Discurso para la graduación del Colegio Patriarca San José
18 de diciembre de 2001
"Aconteció después de la muerte de Moisés, siervo de
Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos." Esto está escrito en la palabra de Dios: la Biblia.
Señor Director del Colegio Patriarca San José, Señores
Profesores y Señoras Profesoras, Autoridades Eclesiásticas, Padres y Madres de Familia, Invitados Especiales, Jóvenes Graduandos.
Jóvenes, en este pasaje bíblico se exaltan la valentía y la
capacidad de esforzarse, como importantes virtudes humanas, que cuentan con el beneplácito del Señor Todopoderoso. Por esto, observo complacido, en esta hermosa tarde, una parcial culminación de años de esfuerzo y valentía por parte de ustedes, selecto grupo de estudiantes del Colegio Patriarca San José, Institución de la cual yo también soy un orgulloso egresado. Y les digo parcial culminación, porque el diploma que están por recibir, puede considerarse metafóricamente, para cada uno de ustedes, como el inicio de la conquista de una Tierra venturosa, extensa y llena de oportunidades. Y al igual como Josué aprendió de Moisés, para seguir sus enseñanzas, sin apartarse ni a diestra ni a siniestra. Ustedes, jóvenes, cultiven en sus vidas los valores que sus estimables Profesores y Profesoras les enseñaron con sus palabras y con sus acciones. Y muy especialmente, los exhorto a que mediten, de día y de noche, en las enseñanzas del MAESTRO con mayúscula, que vive y reina por los siglos. Para que prosperen sus caminos y sus proyectos les salga bien. Os felicito, Jóvenes, y que DIOS los siga bendiciendo.