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TERAPIACON RADIONUCLIDOS (yodo radioactivo)

Introducción:
La medicina nuclear es una especialidad que involucra el
uso de fuentes abiertas de trazadores radiactivos con
fines diagnoó sticos o terapeó uticos. Esta praó ctica meó dica ha
sido utilizada por varias deó cadas y en la actualidad se
caracteriza por el desarrollo amplio de nuevas y variadas
aplicaciones clíónicas, tanto en la líónea terapeó utica como
en la diagnoó stica. El radiofaó rmaco, que puede ser
inyectado, ingerido o inhalado, es incorporado a los
tejidos del paciente hasta que decaiga o sea eliminado del
cuerpo a traveó s de varias víóas, como por ejemplo la
urinaria, la digestiva, etc. En el momento que un paciente
recibe un radiofaó rmaco ya sea para diagnoó stico o para
tratamiento constituye una fuente de radiacioó n que
puede ocasionar la irradiacioó n externa y la
contaminacioó n radiactiva a las personas que se
encuentran en su entorno. Si bien la terapia con fuentes
radiactivas abiertas es muy conocida a nivel mundial, los
procedimientos y normas de proteccioó n radioloó gica que
deben seguirse no estaó n estandarizados. Para ayudar a
conciliar estas grandes diferencias internacionales en la
medidas de proteccioó n radioloó gica internacional en esta
temaó tica, el OIEA en colaboracioó n con el ICRP, ha
elaborado el documento SRS Nº 63 de la Coleccioó n de
Informes de Seguridad “Alta de los pacientes despueó s de
recibir terapia con radionuó clidos”; que presenta sus
aspectos principales y la forma maó s conveniente de
abordarlos, a fin facilitar la aplicacioó n en los Estados
miembros. Con el objetivo de evaluar las condiciones
para aplicar estas recomendaciones en Ameó rica Latina y
el Caribe, se realizoó una encuesta regional sobre las
normas y procedimientos que tienen los hospitales para
el tratamiento de pacientes, las normas y los criterios que
se siguen para la hospitalizacioó n del mismo y
posteriormente para su alta, asíó como otros temas tales
como la disponibilidad de personal de proteccioó n
radioloó gica y fíósica meó dica, y el conocimiento de las
nuevas recomendaciones de la ICRP.. Los resultados de la
encuesta senñ alan que existen diferencias significativas
socioeconoó micas, culturales y legislativas que se traducen
en diferencias el la praó ctica en síó, lo cual dificulta la
estandarizacioó n de procedimientos, incluso en un mismo
paíós. Ademaó s no se dispone de suficientes recursos
tecnoloó gicos, ni de personal capacitado y con
conocimientos de proteccioó n radioloó gica para aplicar las
nuevas recomendaciones de forma flexible y praó ctica. Por
esta razoó n, ha surgido la necesidad de elaborar esta guíóa
praó ctica que ponga ejemplos sobre criterios y
procedimientos a utilizar para dar el alta facilitando su
adopcioó n e implementacioó n, en la mayoríóa de las
situaciones. La aplicacioó n terapeó utica maó s frecuente de la
medicina nuclear es el tratamiento con yodo radiactivo
en pacientes con hipertiroidismo oó con caó ncer
diferenciado de tiroides. Este tratamiento corresponde
actualmente a maó s del 90% del total de los tratamientos
con radiofaó rmacos y representa la mayor fuente de
contaminacioó n e irradiacioó n de entre todos los
procedimientos que se realizan en la especialidad.
El objetivo: De esta necesaria preparación es
garantizar la eficacia del tratamiento con yodo
radioactivo y minimizar sus efectos no deseables.
El servicio meó dico especializado en el tratamiento del
yodo radiactivo es el de Medicina Nuclear. Para
administrar el yodo radiactivo en dosis superiores a
30mCi precisa disponer de habitaciones plomadas. Este
hecho condiciona que, en muchos casos, durante la
ablacioó n o tratamientos posteriores tengas que cambiar
de hospital, o incluso de Comunidad Autoó noma, para
someterte a este tratamiento y que ello complique el
deseado enfoque multidisciplinar de tu enfermedad. Pese
a eso, tu meó dico nuclear llevaraó a cabo una primera
valoracioó n que recupere tu historia clíónica y los nuevos
datos, te explicaraó las caracteríósticas del tratamiento y te
daraó las pautas y protocolos de actuacioó n que debes
seguir antes, durante y despueó s de la administracioó n del
radioyodo. Si lo considera necesario realizaraó alguna
prueba previa que le permita valorar mejor tu situacioó n y
cualquier caracteríóstica especial que puedas tener.
Paralelamente tambieó n se deberíóa solicitar unos anaó lisis
clíónicos iniciales con la Tg, Ac anti-tg, FT4 y TSH, que
sirvan como primera referencia.
Despueó s del tratamiento aprovecharaó n para realizarte
una prueba de imagen, el Rastreo Corporal (RCT) que
seraó decisivo para valorar el tratamiento posterior a
seguir.
Esto es posible gracias a que durante su desintegracioó n,
el radioyodo emite ademaó s de la radiacioó n beta, una
radiacioó n gamma, que facilita realizar pruebas
diagnoó sticas de imagen, como el Rastreo Corporal Total
(RCT) o las Tomografías (SPECT o SPECT-CT). Estas
teó cnicas van a permitir localizar las zonas donde
quedaríóan restos de ceó lulas tiroideas y, por tanto, los
posibles focos de aumento de captacioó n patoloó gica del
radio yodo administrado, aunque tambieó n la fisioloó gica
habitual por lo que siempre deben ser interpretadas por
un experto.
Gracias a esta caracteríóstica el 131I tambieó n puede
utilizarse, durante el seguimiento, para realizar solo
rastreos diagnoó sticos, pero en esos casos se utiliza en
dosis mucho menores ((2-10 mCi)
¿Queó aspectos se deben vigilar en el manejo del paciente?
El yodo radiactivo puede entrar al cuerpo a traveó s de la
inhalacioó n (volatilizado), por absorcioó n (a traveó s de la
piel) o por ingestioó n. En general, ya sea para el
tratamiento de hipertiroidismo o caó ncer de tiroides, es
administrado oralmente en forma líóquida o en caó psulas y
es absorbido desde el tracto gastrointestinal al torrente
sanguíóneo y atrapado e incorporado en el tejido
Tiroideo funciona

