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Carrera de Diseño
Escuela diseño industrial
Industrial
C1 CONCEPTOS
Documento base de reforma académica
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Diseño Industrial / d.i.
Carrera de diseño industrial
C1 CONCEPTOS
Documento base de reforma académica
Memorias de trabajo C1
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Rector:
Ignacio Mantilla Prada
Decano:
Carlos Eduardo Naranjo Quiceno
Coordinador plan curricular de Diseño Industrial:
Andrés Sicard Currea
Director de la Escuela de Diseño Industrial:
Humberto Muñoz
Edición:
Mauricio Salcedo Ospina
Diseño gráfico:
Mauricio Salcedo Ospina
Impresión:
Centro de Divulgación y Medios
Colección C1/C2/C3
© Universidad Nacional de Colombia - Sede Bogotá
Escuela de Diseño Industrial. 2016
© Jaime Franky Rodriguez. 2008
E l presente texto hace parte de un conjunto
de documentos escritos con el propósito de servir
de referencia para la formación de diseñadores
industriales desde tres perspectivas diferentes: la
conceptualización que la soporta (C1. Conceptos),
la revisión del entorno local en el que se desarrolla la
práctica profesional (C2. Contexto) y elementos
que pueden contribuir a la organización del proceso
formativo (C3. Currículo).
00 ACCESO P07
01LA IDEA DE DISEÑO P11
02LAS NOCIONES
DE DISCIPLINA Y PROFESIÓN:
UNA DISTINCIÓN
NECESARIA P23
03 EL DISEÑO
INDUSTRIAL P33
/// EL DISEÑO INDUSTRIAL COMO
ACUMULADO HISTÓRICO
/// EL SISTEMA DE REFERENTES PARA
EL DISEÑO DE PRODUCTOS
04 LA NOCIÓN
DE PROYECTO P61
p6
05 TRANSICIÓN HACIA
LA CONCEPCIÓN COMPLEJA
DEL D. I. P73
/// ABORDAJE
/// CONCEPTOS GUÍA
///D.I. como sistema abierto
///Concepto-núcleo
///Aproximación hologramática
06DESPLAZAMIENTO
Y AMPLIACIÓN DE LOS
CENTROS DE ATENCIÓN DEL
EJERCICIO PROFESIONAL P89
07HACIA UN D.I.
«SOCIALMENTE
RESPONSABLE» P107
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ACCESO
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ACCESO
L a conceptualización que aquí se pretende obedece funda-
mentalmente al interés por documentar las discusiones más
frecuentes que se presentan de manera informal entre los docen-
tes de la Escuela de Diseño Industrial, en diferentes reuniones
y grupos de trabajo. Versa entonces sobre aquello que no está
formalmente consignado, pero que hace parte del discurso oculto
detrás de la práctica cotidiana; de ahí que el primer propósito de
este texto sea hacer ese discurso transparente, en especial desde
las implicaciones de las ideas que lo constituyen, que afectan la
pedagogía y el aprendizaje. En segundo lugar, el contenido no se
ocupa de aquello que resulta ya lugar común en torno al d.i., por
el contrario, pretende trabajar los desplazamientos que ha sufrido
de manera más reciente, surgidos de los drásticos cam-
bios a los que ha estado y está sometido el contexto
local, tras el propósito de integrar al país a la dinámica
económica y cultural mundial. En tercer lugar, y en un
sentido de empresa académica, procura producir a
partir de lo producido; no es una nueva aproximación
teórica al d.i. ni una nueva manera de construir dis-
curso sobre él, se apoya en escritos y documentos que
le anteceden, en especial en la estructura del «Marco
teórico» de la carrera de Diseño Industrial (Facultad de
Artes, 1987), último documento que registra sistemáti-
camente la discusión académica, por lo que este texto
puede ser considerado como una actualización crítica
del mismo1.
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LA IDEA
DE DISEÑO
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LA IDEA
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L a acción del diseñador industrial hace parte del
conjunto de acciones orientadas a transformar intencional y
concientemente las relaciones que se presentan entre el ser
humano y el entorno, particularmente el entorno artificial,
condición que comparte con todas las disciplinas de diseño.
Como tal, hace parte de las profesiones contemporáneas y su
nacimiento se puede ubicar entre la segunda y la tercera dé-
cada del siglo xx, aun cuando es claro que el diseño hunde
sus raíces en la historia desde el mismo momento en el que
la especie adquiere conciencia de su posibilidad de transfor-
mar el medio con el fin de procurarse bienestar y una mejor
calidad de vida.
Se debe aclarar que solo hasta el siglo xx se conjugan los
aspectos que fundamentan profesionalmente al diseño: la
separación de los procesos de concepción de un producto
de los procesos de fabricación del mismo —necesaria en la
producción industrializada—; la realización o el desarrollo de
estos procesos de concepción y fabricación por profesionales
u operarios diferentes; la exigencia de incorporar la dimensión
estética en los productos producidos industrialmente; la apa-
rición de nuevos sistemas de distribución y comercialización,
situaciones estas que ubican al usuario o consumidor al final
de la cadena; y, sumado a todo esto, la reflexión sobre la acción
del diseñador, que permite el nacimiento de la disciplina.
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económico en el que se encuentra inmersa su acción como pro-
pósito de transformación.
