decisión
puede ser
implicadas. Elegir después de conocer todas las conexiones factuales a los verdadera?
cuales él está ligado. Son una especie de postes de señales lógicas que
nosotros erigimos. Para cada camino damos su dirección junto con todas las
direcciones conexas y dejamos la elección de la ruta a cargo del caminante que
viaja a través de la selva del conocimiento. Tal vez el viajero estará más
agradecido por tales postes que si fuera mediante una recomendación
sugerente, directamente encaminado, por cierta senda. Dentro del marco de la
moderna filosofía de la ciencia hay un movimiento que lleva el nombre de
convencionalismo; éste trata de mostrar que la mayor parte de las cuestiones
epistemológicas no son de carácter veritativo sino que puede ser explicada por
decisiones arbitrarias.

Esta tendencia, ante todo, con su fundador Poincaré, tiene méritos


históricos como el haber conducido a la filosofía a poner énfasis en los
elementos volitivos del sistema del conocimiento los cuales habían sido
negados antes. En su posterior desarrollo, sin embargo, ha traspasado
grandemente sus límites por haber exagerado la parte ocupada por las
decisiones en el conocimiento. Las relaciones entre las diferentes decisiones
fueron soslayadas y la tarea de reducir la arbitrariedad a un mínimo por medio
de la mostración de las interconexiones lógicas entre las decisiones arbitrarias
fue olvidada. El concepto de decisiones implicadas, por tanto, puede ser
considerado como un dique contra el convencionalismo extremo: él nos permite
separar la parte arbitraria del sistema del conocimiento de su contenido
sustancial, discriminar entra la parte objetiva y la subjetiva de la ciencia. Las
relaciones entre las decisiones no dependen de nuestra elección sino son
prescritas por las reglas de la lógica o por las leyes de la naturaleza.

Aún más, resulta que la exposición de las decisiones implicadas decide


muchas querellas acerca de la toma de decisiones. Hay decisiones básicas que
gozan de una aceptación casi universal y si nosotros tenemos éxito en mostrar
que una de las decisiones discutibles está implicada por cierta decisión básica,
la aceptación de dicha decisión estará asegurada. Decisiones básicas de este
tipo, son, por ejemplo, el principio de que las cosas de la misma clase recibirán
los mismos nombres, o el principio de que la ciencia proporciona métodos para
predecir el futuro tan exactamente como sea posible (una demanda que será
aceptada aun si la ciencia es encargada de otras tareas). No diré que estas
decisiones básicas deben ser asumidas y retenidas en todo el desarrollo de la
ciencia; lo que quiero expresar es solamente que estas decisiones son
actualmente sostenidas por la mayor parte de la gente y que muchas
controversias acerca de decisiones se originan solamente en no ver la
implicación que conduce desde las decisiones básicas a la decisión en

33
discusión. La parte objetiva del conocimiento, sin embargo, debe ser liberada
de los elementos volitivos por el método de reducción, transformando la tarea
de orientación de la epistemología en la tarea crítica. Nosotros podemos
establecer la conexión en la forma de una implicación.

Si Ud., elige esta decisión entonces está obligado a aceptar este


enunciado o esta otra decisión. Esta implicación, tomada como un todo, está
libre de elementos volitivos; ella es la forma en la cual la parte objetiva del
conocimiento encuentra expresión.

Decisión Decisión
1 2

Decisión Decisión
5 3

Decisión
4

¿Qué criterios
debemos emplear
para una buena
decisión?

34
CAPITULO II

35
SOBRE LA METÓDICA YEXPLICACIONES

Mientras los animales inferiores sólo están en el mundo, el hombre trata de


entenderlo; y, sobre la base de su inteligencia imperfecta pero perfectible
del mundo, el hombre intenta enseñorearse de él para hacerlo más
confortable. En este proceso, construye un mundo artificial: ese creciente
cuerpo de ideas llamado «ciencia», que puede caracterizarse como
conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable y por consiguiente
falible. Por medio de la investigación científica el hombre ha alcanzado una
reconstrucción conceptual del mundo que es cada vez más amplia,
profunda y exacta.
Mario Bunge.

36
OBJETIVOS DE LA II UNIDAD

 El participante debe identificar los modelos de explicación vigente en


las ciencias y reconocer cuáles son las diferencias existentes entre
los modelos epistemológicos.

 El participante define y explica los conceptos empleados en las


posturas epistemológicas.

 El participante construye y diseña mapas conceptuales que articulen


los conceptos presentados en los presentes modelos
epistemológicos.

 El participante explica los conceptos en función a las relaciones


establecidas con el ámbito o medio social donde se desempeña.

37
ALAN CHALMERS; Bristol 1939

Nació en Bristol, Inglaterra en 1939, y


alcanzó un Licenciado en Física por la
Universidad de Bristol, y su maestría
en física de la Universidad de
Manchester. Su tesis doctoral sobre la
teoría electromagnética de JC Maxwell
fue concedida por la Universidad de
Londres. Su área de interés principal
es la filosofía de la ciencia. Desde
1971 ha sido profesor en diversas
universidades australianas, donde se
ha nacionalizado. En 1997 fue elegido
miembro de la Academy of
Humanities.

Libros Por Alan Chalmers

• El científico Atom y la piedra filosofal - Cómo la ciencia y la filosofía


Sucesor No se pudo tener conocimiento de los átomos, Springer, 2009.

• ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?, Universidad de Queensland de


prensa, Open University Press, edición revisada tercero, Hackett, 1999.
(ha sido traducido a más de quince idiomas en todo el mundo, y es
considerado como una de las mejores introducciones a la Filosofía de la
Ciencia)

• Ciencia y su fabricación, Open University Press y la Universidad de


Minnesota Press, 1990. (Traducido al francés, neerlandés, español,
coreano y chino)

38
III. EL INDUCTIVISMO: LA CIENCIA COMO CONOCIMIENTO
DERIVADO DE LOS HECHOS DE LA EXPERIENCIA

3.1. UNA OPINIÓN DE SENTIDO COMÚN AMPLIAMENTE COMPARTIDA


SOBRE LA CIENCIA.

El conocimiento científico es conocimiento probado. Las teorías La observación


y la experi-
científicas se derivan, de algún modo riguroso, de los hechos de la experiencia mentación dan
adquiridos mediante la observación y la experimentación. La ciencia se basa en una base segura
para derivar el
lo que podemos ver, oír, tocar, etc. Las opiniones y preferencias personales y conocimiento.
las imaginaciones especulativas no tienen cabida en la ciencia. La ciencia es
objetiva. El conocimiento científico es conocimiento fiable porque es
conocimiento objetivamente probado.

Sugiero que enunciados de este tipo resumen lo que en la época


moderna es una opinión popular sobre lo que es el conocimiento científico.

Esta opinión se hizo popular durante y como consecuencia de la


revolución científica que tuvo lugar fundamentalmente en el siglo XVII y que fue
llevada a cabo por pioneros de la ciencia tan grandes como Galileo y Newton.
El filósofo Francis Bacon y muchos de sus contemporáneos resumían la
actitud científica de la época cuando insistían en que si queremos
entender la naturaleza debemos consultar la naturaleza y no los escritos
de Aristóteles. Las fuerzas progresistas del siglo XVII llegaron a considerar
errónea la preocupación de los filósofos de la naturaleza medievales por las
obras de los antiguos, en especial de Aristóteles, y también por la Biblia, como
fuentes del conocimiento científico. Estimulados por los éxitos de «grandes
experimentadores» como Galileo, consideraron cada vez más la experiencia
como la fuente del conocimiento. Desde entonces ha aumentado
continuamente esta valoración gracias a los logros espectaculares de la ciencia
experimental. «La ciencia es una estructura asentada sobre hechos»,
escribe J. J. Davies en su obra On the scientific method. Y tenemos una
moderna valoración del logro de Galileo debida a H. D. Anthony:

No fue tanto las observaciones y experimentos realizados por


Galileo lo que originó la ruptura con la tradición, como su actitud
hacia ellos. Para él, los hechos extraídos de ellos habían de ser
tratados como hechos y no relacionados con una idea pre-
concebida... Los hechos de la observación podían encajar o no en
un esquema admitido del universo, pero lo importante, en opinión
de Galileo, era aceptar los hechos y construir una teoría que
concordara con ellos.

39
La concepción inductivista ingenua de la ciencia, que esbozaré
en las siguientes, secciones, puede ser considerada como un intento de
formalizar esta imagen popular de la ciencia. La he denominado inductivista
porque se basa en un razonamiento inductivo, como explicaré brevemente,
Argumentaré que esta concepción de la ciencia, como la concepción popular a
la que se asemeja, está completamente equivocada e incluso es
peligrosamente engañosa. Espero que para entonces resulte evidente que el
adjetivo «ingenuo» es el adecuado para describir a muchos inductivistas.

3.2. EL INDUCTIVISMO INGENUO

Según el inductivista ingenuo, la ciencia comienza con la observación.


El observador científico debe tener órganos sensoriales normales, no
disminuidos, y debe registrar de un modo fidedigno lo que pueda ver, oír, etc.,
que venga al caso de la situación que esté observando y debe hacerlo con una
mente libre de prejuicios. Se pueden establecer o justificar directamente como
verdaderos los enunciados hechos acerca del estado del mundo o de una parte
de él por un observador libre de prejuicios mediante la utilización de sus
sentidos. Los enunciados a los que se llega de este modo (los llamaremos
enunciados observacionales) forman, pues, la base de la que se derivan las ¿Qué es un
enunciado
leyes y teorías que constituyen el conocimiento científico. A continuación observacional?
presentarnos algunos ejemplos de enunciados observacionales no muy
excitantes:

A las doce de la noche del 1 de enero de 1975, Marte aparecía en tal y


tal posición en el cielo.

Ese palo, sumergido parcialmente en el agua, parece que está doblado.

El señor Smith golpeó a su mujer.

El papel de tornasol se vuelve Tojo al ser sumergido en el líquido.

La verdad de estos enunciados se ha de, establecer mediante una


cuidadosa observación. Cualquier observador puede establecer o comprobar
su verdad utilizando directamente sus sentidos. Los observadores pueden ver
por sí mismos. ¿Qué es un
enunciado sin-
gular?

Los enunciados del tipo citado anteriormente pertenecen al conjunto de


los denominados enunciados singulares. Los enunciados singulares, a

40
diferencia de un segundo grupo de enunciados que veremos en breve, se
refieren a un determinado acontecimiento o estado de cosas en un
determinado lugar y en un momento determinado. El primer enunciado se
refiere a una determinada aparición de Marte en un determinado lugar del cielo
en un momento especificado, el segundo a una determinada observación de un
determinado palo, etc. Es evidente que todos los enunciados observacionales
serán enunciados singulares. Proceden de la utilización que hace el observador
de sus sentidos en un lugar y un momento determinados.

A continuación veremos algunos ejemplos simples que podrían formar


parte del conocimiento científico.

De la astronomía:
Los planetas se mueven en elipses alrededor de su sol.

De la física:
Cuando un rayo de Iuz pasa de un medio a otro cambia de
dirección de tal manera que el seno del ángulo de incidencia dividido por
el seno del ángulo de refracción es una característica constante de los
dos medios.

41
De la psicología:
Los animales en general poseen una necesidad inherente de
algún tipo de descarga agresiva.

De la química:
Los ácidos vuelven rojo el papel de tornasol.

Estos son enunciados generales que expresan afirmaciones acerca de ¿Qué es


enunciado
un

las propiedades o el comportamiento de algún aspecto del universo. A general?


diferencia de los enunciados singulares, se refieren a todos los acontecimientos
de un determinado tipo en todos los lugares y en todos los tiempos. Todos los
planetas, estén donde estén situados, se mueven siempre en elipses alrededor
de su sol. Siempre que se produce una refracción lo hace según la ley de
refracción enunciada anteriormente. Todas las leyes y teorías que constituyen
el conocimiento científico son afirmaciones generales de esa clase y a tales
enunciados se les denomina enunciados universales.

Ahora se puede plantear la siguiente cuestión. Si la ciencia se basa en ¿Qué es una


ley universal?
la experiencia, entonces ¿por qué medios se pueden obtener de los
enunciados singulares, que resultan de la observación, los enunciados
generales que constituyen el conocimiento científico? ¿Cómo se pueden
justificar las afirmaciones generales y no restringidas que constituyen nuestras
teorías, basándose en la limitada evidencia constituida por un número limitado
de enunciados observacionales?

La respuesta inductivista es que, suponiendo que se den ciertas


condiciones, es lícito generalizar, a partir de una lista finita de enunciados
observacionales singulares, una ley universal. Por ejemplo, podría ser lícito
generalizar, a partir de una lista finita de enunciados observacionales
referentes al papel de tornasol que se vuelve rojo al ser sumergido en ácido,
esta ley universal: «los ácidos vuelven rojo el papel de tornasol», o generalizar,
a partir de una lista de observaciones referentes a metales calentados, la ley:
«los metales se dilatan al ser calentados». Las condiciones que deben
satisfacer esas generalizaciones para que el inductivista las considere lícitas se
pueden enumerar así:

A. El número de enunciados observacionales que constituyan la base de


una generalización debe ser grande.

B. Las observaciones se deben repetir en una amplia variedad de

42
condiciones.

C. Ningún enunciado observacional aceptado debe entrar en contradicción


con la ley universal derivada.

La condición 1 se considera necesaria, porque evidentemente no es


lícito concluir que todos los metales se dilatan al ser calentados basándose en
una sola observación de la dilatación de una barra de metal, por ejemplo, de la
misma manera que no es lícito concluir que todos los australianos son unos
borrachos basándose en la observación de un australiano embriagado. Serán
necesarias una gran cantidad de observaciones antes de que se pueda
justificar cualquier generalización. El inductivista insiste en que no debemos
sacar conclusiones precipitadas.

El tipo de razonamiento que nos permite ir de los enunciados singulares a los universales, es
decir, de la parte al todo, se llama razonamiento inductivo, y el proceso, inducción.

Si se confirma
HIPÓTESIS empíricamente
Teoría

Leyes
GENERALIZACIÓN
Leyes

OBSERVACIONES Leyes

Un modo de aumentar el número de observaciones en los ejemplos


mencionados sería calentar repetidas veces una misma barra de metal u
observar de modo continuado a un australiano que se emborracha noche tras
noche, y quizás día tras día. Evidentemente, una lista de enunciados
observacionales obtenidos de ese modo formaría una base muy insatisfactoria
para las respectivas generalizaciones. Por eso es necesaria la condición 2.
«Todos los metales se dilatan al ser calentados» sólo será una generalización
lícita si las observaciones de la dilatación en las que se basa abarcan una
amplia variedad de condiciones. Habría que calentar diversos tipos de metales,

43
barras de hierro largas, barras de hierro cortas, barras de plata, barras de
cobre, etc., a alta y baja presión, a altas y bajas temperaturas, etc. Si en todas
las ocasiones todas las muestras de metal calentadas se dilatan, entonces y
sólo entonces es lícito generalizar a partir de la lista resultante de enunciados
observacionales la ley general. Además, resulta evidente que si se observa que
una determinada muestra de metal no se dilata al ser calentada, entonces no
estará justificada la generalización universal. La condición 3 es esencial.

El tipo de razonamiento analizado, que nos lleva de una lista finita de


enunciados singulares a la justificación de un enunciado universal, que nos
lleva de la parte al todo, se denomina razonamiento inductivo y el proceso se
denomina inducción. Podríamos resumir la postura inductivista ingenua
diciendo que, según ella, la ciencia se basa en el principio de inducción,
que podemos expresar así:

Si en una amplia variedad de condiciones se observa una gran cantidad


de A y si todos los A observados poseen sin excepción la propiedad B,
entonces todos los A tienen la propiedad B.

Así pues, según el inductivista ingenuo el conjunto del conocimiento


científico se construye mediante la inducción a partir de la base segura que
proporciona la observación. A medida que aumenta el número de hechos
establecidos mediante la observación y la experimentación y que se hacen más
refinados y esotéricos los hechos debido a las mejoras conseguidas en las
técnicas experimentales y observacionales, más son las leyes y teorías, cada
vez de mayor generalidad y alcance, que se construyen mediante un cuidadoso
razonamiento inductivo. El crecimiento de la ciencia es continuo, siempre hacia
adelante y en ascenso, a medida que aumenta el fondo de datos
observacionales.

Hasta ahora, el análisis sólo constituye una explicación parcial de la


ciencia, ya que, con seguridad, una característica importante de la ciencia es
su capacidad para explicar y predecir. El conocimiento científico es lo que
permite al astrónomo predecir cuándo se producirá el próximo eclipse solar o al
físico explicar por qué el punto de ebullición del agua es inferior al normal en
altitudes elevadas. La figura 1 representa, de forma esquemática, un resumen
de toda la historia inductivista de la ciencia. El lado izquierdo de la figura se
refiere a la derivación de leyes y teorías científicas a partir de la observación
que ya hemos analizado. Queda por analizar el lado derecho. Antes de hacerlo,
hablaremos un poco del carácter de la lógica y del razonamiento deductivo.

44
Figura 1

3.3. LÓGICA Y RAZONAMIENTO DEDUCTIVO

Una vez que un científico tiene a su disposición leyes y


teorías universales puede extraer de ellas diversas consecuencias que le sirven
como explicaciones y predicciones. Por ejemplo, dado el hecho de que los
metales se dilatan al ser calentados es posible derivar el hecho de que los
raíles de ferrocarril continuos, sin que existan entre ellos pequeños huecos, se
distorsionarán con el calor del sol. Al tipo de razonamiento empleado en las
derivaciones de ésta clase se le denomina razonamiento deductivo. La
deducción es distinta de la inducción de la que ya se habló en la sección
anterior.

El estudio del razonamiento deductivo constituye la disciplina de la


lógica [A veces se considera que la lógica incluye el estudio del razonamiento
inductivo, de manera que hay una lógica inductiva así como una lógica
deductiva]. No se intentará proporcionar una explicación y valoración detalladas
de la lógica en este libro. En lugar de esto, se ilustrarán algunas de las

45
características importantes para nuestro análisis de la ciencia mediante
ejemplos triviales.

He aquí un ejemplo de deducción lógica.

Ejemplo 1:
1. Todos los libros de filosofía son aburridos.
2. Este libro es un libro de filosofía.
3. Este libro es aburrido

En este argumento; (1) y (2) son las premisas y (3) es la conclusión.


Es evidente, creo, que si (1) y (2) son verdaderas, (3) ha de ser verdadera. No
es posible que (3) sea falsa si (1) y (2) son verdaderas, ya que si (1) y (2)
fueran verdaderas y (3) falsa ello supondría una contradicción. Esta es la
característica clave de una deducción lógicamente válida. Si las premisas de
una deducción lógicamente válida son verdaderas, entonces la conclusión debe
ser verdadera.

Una ligera modificación del ejemplo anterior nos proporcionará un caso de


deducción no válida.

Ejemplo 2:

1. Muchos libros de filosofía son aburridos.


2. Este libro es un libro de filosofía.
3. Este libro es aburrido

En este ejemplo, (3) no se sigue necesariamente de (1) y (2). Es posible


que (1) y (2) sean verdaderas y que, no obstante, (3) sea falsa. Aunque (1) y
(2) sean verdaderas, puede suceder que este libro sea, sin embargo, uno de
los pocos libros de filosofía que no son aburridos. Afirmar que (1) y (2) son
verdaderas y que (3) es falsa no supone una contradicción. El argumento no es
válido.

El lector se puede sentir ya aburrido. Las experiencias de ese tipo


tienen que ver, ciertamente, con la verdad de los enunciados (1) y (3) en los
ejemplos 1 y 2. Pero una cuestión que hay que señalar aquí es que la lógica y
la deducción por sí solas no pueden establecer la verdad de unos enunciados
fácticos del tipo que figura en nuestros ejemplos. Lo único que la lógica puede
ofrecer a este respecto es que, si las premisas son verdaderas, entonces la
conclusión debe ser verdadera. Pero el hecho de que las premisas sean

46
verdaderas o no, no es una cuestión que se pueda resolver apelando a la
lógica. Una argumentación puede ser una deducción perfectamente lógica
aunque conlleve una premisa que sea de hecho falsa. He aquí un ejemplo.