La actividad retenida en el paciente depende de varios


factores, tales como la actividad administrada, presencia,
ausencia, volumen y estado funcional del tejido tiroideo,
hidratacioó n, funcioó n renal, presencia de metaó stasis, entre
otros tiroideo, hidratacioó n, funcioó n renal, presencia de
metaó stasis, entre otros.

Aplicaciones especiales
Alta a los pacientes hospitaleras una terapia con yodo
radiactivo. Entre estas situaciones se incluyen el
embarazo no conocido, el posible embarazo futuro, la
lactancia, la urgencia hospitalaria y la muerte del
paciente. Es preciso prever estas situaciones y figuren en
el manual de procedimientos; favoreciendo su ejecucioó n
cuando se necesite

Administracioó n de terapia con radionuó clidos durante el


embarazo:
. El embarazo representa una fuerte contraindicacioó n
para la terapia con radiofaó rmacos a menos que sea
indispensable para salvar la vida, en particular con al feto
en el intervalo de algunos mSv. Por consiguiente, donde el
tratamiento
Es probable o previsto, el paciente debe ser advertido
para tomar las medidas
Anticonceptivas apropiadas en el tiempo anterior a la
terapia

La ICRP recomienda que “los líómites de dosis para el feto


son aproximadamente comparables con aquellos del
puó blico en general”, lo cual sirve de base para decidir
para determinar las medidas de proteccioó n radioloó gica de
las pacientes