El auge que el diseño ha tenido tanto a nivel internacional
como nacional en un mundo fuertemente marcado por la eco-
nomía y la tecnología, puede hacer que estas parezcan la única
prioridad y perder de mira la complejidad creciente del diseño
en general y del d.i.en particular.
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La formulación o el planteamiento de solución del problema no
constituyen la solución, son requeridas ambas pero solo en la medi-
da en que se llega a un producto la solución puede ser considerada
como tal. No existe pues diseño sin producto, o, dicho de otra
manera, el producto como solución de un problema es condición
sin la cual el proceso de diseño no se puede considerar completo.
La tarea de diseñar debe ir desde una etapa analítica diagnóstica,
tradicionalmente considerada como punto de partida aun cuando
no necesariamente deba ser así, hasta una etapa de solución y
aplicación en la que obligatoriamente concluye el proceso.
Ahora bien, se puede decir lo mismo ubicándonos desde el
diseñador, para complementar la observación en el ámbito de la
formación y la pedagogía:
el diseñador debe cultivar y desarro-
llar su competencia individual para
identificar y solucionar situaciones
problemáticas.
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4. Este peso adquiere matices diferentes de un plan a otro, pero la insistencia en la asignatura
central en los diferentes planes manifiesta la importancia que se le asigna. Por otra parte, aun
cuando sin evidencia debidamente registrada, en el imaginario común sobre la formación de
los diseñadores, es decir, en lo que realmente sucede más allá del plan, se acrecienta el peso
de la asignatura central. En el «Foro de Fundamentación Conceptual de Diseño para Prue-
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El segundo, la concentración de la formación de diseñadores en
lo profesional, que conduce a un descuido de lo pedagógico, o más
precisamente al modo como se aprende.
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Tenemos, hasta este
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LAS NOCIONES DE
DISCIPLINA
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Y PROFESIÓN:
UNA DISTINCIÓN
NECESARIA
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LAS NOCIONES DE
DISCIPLINA
Y PROFESIÓN:
UNA DISTINCIÓN
NECESARIA
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Es frecuente encontrar en el campo del
d.i. la concepción de que la formación
académica en Colombia se presenta
separada de la realidad industrial y
empresarial del país o, en un sentido
más general, que existe una marcada
separación entre la teoría y la práctica
del diseño, tanto que se han convertido en
lugares comunes que ocupan muy poco nuestra atención. El origen
de estas apreciaciones se explica de múltiples maneras: desde la
creación de la oferta académica estructurada sobre consideraciones
y concepciones poco aplicables a nuestra realidad industrial; desde
la inexistencia de un sector empresarial que demande diseño, aun
cuando lo ha requerido de tiempo atrás; desde el proteccionismo
económico que frenó el nivel de modernización del aparato produc-
tivo; desde la ubicación inicial del diseño en sectores académicos
con muy poca relación con la tecnología y la econo-
mía; o, incluso, desde el escaso reconocimiento de
nuestro aparato productivo que tenían los primeros
diseñadores y docentes del diseño. Tal cúmulo de
explicaciones lleva a pensar que la separación existe
y, por tanto, a plantear una reflexión sobre la relación
disciplina – profesión.
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En el mismo sentido, el ejercicio profesional no puede ser
entendido como resultado de un proceso formativo acabado,
sino en relación con un proceso de educación permanente, que
permita la ampliación de la malla cognitiva del individuo y la
incorporación tanto de nuevos enfoques de la disciplina como de
nuevos conocimientos. Así pues, el ejerci-
cio profesional debe estar asociado
al aprendizaje mediante experien-
cia y a la actualización mediante
procesos formales de educación.
Podemos entonces afirmar que desde la óptica académica es
pertinente —quizá necesaria— la distinción. Pero no se trata de
distinguir para separar, sino de distinguir para comprender y para
poder identificar los lazos que unen o deben unir la concepción
disciplinaria y el ejercicio profesional y, sobre todo, para atender
a las co-implicaciones y las co-determinaciones que se presen-
tan entre ellas. Nos apartamos de la concepción usual —pero no
por ello conveniente o necesaria— de que la disciplina está en-
carnada en la academia y corresponde a la teoría, y la profesión
está referida a un campo de ejercicio laboral y corresponde a la
práctica. Tal concepción oculta diversas inexactitudes y produce
para el diseño peligrosas distorsiones:
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no han sido tocados en los planes de estudio o en los
temas de los ejercicios durante la formación6.
6. La necesidad de convocar a los
Esto elimina la relación de
egresados como retroalimenta- causalidad directa entre for-
ción de la academia es cada vez mación —desde el punto de
más apremiante, pero ahora se
presenta también la necesidad de
vista disciplinario— y ocu-
pensar en investigar sistemática- pación profesional, como
mente sobre la ocupación pos-for- consecuencia de la forma-
mación y de ofrecer programas de
actualización y especialización.
ción. Dicho de manera más sim-
ple, deja un tanto maltrecha la idea
de que los profesionales egresados de los pregrados se
ocupan laboralmente en lo que la academia ha definido
como posibles campos de actuación. No siempre se ac-
túa en lo que se determina como campo posible de ac-
ción, desde la construcción disciplinar. Es más, se aprecia
una tendencia a ubicar en los posgrados la selección de
los campos de interés definitivo de los egresados, mucho
más relacionados con su ejercicio laboral y en ocasiones
en especialidades diferentes al diseño.
