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Como hemos visto en el capítulo anterior, los niños cons
\ truyen el carácter, elaborando las cualidades que admira
mos en éL Estas cualidades no surgen del ejemplo que pue
'da dar el adulto, ni de sus advertencias, sino a ¡través de un
'largo y gradual ejercicio que va desde los 3 セ@ los 6 añm;.
Durante este período, los adulfos no pued¿n «enseñar»
los valores que forman parte del carácter: lo único que se
puede hacer es dar unas bases científicas a la educación. de
modo que el niño pueda desarrollar su tarea con provecho,
tranquilo y sin obstáculos.
Sólo más tarde es posible afrontar la mente del niño ■セ@
intervenir con razonamientos y exhortaciones. Así, después
de los seis años, podemos hacer de misioneros de mm'ali
(1) Ver KAHLIL GreMN, Propllet, ed. A. Knopf, Nueva York, 1948, pá dad, porque entre los 6 y los 12 años se despierta su con
gina 33. ciencia, y el niño ve los problemas del bien y del mal. Aún
262 La mente absorbente del nilio La construcción del carácter es una conquista 263
más podrá obtenerse entre los doce y los dieciocho afias, . permanece oculto. En todos los hombres existe una tenden-
cuando el niño empieza a tener ideales, como el ウ・ョエゥュセ@ , cia, aunque vaga e inconsciente, a mejorarse y a aspirar a
to de patria, el sentido social, la religión, etc. Entonces po- algo espiritual, y esta tendencia, que ejerce una tenue ac-
dremos ser para él unos misioneros. El problema es que ción sobre los defectos del carácter, más tarde tiene la vir-
después de los seis' años los nifios no pueden desarrollar tud de estimular las mejoras. Los individuos y la sociedad
«espontáneamente» las cualidades del carácter, y los misio- tienen esto en común: el progreso continuo. Tanto en
neros, no por ello perfectos, se encuentran con grandes difi- plano exterior como en el plano interior, en el inconsciente
cultades: trabajan con humo, no con fuego. Los ・、オ」。ッセ@ de la humanidad hay una pequefia luz que la guía hacia dis-
res lamentan el hecho de que, a pesar de poder enseñar tintas mejoras. En otras palabras, el comportamiento del
ciencia, literatura, etc., se encuentran frente a jóvenes que hombre no es invariable, como el de los animales, sino que
no consiguen aprender, no porque carezcan de inteligencia, puede progresar, y es natural que el hombre sienta este im-
sino porque no tienen carácter, y cuando no hay carácter, pulso hacia el progreso.
falta la fuerza propulsiva de la vida. Sólo los que a través En. la figura 11 vemos en el centro un círculo negro, el
de tempestades y errores de su ambiente, han podido sal- centro de la perfección; a su alrededor hay una zona de
var alguna o todas las dotes fundamentales del carácter, color azul que representa la categoría humana del tipo más
tienen una personalidad. Desgraciadamente, la mayoría no fuerte y normal. El espacio blanco que la rodea indica la
la tienen. Ahora no podemos ordenarles que se concentren, gran masa de la gente que, en distintos grados, no ha
porque lo que les falta es precisamente la concentración. canzado un desarrollo normaL En la periferia vemos un
¿ Cómo podemos pretender que' realicen su tarea con cons- círculo rojo, de área menor, que representa la categoría de
tancia y exactitud, si carecen de las cualidades necesarias? los que se hallan fuera de la humanidad normal -los po-
Equivaldría a decir: «Anda recto» a alguien que no tuviera quísimos extrasociales o antisociales (los extrasociales son
piernas. Estas habilidades sólo pueden ser adquiridas por los imbéciles o los locos, y los antisociales, los delincuen-
medio del ejercicio, pero nunca obedeciendo una orden. tes). Los criminales y los locos no han podido adaptarse a
puede hacerse entonces? En general la sociedad dice: «Sed la sociedad; todos los. demás están más o menos adapta-
pacientes con la juventud: hay que insistir con buenas inten- dos. Por ello, los problemas de la educacióh se refieren a
ciones y buenos ejemplos». Y se cree que con el tiempo y los que, hasta cierto punto, han sabido permanecer en
paciencia se podrá hacer algo: y, en cambio, no se consigue límites de la adaptación.
nada; al ir pasando el tiempo, el joven se hace cada vez más Esta adaptación al ambiente se opera en los primeros
viejo, pero no crea nada. Nada puede realizarse sólo con el seis afios: por consiguiente aquí se halla el origen del ca-
tiempo y la paciencia, si no se han aprovechado las ocasio- rácter humano. ¡Tremendo problema, el de hallar una adap-
nes que se presentan durante el período creativo. tación! El círculo azul incluye a los que se hallan más pró-
Si se considera la humanidad, queda claro otro pumu.: ximos a la perfección; son los más fuertes, sea porque tie-
Parece que, como los nifios, los adultos difieren entre sí nen mayor cantidad de energía vital, sea porque encontra-
sus defectos, pero tenemos algo íntimo, común a todos, que ron mejores condiciones en el ambiente, mientras que los
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muletas a los hombres, cuando los hombres podrían correr ros y barreras: la nueva educación debe destruirlos y mos
con sus propias piernas. Es una educación basada en las trar horizontes libres. La nueva educación es una revolución
cualidades inferiores del hombre, no en las superiores; y sin violencia, es la revolución no violenta. Después de esto,
si la masa se compone qe hombres inferiores, la culpa es si triunfa, ya no serán posibles las revoluciones violentas.
de la misma humanidad: estos hombres inferiores no han
podido formar su verdadero carácter durante el período
formativo.
Debemos esforzarnos en reencontrar el verdadero nivel
humano, permitiendo al niño servirse de su poder creativo;
y entonces, probablemente, el espacio azul, que no es de
perfección, sino que tiende hacia la perfección, que no es "",<
de defensa, sino de conquista, invadirá todo el espacio blan
co. Si en la vida del hombre sólo hay una época de construc
ción síquica, y si esta construcción no se produce o se
produce mal, por culpa de un ambiente equivocado, es natu.
ral que el resultado sea una masa de hombres no desarrolla';
dos. En cambio, si se permitiera que el carácter se desarro
llara según la naturaleza, y se diesen no ya exhortaciones,
sino posibilidades de actividades constructivas, entonces el
mundo requeriría otro tipo de educación.
,¡ " Se suprimen las lim1taciones artificiales y en cambio se
" presentan a la humanidad grandes cosas qué cumplir. Uno
puede leer toda la historia y la filosofía y continuar siendo
un inepto, pero si le proporcionamos los medios que impul
san a realizar grandes esfuerzos, los resultados serán dis
tintos. No obstante, para hacer esto hay que acogerse a algo
que encuentre una analogía en el hombre. Las cualidades
que debemos alentar son las que se forman en el período
creativo, y si éstas no tienen la posibilidad de establecerse,
no las volveremos a encontrar más tarde, y será inútil pre
dicar y dar buenos ejemplos para suscitarlas.
Esta es la diferencia entre la vieja y la nueva educación:
nosotros queremos ayudar en la autoconstrucción del hom
bre en el período oportuno, para darle la posibilidad de