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El artículo 1947 del Código Civil define la lesión enorme así: “El vendedor sufre
lesión enorme cuando el precio que recibe es inferior a la mitad del justo precio
de la cosa que vende; y el comprador a su vez sufre lesión enorme, cuando el
justo precio de la cosa que compra es inferior a la mitad del precio que paga
por ella. El justo precio se refiere al tiempo del contrato”. El fundamento
histórico de esa figura jurídica está contenido en la doctrina del justo precio que
prohibe obtener del contrato un provecho excesivo con perjuicios del otro
contratante y se basa en los principios de equidad y equilibrio que orientan las
relaciones jurídicas contractuales. La lesión enorme es un defecto objetivo del
contrato, no es un vicio del consentimiento; opera de manera autónoma e
independiente a las calidades o a los actos de las partes contratantes.
Cumplidos los presupuestos de la lesión enorme el interesado, comprador o
vendedor afectado, podrá en la demanda o después de pronunciada la
rescisión, optar por una de las siguientes alternativas: la rescisión del contrato
que consiste en la terminación del mismo, o el reajuste del precio recibido o
pagado, según el caso, al justo valor acreditado en el proceso. En el primer
evento las cosas volverán al estado inicial: si se trata del vendedor obtendrá la
devolución del bien, si es el comprador podrá restituirlo, sin perjuicio de que se
cumplan las correspondientes prestaciones mutuas que tal situación generó.
En el segundo evento, cuando se solicita el reajuste del precio injusto, el
vendedor podrá obtener el correspondiente aumento o el comprador lograr la
correspondiente disminución, que se verá afectada en una décima parte.
La rescisión del contrato por lesión enorme, o la pretensión relativa al ajuste del
precio, según el caso, procede en cumplimiento de las siguientes condiciones:
-Que haya lesión en la proporción que establece el artículo 1947 del C. C. -Que
se trate de contratos respecto de los cuales la ley lo admite (art. 1949 C. C.).
-Que la pretensión se reclame dentro del término que la ley concede al efecto
(art. 1954). -Que el bien se conserve en poder del comprador (art. 1951 C.C.).
-Que no se trate de un contrato aleatorio.
La Sala considera que la lesión enorme es una figura jurídica predicable de los
contratos estatales, siempre que se cumplan los supuestos jurídicos que prevé
la ley. La Corte Suprema de Justicia se ha pronunciado sobre la procedencia
de la lesión enorme respecto de contratos de compraventa celebrados por
sujetos de derecho público y ha precisado que como la ley no hace diferencia
alguna al respecto, la figura prevista en el Código Civil resulta aplicable
indistintamente a los sujetos particulares y públicos. Resulta aplicable al
contrato de compraventa de inmuebles rurales que celebra el INCORA las
siguientes consideraciones: -Los principios de justicia y equidad que orientan
las relaciones jurídicas también son predicables respecto de los contratos
estatales, en particular de los sinalagmáticos o conmutativos en los que existe
la equivalencia y reciprocidad de las prestaciones a cargo de los co -
contratantes. -La rescisión por lesión enorme no atenta contra el interés público
que prevalece en los contratos de adquisición de inmuebles rurales, cuando el
bien adquirido ha sido destinado a programas de reforma agraria, porque la ley
prevé la improcedencia de esta acción si el comprador ha dispuesto del
inmueble. En efecto, el artículo 1951 del C.C. establece que no habrá rescisión
del contrato cuando el comprador hubiere enajenado la cosa (art. 1951 C. C).
Tal enajenación debe entenderse como cualquier acto de disposición efectiva
del bien inmueble, a título oneroso o gratuito. Esa disposición restrictiva se
edifica en uno de los fundamentos de la rescisión por lesión enorme, cual es
que el mismo jamás puede tener efectos contra terceros de buena fe. En este
caso procedería por tanto el reajuste del precio en los términos del artículo
1948 del C. C. ya citado. -La procedencia de la rescisión por lesión enorme no
se traduce en un vicio subjetivo de alguno de los elementos del contrato de
compraventa. La jurisprudencia ha señalado que la lesión enorme no es un
vicio que afecte el consentimiento, o que necesariamente tenga causa en una
acción u omisión equivocada de alguna de las partes. Se trata solamente de un
vicio objetivo de uno de los elementos esenciales del contrato, el precio,
consiste en una desproporción económica en la magnitud señalada por la ley
para el caso de la compraventa, que debe corregirse en atención a la equidad.