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En síntesis, en este capítulo
tenemos: que es deseable
que se fortalezca la disciplina
de manera que contribuya a
orientar la práctica profesional;
que el fortalecimiento con
dicho propósito solo se
puede lograr en articulación
e interacción con los campos
en los que el diseñador realiza
su ejercicio, especialmente el
sector empresarial e industrial;
y que resulta indispensable
flexibilizar la concepción
disciplinaria, construyendo
un núcleo fuerte y debilitando
los límites para permitir la
interacción y la integración.
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EL DISEÑO
INDUSTRIAL
03
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EL DISEÑO
INDUSTRIAL
E n el «Marco teórico» de la Carrera de Diseño Industrial
(Facultad de Artes, 1987) se citaba a John Heskett, para ubicar el
nacimiento de la profesión de d.i. entre las dos grandes guerras:
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El diseño es pues una simulación del futuro,
un arreglo del futuro previsible desde hoy o,
si se quiere, un viaje desde el futuro hasta
hoy, para hacer y producir, para volver a él.
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la idea de entenderlo articulado al contexto, al plantear la acción
del diseño, desde el comienzo, como una acción intencional y
consciente orientada a transformar el entorno y las relaciones del
hombre con el entorno. Es decir que no se considera el diseño
en relación con una situación coyuntural o una construcción pre-
sente. Esto es lo que pasamos a revisar.
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y que no es posible conocer el territorio en su totalidad. El mapa
es abierto, conectable en todas sus dimensiones, desmontable,
alterable, susceptible de recibir constante-
mente modificaciones.8 8. La idea es de Deleuze y
Guattari en la construcción
del concepto de rizoma.
Pero ¿quién construye el mapa?
El mapa lo dibuja el diseñador, lo
borra y lo vuelve a dibujar, bien en
la reflexión teórica o bien en el de-
sarrollo de proyectos en el ámbito
profesional.
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crear y por mejorar su estadía en la tierra, una pauta creativa
que se convierte en la innovación, presente hoy en el diseño.
El sentido de la innovación, como queremos verlo aquí, es el de
mejorar la existencia humana pero que, en consecuencia con la
posibilidad de múltiples mapas, puede adquirir lecturas diferen-
tes. A partir de allí podemos decir que, aceptada esta razón pro-
funda, la creación humana como mejoramiento está en estrecha
relación con el entorno en el que se desarrolla y en consecuencia
las modificaciones o los cambios en el entorno implican un cam-
bio también en la manera en que se realiza la transformación o la
creación. Citando nuevamente a André Ricard:
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La acumulación de habilidad y conocimiento es el soporte de
la aceleración de lo antropógeno, pero la gran presión ejercida por
el interés del hombre en la travesía es lo que efectivamente logra
producirla. El camino para llegar a la construcción de un hábitat
artificial humano fue construido por la voluntad humana, enraiza-
da en el propósito de estar mejor.
Lo artificial se vislumbra desde el
momento en que nos agrupamos en
torno a la ciudad, expresión máxima, tanto en
su espacialidad como en su dinámica interna, de
lo artificial, pero se completa y se asegura
como tal a partir de la revolución indus-
trial y la consolidación de lo urbano.
Presenciamos hoy el apuntalamiento del tercer estadio plan-
teado: lo virtual. Lo virtual no se entiende
aquí como oposición a lo real, sino
como otra realidad que es continua-
ción del proceso histórico seguido por
el hombre. En lo virtual se generan un nuevo espacio (espacio
virtual, ciberespacio o espacio digital) y una nueva temporalidad
(simultaneidad, discontinuidad o hipertextualidad). En contraste
con la realidad material en la que se origina, y quizá gracias a la
virtualización, se presenta en este estadio la reducción del espa-
cio y la aceleración del tiempo.
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que nuevamente interviene la cultura, y así en un ciclo sucesivo.
De allí que, en cuanto el diseñador preserva y crea la cultura, esta
debe ser considerada dentro del territorio del diseño e igual-
mente con el compromiso hacia la sostenibilidad cultural.
Cabe aquí una corta digresión en torno a la idea que operó
como una suerte de paradigma en d.i., y en algunos campos se
sostiene, de que el diseño satisface necesidades. Esta idea esta-
ba incluso presente en el «Marco teórico» de la Carrera de Diseño
Industrial y ha estado sujeta a revisión (Facultad de Artes, 1987).
En el trabajo adelantado principalmente por los docentes del
Área de Factores Ambientales, se han adoptado los conceptos de
necesidad, bien y satisfactor, como un sistema dinámico y abierto,
asociando al diseño con los bienes y la cultura con los satisfac-
tores como medios que son para resolver la necesidad, es decir
que el diseño estaría en una relación más directa con la cultura
que con la misma necesidad. Veamos.