Ejemplo 3:

1. Todos los gatos tienen cinco patas.


2. Bugs Pussy es mi gato.
3. Bugs Pussy tiene cinco patas

Esta deducción es perfectamente válida. El caso es que si (1) y (2) son


verdaderas, entonces (3) debe ser verdadera. Sucede que en este ejemplo (1)
y (3) son falsas, pero esto no afecta a la condición de la argumentación como
deducción válida. Así pues, la lógica deductiva por sí sola no actúa como
fuente de enunciados verdaderos acerca del mundo. La deducción se ocupa de
la derivación de enunciados a partir de otros enunciados dados.

3.4. LA PREDICCIÓN Y LA EXPLICACIÓN EN EL INDUCTIVISMO

Ahora estamos en condiciones de comprender de una manera


simple el funcionamiento de las leyes y teorías como aparatos explicatorios y
predictivos en la ciencia. Una vez más comenzaré con un ejemplo trivial para
ilustrar la cuestión. Consideremos el siguiente argumento:

1. El agua completamente pura se congela a unos 0º C (si se le da tiempo


suficiente)
2. El radiador de mi coche contiene agua completamente pura.
3. Si la temperatura baja a 0º C, el agua del radiador de mi coche se
congelará (si se le da tiempo suficiente)

Aquí tenemos un ejemplo de argumentación lógica válida para deducir


la predicción (3) del conocimiento científico contenido en la premisa (1). Si (1) y Si yo suelto una
manzana ¿debo
(2) son verdaderas, (3) debe ser verdadera. Sin embargo, la verdad de (1), (2) pensar de qué
y (3) no se establece gracias a ésta o a otra deducción. Para un inductivista, la ella cae? Pero
por qué no
fuente de la verdad no es la lógica, sino la experiencia. Desde este punto de podría ocurrir de
vista, (1) se determinará por observación directa del agua congelada. Una vez otra manera
distinta.
que se han establecido (1) y (2) mediante la observación y la inducción, se
puede deducir de ellas la predicción (3).

47
Ejemplos menos triviales serán más complicados, pero los papeles que
desempeñan la observación, la inducción y la deducción siguen siendo en
esencia los mismos. Como ejemplo final consideraremos la explicación
inductivista de cómo puede la ciencia física explicar el arco iris.

La premisa simple (1) del ejemplo anterior es reemplazada en este caso


por una serie de leyes que rigen el comportamiento de la luz, a saber, las leyes
de la reflexión y de la refracción de la luz y afirmaciones acerca de la medida
en que el grado de refracción depende del color. Estos principios generales se
derivan de la experiencia por inducción. Se efectúan una gran cantidad de
experimentos de laboratorio, reflejando rayos de luz de espejos y superficies de
agua, midiendo los ángulos de incidencia y refracción de los rayos de luz que
pasan del aire al agua, del agua al aire, etc., en una gran variedad de
condiciones, repitiendo los experimentos con luz de varios colores, etc., hasta
que se dan las condiciones necesarias para considerar lícita la generalización
inductiva de las leyes de la óptica.

También se reemplazará la premisa (2) del ejemplo anterior por una


serie más compleja de enunciados. Dichos enunciados incluirán afirmaciones
en el sentido de que el sol está situado en una posición determinada en el cielo
con respecto a un observador en la tierra, y que caen gotas de lluvia
procedentes de una nube situada en una región determinada con relación al
observador. Nos referiremos a estos conjuntos de enunciados, que describen
los detalles de la situación que se está investigando, como las condiciones
iniciales. Las descripciones de las situaciones experimentales serán ejemplos
típicos de condiciones iníciales.

48
Dadas las leyes dela óptica y las condiciones iniciales, es posible
entonces efectuar deducciones que proporcionen una explicación de la
formación de un arco iris visible para el observador. Estas deducciones ya no
serán tan evidentes como en nuestros ejemplos anteriores y supondrán tanto
argumentaciones matemáticas como verbales. La argumentación será más o
menos la siguiente. Si suponemos que una gota de lluvia es más o menos
esférica, entonces el trayecto de un rayo de luz a través de una gota de agua
será más o menos el dibujado en la figura 2. Si un rayo de luz blanca incide en
una gota de lluvia en a, entonces, si la ley de la refracción es verdadera, el rayo
rojo viajará a lo largo de la línea ab y el rayo azul a lo largo de ab'. Una vez
más, si las leyes que rigen la reflexión son verdaderas, entonces ab debe
reflejarse a lo largo de bc y ab' a lo largo de b'c'. De nuevo la refracción en c y
c' se determinará mediante la ley de la refracción, de modo que un observador
que contemple la gota de lluvia verá los componentes rojo y azul de la luz
blanca por separado (y también todos los demás colores del espectro). Nuestro
observador también podrá ver la misma separación de colores en cualquier
gota de lluvia que esté situada en una parte del cielo tal que la línea que una la
gota de lluvia con el sol forme un ángulo D con la línea que une la gota de lluvia
con el observador. Así pues, las consideraciones geométricas proporcionan la
conclusión de que el observador podrá ver un arco coloreado, siempre que la
nube de lluvia esté suficientemente extendida.

Figura 2

49
En esta ocasión sólo he bosquejado la explicación del arco iris, pero lo
que se ofrece debe bastar para ejemplificar la forma general del razonamiento
implicado. Dado que las leyes de la óptica son verdaderas (y para el
inductivista ingenuo eso se puede establecer por inducción a partir de la
observación) y dado que las condiciones iníciales están descritas de modo
preciso, se sigue necesariamente la explicación del arco iris. Se puede resumir
de la siguiente manera la forma general de todas las explicaciones y
predicciones científicas:

1. Leyes y teorías.
2. Condiciones iniciales.
¿Es lo mismo
3. Predicciones y explicaciones una ley que una
teoría?

Esta es la etapa representada en el lado derecho de la figura 1.

La siguiente descripción del método científico, efectuada por un


economista del siglo XX, se ajusta exactamente a la concepción inductivista
ingenua de la ciencia tal y como la he descrito e indica que no es tan sólo una
postura que me he inventado con el propósito de criticarla.

Si tratamos de imaginar cómo utilizaría el método científico una mente


de poder y alcance sobrehumanos, pero normal por lo que se refiere a los
procesos lógicos de su pensamiento... el proceso sería el siguiente:

En primer lugar, se observarían y registrarían todos los hechos, sin


seleccionarlos ni hacer conjeturas a priori por lo que se refiere a su
importancia relativa.

50
En segundo lugar, se analizarían, compararían y clasificarían los hechos
registrados y observados, sin más hipótesis o postulados que los que
necesariamente supone la lógica del pensamiento.

En tercer lugar, se harían generalizaciones inductivas referentes a las


relaciones clasificatorias o causales que hay entre los hechos, a partir de
ese análisis de ellos.

En cuarto lugar, la investigación posterior sería tanto deductiva como


inductiva, utilizando inferencias realizadas a partir de generalizaciones
previamente establecidas.

3.5. EL ENCANTO DEL INDUCTIVISMO INGENUO

La concepción inductivista ingenua de la ciencia tiene ciertos méritos


aparentes. Su atractivo parece residir en el hecho de que proporciona una
explicación formalizada de algunas de las impresiones populares sobre el
carácter de la ciencia, su poder explicatorio y predictivo, su objetividad y su
superior fiabilidad en comparación con otras formas de conocimiento.

Ya hemos visto cómo el inductivista ingenuo da cuenta del poder


explicatorio y predictivo de la ciencia.

La objetividad de la ciencia inductivista se deriva del hecho de que tanto ¿Cuál es la


diferencia
la observación como el razonamiento inductivo son objetivos en sí mismos. entre el
Cualquier observador que haga un uso normal de sus sentidos puede averiguar ‘principio de
inducción’,
enunciados observacionales. No se permite que se inmiscuya ningún elemento ‘razonamiento
o inductivo’,
personal, subjetivo. La validez de los enunciados observacionales, cuando se método
obtienen de manera correcta, no dependen del gusto, la opinión, las inductivo e
inductivismo?
esperanzas o las expectativas del observador. Lo mismo se puede decir del
razonamiento inductivo, mediante el cual se deriva el conocimiento científico a ?
partir de los enunciados observacionales. O las inducciones satisfacen las
condiciones prescritas o no las satisfacen. No es una cuestión subjetiva de
opinión.

La fiabilidad de la ciencia se sigue de las afirmaciones del inductivista


acerca de la observación y la inducción. Los enunciados observacionales que
forman la base de la ciencia son seguros y fiables porque su verdad se puede

51
determinar haciendo uso directo de los sentidos, Además, la fiabilidad de los
enunciados observacionales se transmitirá a las leyes y teorías derivadas de
ellos, siempre que se satisfagan las condiciones para una lícita inducción, lo
cual queda garantizado por el principio de inducción que forma la base de la
ciencia según el inductivista ingenuo.

Ya he mencionado que considero que la concepción inductivista


ingenua de la ciencia está muy equivocada y es peligrosamente engañosa.

Sin embargo, quizás deba aclarar que la postura que he esbozado es


una forma muy extrema de inductivismo. Muchísimos inductivistas sofisticados
no querrían verse asociados con algunas características de mi inductivismo
ingenuo. No obstante, todos los inductivistas afirmarían que, en la medida en
que se pueden justificar las teorías científicas, se justifican porque se apoyan
inductivarnente en la base más o menos segura que proporciona la
experiencia.

52
ERNEST NAGEL; Praga, 1901 -
Nueva York 1985.

Fue un filósofo estadounidense de


origen Checo, uno de los teóricos
más importantes de Filosofía de la
ciencia de su tiempo. Se licenció
en Ciencias en la City College de
Nueva York, y obtuvo el
doctorado en la Universidad de
Columbia, de la que después sería
profesor. Su obra fundamental es
La estructura de la ciencia
(1961).

Nagel fue el primero en formular que posicionando analíticamente las


equivalencias entre los términos de diferentes ciencias, uno podría
eliminar todos los compromisos ontológicos, excepto los estrictamente
necesarios de cada ciencia. Se proponía así analizar la lógica de la
investigación científica y la estructura lógica de sus productos
intelectuales.

Además, se desempeñó como editor de la Revista de Filosofía(1939-


1956) y de la revista Journal of Symbolic Logic. Nagel trato de mostrar
que la misma lógica de la explicación científica era válida en todas las
ciencias. Consideraba que la controversia entre el descriptivo, el realista,
y los puntos de vista instrumentalista de los conceptos científicos era
simplemente debido a los modos preferidos de expresión. Nagel se
convirtió en profesor emérito de la Universidad en 1970 y permaneció
como un profesor especial de Columbia hasta 1973.

53
IV. EL MODELO DEDUCTIVO DE EXPLICACIÓN

Desde que Aristóteles analizó la estructura de lo que él consideraba


como el ideal de la ciencia, la idea de que las explicaciones científicas deben
tener siempre la forma de una deducción lógica ha gozado de amplia
aceptación. Aunque puede discutirse la universalidad del modelo deductivo,
aun cuando dicho modelo sea propuesto como ideal, es indiscutible que
muchas explicaciones de las ciencias —también los sistemas explicativos más
vastos e impresionantes—, tienen esta forma. Además, de muchas
explicaciones que aparentemente no obedecen a este modelo, cuando se
hacen explícitas las suposiciones implícitas en las mismas, se comprueba que,
en realidad, responden a él; y tales casos no deben ser considerados como
excepciones del modelo deductivo, sino como ilustraciones del uso frecuente
de razonamientos entimemáticos

Por ejemplo, la dilatación, de un trozo de alambre en una ocasión determinada puede ser
explicada citando el hecho de que se acaba de calentar el alambre; y es evidente que el explicandum no
se deduce lógicamente de la premisa explicativa, como se indica. Sin embargo, parece muy plausible que
la explicación propuesta supone tácitamente premisas adicionales, por ejemplo, que el alambre es de
cobre y que el cobre siempre se dilata al ser calentado. Cuando se hacen explícitas estas suposiciones
adicionales, la explicación sigue el modelo deductivo.

Debemos investigar, sin embargo, si además del requisito definicional Entimema es un


razonamiento
de que en los tipos deductivos de explicación el explicandum se deduzca que se formula
lógicamente de las premisas explicativas, las explicaciones satisfactorias de en forma
incompleta, parte
este tipo deben cumplir otras condiciones. Pues es evidente que no toda del cual se deja
sobrentendido, o
explicación propuesta es aceptable simplemente porque tenga una estructura sea que está
deductiva. Por ejemplo, es probable que nadie considere, satisfactoria una implícito dentro
del contexto del
explicación del hecho de que Júpiter tenga al menos un satélite a partir del discurso del
hecho de que Júpiter tenga ocho lunas, aunque el primer enunciado se caso. “de una
mujer que tiene
desprenda lógicamente del segundo. Las discusiones relativas a este problema leche se puede
se remontan a la antigüedad griega, y se han sugerido muchas condiciones inferir que está
embarazada
adicionales. Para mayor conveniencia, podemos clasificar estas condiciones en
tres categorías: las condiciones lógicas, que especifican diversos requisitos
formales para las premisas explicativas; las epistémicas, que estipulan las
relaciones cognoscitivas en las que debemos colocarnos frente a la premisa; y

54
las substantivas, que prescriben el tipo de contenido (empírico o de otra
especie) que deben tener las premisas. El significado de estos rótulos se
aclarará a medida que avancemos en nuestra exposición. Pero sería engorroso
y requeriría inútiles repeticiones examinar separadamente cada tipo de
condición; por consiguiente, no intentaremos realizar tal análisis rígidamente
dividido. No obstante esto, consideraremos en este capítulo la mayor parte de
las condiciones lógicas que es menester destacar.

4.1. EXPLICACIONES DE SUCESOS PARTICULARES

Comencemos con un ejemplo de explicación deductiva en el cual el


explicandum es un suceso particular. Consideremos la ilustración de la
humedad que se forma sobre la superficie de un vaso un día determinado.
Formulada más cuidadosamente, la explicación sería la siguiente:

Cuando se reduce la temperatura de cualquier volumen de aire que El modelo


deductivo: es
contiene vapor de agua por debajo del punto en el cual la densidad del vapor considerado
del aire es mayor que la densidad de saturación del vapor de agua del aire, a como él para-
digma de toda
esta temperatura, el vapor contenido en el aire se condensa convirtiéndose en explicación
agua líquida en aquellos lugares en los que la temperatura del aire ha caído por genuina y a
menudo adop-
debajo de este punto de saturación. tado como la
forma ideal
parahallar
El volumen de aire que ayer rodeaba al vaso contenía vapor de agua. explicaciones.
La temperatura de la capa de aire inmediatamente adyacente al vidrio se
redujo cuando se echó agua helada en el vaso.
La densidad real de vapor en esa capa de aire cuando su temperatura
disminuyó fue mayor que la densidad de saturación a la nueva
temperatura.
Por consiguiente, el vapor de esa capa adyacente de aire se condensó
sobre la superficie del vaso y se convirtió en agua, o sea, se formó
humedad sobre el vaso.

Lo primero que es menester observar en


este ejemplo es que las premisas contienen un
enunciado de forma universal que afirma una
conexión invariable entre ciertas propiedades.
En otros ejemplos, puede aparecer en las
premisas, más de, una ley universal semejante

De hecho, aun en este ejemplo se suponen


tácitamente otras leyes. Una ley semejante es

55
la de que para cada temperatura el aire tiene una densidad de saturación
definida. Otras, leyes que pasan inadvertidas fácilmente porque son muy
familiares se ocultan en la caracterización de diversas cosas como agua, vaso,
etc. Estas últimas leyes afirman, en efecto, que hay distintos tipos de
substancias, cada una de las cuales manifiesta ciertas concatenaciones de
características y modos de conducta fijos. Por ejemplo, el enunciado de que algo
es agua afirma implícitamente que una serie de propiedades (un cierto estado de
agregación, un cierto calor, un cierto punto de congelación y de ebullición,
ciertas afinidades para entrar en reacciones químicas con otros tipos de
substancias, etc.) están uniformemente asociadas entre sí. El descubrimiento y
la clasificación de tipos de substancias constituyen una etapa temprana pero
indispensable en el desarrollo del conocimiento sistemático; y todas las ciencias,
inclusive la física y la química, postulan, refinan y modifican distinciones con res-
pecto a tipos de substancias que han sido reconocidas inicialmente en la
experiencia común. En verdad, el desarrollo de vastos sistemas teóricos sólo
parece posible después de realizar una clasificación preliminar de tipos de
substancias, y la historia de la ciencia confirma repetidamente la opinión de que
la observación y el ordenamiento de diversos tipos de substancias —etapa de
investigación llamada a menudo "historia natural"— es un prerrequisito para el
descubrimiento de tipos de leyes reconocidos más comúnmente y para la
construcción de teorías de largo alcance. La física y la química. sólo surgieron
después de tales clasificaciones preliminares de substancias (cuyos comienzos
se pierden en la primitiva antigüedad); la botánica y la zoología tradicional
consisten, en gran parte, en especificaciones y subordinaciones de especies, y
algunas de las ciencias sociales aún pugnan por lograr formulaciones útiles y
confiables de tipos de seres humanos y de instituciones sociales. El
reconocimiento de diferentes especies marchan a la par con la subordinación (o
inclusión) de una especie a otra. Así, la química no sólo distingue entre las
especies cobre y azufre, sino también entre metales y no metales; incluye el
cobre entre los metales y el azufre entre los no metales. Análogamente, la
biología incluye las especies tigre y león en el género común gato, esta última en
el orden más amplio de los carnívoros, los carnívoros en la clase de los
mamíferos, y así sucesivamente. Cuando se logra un sistema de inclusión entre
especies, es posible, explicar (aunque sea de una manera tosca) por qué un
objeto individual es un miembro de una especie determinada, mostrando que
ese objeto es un miembro de una especie subordinada (por ejemplo, un
animalito doméstico es un mamífero porque es un gato y los gatos son
mamíferos). Tales explicaciones, obviamente, están muy lejos del tipo de expli-
caciones al cual nos han acostumbrado las ciencias teóricas modernas; sin
embargo, son los primeros pasos por el camino que conduce a las últimas.

Si ahora hacemos una generalización a partir de este ejemplo, resulta Explicar es


responder a
que una al menos de las premisas de una explicación deductiva de un la(s)
explicandum singular debe ser una ley universal; además, su importancia no es pregunta(s)
¿por qué?
secundaria, sino que desempeña un papel esencial en la deducción del
explicandum.

56
Se introduce esta condición para eliminar excepciones triviales. Así, aunque
"Pérez es más viejo que Rodríguez" es deducible de las dos premisas
"Rodríguez es más joven que Pérez" y "todos los mamíferos son vertebrados",
no será considerada como una explicación aunque las premisas incluyan una ley
general, simplemente porque la segunda premisa no es necesaria para la
deducción.

Es evidente que este requisito basta para excluir como caso genuino de
explicación la deducción, mencionada antes, del hecho de que Júpiter tiene al
menos un satélite a partir del hecho de que este planeta tiene ocho lunas.

Pero además de una ley universal, las premisas anteriores también


contienen una serie de enunciados singulares, los cuales afirman que han El
explicandum,¿es
ocurrido ciertos sucesos en momentos y lugares indicados o que determinados una ley
objetos tienen propiedades definidas. Nos referiremos a tales enunciados universal?
singulares como a "enunciados de las condiciones iniciales" (o, más
brevemente, como a las "condiciones iniciales"). En general, las condiciones
iniciales constituyen las circunstancias especiales a las cuales se aplican las
leyes incluidas en las premisas explicativas. Sin embargo, no es posible
formular en términos generales las circunstancias que es menester elegir para
que sirvan como condiciones iniciales apropiadas, pues la respuesta a la
Si afirmamos:
cuestión depende del contenido específico de las leyes empleadas, así como Todos los
de los problemas especiales para cuya solución se invocan estas leyes. números son
pares.
Entonces esto
significaría que
El carácter indispensable de las condiciones iniciales para la explicación cualquier
elemento de
deductiva de sucesos particulares es obvio, desde, un punto de vista lógico ese universo
cumple con ser
formal. Pues es lógicamente imposible deducir un enunciado de forma singular número y par.
a partir de enunciados que tienen la forma de un condicional universal. (Por (x) (NxPx)
¿Esto sería
ejemplo, es imposible deducir un enunciado singular de la forma "x es B" a una condición
partir de un condicional universal de la forma "Para todo x, si x es A, entonces inicial?

