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UNICIDAD INDIVIDUAL

No hay dos individuos, ni siquiera gemelos idénticos criados por los mismos padres en
el mismo hogar y en la misma cultura, que tengan exactamente las mismas
personalidades.
La unicidad según la filosofía, es un principio, que explica que cada suceso, cada evento
tiene la característica de su singularidad, de su particularidad. Podrán existir seres,
objetos, personas, eventos o circunstancias similares, pero nunca las mismas.
Es la cualidad de ser único, irrepetible, sólo, singular.
Por esto tiene tanta razón Norman Brown cuando declara que sólo la muerte otorga al
organismo su unicidad individual. “La preciosa unicidad ontológica de que se jacta el
individuo humano no le es conferida por la posesión de un alma inmortal, sino
justamente por la de un cuerpo mortal”.
En primer lugar, siguiendo una línea descendiente de mayor a menor amplitud
semántica, todos los animales utilizamos el ADN para almacenar información genética.
Los vertebrados tenemos columna vertebral y médula espinal. Los mamíferos
amamantamos a nuestras crías. Los primates tenemos un pulgar oponible en ambas
manos y un cerebro relativamente grande y complejo. Una persona, en cierto modo, se
parece a todas las demás personas en muchos aspectos; por ejemplo, todos usamos el
lenguaje simbólico para comunicarnos. Existen similitudes esenciales a raíz de nuestra
condición humana entre los miembros de la misma especie. Podemos concluir que,
biológicamente, somos parecidos los unos de los otros.