Ocupémonos inicialmente del sentido más directo de la
necesidad: la necesidad como carencia. La carencia es la ma-
nifestación de la necesidad y llenar o completar esa carencia
deviene necesario, es decir, es inevitable o indispensable. Así,
«existe necesidad cuando algo fuera de nosotros o en nosotros (en
nuestro organismo físico o mental) ha cambiado, de tal manera que se
impone un reajuste de la conducta en función de esa transformación»
(Piaget, 1977, p. 17). Para el d.i. la necesidad es un resultado de
la dependencia y la carencia equivale a un desequilibrio ante el
cual se impone una acción para lograr el reequilibramiento, en el
movimiento continuo y permanente propio del sistema de las ne-
cesidades. Dicho esto, veamos otra faceta de la necesidad: como
potencia de la acción. Carencia y potencia son dos rasgos de la
necesidad, en la medida en que la necesidad motiva la acción. Así
la considera el grupo interdisciplinario dirigido por Manfred Max
Neef, que lanza la propuesta de nuevas líneas de acción hacia un
Desarrollo a escala humana (1997, pp. 27-51):
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sumen más, desechan más. En el recorrido las relaciones sub-
vierten el orden de lo natural, la voluntad humana se erige como
voluntad de dominio de la naturaleza, interpretando además al
hombre por fuera de la naturaleza. La consideración del entorno
y de las posibilidades de conservarlo se introducen como refe-
rente disciplinario del diseño. En concreto, sumando la reflexión
que antecede inmediatamente a esta, la sostenibilidad ambiental
y cultural viene a ser parte del territorio del diseño.
Queda por resolver un interrogante que nos ubica en el cam-
po de la prospectiva: ¿cuál será la participación del diseño en
el campo cultural en el naciente entorno virtual? La cibercultura
es una característica de este estadio. En ella lo que impera es la
circulación de información en todos los niveles de relación, pero
hay que destacar también los altos volúmenes de información
acumulada disponible y la producción permanente de informa-
ción. Lo universal (la reducción a lo unificado desde el pensa-
miento) choca con la nueva realidad en el estadio virtual, y las
posibilidades de control se debilitan, como en la red Internet en
la que las relaciones se establecen como autoorganización y au-
torregulación. El ser humano, que ve potencializada su individua-
lidad, avanza hacia la participación; el espacio virtual autorregu-
lado es también socialmente regulado. Un desplazamiento hacia
el anonimato. La cibercultura es el paso de lo real a lo virtual o
virtualización, aún apoyada en lo artificial y particularmente en
el objeto tecnológico. Pero para el diseño lo que cambia es el
modo en que se construyen las relaciones entre los hombres y de
estos con las máquinas y los objetos. Sobre esto hemos avanza-
do muy poco, pero no por eso se debe dejar de mencionar.
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La primera, el nacimiento de un pensamiento
industrial. Este es posible con la valoración de la lógica y la
razón en el pensamiento moderno; lógica y razón que permiten
en un sentido práctico el cálculo y el control de la producción. Sin
el pensamiento industrial, el solo desarrollo de la técnica hubiese
sido insuficiente. La lógica y la razón adquieren un carácter si se
quiere instrumental dentro de la producción industrial como es
el de procurar eficiencia (hacer las cosas bien), eficacia (obtener
buenos resultados) y beneficio (obtener utilidades). Estos propó-
sitos son, como principio económico, por así decirlo, el fundamen-
to de la producción industrial.
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hablamos ya de un principio de economía, es necesario hablar de
un principio estratégico. El primero se refleja en el concepto de
productividad y el segundo en el de competitividad, en los dos
descansa la concepción de empresa contemporánea.Pasemos a
revisar en primer lugar la productividad.
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La aplicación de estos sistemas corresponde a la
fabricación de series pequeñas y medianas (lotes),
pertenecientes a grupos o familias de piezas similares.
Su característica más importante es la flexibilidad,
es decir, la sencillez con la que se puede variar su
volumen de producción, la simplificación que permiten
en el control de stocks, y la
facilidad con que se pueden Capuz, S. (2001). Introducción al
proyecto de producción. México:
corregir posibles fallos o inclu-
Alfaomega Grupo Editor. Pág. 63.
so modificar un producto.
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La competitividad es la capacidad de
una empresa para llegar a un nicho de
mercado preseleccionado, capturarlo
y sostenerse en él. Implica, desde
esta perspectiva, tanto anticipación
y propósitos como lo que se conoce
ahora como lealtad del cliente.
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dad del producto equivale en esta aproximación a garantizarla en
cada una de sus etapas (punto a punto) de fabricación. Plantea-
mientos más radicales sostienen incluso que debe ser vista antes
del proceso: la calidad se diseña. Para Taguchi, la calidad es una
virtud del diseño, ya que la calidad de un producto nunca podrá
superar el nivel establecido por las especificaciones de diseño. La
calidad es también un concepto de responsabilidad:
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territorio y por lo tanto una aproximación teórica al d.i.. No niega
otras concepciones en cuanto a la analogía con el territorio, es
posible que existan otras; lo que introduce, por el contrario, es un
alto nivel de flexibilidad tanto para el proceso formativo y el ejer-
cicio docente como para la revisión (ampliación o profundización)
disciplinar. Desde un punto de vista puramente instrumental,
puede ser revisado, revaluado o modificado, sin que ello afecte el
soporte de la disciplina.
Es importante anotar que detrás de la idea de sistema esta
la comprensión de este como sistema abierto y que puede ser
visto desde los principios de la complejidad propuestos por Edgar
Morin, que se trabajan en el capítulo 5.