57
x es B".) Pero por obvio que esto sea, se trata de un punto importante que con
frecuencia se pasa por alto en las discusiones acerca de los procedimientos
científicos. Su olvido es responsable, al menos en parte, de la manera
despreocupada de usar a veces grandes generalizaciones para explicar
cuestiones de hechos especiales (particularmente, en el estudio de asuntos
humanos) y del escaso valor, que, a veces, los observadores asignan a
laboriosas investigaciones para determinar los hechos. Sin embargo, a menudo
es difícil utilizar de manera concreta leyes y teorías, simplemente porque
las condiciones iniciales específicas para su aplicación son inaccesibles, y, por
lo tanto, desconocidas. Y, a la inversa, con frecuencia se proponen
explicaciones equivocadas y se hacen predicciones falsas porque las
suposiciones generales empleadas, aunque bastante correctas en sí mismas,
se aplican a situaciones que no constituyen condiciones iniciales apropiadas
para tales suposiciones. Si bien las leyes de uno u otro tipo son indispensables
en las explicaciones científicas del curso real de los acontecimientos, lo que
acontece no puede ser explicado exclusivamente con referencias a leyes. En la
búsqueda de explicaciones científicas, como en la solución de pleitos jurídicos,
los, principios generales solos no bastan para determinar un caso particular.

Por consiguiente, una explicación científica deductiva cuyo explicandum


sea el acontecer de cierto suceso o la posesión de una propiedad por un objeto
determinado debe satisfacer dos condiciones lógicas. Las premisas deben
contener al menos una ley universal, cuya inclusión en las mismas es esencial
para la deducción del explicandum; y las premisas deben contener, también, un
número adecuado de condiciones iniciales.

Ley universal
Premisas
Condiciones iniciales
explicandum

El explicandum es una consecuencia lógicamente necesaria de las


premisas explicatorias.

Aunque la explicación de que un hecho particular requiere la inclusión en las


premisas de enunciados legales y enunciados referentes a condiciones iniciales,
las investigaciones pueden diferir según estén dirigidas a hallar y establecer un
tipo de premisas u otro. Así, podemos observar la aparición de cierto fenómeno y
luego tratar de explicarlo descubriendo algún otro fenómeno que, sobre la base
de una ley ya establecida, pueda ser considerado como la condición para la
aparición del fenómeno dado. Por ejemplo, si el neumático de un automóvil se
desinfla podemos iniciar una búsqueda de alguna pinchadura, partiendo de la
suposición general de que un neumático se desinfla como consecuencia de las

58
pinchaduras. Por otro lado, podemos observar la aparición de dos o más
fenómenos, sospechar que están relacionados e intentar descubrir las leyes que
formulan los modos específicos de dependencia entre los fenómenos de ese
carácter. Así, podemos observar que el pulso de una persona se acelera cuando
ésta se empeña en algún ejercicio vigoroso; y si sospechamos que la
aceleración del pulso depende de algún modo del ejercicio, podemos investigar
el modo preciso de conexión entre las actividades para obtener una fórmula
general de su relación de dependencia. Asimismo, en el intento de explicar
algunos sucesos, se puede dirigir la investigación al descubrimiento de ambos
tipos de premisas explicativas. Por ejemplo, podemos no conocer ninguna ley
atinente a la aparición de cierto crecimiento canceroso y podemos desconocer
también los fenómenos específicos de los cuales depende tal crecimiento. Y
podemos, por ende, tratar de descubrir las circunstancias particulares que dieron
origen al cáncer y, al mismo tiempo, las leyes que conectan tales circunstancias
con los crecimientos cancerosos.

4.2. LA EXPLICACIÓN DE LEYES

Los tratados dedicados a exponer sistemáticamente alguna rama de la Esto no significa,


que las leyes se
ciencia organizada deductivamente no contienen, por lo común, explicaciones establezcan
de sucesos aislados y hechos particulares; y cuando las contienen, a menudo siempre por
medios
sólo persiguen el propósito de ilustrar las aplicaciones de leyes y teorías. En las deductivos
unicamente. De
ciencias físicas más avanzadas, en todo caso, el propósito principal es la hecho, la
explicación de leyes y, en consecuencia, la interrelación sistemática de las mayoría de las
leyes están bien
mismas. fundadas
aduciendo
elementos de
Toda explicación de leyes parece ser del tipo deductivo y debemos juicio observa-
cionales en su
examinar los rasgos especiales que las caracterizan. Consideraremos en favor.
primer término la explicación de leyes universales. Además, ignoraremos por el
momento no sólo las leyes estadísticas, sino también la distinción mencionada
antes entre explicaciones cuyas premisas son todas "leyes experimentales" y
explicaciones cuyas premisas incluyen
suposiciones "teóricas". Consideremos, pues,
Siempre es posible obtener una sola
por ejemplo el caso de por qué el hielo flota premisa, mediante la conjunción de
en el agua. Sería tedioso, sin embargo, varias premisas. Lo que se quiere
especificar con todo detalle la deducción decir, es que si sólo hubiera una única
rigurosa de esta ley a partir de las premisas premisa conjuntiva, ella sería
que los físicos habitualmente presuponen equivalente a una clase de premisas
lógicamente independientes en la cual
cuando la explican. Bastarán para nuestro
la clase contendría más de un
propósito las alusiones hechas antes acerca
miembro.
de la identidad de estas premisas.

59
Una primera aproximación a tal deducción es la siguiente: la fuerza de empuje
de un líquido sobre un cuerpo sumergido en él se ejerce en una dirección
perpendicular a la superficie del líquido y es igual, pero de sentido opuesto, al
peso del líquido desplazado por el cuerpo. [Por lo tanto, la fuerza de empuje del
agua sobre el hielo sumergido en ella tiene una dirección perpendicular a la
superficie del agua y es igual al peso del agua desplazada por el hielo.]

Un cuerpo está en equilibrio si y sólo si la suma vectorial de las fuerzas que


actúan sobre él es cero. [Por lo tanto, el hielo sumergido en agua estará en
equilibrio si y sólo si la suma vectorial de las fuerzas que actúan sobre el hielo es
cero.]
La suma vectorial de las fuerzas que actúan sobre un cuerpo sumergido en un
líquido, en una dirección paralela a la, superficie del líquido, es cero.
Toda fuerza es la suma vectorial de dos fuerzas (llamadas las "componentes")
de la fuerza dada cuyas direcciones son perpendiculares entre sí. [Por lo tanto,
el hielo sumergido en agua estará en equilibrio si y sólo si la suma vectorial de
las fuerzas que actúan sobre el hielo en una dirección perpendicular a la
superficie del agua es cero. Por lo tanto, también si las únicas fuerzas que
actúan sobre el hielo sumergido en agua son la fuerza de empuje del agua y la
fuerza del peso del hielo, el hielo sumergido en agua estará en equilibrio si y sólo
si la fuerza de empuje del agua es igual, pero de sentido opuesto, al peso total
del hielo.]
La densidad del agua es mayor que la densidad del hielo. [Por lo tanto, el peso
de un volumen determinado de agua es mayor que el peso de un volumen igual
de hielo.]
Por lo tanto, si las únicas fuerzas que actúan sobre el hielo sumergido en agua
son la fuerza de empuje del agua y su propio peso, el hielo sumergido en agua
estará en equilibrio si y sólo si una parte del hielo no está sumergida, y la fuerza
de empuje del agua es igual y de sentido opuesto al peso del agua desplazada
por la parte de hielo sumergido. En resumen, el hielo sumergido en agua (y
sometido solamente a la acción de fuerzas "normales") estará en equilibrio si y
sólo si flota.

Hay tres cosas evidentes en esta explicación: Todas las premisas son Ten presente
que las
enunciados universales; hay más de una premisa, y cada una de ellas esencial definiciones
para la deducción del explicandum; y las premisas, tomadas aislada o son una parte
esencial en la
conjuntamente, no se deducen lógicamente del explicandum. El primer punto ciencia.
sólo requiere breve comentario, pues es lógicamente inevitable, ya que el Es necesario el
poder distinguir
explicandum mismo es una ley universal. Por consiguiente, la introducción el explicandum
de condiciones iniciales en las premisas sería gratuita en la explicación de del explicans.
leyes universales.

60
Pero el segundo punto plantea el
problema de saber si la presencia de más de Se realiza, en efecto, la deducción,
una ley universal en las premisas es sólo sustituyendo las "variables"
implícitas en la formulación del
una peculiaridad del ejemplo usado o si es
principio de Arquímedes por valores
un rasgo esencial de todas las explicaciones particulares. La forma esquemática
aceptables. No podemos resolver esta de la deducción es la siguiente:
cuestión de manera definitiva, pues no Para todas las propiedades P
tenemos un criterio preciso para distinguir que están en K1y para todas
entre las explicaciones satisfactorias y las las propiedades Q que está en
K2todos los P son Q.
que no lo son. Sin embargo, es oportuno
A esta en K1, y B está en K2, ex
preguntarse si la deducción de una ley vi terminorum.
universal a partir de una sola premisa sería Por consiguiente, todos los A
considerada normalmente como una son B.
explicación de la primera. Para tomar un
La deducción es totalmente análoga
ejemplo concreto, consideraremos la ley de
a la derivación de la ley de Boyle —
Arquímedes, según la cual la fuerza de la cual afirma que, para todo gas
empujé que ejerce un líquido sobre un ideal, el producto de la presión del
cuerpo sumergido en él es igual al peso del gas por su volumen es constante,
líquido desplazado por este cuerpo. De esta cuando la temperatura del gas es
constante— a partir de la ley de
ley se deduce, como caso especial, que la
Boyle- Charles según la cual, para
fuerza de empuje del agua sobre el hielo todo gas ideal, el producto de la
sumergido en ella es igual al peso del agua presión del gas por su volumen es
desplazada por el hielo. Sin embargo, proporcional a su temperatura.
parece improbable que la mayoría de los
físicos considere que se ha explicado la ley
de este modo; y pocas personas, ciertamente, "tendrían la 'sensación" de que
esta deducción de la ley especial es una explicación. Si este ejemplo puede ser
considerado típico y si estas conjeturas acerca de cómo responderían ante él
los científicos son correctas, parece un requisito lógico razonable para la
explicación de leyes que las suposiciones explicativas contengan, al menos,
dos premisas formalmente independientes.

Pero hay también otra consideración que habla en favor de este requi-
sito, aunque la misma no agrega peso a la argumentación, de manera in-
dependiente. A menudo, reservamos la palabra "explicación", al analizar
leyes, a uno de dos casos posibles. En el primero de éstos, se muestra que el
"fenómeno" formulado por la ley es el resultado de varios factores
independientes que entran en algún conjunto especial de relaciones. En el
segundo caso, se muestra que la asociación invariable entre las características
afirmadas por la ley es el producto de dos o más asociaciones que se
establecen entre las características mencionadas en la ley y otras que son
eslabones intermedios de una cadena o red. La intención que guía el

61
establecimiento de esta diferencia quizás se aclare con los siguientes ejemplos
esquemáticos.

Supongamos que una ley universal tiene la forma de un condicional


universal simple: "para todo x, si x es A, entonces x es B" (o "todos los A son
B") donde "A" y "B" designan propiedades definidas. Supongamos que la
propiedad A sólo aparece si aparecen también las propiedades A1 y A2
conjuntamente; y supongamos, de manera análoga, que B aparece sólo si
aparecen conjuntamente B1 y B2. Supongamos, además, que todos los A1 son
B1 y todos los A2 son B2. De esto se deduce entonces que todos los A son B,
de modo que esta ley, queda explicada. Este esquema ilustra la primera de las
anteriores alternativas.

Un ejemplo concreto es la explicación de la ley según la cual el hielo


flota en el agua, puesto que se presenta la conducta del hielo en el agua como
la resultante de varias fuerzas independientes que actúan sobre el cuerpo
sumergido. Sin embargo, la estructura lógica real de esta explicación es mucho
más compleja que la descripta por el anterior esquema simple.

Obtenemos una ilustración esquemática de la segunda alternativa


mediante una explicación de una ley que tenga la forma "todos los A son B",
cuando se la deduce de dos leyes que tienen, respectivamente, las formas Si afirmamos:
(x) (Ax Cx)
"todos los A son C" y "todos los C son B". Un ejemplo concreto de este caso es (x) (CxBx)
la explicación de la ley "cuando los gases que contienen vapor de agua se
(x) (NxPx)
expanden lo suficiente sin cambiar su contenido de calor, el vapor se ¿Esto sería
condensa", cuando se la deduce de las dos leyes "cuando los gases se una ley?

expanden sin un cambio en su contenido de calor, su temperatura disminuye" y


"cuando disminuye la temperatura de un gas que contiene vapor de agua,
disminuye también la densidad de saturación del vapor".

Es evidente que las explicaciones que caen en uno u otro de estos


esquemas alternativos emplean al menos dos premisas. Pero, adoptemos o no
el requisito de que estén presentes al menos dos premisas en una explicación
satisfactoria, podemos estar bastante seguros de que no encontraremos en las
ciencias muchas explicaciones que lo violen.

62
El tercer punto señalado antes en lo concerniente al ejemplo del hielo —
que el explicandum no debe implicar lógicamente las premisas— es menos
discutible como requisito general para las explicaciones. Pues si no se
satisficiera esta condición, la conjunción de las premisas sería lógicamente
equivalente al explicandum, en cuyo caso las premisas no harían más que
reformular la ley para la cual se propone la explicación, Tomemos como
ejemplo la ley de que el tiempo que tarda un cuerpo en caída libre para recorrer
determinada distancia es proporcional a la raíz cuadrada de esta distancia.
Esta ley se deduce lógicamente de la ley según la cual la distancia recorrida
por un cuerpo en caída libre es proporcional al cuadrado de la duración de la
caída. Sin embargo, probablemente nadie llame a esto una explicación de la
primera ley, pues la premisa no es más que una transformación del
explicandum, matemáticamente equivalente a éste. (Este ejemplo viola el
requisito de que una explicación debe tener más de una premisa. Los ejemplos
que no violan esta condición pero en los cuales las premisas y el explicandum
son, a pesar de todo, lógicamente equivalentes —por ejemplo, la formulación
newtoniana de la mecánica, familiar para los estudiantes de física noveles, y la
formulación más general de la teoría dada por el físico teórico del siglo XVIII
Joseph Lagrange, formulación menos familiar porque es matemáticamente
menos elemental—, son demasiado complejos para formularlos en detalle.) Si
alguien lo hiciera, también podría tomar el explicandum como una explicación
de sí mismo.

Es evidente, pues, que esperamos La palabra 'unicornio' designa a un


animal semejante a un caballo, con la
de las premisas explicativas de una particularidad de que tiene un único
explicación satisfactoria que afirmen algo cuerno recto que emerge de su frente.
Es una definición 'real' o lexicográfica, y
más que lo afirmado por el explicandum
además verdadera, pues el
Dicho más explícitamente, esperamos que explicandum es una palabra que tiene
al menos una de las premisas de la un uso establecido desde hace mucho
explicación de una ley determinada tiempo, cuyo significado es exactamente
satisfaga el siguiente requisito: unida a el que indica el explicans. Sin embargo,
el explicandum no nombra o designa
suposiciones adicionales adecuadas, la
algo existente, ya que no hay
premisa debe ser capaz de explicar otras unicornios.
leyes, además de la dada; por otro lado,
no debe ser posible explicar la premisa con ayuda de la ley dada, aunque se le
agreguen esas suposiciones adicionales. Si ninguna de las premisas de una
explicación satisface este requisito, se derivarían dos consecuencias
indeseables: sería imposible obtener para las premisas otros elementos de
juicio que los suministrados por el explicandum; y la explicación no haría
avanzar la organización de la disciplina en cuestión para convertirla en un
sistema, pues, excepto en casos aislados, tanto los hechos conocidos como los
que aún no se han descubierto permanecerían desvinculados.

63
El requisito de que las premisas no deben ser equivalentes al
explicandum es suficiente para eliminar muchas seudoexplicaciones, en las
cuales las premisas simplemente rebautizan los hechos que se desea explicar
acuñando nuevos nombres para ellos. El ejemplo clásico de tales
seudoexplicaciones es la sátira de Moliére en la cual ridiculiza a quienes
explican el hecho de que el opio provoca sueño afirmando que el opio posee
una virtud dormitiva. Una ilustración menos obvia y que se encuentra a veces
en las exposiciones de divulgación científica es la explicación de la ley según la
cual la velocidad de un cuerpo permanece constante a menos que actúe sobre
el cuerpo una fuerza externa no equilibrada, alegando que todos los cuerpos
poseen una fuerza de inercia inherente a ellos. Esta es una seudoexplicación,
pues la palabra "inercia" no es más que otro rótulo para el hecho formulado en
la ley.

4.3. LA GENERALIDAD EN LAS EXPLICACIONES


¿Qué condi-
ciones debe
Hay, sin embargo, un requisito adicional para que las explicaciones de satisfacer un
enunciado
leyes sean consideradas satisfactorias, requisito íntimamente vinculado con el para que este
sea aceptado
anterior y que ha sido propuesto a menudo. Según este requisito, al menos una
como una ley?
de las premisas debe ser "más general" que la ley explicada. Así, la ley de
Arquímedes (que aparece en las premisas del ejemplo del hielo) es más
general que la ley de que el hielo flota en, el agua, porque la primera hace una
afirmación acerca de todos los líquidos, y no solamente acerca del agua, y
acerca de todos los cuerpos sumergidos en líquidos, y no solamente acerca del
hielo. Análogamente, se sostiene que la ley de la palanca es más general que
las leyes relativas a los movimientos de los vertebrados. De manera más
general, aunque quizás también Más vaga, se dice con frecuencia que las
leyes de la física tienen mayor generalidad que las leyes de la biología.

Sin, embargo, aunque el sentido de "mayor generalidad" puede ser


bastante claro en ejemplos particulares del uso de esta expresión, no es fácil
dar una elucidación precisa de la misma. Debemos, sin embargo, tratar de
llegar a ésta, y observar algunas de las dificultades que surgen. Cuando se
dice que un enunciado S1 es más general que otro enunciado S2,
presumiblemente no se supone que S1 deba implicar lógicamente a S2; pues no
sería posible efectuar tal implicación entre la ley de Arquímedes y la ley de que
el hielo flote en el agua, a pesar de que se dice, que la primera es más general
que la segunda. Además, es plausible concebir el significado de la expresión
"más general" de tal manera que pueda decirse de S1que es más general que
S2 no sólo porque el primero implique lógicamente al segundo. Por ejemplo, el

64
enunciado "todos los planetas se mueven en órbitas elípticas" implica
lógicamente "todos los planetas se mueven en órbitas que son secciones
cónicas", pero el primero, presumiblemente, no es más general que el
segundo. Por consiguiente, para que S1 sea más general que S2, no parece
necesario ni suficiente que S1 implique lógicamente a S2.