Embarazadas durante de la terapia con radionuó clidos o


despueó s de la misma. Por
Tanto, una vez que se declara el embarazo la dosis al
embrioó n o feto no deberaó
Superar 1mGy durante el resto del embarazo. Para
lograrlo hay que proteger al feto
Sobre todo de la radiacioó n procedente de la vejiga.
Posteriormente, una vez que
Empieza el desarrollo de los oó rganos, la tiroides fetal
tiene un riesgo de ablacioó n
Durante la terapia con yodo radiactivo _
Algunos radiofaó rmacos, tales como 131I en forma de
yoduro y 32P en forma de fosfato, cruzan raó pidamente la
placenta, por lo tanto antes del tratamiento hay que

Excluir cuidadosamente. En la praó ctica, los caó nceres de


tiroides en mujeres no son agresivos, y por lo tanto
ambos tratamientos, el quiruó rgico y el de yodo radiactivo
pueden retrasarse en ocasiones hasta despueó s del
embarazo. Entonces como regla general no se deben
tratar mujeres embarazadas con radionuó clidos como el
yodo a menos que la situacioó n sea seria, como por
ejemplo, síó la terapia es necesaria para salvar su vida. Síó
tal situacioó n surge, hay que estimar la dosis absorbida y
el riesgo para el feto y comunicaó rselos al paciente y al
meó dico que prescribioó el tratamiento para determinar el
mejor curso de accioó n dadas las circunstancias. Cuando
se trata a una paciente, de quieó n no se conoce su
embarazo, y se descubre posteriormente, la situacioó n
requiere una cuidadosa atencioó n. Normalmente, el
embarazo es reciente y el mayor problema es la dosis al
embrioó n o cuerpo entero fetal debida a las emisiones
gamma del yodo radiactivo desde la vejiga materna
Durante el embarazo, la dosis a cuerpo entero al embrioó n
o se halla en el intervalo50-100 PGy/MBq de la actividad
administrada. En la bibliografíóa dada al final, se
encuentra disponible informacioó n adicional sobre las
dosis fetales, que pueden reducirse mediante la
hidratando oralmente al paciente y provocando la
evacuacioó n frecuente. Esta es una recomendacioó n comuó n
para todos los pacientes ya esteó n embarazadas o no. A
partir de la octava semana de gestacioó n, la glaó ndula
tiroides del feto puede acumular yodo, con el
consiguiente riesgo de induccioó n de caó ncer o incluso de la
ablacioó n de la glaó ndula. Síó se descubre el embarazo en las
12 primeras horas de la administracioó n del yodo, se
puede bloquear la tiroides fetal dando a la madre de60-
130 mg de yoduro de potasio estable (KI) lo cual reduciraó
la dosis. Si se descubre despueó s de las 12 horas de la
administracioó n, la toma de KI no seraó eficaz.

Embarazo posterior al tratamiento con sustancias


radiactivas:
Tras administrar el tratamiento con radiofaó rmacos es
necesario evaluar las condiciones particulares del
paciente e indicar el tiempo durante el cual debe evitarse
el embarazo. Uno de los objetivos principales es proteger
al embrioó n o feto de los posibles efectos de la radiacioó n,
garantizando que no se supere el líómite de dosis de 1
mGy, pero existe tambieó n otra razoó n muy importante a
valorar por el meó dico es garantizar el control de la
enfermedad y prever la posibilidad de Que se necesite
otro tratamiento. En la tabla 3 se resumen los niveles de
actividades recomendaciones de la ICRP 94.
Durante las emergencias meó dicas, quiruó rgicas o de
procedimientos intervencionistas, que pueden sufrir los
pacientes tratados con radiofaó rmacos, se debe contactar
al responsable de proteccioó n radioloó gica o al meó dico
nuclear responsable de la terapia para que evaluó en las
dosis que puedan impartirse al personal que intervenga y
se tomen medidas para reducirla

Situaciones de emergencia o muerte del paciente


tratado recientemente con
Radionúclidos

Pueden hacerse maó s frecuentes a medida que aumentan


y se diversifican los tratamientos con sustancias
radiactivas. Para facilitar el control de este tipo de
situaciones se debe facilitar una tarjeta pequenñ a que el
paciente pueda llevar siempre en el bolsillo, con los datos
maó s relevantes del tratamiento, las instrucciones maó s
importantes a seguir en caso de emergencia y los detalles
para localizar al personal capacitado en temas de
proteccioó n radioloó gica.