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LA NOCIÓN
DE PROYECTO
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LA NOCIÓN
DE PROYECTO
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E l término proyecto tiene múltiples acepciones que corres-
ponden grosso modo con el punto de vista que se adopte. Toma-
remos los tres puntos de vista más significativos para el d.i.: el
teleológico, el que tiene que ver con la práctica y el cultural. La
diferenciación es necesaria, pues las disímiles maneras de enten-
der el proyecto están presentes en el d.i., y porque, siendo muy
permeables entre sí, se conjugan en la práctica en el momento en
el que se diseña.Habría entonces una noción del proyecto ubicada
en una dimensión teleológica, es decir, aquel propósito que está
más allá de los fines inmediatos y constituye el fin último de la
acción o la ejecución de algo.
El proyecto en ese sentido es heredero de la idea de progreso
que está en el pensamiento moderno; desde la perspectiva teleo-
lógica el proyecto es una misión, un compromiso con la posibili-
dad de avanzar en el estado de nuestro desarrollo como sociedad
y como individuos.
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la cultura de su resultado. No se habla
del para qué, del porqué o del cómo,
sino del qué se proyecta.
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ha sido el centro de la formación; baste citar la existencia
de un componente proyectual en la totalidad de los planes
de estudio de pregrado en d.i. en el país, e incluso recordar
que en una época se mencionaba en la teoría del diseño el
componente meta-proyectual, lo que permite suponer que
de alguna manera la concepción del d.i. no está completa
al considerar tan solo la acción de proyectar. Ahora, en un
sentido crítico, para un desarrollo posterior desde el punto
de vista pedagógico se puede anotar que se observa el
taller como constitutivo casi único del componente proyec-
tual, una formulación de los proyectos que medianamente
considera el sentido teleológico del proyecto, un desarrollo
del proyecto en el que se hace énfasis gratuito en algún as-
pecto del proyecto y una atención casi exclusiva al producto
en la evaluación del resultado, con el agravante de que esa
atención enfatiza además el componente estético, desaten-
diendo una visión integral de la propuesta.
Ahora bien, podemos complementar la ilustración de
este sentido práctico al asociar este proyectar con antici-
pación. Plantear, estudiar, predeterminar, prefigurar, están
presentes en el d.i. desde esta concepción. Y desde allí se
han formulado otras definiciones que convergen también
en la noción de proyecto que intentamos construir:
Existen múltiples definiciones de proyecto, siendo
una muy extendida en el campo de la ingeniería […] el
proyecto es:
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res que, de un modo u otro, participan en la forma
constitutiva de un producto. Y, más precisamente, se
alude tanto a los factores relativos al uso, a la fruición
y consumo individual o social del
Chiapponi, M. (1999). Cultura
producto [...] cuanto a aquellos social del producto. Buenos Aires:
relativos a su producción [...] Ediciones Infinito. Pág. 17-18.
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HACIA LA
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CONCEPCIÓN
COMPLEJA
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TRANSICIÓN HACIA
LA CONCEPCIÓN
COMPLEJA DEL D.I.
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L o tratado en el capítulo 3, particularmente en la compren-
sión del d.i. como acumulado histórico —en donde se hace una
revisión general del origen de los compromisos presentes hoy
para el d.i.—, y en el capítulo 4 —en donde se establece la triple
dimensión presente en el proyecto—, lleva a pensar en la labor
del diseñador industrial como una tarea de imposible realización.
Pero no hay tal.
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05.1. ABORDAJE
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la idea de la complejidad: creer que la complejidad conduce a
la eliminación de la simplicidad y confundir la complejidad con
completud. Lo complejo integra, dice, «aquello que pone orden,
claridad, distinción, precisión en el conocimiento» y, por otra
parte, «la ambición del pensamiento complejo es rendir cuenta
de las articulaciones entre dominios disciplinarios quebrados por
el pensamiento disgregador». Por eso lo complejo se asocia con
lo tejido y por tanto el pensamiento complejo y la aproximación
compleja serán aquellos que den cuenta de las relaciones, las
articulaciones, las co-implicaciones presentes en el mundo y en lo
que nos ocupa, en el d.i..
Por otra parte, hay una distorsión a la que puede llevar la apro-
ximación compleja y que también se debe conjurar: no se trata de
salir del territorio del d.i. o de suponer al d.i. como una suerte
de supra-disciplina, se trata de traer al territorio del diseño
aquello con lo que el diseño está indisolublemente ligado e
incluso de explorar o de otear desde otros territorios cómo puede
ser y cómo puede obrar el diseño.
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La integración cultura – medio ambiente fue el equivalente
para el área de factores ambientales, aproximación entonces
novedosa en especial por la introducción de la consideración
de lo ambiental en referencia al d.i., al punto que tan solo diez
años después se pudo hablar de una discusión y aplicación al
proceso formativo de conceptos que versaran realmente sobre el
tema. No hay que desconocer otros avances a nivel más personal
como la ergoecología o el diseño integrado, de poco desarrollo
y repercusión, que sin embargo muestran también la dirección
hacia la integración y la articulación. Producto de la aproximación
sistemática desde la conceptualización y el pensamiento al d.i.
o producto de la conciencia creciente de las limitaciones de la
simplificación, podemos decir que estamos en el inicio de una
ruta hacia una concepción diferente y mucho más responsable
del diseño.
De intentar seguir por este camino serán necesarios no pocos
cambios en el modo en que concebimos y conceptualizamos el
d.i.. Se dejan algunas referencias que sirven como instrumentos
para producir esos cambios, tomadas del trabajo antes mencio-
nado d.i.. Una aproximación desde el pensamiento complejo.