Si nos limitamos a una clase especial de


enunciados que pueden ser comparables en lo
Podrían plantearse dificultades de
que respecta a su "generalidad" relativa, una naturaleza similar, utilizando otras
manera obvia de definir esta relación es la equivalencias válidas en la lógica
siguiente. Consideremos solamente las leyes formal. Por ejemplo, 'todos los A son
que pueden ser, formuladas como condicionales B' es más general que 'todos los AE
son B', pues 'todos los AE son A' es
universales de, la forma más simple. Sea S1 un
una verdad lógica mientras que 'todos
enunciado de la forma "para todo x, si x es A, los A son AE' no lo es. Sin embargo,
entonces x es B" (o, utilizando una expresión 'todos los AE son B' es lógicamente
más habitual, de la forma "todo A es B"), y S2 un equivalente a 'todos los A son Bo no-
enunciado de la forma "todo C es D". Se dirá, E'. Pero 'todos los A son B' no es más
general que 'todos los A son Bo no-E',
entonces, que S1es más general que S2si, y sólo
no obstante ser más general que un
si, "todo C es A" es lógicamente verdadero, pero enunciado lógicamente equivalente a
su inverso "todo A es C" no lo es. Además, se este último. No es posible eliminar
dirá que S1 es tan general como S2 si y sólo si, estas dificultades modificando el
"todo A es C" y "todo C es A" son ambos requisito de la exposición inicial
acerca de las condiciones necesarias
lógicamente verdaderos. Si ninguno de los
y suficientes para la mayor
enunciados que tienen una de las dos últimas generalidad (según las cuales 'todos
formas es lógicamente verdadero, entonces se los C son A' debe ser una verdad
dirá que S1 y S2 no son comparables con lógica, pero no así su converso) y
respecto a su generalidad. Por ejemplo, la ley de admitiendo la condición más débil de
que 'todos los C son A' sea sólo
que todos los objetos sumergidos en líquidos
contingentemente (o fácticamente)
reciben un impulso hacia arriba de una fuerza verdadero, pero no su converso.
igual al peso del líquido desplazado por el objeto
(ley de Arquímedes) es más general, sobre la
base de esta definición, que la ley de que el hielo sumergido en el agua flota.
Pues el enunciado "el hielo en el agua es un objeto sumergido en un líquido" es
verdadero en virtud del significado asignado a sus términos, mientras que su
converso, obviamente, no lo es.

Aunque a primera vista esta definición parece suministrar una


elucidación satisfactoria de lo que presumiblemente se quiere decir cuando se
afirma que un enunciado es más general que otro, la misma conduce a
dificultades. Pues el requisito de que dos enunciados lógicamente equivalentes
sean igualmente generales parece razonable, de modo que, si S1es más
general qué S2, y S2 es lógicamente equivalente a un tercer enunciado S3,

65
entonces, S1 es también más general que S3. Sin embargo, este requisito no se
satisface cuando se entiende "más general" según la definición propuesta. Así,
supongamos que "todo A es B" es más general que "todo Ces D"(de modo que
"todo Ces A" sea lógicamente verdadero, pero no lo sea su converso). Pero
"todo no-B es no-A" es lógicamente equivalente a "todo Aes B", y de acuerdo
con el requisito sugerido debería ser más general que "todo Ces D". Para que
esto ocurra, sobre la base de la definición propuesta, "todo Ces no-B" tendría
que ser lógicamente verdadero, aunque de hecho habitualmente esto no
sucede. Por ejemplo, "todos los organismos vivos son mortales" es más
general, según la definición propuesta, que "todos los seres humanos son
mortales" (porque "todos los seres humanos son organismos vivos" es una
verdad lógica, pero no lo es su converso); y "todos los organismos vivos son
mortales" es también lógicamente equivalente a "todos los no-mortales son
organismos no-vivos". Pero puesto que "todos los seres humanos son no-
mortales" manifiestamente no es una verdad lógica, el enunciado "todos los no-
mortales son organismos no-vivos" no es más general, cuando se lo juzga de
acuerdo con la definición propuesta, que "todos los seres humanos son
mortales".

4.4. REQUISITOS EPISTÉMICOS PARA LAS EXPLICACIONES

Los requisitos para las explicaciones considerados hasta ahora han sido ¿Toda
ción
explica-
considera
casi exclusivamente condiciones lógicas. Pero es obvio que también es una relación
lógica?
necesario admitir otros requisitos. Por ejemplo, si se supiera que una condición
inicial de una explicación propuesta para un suceso particular fuera falsa,
inmediatamente rechazaríamos la propuesta por considerarla insatisfactoria.
Pasemos, por lo tanto, a esbozar brevemente algunos requisitos epistémicos
que deben cumplir las explicaciones adecuadas.

Al examinar este problema, Aristóteles sostuvo que las premisas de


Aristóteles
una explicación deductiva deben ser, entre otras cosas, verdaderas, que se
debe saber que son verdaderas y que deben ser "mejor conocidas" que el
explicandum. Examinaremos estas condiciones por turno y discutiremos otras
relacionadas con ellas.

1. Toda evaluación de la sugerencia de que las premisas de una


explicación deben ser verdaderas se complica por una circunstancia
importante. Entre las premisas explícitas de las explicaciones científicas,
con frecuencia aparecen enunciados universales que forman parte de
alguna vasta teoría científica. Y Sin embargo, hay opiniones divididas

66
entre los expertos en lo que respecta al problema de si tales enunciados
(y, en verdad, hasta dé si cualquier teoría científica) pueden ser
caracterizados adecuadamente como verdaderos o falsos. Por
consiguiente, todo el que adhiera a la idea de que tales caracterizaciones
están fuera de lugar cuando se las usa en conexión con esos enunciados
automáticamente rechazará el requisito de que las premisas explícitas de
una explicación satisfactoria sean verdaderas. Así, el rechazo o la
aceptación de este requisito depende de la manera como se resuelva el
problema mencionado. Por el momento, supondremos que todo
enunciado que pueda aparecer como premisa en una explicación puede
ser verdadero o falso.
Si se hace la suposición anterior, el requisito de que las premisas de una
explicación satisfactoria sean verdaderas parece ineludible. Es siempre
relativamente fácil inventar un conjunto arbitrario de premisas que
satisfaga las condiciones lógicas de las explicaciones deductivas; y, a
menos que se impongan otras restricciones sobre las premisas, sólo se
necesitaría una moderada capacidad lógica y matemática para explicar
cualquier hecho del universo sin abandonar el propio sillón. Pero, de
hecho, todas las explicaciones semejantes construidas arbitrariamente
serían consideradas inadecuadas si se supiera que algunas de las
premisas son falsas. La verdad de las premisas es, indudablemente, una
condición deseable para las explicaciones satisfactorias.

2. Pero este requisito no nos sirve de mucho para juzgar el valor de una
explicación propuesta, si no estamos en condiciones de discernir si las
premisas son o no falsas. El requisito aristotélico según el cual debe
saberse que las premisas son verdaderas suministra un criterio
aparentemente efectivo para eliminar muchas explicaciones
insatisfactorias. Pero este requisito es demasiado fuerte. Si se lo
adoptara, pocas o ninguna de las explicaciones dadas por la ciencia
moderna podrían ser consideradas satisfactorias. Pues, de hecho, no
sabemos si las premisas irrestrictamente universales supuestas en las
explicaciones de las ciencias empíricas son realmente verdaderas; y si
adoptáramos este requisito, deberían ser juzgadas insatisfactorias la
mayoría de las explicaciones comúnmente aceptadas en la ciencia actual.
Se trata, en efecto, de una reducción al absurdo de ese requisito. En la ¿Cómo determi-
namos que una
práctica, simplemente conduciría a la introducción de otro término, quizás premisa es
recientemente acuñado para tal propósito, para distinguir las verdadera?
explicaciones que son juzgadas satisfactorias por la comunidad científica
—a pesar de su carácter "insatisfactorio" nominal según el requisito— de
las explicaciones que no merecen tal juicio. Por lo tanto, no tiene objeto
adoptar los estrictos requisitos aristotélicos para la adecuación de las
explicaciones.

67
Sin embargo, en lo concerniente al status cognoscitivo de las premisas
explicativas se necesita una estipulación de alguna especie, aunque más
débil que la aristotélica. Un candidato razonable para cumplir tal función
sería el requisito de que las premisas explicativas sean compatibles con
hechos empíricos establecidos y, además, que reciban un "adecuado
apoyo" (o que sean hechas "probables") por parte de los elementos de
juicio basados en datos diferentes de los datos observacionales sobre los
cuales se basa la aceptación del explicandum. La primera parte de este
requisito equivale, simplemente, a establecer que no haya fundamento
alguno para considerar falsas las premisas. La segunda parte no sólo
trata de excluir las llamadas premisas ad hoc para las cuales no hay
ningún elemento de juicio, sino que también trata, entre otras cosas, de
eliminar las explicaciones que sean, en cierto sentido, circulares y, por lo
tanto, triviales, porque una o más de las premisas se hallen establecidas
(y quizás puedan ser establecidas) sólo a través de los elementos de
juicio usados para establecer el explicandum. Supongamos, por ejemplo,
que tratamos de explicar los ruidos explosivos llamados estáticos que
salen de una radio un día determinado; y supongamos que una de las
premisas explicativas enuncie la condición inicial de que ese día había
violentas tormentas magnéticas en el Sol. Si el único elemento de juicio
de la existencia de esas tormentas fueran los ruidos estáticos de la radio,
la explicación adolecería de una especie de circularidad y, en general,
sería considerada defectuosa.

Esta condición más débil concerniente al status cognoscitivo de las


premisas de las explicaciones es indudablemente vaga. Pues, por el
momento no disponemos de ningún criterio preciso y generalmente
aceptado para juzgar si un conjunto dado de elementos de juicio ¿Cómo determi-
namos el estatus
suministra realmente, un "adecuado apoyo" a una suposición. A pesar de cognoscitivo?
esta vaguedad, las personas competentes en algún campo de
investigación a menudo están bastante de acuerdo en cuanto a la
adecuación de los elementos de juicio que apoyan una suposición
definida. En la práctica, en todo caso, el uso de la condición más débil da
origen a un consenso bastante grande en lo concerniente al valor de una
explicación propuesta. Sin embargo, podría plantearse contra esta
condición la objeción de que, puesto que los elementos de juicio
favorables a una presunta ley universal no permanecen constantes en el
tiempo, una explicación que incluya a dicha ley en sus premisas y que sea
satisfactoria en un momento dado puede dejar de serlo cuando se
descubran elementos de juicio desfavorables para la ley. Pero esta
objeción no debe inquietarnos, a menos que se haga la dudosa
suposición de que, al juzgar que una explicación es satisfactoria, se está
predicando de la explicación una propiedad intemporal. Es razonable,
pues, adoptar la condición mencionada como requisito epistémico para

68
las explicaciones adecuadas.

3. El requisito aristotélico de que las premisas de una explicación


científica sean "mejor conocidas" que el explicandum, está íntimamente
relacionado con la concepción aristotélica acerca de lo que constituye el
objeto propio del conocimiento científico; Aristóteles aplicaba dicho
requisito exclusivamente a la explicación de leyes científicas. Según esta
concepción, el genuino conocimiento científico sólo es posible acerca de
lo que no puede ser de otro modo que como es. Por consiguiente, no
puede haber ningún conocimiento científico de sucesos particulares, y las
leyes universales concernientes a algún ámbito de la naturaleza, cuando
no se las reconoce de manera inmediata corno inherentemente
"necesarias", deben ser explicadas mostrando que son las consecuencias
de los "primeros principios" de ese ámbito, cuya necesidad puede ser
captada directamente. Estos primeros principios, pues, son las premisas
últimas de las explicaciones científicas; y ellos son "mejor conocidos" que
cualquiera de los explicanda porque su necesidad es intrínseca y
transparente al intelecto. La rama del conocimiento que, indudablemente,
sirvió de modelo para esta concepción de la ciencia fue la geometría
deductiva. Pues según la idea que se tenía de la geometría hasta hace
poco, cada uno de sus teoremas enuncia lo que debe suceder
universalmente; y aunque esa necesidad y esa universalidad no sean
inmediatamente evidentes, ambas quedan establecidas cuando se ¿Qué es un
teorema?, ¿qué
deduce, un teorema de los axiomas o primeros principios, más generales, es un axioma?
cuya universalidad es "evidente". Al sostener que las premisas de una
explicación deben ser "mejor conocidas" que el explicandum, Aristóteles
simplemente hacia explícita esta concepción de la naturaleza de la
ciencia.

La mencionada concepción no es válida para nada que pueda ser


identificado como parte del contenido de la moderna ciencia empírica. Por ¿Existen
criterios para
consiguiente, el requisito aristotélico de que las premisas explicativas determinar qué
sean mejor conocidas que el explicandum carece totalmente de algo es válido o
inválido?
importancia como condición para lo que hoy sería considerado como una
adecuada explicación científica.

69
CAPITULO III

CONJETURAS EPISTEMOLÓGICAS

Un paradigma es lo que los miembros de una comunidad científica


comparten y, recíprocamente, una comunidad científica consiste en
hombres que comparten un paradigma. Bajo esta perspectiva, una
comunidad científica está formada por practicantes de una especialidad
científica. Han pasado por una iniciación profesional y una educación
similar en un grado que no tiene comparación con la de la mayor parte
de otros campos. En este proceso, han absorbido la misma literatura
técnica y desentrañado muchas de sus mismas lecciones. Dentro de
tales grupos, la comunicación es relativamente completa y los juicios
profesionales, relativamente unánimes.
T. S. KUHN

70
OBJETIVOS DE LA III UNIDAD

 El participante reconoce el valor de la epistemología para el


OBJETIVOS
estudio DE LA
y la explicación dePRESENTE
la naturalezaUNIDAD
interior de las ciencias.

 El participante define y explica los conceptos empleados en las


posturas epistemológicas.

 El participante construye y diseña mapas conceptuales que


articulen los conceptos presentados en las presentes posturas
 El participante debe identificar y reconocer cuáles son las diferencias
epistemológicas.
existentes entre las posturas epistemológicas.
 El participante explica los conceptos en función a las relaciones
 El participante define
establecidas y explica
con losoconceptos
el ámbito empleados
medio social donde seen las posturas
desempeña.
epistemológicas.

 El participante construye y diseña mapas conceptuales que articulen los

conceptos presentados en las presentes posturas epistemológicas.

 El participante explica los conceptos en función a las relaciones

establecidas con el ámbito o medio social donde se desempeña.

71
POPPER, KARL RAIMUND; Viena 1902 -
Londres1994.

Filósofo austríaco, nacido en Viena, de


familia acomodada de origen judío. Su
infancia transcurre en plena Primera
Guerra Mundial y, acabada la guerra, a
los 16 años decide, abandonar la
escuela y estudiar por cuenta propia. Se
inscribe en la universidad como alumno
libre y asiste a cursos de historia,
psicología, filosofía y literatura, que
tampoco frecuenta demasiado, puesto
que sólo se interesa por las
matemáticas y la física. En su juventud
simpatiza con el socialismo y, por
espacio de dos o tres meses, se adhiere
al comunismo.

A la convicción del escaso carácter científico del «socialismo científico», a la


que él atribuye haberse convertido en un «falibilista», une pronto otra
convicción: la de que algunas teorías que se presentan como científicas,
como la psicología individual, de Adler, y el psicoanálisis, de Freud, carecen
de las características de la ciencia.

En 1928 presenta en la universidad de Viena su tesis de doctorado titulada


«Sobre el problema del método en la psicología del pensar». Al año siguiente
es nombrado profesor de matemáticas y física en escuelas de enseñanza
media. Con la anexión de Austria por Hitler, se ve obligado a abandonar
Viena. Allí aplica las ideas metodológicas de La lógica de la investigación
científica a las ciencias sociales, con el objetivo de hacer una crítica el
marxismo, y el resultado es la publicación -no sin muchas dificultades- de
Miseria del historicismo (1945) y La sociedad abierta y sus enemigos (1945).
En 1946 es nombrado profesor de lógica y método científico en la School of
Economics, de Londres, cargo que mantendrá hasta su jubilación en 1969. En
1962 publica El desarrollo del conocimiento científico: Conjeturas y
refutaciones. Es nombrado en 1969 profesor emérito de la London School of
Economics. En 1972, publica Conocimiento objetivo, donde, en oposición a la
teoría del conocimiento tradicional, que considera subjetiva por fundarse en la
certeza. En 1974 publica Búsqueda sin término. Una autobiografía intelectual,
y en 1977, en colaboración con el fisiólogo y Premio Nobel, John Eccles, a
quien había conocido en su estancia en Nueva Zelanda, El yo y su cerebro.

72
V. PANORAMA DE ALGUNOS PROBLEMAS FUNDAMENTALES

El hombre de ciencia, ya sea teórico o experimental, propone


enunciados —o sistemas de enunciados— y los contrasta paso a paso. En
particular, en el campo de las ciencias empíricas construye hipótesis —o
sistemas de teorías— y las contrasta con la experiencia por medio de
observaciones y experimentos.

Según mi opinión, la tarea de la lógica de la investigación científica —o


lógica del conocimiento— es ofrecer un análisis lógico de tal modo de proceder:
esto es, analizar el método de las ciencias empíricas.

Pero, ¿cuáles son estos «métodos de las ciencias empíricas»? Y, ¿a


qué cosa llamamos «ciencia empírica»?

5.1. EL PROBLEMA DE LA INDUCCIÓN

De acuerdo con una tesis que tiene gran aceptación —y a la que nos
opondremos en este libro—, las ciencias empíricas pueden caracterizarse por
el hecho de que emplean los llamados «métodos inductivos»: según esta tesis,
la lógica de la investigación científica sería idéntica a la lógica inductiva, es
decir, al análisis lógico de tales métodos inductivos.

Es corriente llamar «inductiva» a una inferencia cuando pasa de


enunciados singulares (llamados, a veces, enunciados «particulares»),
tales como descripciones de los resultados de observaciones o
experimentos, a enunciados universales, tales como hipótesis o teorías.

Inferencia inductiva:
Si x es un metal y es sometido al calor entonces se dilata.
Si y es un metal y es sometido al calor entonces se dilata.
Si z es un metal y es sometido al calor entonces se dilata.
Luego, todos los metales sometidos al calor se dilatan.

Ahora bien, desde un punto de vista lógico dista mucho de ser obvio
que estemos justificados al inferir enunciados universales partiendo de
enunciados singulares, por elevado que sea su número; pues cualquier
conclusión que saquemos de este modo corre siempre el riesgo de resultar un
día falsa: así, cualquiera que sea el número de ejemplares de cisnes blancos

73
que hayamos observado, no está justificada la conclusión de que todos los
cisnes sean blancos.

Se conoce con el nombre del problema de la inducción la cuestión


acerca de si están justificadas las inferencias inductivas, o de bajo qué
condiciones lo están.

El problema de la inducción puede formularse, asimismo, como la Determinamos


que un
cuestión sobre cómo establecer la verdad de los enunciados universales enunciado
singular es
basados en la experiencia —como son las hipótesis y los sistemas teóricos de verdadero
las ciencias empíricas—. Pues muchos creen que la verdad de estos pero no
podemos
enunciados se «sabe por experiencia»; sin embargo, es claro que todo informe afirmar lo
en que se da cuenta de una experiencia —o de una observación, o del mismo de los
enunciados
resultado de un experimento— no puede ser originariamente un enunciado universales
universal, sino sólo un enunciado singular. Por lo tanto, quien dice que
sabemos por experiencia la verdad de un enunciado universal suele querer
decir que la verdad de dicho enunciado puede reducirse, de cierta forma, a la
verdad de otros enunciados —éstos singulares— que son verdaderos según
sabemos por experiencia; lo cual equivale a decir que los enunciados ¿Qué es un
principio de
universales están basados en inferencias inductivas. Así pues, la pregunta inducción?
acerca de si hay leyes naturales cuya verdad nos conste viene a ser otro modo
de preguntar si las inferencias inductivas están justificadas lógicamente.