Durante las emergencias meó dicas, quiruó rgicas o de


procedimientos intervencionistas, que pueden sufrir los
pacientes tratados con radiofaó rmacos, se debe contactar
al responsable de proteccioó n radioloó gica o al meó dico
nuclear responsable de la terapia para que evaluó en las
dosis que puedan impartirse al personal que intervenga y
se tomen medidas para reducirla. Por ejemplo, un
paciente con caó ncer de tiroides que recibioó un
tratamiento de ablacioó n de tejido tiroideo post-
quiruó rgico con 4000 MBq de yodo radiactivo produce un
campo de radiacioó n que puede causar al personal que se
encuentra entre 0 y 0,5 m del mismo, una tasa de dosis
por irradiacioó n externa entre 1 y 2 mSv/h, durante el
primer díóa post-tratamiento. Por tanto, cualquier
situacioó n de emergencia que se presente requiere
medidas concretas para evitar las exposiciones
indeseadas y no controladas. En el caso de muerte de un
paciente que ha recibido recientemente terapia con
fuentes abiertas es aconsejable contactar con un
especialista en proteccioó n radioloó gica o comunicarse con
el hospital que trato al paciente, para determinar que
precauciones se deben tomar de acuerdo al caso concreto
y a las regulaciones nacionales. Este mismo anaó lisis debe
realizarse si se va a realizar la cremacioó n del cuerpo. En
determinadas circunstancias de actividad remanente y
del horno de cremacioó n, este proceso no produciraó
valores de dosis significativos En caso de muerte o
emergencia en un hospital, se debe senñ alizar, monitorizar,
controlar y descontaminar la habitacioó n que ocupaba el
paciente. Si la emergencia
Ocurrioó fuera del hospital, es aconsejable realizar la
misma operacioó n en el lugar de incidente, para evitar
contaminacioó n y riesgo innecesario del puó blico La
preparacioó n para el entierro y el funeral debe realizarse
bajo el consejo del encargado de proteccioó n radioloó gica
que determine: Evitar la presencia de personal
innecesario. • Monitorizar al personal y a los objetos
utilizados al manipular el cuerpo. • Monitorizar todos los
objetos, ropa, documentos, que estuvieron en contacto
directo con el difunto.

• Envolver inmediatamente al cadaó ver en una bolsa


impermeable para evitar la
Contaminacioó n con los fluidos del mismo. • Restringir al
míónimo las autopsias de los cadaó veres, pero si fuera
necesaria evaluar las dosis que recibiríóa el personal
encargado. En estos casos se puede valorar tambieó n la
posibilidad de retener los oó rganos con mayor actividad y
disminuir la total que queda en el cuerpo.
Las consideraciones sobre la autopsia dependen de
aspectos eó ticos, religiosos legislativos y culturales de
cada paíós. Las autoridades nacionales y los profesionales
especializados deben evaluar la legislacioó n y tomar la
decisioó n correcta que logre la mejor proteccioó n
radioloó gica posible para cada caso, sin comprometer los
deseos y la dignidad del difunto y su familia.

conclusioó n se estaó n tratando cada vez maó s pacientes


hipertiroideos con RAI. Tanto el meó dico como el paciente
estaó n aceptando y prefiriendo cada vez maó s la terapia con
RAI porque en general se obtienen muy buenos
resultados. Si se requiere, el paciente puede ser tratado
previamente con medicamentos anti tiroideos, y la
mayoríóa lo requeriraó n despueó s de la aplicacioó n del RAI
tratamiento hormonal sustitutivo de por vida. Los efectos
adversos son muy raros y en caso de presentarse son
auto limitado. En conclusioó n, podemos mencionar que la
terapia con RAI para el hipertiroidismo es segura, raó pida,
efectiva y barata en comparacioó n con otras terapias como
la quiruó rgica; por lo tanto, se recomienda utilizarla en
pacientes que no tengan contraindicaciones para la
misma.

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