En segundo lugar, en cierto modo, cada persona se parece a alguna persona. Es


probable que algunas personas compartan el placer de pilotar un avión, tengan el pelo
rizado, les gusten las matemáticas o sigan al mismo partido político. La psicología de
los grupos, por ejemplo, se hace eco de esas similitudes y diferencias para su posterior
análisis y comprensión. De otra manera, el desarrollo de la psicología clínica se ha
fundamentado en el estudio de síntomas parecidos entre personas para definir
trastornos, síndromes y demás avatares psicopatológicos. Como decía el señor
Kluckhohn, podemos afirmar que en algo nos parecemos a alguien, en cierto modo.
Más interesante resulta la tercera forma de parecernos a los demás. Paradójicamente,
la de no parecernos a nadie. El modelo bio-psico-social de salud y enfermedad parece
buscar ésta tercera afirmación con más teoría docente que realidad práctica. No
obstante, dar importancia a las emociones y el contexto social en la salud del individuo
sigue una evolución al alza. En psicología, cada vez somos más los profesionales que
entendemos al individuo en su totalidad única e irremplazable, lo que facilita la
comprensión y aceptación incondicional. Tratar desde la unicidad individual genera
optimismo, motivación y adhesión al tratamiento en el doliente, tres aspectos que
configuran los pilares básicos de una relación de ayuda exitosa. Actualmente, con todo
lo conocido, y aplicado a la psicología, no hay nada más injusto que tratar a todos por
igual.
Referencia bibliográfica:
Kluckhohn, C. (1949). Mirror for man. New York: Whittlesey House.
Segùn Jean Claude Filloux, en su libro: La Personalidad, de 1992, de la editorial
Publicaciones Cruz O. S.A. de México D.F.
Ciertamente, no hay ciencia de lo general, no hay, pues, ciencia de lo individual. No es
de inmediato contradictorio, considera al individuo, el objeto real de la investigación,
para explicarlo y comprenderlo es conveniente referirse a las leyes que su
comportamiento actualiza hic et nunc ("aquí y ahora").
Si uno se atuviese a la formula aristotélica, ninguna ciencia histórica sería posible, se
tratase de geofísica o de historia humana, pues toda relación de causación histórica es,
evidentemente, singular, los sucesos jamás se repiten dos veces de la misma manera,
aun cuando pudiese haber un determinismo subyacente, o pudiese haber leyes en la
historia.
Igualmente, el solo estudio de las leyes psicológicas, ¿ha sido un entrenamiento
suficiente para comprender al otro? Si estas leyes tienen alguna expresión, esto no
puede ser sino en el individuo, en ningún otro lugar.
La psicología, es la ciencia de la individualidad, esto no debe confundir con la “psicología
diferencial”, la que puede, en adelante, llamarse “psicología de la personalidad”.
Surgida de una observación de Wundt y creada por Stern, la psicología diferencial
formula mal el problema del individuo al identificarlo con el de las diferencias
individuales.
En primer lugar, los psicólogos de esta escuela estudian de manera aislada una función,
luego establecen la distribución de esta función en una población dada de sujetos, de
manera de descubrir las variaciones individuales o las excepciones a la ley. A partir de
esto, es evidente que no se trata de estudiar lo particular en tanto que tal, sino más bien,
las variaciones frente a lo universal. Centrado sobre las relaciones funciones en general,
el psicólogo desconoce al hombre que posee tales funciones, el individuo es el medio
de investigación, no su fin. Por lo demás, el acento se pone más sobre los elementos
de la conducta que sobre su organización personal. En breve, la psicología diferencial
define la individualidad como un saldo, la suma de los elementos parciales por los que
el individuo difiere de un tipo abstracto y general lo que es pura petición de principio.
Claro está que el psicoanálisis y la psicología de los “clínicos” conciben de una manera
mucho más seria el problema de la individualidad. En particular, cuando el psicoanalista
busca causas universales, es siempre para comprender mejor la historia de una
personalidad.
La psicología de la Gestalt, según la índole de los trabajos de Lewin, al insistir sobre las
“totalidades estructuradas” en la vida mental, al criticar la selección arbitraria de los
segmentos de comportamiento que efectua la psicologia experimental, al insistir sobre
la interpretacion particular de las funciones en el seno de un mismo organismo,
claramente toma conciencia de la unicidad individual.
Sea que se acentue el carácter especifico de la historicidad individual o la unidad y la
integracion del campo psicologico, ¿no se considera, en ambos casos, la individualidad
en su conjunto y no algun saldo diferencial? Y, ¿no es, por consiguiente, en ella misma,
en su totalidad, que habra que buscar la actualizacion de un determinismo que se inserta
en un dinamismo propio del individuo y presente en la union particular de las funciones?
Tal es, ciertamente, la manera mas coherente de comprender la relacion entre lo general
y lo particular y la mas propia para darle un contenido a la psicologia, entendida como
ciencia de la individualidad.
Asi, la cuestion fundamental a la que se enfrenta un psicologo es: ¿Cómo es posible
una individualidad? Al convenir en emplear el concepto de “personalidad” para designar
esta individualidad psicologica, esta cuestion implica muchas otras: ¿Cómo explicar y
comprender tal personalidad? ¿Qué determinismo preside u formacion, su
estructuracion, su evolucion?
Ni que decir que el contenido real del concepto de “personalidad”, que se utilizara en la
medida en que se dè respuesta a esas cuestiones. Es dificil dar de el, una definicion
perjudicial que no sea puramente formal. Pero es necesario, al menos, indicar que no
es la personalidad.
La individualidad psicologica, la nocion de personalidad no es la influencia que tiene uno
sobre otros (personalidad fuerte), etc.
Algunos científicos, afirman que los individuos deben ser estudiados, desde el punto de
vista Nomotético e Ideográfico:
Nomotético
Implica por lo general comparaciones estadísticas de individuos o grupos, por lo que
requiere muestras de sujetos en las cuales llevar a cabo la investigación. La nomotética
significa, etimológicamente, «proposición de la ley», y se usa en filosofía, sociología y
psicología
Ideográfico
Por lo regular se centra en un solo sujeto, tratando de observar principios generales que
se manifiestan en una sola vida a lo largo del tiempo. Desde el punto de vista ideográfico,
el objeto de estudio, no admite posibilidad de generalización, debido a que es un ser
que posee
DOMINIOS DE CONOCIMIENTO DE LA NATURALEZA HUMANA
1. Dominio disposicional
2. Dominio biológico
3. Dominio intrapsíquico
4. Dominio cognitivo-experimental
5. Dominio social y cultural
6. Dominio de adaptación
1.- Dominio disposicional
Trata la manera central como la forma en que los individuos difieren entre sí.
2.- Dominio biológico
Los humanos son ante todo colecciones de sistemas biológicos, y estos sistemas
proporcionan cimientos para el comportamiento, el pensamiento y la emoción
3.- Dominio intrapsíquico
Tiene que ver con los mecanismos mentales de la personalidad, muchos de los cuales
operan fuera de la esfera de la conciencia.
4.- Dominio Cognitivo Experimental
Se centra en la cognición y la experiencia subjetiva, como los pensamientos
conscientes, sentimientos, creencias y deseos sobre uno mismo y otros.
Este dominio incluye nuestros sentimientos de ser, de identidad, autoestima, nuestras
metas y planes y nuestras emociones.
5.- Dominio socio – cultural
La personalidad afecta al contexto social y cultural en el que se encuentra, y es afectada
por este.
Culturas diferentes pueden hacer evidentes facetas diferentes de nuestras
personalidades en comportamiento manifiesto
La cultura establece lo que es acepta y lo que no lo es
6.- Dominio de Adaptación
La personalidad desempeña una función clave en la forma en que afrontamos, nos
adaptamos y ajustamos al flujo y reflujo de los sucesos en nuestra vida cotidiana.
Además de las consecuencias para la salud de adaptarse al estrés, hay ciertas
características de la personalidad que se relacionan con la adaptación social o
emocional inadecuada y se conocen como trastornos de la personalidad.

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