Mas si queremos encontrar un modo de justificar las inferencias


inductivas, hemos de intentar, en primer término, establecer un principio de
inducción. Semejante principio sería un enunciado con cuya ayuda pudiéramos ENUNCIADO
ANALÍTICO
presentar dichas inferencias de una forma lógicamente aceptable. A los ojos de “2 es un
los mantenedores de la lógica inductiva, la importancia de un principio de número par”.
La verdad se
inducción para el método científico es máxima: «...este principio —dice determina
Reichenbach— determina la verdad de las teorías científicas; eliminarlo de la solo por la
razón.
ciencia significaría nada menos que privar a ésta de la posibilidad de decidir
sobre la verdad o falsedad de sus teorías; es evidente que sin él la ciencia
perdería el derecho de distinguir sus teorías de las creaciones fantásticas y ENUNCIADO
SINTÉTICO
arbitrarias de la imaginación del poeta». “El perro es
un animal
vertebrado”.
Pero tal principio de inducción no puede ser una verdad puramente La verdad se
determina por
lógica, como una tautología o un enunciado analítico. En realidad, si existiera la experiencia.

un principio de inducción puramente lógico no habría problema de la inducción;


pues, en tal caso, sería menester considerar todas las inferencias inductivas
como transformaciones puramente lógicas, o tautológicas, exactamente lo
mismo que ocurre con las inferencias de la lógica deductiva. Por tanto, el

74
principio de inducción tiene que ser un enunciado sintético: esto es, uno cuya
negación no sea contradictoria, sino lógicamente posible. Surge, pues, la
cuestión acerca de por qué habría que aceptar semejante principio, y de cómo
podemos justificar racionalmente su aceptación.

Algunas personas que creen en la lógica inductiva se precipitan a


señalar, con Reichenbach, que «la totalidad de la ciencia acepta sin reservas el
principio de inducción, y que nadie puede tampoco dudar de este principio en la
vida corriente». No obstante, aun suponiendo que fuese así —después de todo,
«la totalidad de la ciencia» podría estar en un error— yo seguiría afirmando que
es superfluo todo principio de inducción, y que lleva forzosamente a
incoherencias (incompatibilidades) lógicas.

A partir de la obra de Hume debería haberse visto claramente que


aparecen con facilidad incoherencias cuando se admite el principio de
inducción; y también que difícilmente pueden evitarse (si es que es posible tal
cosa): ya que, a su vez, el principio de inducción tiene que ser un enunciado
universal. Así pues, si intentamos afirmar que sabemos por experiencia que es
verdadero, reaparecen de nuevo justamente los mismos problemas que
motivaron su introducción: para justificarlo tenemos que utilizar inferencias
inductivas; para justificar éstas hemos de suponer un principio de inducción de
orden superior, y así sucesivamente. Por tanto, cae por su base el intento de
fundamentar el principio de inducción en la experiencia, ya que lleva,
inevitablemente, a una regresión infinita.

Kant trató de escapar a esta dificultad admitiendo que el principio de


inducción (que él llamaba «principio de causación universal») era «válido a
priori». Pero, a mi entender, no tuvo éxito en su ingeniosa tentativa de dar una
justificación a priori de los enunciados sintéticos.

Por mi parte, considero que las diversas dificultades que acabo de ¿Es lo mismo
verdad qué
esbozar de la lógica inductiva son insuperables. Y me temo que lo mismo validez?
ocurre con la doctrina, tan corriente hoy, de que las inferencias inductivas, aun
no siendo «estrictamente válidas», pueden alcanzar cierto grado de La verdad es
un predicado
«seguridad» o de «probabilidad». Esta doctrina sostiene que las inferencias para calificar a
inductivas son «inferencias probables». «Hemos descrito —dice los
enunciados,
Reichenbach— el principio de inducción como el medio por el que la ciencia en tanto que
decide sobre la verdad. Para ser más exactos, deberíamos decir que sirve para validez se
emplea para
decidir sobre la probabilidad: pues no le es dado a la ciencia llegar a la verdad calificar a los
ni a la falsedad..., más los enunciados científicos pueden alcanzar únicamente argumentos.

grados continuos de probabilidad, cuyos límites superior e inferior,

75
inalcanzables, son la verdad y la falsedad» [REICHENBACH, Erkenntnis 1,
1930].

Por el momento, puedo hacer caso omiso del hecho de que los
creyentes en la lógica inductiva alimentan una idea de la probabilidad que
rechazaré luego por sumamente inoportuna para sus propios fines. Puedo
hacer tal cosa, porque con recurrir a la probabilidad ni siquiera se rozan las
dificultades mencionadas: pues si ha de asignarse cierto grado de probabilidad
a los enunciados que se basan en inferencias inductivas, tal proceder tendrá
que justificarse invocando un nuevo principio de inducción, modificado
convenientemente; el cual habrá de justificarse a su vez, etc. Aún más: no se
gana nada si el mismo principio de inducción no se toma como «verdadero»,
sino como meramente «probable». En resumen: la lógica de la inferencia
probable o «lógica de la probabilidad», como todas las demás formas de la
lógica inductiva, conduce, bien a una regresión infinita, bien a la doctrina del
apriorismo.

La teoría que desarrollaremos en las páginas que siguen se opone


directamente a todos los intentos de apoyarse en las ideas de una lógica ¿Qué es
contrastar?
inductiva. Podría describírsela como la teoría del método deductivo de
contrastar, o como la opinión de que una hipótesis sólo puede contrastarse
empíricamente —y únicamente después de que ha sido formulada.

Para poder desarrollar esta tesis (que podría llamarse «deductivismo»,


por contraposición al «inductivismo» [LIEBIG, 1865 fue probablemente el
primero que rechazó el método inductivo desde el punto de vista de la ciencia
natural: su ataque se dirigía contra Bacon] es necesario que ponga en claro
primero la distinción entre la psicología del conocimiento, que trata de hechos
empíricos, y la lógica del conocimiento, que se ocupa exclusivamente de
relaciones lógicas. Pues la creencia en una lógica inductiva se debe, en gran
parte, a una confusión de los problemas psicológicos con los epistemológicos;
y quizá sea conveniente advertir, de paso, que esta confusión origina
dificultades no sólo en la lógica del conocimiento, sino en su psicología
también.

5.2. ELIMINACIÓN DEL PSICOLOGISMO

He dicho más arriba que el trabajo del científico consiste en proponer


teorías y en contrastarlas.

76
La etapa inicial, el acto de concebir o inventar una teoría, no me parece
que exija un análisis lógico ni sea susceptible de él. La cuestión acerca de
cómo se le ocurre una idea nueva a una persona —ya sea un tema musical, un
conflicto dramático o una teoría científica— puede ser de gran interés para la
psicología empírica, pero carece de importancia para el análisis lógico del
conocimiento científico.

Este no se interesa por cuestiones de hecho, sino únicamente por


cuestiones justificación o validez; sus preguntas son del tipo siguiente: puede ¿Qué es un
justificarse un enunciado?; en caso afirmativo, ¿de qué modo?; ¿es hecho?
contrastable?; ¿depende lógicamente de otros enunciados?; ¿o los contradice
quizá? Para que un enunciado pueda ser examinado lógicamente de esta
forma tiene que habérsenos propuesto antes: alguien debe haberlo formulado y
habérnoslo entregado para su examen lógico.

En consecuencia, distinguiré netamente entre el proceso de concebir


una idea nueva y los métodos y resultados de su examen lógico.

En cuanto a la tarea de la lógica del conocimiento —que he


contrapuesto a la psicología del mismo—, me basaré en el supuesto de que
consiste pura y exclusivamente en la investigación de los métodos empleados
en las contrastaciones sistemáticas a que debe someterse toda idea nueva
antes de que se la pueda sostener seriamente.

Algunos objetarán, tal vez, que sería más pertinente considerar como ¿Qué es una
reconstrucción
ocupación propia de la epistemología la fabricación de lo que se ha llamado racional?
una «reconstrucción racional» de los pasos que han llevado al científico al Una
descubrimiento, a encontrar una nueva verdad. Pero la cuestión se convierte reconstrucción
racional supone
entonces en: ¿qué es, exactamente, lo que queremos reconstruir? Si lo que se un
ordenamiento
trata de reconstruir son los procesos que tienen lugar durante el estímulo y lógico de las
formación de inspiraciones, me niego a aceptar semejante cosa como tarea de ideas, en tal
sentido no se
la lógica del conocimiento: tales procesos son asunto de la psicología empírica, asume la forma
pero difícilmente de la lógica. Otra cosa es que queramos reconstruir de cómo las
ideas aparecen
racionalmente las contrastaciones subsiguientes, mediante las que se puede en el hombre.
descubrir que cierta inspiración fue un descubrimiento, o se puede reconocer
como un conocimiento. En la medida en que el científico juzga críticamente,
modifica o desecha su propia inspiración, podemos considerar —si así nos
place— que el análisis metodológico emprendido en esta obra es una especie
de «reconstrucción racional» de los procesos intelectuales correspondientes.
Pero esta reconstrucción no habrá de describir tales procesos según acontecen

77
realmente: sólo puede dar un esqueleto lógico del procedimiento de contrastar.
Y tal vez esto es todo lo que quiere decir los que hablan de una
«reconstrucción racional» de los medios por los que adquirimos conocimientos.

Ocurre que los razonamientos expuestos en este libro son enteramente


independientes de este problema. Sin embargo, mi opinión del asunto —valga
lo que valiere— es que no existe, en absoluto, un método lógico de tener
nuevas ideas, ni una reconstrucción lógica de este proceso. Puede expresarse
mi parecer diciendo que todo descubrimiento contiene «un elemento irracional»
o «una intuición creadora» en el sentido de Bergson. Einstein habla de un
modo parecido de la «búsqueda de aquellas leyes sumamente universales... a
partir de las cuales puede obtenerse una imagen del mundo por pura
deducción. No existe una senda lógica —dice— que encamine a estas leyes.
Sólo pueden alcanzarse por la intuición, apoyada en algo así como una
introyección de los objetos de la experiencia».

5.3. CONTRASTACIÓN DEDUCTIVA DE TEORÍAS

De acuerdo con la tesis que hemos de proponer aquí, el método de


contrastar críticamente las teorías y de escogerlas, teniendo en cuenta los
resultados obtenidos en su contraste, procede siempre del modo que
indicamos a continuación. Una vez presentada a título provisional una nueva ¿Cuál es el
criterio para
idea, aún no justificada en absoluto —sea una anticipación, una hipótesis, un contrastar?
sistema teórico o lo que se quiera—, se extraen conclusiones de ella por medio ¿Qué ocurre si
algo no es
de una deducción lógica; estas conclusiones se comparan entre sí y con otros contrastable?
enunciados pertinentes, con objeto de hallar las relaciones lógicas (tales como
equivalencia, deductibilidad, compatibilidad o incompatibilidad, etc.) que existan
entre ellas.

Si queremos, podemos distinguir cuatro procedimientos de llevar a cabo


la contrastación de una teoría. En primer lugar, se encuentra la comparación
lógica de las conclusiones unas con otras: con lo cual se somete a contraste la
coherencia interna del sistema. Después, está el estudio de la forma lógica de
la teoría, con objeto de determinar su carácter: si es una teoría empírica —
científica— o si, por ejemplo, es tautológica. En tercer término, tenemos la
comparación con otras teorías, que tiene por principal mira la de averiguar si la
teoría examinada constituiría un adelanto científico en caso de que sobreviviera
a las diferentes contrastaciones a que la sometemos. Y finalmente, viene el
contrastarla por medio de la aplicación empírica de las conclusiones que
pueden deducirse de ella.

78
LA CONTRASTACIÓN DE UNA TEORÍA
Comparación lógica de las
conclusiones.

Estudio de la forma lógica


de las teorías.

comparación entre teorías


sometidas a
contrastaciones.

contrastación de la
conclusión por medio de la
aplicación empírica.

Lo que se pretende con el último tipo de contraste mencionado es


descubrir hasta qué punto satisfarán las nuevas consecuencias de la teoría —
sea cual fuere la novedad de sus asertos— a los requerimientos de la práctica, VERIFICAR
Constatar con
ya provengan éstos de experimentos puramente científicos o de aplicaciones los sentidos lo
tecnológicas prácticas. También en este caso el procedimiento de contrastar que se afirma
en los
resulta ser deductivo. Con ayuda de otros enunciados anteriormente aceptados enunciados.
se deducen de la teoría a contrastar ciertos enunciados singulares —-que “Allá afuera
está
podremos denominar «predicciones»—; en especial, predicciones que sean lloviendo”
fácilmente contrastables o aplicables. Se eligen entre estos enunciados los que
no sean deductibles de la teoría vigente, y, más en particular, los que se
encuentren en contradicción con ella. A continuación tratamos de decidir en lo
que se refiere a estos enunciados deducidos (y a otros), comparándolos con
los resultados de las aplicaciones prácticas y de experimentos. Si la decisión es En la cara
oculta de la
positiva, esto es, si las conclusiones singulares resultan ser aceptables, o Luna hay un
verificadas, la teoría a que nos referimos ha pasado con éxito las duende.
¿Se puede
contrastaciones (por esta vez): no hemos encontrado razones para desecharla. verificar?
Pero si la decisión es negativa, o sea, si las conclusiones han sido
falsadas[Empleamos el verbo falsar y sus derivados (falsable, falsación,
falsador, etc.) como versión de to falsify y los suyos (falsifiable, falsification,
falsifier, etc.): pues tanto falsificar como falsear tienen en castellano un sentido
perfectamente vivo, que provocaría incesantes malentendidos si se empleasen
aquí para traducir to falsify],esta falsación revela que la teoría de la que se han
deducido lógicamente es también falsa.

79
Conviene observar que una decisión positiva puede apoyar a la teoría
examinada sólo temporalmente, pues otras decisiones negativas subsiguientes
pueden siempre derrocarla. Durante el tiempo en que una teoría resiste
contrastaciones exigentes y minuciosas, y en que no la deja anticuada otra
teoría en la evolución del progreso científico, podemos decir que ha
«demostrado su temple» o que está «corroborada» por la experiencia.

En el procedimiento que acabamos de esbozar no aparece nada que ¿Si algo puede
ser verificado
pueda asemejarse a la lógica inductiva. En ningún momento he asumido que sería
podamos pasar por un razonamiento de la verdad de enunciados singulares a verdadero?

la verdad de teorías. No he supuesto un solo instante que, en virtud de unas


conclusiones «verificadas», pueda establecerse que unas teorías sean
«verdaderas», ni siquiera meramente «probables».

5.4. EL PROBLEMA DE LA DEMARCACIÓN

Entre las muchas objeciones que pueden hacerse contra las tesis que
he propuesto ahora mismo, la más importante es, quizá, la siguiente: al
rechazar el método de la inducción —podría decirse— privo a la ciencia
empírica de lo que parece ser su característica más importante; esto quiere
decir que hago desaparecer las barreras que separan la ciencia de la
especulación metafísica. Mi respuesta a esta objeción es que mi principal razón
para rechazar la lógica inductiva es precisamente que no proporciona un rasgo
discriminador apropiado del carácter empírico, no metafísico, de un sistema
teórico; o, en otras palabras, que no proporciona un «criterio de demarcación»
apropiado.

Llamo problema de la demarcación al de encontrar un criterio que nos


permita distinguir entre las ciencias empíricas, por un lado, y los sistemas
«metafísicos», por otro.

Hume conoció este problema e intentó resolverlo; con Kant se convirtió


en el problema central de la teoría del conocimiento. Si, siguiendo a Kant, Kant
llamamos «problema de Hume» al de la inducción, deberíamos designar al
problema de la demarcación como «problema de Kant».

80
De estos dos problemas —que son fuente de casi todos los demás de la
teoría del conocimiento— el de la demarcación es, según entiendo, el más
fundamental. En realidad, la razón principal por la que los epistemólogos con
inclinaciones empiristas tienden a prender su fe en el «método de la
inducción», parece ser que la constituye su creencia de que éste es el único
método que puede proporcionar un criterio de demarcación apropiado: esto se
aplica, especialmente, a los empiristas que siguen las banderas del
«positivismo».

Los antiguos positivistas estaban dispuestos a admitir únicamente como


científicos o legítimos aquellos conceptos (o bien nociones, o ideas) que, como
ellos decían, derivaban de la experiencia; o sea, aquellos conceptos que ellos
creían lógicamente reducibles a elementos de la experiencia sensorial, tales
como sensaciones (o datos sensibles), impresiones, percepciones, recuerdos
visuales o auditivos, etc.

CIENCIA
Física,
Matemática
CONCEPTO
Fuerza,
Cantidad

EXPERIENCIA
(Sensaciones de
datos sensibles,
impresiones,
percepciones,
recuerdos)

81
Carnap Bertrand Russell Wittgenstein

Los positivistas modernos son


capaces de ver con mayor claridad que la El Círculo de Viena, dominante en
Europa entre los años veinte y cuarenta,
ciencia no es un sistema de conceptos, sino
recibió también los nombres de
más bien un sistema de enunciados. En empirismo lógico y neopositivismo y que
consecuencia, están dispuestos a admitir en parte puede también aplicarse a la
únicamente como científicos o legítimos los filosofía analítica posterior, en el que
enunciados que son reducibles a cristalizaban influencias del positivismo
y el empirismo clásicos, el atomismo
enunciados elementales (o «atómicos») de
lógico de Russell, tal como lo interpretó
experiencia —a «juicios de percepción», Wittgenstein, y el positivismo
«proposiciones atómicas», «cláusulas sociológico. Estas doctrinas son en
protocolarias» o como los quieran llamar buena parte resultado del modo como
[Desde luego, nada depende de los los componentes del Círculo de Viena
entendieron el Tractatus de Wittgenstein
nombres. Cuando inventé el nuevo nombre
y, como él, parten del supuesto de que
«enunciado básico» (o «proposición básica, un enunciado o es analítico o es
lo hice sólo porque necesitaba un término sintético, y que en ningún caso puede
no cargado con la connotación de ser ambas cosas a la vez.
enunciado perceptivo- Popper; Postscript,
apartado *29]—. No cabe duda de que el criterio de demarcación implicado de
este modo se identifica con la lógica inductiva que piden.

CIENCIA

ENUNCIADOS

EXPERIENCIA

Desde el momento en que rechazo la lógica inductiva he de rechazar


también todos estos intentos de resolver el problema de la demarcación: con lo
cual este problema aumenta de importancia en el presente estudio. El hallazgo

82
de un criterio de demarcación aceptable tiene que ser una tarea crucial de
cualquier epistemología que no acepte la lógica inductiva.

Los positivistas suelen interpretar el problema de la demarcación de un


modo naturalista: como si fuese un problema de la ciencia natural. En lugar de
considerar que se encuentran ante la tarea de proponer una convención
apropiada, creen que tienen que descubrir una diferencia —que existiría, por Cuando una
expresión
decirlo así, en la naturaleza de las cosas— entre la ciencia empírica por una carece de
parte y la metafísica por otra. Tratan constantemente de demostrar que la sentido es
porque su
metafísica, por su misma naturaleza, no es sino un parloteo absurdo — contenido es
«sofistería e ilusión», como dice Hume, que deberíamos «arrojar al fuego». absurdo.

Pero si con las expresiones «absurdo» o «carente de sentido» no


queremos expresar otra cosa, por definición, que «no perteneciente a la ciencia
empírica», en tal caso la caracterización de la metafísica como un absurdo
carente de sentido será trivial: pues a la metafísica se la define normalmente
como no empírica. Pero —naturalmente— los positivistas creen que pueden
decir de la metafísica muchas otras cosas, además de que sus enunciados son
no empíricos. Las expresiones «absurdo» y «carente de sentido» comportan
una evaluación peyorativa (y se pretende que la comporten); y, sin duda
alguna, lo que los positivistas tratan realmente de conseguir no es tanto una
demarcación acertada como derribar definitivamente y aniquilar la metafísica.
Como quiera que sea, nos encontramos con que cada vez que los positivistas
han intentado decir con mayor claridad lo que significaba «con sentido» la
tentativa conducía al mismo resultado: a una definición de «cláusula con
sentido» (en contraposición a «pseudocláusula sin sentido») que simplemente
reitera el criterio de demarcación de su lógica inductiva.