Debemos precisar que lo que se va a presentar debe entenderse
exactamente instrumentos guía para el cambio de mirada y que,
por lo tanto, no constituyen parte de la disciplina e incluso podrían
ser remplazados por otros que apunten al mismo propósito.
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10. Edgar Morin plantea una analogía muy ilustradora para los
sistemas de ideas como sistemas abiertos: la célula como modelo.
Según este modelo, los sistemas de ideas adquieren con-sistencia
y realidad objetiva a partir de su organización. La organización que
puede ser vista de manera análoga a la que se presenta en una
célula, que tiene: un núcleo que contiene el patrimonio genético,
un citoplasma mediante el cual se realizan los intercambios con el
exterior, y una membrana que protege, como elemento de selección
de los elementos del exterior.
Así, dentro del núcleo del sistema de ideas del d.i., estarían ubicadas
las ideas del diseño que han permanecido invariantes en el tiempo,
aquellas sin las cuales estaríamos construyendo otro sistema; que
determinan las reglas y el comportamiento del sistema. Por ejemplo la
prefiguración o la concepción antes de su fabricación, puede ser uno
de los elementos constitutivos del núcleo. En la analogía con la célula,
las ideas del núcleo adquieren identidad axiomática, pues no están
sujetas, o más bien no requieren demostración.
Pero la cosa no para allí; en una concepción disciplinaria del d.i. como
sistema abierto al entorno, hay enunciados que siguiendo la analogía,
viven en estado de alteración y cumplen con el papel del citoplasma:
la concepción de los usuarios, las relaciones con las organizaciones
productivas y con el ambiente, son algunos pero ilustraciones
suficientes, hacen parte del territorio disciplinario del d.i., pero a la vez
son parte de otros campos disciplinarios. El comportamiento como
citoplasma, garantiza el intercambio con el exterior pero no en el
sentido de interdisciplinariedad, sino produciendo las modificaciones
al interior de la disciplina del d.i. como sistema abierto”.
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El concepto permite entender el comportamiento de estruc-
turas que crecen, cambian y se adaptan: importan y procesan
elementos (energía, materia, información) de sus ambientes,
establecen intercambios que determinan su equilibrio, capacidad
reproductiva o continuidad, es decir, su viabilidad. Lo propio de
los sistemas abiertos es su conducta dinámica. Distan mucho de
poder ser vistos como entidad terminada y en el proceso de inter-
cambio es imposible verlos como entidad aislada: la inteligibilidad
de los sistemas abiertos implica la ampliación de los límites es-
pacial y temporal del sistema. El crecimiento es entendido como
una de las características propias y ese crecimiento determina
también un aumento en complejidad.
Conviene enfatizar dos características que se consideran funda-
mentales como guía. La complejidad del sistema y las relaciones que
se establecen en sistemas de esta naturaleza. Pese a la redundancia,
intentaremos ilustrar esto desde la perspectiva de las ciencias:
Aún más:
A menudo, la emergencia de patrones es el rasgo
distintivo de un sistema complejo y uno complicado.
En el primero, es más importante la relación entre
sus componentes que la naturaleza material de los
mismos (Negrillas propias).
Ibídem. Pág 10.
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APROXIMACIÓN HOLOGRAMÁTICA
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Esto hace posible que cada diseñador
pueda emprender la solución desde
diferentes puntos de vista, e incluso
que un mismo diseñador o un equipo de
diseño puedan variar la aproximación
durante el proceso.
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El primero, que en cada una de las etapas de los ciclos men-
cionados se debe atender a las tres dimensiones identificadas
en la noción de proyecto: ideas, recursos y referentes. Así, por
ejemplo, cuando formulamos el concepto de diseño o cuando
pensamos en la industrialización, están de por medio las ideas,
debemos reconocer los recursos y traer, de acuerdo con su perti-
nencia, los referentes que consideramos implicados. Y no es que
esto se logre por la vía metodológica (aun cuando puede ayudar),
ni por el control externo del proyecto, juegan un papel importante
el conocimiento, la experiencia y la actitud o postura que asume
el diseñador ante la tarea. La cuestión es compleja, es decir, debe
ser mirada desde la identificación de los tejidos, las relaciones y
las co-implicaciones y, claro está, dependiendo del caso, la cues-
tión puede ser también complicada.
El segundo elemento de complejidad a intro-
ducir puede enunciarse de la siguiente manera:
la linealidad cronológica que se presenta en el
diagrama no existe o no es necesaria. El diagra-
ma se elabora como modelo de comprensión,
no de aplicación, puede servir de guía pero la
secuencia de etapas que contiene no se debe
cumplir exactamente de esa manera. Al ciclo de
diseño y desarrollo, por ejemplo, no le antece-
den necesariamente estudios previos y las etapas
del mismo ciclo no se inician necesariamente por
el concepto de diseño. Por alocado que parezca,
pueden presentarse comprobaciones con el fin
de formular el concepto de diseño o visualizar
las posibilidades de industrialización o producción
antes de formular alternativas de solución dentro
del proyecto. Llevando a una mayor complejidad el
asunto (aspecto que no se va a desarrollar aquí),
se presenta la posibilidad de entender el proceso
en su conjunto desde el principio de recursividad
o desde la idea de causalidad retroactiva, pues el
efecto deseado (producto) se convierte en causa
de lo que lo causa (proyecto).