Es por ello que la declaratoria judicial de la lesión enorme no se traduce en una
descalificación de los actos contractuales del INCORA, que está sometido a los
trámites y procedimientos determinados por las leyes que rigen la compraventa
agraria. Es verdad que el INCORA debe acatar el precio que fija el IGAC, pero
también lo es que frente a un contrato abiertamente lesivo e inequitativo para
una de las partes contratantes, que puede ser el mismo INCORA, cabe
declarar la lesión enorme para corregir esa circunstancia con el objeto de lograr
el equilibrio que debe imperar en estas en los contratos sinalagmáticos. -La
lesión enorme no resulta improcedente cuando el precio de la compraventa
está limitado por el legislador. La adquisición de tierras y mejoras con el objeto
de ser entregadas a las comunidades indígenas estaba regulada por la Ley 135
de 1961, con las modificaciones a ella introducidas por las Leyes 1 de 1968 ,
4a de 1973 y 30 de 1988, y sus decretos reglamentarios; esa normatividad que
rige para el sub-lite porque estaba vigente a la fecha de celebración del
contrato fue subrogada por la Ley 160 de 1994. La Sala considera que las
anteriores disposiciones no comportan de manera tácita o expresa, la exclusión
de la figura de la lesión enorme respecto de los contratos de compraventa de
inmuebles que celebra el INCORA, porque la regulación legal de las
condiciones no se traduce en la inoperancia de la noción jurídica del justo
precio que debe existir en los contratos conmutativos. Con fundamento en todo
lo anterior, la Sala concluye que la acción rescisoria por lesión enorme es
procedente respecto de los contratos estatales en general, dentro de los que se
incluyen el de compraventa de inmuebles para fines de reforma agraria.
Nota de Relatoría: Ver sentencias del 10 de noviembre de 1995, Exp. 10039, y
del 24 de agosto de 2000, Exp. 12850 del Consejo de Estado; sentencias del
20 de noviembre de 1980, del 16 de junio de 1981 y del 9 de diciembre de
1999, Exp. 5368 de la Sala de Casación Civil de la Corte.
CONSEJO DE ESTADO
SECCION TERCERA
Demandado: INCORA
ANTECEDENTES PROCESALES.
1°. La Demanda
2. Los hechos
más el contado inicial, o sea la suma de $ 6.386.615.oo, por ser inferior a 200
la tradición del inmueble a favor del lncora y se hubiera hecho entrega material
vencidos.
el precio acordado contenga una desproporción tal que tipifica una lesión
enorme.
3. Contestación de la demanda
enorme.
del predio fue el acordado con pleno conocimiento de causa por las partes
contratantes.
4. La sentencia recurrida.
El Tribunal negó las súplicas de la demanda porque no encontró
del Tribunal Administrativo del Cauca en las que se indicó que en estos
conveniencia.
ajuste del precio recibido por la venta del inmueble, lo cual sería viable si el
demandante hubiese probado que el precio del contrato era inferior a la mitad
desvirtuado por el actor, puesto que el avalúo rendido en este proceso no tiene
inmueble era inferior en un 50% o más de su valor real. Estimó que los peritos
estimaron que al INCORA no le era lícito pagar un precio superior al fijado por
atendibles las normas que regulan la compraventa civil o comercial, en las que
social.”
súplicas de la demanda.
Reiteró lo argumentado en desarrollo del proceso para indicar que el
valor real del inmueble; que el avalúo hecho por los peritos se ajusta a la
avalúo mas desfavorable a sus intereses, toda vez que en desarrollo del trámite
Ministerio Público.
En el término concedido en esta instancia para presentar los alegatos
específica y porque llevan incita una finalidad de utilidad pública y social que
impide que el bien objeto del contrato pueda ser devuelto a su dueño original.
inferior a la mitad de su justo valor. Explicó que los peritos no tomaron como
negociación.
CONSIDERACIONES DE LA SALA
controversias contractuales (arts. 87, 131 y 132, numeral 8 y 136 del C. C. A.).
de adquirir inmuebles rurales en desarrollo de los fines perseguidos por las leyes
legal de dos años que prevé la ley, si se tiene en cuenta que el contrato de
1
En relación con la competencia de esta jurisdicción para conocer de estos procesos puede
consultarse la providencia proferida por la Sala el 5 de marzo de 1993, expediente 6964.
I. La acción de rescisión por lesión enorme
doctrina del justo precio que prohibe obtener del contrato un provecho excesivo
2
La doctrina del justo precio fue desarrollada por los teólogos y Santo Tomas en la Edad
Media.
3
Sentencia proferida por la Sala de Casación Civil el 9 de diciembre de 1999; expediente 5368.
La lesión enorme es un defecto objetivo del contrato, no es un vicio del
proceso.
siguientes condiciones:
C. C.
1949 C. C.).
4
Al efecto pueden consultarse las Sentencias proferidas por la Sala de Casación Civil de la
Corte el 13 de diciembre de 1988 y el 16 de julio de 1993.