Esto «se hace patente» con gran claridad en el caso de Wittgenstein, WITTGENSTEIN
“La nieve es
según el cual toda proposición con sentido tiene que ser lógicamente blanca”.
Lo que es el
reducible[WITTGENSTEIN, Tractatus Logico Philosophicus (T.L.P.), caso
Proposición 5]a proposiciones elementales (o «atómicas»), que caracteriza
como descripciones o «imágenes de la realidad» [WITTGENSTEIN, T.L.P.,
Proposiciones 4.01, 4.03 y 2.221] (caracterización, por cierto, que ha de cubrir Hechos
todas las proposiciones con sentido). Podemos darnos cuenta de que el criterio
de sentido de Wittgenstein coincide con el criterio de demarcación de los
Composición
inductivistas, sin más que remplazar las palabras «científica» o «legítima» por del mundo
«con sentido». Y es precisamente al llegar al problema de la inducción donde
se derrumba este intento de resolver el problema de la demarcación: los ENUNCIADO
METAFÍSICO
positivistas, en sus ansias de aniquilar la metafísica, aniquilan juntamente con “El ser es
ella la ciencia natural. Pues tampoco las leyes científicas pueden reducirse inmóvil”.
lógicamente a enunciados elementales de experiencia. Si se aplicase con

83
absoluta coherencia, el criterio de sentido de Wittgenstein rechazaría por
carentes de sentido aquellas leyes naturales cuya búsqueda, como dice
Einstein, es «la tarea suprema del físico»: nunca podrían aceptarse como
enunciados auténticos o legítimos. La tentativa wittgensteiniana de
desenmascarar el problema de la inducción como un pseudoproblema vacío,
ha sido expresada por Schlick [Schlick atribuyó a Wittgenstein la idea de tratar
las leyes científicas como pseudoproposiciones, con lo cual se resolvía el
problema de la inducción] con las siguientes palabras: «El problema de la
inducción consiste en preguntar por la justificación lógica de los enunciados
universales acerca de la realidad... Reconocemos, con Hume, que no existe
semejante justificación lógica: no puede haber ninguna, por el simple hecho de
que no son auténticos enunciados» [SCHLICK, Naturwissenschaften 19, 1931,
pág. 156. En lo que se refiere a las leyes naturales, Schlick escribe (pág. 151):
«Se ha hecho notar a menudo que, estrictamente, no podemos hablar nunca
de una verificación absoluta de una ley, pues hacemos siempre —por decirlo
así— la salvedad de que puede ser modificada a la vista de nuevas
experiencias. Véase también el apartado *12 (Popper) de mi Postscript.].

Esto hace ver que el criterio inductivista de demarcación no consigue


trazar una línea divisoria entre los sistemas científicos y los metafísicos, y por
qué ha de asignar a unos y otros el mismo estatuto: pues el veredicto del
dogma positivista del sentido es que ambos son sistemas de pseudoaserciones
sin sentido. Así pues, en lugar de descastar radicalmente la metafísica de las
ciencias empíricas, el positivismo lleva a una invasión del campo científico por
aquélla.

Frente a estas estratagemas antimetafísicas —antimetafísicas en la


intención, claro está— no considero que haya de ocuparme en derribarla
metafísica, sino, en vez de semejante cosa, en formular una caracterización
apropiada de la ciencia empírica, o en definir los conceptos de «ciencia
empírica» y de «metafísica» de tal manera que, ante un sistema dado de
enunciados, seamos capaces de decir si es asunto o no de la ciencia empírica
el estudiarlo más de cerca.

Mi criterio de demarcación, por tanto, ha de considerarse como una


propuesta para un acuerdo o convención. En cuanto a si tal convención es ¿En todo
conocimiento
apropiada o no lo es, las opiniones pueden diferir; mas sólo es posible una es necesario
discusión razonable de estas cuestiones entre partes que tienen cierta finalidad realizar una
demarcación?
común a la vista. Por supuesto que la elección de tal finalidad tiene que ser, en
última instancia, objeto de una decisión que vaya más allá de toda
argumentación racional.

84
Por tanto, quienquiera que plantee un sistema de enunciados
absolutamente ciertos, irrevocablemente verdaderos, como finalidad de la
ciencia, es seguro que rechazará las propuestas que voy a hacer aquí. Y lo
mismo harán quienes ven «la esencia de la ciencia... en su dignidad», que
consideran reside en su «carácter de totalidad» y en su «verdad y esencialidad
reales». Difícilmente estarán dispuestos a otorgar esta dignidad a la física
teórica moderna, en la que tanto otras personas como yo vemos la realización
más completa hasta la fecha de lo que yo llamo «ciencia empírica».

Las metas de la ciencia a las que me refiero son otras. No trato de


justificarlas, sin embargo, presentándolas como el blanco verdadero o esencial
de la ciencia, lo cual serviría únicamente para perturbar la cuestión y
significaría una recaída en el dogmatismo positivista. No alcanzo a ver más que
una sola vía para argumentar racionalmente en apoyo de mis propuestas: la de
analizar sus consecuencias lógicas —señalar su fertilidad, o sea, su poder de
elucidar los problemas de la teoría del conocimiento.

Así pues, admito abiertamente que para llegar a mis propuestas me he


guiado, en última instancia, por juicios de valor y por predilecciones. Mas
espero que sean aceptables para todos los que no sólo aprecian el rigor lógico,
sino la libertad de dogmatismos; para quienes buscan la aplicabilidad práctica,
pero se sienten atraídos aún en mayor medida por la aventura de la ciencia y
por los descubrimientos que una y otra vez nos enfrentan con cuestiones
nuevas e inesperadas, que nos desafían a ensayar respuestas nuevas e
insospechadas.

El hecho de que ciertos juicios de valor hayan influido en mis


propuestas no quiere decir que esté cometiendo el error de que he acusado a
los positivistas —el de intentar el asesinato de la metafísica por medio de
nombres infamantes—. Ni siquiera llego a afirmar que la metafísica carezca de
valor para la ciencia empírica. Pues no puede negarse que, así como ha habido
ideas metafísicas que han puesto una barrera al avance de la ciencia, han
existido otras —tal el atomismo especulativo— que la han ayudado. Y si
miramos el asunto desde un ángulo psicológico, me siento inclinado a pensar
que la investigación científica es imposible sin fe en algunas ideas de una
índole puramente especulativa (y, a veces, sumamente brumosas): fe ¿Qué es la
desprovista enteramente de garantías desde el punto de vista de la ciencia, y metafísica?, ¿la
ciencia necesita
que —en esta misma medida— es «metafísica». de ella?

85
Una vez que he hecho estas advertencias, sigo considerando que la
primera tarea de la lógica del conocimiento es proponer un concepto de ciencia
empírica con objeto de llegar a un uso lingüístico —actualmente algo incierto—
lo más definido posible, y a fin de trazar una línea de demarcación clara entre
la ciencia y las ideas metafísicas —aun cuando dichas ideas puedan haber
favorecido el avance de la ciencia a lo largo de toda su historia.

5.5. LA EXPERIENCIA COMO MÉTODO

La tarea de formular una definición aceptable de la idea de ciencia


empírica no está exenta de dificultades. Algunas de ellas surgen del hecho de
que tienen que existir muchos sistemas teóricos cuya estructura lógica sea muy
parecida a la del sistema aceptado en un momento determinado como sistema
de la ciencia empírica. En ocasiones se describe esta situación diciendo que
existen muchísimos «mundos lógicamente posibles» —posiblemente un
número infinito de ellos—. Y, con todo, se pretende que el sistema llamado
«ciencia empírica» represente únicamente un mundo: el «mundo real» o
«mundo de nuestra experiencia».
CIENCIA EMPIRICA

T1

T2

T3

Con objeto de precisar un poco más esta afirmación, podemos distinguir


tres requisitos que nuestro sistema teórico empírico tendrá que satisfacer.
Primero, ha de ser sintético, de suerte que pueda representar un mundo no
contradictorio, posible; en segundo lugar, debe satisfacer el criterio de
demarcación, es decir, no será metafísico, sino representará un mundo de
experiencia posible; en tercer término, es menester que sea un sistema que se
distinga —de alguna manera— de otros sistemas semejantes por ser el que
represente nuestro mundo de experiencia.

86
Más, ¿cómo ha de distinguirse el sistema que represente nuestro
mundo de experiencia? He aquí la respuesta: por el hecho de que se le ha
sometido a contraste y ha resistido las contrastaciones. Esto quiere decir que
se le ha de distinguir aplicándole el método deductivo que pretendo analizar y
describir.

Corresponde al
universo posible,
Todos los cisnes son negros. sin embargo no es
empírico.
Corresponde a
nuestro universo
empírico, por lo Algunos cisnes no son negros.
tanto permite la
contrastación.

Según esta opinión, la «experiencia» resulta ser un método distintivo


mediante el cual un sistema teórico puede distinguirse de otros; con lo cual la
ciencia empírica se caracteriza —al parecer— no sólo por su forma lógica, sino
por su método de distinción. (Desde luego, ésta es también la opinión de los
inductivistas, que intentan caracterizar la ciencia empírica por su empleo del
método inductivo.)

Por tanto, puede describirse la teoría del conocimiento, cuya tarea es el


análisis del método o del proceder peculiar de la ciencia empírica, como una
teoría del método empírico —una teoría de lo que normalmente se llama
experiencia.

5.6. LA FALSABILIDAD COMO CRITERIO DE DEMARCACIÓN

El criterio de demarcación inherente a la lógica inductiva —esto es, el


dogma positivista del significado o sentido— equivale a exigir que todos los “El Pegaso es
un caballo
enunciados de la ciencia empírica (o, todos los enunciados «con sentido») alado”.
sean susceptibles de una decisión definitiva con respecto a su verdad y a su ¿Cuál es el
sentido
falsedad; podemos decir que tienen que ser «decidibles de modo concluyente». mediante el
Esto quiere decir que han de tener una forma tal que sea lógicamente posible cual se
verifica?
tanto verificarlos como falsarlos. Así, dice Schlick: «... un auténtico enunciado
tiene que ser susceptible de verificación concluyente»[SCHLICK,

87
Naturwissenschaften 19. 1931, pág. 150]; y Waismann escribe, aún con mayor
claridad: «Si no es posible determinar si un enunciado es verdadero, entonces
carece enteramente de sentido: pues el sentido de un enunciado es el método
de su verificación».

Ahora bien; en mi opinión, no existe nada que pueda llamarse inducción Las teorías no
son
[No me refiero aquí, desde luego, a la llamada «inducción matemática»; lo que verificables,
niego es que exista nada que pueda llamarse inducción en lo que se tan sólo lo
son los
denominan «ciencias inductivas»: que existan «procedimientos inductivos» o enunciados
que
«inferencias inductivas»]. Por tanto, será lógicamente inadmisible la inferencia conforman la
de teorías a partir de enunciados singulares que estén «verificados por la teoría.
experiencia» (cualquiera que sea lo que esto quiera decir). Así pues, las teorías
no son nunca verificables empíricamente. Si queremos evitar el error positivista
de que nuestro criterio de demarcación elimine los sistemas teóricos de la
ciencia natural, debemos elegir un criterio que nos permita admitir en el
dominio de la ciencia empírica incluso enunciados que no puedan verificarse.

Pero, ciertamente, sólo admitiré un sistema entre los científicos o


empíricos si es susceptible de ser contrastado por la experiencia. Estas
consideraciones nos sugieren que el criterio de demarcación que hemos de
adoptar no es el de la verificabilidad, sino el de la falsabilidad de los sistemas
[Obsérvese que propongo la falsabilidad como criterio de demarcación, pero no
de sentido. Por tanto, es un puro mito (aunque gran número de refutaciones de
mi teoría están basadas en él) decir que haya propuesto jamás la falsabilidad
como criterio de sentido. La falsabilidad separa dos tipos de enunciados
perfectamente dotados de sentido, los falsables y los no falsables]. Dicho de
otro modo: no exigiré que un sistema científico pueda ser seleccionado, de una
vez para siempre, en un sentido positivo; pero sí quesea susceptible de
selección en un sentido negativo por medio de contrastes o pruebas empíricas:
ha de ser posible refutar por la experiencia un sistema científico empírico.

Así, el enunciado «lloverá o no lloverá aquí mañana» no se considerará


empírico, por el simple hecho de que no puede ser refutado; mientras que a
este otro, «lloverá aquí mañana», debe considerársele empírico.

Pueden hacerse varias objeciones al criterio de demarcación que


acabamos de proponer. En primer lugar, puede muy bien parecer que toda
sugerencia de que la ciencia —que, según se admite, nos proporciona
informaciones positivas— haya de caracterizarse por satisfacer una exigencia
negativa, como es la de refutabilidad, se encamina en una dirección falsa. Sin
embargo, haré ver que esta objeción carece de peso, pues el volumen de

88
información positiva que un enunciado científico comporta es tanto mayor
cuanto más fácil es que choque —debido a su carácter lógico— con
enunciados singulares posibles. (No en vano llamamos «leyes» a las leyes de
la Naturaleza: cuanto más prohíben más dicen.)

Puede también hacerse de nuevo un intento de volver contra mí mi


propia crítica del criterio inductivista de demarcación: pues podría parecer que
cabe suscitar objeciones contra la falsabilidad como criterio de demarcaciones
análogas a las que yo he suscitado contra la verificabilidad.

Este ataque no me alteraría. Mi propuesta está basada en una asimetría TOLLENS


MODUS

AB
entre la verificabilidad y la falsabilidad: asimetría que se deriva de la forma ~B
lógica de los enunciados universales. Pues éstos no son jamás deductibles de
~A
enunciados singulares, pero sí pueden estar en contradicción con estos Si llueve
últimos. En consecuencia, por medio de inferencias puramente deductivas entonces
todos se
(valiéndose del modus tollens de la lógica clásica) es posible argüir de la mojan. Nada
verdad de enunciados singulares la falsedad de enunciados universales. Una esta mojado.
Por lo tanto,
argumentación de esta índole, que lleva a la falsedad de enunciados no llovió.
universales, es el único tipo de inferencia estrictamente deductiva que se
mueve, como si dijéramos, en «dirección inductiva»: esto es, de enunciados
singulares a universales.

Más grave puede parecer una tercera objeción. Podría decirse que,
incluso admitiendo la asimetría, sigue siendo imposible —por varias razones—
falsar de un modo concluyente un sistema teórico: pues siempre es posible
encontrar una vía de escape de la falsación, por ejemplo, mediante la
introducción ad hoc de una hipótesis auxiliar o por cambio ad hoc de una
definición; se puede, incluso, sin caer en incoherencia lógica, adoptar la
posición de negarse a admitir cualquier experiencia falsadora. Se reconoce que
los científicos no suelen proceder de este modo, pero el procedimiento aludido
siempre es lógicamente posible; y puede pretenderse que este hecho convierte
en dudoso —por lo menos— el valor lógico del criterio de demarcación que he
propuesto.

Me veo obligado a admitir que esta crítica es justa; pero no necesito, por Si
falsabilidad
la

resultara
ello, retirar mi propuesta de adoptar la falsabilidad como criterio de como el más
demarcación. Pues voy a proponer que se caracterice el método empírico de apropiado
criterio de
tal forma que excluya precisamente aquellas vías de eludir la falsación que mi demarcación
imaginario crítico señala insistentemente, con toda razón, como lógicamente entonces qué
ocurriría con
posibles. De acuerdo con mi propuesta, lo que caracteriza al método empírico aquello que
es su manera de exponer a falsación el sistema que ha de contrastarse: no es falsable.

89
justamente de todos los modos imaginables. Su meta no es salvarles la vida a
los sistemas insostenibles, sino, por el contrario, elegir el que
comparativamente sea más apto, sometiendo a todos a la más áspera lucha
por la supervivencia.

El criterio de demarcación propuesto nos conduce a una solución del


problema de Hume de la inducción, o sea, el problema de la validez de las
leyes naturales. Su raíz se encuentra en la aparente contradicción existente
entre lo que podría llamarse «la tesis fundamental del empirismo» —la de que
sólo la experiencia puede decidir acerca de la verdad o la falsedad de los
enunciados científicos— y la inadmisibilidad de los razonamientos inductivos,
de la que se dio cuenta Hume. Esta contradicción surge únicamente si se
supone que todos los enunciados científicos empíricos han de ser «decidibles
de modo concluyente», esto es, que, en principio, tanto su verificación como su
falsación han de ser posibles. Si renunciamos a esta exigencia y admitimos
como enunciados empíricos también los que sean decidibles en un solo sentido
—decidibles unilateralmente, o, más en particular, falsables— y puedan ser
contrastados mediante ensayos sistemáticos de falsación, desaparece la
contradicción: el método de falsación no presupone la inferencia inductiva, sino
únicamente las transformaciones tautológicas de la lógica deductiva, cuya
validez no se pone en tela de juicio.

5.7. EL PROBLEMA DE LA «BASE EMPÍRICA»

Para que la falsabilidad pueda aplicarse de algún modo como criterio de


demarcación deben tenerse a mano enunciados singulares que puedan servir
como premisas en las inferencias falsadoras. Por tanto, nuestro criterio aparece
como algo que solamente desplaza el problema —que nos retrotrae de la
cuestión del carácter empírico de las teorías a la del carácter empírico de los
enunciados singulares.

Pero incluso en este caso se ha conseguido algo. Pues en la práctica de ¿Un enunciado
empírico tiene
la investigación científica la demarcación presenta, a veces, una urgencia el mismo
contenido qué
inmediata en lo que se refiere a los sistemas teóricos, mientras que rara vez se el de un
suscitan dudas acerca de la condición empírica de los enunciados singulares. anunciado
básico?
Es cierto que se tienen errores de observación, y que dan origen a enunciados
singulares falsos, pero un científico casi nunca se encuentra en el trance de
describir un enunciado singular como no empírico o metafísico.

Por tanto, los problemas de la base empírica —esto es, los


concernientes al carácter empírico de enunciados singulares y a su

90
contrastación— desempeñan un papel en la lógica de la ciencia algo diferente
del representado por la mayoría de los demás problemas de que habremos de
ocuparnos. Pues gran parte de éstos se encuentran en relación estrecha con la
práctica de la investigación, mientras que el problema de la base empírica
pertenece casi exclusivamente a la teoría del conocimiento. Me ocuparé de
ellos, sin embargo, ya que dan lugar a muchos puntos obscuros: lo cual ocurre,
especialmente, con las relaciones entre experiencias perceptivas y enunciados
básicos. [Llamo «enunciado básico» o «proposición básica» a un enunciado
que puede servir de premisa en una falsación empírica: brevemente dicho, a la
enunciación de un hecho singular.]

Algunos cuervos no son negros. Todos los cuervos son negros.


(Enunciado básico o proposición básica)

Se ha considerado con frecuencia que las experiencias perceptivas


proporcionan algo así como una justificación de los enunciados básicos: se ha
mantenido que estos enunciados están «basados sobre» tales experiencias,
que mediante éstas se «manifiesta por inspección» la verdad de aquéllos, o
que dicha verdad se hace «patente» en las experiencias mencionadas, etc.
Todas estas expresiones muestran una tendencia perfectamente razonable a
subrayar la estrecha conexión existente entre los enunciados básicos y
nuestras experiencias perceptivas. Con todo, se tenía la impresión (exacta) de
que los enunciados sólo pueden justificarse lógicamente mediante otros
enunciados: por ello, la conexión entre las percepciones y los enunciados
permanecía obscura, y era descrita por expresiones de análoga obscuridad que
no aclaraban nada, sino que resbalaban sobre las dificultades o, en el mejor de
los casos, las señalaban fantasmalmente con metáforas.

También en este caso puede encontrarse una solución, según creo, si


separamos claramente los aspectos psicológicos del problema de los lógicos y
metodológicos. Hemos de distinguir, por una parte, nuestras experiencias
subjetivas o nuestros sentimientos de convicción, que no pueden jamás
justificar enunciado alguno (aun cuando pueden ser objeto de investigación
psicológica), y, por otra, las relaciones lógicas objetivas existentes entre los

Tengo la corazonada que hoy será


un día soleado. Es verdad!!!
91
diversos sistemas de enunciados científicos y en el interior de cada uno de
ellos.