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06 DESPLAZAMIENTO
Y AMPLIACIÓN
DE LOS CENTROS
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DE ATENCIÓN
DEL EJERCICIO
PROFESIONAL
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DESPLAZAMIENTO
Y AMPLIACIÓN
DE LOS CENTROS
DE ATENCIÓN
DEL EJERCICIO
PROFESIONAL
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P resentados ya los conceptos guía, especialmente la idea de
d.i. como sistema abierto y la posibilidad de una aproximación
hologramática, se puede aventurar la siguiente hipótesis que en
lo conceptual soporta la actividad académica, tanto en lo inves-
tigativo como en lo docente, y la definición de la arquitectura del
plan de estudios: los fundamentos del d.i. no cambian
históricamente.
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El énfasis en la relación del diseño con la industria se hace
evidente en el marco de la idea de progreso. En el documento
mencionado se anota que «Lógicamente es la industria el fin último
del Diseño Industrial y siendo así un análisis de los fenómenos que
afectan el diseño debe tener acento fundamental en la industria» (Fa-
cultad de Artes, 1977). Pero la preocupación por la humanización
del entorno desde la producción industrial está también presente.
Citando al profesor Spycher, se menciona:
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mia; se identificaron los planos en los que el ejercicio del diseño
aporta y se estableció una arquitectura conceptual que permitía
reconocer lo disciplinario y lo interdisciplinario del d.i., lo primero
identificado como determinación de la forma y lo segundo como
factores de la forma que el diseñador debería considerar en el
momento de diseñar. No sobra aclarar que la interdisciplina era el
rótulo en boga para todo ejercicio académico.
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C1 | CONCEPTOS
MIRADAS DIVERGENTES
SOBRE EL PRODUCTO
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produce desde la esfera del pensamiento. Los trabajos de Jean
Baudrillard, los más destacados e influyentes entre los de otros
pensadores, elevan el producto al estatus de objeto, es decir,
cuando este adquiere una connotación cultural. «Porque el objeto
no es una cosa, ni siquiera una categoría, es un estatus de sentido
y una forma» (Baudrillard, 2010, p. 225). El objeto se sitúa enton-
ces desde la esfera del consumo y abandona, en Baudrillard, la
esfera de la producción, reconociendo que en el mundo industria-
lizado sucedía lo mismo: el paso de la primacía de la producción a
la del consumo, y por lo tanto el objeto se situaba en primer plano.
A los valores tradicionales (valor de uso – valor de cambio) agrega
la interpretación del objeto como signo (valor de cambio – signo),
estableciendo un viraje radical en las consideraciones sobre el ob-
jeto. «El objeto convertido en signo no adquiere ya su sentido en
su relación concreta entre las personas, lo adquiere en la relación
diferencial respecto de otros signos» (Baudrillard, 2010, p. 56).
Los trabajos de Jean Baudrillard de mayor presencia en el país
(El sistema de los objetos y Crítica de la economía política del signo)
son publicados en los años sesenta, pero su llegada a la Univer-
sidad Nacional de Colombia no se da sino hasta la década del
ochenta. Su discusión formal o la producción formal a partir de
estas ideas nunca se dieron, pero hoy sabemos de la influencia
que ejercieron en referencia a la comprensión del producto y del
objeto. El universo de la seducción, y por tanto de la apariencia,
se levanta contra la producción y contra el paradigma bauhausia-
no de racionalidad y racionalización. No es únicamente coin-
cidencia que por los mismos años se presente otro cambio de
mirada. Este ya al interior del diseño.
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C1 | CONCEPTOS
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Huyendo de posturas polarizadas,
lo que importa para el diseño es
la ampliación del espectro en las
consideraciones del producto, esto es,
aumento en complejidad. El producto
debe ser interpretado ahora también
como objeto, es decir, en su dimensión
cultural y de consumo.
LA DINÁMICA CULTURAL
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C1 | CONCEPTOS
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nuevas manifestaciones de modernidad en
el ámbito urbano, en la construcción de un
sentido de ciudadanía y en la construcción de
una nueva ciudad, particularmente en Bogotá.
En este proceso no se identifican etapas claras en las últimas
décadas debido, entre otras cosas, a los escasos trabajos exis-
tentes sobre la materia, pero en esta dimensión el país de hoy
es marcadamente diferente y está muy distante de la Colombia
de las décadas de los setenta y de los ochenta. Es más, se puede
suponer que el d.i., como hijo del pensamiento moderno e ins-
talado desde esa perspectiva en Colombia, ha jugado, para bien
o para mal, un papel activo en el cambio cultural, en el paso hacia
la modernidad y en la revisión del apego a la tradición. Suposición
que desde un sentido crítico se apoya en la percepción de que,
en gran medida, los diseñadores comparten esa rara idea de que
lo válido y lo verdadero se encuentra siempre en otra parte. Pero
solo suponer, pues la reflexión sobre la relación diseño – pensa-
miento y sobre el papel que el diseño juega en la transmisión de
valores se oculta tras el afán práctico de un diseño profesiona-
lista que no incorpora las ideas en el proyecto y considera única-
mente los referentes inmediatos en el diseño de productos.