“La acción rescisoria por lesión enorme es la medida excepcional al
principio de la soberanía contractual, tendiente a conjurar la lesión
patrimonial o de ultramitad sufrida injustamente por uno de los
contratantes. Esta acción se consagra indistintamente en favor del
vendedor o del comprador, y se estructura cuando a una de las partes
se le ha perjudicado en más de la mitad del justo precio de la cosa.”( 5)
estatales, siempre que se cumplan los supuestos jurídicos que prevé la ley.
5
Sentencia del 16 de julio de 1993.
formuló el actor para que se ajustara el precio pactado en el contrato a su justo
valor; al efecto analizó las pruebas que se practicaron para demostrar el mayor
valor que prevé la ley civil y concluyó que este hecho no se había demostrado
En efecto:
continuación:
contratantes.
inmueble.
del contrato cuando el comprador hubiere enajenado la cosa (art. 1951 C. C).
7
Sentencia proferida por la Sala de Casación Civil el 20 de noviembre de 1980, reiterada en
providencias proferidas por la misma Sala el 16 de junio de 1981 y el 9 de diciembre de 1999,
expediente 5368.
Esa disposición restrictiva se edifica en uno de los fundamentos de la
rescisión por lesión enorme, cual es que el mismo jamás puede tener efectos
En este caso procedería por tanto el reajuste del precio en los términos
8
Así lo precisó la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia entre otras
sentencias en las proferidas el 6 de julio de 1977 y el 29 de noviembre de 1999.
9
En ese sentido se pronunció la Sala en la sentencia 12850 ya referida.
que haya actuado bajo constreñimiento o engaño, o de que
circunstancias apremiantes lo hayan impelido a contratar.”( 10)
está sometido a los trámites y procedimientos determinados por las leyes que
Es verdad que el INCORA debe acatar el precio que fija el IGAC, pero
una de las partes contratantes, que puede ser el mismo INCORA, cabe
declarar la lesión enorme para corregir esa circunstancia con el objeto de lograr
las comunidades indígenas estaba regulada por la Ley 135 de 1961, con las
10
Sala de Casación Civil, sentencia del 29 de noviembre de 1999.
modificaciones a ella introducidas por las Leyes 1 de 1968 , 4a de 1973 y 30
adquirir, debe ser efectuado por expertos del Instituto Geográfico Agustín
el IGAC es el precio que debe pagar el INCORA en ese tipo de contratos ( 11).
noción jurídica del justo precio que debe existir en los contratos conmutativos.
11
Norma concordante con lo dispuesto en el art. 143 del Decreto ley 222 de 1983.
Al efecto la Sala comparte plenamente las consideraciones que al
12
Sentencia 5368 proferida por la Sala de Casación Civil el 9 de diciembre de 1999 en la que
se reitera lo afirmado por la misma Sala en sentencia del 20 de noviembre de 1980.
El demandante solicitó la rescisión del contrato por lesión enorme con
justo del bien inmueble que enajenó al INCORA. Debe establecerse, por tanto,
1. Hechos relevantes
compraventa de inmueble rural, que consta en la escritura pública No. 1299 del
En la cláusula cuarta del contrato estipularon como precio del mismo la suma
por la suma de $35.286.615.oo (fols. 100 y 101). Este último peritaje se rindió
junio de 1992 establece que según los planos, el predio tiene una cabida de
105-7950 hectáreas, de las cuales 6.8 son de clase agrológica IV, 21.5 de clase
2. El dictamen pericial
presentado el 10 de marzo de 1996 (fol. 161), los peritos, luego de precisar que
habían recorrido el inmueble con apoyo de brújulas Thomenn para verificar los
fue suministrada, entre otras personas, por Plinio Ordónez Perafán y Victor
así:
para establecer el justo precio aducido por la parte actora ( 13), también lo es
pretensiones de la demanda, esto es, que el valor real del inmueble vendido al
ese concepto.
13
Así lo ha precisado en reiteradas providencias la Corte Suprema de Justicia, entre otras en la
sentencia dictada el 29 de septiembre de 1987.
14
En este sentido puede consultarse la sentencia proferida el 9 de agosto de 1995 por la Sala
de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, expediente 3457.
la prueba pericial no se adecuó a los fundamentos legales dispuestos para su
objeto y práctica.
había entre ciento veinte y ciento treinta cabezas de ganado; explican también
con fundamento en lo dicho por personas del lugar que como en 1993 cada
fuente económica que tuvieron en cuenta al efecto, e incluyen dentro del avalúo
apelada.
En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso
FALLA:
Presidente de la Sala