5.8. OBJETIVIDAD CIENTÍFICA Y CONVICCIÓN SUBJETIVA

Las palabras «objetivo» y «subjetivo» son términos filosóficos cargados OBJETIVO


El
de una pesada herencia de usos contradictorios y de discusiones interminables conocimiento
y nunca concluyentes. es
independiente
de mí, del
mismo modo
El empleo que hago de los términos «objetivo» y «subjetivo» no es muy su valor de
verdad.
distinto del kantiano. Kant utiliza la palabra «objetivo» para indicar que el
conocimiento científico ha de ser justificable, independientemente de los
caprichos de nadie: una justificación es «objetiva» si en principio puede ser
contrastada y comprendida por cualquier persona. «Si algo es válido —
escribe— para quien quiera que esté en uso de razón, entonces su fundamento
es objetivo y suficiente».

Ahora bien; yo mantengo que las teorías científicas no son nunca


SUBJETIVO
El
conocimiento
enteramente justificables o verificables, pero que son, no obstante, es
contrastables. Diré, por tanto, que la objetividad de los enunciados científicos dependiente
de mí, por lo
descansa en el hecho de que pueden contrastarse intersubjetivamente [Desde mismo su
que escribí estas palabras he generalizado esta formulación: pues la valor de
verdad
contrastación intersubjetiva es meramente un aspecto muy importante de la depende de
idea más general de la crítica intersubjetiva, o, dicho de otro modo, de la idea Mis
convicciones.
de la regulación racional mutua por medio del debate crítico].

Kant aplica la palabra «subjetivo» a nuestros sentimientos de convicción


(de mayor o menor grado). El examen de cómo aparecen estos es asunto de la
psicología: pueden surgir, por ejemplo, «según leyes de la asociación»;
también pueden servir razones objetivas como «causas subjetivas del juzgar»,
desde el momento en que reflexionamos sobre ellas y nos convencemos de su
congruencia.

Quizá fue Kant el primero en darse cuenta de que la objetividad de los


enunciados se encuentra en estrecha conexión con la construcción de teorías
—es decir, con el empleo de hipótesis y de enunciados universales—. Sólo
cuando se da la recurrencia de ciertos acontecimientos de acuerdo con reglas
o regularidades —y así sucede con los experimentos repetibles— pueden ser
contrastadas nuestras observaciones por cualquiera (en principio). Ni siquiera

92
tomamos muy en serio nuestras observaciones, ni las aceptamos como
científicas, hasta que las hemos repetido y contrastado. Sólo merced a tales
repeticiones podemos convencernos de que no nos encontramos con una mera
«coincidencia» aislada, sino con acontecimientos que, debido a su regularidad
y reproductibilidad, son, en principio, contrastables intersubjetivamente [Kant se
dio cuenta de que de la objetividad que se ha requerido para los enunciados
científicos se sigue que deben ser contrastables intersubjetivamente en
cualquier momento, y que han de tener, por tanto, la forma de leyes universales
o teorías. Yo no postulo semejante principio; pero estoy de acuerdo en que los
enunciados científicos, deben ser contrastables intersubjetivamente y han de
tener siempre el carácter de hipótesis universales.].

Todo físico experimental conoce esos sorprendentes e inexplicables


«efectos» aparentes, que tal vez pueden, incluso, ser reproducidos en su
laboratorio durante cierto tiempo, pero que finalmente desaparecen sin dejar
rastro. Por supuesto, ningún físico diría en tales casos que había hecho un
descubrimiento científico (aun cuando puede intentar una nueva puesta a punto
de sus experimentos con objeto de hacer reproducible el efecto). En realidad,
puede definirse el efecto físico científicamente significativo como aquél que
cualquiera puede reproducir con regularidad sin más que llevar a cabo el
experimento apropiado del modo prescrito. Ningún físico serio osaría publicar,
en concepto de descubrimiento científico, ningún «efecto oculto» (como
propongo llamarlo) de esta índole, es decir, para cuya reproducción no pudiese
dar instrucciones. Semejante «descubrimiento» se rechazaría más que de prisa
por quimérico, simplemente porque las tentativas de contrastarlo llevarían a
resultados negativos. (De ello se sigue que cualquier controversia sobre la
cuestión de si ocurren en absoluto acontecimientos que en principio sean
irrepetibles y únicos no puede decidirse por la ciencia: se trataría de una
controversia metafísica.)

Podemos volver ahora a un aserto planteado en el apartado anterior: a


mi tesis de que una experiencia subjetiva, o un sentimiento de convicción,
nunca pueden justificar un enunciado científico; y de que semejantes
experiencias y convicciones no pueden desempeñar en la ciencia otro papel Los
enunciados de
que el de objeto de una indagación empírica (psicológica). Por intenso que sea experiencia
un sentimiento de convicción nunca podrá justificar un enunciado. Por tanto, subjetiva no
pueden
puedo estar absolutamente convencido de la verdad de un enunciado, seguro justificar a un
de la evidencia de mis percepciones, abrumado por la intensidad de mi enunciado
científico.
experiencia: puede parecerme absurda toda duda. Pero, ¿aporta, acaso, todo
ello la más leve razón a la ciencia para aceptar mis enunciados? ¿Puede
justificarse ningún enunciado por el hecho de que K. R. P. esté absolutamente
convencido de su verdad? La única respuesta posible es que no, y cualquiera

93
otra sería incompatible con la idea de la objetividad científica. Incluso el hecho
—para mí tan firmemente establecido— de que estoy experimentando un
sentimiento de convicción, no puede aparecer en el campo de la ciencia Las hipótesis
psicológicas no
objetiva más que en forma de hipótesis psicológica; la cual, naturalmente, pide son posibles de
un contraste o comprobación intersubjetivo: a partir de la conjetura de que yo ser
comprobadas
tengo este sentimiento de convicción, el psicólogo puede deducir, valiéndose intersubjetiva-
de teorías psicológicas y de otra índole, ciertas predicciones acerca de mi mente.
Comprobar una
conducta —que pueden confirmarse o refutarse mediante contrastaciones hipótesis
experimentales—. Pero, desde el punto de vista epistemológico, carece intersubjetiva-
mente sería
enteramente de importancia que mi sentimiento de convicción haya sido fuerte admitir la
o débil, que haya procedido de una impresión poderosa o incluso irresistible de verdad de la
hipótesis de un
certeza indudable (o «evidencia»), o simplemente de una insegura sospecha: modo objetivo.
nada de todo esto desempeña el menor papel en la cuestión de cómo pueden
justificarse los enunciados científicos.

Las consideraciones del tipo que acabo de hacer no nos proporcionan,


desde luego, una respuesta para el problema de la base empírica; pero, al
menos, nos ayudan a caer en la cuenta de su dificultad principal. Al exigir que
haya objetividad, tanto en los enunciados básicos como en cualesquiera otros
enunciados científicos, nos privamos de todos los medios lógicos por cuyo
medio pudiéramos haber esperado reducir la verdad de los enunciados
científicos a nuestras experiencias. Aún más: nos vedamos todo conceder un
rango privilegiado a los enunciados que formulan experiencias, como son los
que describen nuestras percepciones (y a los que, a veces, se llama «cláusulas
protocolarias»): pueden aparecer en la ciencia únicamente como enunciados
psicológicos, lo cual quiere decir como hipótesis de un tipo cuyo nivel de
contrastación intersubjetiva no es, ciertamente, muy elevado (teniendo en
cuenta el estado actual de la psicología).

Cualquiera que sea la respuesta que demos finalmente a la cuestión de La base


empírica debe
la base empírica, una cosa tiene que quedar clara: si persistimos en pedir que ser objetiva si
los enunciados científicos sean objetivos, entonces aquéllos que pertenecen a estos han de
ser
la base empírica de la ciencia tienen que ser también objetivos, es decir, contrastadas,
contrastables intersubjetivamente. Pero la contrastabilidad intersubjetiva así las que se
deriven de
implica siempre que, a partir de los enunciados que se han de someter a ellas también
serán
contraste, puedan deducirse otros también contrastables. Por tanto, si los contrastadas.
enunciados básicos han de ser contrastables intersubjetivamente a su vez, no
puede haber enunciados últimos en la ciencia: no pueden existir en la ciencia
enunciados últimos que no puedan ser contrastados, y, en consecuencia,
ninguno que no pueda —en principio— ser refutado al falsar algunas de las
conclusiones que sea posible deducir de él.

94
De este modo llegamos a la siguiente tesis. Los sistemas teóricos se
contrastan deduciendo de ellos enunciados de un nivel de universalidad más
bajo; éstos, puesto que han de ser contrastables intersubjetivamente, tienen
que poderse contrastar de manera análoga —y así ad infinitum.

Podría pensarse que esta tesis lleva a una regresión infinita, y que, por
tanto, es insostenible. En el apartado 1, al criticar la inducción, opuse la
objeción de que llevaría a un regreso infinito; y puede muy bien parecerle ahora
al lector que la misma objeción exactamente puede invocarse contra el
procedimiento de contrastación deductiva que defiendo a mi vez. Sin embargo,
no ocurre así. El método deductivo de contrastar no puede estatuir ni justificar
los enunciados que se contrastan, ni se pretende que lo haga; de modo que no
hay peligro de una regresión infinita. Pero ha de admitirse que la situación
sobre la que acabo de llamar la atención —la contrastabilidad ad infinitum, y la
ausencia de enunciados últimos que no necesitasen ser contrastados— crea,
ciertamente, un problema. Pues es evidente que, de hecho, las contrastaciones
no pueden prolongarse ad infinitum: más tarde o más temprano hemos de
detenernos. Sin discutir ahora el problema en detalle, quiero únicamente
señalar que la circunstancia de que las contrastaciones no puedan continuar
indefinidamente no choca con mi petición de que todo enunciado científico sea
contrastable. Pues no pido que sea preciso haber contrastado realmente todo
enunciado científico antes de aceptarlo: sólo requiero que cada uno de estos
enunciados sea susceptible de contrastación; dicho de otro modo: me niego a
admitir la tesis de que en la ciencia existan enunciados cuya verdad hayamos
de aceptar resignadamente, por la simple razón de no parecer posible —por
razones lógicas— someterlos a contraste.

95
KUHN, THOMAS SAMUEL; Ohio 1922 -
Massachusetts 1996.

Filósofo de la ciencia e historiador


americano, nació en Cincinnati, Ohio,
en 1922. Estudió Física en la
Universidad de Harvard, por la que se
doctoró en dicha especialidad en
1949. A partir de entonces su interés
se orientó hacia el estudio de la
Historia de la Ciencia, al que se dedicó
por completo.

Permaneció en Harvard como profesor ayudante de Historia de la Ciencia


hasta 1956, que se incorpora a la Universidad de Berkeley, donde ocupará
la Cátedra de Historia de la Ciencia a partir de 1961. En 1964 pasará a
desempeñar ese mismo puesto en la Universidad de Princenton hasta 1979,
año en que se instalará en Boston, ocupando la Cátedra de Filosofía e
Historia de la Ciencia del Massachusetts Institute of Technology. Falleció en
1996 en Cambridge, Massachussets.

Es conocido sobre todo por sus obras: La revolución copernicana (1957) y


La estructura de las revoluciones científicas (1962). Este último es uno de
los libros más conocidos y discutidos sobre filosofía de la ciencia y en él
desarrolla la idea de que la ciencia progresa a través de una sucesión de
períodos, cuya secuencia es «paradigma-ciencia normal-crisis-revolución-
nueva ciencia normal-nuevo paradigma». Se inicia con un período de ciencia
normal, durante el cual la investigación científica, que se caracteriza como
una «actividad dirigida a solucionar enigmas», bajo un modelo, o paradigma,
acumula incesantemente nuevos conocimientos: es la época de crecimiento
y desarrollo del conocimiento científico intensamente acumulativo. La
presencia de anomalías o problemas que la teoría del paradigma no es
capaz de solucionar, origina una crisis dentro del paradigma y estimula la
búsqueda de nuevas teorías, que a medida que van teniendo éxito se
manifiestan incompatibles con el paradigma antiguo: es la fase
revolucionaria y de ciencia revolucionaria. Si el paradigma alternativo es
capaz de solucionar las anomalías que se presentan, va siendo aceptado y
se entra en una nueva fase de ciencia normal bajo un nuevo paradigma. La
adopción de un nuevo paradigma supone una revolución científica o una
ruptura con el paradigma antiguo y aparecen relaciones de
inconmensurabilidad entre el paradigma antiguo y el nuevo.

96
VI. NATURALEZA DE LA CIENCIA NORMAL

¿Cuál es pues la naturaleza de la investigación más profesional y


esotérica que permite la aceptación por un grupo de un paradigma único? Si el
paradigma representa un trabajo que ha sido realizado de una vez por todas, Un paradigma
es un modelo
¿qué otros problemas deja para que sean resueltos por el grupo unido? Estas o patrón
preguntas parecerán todavía más apremiantes, si hacemos notar ahora un aceptado. Lo
cual implica
aspecto en el que los términos utilizados hasta aquí pueden conducir a errores. asumir los
En su uso establecido, un paradigma es un modelo o patrón aceptado y este compromisos
ya aceptados
aspecto de su significado me ha permitido apropiarme la palabra 'paradigma', a de la
falta de otro término mejor; pronto veremos claramente que el sentido de comunidad
científica.
'modelo' y 'patrón', que permiten la apropiación, no es enteramente el usual
para definir 'paradigma'. En la gramática, por ejemplo, 'amo, amas, amat' es un
paradigma, debido a que muestra el patrón o modelo que debe utilizarse para En la ciencia
un paradigma
conjugar gran número de otros verbos latinos, por ejemplo: para producir es raramente
'laudâ, laudâs, laudâtum' [Verbo que refiere a alabar].En esta aplicación común, un objeto de
renovación, ya
el paradigma funciona, permitiendo la renovación de ejemplos cada uno de los que esta
cuales podría servir para reemplazarlo. Por otra parte, en una ciencia, un pretende ser
tradicionalista
paradigma es raramente un objeto para renovación. En lugar de ello, tal y como como la
una decisión judicial aceptada en el derecho común, es un objeto para una ciencia
normal.
mayor articulación y especificación, en condiciones nuevas o más rigurosas.

Para comprender cómo puede suceder esto, debemos reconocer lo muy Un paradigma
obtiene el
limitado que puede ser un paradigma en alcance y precisión en el momento de reconocimien-
to de su
su primera aparición. Los paradigmas obtienen su status como tales, debido a status por los
que tienen más éxito que sus competidores para resolver unos cuantos éxitos
obtenidos
problemas que el grupo de profesionales ha llegado a reconocer como agudos. frente a sus
Sin embargo, el tener más éxito no quiere decir que tenga un éxito completo en competidores,
no obstante
la resolución de un problema determinado o que dé resultados suficientemente esto no la
satisfactorios con un número considerable de problemas. El éxito de un hace
permanente.
paradigma —ya sea el análisis del movimiento de Aristóteles, los cálculos
hechos por Tolomeo de la posición planetaria, la aplicación hecha por Lavoisier
de la balanza o la matematización del campo electromagnético por Maxwell— La ciencia
normal pone
es al principio, en gran parte, una promesa de éxito discernible en ejemplos a prueba a sus
seleccionados y todavía incompletos. La ciencia normal consiste en la miembros
mediante
realización de esa promesa, una realización lograda mediante la ampliación del enigmas el
conocimiento de aquellos hechos que el paradigma muestra como cual se
sostiene por
particularmente reveladores, aumentando la extensión del acoplamiento entre poseer una
esos hechos y las predicciones del paradigma y por medio de la articulación promesa de
logro, es
ulterior del paradigma mismo. decir, más de
una solución
asegurada.

97
Pocas personas que no sean realmente practicantes de una ciencia
madura llegan a comprender cuánto trabajo de limpieza de esta especie deja
un paradigma para hacer, o cuán atrayente puede resultar la ejecución de
dicho trabajo. Y es preciso comprender esos puntos. Las operaciones de
limpieza son las que ocupan a la mayoría de los científicos durante todas sus
carreras. Constituyen lo que llamo aquí ciencia normal. Examinada de cerca,
tanto históricamente como en el laboratorio contemporáneo, esa empresa La ciencia
normal no
parece ser un intento de obligar a la naturaleza a que encaje dentro de los está
límites preestablecidos y relativamente inflexibles que proporciona el encaminada a
provocar
paradigma. Ninguna parte del objetivo de la ciencia normal está encaminado a nuevos tipos
provocar nuevos tipos de fenómenos; en realidad, a los fenómenos que no de
fenómenos,
encajarían dentro de los límites mencionados frecuentemente ni siquiera se los debido a que
ve. Tampoco tienden normalmente los científicos a descubrir nuevas teorías y a se restringe al
paradigma
menudo se muestran intolerantes con las formuladas por otros [Bernard Barber, vigente
"Resistance by Scientists to Scientific Discovery", Science, CXXXIV (1961), establecido.

596-602].Es posible que sean defectos. Por supuesto, las zonas investigadas
por la ciencia normal son minúsculas; la empresa que está siendo discutida ha
restringido drásticamente la visión. Pero esas restricciones, nacidas de la
confianza en un paradigma, resultan esenciales para el desarrollo de una
ciencia. Al enfocar la atención sobre un cuadro pequeño de problemas
relativamente esotéricos, el paradigma obliga a los científicos a investigar
alguna parte de la naturaleza de una manera tan detallada y profunda que sería
inimaginable en otras condiciones. Y la ciencia normal posee un mecanismo
interno que siempre que el paradigma del que proceden deja de funcionar de
manera efectiva, asegura el relajamiento de las restricciones que atan a la
investigación. En ese punto, los científicos comienzan a comportarse de Los científicos
manera diferente, al mismo tiempo que cambia la naturaleza de sus problemas son
tradicionales-
de investigación. Sin embargo, mientras tanto, durante el periodo en que el tas. Sólo
articulan las
paradigma se aplica con éxito, la profesión resolverá problemas que es raro teorías que el
que sus miembros hubieran podido imaginarse y que nunca hubieran paradigma les
ha ofrecido,
emprendido sin él. En lugar de ello, la investigación científica normal va dirigida es parte del
a la articulación de aquellos fenómenos y teorías que ya proporciona el compromiso.
paradigma.

Para mostrar de manera más clara lo que entendemos por investigación


normal o basada en un paradigma, trataré ahora de clasificar e ilustrar los
problemas en los que consiste principalmente la ciencia normal. Por
conveniencia, pospongo la actividad teórica y comienzo con la reunión de datos
o hechos, o sea, con los experimentos y las observaciones que se describen en
los periódicos técnicos por medio de los que los científicos informan a sus
colegas profesionales de los resultados del progreso de sus investigaciones.
¿Sobre qué aspectos de la naturaleza informan normalmente los científicos?

98
¿Qué determina su elección? Y, puesto que la mayoría de las observaciones
científicas toman tiempo, equipo y dinero, ¿qué es lo que incita a los científicos
a llevar esa elección hasta su conclusión?

Creo que hay sólo tres focos normales para la investigación científica
fáctica y no son siempre ni permanentemente, distintos. Primeramente,
encontramos la clase de hechos que el paradigma ha mostrado que son
particularmente reveladores de la naturaleza de las cosas. Al emplearlos para
resolver problemas, el paradigma ha hecho que valga la pena determinarlos
con mayor precisión y en una mayor variedad de situaciones. En un momento u
otro, esas determinaciones fácticas importantes han incluido: en astronomía, la
posición y magnitud de las estrellas, los periodos de eclipses binarios de los
planetas; en física, las gravedades y compresibilidades específicas de los
materiales, las longitudes de onda y las intensidades espectrales, las
conductividades eléctricas y los potenciales de contacto; y en química, la
composición y la combinación de pesos, los puntos de ebullición y la acidez de
las soluciones, las fórmulas estructurales y actividades ópticas.

HECHO COSA
• Cosas, propiedades o relaciones tal como • Se refiere al objeto intencional de la
son en la realidad, independientemente de conciencia, por lo que la cosa pensada,
la interpretación humana. querida o imaginada puede ser tanto real
como simplemente mental.