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C1 | CONCEPTOS
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actuales, por lo menos en aquellas que han hecho consciencia de
la necesidad de la planeación y la estrategia. Como ilustración de
esas preocupaciones se puede citar la idea de reconocer la voz
del usuario, la de servicio, la de lealtad del cliente, la innovación
de la demanda, entre otras. Como ilustración de sus efectos en
el diseño de productos se pueden citar las ideas de diferenciación
de producto, personalización de producto, el prosumer y hasta la
idea del producto mayéutico.
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ANOTACIÓN CRÍTICA
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La segunda, que si bien es indisolu-
ble la relación del d.i. con la empresa,
como ha sido identificado desde la
constitución de la carrera, los cambios
en el entorno internacional y el triunfo
del libre mercado no pueden conver-
tir al diseño en un instrumento para
solucionar los problemas del mercado,
por lo menos no en esta institución,
habida cuenta de la responsabilidad
que tiene con la construcción de un
proyecto social; es el consumidor y no
el consumo quien debe llamar la aten-
ción, o si requiere el aumento de las
cuotas de consumo mediante la satis-
facción del consumidor.
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07
HACIA UN
DISEÑO
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INDUSTRIAL
«SOCIALMENTE
RESPONSABLE»
C1 | CONCEPTOS
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HACIA UN DISEÑO
INDUSTRIAL
«SOCIALMENTE
RESPONSABLE»
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E n términos generales se puede decir que lo expuesto hasta el
momento refleja un conjunto de ideas sobre el d.i. como discipli-
na, presentes en la Escuela de Diseño Industrial de la Universidad
Nacional de Colombia, entendida esta en su sentido de comu-
nidad académica y no necesariamente desde la concepción de
discurso compartido13.
13. Si nos atenemos a la idea de discurso como enunciados formalmente
organizados y documentados. Pero existen múltiples evidencias de ideas
comunes, aun cuando en ausencia de discusión formal de las mismas, ad-
quieren los matices propios del punto de vista de cada uno de los docentes.
Esto se pudo ver claramente en las charlas que se presentaron en el semi-
nario preparatorio del proceso de reforma académica y en la participación
en diversos proyectos y eventos en el ámbito externo a la Universidad Na-
cional de Colombia.
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C1 | CONCEPTOS
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sentido particular del d.i., sino en la dimensión del
proyecto social que la Universidad Nacional de Colom-
bia debe ayudar a construir. Tal como lo planteara el
profesor Pablo Abril en el seminario preparatorio de la
Reforma, la prospectiva debe ser vista como «la posibi-
lidad real de poder ubicar recursos que logren crear for-
talezas a los estados en el corto, mediano y largo plazo
[…] realmente es allí donde los estudios de prospectiva
ganan su espacio fundamental». Por su parte, la cultura
del proyecto debe ser entendida en su carácter de an-
ticipación, actitud incipiente en buena parte del sector
productivo nacional y que apenas empieza a entenderse
como un valor en la cultura colombiana.
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C1 | CONCEPTOS
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
p114
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p115
di
ap
C O N C E P TO S | C 1
CONCEPTOS
“GRÁFICOS”
DEL PRESENTE
DOCUMENTO
C1 | CONCEPTOS
Responsabilidad
Competencia Ac
intelectual ció social
d ni
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humana
n ida en
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e
cio
d y ad
cr
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DISEÑO
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Integra sabe el con
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otros
Tejido dinámico
y complejo
Ento
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Enfoque
del diseño industrial
p118
de la Universidad Nacional de Colombia
Nociones
Profesión / Disciplina
Aplicación y puesta
en circulación social
del conocimiento
PROFESIÓN
ÁMBITO PROFESIONAL
u r ac i ón
o nfig
r ec
P
Proyecto
de producto
n
ió
ac
A n ticip
res
be
DISCIPLINA
sa
os
AMBITO ACADÉMICO
r
ot
Conjunto de
conocimientos ,
saberes y valores
que soportan una
carrera o un área p119
Co ntexto
Contexto
C1 | CONCEPTOS
Dimensión
cultura
Producto
Fin inmediato
Conocimiento
del ambiente
Dimensión
práctica
Proyectar Proyecto
Acción que de producto
propone una
respuesta y
dirige hacia
adelante.
Dimensión
teleológica
Designio
Idea o pensamiento
que orienta la acción.
Proyecto de producto
como eje del diseño
p120
Interés común Hacia una
sobre el interés cultura del
particular producto
s
m iso
ro Enfoque
mp ina hacia diseño
Co scipl de producto
di
robusto
to
tex Respeto a
n
Co
aspectos Reconocimiento
culturales y y apoyo por sector
ambientales productivo
nacional
Orientación del
diseño socialmente responsable p121
producción artesanal
Procesos históricos
que han construido al diseño
Para esto vamos a plantear tres grandes procesos que han sucedido
en la historia de la humanidad, seleccionados de acuerdo con
criterios metodológicos, por pertinencia y para un cubrimiento del
territorio lo más amplio posible.
Lo artificial
El orden de las cosas lo
determina el ser humano
Utens
Lo natural
El orden de las cosas
determinado por la naturaleza
empresarial contemporánea
producción industrial
Nuevos espacios
(ciberespacio)
Lo virtual
Nueva realidad autoregulada Simultaneaidad y
por la fuidéz de las relaciones Discontinuidad
Objeto
tecnológico
Artefacto
La ciudad
Desarrollo de cultura y objetos
silios