Los esfuerzos por aumentar la exactitud y el alcance con que se El científico


normal se
conocen hechos como ésos, ocupan una fracción importante de la literatura de esfuerza en
la ciencia de observación y experimentación. Repetidas veces se han diseñado aumentar la
exactitud y el
aparatos especiales y complejos para esos fines, y el invento, la construcción y alcance de los
hechos como
el despliegue de esos aparatos han exigido un talento de primera categoría, parte de su
mucho tiempo y un respaldo financiero considerable. Los sincrotrones y los formación
profesional, al
radiotelescopios son tan sólo los ejemplos más recientes de hasta dónde están mismo tiempo
dispuestos a ir los investigadores, cuando un paradigma les asegura que los lo hace
mediante la
hechos que buscan son importantes. Desde Tycho Brahe hasta E. O. literatura
Lawrence, algunos científicos han adquirido grandes reputaciones, no por la respectiva.
novedad de sus descubrimientos, sino por la precisión, la seguridad y el
alcance de los métodos que desarrollaron para la redeterminación de algún tipo
de hecho previamente conocido.

99
Una segunda clase habitual, aunque menor, de determinaciones
fácticas se dirige hacia los hechos que, aunque no tengan a menudo mucho
interés intrínseco, pueden compararse directamente con predicciones de la
teoría del paradigma. Como veremos un poco más adelante, cuando pasemos
de los problemas experimentales a los problemas teóricos de la ciencia normal,
es raro que haya muchos campos en los que una teoría científica, sobre todo si
es formulada en una forma predominantemente matemática, pueda
compararse directamente con la naturaleza. No más de tres de tales campos
son accesibles, hasta ahora, a la teoría general de la relatividad de Einstein [El
único punto duradero de comprobación que es reconocido todavía en la
actualidad es el de la precesión del perihelio de Mercurio. El corrimiento hacia
el rojo del espectro de la luz de las estrellas distantes puede deducirse a partir
de consideraciones más elementales que la relatividad general y lo mismo
puede ser posible para la curvatura de la luz en torno al Sol, un punto que en la
actualidad está a discusión].Además, incluso en los campos en que es posible
la aplicación, exige a menudo, aproximaciones teóricas e instrumentales que
limitan severamente el acuerdo que pudiera esperarse. El mejoramiento de ese
acuerdo o el descubrimiento de nuevos campos en los que el acuerdo pueda
demostrarse, representan un desafío constante para la habilidad y la
imaginación de los experimentadores y los observadores. Los telescopios ¿La Luna es
un hecho, una
especiales para demostrar la predicción de Copérnico sobre la paralaje anual; cosa o un
la máquina de Atwood, inventada casi un siglo después de los Principia, para objeto?
proporcionar la primera demostración inequívoca de la segunda ley de Newton;
el aparato de Foucault, para demostrar que la velocidad de la luz es mayor en
el aire que en el agua; o el gigantesco contador de centelleo, diseñado para
demostrar la existencia del neutrino —esos aparatos especiales y muchos otros
como ellos— ilustran el esfuerzo y el ingenio inmensos que han sido
necesarios para hacer que la naturaleza y la teoría lleguen a un acuerdo cada
vez más estrecho. Este intento de demostrar el acuerdo es un segundo tipo de
trabajo experimental normal y depende de un paradigma de manera todavía
más evidente que el anterior. La existencia del paradigma establece el
problema que debe resolverse; con frecuencia, la teoría del paradigma se
encuentra implicada directamente en el diseño del aparato capaz de resolver el
problema. Por ejemplo, sin los Principia, las mediciones realizadas con la
máquina de Atwood no hubieran podido significar nada en absoluto.

Una tercera clase de experimentos y observaciones agota, creo yo, las


tareas de reunión de hechos de la ciencia normal. Consiste en el trabajo
empírico emprendido para articular la teoría del paradigma, resolviendo
algunas de sus ambigüedades residuales y permitiendo resolver problemas
hacia los que anteriormente sólo se había llamado la atención. Esta clase

100
resulta la más importante de todas y su descripción exige una subdivisión. En
las ciencias de carácter más matemático, algunos de los experimentos cuya
finalidad es la articulación, van encaminados hacia la determinación de
constantes físicas. Por ejemplo: el trabajo de Newton indicó que la fuerza entre
dos unidades de masa a la unidad de distancia sería la misma para todos los
tipos de materia en todas las posiciones, en el Universo. Pero sus propios
problemas podían resolverse sin calcular siquiera el tamaño de esa atracción,
la constante gravitacional universal; y nadie diseñó un aparato capaz de
determinarla durante todo el siglo que siguió a la aparición de los Principia. La
famosa determinación de Cavendish, en 1790, tampoco fue la última. A causa
de su posición central en la teoría física, los valores perfeccionados de la
constante gravitacional han sido desde entonces objeto de esfuerzos repetidos
por parte de experimentadores extraordinarios. Otros ejemplos del mismo tipo
de trabajo continuo incluirían la determinación de la unidad astronómica, el
número de Avogadro, el coeficiente de Joule, la carga electrónica, etc. Pocos
de esos esfuerzos complejos hubieran sido concebidos y ninguno se habría
llevado a cabo sin una teoría de paradigma que definiera el problema y
garantizara la existencia de una solución estable.

La determina-
ción del
hecho
significativo.

ACTIVIDADES QUE
REALIZA EL
CIENTÍFICO DE LA
CIENCIA NORMAL

El
acoplamien- La
to de los articulación
hecho con la de la teoría.
teoría.

Los esfuerzos para articular un paradigma, sin embargo, no se limitan a


la determinación de constantes universales. Por ejemplo, pueden tener también
como meta leyes cuantitativas: la Ley de Boyle que relaciona la presión del gas
con el volumen, la Ley de Coulomb sobre la atracción eléctrica y la fórmula de
Joule que relaciona el calor generado con la resistencia eléctrica y con la
corriente, se encuentran en esta categoría. Quizá no resulte evidente el hecho

101
de que sea necesario un paradigma, como requisito previo para el
descubrimiento de leyes como ésas. Con frecuencia se oye decir que son
descubiertas examinando mediciones tomadas por su propia cuenta y sin
compromiso teórico, pero la historia no ofrece ningún respaldo a un método tan
excesivamente baconiano. Los experimentos de Boyle no eran concebibles (y
si se hubieran concebido hubieran recibido otra interpretación o ninguna en
absoluto) hasta que se reconoció que el aire era un fluido elástico al que
podían aplicarse todos los conceptos complejos de la hidrostática. El éxito de
Coulomb dependió de que construyera un aparato especial para medir la fuerza
entre dos cargas extremas. (Quienes habían medido previamente las fuerzas
eléctricas, utilizando balanzas de platillo, etc., no descubrieron ninguna
consistencia o regularidad simple.) Pero a su vez, ese diseño dependió del
reconocimiento previo de que cada partícula del fluido eléctrico actúa sobre
cada una de las otras a cierta distancia. Era la fuerza entre esas partículas —la
única fuerza que con seguridad podía suponerse una función simple de la
distancia— la que buscaba Coulomb. También los experimentos de Joule
pueden utilizarse para ilustrar cómo de la articulación de un paradigma, surgen
leyes cuantitativas. En efecto, la relación existente entre el paradigma
cualitativo y la ley cuantitativa es tan general y cercana que, desde Galileo,
tales leyes han sido con frecuencia adivinadas correctamente, con ayuda de un
paradigma, muchos años antes de que pudiera diseñarse un aparato para su
determinación experimental.

Finalmente, existe un tercer tipo de experimento encaminado hacia la


articulación de un paradigma. Estos experimentos, más que otros, pueden
asemejarse a la exploración y sobre todo prevalecen en los periodos y en las
ciencias que se ocupan más de los aspectos cualitativos que de los
cuantitativos relativos a la regularidad de la naturaleza. Con frecuencia un
Existe sólo
paradigma, desarrollado para un conjunto de fenómenos, resulta ambiguo al una teoría que
aplicarse a otro estrechamente relacionado. Entonces son necesarios explique por
qué la Tierra
experimentos para escoger entre los métodos alternativos, a efecto de aplicar tiene una
el paradigma al nuevo campo de interés. Por ejemplo, las aplicaciones del forma esférica
o existen
paradigma de la teoría calórica, fueron el calentamiento y el enfriamiento por otras.
medio de mezclas y del cambio de estado. Pero el calor podía ser soltado o
absorbido de muchas otras maneras —por ejemplo, por medio de
combinaciones químicas, por fricción y por compresión o absorción de un
gas— y la teoría podía aplicarse a cada uno de esos otros fenómenos de varias
formas. Si por ejemplo, el vacío tuviera una capacidad térmica, el
calentamiento por compresión podría explicarse como el resultado de la mezcla
de gas con vacío.O podría deberse a un cambio en el calor específico de los
gases con una presión variable. Además, había varias otras explicaciones
posibles. Se emprendieron muchos experimentos para elaborar esas diversas
posibilidades y para hacer una distinción entre ellas; todos esos experimentos

102
procedían de la teoría calórica como paradigma y todos se aprovecharon de
ella en el diseño de experimentos y en la interpretación de los resultados. Una
vez establecido el fenómeno del calentamiento por compresión, todos los
experimentos ulteriores en ese campo fueron, en esa forma, dependientes del
paradigma. Dado el fenómeno, ¿de qué otra forma hubiera podido
seleccionarse un experimento para elucidarlo?

Veamos ahora los problemas teóricos de la ciencia normal, que caen Una parte del
trabajo teórico
muy aproximadamente dentro de las mismas clases que los experimentales o normal
de observación. Una parte del trabajo teórico normal, aunque sólo una parte consiste en el
uso de la
pequeña, consiste simplemente en el uso de la teoría existente para predecir teoría
información fáctica de valor intrínseco. El establecimiento de efemérides existente para
predecir
astronómicas, el cálculo de las características de las lentes y la producción de información.
Su fin es
curvas de propagación de radio son ejemplos de problemas de ese tipo. Sin mostrar una
embargo, los científicos los consideran generalmente como trabajos de poca nueva forma
aplicación del
monta que deben dejarse a los ingenieros y a los técnicos. Muchos de ellos en paradigma.
ningún momento aparecen en periódicos científicos importantes. Pero esos
mismos periódicos contienen numerosas discusiones teóricas de problemas
que, a los no científicos, deben parecerles casi idénticos. Son las
manipulaciones de teoría emprendidas no debido a que las predicciones que
resultan sean intrínsecamente valiosas, sino porque pueden confrontarse
directamente con experimentos. Su fin es mostrar una nueva aplicación del
paradigma o aumentar la precisión de una aplicación que ya se haya hecho.

La necesidad de este tipo de trabajo nace de las enormes dificultades


que frecuentemente se encuentran para desarrollar puntos de contacto entre
una teoría y la naturaleza. Estas dificultades pueden ilustrarse brevemente por
medio de un examen de la historia de la dinámica después de Newton. A
principios del siglo XVIII, aquellos científicos que hallaron un paradigma en
Principia dieron por sentada la generalidad de sus conclusiones y tenían todas
las razones para hacerlo así. Ningún otro trabajo conocido en la historia de la
ciencia ha permitido simultáneamente un aumento tan grande tanto en el
alcance como en la precisión de la investigación. En cuanto al cielo, Newton
había derivado las Leyes de Kepler sobre el movimiento planetario y había
explicado, asimismo, algunos de los aspectos observados en los que la Luna El desarrollo
del trabajo
no se conformaba a ellas. En cuanto a la Tierra, había derivado los resultados científico se
de ciertas observaciones dispersas sobre los péndulos, los planos inclinados y desarrolla
estableciendo
las mareas. Con la ayuda de suposiciones complementarias, pero ad hoc, paradigmas
había sido capaz también de derivar la Ley de Boyle y una fórmula importante los cuáles se
aceptan como
para la velocidad del sonido en el aire. Dado el estado de las ciencias en esa precisos en
época, el éxito de estas demostraciones fue extraordinariamente tanto sean
precisos para
impresionante. Sin embargo, dada la generalidad presuntiva de las Leyes de el desarrollo
Newton, el número de esas aplicaciones no era grande y Newton casi no del problema.

103
desarrolló otras. Además, en comparación con lo que cualquier graduado de
física puede lograr hoy en día con esas mismas leyes, las pocas aplicaciones
de Newton no fueron ni siquiera desarrolladas con precisión.

Limitemos la atención por el momento, al problema de la precisión. Ya


hemos ilustrado su aspecto empírico. Fue necesario un equipo especial —el
aparato de Cavendish, la máquina de Atwood o los telescopios
perfeccionados— para proporcionar los datos especiales que exigían las
aplicaciones concretas del paradigma de Newton. Del lado de la teoría existían
dificultades similares para obtener el acuerdo. Al aplicar sus leyes a los
péndulos, por ejemplo, Newton se vio obligado a considerar el disco como un
punto de masa, con el fin de proporcionar una definición única de la longitud del
péndulo. La mayoría de sus teoremas, siendo las escasas excepciones
hipotéticas y preliminares, pasaban también por alto el efecto de la resistencia
del aire. Eran aproximaciones físicas que tenían solidez. Sin embargo, como
aproximaciones restringían el acuerdo que podía esperarse entre las
predicciones de Newton y los experimentos reales. Las mismas dificultades
aparecieron, de manera todavía más clara, en la aplicación de la teoría de
Newton al firmamento. Las simples observaciones telescópicas cuantitativas
indican que los planetas no obedecen completamente a las Leyes de Kepler, y
la teoría de Newton indica que no deberían hacerlo. Para derivar esas leyes,
Newton se había visto obligado a desdeñar toda la atracción gravitacional,
excepto la que existe entre los planetas individuales y el Sol. Puesto que los
planetas se atraen también unos a otros, sólo podía esperarse un acuerdo
aproximado entre la teoría aplicada y la observación telescópica.

Como en el caso de los péndulos, la confirmación obtenida fue más que


satisfactoria para quienes la obtuvieron. No existía ninguna otra teoría que se
acercara tanto a la realidad. Ninguno de los que pusieron en tela de juicio la
validez del trabajo de Newton, lo hizo a causa de su limitado acuerdo con el
experimento y la observación. Sin embargo, esas limitaciones de concordancia
dejaron muchos problemas teóricos fascinantes a los sucesores de Newton. Isaac Newton
Fueron necesarias técnicas teóricas para determinar, por ejemplo, la "longitud
equivalente" de un péndulo masivo. Fueron necesarias asimismo técnicas, para
ocuparse de los movimientos simultáneos de más de dos cuerpos que se
atraen mutuamente. Esos problemas y muchos otros similares ocuparon a
muchos de los mejores matemáticos de Europa durante el siglo XVIII y los
primeros años del XIX. Los Bernoulli, Euler, Lagrange, Laplace y Gauss,
realizaron todos ellos parte de sus trabajos más brillantes en problemas
destinados a mejorar la concordancia entre el paradigma de Newton y la
naturaleza. Muchas de esas mismas figuras trabajaron simultáneamente en el
desarrollo de las matemáticas necesarias para aplicaciones que Newton ni
siquiera había intentado produciendo, por ejemplo, una inmensa literatura y

104
varias técnicas matemáticas muy poderosas para la hidrodinámica y para el
problema de las cuerdas vibratorias. Esos problemas de aplicación
representan, probablemente, el trabajo científico más brillante y complejo del
siglo XVIII. Podrían descubrirse otros ejemplos por medio de un examen del
periodo posterior al paradigma, en el desarrollo de la termodinámica, la teoría
ondulatoria de la luz, la teoría electromagnética o cualquier otra rama científica
cuyas leyes fundamentales sean totalmente cuantitativas. Al menos en las
ciencias de un mayor carácter matemático, la mayoría del trabajo teórico es de
ese tipo.

Pero no todo es así. Incluso en las ciencias matemáticas hay también


problemas teóricos de articulación de paradigmas y durante los periodos en Todo paradi-
gma presenta
que el desarrollo científico fue predominantemente cualitativo, dominaron estos solo un
problemas. Algunos de los problemas, tanto en las ciencias más cuantitativas desarrollo
cualitativo o
como en las más cualitativas, tienden simplemente a la aclaración por medio de existe la
la reformulación. Por ejemplo, los Principia no siempre resultaron un trabajo posibilidad de
un desarrollo
sencillo de aplicación, en parte debido a que conservaban algo de la tosquedad cuantitativo.
inevitable en un primer intento y en parte debido a que una fracción ¿Cuándo
progresa la
considerable de su significado sólo se encontraba implícito en sus aplicaciones. ciencia?
Por consiguiente, de los Bernoulli, d'Alembert y Lagrange, en el siglo XVIII, a
los Hamilton, Jacobi y Hertz, en el XIX, muchos de los físicos matemáticos más
brillantes de Europa se dieron repetidamente a la tarea de reformular la teoría
de Newton en una forma equivalente, pero más satisfactoria lógica y
estéticamente. O sea, deseaban mostrar las lecciones implícitas y explícitas de
los Principia en una versión más coherente, desde el punto de vista de la
lógica, y que fuera menos equívoca en sus aplicaciones a los problemas recién
planteados por la mecánica. En todas las ciencias han tenido lugar,
repetidamente, reformulaciones similares de un paradigma; pero la mayoría de
ellas han producido cambios más substanciales del paradigma que las
reformulaciones de los Principia que hemos citado. Tales cambios son el
resultado del trabajo empírico previamente descrito como encaminado a la
articulación de un paradigma. En realidad, la clasificación de ese tipo de trabajo
como empírico fue arbitraria. Más que cualquier otro tipo de investigación
normal, los problemas de la articulación de paradigmas son a la vez teóricos y
experimentales; los ejemplos dados antes servirán igualmente bien en este
caso. Antes de que pudiera construir su equipo y realizar mediciones con él,
Coulomb tuvo que emplear teoría eléctrica para determinar cómo debía
construir dicho equipo. La consecuencia de sus mediciones fue un refinamiento
de esa teoría. O también, los hombres que idearon los experimentos que
debían establecer la distinción entre las diversas teorías del calentamiento por
compresión fueron generalmente los mismos que habían formulado las
versiones que iban a ser comparadas. Trabajaban tanto con hechos como con
teorías y su trabajo no produjo simplemente una nueva información sino un

105
paradigma más preciso, obtenido mediante la eliminación de ambigüedades En todas las
ciencias han
que había retenido el original a partir del que trabajaban. En casi todas las tenido lugar
ciencias, la mayor parte del trabajo normal es de este tipo. reformulacio-
nes similares
a la de un
Estas tres clases de problemas —la determinación del hecho
paradigma, no
obstante las
de mayor
significativo, el acoplamiento de los hechos con la teoría y la articulación de la éxito han
teoría— agotan, creo yo, la literatura de la ciencia normal, tanto empírica como mantenido
vigencia.
teórica. Por supuesto, no agotan completamente toda la literatura de la ciencia.
Hay también problemas extraordinarios y su resolución puede ser la que hace
que la empresa científica como un todo resulte tan particularmente valiosa.
Pero los problemas extraordinarios no pueden tenerse a petición; surgen sólo
en ocasiones especiales, ocasionados por el progreso de la investigación
normal. Por consiguiente, es inevitable que una mayoría abrumadora de los
problemas de que se ocupan incluso los mejores científicos, caigan
habitualmente dentro de una de las tres categorías que hemos mencionado. El
trabajo bajo el paradigma no puede llevarse a cabo en ninguna otra forma y la
deserción del paradigma significa dejar de practicar la ciencia que se define.
Pronto descubriremos que esas deserciones tienen lugar.

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TEMAS ANTOLOGADOS

BUNGE, Mario.
1998 Vigencia de la Filosofía, Lima, Fondo Editorial U.I.G.V. Pp.
25 - 45

CHALMERS, Alan.
1982 ¿Qué es esa cosa llamada ciencia? Madrid, Siglo XXI. Pp.
11 – 57

KUHN, Thomas:
2004 La estructura de las revoluciones científicas. México, F. C.
E. Pp. 51 – 67; 68 – 79.

NAGEL, Ernest.
1981 La estructura de la ciencia, Barcelona, Paidós. Pp. 27 – 55.

POPPER, Karl.
1980 La lógica de la Investigación científica, Madrid, Tecnos. Pp.
27 – 54.

REICHENBACH, Hans.
1961 Experience and Prediction. The University of Chicago
Press. Pp. 3 – 16. Traducción de Luis Piscoya

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